Revista OIDLES - Vol 7, Nº 15 (Diciembre 2013)

PERCEPCIÓN INDIVIDUAL SOBRE EL ORIGEN Y EL IMPACTO DE LAS CUASIMONEDAS. EL CASO DE CORRIENTES

Por Santiago Chelala (CV), María José González Gervasoni y María Ludmila Vargas Viola

 

INTRODUCCION
Los estudios sobre la demanda de dinero tienen en general características macroeconómicas. Las decisiones económicas individuales se intentan explicar a través de sus manifestaciones. Es decir, una menor preferencia por el dinero tendrá su correlato en en los depósitos bancarios, y dependerá de la evolución de los precios y de las tasas de interés.1   Los estudios microeconómicos acostumbran ser complementarios y no  sustitutos de estos análisis, en especial cuando existen microfundamentos en las conductas analizadas de los agentes económicos. Pero, ¿qué factores tener en cuenta al identificar estos fundamentos? ¿De qué depende la aceptación o rechazo de determinado incentivo económico? En esta etapa, la economía experimental, a través de juegos de comportamiento o encuestas de percepción individual puede realizar aportes significativos en la apertura de un campo de investigación incipiente.  
Estudios experimentales en base a encuestas han utilizado herramientas de la economía no convencional para estudiar el impacto en el comportamiento de los agentes en potenciales reformas tributarias, y su efecto en los niveles de evasión, o de políticas sociales tan diversas como las vinculadas al desempeño de la justicia, la generalización de planes sociales o la despenalización del consumo de estupefacientes. 2
En este trabajo nos proponemos extender esta metodología a un campo aún no explorado: la demanda de cuasimonedas. Para identificar los niveles de aceptación o rechazo resulta imprescindible contar con información acerca de la percepción individual del fenómeno. En esta etapa nos centraremos en la percepción sobre la cuasimoneda en la provincia de Corrientes, en el noreste argentino. Allí se emitieron los Certificados de Cancelación de Deudas de la Provincia de Corrientes (Cecacor).
La elección está justificada debido a que en Corrientes circularon las cuasimonedas por más tiempo, comenzando en 1999 y finalizando en 2004. En una etapa siguiente nos proponemos ampliar la encuesta de percepción a otras provincias donde también hubo cuasimonedas para identificar las diferencias entre ellas. Como la emisión de cuasimonedas coincide con la crisis y su etapa de recuperación, la pregunta principal que haremos es si las personas asocian más las cuasimonedas con una o con otra, es decir, con la crisis o con la recuperación.
Con este fin hemos diseñado una Encuesta de Percepción Individual (EPI), donde se preguntará a los individuos cómo evalúan a la distancia la aparición de las cuasimonedas. El trabajo incorpora una importante novedad sobre la temática. Se trata del primer estudio que analiza la subjetividad de los receptores de cuasimonedas, información clave para indagar la aceptación o rechazo que pudiera generar la introducción de una segunda moneda en el futuro. Hasta el momento, ningún trabajo con metodología experimental abordó la problemática para identificar los incentivos de los agentes a optar por un sistema con una o más monedas.
La teoría económica que estudia el impacto de la percepción individual sobre las variables económicas es abundante. La teoría del crimen analiza los incentivos para cometer o no un delito, y cómo se toman las decisiones sobre la cantidad de impuestos a pagar o evadir en función de la probabilidad de inspección, la penalización y el grado de aversión. En este marco se estudia el efecto de cambios en la política fiscal para un contribuyente individual que toma decisiones de forma aislada y amoral (agente representativo). Pero en las últimas décadas otras ciencias sociales se interesaron por la interacción entre la subjetividad individual y el contexto macroeconómico, como la sociología o la psicología, donde las percepciones y motivaciones de los sujetos ligadas a los aspectos de justicia y equidad del sistema resultan fundamentales. En la toma de decisiones, allí pesan hasta las características de personalidad, ideológicas, valores religiosos y hasta la orientación moral. También la percepción que se tenga del sistema político y su funcionamiento.
La investigación sobre la motivación de los sujetos o la reacción ante determinados cambios de política, como puede ser un cambio en la política monetaria al introducir una nueva moneda, permite el aislamiento de variables que otras metodologías no permiten. Es así posible mantener constante parámetros de la política económica y analizar la relevancia de factores sociales e institucionales, el comportamiento de la diversidad de agentes, y tomar en cuenta otros aspectos como la cultura nacional, regional o empresaria. La economía experimental ofrece herramientas para analizar el comportamiento humano que lejos de ser siempre igual varía en cada sociedad, en cada comunidad, y en cada momento del tiempo. Por eso es necesario que cada sociedad haga sus propios estudios. No se pueden importar modelos de lugares extraños. 3
Para el caso de la aceptación o rechazo a una cuasimoneda, puede ser que en determinadas sociedades la aceptación sea diferente, y que los factores puramente económicos no sean los determinantes. Por esta razón sería equivocada la aplicación de modelos generales en forma automática.

