Revista: CCCSS Contribuciones a las Ciencias Sociales
ISSN: 1988-7833


LA EXPERIENCIA DE ENVEJECER EN RELACIÓN AL SISTEMA DE PROTECCIÓN GLOBAL PARA LA VEJEZ

Autores e infomación del artículo

Miriam Piani*

Universidad Nacional del Comahue

E-mail: miriampianimailhos@gmail.com


RESUMEN: Este trabajo se inscribe en la  investigación: “Curso de vida y diferentes formas de envejecer en el siglo XXI, desafíos para el desarrollo de un sistema de protección global para personas mayores”(1)
El objetivo del mismo es compartir los avances realizados a partir de una indagación cualitativa, en la que se trabajó con entrevistas en profundidad y observaciones.
Las conclusiones  visibilizan que un programa de protección global para personas mayores es insustancial si no se tiene en cuenta “cartografías de lo situado”. Contar sólo con la información  estadística y las  tendencias para explicar y anticipar acciones en relación a  las características de distintas poblaciones en su proceso de envejecimiento, no es suficiente para  comprender este proceso  en toda su magnitud. Por ello, se considera  que  es indispensable  recuperar  narrativas de experiencias, que nos permitan ingresar al triángulo constituido por  experiencia,  envejecimiento y  subjetividad. Esta última categoría analizada desde su doble connotación, socio-antropológica y psicológica.
Esto implica teórica y metodológicamente,   que  se necesita  categorías emergentes regionales  para diseñar acciones dentro de los programas generales;  de lo contrario se sigue reproduciendo un modelo de intervención que es aplicado desde categorías teóricas abstractas, subsumiendo en este tipo de intervención,  información imprescindible que surge de la caracterización contextualizada de las problemáticas y de las subjetividades particularidades que pueblan las regiones.
PALABRAS CLAVES: cursos de vida, experiencia y envejecimiento; representaciones sociales y vejez; sistema de protección global para personas mayores
ABSTRACT: This work is part of the research: "Course of life and different ways of aging in the 21st century, challenges for the development of a global protection system for the elderly"
Its objective is to share the progress made from a qualitative inquiry, in which we worked primarily with in-depth interviews and observations.
 The conclusions make visible that a global protection program for elderly people is insubstantial if "cartographies of the situated" are not taken into account. Having only statistical information and trends to explain and anticipate actions in relation to the characteristics of different populations in their aging process is not enough, to understand the same in all its magnitude. Therefore, it is considered that it is essential to recover narratives of experiences that allow us to enter the triangle formed by experience, the aging process and subjectivity. This last category analyzed from its double connotation, socio-anthropological and psychological.
This theoretically / methodologically implies that it is necessary to create regional emergent categories to design actions within the general programs; otherwise, an intervention model is continued reproducing that is applied from abstract theoretical categories, subsuming this type of intervention, essential information that arises from the contextualized characterization of the problematic and subjectivities particularities that populate the regions.
Keywords: Life courses, experience and aging; social representations and old age; global protection system for the elderly

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Miriam Piani (2019): “La experiencia de envejecer en relación al sistema de protección global para la vejez”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (noviembre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/cccss/2019/11/experiencia-envejecer.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1911experiencia-envejecer

