Observatorio de la Economía y la Sociedad China
Número 16 - diciembre 2011

LA IGLESIA PROTESTANTE EN LA CHINA COMUNISTA Y POSTCOMUNISTA: UNA HISTORIA DE CONFLICTOS

 

Esther Solano Gallego (CV)
prof.esther.solano@gmail.com
Centro Universitario Anhanguera de Campo Grande, Brasil




Resumen

El presente artículo pretende mostrar las problemáticas relaciones de la iglesia protestante con el régimen comunista chino y los desafíos a los que esta se enfrenta.

 

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Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Solano Gallego, E.:: La iglesia protestante en la China comunista y postcomunista: una historia de conflictos; en Observatorio de la Economía y la Sociedad de China Nº 16, diciembre 2011. Accesible a texto completo en http://www.eumed.net/rev/china/


Introducción
Las relaciones entre el Partido Comunista Chino (PCCh) y las diferentes confesiones religiosas asentadas en el país siempre se han caracterizado por ser tensas y complejas Desde la extrema dureza de la Guardia Roja a la modernización sociopolítica de Den Xiaoping, las creencias religiosas han sido el objetivo continuo de la persecución comunista. Incluso en los días actuales, tras la etapa Xiaoping-Zemin-Jintao, las organizaciones internacionales siguen denunciando el maltrato estatal a las estructuras religiosas, la represión a los líderes disidentes y la falta de libertad para aquellas comunidades que no se identifican con las denominadas iglesias patrióticas, aquellas representaciones institucionales religiosas ideológicamente próximas al PCCh. La tarea pendiente de China, es otra vez más, el respeto a los derechos humanos, el reconocimiento de la libertad religiosa y las confesiones minoritarias.

Las cinco grandes religiones reconocidas oficialmente en gigante asiático son Budismo, Taoísmo, Islam, Catolicismo y Protestantismo. Según los datos oficiales de la Oficina de Asuntos Religiosos de China, en 2003, las estadísticas señalaban la siguiente proporción: 90.5 millones de budistas, 20.3 millones de musulmanes, 16 de protestantes, 5 de católicos y 3 de taoístas. Estos datos señalan un fuerte crecimiento del fenómeno religioso desde la apertura china que va en fuerte crescendo, por lo que la potencia se enfrenta a un reto político-social de enorme magnitud.  Estas estadísticas se refieren a las instituciones religiosas oficiales adeptas al régimen comunista. No se contabilizan, sin embargo las denominadas underground churches, protestantes y católicas  que rechazan la interferencia estatal en materia religiosa y espiritual y las clasificadas por el PCCh sectas como Falung Gong.

Mao y la gran represión.
Nada más llegar al poder, en 1949, Mao Ze Dong  proclamó que ninguna ideología sería permitida excepto el Marxismo-Leninismo. El cristianismo fue tachado de imperialismo  cultural extranjero y el budismo y taoísmo de “formas feudales”.  El sistema religioso no tenía cabida dentro de la maquinaria de la dictadura maoísta. Se contemplaba como un antagónico total a la lucha de clases y la proletarización de China.  La guerra entre el materialismo dialéctico y el idealismo religioso estaba servida.
A pesar de esto, en 1950 el PCCh adoptó (en su teoría política) una Política de Libertad Religiosa (PLR), que no sería si no otra manera de control estatal y manipulación de las estructuras religiosas. Durante los años siguientes se ordenó el confinamiento estricto de las prácticas religiosas a los lugares designados de culto, se prohibieron las peregrinaciones y tradiciones al aire libre como las oraciones budistas y taoístas por los muertos. Así mismo, quedó terminantemente vetado el uso de atavíos, prendas o símbolos de carácter religioso.
La Oficina de Asuntos Religiosos, fundada en 1949, bajo el mando de la Oficina de Minorías Nacionales, se establece para enfrentar las cuestiones religiosas del país. Más tarde, en 1951, se transfiere a la Sección Cultural y de Educación del Departamento de Asuntos Nacionales. Así mismo el Departamento Frente Unido, del Comité Central, creó también su propia Sección Religiosa para implementar las políticas del PCCh en materia de religión. En seguida, la cúpula del Partido se dio cuenta que lidiar con la religión sería una tarea ardua y compleja.
El PCCh siempre admitió la existencia del fenómeno religioso como una fase histórica inferior de la humanidad que progresaría, ineludiblemente, hacia la sociedad atea sin clases, libertada de las ataduras ideológicas y sociales de las imposiciones religiosas. La religión era materia de discusión intelectual, desde la perspectiva de la posición del PCCh  sobre qué actuación sería la más correcta…El 4 de abril de 1957, en el Séptimo Congreso del Frente Unido, su entonces líder,  Li Weihan, admitiría que las las religiones tienen cinco características: nacionalidad, longevidad, internacionalidad, complejidad y comunidad. Dada esta enorme proporción simbólica de la religión, el Partido debía adoptar una política premeditada a largo plazo para responder a esta situación y conducir a la nación china a la sociedad perfecta sin clases ni religiones.
En una reunión del Partido el 4 de junio de 1958, el propio Li Weihan expondría  el significado de la  política del PCCh en materia religiosa, teniendo como objetivo el fin de la dominación capitalista de la religión.
Cada ciudadano tiene la libertad de creer en una religión y también la de no creer…pero los comunistas son ateos y deben, por todos los medios, proclamar el ateísmo… La Política de Libertad Religiosa es un lema revolucionario. Hemos adoptado este lema para, con su contenido revolucionario, acabar con el feudalismo y prevenir que las clases explotadoras fuercen a otros a creer. Si implementamos este lema, los creyentes se irán convirtiendo, gradualmente, en no creyentes.  Li Weihan
En este contexto histórico surgen las ocho organizaciones patrióticas religiosas. A saber: Asociación Taoísta China, Asociación Budista China, The three-self Patriotic Movement para las Iglesias Protestantes de China, Conferencia Nacional Cristiana de China, Asociación Cristiana Patriótica China, Colegio Católico de Obispos Chinos, Comisión Administrativa Nacional de la Iglesia Católica China y Asociación Islámica de China.
Los cuadros de estas organizaciones eran designados por el PCCh y cumplían el papel de regularizadoras de la vida religiosa en el seno del maoísmo. Las diferentes estrategias que auspiciaron estas organizaciones patrióticas eran fundamentalmente:

