Gerardo Arceo Moheno
Tradicionalmente, las PYME competían en base a su eficiencia y flexibilidad en la entrega de productos en mercados pequeños relativamente en estables. Esto ha cambiado en el contexto actual de globalización económica, donde estas empresas se enfrentan a una rivalidad cada vez más intensa por la irrupción en los mercados de nuevas empresas, de todos los tamaños y de múltiples países, que ofrecen sus productos a una relación calidad/precio mejor. Para sobrevivir en esta economía, las PYME deben ser capaces de ofrecer a sus clientes valores añadidos, conseguidos a través de la innovación. La importancia de la innovación para obtener y mantener una ventaja competitiva ha sido estudiada ampliamente (Freeman, 1997; Nelson y Winter, 1982; Porter, 1985, 1996). Se podría pensar que las PYME son determinantes en la innovación económica si se parte de las ideas de Schumpeter (1934) quien acentúa que este tipo de empresas juega el papel de iniciador en los procesos de “destrucción creadora” mediante la introducción de nuevos productos en el mercado, aunque es pertinente aclarar que esta idea se refiere, más que a PYME establecidas, a aquellos emprendedores que a partir de una idea novedosa o un descubrimiento científico o tecnológico, crean una PYME que ofrecen un nuevo producto o servicio.
El incremento de la competitividad tras la incorporación de una innovación no es algo inmediato ni seguro. Los efectos de la implantación de una innovación, aun cuando hayan sido estudiados y previstos con un margen de error mínimo, están sujetos a incertidumbre. Factores como la adaptación de la empresa, la familiarización con el nuevo sistema y el reconocimiento de los clientes entre otros, son importantes elementos que no siempre se tienen en cuenta. En el caso de las PYME concurren, además, otros elementos como las limitaciones de recursos humanos y financieros para desempeñar actividades de alto riesgo y con una rentabilidad esperada incierta y no inmediata.
Entre los factores que reducen la difusión de la innovación en las empresas, independientemente de su tamaño, están:
- Los altos costos y riesgos relacionados con la innovación (Schumpeter, 1950; Galbrait, 1956).
- Miedo, por no decir aversión, a los cambios generados por la innovación, particularmente las innovaciones radicales
- Escasa información acerca de los incentivos para innovar, ya sean públicos o privados. Es relevante conocer los mecanismos de financiación pública de la innovación (subvenciones directas) y medidas de tipo fiscal para promover la innovación.
- Pobre habilidad para motivar y apoyar la creatividad de los investigadores
En particular, aquellos factores que afectan particularmente a las PYME son:
- El poco tiempo dedicado a la innovación, ya que, en general, el tiempo se dedica a las actividades diarias rutinarias
- Modestos recursos financieros
- Aversión a realizar alianzas con competidores que podrían representar potenciales proveedores de innovación
- Un bajo interés de los clientes en la innovación de productos
- Falta de personal calificado, donde se destaca además, la actitud de las personas. La empresa debe poseer un conjunto de activos excelentes, de entre los que destaca el conocimiento. Actualmente, las PYME de un mismo sector disponen de tecnologías similares, por lo que no es suficiente considerar los productos o servicios como base de ventaja competitiva sostenida; se hace necesaria la diferenciación a través de la innovación en factores como la organización, la flexibilidad, la atención al cliente, etc., basados en el conocimiento, las capacidades y actitudes de los empleados.
- La moderada base de conocimientos que poseen.
- Restricciones organizacionales
- Ausencia de información sobre tecnología. Para una empresa innovadora, es imprescindible tener acceso y utilizar la información científico-técnica relacionada con su actividad.
- Falta de información del mercado. Las empresas necesitan disponer de información relativa a sus respectivos sectores industriales, tanto a nivel nacional como internacional, con el fin de observar tendencias y evoluciones en el mercado que operan.
En la tabla 5.1. se resumen las ventajas y desventajas que observan las PYME y la GE en relación a la innovación.