  • INTRODUCCIÓN

A modo de referencia, Rodríguez Daza (2011), en su trabajo sobre “Vejez y envejecimiento”, trae a colación la forma en que la vejez era considerada (representada) en las culturas de Grecia y Roma. Esta se asociaba con la desdicha. No obstante esta creencia, y  en el contexto de otras cosmovisiones (2), esta etapa de  vida implica síntesis de sabiduría, tal como lo era y  es actualmente, en pueblos originarios latinoamericanos, africanos y culturas orientales.
Incluso, y es importante señalar, que  en el mismo ejemplo que trae la autora antes citada, incluye en esta visión “occidentalizada” del envejecimiento, quiebres como el de Platón y el de Cicerón, quienes en sus obras La República y De Senectute respectivamente,  representan  a la vejez (dentro de las primeras culturas citadas) como referente de  experiencia recogida a lo largo de la vida,  y con esto pone en valor  el envejecimiento, rupturando así,  la continuidad en las representaciones griega y romana de la vejez como desdicha. A partir esto, podemos deducir, que dentro,  incluso de “las culturas”, existen otras representaciones, lo que hace a la problemática sumamente compleja como para pensarla desde un esquema en bloque y simplificado.
Según  Sven Reher  (2010): “… resulta muy problemático, y a menudo contraproducente, intentar aislar a los ancianos del resto de la sociedad como objeto de estudio” (p. 64). El hecho de recuperar esta afirmación para el presente trabajo,  nos lleva a considerar críticamente  el  planteo de estudiar a la vejez y al proceso de envejecimiento,  como abstracciones,  desde variables teóricas globales,  sin tomar en cuenta, las representaciones y prácticas sociales situadas, y con ello, no  asumir esta etapa vital  desde la complejidad que la misma  implica.
Estas representaciones (3) y prácticas, de acuerdo a esta perspectiva,  condicionan y limitan las mejores propuestas construidas desde un marco político- asistencial  pensado para bienestar de las personas mayores
En relación a esto que acabamos de exponer y recuperando el marco conceptual de Bourdieu (2007), señalamos que estas creencias y representaciones socio-antropológicas implícitas en las culturas, y  que podemos pensar como  habitus (4) - ya que  se construye e incorpora en el espacio social y que a su vez actúan como estructuras estructurantes-  perfilan maneras de vivir la vejez y los procesos de envejecimiento diversos. 
Otro aspecto a considerar para el estudio, en relación a lo que señalamos en el párrafo anterior,  lo constituye la forma singular en la que los sujetos significan y le dan sentido a sus experiencias, y en cuya trama, además de los esquemas sociales,  se encuentra el soporte que da la  historicidad psicológica del mismo. El mismo,  impacta y se visibiliza en distintas formas de vivir  la vejez y el proceso de envejecimiento.
Entendemos, entonces, que pensar a la vejez en bloque y   constructo universal sin distinguir formas culturales diversas ni tendencias subjetivas, si bien, podría  explicar tendencia e incluso,  aportar herramientas aplicativas (y de hecho se hace esto), no da pistas para  solucionar la problemática de la calidad de vida en la vejez en forma situada.  
Para ejemplificar lo expresado,  tomamos  a Berriel, Pérez Fernández y Rodríguez,   (2011), que forma parte de nuestro marco teórico. Estos autores caracterizan  a las personas mayores en cuatro grupos  desde criterios que se arman a partir de la lógica de monocultura (Moreira &   Gois de Souza, 2007). Estas son: “(…) Población de adultas y adultos mayores con dependencia y discapacidad de carácter crónico…, Población de adultas y adultos mayores con dependencia circunstancial o por tiempo potencialmente limitado,( …) las personas adultas mayores que ofician como cuidadores de familiares o allegados(cuidado de nietos, apoyo a sus hijos, cuidados de otros familiares, etc.)(…) y Población de adultas y adultos mayores de mayor edad (mayores de 80 – 85 años), que son auto-válidas, pero que debido a su edad avanzada pueden necesitar algún tipo de ayuda en actividades funcionales…” (p.106). Estas categorías visibilizan caracterizaciones genéricas pues entendemos que ese es el alcance, no obstante, no hablan del sentido ni del significado desde los cuales, los sujetos y las sociedades transitan la vejez y los procesos de envejecimiento.
Es por ello, que nuestro objetivo primordial, fue indagar en territorio no solo como operan, de manera situada, estas características generales, sino y sobre todo, recuperar representaciones y prácticas sociales que se generan  en relación a la vejez, tanto de los sujetos adultos y adultas mayores como de la población de la localidad de San Carlos de Bariloche, Patagonia Argentina, como narrativas de experiencias situadas.

