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La Empresa es su Resultado
El Beneficio editorial y la Contabilidad del Conocimiento.

Francisco Luis Sastre Peláez

 

EL ENTORNO DE LA EMPRESA CULTURAL

LA SOCIEDAD COMO ENTORNO: LAS NECESIDADES INDIVIDUALES Y SU SATISFACCIÓN.

Sociedad y necesidad socializada

Desde el punto de vista económico la Sociedad se justifica, en nuestra opinión, por ser un medio eficiente para la satisfacción de necesidades individuales:

a) por un lado, “amplifica”, potencia, la acción individual haciéndola más eficaz en relación con el objetivo básico de la Sociedad, que es la supervivencia y el desarrollo del conjunto.

b) por otra parte, hace que confluyan en cada persona los frutos del trabajo de todas las demás(1), de la Sociedad entera, ampliando espectacularmente el “horizonte” de cada individuo.

La necesidad acompaña la vida, es un “negativo” de la existencia del hombre. Surge del vivir, del actuar en el entorno y se manifiesta como un sentimiento de urgencia por realizar ciertas acciones, generalmente de naturaleza compensadora o instrumental. La necesidad y su satisfacción definirán, precisamente, la forma en que la vinculación individuo-entorno se desarrolla y manifiesta

La satisfacción de necesidades ocasiona, frecuentemente, una destrucción o alteración sustancial de algunos elementos del Sistema. Denominamos “bienes” (productos o servicios) a aquellos elementos que tienen la cualidad de servir para la satisfacción de necesidades humanas. La idoneidad de un bien para colmar determinada necesidad se denomina “utilidad” o “valor”.

Pero el Sistema o Sociedad es una realidad común, englobadora de todos los bienes existentes (en su fase terminada o como meros recursos económicos) y de todos los individuos. Su naturaleza de organización y la condición necesaria de eficiencia exige que, con vistas a la cooperación y, al menos hasta cierto punto, se “socialicen” las necesidades así como la forma de satisfacerlas.(2)

Así, el efecto que la existencia de la Sociedad tiene en la solución de las necesidades individuales es ambivalente:

1. - Por un lado permite aprovechar las ventajas organizativas, especialmente en cuanto a la división de trabajo, multiplicando extraordinariamente la eficacia del esfuerzo humano en lo que se refiere a la adecuación de los recursos del entorno para la satisfacción de las necesidades.

2. - Socializa las necesidades, así como su satisfacción. Se ocupa de identificar y desarrollar las maneras de dar respuesta, exclusivamente, a necesidades socialmente reconocidas como tales. Ambas cuestiones, las necesidades admitidas y las formas para su satisfacción, están culturalmente establecidas.

Como consecuencia se produce en el individuo una tensión de gran importancia, tensión de la que deriva, en último extremo, la inestabilidad que conduce tanto al desarrollo como al colapso de las comunidades humanas:

a) Por un lado su pertenencia a la comunidad facilita la comprensión y satisfacción de algunas de sus necesidades, aquellas que culturalmente han sido reconocidas como tales.

b) Por otro, se dificulta la satisfacción de aquellas que no han sido definidas o admitidas socialmente, bien porque no se han identificado convenientemente, bien por ser necesidades prioritarias sólo de un grupo reducido, bien por haber sido rechazadas como incompatibles por la cultura oficial, etc. Pero, no obstante, es especialmente con éstas con las que, por ser de índole más personal, el individuo se identifica y busca definirse.

Esta tensión individual abre el camino al análisis de un problema distinto y de gran importancia: la cuestión del reparto de lo que se produce en común. En la distribución cada persona presiona para obtener la porción máxima, bien en solitario, bien en tanto miembro de un grupo de interés (clase social, grupo profesional, etc.). Lo que se pretende es, en principio, la obtención de la máxima porción del resultado con el mínimo esfuerzo, es decir, la optimización del esfuerzo individual, la ganancia.

El concepto de ganancia personal se convierte en un punto de referencia clave para la participación de cada uno en la tarea social. La necesidad de crecimiento, de expansión individual, se apoya en la conciencia de obtener una “ganancia” al actuar, ganancia que, lejos de ser “pecaminosa”, se convierte en una guía para el desarrollo personal y social.(3)

La conciencia de ganancia se produce cuando se piensa haber obtenido por algo que se entrega, en general por la aportación personal a la tarea social, más valor de lo que aquello significaba para uno mismo. Se trata, entonces, de una creencia personal, subjetiva, pero no por ello menos esencial en lo que se refiere a orientar los actos individuales.