Las PYME, en general, se encuentran con una escasa capacidad económica y dificultades para acceder a fuentes de financiamiento, luego entonces, no se permiten realizar innovaciones vía grandes inversiones en I+D considerando que la investigación conlleva altas dosis de riesgo e incertidumbre, por lo que tienen que optar por pequeñas innovaciones incrementales de forma constante aprovechando el conocimiento de su entorno cercano y su flexibilidad, así como los conocimientos y actividades desarrolladas por instituciones públicas, como centros tecnológicos o departamentos universitarios, estableciendo colaboraciones que podrían permitirles reducir tanto los costes de I+D como el riesgo asociado a las mismas (Camarero y Lázaro, 1995).
Pese a estas características poco propicias para alcanzar competitividad, puede señalarse que la flexibilidad mostrada en la estructura organizativa, en la toma de decisiones y en la adaptación rápida a los cambios de la demanda, así como el conocimiento del entorno inmediato (clientes, proveedores, competidores) y el sentimiento de supervivencia, facilitan y motivan la innovación en las PYME.
Sin embargo, tradicionalmente, las PYME han demostrado una pobre capacidad de innovación tecnológica reflejada en los escasos resultados de innovación en productos y procesos. Caputo el al. (2002) señalan una correlación positiva entre el tamaño de la empresa y la habilidad de innovación.
En cuanto a los tipos de innovación, debido al impacto directo en los beneficios, normalmente se consideran más relevantes la innovación de procesos (al tener efecto en los costes de producción) y la innovación de servicios o productos (contemplado como estrategia de diversificación que redunda en cuotas de mercado y mayores ventas) y se descartan otros tipos de innovación cuyos efectos no son tan observables sobre los beneficios al afectar activos intangibles como la imagen y el prestigio, tales como la innovación organizativa, de gestión, de recursos humanos, de redes internas de información y de marketing.
En el entorno tan competitivo actual, la lucha por cuotas de mercado es una de las consignas principales, por tanto, las inversiones en I+D cobran una vital importancia en la estrategia de toda empresa. Sin embargo, no vende más quien gasta más en I+D, sino quien lo hace de forma más eficaz y lo traduce en innovaciones tecnológicas, es decir, nuevos procesos productivos y/o el diseño y lanzamiento de servicios o productos nuevos que permita establecer diferencias con los competidores y, sobre todo, logre la satisfacción y cuente con el apoyo de los clientes.
Respecto a la innovación de productos, es crítico tener canales comerciales establecidos que permitan economías de escala en las actividades de producción y ventas. Tal característica, presentada de manera normal en las grandes empresas, pero de manera excepcional en las PYME, permite una rápida penetración de mercado, un factor significativo en la actual competencia de mercados (Clark y Fujimoto, 1991).
Caputo et al. (2002) proponen una clasificación de las PYME en base al enfoque adoptado hacia la innovación:
- Las que desarrollan su tecnología, caracterizados por un liderazgo tecnológico provenientes de inversiones internas en I+D. Normalmente, estas PYME son en realidad unidades de negocio de grandes corporaciones. Esto se observa en industrias específicas como la biotecnología.
- Las que modifican tecnología existente adaptándola a sus requerimientos particulares
- Las que adoptan, sin cambios, las tecnologías desarrolladas por sus competidores (constituyen más del 75%).
Es conveniente resaltar que, si se atiende a la definición de PYME de la Comunidad Europea citada anteriormente, la primera clase no sería considerara válida, dado a que hace referencia a su pertenencia a grandes corporaciones. Por tanto, se puede decir que las PYME en general, no desarrollan tecnología propia. Esto debido a que tradicionalmente se carece de una estructura organizacional que permita llevar a cabo actividades de I+D dentro de las PYME, por lo que se tiene que adoptar (y adaptar) tecnología externa. Además, las instituciones dedicadas a la generación y transferencia de conocimiento, como universidades y centro de investigación, carecen de una cultura de transferencia de innovación, por lo que tienen una presencia relativamente escasa en las PYME
Caputo et al. (2002) proponen, para efectos de superar las limitaciones que caracterizan a las PYME, la realización de las siguientes actividades:
- Una arquitectura organizacional en red que contribuya a la interacción de los actores involucrados
- La creación de una unidad organizacional que sirva a todas las PYME (centro de innovación) que recolecte el conocimiento de las innovaciones e información sobre beneficios fiscales y/o subsidios para la innovación
- La creación de un puesto laboral (promotor de innovación) que coordine las actividades relacionadas