  • OBJETIVOS Y METODOLOGÍA

A partir de nuestro planteo inicial,  indagamos en las  narrativas, partiendo de la hipótesis que es allí donde encontraríamos claves de la especificidad para conocer y terminar de construir nuestro objeto de estudio. Claves sustanciales, para la  comprensión  de  los  procesos de envejecimiento situados.
Por ello, decidimos realizar  un muestreo teórico, obteniendo información a través de las técnicas de entrevistas en profundidad, de observación  y  observación participante en prácticas sociales.
Estas  estrategias   nos dieron la posibilidad de penetrar en el tejido que subyace a  la experiencia, considerando lo que plantea Scott (1999), que la experiencia se trama discursivamente, y en este discurso,  es en  la narrativa de la misma, donde subyacen las operaciones ideológicas (5), que dieron el marco de la vivencia.
Además;  y en una línea de coherencia teórica y  epistemológica, en cuanto a que el sujeto es un agente social; recuperamos, lo que plantea Riviere y Pampliega (1985), en relación a  la subjetividad; sostienen que esta es al mismo tiempo singular y social, por lo que  accedemos, a partir de las narrativas de experiencia,  en forma simultánea,  a la trama discursiva sociopolítica (desde donde se sostuvieron las experiencia), y  a las  distintas trayectorias y vivencias que constituyen las historicidades singulares de cada sujeto (Piani, 2017).
El trabajo de campo se llevó a cabo durante los años 2017 y 2018 desde líneas generales que trazamos para ordenar nuestra indagación. Estas fueron:

  •  Líneas generales en relación al estudio de la vejez, retomando para esto, las categorías  planteadas en Berriel et al (2011)
  •  líneas construidas ad-hoc en relación a los sujetos adultos mayores: experiencias de vida en relación a lo laboral, a actividades actuales, a  vínculos afectivos y   condiciones de vida
  •  líneas construidas ad-hoc acotando nuestro foco de observación  en: actividades institucionalizadas y no institucionalidades que realizan los y las personas adultas mayores en nuestra ciudad, para ello, delimitamos nuestro territorio tomando como referencia solo la zona del centro y aproximadamente 2km a la redonda (7)
  • DESTRAMANDO CONCEPTOS Y RECUPERANDO NARRATIVAS, UN PRIMER AVANCE  
  • Experiencia y subjetividad:  conceptualización para la dialéctica con las narrativas

Una experiencia,  dice Dewey (2008), implica un proceso por el cual,  el material experimentado llega  a su final,  definiéndola  como resultado,  signo y recompensa de las interacciones que hace el organismo con su ambiente. La experiencia  posee un relato emocional asociado,  que la identifica y la diferencia. Si bien este teórico, no contempla como nosotros lo  sociocultural, nos aporta  elementos conceptuales para pensar la misma desde una perspectiva  en la que la experiencia    se  traman en forma simultánea, como relato emocional, cognitivo- perceptivo y físico, que, y además considerando el valor performativo de las palabras, se vive desde la cartografía trazada por los  discursos socio-antropológico en  las prácticas sociales.  (Piani, 2018).
Transpolando a  Damasio (2000), entendemos que esta vivencia,  se sostiene en procesos neuropsicológicos, que se corporizan en pensamientos- emociones-percepciones que tienen visibilización en el ser-estar- hacer en el mundo, como sujeto y como sujeto político (Piani, 2017).
Estas dialécticas teóricas nos  permiten  concebir a las  interacciones inter e intra-subjetivas,  en términos físicos-químicos, neuropsicológicos y socio-antropológico, derivando desde esta alquimia,   lo que  llamamos corporalidad, implicando además,   lo simbólico, en su doble juego: como  hermenéutica subjetiva que mapea, y estructura estructurante que permite la reproducción sociocultural.
En la  corporalidad se sintetizan, los procesos  de incorporación, al decir Bourdieu (2007). In-corporación que se inscribe en el cuerpo y que es cuerpo,  cuerpo escrito como tono- disposición y motricidad en el reverso de los relatos de corporeidad, es decir,  como ese “yo debajo de mi piel” de Merleau Ponty (2002), que es para Duch, L. , Lamaniego, M. Capdevida, M. Solares, B. (2008), es “cuerpo simbólico”, “cuerpo vivido”.