La condición de participación personal en la tarea social es la obtención de ganancia. El individuo compara, de manera más o menos automática, la utilidad que le reportaría una vida aislada de los demás con la utilidad de actuar de acuerdo con los otros y encuentra que se produce una ganancia en el segundo caso. La valoración de la ganancia, en aquellas cuestiones en las que aquella es posible(4) , se denomina beneficio. Una de las cuestiones más fundamentales que una persona debe asumir en su proceso de maduración, es que vivir en Sociedad le resulta beneficioso.(5)

La Sociedad es beneficiosa, recordemos, porque permite un uso más eficiente de los recursos individuales gracias a su actividad organizada. Problema distinto es el reparto de la ganancia obtenida en común, cuestión esta de la que surge una necesidad derivada: la maximización de la ganancia particular. Cada persona no sólo busca la ganancia en su participación social sino, a ser posible, que ésta sea superior a la que obtienen los demás. Para medir esta relación calcula como referente un nivel de retribución considerado mínimo por su aportación, nivel que denominaremos “coste del factor”.(6)

El problema para cada uno será obtener una retribución superior al coste del factor. En lo sucesivo el individuo reservará el concepto de beneficio exclusivamente a esta porción que supera la retribución normal (“salario justo”, “rentabilidad media”, etc.) del factor que él aporta a la producción común. La ganancia normal llega a valorarse como un pago mínimo, como la contraprestación por la simple participación en la tarea común. La motivación adicional exige la presencia del beneficio, un beneficio que, nunca lo repetiremos bastante, no tiene un carácter preponderantemente financiero o material, salvo en las relaciones de estricta producción económica.

El beneficio tiene, pues, la naturaleza de ganancia extraordinaria (la ordinaria se hace coincidir, por aproximación, con la “retribución justa del factor”). Tanto mayor incentivo tendrá una persona para participar en un grupo cuanto mayor beneficio (emocional, político, económico, cultural, etc.) obtenga en ello.

Siendo lo fundamental del presente estudio el análisis del beneficio empresarial, este tema será desarrollado en profundidad más adelante. Resaltemos sin embargo, antes de terminar, un aspecto importante en la búsqueda de beneficio personal. Es lo que en la literatura económica reciente se describe como el “problema del gorrón”.(7)

Un segundo aspecto de gran trascendencia es el control por ciertos grupos de interés, de las instituciones que gestionan el poder social (Estado)(8) con la intención de sesgar interesadamente el reparto de los beneficios sociales. Dicho control afectaría entonces, decisivamente, la actividad económica en la Sociedad en cuestión. Estas tensiones “individuos - grupos” o “grupos pequeños-grupos grandes”, pueden estudiarse desde una óptica de estricta eficiencia económica y, de hecho, han dado lugar durante los últimos años a una copiosa literatura en este sentido(9). Su análisis ayuda a explicar, además del crecimiento económico de las Sociedades, el éxito de una forma organizativa (contractual) u otra, la escisión de grandes organizaciones (desde empresas hasta sociedades enteras) y su reestructuración en formas organizacionales diversas.

Antes de enfrentarnos a la última cuestión de este apartado, la multiplicidad de las necesidades humanas, recapitulemos algunas cuestiones básicas:

1. - El individuo transforma el entorno, en su vivir, de manera definida y coherente con su propia naturaleza. El resultado es la emergencia de grupos humanos vinculados al entorno de manera estable y cuya máxima realización la constituye ese sistema complejo denominado Sociedad. Los grupos perduran porque permiten al individuo una existencia mejor que la que proporciona una vida de aislamiento.

2. - El resultado de esa actividad optimizadora que lleva a las personas a integrarse en grupos se mide en referencia a una mejor satisfacción de las propias necesidades, lo que implica, en la mayoría de los casos, el uso compartido (bienes y servicios públicos) o exclusivo (propiedad privada) de ciertos elementos del entorno. Así, el hombre mide el resultado económico de su participación social por los bienes y servicios que obtiene, así como por la seguridad de conservarlos (respeto y protección de sus derechos fundamentales y, singularmente, del derecho de propiedad).

