Tesis doctorales de Economía


EL BLANQUEO DE CAPITALES

César Jiménez Sanz




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1.1.1. Globalización económico-financiera

El primero de los factores con trascendencia económica y repercusión en el blanqueo de capitales es la tan nombrada, recurrida y denostada globalización , en este caso adjetivada como económico-financiera, término que para algunos significaba el manto que irradiaría de bienes y posibilidades de desarrollo todos los confines de la tierra, merced a la integración de las economías capitalistas de mercado, acompañada de la nueva revolución tecnológica, la informática y la electrónica óptica en una red mundial trazada en el ciberespacio, y aunque estos avances se han producido, el impacto globalizador no ha tenido el mismo efecto en todas las naciones.En cuanto a la oportunidad del término globalización, Alain Touraine distingue entre mundialización, que sería la continuación de las tendencias aperturistas que se aceleran en la segunda mitad del siglo XX, mientras que para este autor la globalización significaría una ruptura con el pasado y sería “un proceso nefasto mediante el cual los pueblos han cedido, sin haberlo acordado, el poder sobre sus economías y sus sociedades a fuerzas globales y antidemocráticas tales como los mercados, las agencias de calificación de la deuda, etc.”

Etimológicamente, ciertos autores consideran más adecuado en español el término mundialización, galicismo derivado de la palabra francesa mondialisation, en lugar de globalización, anglicismo procedente del inglés globalization, puesto que en español “global” no equivale a “mundial” como si ocurre en inglés; el diccionario de la Real Academia Español registra la entrada “globalización” entendida como la “tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”, mientras que el término “mundialización” no esta en el diccionario.

El término globalización fue utilizado por primera vez en 1985, por Theodore Levitt en The Globalization of Markets para describir las transformaciones que venía sufriendo la economía internacional desde mediados de la década de los 60.

Guillermo de la Dehesa se inclina por el segundo término y define a la globalización como un proceso dinámico de creciente libertad e integración mundial de los mercados de trabajo, bienes, servicios, tecnología y capitales.

Una definición más técnica de la globalización pero no comprensiva de toda su riqueza nos la muestra el Fondo Monetario Internacional para el que la globalización es la “interdependencia económica creciente del conjunto de los países del mundo, provocada por el aumento del volumen y la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al tiempo que difusión acelerada y generalizada de la tecnología”.

Conforme a la definición dada, el Fondo considera cuatro aspectos esencialmente positivos de la globalización: el comercio exterior, donde la participación del conjunto de los países en desarrollo en el comercio mundial aumentó del 19% en 1971 al 29% en 1999 aunque con grandes diferencias entre las economías asiáticas y los países africanos, entre otras; en segundo lugar, los movimientos de capitales, donde aprecia un notable incremento de los flujos de capital privado hacia los países en desarrollo durante gran parte de los años noventa; las migraciones, o desplazamientos de trabajadores de un país a otro en busca de trabajo, citando en el periodo 1965-1990 un aumento de la mano de obra extranjera del 50% en todo el mundo; y en último lugar, la difusión de los conocimientos y la tecnología a bajo coste como recurso muy valioso para los países en desarrollo.

Otra cuestión debatida es el momento o fase globalizadora en que nos encontramos y cuándo comenzó el proceso de globalización.

Thomas Friedman afirma que en la historia se han producido tres grandes eras de globalización. En la actual, asistimos al poder de los individuos para colaborar y competir a escala global, siendo posible que todos puedan acceder a los mismos centros de conocimiento y crear así una única red universal que dará lugar a una asombrosa era de prosperidad e innovación.

Braudel y Wallerstein muestran los orígenes de las globalizaciones históricas en la globalización romana que aportó la sensación de una ciudadanía común, así como la colonización de los siglos XV y XVI contribuyó a la difusión del saber y como las religiones cristiana e islámica imprimieron un carácter universal; Ferrer ubica el comiendo de la globalización hacia fines del siglo XV para lo cual analiza el periodo 1500-1800 al que denomina Primer Orden Económico Mundial, los inicios de los globalización estarían vinculados con el descubrimiento de América en 1492 y con los viajes de Vasco de Gama en 1498 y los portugueses a Asia, pues antes de ellos no existía un verdadero orden mundial o Nuevo Mundo creando por primera vez un mercado de dimensión planetaria.