DESARROLLO

Metodología aplicada
La economía experimental toma como premisa que ciertos acontecimientos o hechos económicos y su interpretación o percepción son instancias estrechamente vinculadas. De allí que la economía no tradicional coloque especial énfasis en las expectativas. Existen antecedentes tan remotos como Keynes. La Teoría General comienza precisamente comentando el comportamiento en apariencia irracional de los trabajadores, dispuestos a tolerar un ajuste real del salario mediante inflación pero ante igual ajuste nominal, de reducción del salario, oponen resistencia.
La manera de comportarse de las personas, a veces inesperada o irracional, tiene vital importancia no solo para la teoría económica sino para el diseño de las políticas públicas. De allí la necesidad de estudiar este comportamiento mediante Encuestas de Percepción Individual (EPI).
Para realizar las encuestas en este caso fue necesario apelar a la memoria de las personas respecto a la aparición de las cuasimonedas provinciales, ya que a pesar de las probabilidades de su aparición futura, se trata de un fenómeno de la historia económica reciente del país. Este hecho presenta la dificultad usual de que no siempre la memoria es perfectamente fiel a los acontecimientos ocurridos. Pero al mismo tiempo incluye la ventaja de que algunos fenómenos se juzgan con mayor parcialidad a la luz de la distancia temporal.
La cantidad de personas encuestadas no fue estipulada de antemano, y estuvo supeditada a la buena voluntad de quienes se prestaron a colaborar en esta instancia de la investigación realizada en el marco universitario, entre estudiantes, docentes y allegados a la Universidad de la Cuenca del Plata. Se trata de un camino aún incipiente, pues incluye el primer estudio de este tipo realizado para monedas provinciales.
El objetivo de la encuesta no es imitar un universo poblacional, sino iniciar un camino de investigación, como suele hacerse en estudios con alumnos en universidades de todo el mundo que cuentan con recursos limitados. Se trata entonces de una investigación cualitativa de avanzada más que de la búsqueda de un resultado cuantitativo final.
De cualquier forma, vale aclarar que el diseño de investigación es transversal y la selección de la muestra es no probabilística. En este tipo de muestreo no conocemos la probabilidad de selección de un elemento dentro de la muestra, es decir, la selección de los mismos es una operación arbitraria, sin instrumentos de orden estadístico que nos indiquen el tamaño exacto de la muestra. 4 En esta investigación se tomó una muestra de ochenta casos, todos habitantes permanentes de la provincia de Corrientes.
                                     
