Tesis doctorales de Ciencias Sociales

LAS DOCTRINAS POLÍTICAS DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL: DEL FALANGISMO A LA DEMOCRACIA CRISTIANA

Héctor Gómez Peralta
 




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1.3 Precisiones conceptuales sobre la Democracia Cristiana y el Neoliberalismo.

Todos los Demócrata Cristianos parten de la creencia de que puede ser encontrado un camino intermedio entre el capitalismo y el socialismo, en el espíritu de la Doctrina Social Católica y las Encíclicas sociales

Klaus Von Beyme

La idea más generalizada sobre el proyecto económico de los partidos conservadores por estar contra las economías estatistas o planificadas, es que abanderan al “neo-liberalismo” . No obstante esa afirmación no es completamente cierta en el caso del conservadurismo de raíz católica . En las siguientes páginas trataré de demostrar que la tradición filosófica e histórica del Laissez Faire es diferente a la DSI y a la doctrina Demócrata Cristiana que se opone al modelo económico monetarista; por lo que el conservadurismo de raíz secular y anglo-sajón vinculado a lo que se conoce como “neoliberalismo” se encuentra bastante alejado de la doctrina conservadora de raíz católica.

Las doctrinas económicas contemporáneas que rescatan los planteamientos del “liberalismo clásico” de David Ricardo (1772-1823) y Adam Smith (1723-1790) se definen como neo-liberales . El principal exponente de la escuela económica “neo-clásica” es Friedrich von Hayek (1899-1992), el cual recupera y defiende las teorías de la “mano invisible” que provoca que el mercado se auto-regule. Para él y sus discípulos, las leyes, los sistemas de precios, el mercado y hasta las artes y la cultura, no son un invento humano para responder a unas determinadas necesidades, sino que son fruto de un “orden natural y espontáneo”. Así, el ser humano, en un proceso de prueba y error, ha visto como algunas acciones de forma inconsciente le servían para cierta finalidad. Las acciones que sirven para algo perduran y su combinación, también espontánea y natural, acaba dando lugar a instituciones humanas que aparecen sin que el hombre haya planeado deliberadamente su creación .

Es por ello que plantea la no interferencia en la acción individual espontánea, y considera que todo intento por diseñar conscientemente al mundo es una amenaza para la civilización, ya que ésta había surgido precisamente gracias al curso natural del desarrollo humano.

Para los neo-clásicos, tal como lo planteó en su tiempo Adam Smith, el surgimiento y desarrollo de las normas morales que permitieron el desarrollo y crecimiento de las sociedades extensas fue producto de un azar evolutivo aún en curso. Considerando a ese orden social inabarcable para la razón humana, no en el sentido de comprender su funcionamiento, sino en el de controlar su dirección, por lo que rechazan todo racionalismo planificador que pretenda guiar, parcial o totalmente, la evolución natural del orden social .

Esto trae como consecuencia una economía de Laissez Faire Total, donde la intervención del Estado en la economía, sólo producirá desajustes en el orden natural, aún si es para proporcionar seguridad social . Para ellos, el mercado, como el resto de las esferas humanas, funciona positivamente gracias a la acción espontánea de los individuos.

A éste enfoque, que algunos historiadores como Eric Hobsbawm lo llaman “teología neoliberal” por su fe en la omnipotencia positiva de las fuerzas del mercado, comúnmente se le vincula al pensamiento conservador, principalmente por haber sido abanderado por los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher y Ronald Reagan durante la década de los 80. Sin embargo, el conservadurismo al que pertenece la Democracia Cristiana es muy diferente de aquel de raíz anglosajona y protestante. El mismo Hayek realiza con precisión las diferencias fundamentales entre su planteamiento y los del conservadurismo de la Europa continental. Hayek, como el resto de sus seguidores, se considera un “liberal clásico”, es decir, no sólo se considera ajeno a la tradición del conservadurismo ligado al pensamiento de la Iglesia, sino que se ve a sí mismo como su antítesis .

De hecho, en la definición que utiliza Hayek de “liberal” o “libertario”, describe a la civilización humana como una marcha lenta a lo largo de la historia para que el individuo se emancipe de esa “placenta materna” que es la comunidad, lo colectivo. Inevitablemente, según su planteamiento, en los comienzos de la historia, en una sociedad primitiva, el individuo prácticamente no existe, sino como integrante de un cuerpo colectivo. Sin ese cuerpo colectivo el individuo no existe, pues le brinda un mínimo de protección y seguridad y fuera de ella su vida se extinguiría. Pero a medida que la civilización va desarrollándose, va creándose en torno al individuo un espacio en el que puede tomar cada vez más iniciativa, y empezar a ser él diferenciándose de los otros. Sin embargo, los vestigios del antiguo mundo permanecen como una nostalgia que se encuentra en todas las doctrinas religiosas y políticas que consideran que la pertenencia a un cuerpo colectivo es el valor supremo y que, por lo tanto, un individuo se define fundamentalmente por su pertenencia a una determinada comunidad religiosa o política. Hayek sella su exposición con un ataque frontal a los valores colectivos y religiosos que son fundamento de las doctrinas de los partidos conservadores vinculados a la tradición católica, como la Subsidiariedad (que implica intervención nociva del Estado) y la familia tradicional (cuerpo colectivo que limita la individualidad) .

