El turismo es el  principal motor económico en muchos países, por lo tanto es un sector con una  gran influencia en las actuaciones del mercado y en la sociedad. En España, la  industria turística juega un papel prioritario a nivel macroeconómico al ser un  país que ofrece un gran atractivo, y numerosas y variadas ofertas para el turismo  internacional. No sólo destaca el turismo de sol y playa en las costas de la  península, España cuenta con un alto valor cultural y varios espacios naturales  protegidos. En todo el país hay 12 ciudades que son Patrimonio de la Humandidad  de la UNESCO y existen 14 Parques Nacionales. El turismo español representa en  torno al 10% del total del PIB de la economía. En 2010 se produjó un aumento, alcanzando  una cifra de un 10,2% del PIB (IET, 2011).
                Siendo el sector  turístico uno de los más importantes en la economía española, es manifiesto el  interés por conocer por qué, cómo y cuales son los resultados de la  Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en este sector. Recientemente la Organización  Mundial del Turismo (OMT) destacaba que: “todos  tenemos una función que cumplir en la generalización de unos viajes y un  turismo responsables. Los gobiernos, las empresas y las comunidades deben  procurarlo sin duda por todos los medios, pero usted también, en su calidad de  visitante, puede apoyar sensiblemente este objetivo de muchas maneras.” (OMT, 2012)
                Sin embargo, para  poder actuar de manera responsable, todos los agentes involucrados deberían  que conocer claramente el significado de la  RSC, sus características y sus implicaciones. Tanto la OMT como muchos expertos  consideran la RSC como una actitud de vital importancia en el sector turístico  por el impacto que este tiene sobre la sociedad y el medioambiente pero, ¿realmente,  las empresas turísticas pueden impulsar el comportamiento de la sociedad y el  de otros grupos de interés? ¿Para las empresas turísticas es importante o  incluso imprescindible optar por políticas responsables? 
                Para poder  responder dichas preguntas correctamente, es necesario saber de qué manera ha  ido evolucionando el turismo en materia de RSC a la a lo largo de los años así  como la base de los desarrollos futuros. Tener esa información, ayudaría a las  empresas a reaccionar, establecer planes de acción y desarrollar políticas  adaptadas adecuadamente al mercado del sector. Además resulta es de gran  importancia que las conozcan el contexto legal asociado y sean conscientes de  los códigos o leyes relacionados para actuar conforme con la normativa. 
                Este trabajo,  lejos de ser exhaustivo, contribuye a arrojar luz sobre esas preguntas, por un  lado, analizando el fin que tiene la utilización de prácticas de RSC para las  empresas turísticas hoy en día y por otro lado, haciendo hincapié en las  ventajas que tienen las empresas turísticas a la hora de desarrollar políticas  responsables. Finalmente, se trata de exponer algunos de los objetivos de las  empresas cuando optan por establecer políticas corporativas.
                Para ello el  presente trabajo se estructura del siguiente modo. En un primer apartado se  abordan los conceptos de RSC y conceptos relacionados como los stakeholders, la ética y la  sostenibilidad. Posteriormente se describe la evolución del turismo a lo largo  de los años y la base de las tendencias futuras y se analiza brevemente el  impacto de la actividad de las empresas del sector turístico en la sociedad, la  economía y el medioambiente; intentando valorar su capacidad de influencia  sobre el comportamiento de la sociedad. Para ir un paso más allá se presentan  las iniciativas internacionales y el contexto legal relacionado analizando hasta  que punto es relevante para las empresas turísticas optar por políticas  responsables. 
                Para poder lograr  los objetivos planteados, primero se revisó la bibliografía correspondiente  analizando varias fuentes, tanto online como en manuales, sobre la teoría de la RSC para conocer la materia, su  historia, aclarar conceptos, y dar definiciones. Tras haber analizado el tema  teóricamente y determinando la importancia de la RSC en el ámbito turístico,  era necesario realizar un análisis de la repercusión en varias dimensiones y  conocer la situación actual de la RSC en el turismo. La evaluación y el análisis  teórico de todos los datos, permitió respaldar los objetivos señalados al  principio. Finalmente, se revisaron el conjunto de  iniciativas y de organizaciones de prestigio que podrían jugar un papel  relevante en materia de políticas responsables. Para ello, se analizaron los  informes del “Código Ético Mundial para el Turismo” de la Organización Mundial  del Turismo (OMT) y “el Código de conducta para la protección de la infancia  frente a la explotación sexual  en el  turismo y la industria de viajes” de UNICEF ya que son los códigos importantes  en la industria turística. A continuación, se accedió a datos de varias  certificaciones relacionadas e índices de importancia para las empresas  turísticas. Por el alcance del trabajo, sólo se han sintetizado las tres  certificaciones e índices más importantes en el ámbito del turismo y que pueden  ser referentes de interés y apoyo para las empresas turísticas.
2.1. Del concepto de responsabilidad  social corporativa al de sostenibilidad.
                La RSC es un concepto complejo que exige aclarar algunos  términos básicos para tratar de orientarse en todo su significado. Este  apartado se ocupa de la terminología relacionada con la Responsabilidad Social  Corporativa, a partir de ahora RSC, teniendo en cuenta algunos aspectos  asociados como: los stakeholders, la  ética y cultura empresarial o la sostenibilidad, con el fin de dar una visión  global del concepto. Además, para comprender mejor el porqué de su adopción por  parte de las empresas, se presenta la cuestión relativa a los factores que  influyen en su implantación. Como apartado final, y a la luz del análisis del  concepto, se presentan una serie de ideas sobre la importancia de una dirección  inadecuada de RSC y su relevancia actual.
                La revisión de la literatura muestra que hay múltiples  definiciones de RSC o RSE (Responsabilidad Social de la Empresa). Esta  diversidad de interpretaciones se muestra también en el llamado libro blanco  sobre la RSC que alberga varias definiciones y del que Iborra, et al. (2007: 206) concluye que la RSC “(...) recoge el compromiso ético de la  empresa con aquellos con los que actúa regularmente, sus empleados, clientes,  proveedores, consumidores, las comunidades locales, nacionales o  internacionales en las que trabaja o a las que sirve. La Responsabilidad Social  Corporativa recoge el conjunto de principios, valores y normas que una empresa  establece para guiar el comportamiento de todos sus miembros.” Aparte hay  que señalar que es “(...) un compromiso  público y explícito sobre el que se construyen las relaciones de confianza  entre la empresa y aquellos con los que interactúa.” Esta definición  resulta bastante completa y en ella se pueden observar varios conceptos que  sirven para entender mejor el concepto de RSC. 
                Uno de los aspectos claves de la RSC, es aquel, que hace  referencia a todos aquellos agentes con los que se relaciona la empresa y sobre  los que adquiere un compromiso. Ese conjunto de agentes son los grupos de  interés, o en terminología anglosajona los stakeholders.  Edward Freeman utilizó por primera vez en 1983 esa denominación en la RSC,  refiriéndose a los accionistas o propietarios del capital (los shareholders) como parte de esos grupos  de interés. Sin embargo, fue Milton Friedman, él que se puede considerar como  el precursor en la utilización del término de responsabilidad de la empresa.  Así, en su conocida publicación de 1970 en el periódico estadounidense The New York Times, Friedman proclamaba  que los shareholders tenían un papel  prioritario frente a los otros grupos de interés y que constituían el único  grupo con el que era importante cooperar por parte de las empresas. Opinaba que  la responsabilidad que tienen los directivos de las empresas es aumentar el  valor para los accionistas, en definitiva la obtención de beneficios. 
                A lo largo de los años, sin embargo, se han desarrollado  otras líneas de pensamiento que entienden y promueven la importancia de  considerar que las empresas tiene cierta responsabilidad sobre otros grupos de  interés más allá de los accionistas, ya que hay muchos otros agentes a los que  influye la actividad de una empresa. Así, utilizar políticas responsables  significa maximizar los beneficios en varios ámbitos pero incluyendo a la  totalidad de stakeholders y no sólo a  los accionistas. Esta nueva actitud tiene sus raíces en el aumento de la  preocupación de las empresas en el ámbito social, medioambiental y ético (CEOE-CEPYME, 2011) y el reconocimiento  de la RSC como un elemento más de éxito empresarial. 
                En la actualidad, las empresas juegan un papel importante  en la economía, no sólo para generar beneficios sino también para contribuir a la  sociedad de bienestar, con políticas éticas dirigidas a todos aquellos agentes  con los que se relacionan; empleados, clientes, proveedores, etc. El entorno de  la empresa es fundamental y el trabajo conjunto con una política responsable,  hace que se incrementen los beneficios a largo plazo (Iborra et al., 2007).  Por su importancia, el concepto de stakeholders y shareholders se explicará con más profundidad en el siguiente  apartado.
                Otro concepto estrechamente relacionado con la RSC es la  ética que construye la base de las relaciones en el ámbito empresarial definiendo  qué actitud es correcta e incorrecta. Considerada como los fundamentos morales  que caracterizan las relaciones que las empresas sostienen con los agentes  sociales o grupos de interés (Nash, 1990),   se observa que la ética de la empresa parece tener dos partes. Por un  lado, se refleja en la forma en la que interactúan las personas con los stakeholders. Por otro lado, está  caracterizada por los objetivos morales que persigue la empresa. 
                Para entender mejor la idea de ética, hay que explicar  quiénes son los responsables de determinarla y cómo se aplica en la realidad. Font et al.,  (2012) aclaran que la ética empresarial está definida por los directivos  o miembros de la empresa, la comunidad o la sociedad. No existen leyes  específicos que determinan la ética que se debe establecer en las empresas, pero  hay que mencionar que las empresas actúan en mercados competitivos por lo cual siguen  también las restricciones legales y jurídicas básicas como son los derechos  humanos, etc. En definitiva, no es un concepto  que se aplica como una norma, sino que es una cuestión personal o grupal que  depende de las creencias. La ética empresarial está basada, sobre todo, en los  valores de los individuos que la forman y en la sociedad en la que se define  (Guerras y Navas, 2007).
                Una aplicación adecuada exige que los objetivos de las empresas vayan  acorde con la ética. Por lo tanto, los objetivos influyen también en la forma  de tomar las decisiones estratégicas en el mercado. 