  • Prácticas sociales y narrativas: rescate de lo empírico

A continuación se recuperan ejemplos que surgen del trabajo de campo. Los párrafos seleccionados  los  obtuvimos a posteriori del análisis de contenido, y son representativos de otros pasajes similares en nuestros registros de entrevistas y observaciones.
Nuestro objetivo en esta parte,   es presentar una serie de  las narrativas significativas como muestras, para  avanzar desde allí a la próxima sección del texto en interpretaciones, análisis y reflexiones.
“…iba al trabajo en mi auto como a las 9 de la mañana, y de pronto veo  el semáforo en rojo. Hacía mucho frío y llovía de tal manera,  que la lluvia parecía una cortina. Paré entonces, y casi de la nada, apareció un anciano que vestía una especie de piloto/chaleco amarillo vendiendo diarios. Ofrecía los periódicos desde la calle haciendo un gesto amable a los conductores que nos habíamos detenido…  con una pierna que rengueaba, caminó unos treinta metros recorriendo la hilera de vehículos…  seguí mi camino  en mi auto…él se quedó en la esquina del semáforo…” (Registro 1)
“…estaba charlando con la vendedora en una tienda de ropa, iba a comprar algo para mi hijo, era sábado al medio día… de pronto alguien saluda al entrar: -Buen día, dice. Me doy vuelta en mi curiosidad casi infantil, y veo una anciana, una señora de unos 75 años, con dos bolsones (hechos de tela de bolsa donde ponen las papas, las cebollas), que le colgaban de ambos brazos y que el peso hacía que  le bajaba los hombros. -Alguien quiere un sándwich? (con una sonrisa en su cara) Tengo de….” (Registro 2)
“Había nevado mucho días anteriores, pleno julio,  volvíamos de almorzar, nos íbamos a casa, haciendo el recorrido habitual. Allí estaba en medio de ese frío un anciano que vendía huevos... Buscamos un café y se lo llevamos y nos pusimos a charlar… nos contó, con entusiasmo, que se había levantado a las 7 y que bajó despacito (de su barrio) con su carrito y ya a las 9 estaba vendiendo… Además nos regaló una tarjetita que tenía del día de la madre del año pasado, que regalaba a todas las mujeres que se acercaban en víspera o a posteriori…” (Registro 3)
Luego de trabajar desde la arquitectura de los registros y seleccionar recurrencias, en nuestras sistematizaciones, seleccionamos tendencias  como reguladoras de las prácticas sociales (Gutiérrez, 2009). A partir de esto, deconstruimos lugares sociales  que se le dan a las personas mayores en nuestra ciudad. En relación a esto, y según la empírea obtenida,  parece ser que hemos   naturalizado el trabajo de estas personas,  e incluso en condiciones  que vulneran los marcos de un trabajo digno. Por otra parte, también estos sujetos naturalizaron esta situación,   por lo que lo asumen, aparentemente, en forma dócil y con resignación. Los gestos, en  registros, son elocuentes, en todos ellos aparecían personas con gestos cordiales, más allá del frío o del peso que llevaban en lo que vendían como vendedores ambulantes.
