HACIA UN MODELO DE CRECIMIENTO
ORDENADO DE LOS CENTROS DE POBLACIÓN EN EL ESTADO DE TLAXCALA
Ramos Montalvo Vargas
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3.4.3 La expansión física del territorio
Al preguntar a las autoridades sobre el lugar más adecuado para que crezca la cabecera municipal, 43 % considera que hacia el norte de la zona urbana en la cabecera, el mismo porcentaje afirma que la mejor opción es al sur; y 14 % restante al noreste. El caso de Nanacamilpa que es el municipio modelo; así como Xaltocan, deciden que sea el norte, siendo desde la perspectiva del modelo aquí propuesto una percepción acertada debido a que es la zona con menor pendiente, lo que facilita la dotación de servicios. Un concepto diferente tiene por ejemplo la administración de Santa Apolonia Teacalco y Tepetitla de Lardizábal, donde indican que el mejor lugar para crecer es hacia la parte alta de los cerros, el argumento de ambas autoridades, es que la parte baja es altamente productiva y con alto valor para los vecinos y no están dispuestos a cambiar su uso agrícola por la vivienda. Incluso al visitar el territorio se aprecia que las construcciones avanzan sobre los cerros, sus mismas instalaciones deportivas están en zonas altas y continúa ese proceso avalado por las autoridades . El mismo planteamiento están dispuestos a llevar a cabo en Tepetitla pero promovido por las autoridades municipales. En la siguiente figura se mencionan las zonas hacia dónde se alojan los asentamientos irregulares según argumentos de las autoridades.
Figura 21. Localización de los asentamientos irregulares de población
Fuente: Elaboración propia
Lo que pareciera el proceso más complicado de apropiación del territorio para edificar como sucede en Santa Apolonia Teacalco y Nativitas; donde los asentamientos crecen sobre la pendiente del cerro ubicado en la parte norte y noreste, para las autoridades por los argumentos antes referidos, explican que es normal y no existen asentamientos irregulares a diferencia de la parte baja de la cabecera que es totalmente plana, está deshabitada y destinada a cultivos. Por ello, tan importante es definir una política adecuada de crecimiento en los centros de población, que la misma ley de ordenamiento territorial en su artículo 15, fracción X, establece que las autoridades municipales, tendrán la facultad de evitar el establecimiento de asentamientos humanos irregulares, en coordinación con las autoridades estatales competentes. Sin embargo, ante situaciones como las señaladas donde la lógica de uso de suelo es diferente con sus propias razones por demás válidas en términos culturales; y no del todo para asuntos de protección civil, accesibilidad y en términos de costo-beneficio, la realidad es que los principales actores (gobierno y sociedad) creen que es la mejor forma y sólo corresponde analizarlo profundamente y emitir propuestas con estas importantes observaciones.
En Nanacamilpa y Tepetitla el crecimiento irregular es hacia el norte, en el primer caso la autoridad advierte que la dirección del crecimiento urbano es resultado de las decisiones de los pobladores y el mejor lugar hacia donde debe crecer la ciudad, lo que coincide con las decisiones de una sociedad donde se toma en cuanta esa implicación, aunque esa experiencia está precedida por el fracaso de un asentamiento (zona habitacional que argumenta la autoridad no fue una voluntad de la población) en la parte sur donde tienen dificultades para la dotación de servicios (misma que se aprecia en la Figura 49 de los anexos).
Sin embargo, lo anterior muestra una sociedad madura al decidir conforme el interés general. Destaca Nanacamilpa, porque la madurez social para consolidar estos procesos requiere mucho tiempo y más cuando hay una permanente demanda y reclamo por los servicios básicos y como se asevera con acierto que “las autoridades municipales de ciudades en rápida expansión han señalado que el municipio sólo es testigo de lo que pasa en sus terrenos” (Schteingart y Dandrea, 1991:247), afortunadamente en Nanacamilpa existe conciencia, cultura y comportamiento positivo del habitante por determinar lo que más favorece en el futuro a la comunidad, con lo que se advierten matices de planificación en su misma población, cualidad difícil de encontrar en sociedades modernas de América Latina.
Lo anterior, demuestra una elevada conciencia de la sociedad civil a raíz de problemas suscitados con la zona habitacional desarrollada en la zona sur de ese centro de población y que tiene dificultades con la dotación de servicios, este marcado rechazo de la sociedad ante el crecimiento de la retícula en una zona no prevista, puede ser un factor que está presionando la falta en dotación de servicios. Ese análisis es interesante, porque probablemente una voluntad de privados con el aval del sector público en alguna administración anterior, ha provocado una reacción social que manifiesta su fortaleza y racionalidad en los asuntos públicos de Nanacamilpa.
En el caso de Tepetitla, el encargado de la política de crecimiento urbano en la dirección de obras de ese municipio, en entrevista directa y mostrando un croquis de la zona mencionó: “hasta aquí llegarán las construcciones, más allá no habrán servicios” (véase en los anexos la Figura 50, la delimitación de zonas de crecimiento de Tepetitla de Lardizábal con línea punteada), con lo anterior se pretende definir una política municipal para delimitar la zona urbana de la cabecera e impedir que se pierdan zonas de cultivos y además evitar la escasez de agua que son los principales objetivos de una dirección municipal de ecología, creada en ese municipio con ese particular propósito. Comenta además el arquitecto; que en el año 2005, que es su primer año de gestión se abrieron 20 calles para delinear la traza urbana, sobre todo hacia la comunidad de San Rafael Tenanyecan del mismo municipio y otras más hacia la zona de cerros como sucede con Teacalco y Nativitas localizados en la misma región del estado.
La política urbana en los ayuntamientos es importante y debe buscar dirigir, introducir o mejorar los servicios públicos y en este caso regular la tenencia de la tierra en asentamientos informales, aunque en términos generales el problema de planificación en este nivel y el control urbano se ha enfocado hacia la urbanización derivada de asentamientos irregulares y se ha señalado la necesidad de su control. Por otra parte “tanto las presiones ciudadanas por servicios públicos como las derivadas del desarrollo regional, conducen a los ayuntamientos a involucrarse más activamente en el control del crecimiento urbano. Frente a las organizaciones populares, las prácticas sociales y gubernamentales tradicionales en los municipios estudiados han generado amplios rezagos en la cobertura y calidad de los servicios públicos, en la regularización y la tenencia del suelo, en la ausencia de control sobre sus usos” (Merino, 1994:119).
Con lo antes expuesto, a excepción de Nanacamilpa, se manifiesta una aparente y reducida (o casi impotente) capacidad de ejercer un poder público local para controlar la multiplicación de asentamientos irregulares sobre la periférica urbana, con la consecuente restricción para dotar de servicios públicos a los pobladores. Frente a la dinámica urbana y las transformaciones que ocurren en sus jurisdicciones, las respuestas por el estado de empantanamiento de la gestión municipal tienden a basarse en los insuficientes recursos económicos de que disponen los ayuntamientos; los altos costos de las obras para infraestructura y las bajas tarifas que se cobran por los servicios y la discontinuidad entre administraciones municipales (duración de tres años) de la planificación del desarrollo urbano, la falta de información indispensable para las autoridades sucesoras, que como en el caso de la mayor parte de los municipios aquí estudiados, tendrán que llevar la carga del mantenimiento y dotación de costosos servicios incorporados anteriormente por la falta de planificación.