  • La reeducación política del personal religioso y formación de grupos de estudio político para líderes religiosos inconformistas.
  • Administración, gestión y control de las actividades religiosas.
  • Financiación gubernamental de literatura religiosa interpretada desde la doctrina maoísta.

Esta situación de  relativa tranquilidad para las confesiones religiosas, siempre que se adaptaran al adoctrinamiento del PPCh, duró muy poco. Las ocho iglesias patrióticas, los seminarios religioso-socialistas, los lugares oficiales de culto, que  constituían la única manera legal de ser creyente en China, desaparecieron tras la barbarie de la Revolución Cultural. Durante la misma, toda forma de expresión o tradición religiosa fue violentamente suprimida. En 1960 la vida religiosa fue desmantelada de China. La Guardia Roja atacó ferozmente a toda figura religiosa (conformista e inconformista), hubo grandes quemas de literatura religiosa, juicios públicos y encarcelamientos. Así mismo, durante El Gran Salto Adelante, se enviaron grandes masas de personal religioso a campos de trabajo. Podría parecer que la religión había sido erradicada de China, pero nada más lejos de la realidad. Los años siguientes demostrarían que el germen de la fe todavía estaba presente en la población a pesar de la gran barbarie a la que fue sometida.
Era Xiaoping-Zemin
Tras la llegada del gran reformador Xiaoping, en 1978, comienza una transición política que deriva en posturas más tolerantes hacia la religión, un relajo de la persecución y, consecuentemente, un claro avivamiento del fenómeno religioso. La política religiosa fue restituida tras las masacres de la Revolución Cultural desde la óptica de la modernización.  Deng había roto con el totalitarismo pasado a favor de una política más moderada, aunque, desde luego, ni mucho menos ideal para los creyentes.
En 1982, se retoma la teorización y legislación en materia religiosa con la publicación del famoso Documento No.19, documento que, junto en la reapertura de muchos centros religiosos que habían sido cerrados y la reactivación de prácticas religiosas, pretendía dar una idea de aperturismo y tolerancia. El documento reivindica que el Partido ha de educar y reunir a los líderes religiosos en la ideología marxista-leninista, hace un llamamiento pare restaurar y promover lugares de culto, pero siempre bajo el control administrativo del PPCh. Así mismo propone que el Partido formará a líderes religiosos que aman fervientemente su Patria, defienden el sistema comunista y el liderazgo del Partido y además, confirma que los miembros del Partido no pueden ser creyentes. El tono del Documento No.19 es claramente ambiguo. Propone y defiende una mayor tolerancia religiosa pero siempre desde el férreo control estatal y, volviendo a defender que la postura del verdadero socialista es el ateísmo.
En la década de los 80 la rápida proliferación de la religión alarmó a la cúpula del PPCh y el omnipotente Chen Yun ordenó  a Jiang Zemin, en 1991, reforzar el control sobre las actividades religiosas. Como muestra de este crecimiento, en 1983 se contabilizaban 300 iglesias católicas en China, que pasarían a ser 2100 en 1987 y 3900 en 1992. La tarea encomendada a Jiang Zemin, no era fácil.
Las Iglesias underground católica y protestante comenzaban a organizarse con fuerza.  En pequeños locales, casa particulares (lo que les valió el nombre de house churches) e incluso lugares escondidos, se  han venido reuniendo los files católicos y protestantes desde esta época. En 1989 se anunciaba la formación de la Conferencia China Underground de obispos, desde entonces, este movimiento disidente no pararía de crecer  a pesar de las persecuciones de que han sido objeto.
 Ya bajo el liderazgo de Zemin y siguiendo la misma estrategia reformista de su predeceros, China adoptaría las siguientes estrategias sobre la religión:
-Implementación de una política religiosa consolidada.
-Reforzamiento de la administración estatal en los asuntos religiosos.