Más allá de los discursos, postulaciones y “buenas intenciones”, es desde las prácticas sociales  desde donde emergen las concepciones “reales” que sostiene una sociedad con sus mayores, que, en este caso reflejan indiferencia, falta de reconocimiento a lo que significa ser “viejo”, y por lo tanto, olvido  de sus trayectorias en relación a la etapa en la que se encuentran.
No obstante esto, observamos otras realidades, en forma simultánea,  en las que los sujetos  mayores,  pertenecientes  a otros grupos sociales,  encarnaban otras tipo de  situaciones y otros lugares sociales. A continuación compartimos algunos relatos:
“…figúrate, nos decía  una vecina barilochense, no sé qué vamos hacer con esto (se refería a la renuncia del administrador de un edificio en zona céntrica)… hace una semana que no pego un ojo pensando… (Su cara expresaba aflicción)” (Registro 4)
Otro del mismo contexto social que la mujer anterior nos narraba en la entrevista:-“ojalá me muriera, mientras miraba televisión con un grupo de personas de su edad, no sé para qué uno vive tanto” (este señor que se hace referencia estaba en una casa para adultos mayores costosa) (Registro 5)
“Clase observada de gimnasia de tercera edad en el gimnasio: “ (…) se sienta una señora de unos 70 años al lado mío…- uy que cansada estoy! Me dice. La miro y me sonrío, ella continúa: - si yo vengo aquí porque el médico me dijo que viniera, si es por mí me quedo en mi casa, esto me aburre…pero que le voy hacer, son mis hijos además los que me mandan…” (Registro 6)
En estos discursos subyace negatividad ante lo que les sucede,  y salvo en el segundo fragmento; esta “visión negativa” a la que Berrier et al (2011) se refiere, está ligada a la vejez y su futuro,  el resto, expresa una forma de vincularse con lo que lo que acontecen o realizan,  hipotetizamos,  que esto puede estar asociada a una significación negativa que no se explicaría por  lo económico.
En las reconstrucciones de los registros 4,5 y6,   las situaciones descriptas, se configuran a partir de  un lugar de “confort”, es decir, de “condiciones materiales que proporcionan bienestar o comodidad”. Lugar de confort al que puede acceder determinado grupo social. No obstante esto, y  más allá  de esta caracterización, que es diametralmente distinta a las visibilizaciones de los registros del primer grupo (registros 1,2 y 3), todos los sujetos, parecen vivir su vejez y en su vejez,  con visión negativa:   “ estoy muy preocupada... (Su cara expresaba aflicción)”“ojalá me muriera” “…esto me aburre…”. En relación a esto señalado,  nos preguntamos, ¿Cuánto bienestar pueden,  estas personas tener,  más allá de los índices económicos-sociales?
Emerge de nuestras reflexiones, a modo de hipótesis de trabajo, la importancia  que la persona mayor pueda, además de cualquier programa recreativo, sanitario, tener espacios de reflexión sobre sí misma no como espacios terapéuticos,  sino de re-educación emocional.
Otra hipótesis de trabajo que nos parece importante constituir,   es la investigación  específica para los programas globales en relación a la perspectiva vejez- pobreza (Bravo Almonacid, 2009) y, abordando, en esto, la naturalización que como sociedad sostenemos con respecto al trabajo del anciano.