                Cada empresa puede definir sus valores y su ética de  forma escrita a través de un código ético para fomentar un comportamiento ético  propio entre empleados y directivos y lógicamente tiene que ser conocido por  todos. Sin embargo, aún así resulta complicado controlar hasta qué punto se cumple  el código ético de los empleados. Por esta razón, es de gran interés para las  empresas discutir, formar y afrontar todas las cuestiones para poder guiar  mejor a las personas (Iborra et al.,  2007:199).
                Otra de las cuestiones que, de algún modo, se ve recogido  en el concepto de RSC es el conjunto de principios, valores y normas que se  atribuyen a la visión y la misión de la empresa. La misión de la empresa es  transparente para todos los trabajadores o para los profesionales relacionados  con la empresa, se define como el fin empresarial y se puede denominar “guía”  durante el desarrollo del negocio. A la hora de establecer la misión de la  empresa, es de gran interés definir las dimensiones ya que son de origen  variado. Pueden ser dimensiones económicas, sociales, ecológicas y orientadas a  los clientes (Iborra et al., 2007).  En ese sentido, Bestratén y Pujol (2003) distinguen tres diferentes  responsabilidades; primarias, secundarias y terciarias. Pero destacan que las  responsabilidades dependen del tipo de empresa, es decir, si es una empresa  pequeña, mediana o una multinacional. 
                Para Bestratén y Pujol (2003), las responsabilidades  primarias están estrechamente relacionadas con una actividad, considerada esta  en términos de bienes o servicios útiles para la sociedad fabricados de manera  sostenible1  respetando el medioambiente. Las secundarias, sin embargo, repercuten a la raíz  de la actividad, a los grupos sociales relacionados. Es decir, que en el caso  de ahorro, se debe implantar sistemas de reutilización o influir en los  consumidores. Finalmente, las terciarios mejoran el entorno con actuaciones que  no figuran en la actividad principal.  
  Si bien no está recogido directamente en el concepto  general de RSC que se ha presentado, el esquema de responsabilidades, observado  anteriormente, está más estrechamente relacionado con el  sector turístico, al que brinda otro concepto  de gran importancia en el panorama actual del turismo: la sostenibilidad. 
  La idea de sostenibilidad relaciona directamente el medioambiente  y el turismo, y fue definida por la Comisión Mundial del Medioambiente y del  Desarollo en un informe llamado Informe Brundtland (1988) en el artículo  “Nuestro futuro común”. Según este informe, la sostenibilidad se concreta en: "(...) el desarrollo  sostenible (…) que satisface las necesidades de la generación presente sin  comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus  propias necesidades." Sobre todo en el turismo, es un concepto muy  valorado, ya que la industria turística tiene muchos aspectos negativos frente  al medioambiente. Los indicadores ambientales muestran resultados negativos,  por causa de la contaminación y el cambio climático, haciendo que los  ecosistemas estén en un desequilibro y amenazando la biodiversidad. Por eso,  hoy en día carece de gran importancia hacer que crezca la responsabilidad  medioambiental y que se fomenten políticas sostenibles en grandes empresas que  por su capacidad, tienen la posibilidad de apostar por un desarrollo sostenible  en el mundo. En el sector turístico destacan como puntos negativos aquellos que  afectan entre otros, al medioambiente. Por ejemplo la destrucción de paisajes,  el aumento de la producción de residuos  y aguas residuales o la alteración de los ecosistemas. Las Naciones Unidas destacan  que la actividad turística se debe desarrollar protegiendo el entorno natural,  los ecosistemas y la riqueza cultural. Por eso, el término de sostenibilidad  tiene gran importancia a la hora de desarrollar el turismo (Organización de  Estados Iberoamericanos, 2012). Más adelante en el trabajo, se explicará ese  concepto a través de ejemplos en el ámbito del turismo, ya que existen varias  interpretaciones que se entienden de mejor manera, en proyectos reales.
                Muchos autores subrayan la voluntariedad de las empresas  a la hora de aplicar o no, una política responsable por ser considerada una  decisión interna y no obligatoria. A esta idea de voluntariedad se suma otra  característica directamente relacionada, como es la autorregulación del  concepto. Es decir, son las propias empresas las que inician, de modo autónomo,  un comportamiento responsable estableciendo sus objetivos para una implantación  exitosa. Existen códigos de conducta o normas, pero su función es simplemente  guiar a las empresas, lo que implica para los gobiernos, una ventaja al no  tener que intervenir en las empresas privadas. La Comisión Europea destaca, que  las empresas necesitan algunas normas en materia turística, pero los  responsables y expertos del turismo deben ser los que definen esas normas y  garantizar su realización. 
                En definitiva, las empresas turísticas, al igual que las  de otros muchos sectores, han de plantearse cuales son los verdaderos motivos  que impulsan las decisiones relativas a sus políticas de RSC conociendo  claramente qué aspectos influyen en su implantación. Siguiendo el esquema que  proponen Guerras Martín y Navas López (2007), cuatro son los factores que  individual o conjuntamente pueden mover a las empresas a llevar a cabo acciones  de responsabilidad social. 
                Bajo factores legales, se entienden las leyes y normas  que están vigentes en cada uno de los países del mundo. Estas leyes y normas  constituyen la base de una mínima RSC con la que tienen que actuar las  empresas. Su fin es velar por la utilización de estas políticas en las  empresas, ya que es su obligación y el derecho de los trabajadores. A lo largo  de los años se han establecido varios pactos que apoyan las leyes; por ejemplo,  el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, Directrices para las Empresas  Multinacionales (OCDE) o el Libro Verde para la RSC de la Comisión Europea. El  Pacto Mundial de las Naciones Unidas se compone, sobre todo, de diez principios  relacionados con los derechos humanos y laborales, la actitud frente al  medioambiente y la lucha contra la corrupción (Red Española del Pacto Mundial  de las Naciones Unidas, 2012). El Libro Verde para la RSC de la Comisión  Europea tiene como objetivo fomentar un marco europeo para la RSE (Comisión de  las Comunidades Europeas, 2001). 
                Desde el punto de vista de la presión que ejercen los  grupos de interés sobre las empresas, se consideran factores políticos, a la  búsqueda del cumplimiento, con un grado mínimo de responsabilidad y de respeto,  de los objetivos de los grupos de interés en el negocio, tanto de los internos  como de los externos  para conseguir  involucrarlos en el éxito de la estrategia empresarial.
                Así, mientras anteriormente se pensaba que la RSC eran  costes para la empresa, hoy en día las empresas entienden que utilizar una  política responsable contribuye a fines estratégicos y genera más beneficios.  Legitimidad, reputación y competitividad son los tres pilares que influyen  positivamente en el éxito de una empresa. Legitimidad significa que los stakeholders aceptan a la empresa y su  forma de actuar. La reflexión y la transparencia tienen un efecto positivo para  los grupos de interés ya que minimiza posibles conflictos. La búsqueda de  reputación se refiere a la imagen de la empresa en el mercado y en la sociedad.  Si una empresa trabaja sosteniblemente, respecta el medioambiente y el valor de  sus trabajadores, puede mejorar la imagen de la empresa en el exterior. La  competitividad, finalmente, se ve está estrechamente relacionado con las ideas  anteriores ya que permiten a la empresa competir en mejores condiciones  consiguiendo un mejor posicionamiento en el mercado 
                Finalmente se consideran como factores éticos aquellos  que están estrechamente relacionados con los valores, la misión y la visión de  una empresa, como se ha comentado. La política empresarial la define cada  empresa a su manera, y acorde con su negocio, proyectándola hacia los  empleados, para generar una cultura empresarial (Guerras Martín y Navas López,  2007). Cómo el pensamiento ha cambiado a lo largo de los años, actualmente las  empresas se alejan de las interpretaciones de la expresión de Milton Friedman  (1970). Para el que el éxito de una empresa estaba en producir bienes y  servicios obteniendo con ello el máximo beneficio para la sociedad. Los  factores éticos motivan a las empresas a seguir comportamientos responsables  frente a la sociedad teniendo en cuenta que ese comportamiento ético tiene que  estar integrado en las decisiones diarias y en la actitud de los empleados (Font et al., 2012).
  2.2 El papel de los stakeholders. 
                Los grupos de interés o stakeholders constituyen un aspecto clave en la RSC ya que cooperan  con las empresas y contribuyen a sus beneficios. ¿Pero quiénes son los stakeholders y por qué tienen una gran importancia  desde el punto de vista de la RSC?
                Edward Freeman fue el primero en relacionar la  denominación anglosajona stakeholders con la terminología de la RSC en 1983. La gran diferencia entre las  perspectivas de Friedman y la interpretación de Edward Freeman es que para el  primero los shareholders eran el  único grupo de importancia para las empresas a la hora de cooperar con ellos ya  que el único fin empresarial es aumentar el valor para los accionistas, y por  lo tanto, la obtención de beneficios. Freeman, por el contrario, opinaba que los stakeholders se dividen en dos  grupos. En el primer grupo se encuentran aquellos de los que depende la empresa  para permanecer en el mercado. El segundo grupo engloba a los que pueden  influir en el aumento de los beneficios de una empresa o les puede afectar a  ellos directamente. 
                En definitiva, Freeman subrayaba que las empresas no sólo  deben tener una responsabilidad frente a los grupos gracias a los que generan  más beneficio en la empresa como son los shareholders o frente a sus clientes. Su interpretación destaca la importancia de la actitud  responsable de una empresa con el fin de conseguir los objetivos que beneficia  a todos los stakeholders a los que  afecta la actividad de la empresa (Business School Navarra, 2009; Gomis  Rodríguez et al., 2009).
                Entre los autores que defienden esa opinión destacan Font et al., (2012)  que, para definir el marco en el que se encuentra la RSC, explican que este  concepto tiene tres resultados finales que se denomina “triple bottom line”. Las empresas no sólo tienen responsablidades  legales y económicos, sino también las tienen frente a los stakeholders y frente al medioambiente. Por eso, es  imprescindible distinguir entre dos grupos para poder imaginarse realmente el entorno  en el que se encuentra una empresa y es de gran utilidad para los directivos  realizar una estrategia acorde con las ideas empresariales para cumplir con las  demandas de todos los grupos de interés. 