En 1990, cuando grandes cantidades de predicadores occidentales llegaron a China, el Partido se dio  cuenta del peligro antirrevolucionario que estos suponían, por lo que  Xe Zhongxuen dispuso una cuota de extranjeros que entraban en China con intereses religiosos. Así mismo, en 1993 se una vez más, que la tolerancia religiosa continuaría siempre que las creencias se adaptasen al socialismo y a la concepción política de partido único:
Este tipo de acomodación no requiere que los fieles abandonen su fe ni su creencia en Dios, pero sí supone ser patriotas, apoyar el Comunismo y el liderazgo del Partido Comunista. Al mismo tiempo se deben eliminar del país las formas religiosas y doctrinas que no se acomoden al socialismo (Xe Zhongxuen)

De entre las leyes que promovió Zemin debemos destacar el Documento No. 144 (1994) titulado “Regulaciones del Estado para regular las actividades religiosas” y el Documento No.145 (1994)  “Sobre las regulación del Estado de los extranjeros viviendo en China”, que se convirtieron en los cimientos de la regulación provincial y local en materia religiosa. El Documento No.144 obliga a las organizaciones de actividades religiosas a registrarse, incluyendo en la documentación aportada para el registro una acreditación de que la organización está libre de elementos extranjeros dominantes. El mismo documento  obliga a las autoridades civiles a regular estrictamente la organización, financiación, ideología y personal de las entidades religiosas El No.145, regula las actividades religiosas extranjeras, incluyendo en este término los habitantes de Taiwan y Hong Kong, poblaciones que contribuyen enormemente al crecimiento religioso de China continental.
Tras este periodo de reformas y la implementación de la nueva legislación religiosa, llega la década del 2000, que sería continuadora de las políticas de cambio.
El 10 de diciembre del 2001 el Politburó planeó un Encuentro Nacional Religioso, considerado una de las reuniones para tratar temas religiosos más importantes desde la época previa a la Revolución. Zemin propuso una redefinición del fenómeno religioso basado en tres ideas:
-La religión tiene profundas raíces históricas y tendrá una supervivencia longeva.
-La religión interviene en la vida económica, política y social del país.
-La religión juega un papel esencial en las relaciones internacionales.

Teniendo en cuenta estas tres claves, Zemin propone  a los cuadros del Partido, colaborar con los líderes religiosos y tomar la Política de Libertad Religiosa con mayor flexibilidad
La segunda ola de políticas religiosas reformistas llega tras las declaraciones de Pan Yue, Director de la Comisión Estatal para la Reestructuración Económica en el Shenchen Special Economic  Zone el 16 de diciembre de 2001, donde critica duramente el viejo moto incontestable de “la religión es el opio del pueblo”
El actual presidente, Hu Jintao, ha seguido esta línea política, yendo más allá con el Libro Blanco de la Democracia y posibilitando la presencia en la Asamblea Nacional de otros partidos de corte socialista.