Resultados
La Encuesta de Percepción Individual que realizamos se basó en doce preguntas. Las cuatro primeras variables (V.1 a V.4), nos permitieron definir el grupo etario, objeto de nuestro análisis, y caracterizar su población. Las siguientes ocho preguntas (V.5 a V.12) abordan específicamente el tema de las cuasimonedas.
En la muestra estudiada, están representados ambos sexo casi en idéntica proporción (49% son varones y 51% mujeres); un 55% de los encuestados son empleados, un 18% se manifestaron autónomos y un 16%, empresarios. En cuanto al nivel de ingresos, un 49% de ellos afirmaron percibir, en la actualidad, un ingreso superior a los 8.000 pesos mensuales; un 40%, un ingreso superior a 4.000 pesos; y solo un 11%, están comprendidos en el nivel de 0 a 4.000 pesos.
La edad promedio de la muestra estudiada, es de 40 años, siendo un mayor porcentaje de los encuestados mayores a 30 años; lo cual, nos permite inferir que protagonizaron en forma directa de los acontecimientos que enmarcaron la aparición de las cuasimonedas  en la provincia a partir de 1999.
Esta última afirmación se ve reforzada con el resultado que arrojó la variable V.5, del cual se concluye que un 67% de los encuestados recibieron cuasimonedas durante la crisis del 2001.
Ante la pregunta, como recuerda la aparición de las cuasimonedas (V.6), los entrevistados recordaron la profunda crisis en la que se veía inmersa la provincia, y el proceso llevado a cabo por distintas fracciones de la sociedad correntina en una situación de crisis política y económica de características inusitadas desde el restablecimiento de las instituciones democráticas, conocido popularmente como el Correntinazo de 1999.
En marzo de 1999 ante la suspensión de sueldos de empleados públicos y docentes estatales desencadenó una retracción de la economía local, principalmente en la ciudad Capital, donde la administración pública y los servicios urbanos son la principal fuente de inserción laboral (alrededor de la quinta parte de la Población Económicamente Activa), generándose una cadena de faltante de dinero y consecuentes endeudamientos, suspensión de pagos a créditos bancarios y servicios urbanos provocando el corte de servicios (agua y luz), sumiendo a la población en una situación límite. Ante estos hechos, primero los docentes, y luego gran parte de la sociedad comenzaron a agruparse en asambleas para debatir las posibles soluciones ante el problema salarial. El estado de disconformidad y malestar fue creciendo en distintos sectores de la población, lo que se demostró en las marchas y manifestaciones por el centro de la ciudad capitalina y sucesivos cortes del Puente General Belgrano que une las provincias de Corrientes y Chaco.
En este contexto, casi diez años después de la desaparición de las cuasimonedas (el programa de unificación monetaria concluyó en 2004), solo un 2% de los encuestados (sobre todo comerciantes) vieron en las cuasimonedas una solución de corto plazo, un camino que amortiguó la caída de la demanda, dando oxígeno a la economía provincial; sin embargo, un 80% asoció la aparición de las cuasimonedas en la provincia, con la profunda crisis  que vivía el país; y un 17% de quienes respondieron la recuerdan como un síntoma de la pérdida de poder político del Gobierno Nacional, reflejada en la reacción espontánea de la ciudadanía a través de cacerolazos y concentraciones en todo el país, poniendo punto final a las políticas llevadas a cabo por la administración del Presidente Fernando De la Rúa.
La cuasimoneda correntina, el Certificación de Cancelación de cacor, comienza a circular en la provincia a fines de diciembre de 1999, luego de su primera emisión para la cancelación de las obligaciones del Sector Público Provincial, incluso las generadas con los entes de su dependencia. Pero para el 2001, en las provincias de la región, se liquidaban pagos en canastas de monedas compuestas por Pesos, cuasimonedas provinciales y Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (LECOP), la cuasimoneda emitida por el Tesoro Nacional.
Ante esta realidad, se preguntó a los encuestados si intentaron utilizar las cuasimonedas de su provincia en otras jurisdicciones. Un 60% respondió no haberlo intentado, y un 33%, manifestó haber tenido muchos inconvenientes al intentar utilizarlas en otras provincias, asegurando que se hacía difícil el comercio y el pago de obligaciones entre distintas jurisdicciones.
Al indagar sobre las causas o el origen de las cuasimonedas (V.8), resultó que un 85% de los entrevistados consideraba que la crisis, y la consiguiente aparición de las cuasimonedas, se debieron a desmanejos financieros por parte de los Gobiernos Nacional  y Provincial, recayendo, según el 51% de los encuestados, una mayor responsabilidad sobre la Administración Nacional. Esta percepción condice con el deterioro observado en el Sector Público en general, el empeoramiento progresivo de sus finanzas, y las crecientes disputas entre el  Gobierno Nacional y los Gobiernos Provinciales. Situación que se ve agravada, por las dificultades financieras de la provincia para hacer frente a sus gastos (cada vez mayores) y la fuerte presión del Gobierno Nacional para que redujera su déficit.
Asimismo, un 9% de los encuestados explican la aparición de los Certificados Provinciales por la vigencia de la Convertibilidad. Dada la imposibilidad emitir moneda nacional, las monedas provinciales  que alcanzaron una fuerte presencia en el sistema de transacciones locales y contribuyeron a  amortiguar los efectos negativos de las reglas de tipo de cambio rígido que se manifestaron, entre otras cosas, en la reducción de la base monetaria y en la significativa disminución gradual de los depósitos bancarios.
Para algunas personas las cuasimonedas marcaron el fin del régimen de convertibilidad, dado que en todo el país circularon monedas avaladas por las provincias (y la Nación, en el caso de las LECOP), sin respaldo en dólares. No obstante, la quiebra de las finanzas públicas no ofrecía otra solución a la iliquidez de corto plazo y por tanto su emisión fue un mal necesario que permitió a las provincias contar con recursos extraordinarios para afrontar sus gastos en las difíciles condiciones creadas por la convertibilidad y la primera etapa de la salida de esa trampa monetaria.
La variable V.9 de la encuesta nos permitió analizar el comportamiento de quienes recibieron estos bonos como parte de sus ingresos, y las expectativas que mantenían sobre los mismos; sobre todo, teniendo en cuenta que en un principio, se esperaba que sus tenedores, primarios o secundarios, pudieran utilizarlos para realizar transacciones, pagar a sus proveedores y también impuestos nacionales y/o provinciales. Sin embargo, ya medida que se autorizaban nuevas emisiones caía la valuación de la cuasimoneda respecto del peso convertible, rigiendo únicamente el uno a uno para el pago de obligaciones tributarias provinciales; con lo cual, aumentaba la oferta de los títulos y disminuía los bienes y servicios que podía adquirirse con ellos.
Por otro lado, los organismos nacionales, como la Administración de Ingresos Públicos (AFIP) y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) no aceptaban cuasimonedas para cancelar deudas, aportes ni contribuciones; tampoco las empresas provinciales prestadoras de Servicios, como la Dirección Provincial de Energía –DPEC-,  aceptaban las cuasimonedas en un 100% (lo hacían solo en un 50%), dado que se veían imposibilitadas de cancelar sus propias obligaciones con sus proveedores. 5
El panorama descripto guarda coherencia con los resultados arrojados en las encuestas. Observamos que un 90% de los encuestados manifiestan una marcada preferencia por desprenderse de las cuasimondeas de cualquier forma; un 27% decidió cambiar por pesos sin importar el precio que pagase por ello, un 37% manifestó haber adquirido bienes solo para no quedarse con las cuasimonedas, y un 26% confesó haberlos utilizado para pagar impuestos provinciales y/o servicios en los que fueron aceptados como parte de la cancelación de deuda.
Sobre el final de nuestra encuesta, pretendimos ahondar en las expectativas de la población sobre la situación económica actual y su percepción sobre el papel de las cuasimoendas. El menor crecimiento de la recaudación fiscal del Gobierno Nacional, sumado a las dificultades económico-financieras por las que atraviesan gran parte de las Provincias, nos remonta a décadas pasadas, y el fantasma de las cuasimonedas vuelve a estar en portadas de diarios y revistas.6
Ante estos acontecimientos, en la variable V.10, preguntamos a los encuestados cómo evaluarían la reaparición de cuasimonedas en la actualidad. Un 87% de ellos lo percibe como un síntoma de una crisis que se avecina, y solo un 9%, como un problema de la situación económica, pero aún lejos de una crisis como la que vivimos en el 2001.
En las variables V.11 y V.12, indagamos sobre la opinión de los encuestados respecto al rol del dinero en las economías provinciales y si las provincias debían participar de algún modo, en el diseño de las Políticas Monetarias.
Así, ante la pregunta: ¿Cree que en la actualidad una economía con dos monedas (una nacional y otra provincial) funcionaría mejor? (V.11), la respuesta fue casi unánime, un 90% no lo cree, fundamentando en la mayoría de las entrevistas, que la experiencia vivida en el 2001 fue nefasta. Solo un 1% respondió afirmativamente, y el restante 9% manifestó no saberlo.
Por último, en la variable V.12, al preguntar si consideran pertinente que las provincias tengan alguna injerencia sobre las decisiones respecto a la cantidad de dinero en una economía; un 47% afirmó que la emisión monetaria es potestad del Gobierno Nacional; sin embargo, un 27% respondió que, aunque no está de acuerdo con una economía bimonetaria (V.11), las provincias deberían participar de algún modo en las decisiones del Banco Central respecto de la cantidad de dinero en circulación.    