                Hoy en día, los stakeholders se siguen dividiendo en dos grupos, similares a la interpretación de Freeman. Gomis  Rodríguez et al. (2009:15) explican  que hay que diferenciar entre los grupos de interés primarios y los grupos de  interés secundarios. Los grupos de interés primarios son aquellos grupos que  influyen directamente en la actitud de la empresa o que pueden estar afectados  por la empresa. En ese grupo se incluyen los empleados, los accionistas, los  clientes, los proveedores y las comunidades locales. 
                Los grupos de interés secundarios, en comparación, juegan  un papel no tan presente, pero pueden tener repercusiones en la empresa de  manera importante. En este grupo se encuentran por ejemplo los grupos de  presión social, ONGs, sindicatos, grupos políticos, instituciones municipales,  competidores o reguladores, entre otros. A lo largo de los años, se produjó un  cambio ya que surgieron más grupos de interés que cooperan con las empresas.  Por este motivo, hay que destacar que los stakeholders no es un concepto rígido porque los grupos de interés dependen del entorno en  el que se mueve cada empresa y de sus necesidades. 
                Para volver a la pregunta inicial de por qué tienen tanta  importancia los stakeholders para las  empresas, hay que aclarar que las empresas tienen que cooperar con ellos para  poder posicionarse en el mercado y para obtener mayores beneficios  conjuntamente. Desde los inicios, se sabe que los stakeholders juegan un papel prioritario en todos los aspectos de  la RSC porque constituyen la base de una gestión responsable para las empresas,  lo que se pone de manifiesto en los ejemplos que propone este trabajo más  adelante. 
                De cualquier modo, no se puede saber que grupo específico  puede tener una importancia prioritaria frente a los demás ya que cada uno  aporta diferentes aspectos y defiende determinados intereses. Y, aunque los shareholders jueguen un papel importante  porque las empresas persiguen el fin de generar beneficios para ellos,  hay otros grupos de los que se puede beneficiar  la empresa. Para conseguir una buena relación con los stakeholders es de gran importancia, la transparencia en los  programas que apoyan las empresas para crean un ambiente de trabajo de  confianza (Font et al., 2012). 
3.1 La importancia de una adecuada política de RSC.
                En el apartado anterior se ha proporcionado una  definición de RSC y se ha analizado sucintamente su relación con otros  conceptos para poder tomar una posición respecto al tema que ocupa este  trabajo. A partir de aquí, se puede valorar la importancia de dirigir y promover  políticas de RSC, en concreto, para las empresas del sector turístico,  valorando las consecuencias que esas iniciativas pueden tener y poniendo de  manifiesto los cambios que se están produciendo en el sector con relación a la  responsabilidad social de las empresas turísticas. 
                Gran parte de las empresas, y en gran medida las  turísticas, han aprendido que no sólo los beneficios juegan un papel importante  a la hora de definir los objetivos, por lo que sus valores persiguen cada vez  más encontrar el mejor modo de obtenerlos y no tanto la obtención obstinada de  beneficios sin más. Las empresas ya no trabajan con el modelo antiguo en el que  sólo los accionistas contribuían al beneficio de las empresas y el único fin  era llegar a mejorar las cuentas de ingresos. Este pensamiento era a corto  plazo. Hoy destaca la interacción de todos los stakeholders que están en el entorno de las empresas para  garantizar el éxito, buscando mejorar la posición en el mercado a través de  políticas responsables, para garantizar el fomento de beneficios o acciones  sociales. 
                Sin embargo, no podemos olvidar que las empresas deben  perseguir la creación de valor y por tanto la obtención de beneficios  económicos. Varios estudios exponen que hay una relación directa y positiva  entre la ejecución de una política responsable y el logro de beneficios para  los shareholders, de lo que se deduce  que la RSC puede constituir  una ventaja  competitiva para las empresas. 
                Según un estudio realizado en 2008 por IBM, Institute for  Business Value, el 68% de las empresas encuestadas optan por una aplicación de  una política responsable porque creen que de esa manera pueden aumentar sus  beneficios económicos. El 54% de esas empresas piensan tener una ventaja  competitiva frente a aquellas que no comparten la idea de ser responsables,  incluso opinan que la RSC es una oportunidad para el negocio. Especialmente,  las multinacionales tienen que sobrevivir en un ambiente de competitividad  continua y el aumento de la transparencia de la información, por lo que se ven obligados  a involucrar aspectos responsables en su negocio para resistir a la  competencia. 
                Además, la actitud de la empresa también influye en los  clientes que pagan por sus servicios. Hay que destacar que existe un gran  número de fuentes de información hoy en día. Las TIC’s (Tecnologías de la  Información y las Comunicaciones), posibilitan una búsqueda fácil para los  usuarios o los futuros consumidores que pueden informarse de la imagen de una  empresa en los medios, respecto a su actitud responsable. Casi todas las  empresas multinacionales e incluso las PYMES tienen actualmente una pestaña  sobre la RSC en su página web, para que el consumidor se pueda informar y crear  su propia imagen. Aparte de información específica de una empresa concreta, la  sociedad puede obtener información rápidamente sobre temas actuales como lo  son, el cambio climático, la seguridad de los productos o prácticas laborales.  En Internet hay una gran cantidad de artículos actualizados, estudios,  proyectos, etc. con los que los usuarios pueden formarse una opinión  fácilmente. Esa transparencia, y sobre todo la facilidad de encontrar  información, es lo que hace que el cliente sea más sensible frente a la actitud  de las empresas en la sociedad debido al conocimiento que desarrollan y las  expectativas más altas.
                Adicionalmente a una búsqueda de información fácil, el  interés de la sociedad aumenta por conocer las dimensiones sociales o  medioambientales de las empresas. Algunos consumidores demandan empresas  sostenibles, productos ecológicos o un comercio justo y tienen una actitud de  rechazo contra empresas que no cumplen con los rasgos de la RSC. Asociaciones  como ONG’s pueden publicar titulares de manera negativa sobre las empresas y  así dañar su negocio. 
                En el ámbito del turismo, destacan palabras claves como:  turismo justo, turismo comunitario o turismo solidario, que debe sacar a la luz  una postura responsable frente al medioambiente y a la sociedad. El 75% de las  empresas encuestadas confirman que el interés de los clientes en la RSC tiene  como consecuencia el aumento en el número de grupos que recogen y difunden  información sobre las empresas o la realización de los productos, entre otros.
                Además, las  empresas que actúan de manera responsable cuentan con un capital humano más  motivado. Por un lado, porque se preocupan por sus trabajadores y el talento; y  por otro, porque reflejan una imagen responsable hacía la sociedad (Gomis  Rodríguez, et al., 2009). 
                Por todo ello se puede decir que cooperar con los stakeholders haciéndoles participes del  sistema de objetivos empresariales a través de la RSC, es tan importante como  contar con el capital de los accionistas. Así, contar con clientes que sean  fieles y se decidan por los productos de una empresa que actúa responsablemente  con su entorno, contribuye a una mayor generación de ingresos. A su vez, esa  actitud del consumidor, conseguida mediante la implantación de políticas  responsables, mejora la imagen pública de las empresas; a la que contribuye  también la colaboración con una selección de proveedores que persiguen los  mismos fines responsables, interviniendo o participando en programas elegidos  para mostrar que se trabaja de manera responsable y social. 
                Esa forma de pensar de muchas organizaciones refleja que,  aplicando una política ética y una actitud social que maximice las necesidades  de las personas, se consigue influir positivamente en el éxito empresarial (CEOE-CEPYME,  2011). Como bien se explicó en los apartados previos, la ética es la base de la  actitud de las personas de la organización y de toda ella en su conjunto, consiguiendo  que las actuaciones hacia los grupos de interés o stakeholders sean éticas. De esta manera, esos grupos con los que  se relaciona la empresa aumentan el grado de interés por cooperar y trabajar  con esas empresas que respetan y apoyan esa forma de pensar y actuar. 
                Por otro lado, ese comportamiento ético o socialmente  responsable, está relacionada con una actitud positiva hacia la sociedad. Es  decir, que la sociedad cada vez exige más servicios y mejores productos. Con la  creación de políticas responsables, las empresas pueden conseguir el objetivo  de mejorar su actitud y de la misma manera la imagen frente a sus consumidores.  Además, en las sociedades donde las empresas aplican acciones socialmente  responsables, como por ejemplo en determinadas comunidades locales, se puede  mejorar el nivel de vida, eliminando parte de la pobreza, corrupcion y tratando  de incrementar la igualdad. Es decir, la responsabilidad social de las empresas  turísticas no sólo es importante porque ayuda a construir una imagen  corporativa, que puede influir en el comportamiento de compra de los  consumidores; sino porque ayuda al medioambiente y a las sociedades, donde se  desarrollan actividades turísticas. 
                Sin embargo, la gestión de la RSC y su efecto en el éxito  de las empresas no es tan fácil ni directa. Tal   y como se mencionó en los apatados anteriores, no existen normas ni  leyes para desarrollarla, sino que, cada empresa aplica sus políticas éticas  independientemente. Por eso, la implantación depende de los directivos. Cada  empresa tiene que fijar su política, estableciendo una relación directa con el  sector social, económico, político y cultural. En algunos contextos la  aplicación resulta problemática y su implantación difícil, si no hay directrices  establecidas. Incluso se puede hablar de fracaso.
                Así es por ejemplo, uno de los proyectos dedicados a implantar  políticas responsables en entornos naturales y protegidos en Brasil (Puppim de  Oliveira, 2008), tuvo que enfrentar graves obstáculos relacionados con: la falta  de apoyo y cooperación con el gobierno, unos recursos financieros insuficientes  y una capacidad institucional limitada; lo que resultó en una cooperación y  coordinación  inestable. 
                Otro ejemplo de fracaso fue la aplicación de un Plan de  Turismo en China (Lai et al., 2006). En  este caso, la escasez de un plan detallado sobre la implantación del proyecto,  la falta de un análisis posterior, la experiencia práctica limitada, los puntos  de vista contrapuestos de planificadores y desarrolladores del proyecto y las diferencias  entre las prioridades del plan y las del sector privado dieron al traste con el  éxito del proyecto.  