Scholte sostiene que la globalización no tiene un origen temporal, en el sentido de un punto exacto de partida, aún así distingue tres fases de la globalización: una primera, dentro de la cual se comenzó a tener una conciencia global y que se habría dado en el siglo XVIII, esta conciencia global se manifiesta en torno a las religiones y sus sistemas de creencias; la segunda, que cubriría el periodo entre 1850 y 1950 estuvo caracterizada por la aparición de las grandes invenciones como el telégrafo, las comunicaciones telefónicas, la maquinaría agrícola, la adopción del patrón oro y la introducción de la Coca Cola, producto e icono por excelencia del totalitarismo globalizador cultural; por último, la tercera fase y a juicio de este autor la de mayor escala parte de 1960 y llega a la actualidad, esta dominada fundamentalmente por el avance tecnológico, la gran reducción de los costes de transporte internacional y es también la de mayor aceleración.

El Banco Mundial alude a la primera ola globalizadora al periodo comprendido entre 1870 y 1914, etapa en la cual se combinaron la liberalización económica con el patrón oro; la segunda ola fechada entre 1950 y 1980 y una tercera entre 1980 y la actualidad. Esta temporización de las olas globalizadoras se corresponden en el desarrollo del capitalismo.

Que duda cabe que la globalización ha tenido efectos beneficiosos para un número importante de países, estos beneficios han venido de la mano de los incrementos comerciales, sobre todo el comercio intrarregional, siendo mucho más acentuado en los países desarrollados, así en la Unión Europa que contribuye con el 36% de las exportaciones mundiales, el 60% de éstas se realiza al interior de la Unión; igual escenario presenta Norteamérica, donde el comercio entre Estados Unidos, México y Canadá representa el 48% de sus exportaciones total.

Respecto del blanqueo de capitales y los delitos de los que se nutre podemos afirmar que del mismo escenario que facilita la globalización participa el crimen organizado y en consecuencia sus ingresos y beneficios; así, las actividades criminales no escapan a las leyes de esta nueva economía, las grandes transacciones solo se conciben a escala mundial; así la cifra de negocios de la delincuencia organizada en Estados Unidos en 1987 fue de 45.000 millones de euros, el control de la economía rusa por las mafias es del 40% del PIB, la piratería informática en Estados Unidos es de 100.000 millones de dólares, y el fraude comunitario supone del 10 al 15% del presupuesto comunitario de la Unión Europea, entre 8.000 y 12.000 millones de euros por año. Necesariamente estas cantidades entran en los sistemas financieros, económicos y comerciales gracias a las facilidades ofrecidas por la globalización financiera de los mercados.

Efectos positivos derivados de la globalización son el abaratamiento de algunos de los productos básicos para las economías menos desarrolladas, el menor coste y facilidad del transporte de mercancías y personas, la eliminación de los barreras comerciales y fronterizas que han posibilitado una mayor movilidad de personas y bienes y un largo etcétera de evidencias irrefutables; otra de las ventaja de esta globalización habría sido la bajada de la inflación mundial, ya que la globalización unida a la liberalización y competencia reduce la inflación por el hecho de que se evitan los monopolios que tienden a subir los precios y esta mayor competencia aumenta los productos y flexibiliza los precios.

El Índice de la globalización de A.T. Kearney/Foreign Policy clasifica a 62 países con una representación en 2006 del 96% del PIB y el 85% de la población mundial, coloca en los últimos lugares de la lista a países como Brasil, China, Indonesia, India que representan el mayor porcentaje de población, e indica los descensos en la inversión directa, los retrocesos en el crecimiento económico con cifras de apenas el 2% en una mayoría de países en desarrollo (se ha pasado de un crecimiento mundial del 4,8% en los años noventa al 1,3% en el 2001 y un 1,9% en el 2002); sin embargo el comercio internacional creció un 9% en 2004 correspondiendo la mayor parte del crecimiento a países en vías de desarrollo.