Por el contrario, el proyecto económico de la Democracia Cristiana, nombrado Economía Social de Mercado (ESM), se basa en tres principios fundamentales: a) Solidaridad, b) Subsidiariedad y c) mercado con sentido social.

La Solidaridad, un principio de la Doctrina Social de la Iglesia, es definida como aquel acto realizado en favor del Bien Común, pero sobre todo de las clases menesterosas y marginadas de influencia política .

La Subsidiariedad es el principio de que el Estado debe de ejecutar una labor orientada al Bien Común cuando advierte que los particulares no la realizan adecuadamente, sea por imposibilidad o por cualquier otra razón. La subsidiariedad se basa en el supuesto de que el mercado por sí sólo es incapaz de proveer bienestar a todos los miembros de la sociedad, por lo que la intervención del Estado se presenta como necesaria para asistir a aquellos agentes económicos que el libre mercado ha marginado, no buscando mantenerlos dependientes del Estado como lo hicieron los gobiernos socialistas, sino con el objetivo de darles una ayuda para reinsertarlos en la dinámica del mercado .

El mercado con sentido social sostiene que el sistema económico más eficiente y que genera mayores niveles de riqueza es la economía de libre mercado, pero para que ésta funcione correctamente es necesario mantener un alto nivel de competitividad, de tal manera que toda la sociedad resulte beneficiada por el libre comercio, no sólo los más aptos o capaces; para cumplir con ese rol, el Estado debe de tener una activa política contra los cárteles, monopolios y oligopolios, ya que esas deficiencias, a las que tiende de manera natural el mercado, van contra el bienestar y la estabilidad social, además de atentar contra el resto de la “creación de Dios” (el medio ambiente).

Desde ese enfoque, se tiene el objetivo de mantener un equilibro entre un alto índice de crecimiento económico, baja inflación, bajo nivel de desempleo, buenas condiciones laborales, bienestar social, y servicios públicos, por medio de una economía de libre mercado y políticas públicas tendientes a mantener esa competitividad y políticas sociales paliativas.

Todo lo anterior se conjuga en el proyecto económico el programa del alemán Ludwig Erhard que es la base del modelo económico de la Democracia Cristiana alemana y española, conocido como Economía Social de Mercado (ESM), planteado como una alternativa frente al capitalismo de Laissez Faire. La ESM ataca las creencias neo-liberales de que el libre mercado “todopoderoso” por si mismo funcionará correctamente y solucionará las necesidades humanas, y que el Estado y la comunidad no tienen responsabilidades sociales sino que son responsabilidad de los individuos. Por el contrario, la Democracia Cristiana, con su ESM, cree en introducir un ordenamiento que combine, sobre la base de una economía competitiva, la libre iniciativa con un avance social y humano impulsado desde el Estado. Por ello en varios documentos de organizaciones Demócrata Cristianas llegan a llamarle humanismo económico.

Las diferencias conceptuales entre la filosofía neo-liberal y la ESM, fueron debatidas directamente por Friedrich von Hayek y Ludwig Erhard. Frente a la ESM, Hayek arguyó que “no podía existir una Economía Social de Mercado debido a que el mercado es social por sí mismo, ya que el mercado, dejado a su espontáneo desarrollo cumple de manera natural con las funciones de proveer y satisfacer las necesidades de los individuos que integran la sociedad de hombres libres” . Aunque ambas escuelas económicas coinciden en su condena frente a la propiedad estatal, pues la vinculan con socialismo, la diferencia más notoria es la idea de si el mercado es autorregulable o si es necesaria la acción prudencial del Estado para que funcione.

En suma, los principios constituyentes de la ESM son:

- Sistema de precios de competencia: asegurar la competencia entre productos, precios libremente asignados por los oferentes, donde el Estado no se desentiende del sistema de precios sino que los vigila para que no se den monopolios.

- El gobierno ejerce su gran poder adquisitivo y regulador para fomentar determinadas actividades económicas prioritarias.

- Seguridad social tan amplia como sea posible para tratar de mitigar los efectos negativos y descompensatorios del libre mercado, pero siempre respetando las limitaciones que imponga la política fiscal.

- Estabilidad de la moneda: control de inflación en los precios, se requiere de un Banco Central independiente del gobierno para controlar la fabricación de la moneda y evitar la política del endeudamiento.

- Libre acceso a los mercados: para facilitar ese libre acceso y evitar los monopolios hay que vigilar legalmente la fusión de empresas y la posibilidad de llegada de nuevas empresas al mercado.

- Libertad contractual: sirve para que los consumidores, familias y empresas tomen sus propias decisiones. Se pretende que haya competencia, de otra manera se beneficiaría al más fuerte y se darían contratos “arbitrarios”.