                En España, también hemos pasado por experiencias  similares como lo fue el caso, en 1997, de la Agenda 21 de Calvià en Mallorca.  Este proyecto fracasó por una importante falta de planificación inicial y porque  el apoyo de los stakeholders fue  limitado. Además faltaba la prioridad de las políticas nacionales y regionales  y el desarrollo estaba pensado a corto plazo.
  4.2  Dimensiones de la RSC.
                En este apartado se van a exponer las repercusiones que  tiene la implantación de RSC en los ámbitos de la economía en un país, en  concreto España. Tanto en la sociedad como en el medioambiente y se tratará de  explicar la manera en que la RSC influye en ellos. Antes de entrar en el  contexto, hay que destacar que estos tres aspectos están estrechamente  relacionados con el concepto de RSC y no es posible concentrarse sólo en una  dimensión ya que cada ámbito se extiende a los demás y todos componen un conjunto.  A continuación, se explica cada una de las influencias que tiene una aplicación  de la RSC en los ámbitos relacionados con la economía, la sociedad, las  personas y el medioambiente.
                4.2.1 Dimensión económica.
                El turismo es un  motor económico muy relevante, sobre todo en los países en desarrollo. Ya en la  Cumbre de Río de 1992, se vinculó la sostenibilidad con el sector turístico y  su gran fuerza para mejorar y contribuir al medioambiente. La actividad  económica de las empresas tiene un efecto positivo en la sociedad al crear  puestos de trabajo y provocar bienestar. El sector turístico, es un sector  internacional que se desarrolla en un entorno de incertidumbre en el que pueden  surgir cambios esenciales, nuevas tendencias y actuaciones. 
                En el Plan del  Turismo 2020, se explica que “en los  últimos años, nuestro país ha experimentado una importante transformación  económica y social del crecimiento económico, del nivel de renta y del empleo,  fruto de una plena incorporación a la economía globalizada y al espacio  europeo.” (Plan del Turismo 2020, 2007). Esas transformaciones tienen,  sobre todo, consecuencias en el sector turístico de España, ya que es un sector  con un gran número de aportaciones en la economía y en la sociedad. Esto  confirman los números de la Organización Mundial del Turismo (OMT) que se  explican más detalladamente a continuación.
                En 2010 España  –cuarta a nivel mundial en llegadas de turistas (OMT 2010)- recibió un total de  52,7 millones de turistas internacionales, lo que pone de manifiesto, la  importancia del sector turístico para la economía española que representa  alrededor del 10% del PIB (Instituto de Estudios Turísticos, 2010: 7). 2 
                Los Ministros de Turismo  y las Naciones Unidas confirman también que, el sector turístico es fundamental  para lograr los objetivos mundiales de desarrollo. Por eso, se destaca en el  Plan 2020 que hace falta una estrategia para el turismo. Por ello, se  establecieron los objetivos que hay que lograr en un futuro próximo, para  garantizar un desarrollo necesario en la industria turística de España. 
                En el Plan 2020 se  elaboran tres ejes claves de actuación (figura 1). Cada uno sirve para alcanzar  un objetivo que persigue conseguir los cambios en el sector turístico español  para lograr la meta indicada. A continuación, se explicará el eje de la nueva economía turística del modelo en  relación con el concepto de sostenibilidad.
                El turismo es una  actividad que se encuentra en un marco económico con mucha competencia, en el  que hay que destacar por algunos valores innovadores, para diferenciarse de los  competidores del sector. En el Plan 2020 se hace hincapié en el fomento de la  investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i), para cumplir con las  expectativas de los consumidores que cada vez son mayores y la mayor  implantación de nuevas tecnologías. Bajo el concepto de innovación se entiende  la creación de valor para los consumidores, la mejora de la oferta y de los  procesos de producción y la sostenibilidad en el ámbito turístico. Tras la  opinión del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio junto con los  Consejeros de las Comunidades Autónomas, para alcanzar ese objetivo, hace falta  la intervención de las administraciones públicas y del trabajo colaborativo con  el sector (en el modelo se denomina Liderazgo  compartido). El eje de sostenibilidad tiene el objetivo de fomentar las  políticas responsables, frente al entorno natural y cultural, igual que el  bienestar social para llegar a una situación de equilibro que tendrá beneficios  a largo plazo. 
                Esto confirma lo que se explicó en los apartados  anteriores, que una correcta implantación de la RSC, es un concepto importante  y que no basta concentrarse en el apoyo de los shareholders. La actitud tiene que ir más allá, recopilando ayuda y  cooperaciones con los demás grupos de interés. 
                En el plan 2020 destaca el desarrollo del modelo de la  sostenibilidad, ya que es de gran importancia que todos los profesionales que  trabajan en ese sector sean concientes de la necesidad de realizar un cambio de  actitud frente al medioambiente. Los profesionales del sector turístico tienen  el objetivo de aumentar la competitividad en el sector y realizar las políticas  sostenibles lo que da lugar al aumento económico incluyendo nuevos segmentos de  turistas. Eso es tan importante porque siempre hay que seguir las nuevas  tendencias o cambios que se producen en la demanda del consumidor. De esa  manera también se puede hacer especial hincapié en la desestacionalización de destinos,  para aumentar los ingresos en todos los meses del año.
                En definitiva, la sostenibilidad como parte de la  responsabilidad social de las empresas turísticas está motivada o impulsada,  entre otro, por: el aumento de la competitividad, el aumento de nuevos  segmentos de turistas, el fomento de I+D+i para destacar entre los competidores  y llamar la atención de clientes, el aumento de la utilización de las nuevas  tecnologías, el cambio de actitud de los profesionales frente al medioambiente,  la desestacionalización de destinos, la mejora de la oferta y del proceso de  producción, la intervención de las administraciones públicas y el trabajo  colaborativo con el sector.
                4.2.2 Dimensión social. 
                La Responsabilidad Corporativa además de ventajas  económicas, tiene repercusiones positivas para las personas y la sociedad. Por  un lado, afecta positivamente a los empleados de una empresa que aplica  políticas responsables y por otro lado influye en la sociedad y en su  comportamiento de compra. Como explica Coleman (1998), hay dos formas de  definir capital; el capital tangible e intangible. El capital tangible se  refiere a los bienes y servicios, y el capital intangible incluye la capacidad  y las habilidades de las personas. “La  empresa sabe que las personas con un alto sentido ético son más leales,  responsables, sinceras y esforzadas (...)” (Coleman 1998),  por lo cual, contratando a personas con ese  perfil, significará más rentabilidad para el negocio. Si los trabajadores están  contentos en sus puestos, aumentan su rendimiento (Bayón Mariné 2008: 487). Un  ejemplo práctico, es que la empresa establezca guarderías o alguna prestación  social en la empresa. La consecuencia, es que el trabajador tiene un problema  resuelto y puede concentrarse mejor y con mayor exigencia a su trabajo. Al  igual que con los trabajadores, la empresa puede invertir en una mejor relación  con los grupos de interés, de manera que faciliten más información y mejoren  todo el proceso productivo. (Guerras Martín y   Navas López, 2007: 129). Con una política ética en la empresa, el  trabajador está más motivado con la consecuencia de un mejor ambiente laboral.  Cabe destacar que los trabajadores reflejan esa actitud al exterior y lo  proyectan a posibles consumidores o a los grupos de interés. (Krutwaysho y  Bramwell, 2010).  
                Los clientes demandan cada vez mejores productos y a un  precio asequible, por lo tanto, las empresas tienen que plantearse una  adaptación al mercado para aumentar sus ingresos. Los bienes que produce o los  servicios que ofrece, tienen que estar caracterizados por calidad, ya que el  bienestar juega un rol prioritario a la hora de elegir un producto o un  servicio.  
                Al bienestar, también influye el entorno de la sociedad,  es decir, el medioambiente. Si las empresas trabajan con políticas sostenibles  protegiendo el entorno natural, pueden incrementar el bienestar en la sociedad.  Otro punto que hay que destacar, es la inversión o la acción social de las  empresas. Es decir, las empresas poseen recursos financieros y humanos para  resolver problemas de la sociedad a nivel de promocionar la educación, la  cultura, el deporte o el arte, etc. Utilizando una política responsable, las  empresas son más que simples negocios de producción buscando beneficios  económicos. Pueden influir en muchos ámbitos que preocupan a la sociedad, por  lo tanto, son colaboradores con el entorno (Guerras Martín y Navas López 2007).
                4.2.3 Dimensión medioambiental. 
                Las dimensiones  explicadas anteriormente, tanto las económicas como las sociales, están  relacionadas con la dimensión medioambiental. El turismo también tiene una  sombra, es decir, un impacto negativo en el medioambiente. Cuando se observa la  cantidad de hoteles que se han construido en las costas, en primera línea de la  playa y los pueblos llenos de construcciones sólo para crear turismo, se  comprende el rechazo de algunas personas frente a nuevos proyectos similares.  Pero es precisamente ese gran impacto que tiene el turismo en el medioambiente  lo que le proporciona a la Industria la oportunidad de cambiar algo fundamental  y tratarlo de forma responsable. 
                El fin del primer  Congreso Internacional de Ética y Turismo que tuvo lugar en septiembre de 2011  en Madrid, fue exactamente lo mencionado; conseguir un sector turístico  responsable y sostenible. Pero la idea hacia una mejora del medioambiente va  más allá. En 2001 se formuló el denominado libro verde por la Comisión de las  Comunidades Europeas, en el que destacan las estrategias para lograr fomentar  un marco europeo para la RSE.
                Un punto tratado en el Libro Verde es la gestión del impacto ambiental  y los recursos naturales. El impacto sobre el medioambiente puede ser menor,  disminuyendo el consumo de recursos o las emisiones contaminantes entre otros.  Este aspecto se puede considerar además como aspecto económico, ya que las  empresas pueden ahorrar gastos con un comportamiento responsable frente al  medioambiente. Algunos ejemplos para las empresas, de ahorrar costes y, al  mismo tiempo, actuar responsablemente frente al medioambiente, sería la  disminución de los gastos de energía, de descontaminación y de consumir menos  materias primas. Así resulta ventajoso tanto para las empresas como para el  medioambiente. 