Este índice nos indica que existe una fuerte correlación negativa entre su baja puntuación en el índice (muy poco globalizados) y su volumen de economía informal, Panamá es la mayor del mundo en porcentaje del PIB, como consecuencia de leyes laborales inflexibles y una burocracia muy pesada, en la cabeza del índice Suecia y Dinamarca tienen sectores informales de gran tamaño debido a sus altos impuestos sobre la renta.

La globalización se halla muy lejos de convertirse en un desarrollo económico de verdad mundializado, argumentándose que, simplemente, el fenómeno ha servido para la creación de centros de negocios internacionales donde empresas multinacionales, bancos internacionales y mercados financieros han formado lo que Pierre Veltz llama una “economía de archipiélago”, consistente en una sucesión de islotes de prosperidad y riqueza, que flotan en un océano de pueblos agonizantes”. Así, el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que agrupa 177 países y publicado en septiembre de 2005, revela que 18 de los países más pobres del mundo y cuya población alcanza a 460 millones de personas, han empeorado sus niveles en la mayoría de los indicadores fundamentales del desarrollo humano respecto de 1990.

Otros analistas como Beck añaden a la globalización las notas dominantes del carácter global de la red de mercados financieros, la cultura de la imagen y el problema ecológico, que cuestiona en su opinión el modelo económico vigente. Se ha apuntado que la verdadera globalización ha sido la globalización de los mercados financieros, que es la espina dorsal de la nueva economía en palabras de Manuel Castells. Una de las consecuencias de la globalización financiera es la creación de un mercado planetario del dinero, que ha sustituido a los mercados tradicionales como escenario central de la economía; es frecuente la existencia de países con niveles de producción estancados, en los que sin embargo, las bolsas de valores han experimentado importantes desarrollos.

Ligado a la globalización de los mercados financieros esta el fenómeno de financiarización de la economía, que representa la tendencia creciente de la interpenetración entre el sector real de las actividades productivas con el sector financiero de las bolsas y la banca; expresión de este fenómeno es el aumento de la especulación bursátil con las acciones de las empresas hasta crear desfases entre el valor real de los activos y sus cotizaciones en bolsa, la ingeniería financiera ahora con la aparición de productos de altísimo riesgo y de difícil entendimiento como los hegde funds, productos financieros diseñados para inversores de alto nivel adquisitivo con alto grado de opacidad que en la mayoría de los casos escapan a la regulación y supervisión de los organismos reguladores. La interdependencia global de los mercados financieros es resultado de cinco desarrollos principales: la desregulación de los mercados financieros en la mayoría de los países y la liberalización de las transacciones transnacionales cuyo punto de inflexión fue el llamado big bang de la City londinense el 27 de octubre de 1987; el segundo lugar el desarrollo de una infraestructura tecnológica que integra telecomunicaciones avanzadas, sistemas interactivos de información y ordenadores capaces de procesar a alta velocidad la complejidad de las operaciones; el tercer factor es la innovación de los productos financieros cuyo valor en el mercado de derivados alcanzó los 360 billones de dólares en 1997 o 12 veces el PIB mundial; el cuarto determinante son los movimientos especulativos de los flujos financieros, entrando y saliendo de un determinado mercado con una gran amplificación y transmisión de esos movimientos a todo el mundo; por último, la influencia de las agencias de calificación como Standard & Poor o Moody´s como elementos de interconexión de los mercados financieros.

Por volumen el mercado FOREX de divisas es el mercado financiero más grande del mundo. Cuando se creó en 1977, el volumen de negocio diario era de aproximadamente 5 billones de dólares estadounidenses, en la actualidad hay un volumen diario de 3,5 billones de dólares de transaccionesfinancieras, pero más del 90% de éstas corresponden a operaciones especulativas sobre las divisas o activos con plazos medios de colocación de un día.


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