Gerardo Arceo Moheno
5.1. INTRODUCCION
El interés en el estudio de las PYME es relativamente reciente, considerando que la primera publicación científica sobre ellas fue en 1952 y fue hasta la década de los 70’s cuando toma cierta autonomía en el ámbito de la teoría económica (Julien, 1998). El interés sobre ellas se manifiesta totalmente en la década de los 80’s, cuando se les reconoce el papel destacado que desempeñan en la creación de empleos, en la innovación económica, en la generación de emprendedores y espíritu empresarial y en el desarrollo económico a largo plazo (Storey, 1994; Burns, 1996; Julien, 1998). No obstante el potencial de desarrollo mostrado por estas empresas, los estudios de la década de los 90’s mostraban una perspectiva más realista que no ocultaba la dura realidad a la que se enfrentan las empresas de este tipo.
Burns (1996) señala unas interesantes observaciones sobre las PYME británicas: el 66% consta solamente de dos personas, donde con frecuencia la segunda persona es la pareja; el 75% emplea menos de 10 personas; el 97% emplea menos de 20 personas; el 99% menos de 100 y solo el 0,3% emplean más de 200 personas. Esta situación no es particularmente diferente en los demás países. Por su parte, Julien (1998) puntualiza que en muchas regiones, las PYME constituyen la única fuente de empleo y de renovación económica.
El estudio de la PYME tiene gran importancia a nivel económico, gestión de la innovación y otros campos del área de organización de empresas, destacándose su importancia en lo que se refiere a la creación de empleo y el desarrollo social y regional. Adicionalmente, las PYME juegan un rol preponderante en el tejido empresarial de cualquier país; así pues, en España, según el Directorio Central de Empresas (DIRCE), al 1 de enero de 2004 el 99,87% del total de empresas son PYME, mientras que en Cataluña se maneja una cifra similar (99,7%).
De manera similar a muchos conceptos, las PYME poseen variadas definiciones, por lo que en este capítulo se inicia con la definición de ella; se continúa con el análisis de la relación de las PYME con la GC y posteriormente se abordan los conceptos de innovación presentados en este tipo de empresas. El capítulo finaliza con el análisis de la relación entre las TI y las PYME, presentándose información del uso de estas tecnologías en las PYME de Cataluña.
5.2. DEFINICION DE LAS PYME
Es común que se piense que la PYME es una empresa joven en proceso de crecimiento hasta alcanzar un punto óptimo asociado normalmente a la condición de las grandes empresas (GE); sin embargo, en muchos casos las PYME no pueden -o no quieren- transformarse en GE. El comportamiento de una PYME está condicionado por diversos factores que determinan su respuesta a los factores del entorno, los cuales son diferentes a los que afectan la GE, tanto por su tipo como por su nivel de impacto en los resultados.
El definir las características de las PYME es una tarea compleja dada la heterogeneidad de las mismas, por lo que es casi imposible definirlas de manera única, así como el establecer criterios de tamaño que sean adecuados en todos los ámbitos (Storey, 1994; Burns, 1996), ya que, por ejemplo, una empresa considerada como pequeña en industrias como la petroquímica, puede ser considerada grande en otras industrias. Aun así, es necesario definir qué organizaciones pueden ser consideradas PYME, por lo tanto, diversos investigadores han propuesto criterios y tipologías para definir qué empresas pueden ser consideradas como PYME.
Una de estas propuestas es la del Comité Bolton (Curran y Blackbum, 2001) donde se utilizan criterios económicos y estadísticos. Los criterios económicos establecen que una PYME es aquella que:
- Posee una cuota de mercado relativamente pequeña, lo que le impide tener poder en el mercado, y por tanto, son incapaces de influir en la determinación de los precios, y en general, en su entorno. Sin embargo, en este criterio no se considera que muchas de las PYME actúan en nichos de mercado, por lo que pueden aprovechar su condición monopolística para influir en los precios de mercado (Storey, 1994; Burns, 1996).
- En términos de control de la propiedad, está dirigida por sus propietarios de una manera personalizada, es decir, sin la mediación de profesionales.
- La gestión se establece de forma personalizada y se carece de una estructura de gestión formal.
- Es independiente, en el sentido de que no forma parte de otra empresa.
Los criterios estadísticos definen el tamaño de la empresa en función de algunos indicadores cuantitativos, tales como el monto de ventas o el número de empleados. Estos indicadores son diferentes, según la industria de la que se trate (por ejemplo, menos de 200 empleados en la industria manufacturera).