  • DESDE LA SIMILITUD DE TRAYECTORIAS DE VIDA HACIA UNA DIFERENCIACIÓN DE SENTIDOS Y SIGNIFICADOS: modos singulares de vivir la experiencia de envejecimiento

Distanciándonos en esta sección del análisis de escenarios sociales en relación a la vejez,  y las construcciones sobre distintos tipos de vejeces en relación a espacios urbanos,  buscamos según los objetivos,  pistas en particularidades subjetivas de los modos de conceptualizar y vivir el envejecimiento.
El grupo social en el que decidimos  realizar esta profundización (7), es aquel del que emergió la: ¿Cuánto bienestar pueden llegar a tener estas personas mayores, más allá de las condiciones económicas y sociales en que se encuentren? La  franja poblacional elegida es aquella que  posee cubierta las necesidades materiales, de ocio, de seguridad física y asistencial.
Pudimos observar, en relación a los análisis realizados que en este grupo social, que  existen formas distintas de vivenciar la vejez, incluso,  en narrativas de vida similares en relación a lo laboral, las redes vinculares y  en formatos situacionales. Tal es el caso de Silvia y Vanesa, ambas transitando la década de los 80 años, jubiladas docentes, las dos madres de 3 hijos, divorciadas ambas entre los 30 y 40 años. Sostenes de familia desde sus divorcios.
Las dos mujeres tienen problemas de rodillas y fueron operadas, por lo que la movilidad en ambas,  se  complica. Vanesa, a pesar de traer a la entrevista su operación, ya que se le  preguntó  por sus intervenciones quirúrgicas, le dio  poca importancia:
“… vos me decías anteriormente que tenías operadas tus rodillas, decime Vanesa, que pasa ahora con tus piernas? (preguntamos)- Ella se sonríe y nos cuenta;
 - Ah sí, me duelen ahora de vez en cuando, y algunas veces para ir hacer mis actividades,  me pido un taxi, porque vos viste, ahora que me mudé, vivo lejos del centro… antes iba también en bicicleta, pero ahora ya no puedo, me da un poco de miedo, y cuando no me duelen tanto me voy caminando…”.
Vanesa participa de clases de gimnasia en el agua y yoga, Silvia no hace ninguna actividad física porque dice que le duele la rodilla, ella, a diferencia de la señora anterior,  vive en pleno centro.
Vanesa,  domingo por medio se junta con sus amiga a almorzar o a tomar el té, Silvia, en cambio, tiene una sola amiga, más joven que ella que la  visita de vez en cuando.
Ambas tuvieron siempre, según cuentan,  una relación complicada con sus hijos, Vanesa la reconstituyó, Silvia, en cambio, salvo con uno de sus hijos,  con los otros dos está “peleada”, como ella misma dice, “no se habla”, además se quejó todo el tiempo  de ellos, mientras que duró la entrevista.
Si bien, ambas tienen la costumbre de arreglarse estéticamente,  Vanesa nos dice “Prefiero ser una vieja moderna y no una vieja antigua”, por lo que comprendemos por qué su  ropa es bastante juvenil.  En cambio la otra entrevistada, luce con atuendos tradicionales de “señora mayor”. Nos preguntamos frente a esto,  si no habrá algún tipo de relación  con una actitud que tienen en virtud  a lo que les sucede. Algo interesante para indagar, considerando además, la conexión  corporeidad/corporalidad desarrollada anteriormente.
Esta descripción que acabamos de realizar, da un pantallazo,  una primera imagen desde qué lugares transitan estas mujeres sus experiencias, visibilizando, dos formas distintas de vivir  cosas similares. Esto nos interpela, y  nos lleva a preguntarnos: ¿En qué medida y cómo, en todo caso, las maneras de vivir las experiencias, se retroalimentan, generando,  círculos del que, sobre todo en  los sujetos con cierta negatividad, no pueden salir? ¿Qué lleva a que  dos mujeres del mismo grupo social con trayectorias de vida aparentemente similares, signifiquen y le den distinto sentido a lo mismo?
Siguiendo esta línea de análisis, y recuperando la singularidad de la experiencia, advertimos,  estados emocionales, anímicos, complejos que parecen impregnar las formas de transitar las experiencias. Estados emocionales que  recuperamos  en el sistema de afectación pensamiento/emoción: “… En efecto, la conciencia amplifica el impacto de los sentimientos en la mente de los personajes que participan en la escena…” (Damasio, 2000, p.21).
En relación a la perspectiva elegida sostenemos que esta afectación,  no se puede explicar solamente en términos de pensamientos negativos o  de pensamientos positivos, o sea en términos lineales, y con ello, resolver este círculo, en términos conductuales. Sospechamos a partir de otras investigaciones, que las experiencias dejan huellas imperceptible en nuestros registros, desde las cuales construimos formas de pensar/sentir (Piani, 2017), por ello, volvemos a retomar, como sugerencia, la propuesta de poder contar dentro de líneas generales de intervención, con espacios de reflexión de vida, como espacios re-educativos.
Girando en el eje del análisis, si bien ambas mujeres, se las puede considerar como plantea Berrier et al (2011) como parte de ese nuevo paradigma emergente en cuanto a ideales de libertad y esto como base de un proceso del buen envejecimiento, nos preguntamos recuperando sendos registros, ¿a qué libertad se refiere? Ambas mujeres  no se volvieron a casar, además,  como ellas señalan “hacían lo que querían”, estas escenas de “libertad”  que se trama en un vivir  nos  abre preguntas para su investigación:   ¿cómo elaboraron su historicidad para andar hoy, en su vejez, con  estos pasos? ¿ cómo-qué  de esta historicidad se encarna en sus corporalidades?