CONCLUSION
Existen autores de la llamada heterodoxia que identifican en la aparición de terceras monedas una especie de rebelión contra la hegemonía monetaria o contra el monopolio estatal del dinero. 7 De allí que las cuasimonedas reciban, en contextos similares pero en esencia diferentes, el nombre simpático de monedas sociales.8
Las cuasimonedas pueden estar vinculadas entonces a procesos de crisis o de recuperación, de acuerdo al contexto particular de su aparición. De los resultados de la Encuesta de Percepción Individual sobre las cuasimonedas en Corrientes se desprenden interesantes conclusiones que pueden contradecir tanto la postura tradicional al respecto como también las críticas que recibe esta posición.
En primer lugar es necesario destacar que la reacción frente a la aparición de cuasimonedas no es para todos igual. No tiene entonces sentidos considerar un agente represenattivo, como propone la economía tradicional. Hay sectores que se benefician más o menos, y sectores que se perjudican más o menos en todo un abanico de posibilidades. También el trato que harán de la cuasimoneda es diferente y varía según la situación particular de ingresos, la edad, la ocupación, etc.
De cualquier forma, sólo un 2% de los encuestados cree que las cuasimonedas fueron parte de la solución y no del problema (V.6), en contrapartida de lo que proponen los defensores de este tipo de emisiones. Al mismo tiempo, un 87% de las personas encuestadas considera que el regreso de las cuasimonedas tendría un impacto negativo en las expectativas económicas y sería un indicio de que se avecina un nuevo período de crisis (V.10), y un 90% que una economía con dos monedas no funcionaría mejor (V.11).
Hemos visto también que al tener menor circulación, la cuasimoneda genera problemas para sus tenedores. Un 33% de los encuestados sostuvo que cuando quiso utilizar la cuasimoneda provincial en otra provincia tuvo problemas para hacerlo (V.7). Resultan, por lo tanto, en contraposición con principios de integración económica y regional, al mantener su uso acotado en un territorio geográfico particular.
Por otro lado, ante la posible aparición de cuasimonedas en el futuro, los actores políticos deberían considerar que para un tercio de los encuestados su llegada se debió a problemas financieros ocasionados por la provincia, pero para más de la mitad, el causante último de los problemas fue el Estado Nacional (V.8). Ninguna de las partes queda exenta de responsabilidad para el conjunto de los agentes.
En relación con el aumento del consumo, si bien es cierto que un 37% de las personas realizó compras solo para no mantener en su poder cuasimonedas y esto acelera el ritmo de circulación monetaria e incentiva el consumo (V.9), al mismo tiempo se producen postergaciones del pago de impuestos, por lo que el impacto fiscal, y en definitiva sobre el nivel de actividad dependerá del balance de estos efectos contrapuestos.
Por último, acerca de la necesidad de federalizar las instituciones monetarias, es bajo el porcentaje de encuestados que propugnó por mayor participación de las provincias en el proceso de decisión de la cantidad de circulante llegando a solo 27% (V.12). Sin embargo, esta respuesta puede estar influenciada por malas experiencias en los períodos donde la provincia tuvo potestad para emitir moneda, generalmente en forma improvisada y sin un verdadero sistema federal de toma de decisiones sobre la política monetaria.  
Se trata en síntesis de conclusiones preliminares pero que enriquecen el debate sobre la aparición de cuasimonedas en el futuro. En próximas investigaciones nos proponemos tanto ampliar la muestra, como conducir la misma encuesta en otras provincias para observar similitudes y diferencias con el caso correntino.