                La Comisión ha establecido un programa, cuyo fin es que la Unión  Europea y los estados miembros cooperen con las empresas, invirtiendo en ellas,  para que sean más eficientes en la aplicación de políticas sostenibles. Ofrecer  cursos para los empleados de una empresa, es una meta para lograr un  comportamiento responsable en materias ambientales. A través de acuerdos  voluntarios o la valoración de las políticas sostenibles implantadas, abogan en  favor de una optación de las empresas para un trato responsable del medioambiente. 
                Hay varios sistemas para fomentar una actitud responsable. En el sector  turístico es muy reputado el sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales (EMAS; Ecomanagement and Audit Scheme) ISO  19000, que es un certificado que obtienen las empresas que gestionan de manera  sostenible y que protegen el entorno utilizando políticas responsables y  formando su plantilla para representar una actitud sostenible. Aparte hay  códigos de conducta, guías de buenas prácticas, certificados de auditoría social  o eco etiquetas cuya aplicación impulsa actitudes responsables hacia el  medioambiente aunque siempre son el resultado de la decisión voluntaria de las  empresas. 
                Las eco etiquetas  en el sector turístico tienen, entre otros, el fin de proporcionar información  sobre el comportamiento sostenible de las empresas. Los clientes pueden  detectar un producto sostenible por la etiqueta que lleva lo que influye en la  actitud de la compra. No sólo es una ventaja para los clientes sino también  para los stakeholders, ya que pueden  mejorar la actitud sostenible ofreciendo posibilidades de mejora o realizar  acciones eco eficientes a las empresas. Las eco etiquetas se aplican en el  sector hotelero o para los operadores turísticos, compañías de transporte  playas, etc. La mayoría de ellas fueron implantadas en los años 90, pero hoy en  día se han desarrollado eco etiquetas a nivel internacional como por ejemplo la  Etiqueta Ecológica Europea (la “Flor”) o el Green Globe 21.
                En general hay que  destacar que durante los últimos años ha aumentado la actitud positiva frente  al medioambiente en el sector turístico, ya que hay un amplio abanico de  posibilidades ofrecidas por organizaciones o cooperaciones a nivel estatal.  Muchas empresas ya optan por una mejor y más eficiente gestión ambiental,  porque conlleva el aumento de su competitividad en el mercado. Los agentes en  el sector turístico, cada vez con más frecuencia, son conscientes de los  impactos del turismo al medioambiente por lo cual optan por los estándares de  calidad ofrecidos para actuar equilibrado con el medioambiente pensando a largo  plazo (Cornel et al., 2010). Además,  mostrando su interés por un turismo sostenible, hace destacar positivamente la  imagen de la empresa que puede impulsar cambios en la actitud del consumidor o  cliente, los proveedores, colaboradores y los stakeholders en general. De esa manera, las empresas turísticas  pueden realizar su negocio más eficientemente, ahorrar costes y proteger el  medioambiente (Secretaría de Comercio y Turismo Interior 2011; Gomis Rodríguez et al., 2009). 
                Siendo el turismo una industria grande que se desarrolla  a nivel mundial y en diferentes países, tiene la posibilidad de mejorar el  medioambiente a través de programas y puede apelar a la sociedad a la hora de  ser más responsables con el entorno natural. Incluso puede mejorar formas de  vida de varios grupos de personas protegiéndoles a través de proyectos. 
                Finalmente ser una empresa sostenible afecta  positivamente al medioambiente, incluso lo protege o lo mejora. Todas las  empresas tienen que aportar una parte en esa materia, pero especialmente las  grandes empresas turísticas, pueden mover mucho para garantizar un trato  responsable con el medioambiente. En los últimos años, la actitud sostenible en  el sector turístico y especialmente en el sector hotelero ha aumentado. Un  estudio realizado por Worldhotels en 2011 sobre la percepción y participación  en iniciativas de sostenibilidad de sus hoteles destaca que “(...) el 85% de sus clientes corporativos  ya exigen la divulgación de la política de RSC y de su actividad.” El  director del grupo Worldhotels, Robert Hornman explica en el artículo Worldhotels  lanza una nueva iniciativa de sostenibilidad que: “la  responsabilidad corporativa y la sostenibilidad tienen claramente una  importancia creciente para los huéspedes de los hoteles, así que sólo por esta  razón nuestros establecimientos afiliados reconocen la importancia de  involucrarse en prácticas sostenibles”. Además, se dan varios ejemplos de  empresas turísticas que han llevado a cabo una RSC recientemente o en años  anteriores.
A lo largo de la historia el turismo, como industria de carácter transversal, ha sufrido importantes cambios procedentes, entre otras, de muy diversas medidas y políticas comunitarias en ámbitos como el transporte, el medio ambiente, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el desarrollo rural, la protección al consumidor, la energía. (Presidencia Española de la Unión Europea, 2010). En el turismo, como en muchos otros ámbitos productivos el adjetivo sostenible a adquirido carta de naturaleza y se ve afectado por un nuevo modelo de turismo, un turismo responsable (Vargas, 2010).
En el siglo  veinte, el turismo fue un fenómeno económico y social de gran envergadura. En  los inicios del turismo, el grupo que disfrutaba de desplazarse con fines de  ocio era limitado ya que sólo las personas con un poder adquisitivo muy alto se  podían permitir el lujo de viajar. En los años 70, la industria turística  experimentó un boom con la introducción de ofertas de viajes y la aparición del  denominado fenómeno de masas en los países desarrollados. A partir de este  momento, el mundo de los viajes se abrió para un grupo de personas más amplio y  les posibilitaba viajar tanto fuera de su ciudad de origen como fuera de sus  fronteras. Sobre todo el modelo de “todo incluido” y las líneas aéreas de bajo  coste facilitaron viajar a aquella parte de la sociedad con menos poder  adquisitivo. A lo largo de los años, cada vez, había más ofertas y destinos  para turistas en todo el mundo. 
                Según la  Organización Mundial del Turismo (OMT), principal organización a nivel mundial  que vela por una “(...) promoción del  desarrollo turístico responsable, sostenible y de acceso universal”, muchos  países han invertido en el sector turístico para fomentar la llegada de  extranjeros o el movimiento de los nacionales en el territorio propio para  aumentar los ingresos. Desde 25 millones en 1950, a 277 millones en 1980, 435  millones en 1990 y 675 millones en 2000, hasta 940 millones en 2010 han  aumentado las llegadas de turistas internacionales (OMT, 2011).
                El turismo se ha desarrollado desde ser una posibilidad  de viajar para ricos a un fenómeno de masas. En la actualidad, se fomenta la  modernidad del turismo, es decir la segmentación de los tipos de turistas y se  intenta cambiar la imagen del turismo de masas. Sobre todo en España, el Plan  del turismo Español Horizonte 2020, hace énfasis en un turismo variado  aprovechando mejor los recursos culturales y naturales con los que cuenta  España. De esa manera se puede atraer un mayor número de turistas de varios  segmentos. Ese turismo moderno es un factor positivo para la economía ya que  aumenta el número de puestos de trabajo y se mejoran las infraestructuras y los  ingresos de explotación (OMT, 2011). 
                En las últimas seis décadas, el fenómeno del turismo ha  mostrado una expansión y diversificación continuas constituyendo en nuestros  días uno de los sectores más importantes en muchos países del mundo por lo que  tiene una fuerte influencia en varios ámbitos. 
                La tendencia del sector a transformar la imagen del  turismo de masas y segmentar los diferentes tipos de turistas para satisfacer  sus expectativas puede llevarse a cabo gracias a acciones de RSC. Esta se  convierte en un instrumento estratégico que se puede aplicar para segmentar y  ofrecer otro tipo de turismo, saludable, sostenible y social. De esta manera se  provoca una expansión y una diversificación en el ámbito turístico que la OMT reconoce  como una forma de adaptación de la industria turística a las necesidades  actuales y a las tendencias en el futuro. Conocer esas tendencias, contribuye a  una mejor realización de los planes de actuación en materia de sostenibilidad.  Ello además permite evitar fracasos o problemas relacionados tanto en la  implantación de políticas públicas como de iniciativas propias de las empresas  del sector. 
Hoy en día, hay varias empresas turísticas que optan por algún proyecto oficial en concreto para realizar una política responsable. Se pueden hacer miembros de las organizaciones que los promueven y representar sus ideas y fines frente al exterior, bajo algunos criterios obligatorios que tienen que incluir en su política corporativa. No sólo existen normas o criterios internacionales oficiales sino también hay varias iniciativas emprendidas por organizaciones sin ánimo de lucro para fomentar y controlar, de alguna manera, la Responsabilidad Social en el sector turístico, utilizando la fuerza de las empresas en el mercado para mejorar y desarrollar criterios y estándares globales para la aplicación de una RSC. Las empresas miembros que cumplen con esos criterios establecidos se benefician obteniendo una certificación oficial que, al mismo tiempo, ayudará a los consumidores a detectar esas empresas y decidirse por disfrutar de su servicio o no. A continuación se presentarán también algunas certificaciones con mayor repercusión en el turismo si bien hay que destacar que existen múltiples de diferente índole.
5.1 Iniciativas privadas.
                Los códigos que se describirán a  continuación son las de mayor prestigio y difusión. El Código Ético Mundial del  Turismo es el primer código que formuló diez principios para guíar los  gobiernos, los tour operadores, los promotores, los agentes de viajes, los  empleados y los propios viajeros. Además está aprobado por la Organización  Mundial del Turismo y es un código a nivel mundial. 
                5.1.1 Código Ético Mundial para el  Turismo de la OMT.
                El Código Ético  Mundial para el Turismo (Global Code of  Ethics for Tourism, GCET) dicta nueve principios que se formularon para  orientar a los grupos de interés en el desarrollo del turismo y sirven como un guión  para las empresas. Las ideas expresadas en el, hacen referencia a declaraciones  o códigos de conducta, que se iban desarrollando a principios del siglo XXI, y  los amplía. Su implantación en las empresas surge de manera voluntaria. Los  grupos de interés incluyen a los gobiernos centrales y locales, la industria  turística, sus profesionales y los turistas en sí. La Asamblea General de la  Organización Mundial del Turismo (OMT) aprobó los principios del Código Ético  Mundial para el Turismo en octubre de 1999 en Santiago de Chile. El principal  objetivo es minimizar los impactos negativos que tiene el turismo sobre el  entorno natural y el patrimonio cultural. Además, se pretende lograr que las  empresas turísticas maximicen sus beneficios aplicando una política sostenible.  En 2003 el Consejo Ejecutivo de la OMT nombró a once miembros para el Comité,  personas individuales del sector de turismo, cuyas tareas son: “la promoción y difusión del Código Ético,  evaluación y supervisión de la aplicación del mismo, y conciliación para  solucionar las diferencias resultantes de su aplicación o interpretación.” (OMT,  2003). Un año después, se entrevistó a los miembros de la OMT con el fin de  investigar cuantos aplicaban el código. Los resultados reflejaron que casi un  75% de los encuestados habían implementado políticas responsables o ayudan para  alcanzar un desarrollo sostenible del turismo. Además el código se tradujo en  33 idiomas. 