La Comisión de Comunidades Europeas, con el fin de unificar la definición de la PYME en el ámbito europeo, emitió la recomendación 9696/280/CE del 3 de abril de 1996 (Commission of the European Communities, 2003), en cuyo artículo 1, el cual se transcribe, se definen y establecen las características de las PYME:
Artículo 1
1. Se entenderá por pequeña y mediana empresa, denominadas de ahora en adelante “PYME”, las empresas
- que empleen a menos de 250 personas
- cuyo volumen de negocio anual no exceda de 40 millones de ecus o cuyo balance general anual no exceda de 27 millones de ecus, y que cumplan el criterio de independencia tal como se define en el apartado 3.
2. Cuando sea necesario diferenciar las pequeñas empresas de las empresas medianas, se entenderá por “pequeña empresa” la empresa que:
- emplee a menos de 50 personas
- cuyo volumen de negocios anual no exceda de 7 millones de ecus o cuyo balance general anual no exceda de 5 millones de ecus, y que cumpla el criterio de independencia tal como se define en el apartado 3.
3. Se considerarán empresas independientes las empresas en las que el 25% o más de su capital o de sus derechos de voto no pertenezca a otra empresa, o conjuntamente a varias empresas que no respondan a la definición de PYME o de pequeña empresa, según el caso. Este umbral podrá superarse en los dos casos siguientes:
- si la empresa pertenece a sociedades públicas de participación, sociedades de capital de riesgo o a inversores institucionales, siempre que éstos no ejerzan, individual o conjuntamente, ningún control sobre la empresa;
- si el capital está distribuido de tal forma que no es posible determinar quién lo posee y si la empresa declara que legítimamente puede presumir que el 25% o más de su capital no pertenece a otra empresa o conjuntamente a varias empresas que no respondan a la definición de PYME o de pequeña empresa, según el caso.
4. Para el cálculo de los umbrales contemplados en los apartados 1 y 2 convendrá añadir las cifras correspondientes de la empresa beneficiaria y de todas las empresas en las que posea directa o indirectamente el 25% o más de su capital o de los derechos de voto.
5. Cuando resulte necesario diferenciar la microempresa de los otros tipos de PYME, se entenderá por microempresas las empresas que empleen a menos de 10 empleados.
6. Cuando en la fecha de cierre de su balance, una empresa supere en un sentido o en otro los umbrales relativos a número de empleados o los umbrales financieros, ésta adquirirá o perderá la calidad de “PYME”, “mediana empresa”, “pequeña empresa” o “microempresa” si dicha circunstancia se repite durante dos ejercicios financieros consecutivos.
7. El número de empleados corresponderá al número de unidades de trabajo / año (UTA), es decir, el número de asalariados a jornada completa empleados durante un año, constituyendo el trabajo a tiempo parcial o el trabajo estacional, fracciones de UTA. Como año de referencia se tomará el año del último ejercicio financiero cerrado.
8. Los umbrales exigidos para el volumen de negocios o el balance general serán los correspondientes al último ejercicio financiero cerrado. En el caso de empresas de nueva creación cuyas cuentas aun no se hayan cerrado, los umbrales aplicables deberán basarse en unas estimaciones fiables realizadas durante el ejercicio financiero.
De acuerdo a lo anterior, esta definición adopta, además del criterio de número de empleados, criterios que evalúan el desempeño financiero (para comprender la importancia real de la empresa y su rendimiento) y el nivel de independencia (elemento básico de comparación, ya que una PYME que sea parte de un grupo importante, dispone de medios y recursos que pueden no poseer sus competidoras de las mismas dimensiones).
Durán et al. (1982) apuntan las características particulares de las PYME españolas que, como se observa, no han cambiado a lo largo de los años:
- Independencia (en el sentido de no estar vinculadas a la gran empresa o a grupos financieros)
- Cuota de mercado pequeña
- Escasa diversificación geográfica e industrial; dirigidas a mercados de ámbito local o regional y/o mercados altamente especializados
- Estructura productiva intensa en factor trabajo, con tecnología no sofisticada
- Estructura organizativa simple, carente de capital humano altamente especializado en técnicas de gestión y dirección
- Dificultad para acceder a financiamiento externo a medio y largo plazo
En muchos casos, se puede considerar que el éxito de una PYME descansa en su propia supervivencia, más que en su crecimiento o en la posesión de una ventaja competitiva que le permita obtener beneficios extraordinarios.