El Protestantismo en la China Comunista
El Movimiento Protestante “Three-Self Patriotic Movement”  (TSPM) se fundó en 1950, basado en los principios de autogobierno, autofinanciación y auto-difusión.  Los organismos más importantes dentro de este movimiento eran la Iglesia Episcopal China, la Universidad St Johns de Shanghai, la Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes y el Seminario Teológico de Nueva York. Las denominaciones principales agrupadas eran Presbiteriana, Baptista, Congregacional y Metodista. El TSPM era la voz la estructura reguladora del protestantismo en China, la única manera legal de ser protestante en la gran potencia.
El 28 de julio de 1950, cuarenta líderes protestantes chinos redactaron el famoso “Manifiesto cristiano”. El 23 de septiembre, el People`s Daily publicó el manifiesto con 1525 firmas. En este llamamiento se declaraba la conformidad de la Iglesia Protestante con el PCCh y se emplazaba a la purga interna de disidentes. Tras el Congreso Nacional de 1954, el movimiento queda completamente consolidado y comienza a desmantelar las estructuras protestantes independientes.
De los 43 seminarios protestantes existentes en 1950, la mayoría fueron obligados a cerrar sus puertas. En 1952 y 1953 el TSPM reforzó los seminarios de Nanjing y Yenching. En 1957 tiene lugar la gran purga “Dando el corazón al partido”, que arrasa con grandes cantidades de creyentes. En 1966 toda actividad teológica quedó clausurada hasta la reapertura del famoso  Nanjing Union Theological Seminary, hasta hoy en día una de las más reconocidas instituciones protestantes chinas. En 1953 se establece la Casa de Publicaciones Cristianas Chinas, con la popular publicación  “socialista-protestante” Tianfeng, clausurada en 1965 hasta 1980. Es en esta fecha cuando el TSPM vuelve a irrumpir en el panorama nacional bajo el mando del obispo anglicano Ding Guangxun que, entre otras cosas, decide restringir las reuniones de la iglesias sólo a los domingos, creando un grave problema en denominaciones observantes del Sabbath como los adventistas.
Desde luego, este gran movimiento protestante dirigido desde el Estado, cuyos líderes son, en su mayoría formados en Shanghai bajo una ideología socialista y cuyas publicaciones son controladas desde el Politburó, no representa, la realidad protestante china. De los 16 millones de cifras oficiales, hay autores que proponen de 30 a 40 millones de protestantes, teniendo en cuenta las iglesias “underground”, la mayoría de denominación carismática, ubicadas en zonas rurales, y, muchas veces establecidas en las propias casas de los pastores.
Son estos líderes protestantes los que fueron objeto de las masivas persecuciones de 1999-2000 y los primeros meses de 2003.
Actualmente es imposible tener un conocimiento, incluso somero, de la situación de la iglesia disidente china o la represión que sufren por parte del Estado. La mayoría de las denuncias de este trato viene por medio de “bloggers” chinos o asociaciones internacionales,  y denunciantes afincados desde las vecinas y más relajadas Taiwán y Hong Kong. Véase, por ejemplo, el dossier de Christian  Solidarity Worldwide, denunciando la persecución a las iglesias protestantes “underground” en el periodo previo a las Olimpiada, las webs http://www.persecution.org/suffering/index.phphttp://chinaaid.org/persecution/the-underground-church/ ,  que denuncian la violación de derechos humanos contra protestantes disidente o los documentales  sobre la estas iglesias disidentes del blogger arrestado Hao Wu. En diciembre del 2008, The Chinese House Church Alliance, la organización representante de las Iglesias disidentes fue prohibida y sus líderes puestos bajo arresto.

Conclusión
Tras la llegada al poder del Gran Timonel, la situación para los creyentes chinos ha sido tremendamente negativa. Aunque superados los horrores de la Revolución Cultural, la China actual todavía ha de enfrentarse a un excesivo control ideológico estatal. Estructuras tan obviamente manipuladas desde el PCCh como el TSPM, han obligado  a muchos creyentes a buscar un “peligroso refugio” en las iglesias “underground”, que, de manera ilegal y al margen del control estatal, se están esparciendo vertiginosamente por toda la geografía China.
Un papel importante en el auge del Cristianismo chino, lo juegan los misioneros destinados a Hong Kong, Taiwan y Corea del Norte, que utilizan estas plataformas para expandirse hacia el continente.
Es evidente la urgencia y el deber del Estado chino para que los creyentes recuperen su malograda libertad de fe y culto. A pesar de las sucesivas declaraciones en pro del aperturismo y la libertad de Jintao en las Asambleas Nacionales y los Congresos del PCCh, la política diaria del Partido no parece hacerse eco. Las Iglesias Patrióticas continúan financiándose con grandes fondos, se siguen construyendo grandes “catedrales socialistas”, pero movimientos disidentes como las fuertes corrientes carismáticas continúan sin aceptación. Toda ideología alternativa asusta al comunismo chino, consciente del poder dinamitador de la religión y su fuerte carga simbólico-ideológica. Por el momento, la separación Iglesia-Estado es imposible en la china post-maoista, pero ¿cómo evolucionará la situación en un futuro próximo?

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Bibliografía
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Siegler, E. Nuevos movimientos religiosos. 2007, Laurance King Publishing Ltd.
Yang, C.K.  Religion in Chinese Society. 1967. University of California Press



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