  • CONCLUSIONES

A partir de los análisis e interpretaciones realizadas en base a la información recogida, observamos que en la vejez como en cualquier etapa de la vida, la forma de dar respuestas a las problemáticas que se plantean,  requieren de un abordaje complejo y situado. De acuerdo a la bibliografía consultada,  podemos advertir,  que  el envejecimiento activo, como se lo denomina, podría pensarse como una de las soluciones al buen envejecimiento, no obstante y en función a lo analizado, sostenemos que  solo será una alternativa válida para quienes lo tomen por su propio deseo o convicción. No porque un médico o un hijo lo sugieran,  se convierte en algo significativo para quien lo realiza, según lo que visibilizan los testimonios- puede que haya empezado la persona mayor a ir por una sugerencia-,  no obstante, es el/ella misma quien necesita terminarle  de dar sentido;  por lo que los programas, proyectos y espacios solo garantizan una posibilidad.
En relación a esto, observamos, que esa posibilidad solo existe como tal, para algunos grupos sociales, y esto se hace evidente a partir de los registros que surgen en la primera sección de este artículo. Lo que plantea además, la necesidad, de profundizar en la perspectiva vejez pobreza, como enfoque realista de investigación,  para abordar el desafío de un sistema de protección global situado, “con los pies en la tierra” y equitativo.
De acuerdo a  los análisis e interpretaciones realizadas,  sugerimos que  el abordaje de ejes de macro estructura, como por ejemplo, los propuestos para las políticas para la vejez por Huenchuan (1999), sean complementados con consideraciones relacionadas con representaciones socioculturales, para intervenir de manera situada adecuando programas y proyectos. Esto incluso, hipotetizamos, colaborará en relación a la ruptura de las representaciones negativas sociales hacia la vejez. Estas indagaciones,  proponemos, realizarlas a partir de caracterizaciones narrativas,  que ayuden a comprender cualitativamente los escenarios socioculturales.
En relación a la concepción de cuerpo que sostienen las líneas de trabajos e investigaciones en la vejez, consideramos  que es indispensable que los programas, proyectos y planes  estén diseñados  desde posturas integrales, es decir, que se conciban corporalidades/corporeidades/motricidades,  no solo, sistemas funcionales médicos. Para ello existen actualmente variadas técnicas/métodos/perspectivas  terapéuticas y de re educación no tradicionales, incluso de otras culturas,  que se podrían incluir,  avanzando así hacia nuevos modelos de intervención global para la vejez.
En todos los casos, nos parece indispensable incorporar, y en función a lo que venimos planteando, espacios reflexivos de re educación emocional/corporal, no sólo para adultos mayores, sino trabajarlos  a lo largo de los procesos educativos escolares,  en forma preventiva, ya que desde que nacemos vamos camino a nuestra vejez. En este sentido, desde una perspectiva educativa decolonial,  suponemos que poder recuperar algunas cosmovisiones que ponderan el valor de los ancestros,  no solo ayudaría en esta toma de conciencia, sino  que además, contribuiría a valorar a las personas  mayores en la sociedad, revalorizando sus esfuerzos, sus experiencias y sus logros.
Por último,  queremos hacer un análisis crítico;  considerando que algunos marcos conceptuales,  ligados fundamentalmente a la evaluación y a la estadística  que  separan a la experiencia como un indicador independiente. Esto sostenemos, a partir de nuestro posicionamiento conceptual, que  no tiene un  sentido real ya que lo vivido, la experiencia,  está en la trama intrínseca de la  construcción subjetiva, o sea que se da y depende de otras variables e indicadores, situación contraria a la que se visibiliza en los modelos sospechados. 

Notas:

  •  Universidad Nacional del Comahue, Director: Mg. Santiago Di Giovanni
  • https://www.gerontologia.org/portal/archivosUpload/Antologia_de_Imagen_Social.pdf
  •  Incluidas las de las propias personas mayores, que forman parte de esta construcción social y que hace que permanezcan en los lugares “signados y asignados”, fieles a estas representaciones culturales.
  •  Estructura incorporada, historia hecha cuerpo, sistema de disposiciones duraderas
  • .Dimensión sociocultural de experiencia del proceso de envejecimiento
  • Bariloche se caracteriza por ser una zona que en pocos kilómetros presenta una notoria variedad de contextos sociales. En 4 km saliendo desde los barrios altos; donde se encuentra la concentración mayor de población y la mayor cantidad de sujetos con una situación económica  desfavorecida; se recorren no solo distintos paisajes topográficos y de flora diversa, sino sobre todo, un abanico diverso de paisajes humanos.
  •  Cabe señalar que por razones de tiempo fue necesario hacer este recorte, no obstante, queda pendiente este mismo trabajo de profundización en las experiencias singulares con adultos y adultas mayores de  sectores desfavorecidos económicamente

 
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*Profesora e investigadora de la Universidad Nacional del Comahue. Dra. en Educación por Unco y Magister en Evaluación Educativa por UPLACE (Valparaíso), investiga en la línea de experiencias, prácticas corporales culturales y enseñanza. Capacitaciones en la línea de cuerpo, sociedad y educación; y prácticas de la enseñanza, evaluación y observación. Experiencia docente en ámbitos escolares y no escolares y en el nivel superior en Teorías de la Educación Física, Prácticas corporales culturales, Prácticas de la enseñanza y Evaluación Educativa

Publicado: 28/11/2019

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