BIBLIOGRAFÍA

BROWNE, F. et al. (1997). “Money Demand in UE Countries: A survey”. European Monetary Institute, Staff Paper 7.
CHELALA, S, y MAESO, J. (2012). “La Fragmentación Monetaria de la Argentina: Impacto Económico, Riesgo Latente e Instituciones”. Informe preliminar proyecto UBACyT, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires.
CHELALA, S. y GIARRIZZO, V. (2012). Economía de la Evasión. Edicon, Buenos Aires.
DAVIS,  D. y HOLT, C. (1993). Experimental Economics. Princeton University Press.
KARLAN, D. (2005). Using Experimental Economics to Measure Social Capital and Predict Financial Decisions. Economic Growth Center, Discussion Paper Series.
SMITH V. (1987). Experimental methods in economics. En The New Palgrave: A Dictionary of Economics, McMillan Press.
SMITH V. (1994), “Economics in the Laboratory”. Journal of Economic Perspectives, Vol 8, pgs. 113-131.

THERET, B. y MARQUES PEREIRA, J. (2002). La Couleur du Dollar: Enquête à La Havane. Presses de Sciences, Paris.

1                   . Para un resumen de la literatura sobre el tema véase Browne et al (1997).

2                   . Sobre el alcance de la economía experimental véase Chelala y Giarrizzo (2012).

3                   . Sobre la variedad de métodos experimentales y su uso véase Davis y Holt (1993), Smith (1987), Smith (1994), y Karlan (2005).

4                  . Chelala y Maeso (2012) realizaron una primera aproximación a esta tarea en la provincia de Buenos Aires.

5                  . Uno de los proveedores más relevantes era la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA)

6                   . Tanto por los problemas financieros de la provincia de Buenos Aires, entre otras, como por la aparición de los El Certificado de Depósito para Inversión Inmobiliaria (CEDIN), las cuasimonedas volvieron a ser eje de debate.

7            Véase por ejemplo Theret y Marques Pereira (2002).

8             Aunque este nombre también hace referencia a iniciativa de comunidades, municipales, o clubes privados de trueque, entre otros posibles emisores.