                Los nueve  principios del GCET son los siguientes: 
Como ya se ha mencionado, entre los stakeholders y su apoyo para conseguir un turismo responsable, se  encuentran los consumidores que pueden contribuir para la mejora del modo de  hacer turismo. A raíz de eso, el Comité aprobó en 2005 una guía práctica  apelando a la actitud de los turistas para garantizar un turismo responsable.  Como turismo responsable se consideran las repercusiones que sobre la sociedad,  el medioambiente y la economía tiene el turismo. Algunas de las palabras claves  de esa concepción de turismo responsable son la tolerancia y el aprendizaje de  las diferencias entre pueblos y culturas respecto al turismo personal y  colectivo. Esta guía destaca, entre otros puntos, que el turista debe actuar de  manera abierta y respetuosa frente a la población autóctona, su cultura y sus  tradiciones. En todo caso, la actitud no puede ser en contra de los derechos  humanos. El turista responsable conserva el medioambiente y el patrimonio  histórico y artístico. Además se recomienda a los turistas a contribuir a la economía  local comprando productos típicos respetando los principios del comercio justo3  (Naciones Unidas, 2005).
                5.1.2  Código de conducta de UNICEF para la  protección de la infancia frente a la
             explotación sexual en el turismo y la  industria de viajes. 
                En la Declaración de la reunión realizada en Estocolmo con motivo del  Congreso Mundial contra Explotación Sexual Comercial de los Niños en agosto de  1996 se manifestaba que  los  profesionales de la industria turística podían ser observadores e informadores  que podían alertar los primeros sobre la explotación sexual comercial de niños.  Con posterioridad, el código de conducta de UNICEF declaraba, tras  realizar varios estudios sobre la explotación sexual comercial que existe en  todos los países del mundo, la demanda del turismo sexual es elástica frente a  su oferta. Así, se ponía de manifiesto como el desarrollo de esa actividad  aumenta de la misma manera que aumenta su oferta, por lo que era primordial restringir  la oferta. Especialmente, con el aumento del número de turistas de países  industrializados que se desplazan a regiones en desarrollo con el único fin de hacer  uso de servicios sexuales. Las Naciones Unidas comunicaban en el año 1988 que: “(...) más de un millón de niños se ven  obligados anualmente en todo el mundo a entrar en el mercado de la explotación  sexual comercial” (UNICEF, 2003: 3). 
                Las empresas  turísticas pueden proteger a los niños ya que los clientes del turismo sexual  utilizan las infraestructuras  de transporte, alojamientos y otros servicios turísticos. Por eso, desde los  años 90, se realizaron proyectos internacionales con el fin de proteger a los  niños afectados. En Asia se organizó una campaña que se denomina ECPAT (End Sexual Explotation, Child Prostitution and Trafficking and Child  Pornography) sin ánimo de lucro presente en 50 países del  mundo. Gracias a esa iniciativa, se llevó a cabo el primer Congreso  Internacional en Estocolmo en 1996 cuyo resultado mostró que 191 países optaban  por el trabajo contra ese problema firmando la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de los  Niños (UNCRC) del año 1989 que declara fundamentalmente lo siguiente: 
Además, la OMT ayuda a proteger a los niños implantando un grupo de trabajo a nivel internacional  que está formado por representantes de los Gobiernos, ONGs y la industria  turística cuyo fin es “(...) prevenir,  descubrir, aislar y erradicar la explotación de niños y el turismo sexual” (Unicef, 2003: 5).
                La OMT define el turismo sexual  organizado como: “aquéllos viajes  organizados desde el sector turístico o desde fuera de este sector, pero  utilizando sus infraestructuras y red, con el propósito prioritario de que el  turista mantenga una relación sexual comercial con residentes en el destino del  viaje”, que conlleva “graves consecuencias de salud, sociales y culturales,  especialmente, cuando la explotación se produce en desigualdad de edad, social  y económica” (Unicef, 2003: 6). 
                La respuesta  de varias empresas turísticas fue el desarrollo de programas y la creación de  organizaciones contra la explotación sexual de niños. Por ejemplo, el Código de Conducta contra la  Explotación Sexual de Niños de la Federación Internacional de Turoperadores  (IFTO), la Resolución contra la Explotación Sexual de Niños de la Asociación  Internacional de Hoteles y Restaurantes (IH&RA) o la Resolución Final  condenando la explotación sexual comercial de la Asociación Internacional de  Transporte Aéreo (IATA). 
                Las empresas  turísticas tienen que seguir seis criterios que se establecieron en el código  de conducta para formar parte del programa. Entre otros destacan: la creación  de una política corporativa ética contra ese problema, el desarrollo de una  formación específica para el personal, la comunicación de la afiliación a los  proveedores yfacilitar información a los turistas. Asimismo, el Parlamento  Europeo y la Comisión Europea apoyan las organizaciones mencionadas  anteriormente. De momento, se llevan a cabo la preparación de folletos para  turistas, material de formación para el sector hotelero y vídeos informativos a  bordo de aviones (UNICEF, 2003).
  5.2 Certificaciones internacionales.
                Aparte de las  regulaciones explicadas en el epígrafe anterior, existen certificaciones que  normalmente dan organizaciones sin ánimo de lucro a las empresas que colaboran  con ellas y que cumplen con las normas exigidas por la organización. Las  certificaciones tienen algunos estándares en todos los ámbitos, al igual que en  el sector turístico que define la Organización Internacional para la Estandarización  (siglas en inglés: International for Standardization Organization, ISO). A  continuación se dará una breve explicación de esa organización para entrar en  el contexto de los certificados. Además existen muchas organizaciones pero en  este trabajo se habla de “the Rainforest Alliance” y “the Green Globe” que  tienen cierta importancia en el sector turístico debido a que la OMT ha  declarado el año 2012 como “(...) el año  enfocado en el Turismo Sostenible” (Diego Rivera, 2012). 
                5.2.1 ISO  (International for Standardization Organization).
                ISO es una red de instituciones de estándares nacionales  en 163 países con un miembro por país, con sede en Ginebra, Suiza, cuya tarea  es coordinar el sistema de estándares. Es una organización sin ánimo de lucro  que conecta el sector público con el privado. La aplicación de los estándares es  voluntara pero facilitan un intercambio de bienes y servicios, apoyan un  crecimiento económico sostenible y justo, promocionan la innovación manteniendo  la salud, la seguridad y el medioambiente. Los estándares se desarrollan bajo  un proceso efectivo que combina las necesidades de los consumidores  asegurándose de la cooperación entre los stakeholders y la delegación nacional. Los estándares son “(...) coherent, effective, widely recognized and relevant (…).” (en español: “(...) coherentes,  efectivos, reconocidos de manera amplia y relevantes.” (ISO, 2012).
                En el ámbito del turismo, existen subcomités que se  preocupan por los estándares en este sector. Por ejemplo, existen estándares  para el buceo, el turismo de salud, las playas, puertos de yates o para  establecimientos hoteleros sostenibles, entre otros.
                La organización miembro de ISO en España es la conocida  “Asociación Española de Normalización y Certificación” (AENOR). Se estableció  en 1986 con el fin de desarrollar, publicar y promocionar los estándares  españoles y fue aprobado por ley como la única entidad responsable. La misión  de AENOR es contribuir, a través del desarrollo de las estandarizaciones y  certificaciones, a la mejora de calidad en las compañías y los productos o  servicios que comercializan, proteger el medioambiente y garantizar una  sociedad de bienestar. (ISO, 2011).
                Los documento completos que engloban las normas ISO, en  el ámbito del turismo, están a la venta. A través de la página web www.iso.org existe un sistema de  busqueda de cada norma que se puede pedir online. Hay varias categorías  respecto a la industria turística y establece las normas de cada ámbito, por  ejemplo normas para hoteles, alojamientos rurales, camping y ciudades  vacaciones, espacios naturales portegidos, restaurantes, aeropuertos, etc. 
5.2.2 Rainforest Alliance (Alianza para  bosques).
                El mayor objetivo de Rainforest Alliance es controlar que  el espacio natural, es decir, los bosques, fincas, tierras ganaderas y  propiedades hoteleras se administran bajo las normas de sostenibilidad.  Fomentan la responsabilidad de las empresas y al mismo tiempo apelan a la de  los consumidores. Ellos pueden identificar fácilmente a las empresas miembros  ya que llevan el sello Rainforest Alliance Certified y su marca. De esa manera,  las empresas pueden mejorar su posicionamiento en el mercado y ayudan a  mantener el medioambiente proyectando la actitud a sus consumidores. Cuando  cumplen con las normas de verificación de Rainforest Alliance, tienen el  derecho de utilizar la Marca de “Verificación de Rainforest Alliance” en sus  materiales promocionales.
   “Los compromisos combinados de las empresas  –grandes y pequeñas– tienen un rol clave en transformar el mercado global en un  modelo más sostenible, mejorando los medios de vida y protegiendo los recursos  naturales para las generaciones futuras”, reclama Tensie Whelan, presidenta  de Rainforest Alliance (2011). Durante el año 2011, Rainforest Alliance cuenta  con un mayor número de miembros en todo el mundo. Cada vez hay más empresas que  obtienen el sello “Rainforest Alliance Certified” porque trabajan sostenible en  silvicultura, agricultura, turismo, cambio climático y educación ambiental.  Para el sector turístico, Rainforest Alliance colabora con empresas turísticas  en América Latina y comprueba el cumplimiento con las normas de sostenibilidad  ambiental, social y económica. El nuevo proyecto que instaló Rainforest  Alliance “Tour Operadores Promoviendo Sostenibilidad” (TOPS) reflejó un éxito  inmenso ya que, en general, incrementó el número de afiliación de las empresas  turísticas en 2011 un 12%.