3. - El criterio de la ganancia se convierte en el medio principal de valorar la retribución percibida por la aportación del individuo a la comunidad. La ganancia tiene un componente normal, correspondiente a la retribución media del factor aportado, y un componente extraordinario, que se busca maximizar. Este componente se denomina beneficio y se aplica tanto a actividades puramente económicas como extraeconómicas.

4. - El tamaño de los grupos depende de su eficiencia en los servicios proporcionados a sus miembros. Cuando un grupo es demasiado grande y su control es difuso existe una elevada probabilidad de escisión. El punto de equilibrio se establece, como en el caso de cualquier organización, entre la eficiencia conseguida por la división de tareas (especialización que se ve favorecida por la expansión) y la pérdida de coordinación y control sufridos a causa del crecimiento.

5. - La Sociedad se articula como una organización de organizaciones. Las formas estructurales principales, así como las relaciones básicas entre unidades organizativas, forman parte de lo que denominamos “instituciones sociales”.

 


1.Este doble flujo es posible porque la Sociedad se estructura como una “organización de organizaciones”. Cada individuo trabaja especializadamente para una “organización”, pero todas las organizaciones trabajan para servir a todos los individuos. Así, cada ser humano puede beneficiarse, en principio, del trabajo de todos los demás (con las debidas restricciones presupuestarias para la adquisición de aquellos servicios que no sean públicos). Este punto es esencial en nuestra argumentación.

2.Siendo necesario un cierto “acuerdo” sobre qué necesidades hay que atender y la forma de hacerlo, las sociedades democráticas en las que funcionan las economías de libre mercado optarán, generalmente, por satisfacer primero las necesidades “mayoritarias”, más vinculadas a mercados atractivos en los que pueden desarrollarse economías de escala, curvas de aprendizaje, etc. En todo caso, sostenemos, la misma definición de la necesidad y, por supuesto de su posible forma de satisfacción, es de naturaleza cultural y, por lo tanto, social.
 

3.El reconocimiento social de que la ganancia no sólo ha de ser tolerada, sino incentivada, es un elemento fundamental en la consagración del sistema económico más avanzado que el ser humano, hasta la fecha, ha sido capaz de crear: el capitalismo. Véase la obra clásica de Weber. La ética protestante y el espíritu del capitalismo.

4.No olvidemos que sólo una parte de las necesidades se satisfacen con “cosas”. Existen necesidades emocionales, políticas, etc.

5.Independientemente del hecho de que, para el hombre actual , resulta hoy prácticamente imposible vivir aisladamente de la Sociedad, el concepto del beneficio es fundamental para explicar la permanencia o no de las personas en ciertos grupos y, como veremos después, en la escisión de los grupos a causa del “problema del gorrón”.
 

6.La fuerte influencia que en la motivación humana tiene no sólo la comparación entre lo que se entrega y se recibe como contraprestación, sino la comparación entre lo percibido y un segundo elemento de referencia (por ejemplo, lo que obtiene un tercero por una prestación similar a la nuestra) se ha analizado por la llamada “teoría de la equidad” formulada por John Stacy Adams. Véase Díez y Redondo (1996): 412

7.El “problema del gorrón” puede resumirse del siguiente modo: los individuos racionales no incurrirán en costes (gastos de tiempo, esfuerzos, etc.) participando en una acción de grupo cuando puedan recibir beneficios individuales actuando como “gorrones” (es decir, aprovechándose del trabajo de los demás y pasando inadvertidos, a causa de la dificultad de controlar quién trabaja y quién no en el grupo). Este problema fue puesto de manifiesto por Mancur Olson en 1965. Ver North (1994): 24 y ss.

 

8.Existen dos teorías básicas del Estado: a) la teoría depredadora o teoría del Estado explotador y b) la teoría del Estado como maximizador de la riqueza de la Sociedad. Según la primera, el Estado es el agente exclusivo de un grupo o clase social, cuya función sería la de maximizar los rendimientos del grupo en el poder. Según la segunda, el Estado tiene por función potenciar el desarrollo económico de la sociedad entera.

9.De entre los numerosos autores vinculados a este análisis, destacamos la obra de Douglass C. North y Marcur Olson.
 


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