- Plena responsabilidad: quienes concurren al sistema de ESM arriesgan capital, no se trata de “privatizar ganancias y socializar pérdidas”.

- Consistencia y constancia en la política económica: confiabilidad en esa política a través de periodos largos de tiempo.

- Control estatal sobre los monopolios que el libre mercado genera

- Salarios regulados por el Estado .

Este humanismo económico advierte que la economía de mercado no es suficiente, y que siempre será necesaria la intervención prudencial del gobierno para corregir las desviaciones y las perversiones del mercado. No es sólo por consideraciones de conveniencia política por lo que el Estado moderno debe de intervenir para remediar las condiciones de pobreza de buena parte de la población, sino sobre todo por imperativos de orden moral .

La disyuntiva mercado vs. Estado, trata de ser superada argumentando que ambas instituciones son necesarias e interdependientes una de la otra. La siguiente frase sintetiza el planteamiento de la ESM: “tanta empresa como sea posible, tanto Estado como sea necesario” .

En resumen, las diferencias principales entre la ESM y el neoliberalismo serían:

a) Raíces religiosas de la doctrina de la ESM frente a raíces seculares del neoliberalismo.

b) Para la ESM las fuerzas del mercado deben de recibir una orientación social por parte del Estado, mientras que para los neoliberales ningún actor debe de intervenir o distorsionar el carácter neutral del mercado.

c) Para la ESM la sociedad se mantiene integrada gracias a los valores comunitarios, las normas y creencias, mientras que los neoliberales sostienen que la regulación del conflicto y el poder (incluso mediante la violencia) la mantiene integrada .

El libre mercado no es patrimonio exclusivo del liberalismo. Incluso el socialismo puede tener un proyecto de libre mercado, como sucede con los partidos socialdemócratas. La Democracia Cristiana tiene un proyecto de libre mercado, pero se distingue por basarse en una concepción orgánica y subsidiaria.

Conclusiones:

Acción Nacional nació y creció como un partido de oposición dentro de un sistema de partido hegemónico. El partido estaba relegado de toda acción gubernamental. Sin compromisos ni responsabilidades de gobierno, sin otra función que participar en elecciones y cumplir con una función legitimadora del sistema al que se oponía, pero que al mismo tiempo era parte, el PAN tuvo posturas ambiguas y contradictorias frente al orden constitucional y la búsqueda de la democracia. En sus orígenes, ese partido mantuvo las características de una oposición semi-leal. Por un lado luchaba contra el autoritarismo priísta, al que acusaba de pisotear la constitución, pero también se aliaba y simpatizaba con organizaciones anti-sistémicas, como fue la UNS, cuyo proyecto estaba claramente inspirado en los regímenes fascistas que en esa época se presentaban como alternativas serias y viables para derrotar al liberalismo político y económico.

Para entender a la doctrina Demócrata Cristiana de Acción Nacional es necesario explicar las transformaciones que sufrió el partido al pasar de ser una oposición semi-leal a una oposición leal, es decir, aquella que acepta los principios de la competencia por el poder únicamente dentro de los marcos institucionales, incluyendo el rechazo a las organizaciones y métodos que deslegitiman al sistema, además de abandonar los proyectos de radical transformación de la sociedad.

Los partidos Demócrata Cristianos son organizaciones que abandonaron la lógica anti-sistémica para ser elementos integrantes del moderno espectro político del mundo occidental dominado por partidos de orientación ideológica de centro. La Democracia Cristiana, a pesar de tener orientación ideológica social-cristiana, no es en la actualidad un movimiento confesional ni un peligro para la secularización, elemento distintivo de las sociedades democráticas. Por el contrario, esos partidos se caracterizan por ser defensores de los regímenes de gobierno pluralistas. De la misma manera en que los socialdemócratas son los socialistas insertos en la democracia y el libre mercado, la Democracia Cristiana son los conservadores enclavados en los regímenes pluralistas y con un proyecto económico compatible con el capitalismo liberal. En ese sentido, a pesar de tener una doctrina inscrita dentro del conservadurismo, esos partidos son modernas y exitosas maquinarias electorales que han coadyuvado en la implementación y funcionamiento de los regímenes democráticos.

El proyecto económico de la Democracia Cristiana, conocido como Economía Social de Mercado, trata de ser una propuesta vanguardista ante el laissez-faire. La ESM tiene una concepción de la economía conservadora, pues considera que las relaciones de los agentes que concurren en el mercado son de tipo natural y guiadas por unos valores colectivos, por una moralidad que, dirigida desde el Estado, mitiga la desigualdad inherente al capitalismo con el objetivo de alejar la conjura de la lucha de clases. El Neoliberalismo, como su nombre lo indica, tiene sus raíces en el pensamiento liberal y secular, además de considerar a la economía, y al resto de la sociedad, como un artificio producto de nuestras deliberadas y racionales acciones individuales. De esa manera la ESM presenta un cuerpo doctrinal más elaborado que el Neoliberalismo, cuyos planteamientos se reducen a la auto-regulación del mercado.


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