                Rainforest también da consejos a los consumidores para un  comportamiento responsable:
5.2.3 The Green Globe (Certificación  Verde Mundial).
                The Green Globe es un programa de certificaciones para el  turismo sostenible a escala mundial que está desarrollado por el Comité Mundial  de Viajes y Turismo (World Tourism &  Travel Council, WTTC). Los miembros de The Green Globe ahorran energía y  agua, reducen costes operativos y ayudan a las comunidades locales y su  protección de la naturaleza. La certificación Green Globe existe en varios  idiomas, de momento en inglés, español, francés, alemán, chino y portugués.
                El estándar de Green Globe son criterios de apreciaciones  estructurados para una actuación sostenible en la industria del turismo por  parte de sus miembros. Green Globe opina que las empresas pueden mejorar sus  negocios operando sosteniblemente y optando por un management responsable. Y no  sólo ellos lo opinan, sino que como se detectó en los apartados anteriores, la  tendencia es que hay más empresas que exigen los índices oficiales para  desarrollar su negocio (Cornel et al., 2010). Los estándares de Green Globe son una colección de 337 indicadores, los  que deben de cumplir las empresas miembros. Los criterios que se aplican  dependen de cada tipo de certificación, área geográfica y de los factores  locales. Esos estándares se actualizan dos veces por año natural. Además the Green Globe Certification lucha por  compaginar otros programas de certificaciones sostenibles establecidos en el  mundo.
                El proceso de la colocación de otros programas consiste  en conservar la base de los criterios y al mismo tiempo preocuparse de la  adopción de esos estándares apropiados en cada localidad. Todos los estándares  de Green Globe se basan en los convenios y acuerdos internacionales como por  ejemplo ISO  14001 o ISO 19011.  Resaltar que el área con más estándares es la  medioambiental seguida por el área de gestión sostenible y la de economía  social. El área en la que se han desarrollado menos estándares es la del  patrimonio cultural aunque en la actualidad hay importantes movimientos para la  protección, por ejemplo, del patrimonio histórico artístico de zonas y países  en conflictos bélicos. 
  5.3 Índices.
                En la actualidad  existen algunos índices llamados de sostenibilidad o índices socialmente  responsables a nivel mundial que facilitan información de las empresas a los  inversores con relación por ejemplo a sus actuaciones en la economía, en la  sociedad y en el medioambiente. Fernández (2005) explica que esos índices “(...) sirven para conocer la evolución de  aquellas empresas que por haber acreditado el cumplimiento de determinados requisitos  en el ámbito de su RSC, ha pasado a formar parte del correspondiente índice”.  Estos índices, que tienen ya un importante calado en muchas empresas  internacionales de variadas industrias, cómo veremos en el caso de algunos de  ellos no son de aplicados en la mayoría de la Industria Turística. De hecho,  aunque, como se ha puesto de manifiesto, la actividad turística tiene una gran  importancia a nivel internacional, el uso de indicadores en esta industria ha  ido más dirigido a valorar como se ven afectados turistas y destinos por esta  actividad (Ibáñez Pérez, 2010) que a medir el uso y el resultado de las  políticas desarrolladas por las empresas.
                A continuación se  presentan los tres índices globales de mayor importancia: el Dow Jones  Sustainable Index, el FTSE4Good y el Global Reporting Initiative (GRI) que no  es tanto un índice sino más bien un marco para la elaboración de Memorias de  Sostenibilidad para las empresas.
                5.3.1 Dow Jones  Sustainable World Index.
                Resulta de gran  importancia premiar a las empresas con una actitud responsable a la hora de  llevar a cabo su negocio. Con esta idea nacieron los Índices de Sostenibilidad  de Dow Jones (en inglés: The Dow Jones Sustainable Indexes (DJSI)). 
                El procedimiento  de acreditación y los criterios a cumplir son uniformes para todos los índices.  Existen varios índices y subíndices respecto a diferentes grupos del mundo;  Europa, Norte de América, Asia, Corea y un índice global. Los índices los  pueden obtener sólo las empresas que no generan beneficio con la venta de  alcohol, tabacco, juegos de azar, armas y entretenimiento relacionado con el  sexo. 
                Los índices  respecto a las empresas de Europa se publicaron por primera vez en 2010. Tras  el estudio de la utilidad de los índices, se puede deducir, que las empresas  que se encuentran en las listas o en posiciones privilegiados de los rankings,  mejoran su imagen para el exterior. La imagen es de gran importancia para los  inversores porque se crean una opinión de la empresa y se deciden si deben de  invertir en ella o no. La consecuencia es que ellos invierten y crean valor  para la empresa a largo plazo porque tienen la seguridad que los líderes de la  Responsabilidad Corporativa dan uso al potencial del mercado para productos y  servicios sostenibles. Además reducen afortunadamente los costes y evitan  riesgos. 
                Actualmente es de  gran importancia desarrollar ese tipo de índices para las empresas ya hay un  mayor número de inversores que interpretan la sostenibilidad como factor de  éxito; incrementando, en consecuencia, sus inversiones en compañías que están  caracterizadas por una política sostenible. 
                Otra de las  ventajas que les supone a las empresas estar reconocidas en estos índices es la  posición, comparativamente superior que adquieren frente a otras, competidoras  o no, a niveles estratégicos, financieros y directivos. La estrategia tiene que  dirigirse hacía varios aspectos de su negocio; económicos, medioambientales y  sociales pero no basta utilizar una estrategia referida a esos ámbitos ya que  la empresa debe de mantener, al mismo tiempo, la competencia en el mercado.  Respecto a la cooperación con los accionistas, hay que destacar que las  empresas tienen que organizar reuniones periódicas pero constantes para  especificar las expectativas que tienen y garantizar la realización correcta.  El resultado de la actitud explicado, es que la empresa puede aumentar sus  beneficios. Además gracias a las reuniones, los accionistas tienen la máxima  transparencia de la comunicación y de las finanzas de la empresa. 
                Finalmente, las  empresas que son líderes en estos rankings invierten en una gestión cercana al  consumidor innovando el producto o el servicio constantemente para poder  satisfacer la demanda. Eso se consigue utilizando la tecnología y los recursos  financieros, naturales, sociales de forma eficientes y efectivos a largo plazo. 
                En el Dow Jones  Sustainable Index, cada año se identifican las compañías líderes que se  clasifican en 57 sectores y que se agrupan a su vez en 19 supersectores. Para  el período 2011- 2012, la única compañía líder del sector de Viajes y Ocio que  figuraba era la compañía aérea Air France – KLM. Posición que ha mantenido para  el período 2012-2013.
                En 2011/2012 formaban  parte del DJSI 20 empresas españolas pero hay que destacar que no está incluida  ninguna empresa del sector turístico español. La compañía turística alemana TUI  recibió, por ejemplo, la mejor nota en las categorías estrategia de clima,  riesgo y gestión de crisis al igual que en el diálogo con los shareholders en el año 2011 y se la nombró  líder en la categoría Travel and Tourism.
                5.3.2 FTSE4Good.
Ese grupo de  índices representa el primer paso hacía una estandarización global en materia  de RSC como se pone de manifiesto con el aumento de los criterios de selección  cada año. Los índices 
                Según los datos del FTSE4Good ha habido  un aumento significativo del número de compañías españolas que desde el año  2003 satisfacen los criterios establecidos, pasando de un poco más de un 30% a  casi el 50% en 2008. Ello demuestra que cada vez hay más interés tanto de los stakeholders como de las empresas para  trabajar y finalmente cumplir los índices oficialmente aprobados y  vigentes.  Por otro lado, si nos limitamos  en las empresas españolas que cumplen los criterios pero por sectores en ese  mismo año, se observa que el mayor número de empresas en el FTSE4Good son  bancos (28,25%) seguidos de empresas de servicios (16,59%), empresas del venta  al por menor (14,16%) y Telecomunicaciones (10,48%). 
                Llama la atención que el sector de ocio  y viajes español, sin embargo, ocupe uno de los últimos puestos con sólo un  1,37% de peso en el índice. Respecto a esa posición conviene explicar que la  inclusión de empresas en el índice esta restringida a empresas del IBEX 35 que  cumplan una serie de criterios de RSC. Este hecho relativiza el bajo peso del  sector en el índice ya que, a pesar de la fuerza del sector turístico español  en la generación de riqueza, este no dispone de un tamaño relativo suficiente  como para estar más presente en el IBEX35. Es posible pensar entonces que si el  sector no tiene un peso diferencial en este índice se debe más a las  características estructurales de la industria española que a la  representatividad de sus acciones a nivel de RSC.
                En todo caso  índices como el FTSE4Good y el uso que de él hacen inversores de todo el  mundo,  ponen de manifiesto la necesidad  que tiene el sector turístico español de crecer y de mejorar fomentando las  prácticas corporativas relacionadas con implantación de un RSC en las empresas. 
                5.3.3 Global Reporting Initiative  (GRI).
                Global Reporting  Initiative (GRI) es una organización que quiere “impulsar la elaboración de memorias de sostenibilidad en todo tipo de  organizaciones” (GRI, 2012). Es igual de importante que los índices  comentados anteriormente ya que facilita a las empresas la elaboración de  memorias de su negocio. Para ello GRI proporciona una guía gratuita que marca  los principios e indicadores a los que recurren las empresas para poder medir y  publicar sus actuaciones en el ámbito económico, medioambiental y social.  Principalmente, GRI se enfocó únicamente en la actuación en el ámbito  medioambiental, ahora incluye los ámbitos sociales y económicos que aclara de  nuevo la coherencia que tienen las tres dimensiones desde el punto de vista de  la RSC (Font, 2012: 2). 
                La organización fue fundada por CERES (Coalition for Environmentally  Responsible Economics) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio  Ambiente (PNUMA) en 1997 en Estados Unidos. Su sede hoy en día está en  Amsterdam, a nivel mundial trabajan 30.000 personas para la organización. GRI tiene  la ventaja de poseer varias alianzas estratégicas, entre otras, con la  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCED), el Programa  de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Pacto Mundial de las  Naciones Unidas (United Nations Global Compact, UNGC) y la Organización  Internacional de Normalización (ISO). 
                Para las empresas, elaborar esas memorias GRI, a nivel de  negocio, significa llamar la atención de los stakeholders comunicándoles sus actuaciones en los ámbitos  medioambiental, económico y social. 
                Hay guías específicas de GRI para los diferentes sectores  que sirven como información complementaria. En el sector turístico destaca por  ejemplo el cálculo del ruido en aeropuertos, en inglés The Airport  Operators Sector Supplement (AOSS). La guía para este sector incluye todas las directrices generales como son  indicadores económicos, sociales y medioambientales o la publicación de  gestión. El suplemento incluye los comentarios e indicadores adicionales que se  han desarrollado especialmente para ese sector, en el que destacan para esas  operaciones aeroportuarias los siguientes (Global Reporting Organization, 2012): 
Además los aeropuertos pueden publicar informes destacando los índices utilizados. Precisamente en el sector de los viajes está aumentando el interés de los stakeholders en recibir informes de los aeropuertos sobre su gestión medioambiental, económica y social, ya que la industria de aviones supone un gran impacto en el medioambiente y afecta al cambio climático. En 2007 un total de 39 aeropuertos diferentes publicaron informes, lo que supusó un aumento muy relevante respecto al año 1990 en el que sólo siete aeropuertos publicaron su informe. En Europa es donde hay un mayor número de aeropuertos con informes publicados (Global Reporting Organization , 2012).
Tras haber estudiado las diferentes definiciones de RSC y  los términos relacionados y haber analizado sus repercusiones en el sector  turístico español comprobando su implantación a través de ejemplos específicos;  se puede llegar a varias conclusiones que permiten valorar la importancia y la  utilidad de las prácticas de RSC para el desarrollo del negocio en empresas  turísticas españolas, actualmente. Todo ello bajo la idea subyancente por la  que se puede considerar a la RSC no sólo como un mecanismo para atender las  necesidades de los stakeholders sino  también y especialmente como un poderoso instrumento capaz de influir en el  comportamiento de los agentes con los que se relaciona la empresa.
                El papel que juegan los stakeholders es prioritario para las empresas turísticas, por lo  que es fundamental cooperar con ellos para una dirección exitosa. Esto se  refleja en el cambio del paradigma que se ha producido respecto a las políticas  de Responsabilidad Social en el desarrollo del turismo. Muchos profesionales,  entre ellos los del sector turístico, han dejado de seguir la opinión de Milton  Friedman y relacionan ahora a los stakeholders con la RSC en su conjunto. Algunas de las consecuencias de este cambio de  paradigma es que las empresas están implantando nuevos códigos de conducta y  gestionan mejor su personal manteniendo el potencial y la satisfacción en el  puesto y organizando prácticas de aprendizaje y programas de beneficios. En  este sentido se observa que valorar la RSC no sólo es importante para las  empresas como entidades que quieren satisfacer sus objetivos y los de sus grupos  de interés, sino que también va a tener repercusiones indirectas en otros  ámbitos que están estrechamente relacionados. Es decir, las empresas no sólo  deciden para ellas mismas como implantar políticas corporativas responsables,  como por ejemplo para mejorar su imagen frente a sus stakeholders, sino que deben considerar también el efecto que estas  actuaciones pueden tener sobre su entorno, tanto en el plano económico, como el  ambiental o social. Precisamente por ello, las empresas realizan estudios para  poder iniciar políticas responsables. 
                La cuestión del ahorro, es especialmente importante en  tiempos de crisis. Por ejemplo, incentivando un menor consumo de toallas en los  hoteles a través de carteles explicativos para los clientes, la empresa, además  de mejorar sus costes, al mismo tiempo protege el medioambiente y conciencia a  la sociedad de la importancia de esa actitud. Con los ejemplos abordados en el  trabajo, se observa que sobre todo las empresas turísticas tienen el poder de  cambiar y sobre todo influir en la actitud de la sociedad implantando políticas  responsables. Esta capacidad de influencia puede ser fundamentalmente por tres  vías:
Esta capacidad de influir en el entorno mediante acciones  de RSC, puede convertirse en un círculo virtuoso para la sociedad. El primer  impulso puede provenir de las entidades que tienen el poder de mover o cambiar  las cosas haciendo que sea la propia sociedad la que vaya cambiando sus  actitudes y siendo más exigentes con las propias entidades. En especial son las  empresas multinacionales las que tienen más capacidad para promover esa actitud  contribuyendo a proyectos, programas, códigos, guías, índices, etc. para  concienciar a los demás y conseguir un mayor respecto de toda la sociedad en su  conjunto hacia el mundo en el que vivimos. 
                Como consecuencia, las empresas verán mejorada también su  imagen apoyando proyectos, protegiendo el medioambiente o implantando políticas  responsables, lo que a su vez llamará la atención de los inversores para que  opten por imvertir en ellas. De ese modo se puede también atender a los  inversores que ocupan un lugar específico en  la relación entre la RSC y los stakeholders puesto que conseguir beneficios es fundamental para el negocio. En definitiva, las  empresas tenderán a cumplir mejor las demandas sociales de sus stakeholders, sus resultados, por  lógica, tenderán a mejorar en el largo plazo fruto de la implantación de  políticas responsables que  reforzarán, a  su vez, la inversión en RSC (Guerras Martín y Navas López, 2007)  
                Con relación al concepto de resultados positivos o  beneficios para la empresa se dirige otra de las conclusiones del trabajo; la  situación ventajosa en la que se encuentran las empresas que desarrollan  políticas responsables frente a otras que no lo hacen. Aquellas empresas ocupan  una mejor posición en el mercado y aumentan la competitividad fomentando I+D+i  y destacando de la gran oferta. Ese aspecto es de gran importancia hoy en día  ya que la oferta del mercado produce cambios frecuentemente. Además, por el  cambio de paradigma, se han creado nuevos segmentos en la demanda de los turistas  y los clientes exigen mucho y sus expectativas son mayores. Para poder  adaptarse a la situación actual, es importante utilizar las nuevas tecnologías  y buscar otras formas de venta. Iberia destaca como ejemplo por combinar la  venta online y pidiendo el apoyo en  proyectos solidarios en su página web.
                La empresa tiene la ventaja de poder desestacionar la  oferta turística con el apoyo de esos nuevos segmentos. Así, el proceso  productivo tiene más eficacia y la oferta está mejor y cumple con las  expectativas de los consumidores. 
                El desarrollo práctico de la RSC no es una tarea fácil ya  que no existe ninguna ley, norma u ordenamiento jurídico que establezca una  forma de implantación en una empresa turística. Existen simplemente factores  legales, como los derechos humanos etc. Las empresas no están en ninguna forma  obligadas a desarrollar políticas responsables, por lo cual cada empresa tiene  que ponderar si está a favor de la aplicación de esas políticas o si pueden  aprovecharse de ellas. 
                Lo que todavía es  un dato preocupante, es que son muy pocas las empresas turísticas españolas que  están utilizando los índices o que están involucradas en proyectos importantes  de politicas responsables.  No obstante,  el interés de las empresas en utilizar guías para elaborar sus memorias  incluyendo políticas responsables ha aumentado en los últimos años así como el  porcentaje de las compañías españolas que satisfacen los criterios de  FTSE4Good.    
                Al tratar de dar respuesta a las preguntas que se  planteaban al comienzo de este trabajo, se ha observado la amplitud y  actualidad del fenómeno de la RSC y la importancia de se estudio en el sector  turístico en particular. De este modo, el análisis realizado ha permitido  iniciar una línea de trabajo que admite nuevas aportaciones tales como:  análisis comparativos de políticas de RSC por subsectores, investigación del tipo  de políticas más extendidas en el sector,   comparativa de empresas españolas frente a empresas de otros países,  análisis en profundidad de los resultados de las diferentes iniciativas  emprendidas, etc.. 
                Por otro lado, algunos aspectos relacionados con la  escasez de publicaciones que aún existe en materia de RSC en el sector  turístico y con la dificultad para acceder a datos publicados objetivos sobre  los resultados de las políticas de RSC de empresas turísticas españolas (muy  pocas se encuentran en índices o rankings todavía) ha entorpecido la obtención  de conclusiones más generalizables. 
                A pesar de las limitaciones se ha puesto de manifiesto el  poder y la capacidad, que las empresas turísticas multinacionales tienen a la  hora de influir en otros ámbitos evidenciando la importancia de que esas  empresas establezcan políticas responsables en sus negocios y que extiendan ese  pensamiento a su entorno y a la sociedad. De esa manera pueden educar a la sociedad y al mismo tiempo  ayudan a proyectos que lo exigen. 
                Con este trabajo, además, las empresas del sector pueden  reflexionar sobre el interés de desarrollar  acciones responsables de cara a sus mercados  puesto que pone de manifiesto su importancia y la necesidad de atender al  futuro comprometido de aquellas empresas que den la espalda a la RSC. Las  empresas estarán cada vez más interesadas a medida que aquellas que promueven políticas  y programas sostenibles presenten un aumento significativo de sus beneficios a  largo plazo y destaquen positivamente en el mercado.
                En definitiva, se puede decir que este trabajo contribuye  a impulsar ideas como la de Vargas (2010) para el que la responsabilidad social  corporativa resulta esencial en la industria turística en la que debería tenerse  en cuenta a todos los niveles: destinos, empresas y turistas.
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Recibido: 20/2/2014
Aceptado: 10/04/2014
Publicado: Junio 2014
1 El concepto de sostenibilidad se explicará más detalladamente a continuación pero para situarse en el contexto, algunos ejemplos en el ámbito turístico: el ahorro de energía, agua o la gestión de residuos.
2 Francia es líder por número de turistas recibidas en 2010 (76,8 millones). En el segundo puesto destaca EEUU (59,8 millones) y el tercero es China (55,7 millones). En la lista detrás de España se encuentra Italia, Reino Unido, Turquía, Alemania, Malasia y México.
3 En inglés “Fair Trade”, es una estrategia para luchar contra la pobreza mejorando la situación de las familias productoras perjudicados en África, Asia y América del Sur, forzar la economía interior y deshacer a largo plazo las estructuras injustas de la economía mundial (Fairtrade, 2011).
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