Daniel Cantú Cervantes *
Universidad Autónoma de Tamaulipas, México
jalera@docentes.uat.edu.mxRESUMEN
  El presente trabajo  de investigación tiene la finalidad de brindar un acercamiento al contexto de  la comprensión textual desde una perspectiva neurocognitiva del proceso lector.  Se expone una propuesta de modelo de comprensión lectora, que fue sometida a un  estudio experimental con el apoyo de dispositivos móviles –Smartphones– en docentes  en formación inicial de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. La intervención  tuvo como propósito mejorar la comprensión textual de los participantes y el  conocimiento y dominio de las estrategias de comprensión de escritos para la  enseñanza. Los resultados mostraron mejoras significativas del grupo  experimental respecto al grupo control después del tratamiento.
  Palabras  Clave: Estrategias,  comprensión lectora, dispositivos móviles, docentes en formación inicial.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
Daniel Cantú Cervantes  (2018): “Desarrollo de estrategias y enseñanza lectora con apoyo de dispositivos móviles en futuros docentes”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (febrero  2018). En línea: 
https://www.eumed.net/rev/cccss/2018/02/estrategias-ensenanza-lectora.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1802estrategias-ensenanza-lectora
INTRODUCCIÓN
  La  comprensión de la lectura es una habilidad imprescindible para el sujeto que  perfecciona con ella su tarea investigativa autónoma. Los docentes en formación  inicial, no solo saldrán a alfabetizar alumnos, sino a enseñarles a comprender  los textos contando con estrategias lectoras que les permitan la facilitación  de la reflexión textual. Como se observará más adelante, la comprensión de  escritos involucra un número de habilidades generales que no deben ser  ignoradas en ningún análisis serio. Uno de los principales problemas de la Escuela  respecto a la lectura, es un paradójico fenómeno que ocurre a menudo: “los  niños están leyendo para aprender mientras aprenden a leer”.
  El  presente documento reúne una serie de secciones que llevarán al lector hacia un  acercamiento de la comprensión textual vista desde una pequeña perspectiva que  la neurociencia ha develado en torno al proceso lector. En los primeros dos  apartados se muestra una breve aproximación hacia el procesamiento cognitivo durante  la lectura, comprendiendo el proceso de la memoria y su gestión en la  reestructuración del esquema cognoscitivo. Además se observa la diferencia  entre lectura y comprensión lectora y el núcleo de ésta para el significado: la  predicción.
  En  la sección tercera se abordan los aspectos generales más significativos de la  predicción, así como algunos errores y dificultades comunes que enfrentan los  docentes y lectores aprendices respecto a la comprensión de la lectura. En el  cuarto apartado se presenta una propuesta alusiva a un modelo de comprensión  lectora resultante de una revisión sistemática de literatura relacionada con el  proceso lector y aquellas estrategias de comprensión textual. El modelo tuvo susceptibilidad  de aplicarse como base en un programa de intervención para el mejoramiento de  la comprensión lectora y estrategias de enseñanza en docentes en trayecto de  formación inicial de la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación  y Humanidades, perteneciente a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, México.  Este programa de intervención fue apoyado por el uso de dispositivos móviles -tema abordado en la sección cinco-,  debido que son herramientas que los estudiantes llevan consigo todo el tiempo,  dada la ubicuidad y esencia comunicativa que ofrecen, además de aquella  multiplicidad de recursos y aplicaciones que poseen. 
  Seguidamente  se aborda la metodología del estudio con el programa de intervención aplicado a  la Generación 2016-3 de la Licenciatura en Ciencias de la Educación “Generación  del Conocimiento” de la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias,  Educación y Humanidades. La intervención tuvo como propósito mejorar la  comprensión lectora de los participantes futuros docentes, y además favorecer  el aprendizaje y dominio de las estrategias de enseñanza lectora. Los efectos  de la variable independiente en el grupo experimental permitieron observar  mejoras significativas después del tratamiento respecto al grupo de control. 
  PERSPECTIVA  NEUROCOGNITIVA DE LA LECTURA
  Los  ojos no ven desde el punto de vista neurológico, sino es el cerebro quien  determina ver lo que decide que está mirando, ésta percepción se da conforme a  la experiencia previa que posee la persona; además no se ve todo lo que está  frente a los ojos. El cerebro genera el sentimiento de que el sujeto ve la  mayoría de las cosas para sentirse seguro, y cuando el encéfalo percibe que  algo tiene sentido, más puede ver de aquél componente de información (Manes y  Niro, 2014). 
  La  comprensión de un texto depende significativamente del conocimiento previo del  lector. Durante este proceso, la memoria operativa –memoria a corto término muy limitada que reestructura el conocimiento  del cerebro y mantiene la información que el individuo actualmente está  pensando (Etchepareborda, 2005)– asocia el conocimiento nuevo con la  memoria a largo plazo –memoria que  contiene gran cantidad de información codificada, normalmente inactiva  (Yankovic, 2011)–, sin embargo, la memoria operativa también conocida como  memoria de trabajo, es muy limitada, ya que en promedio maneja de 4 y 5 hasta 7  elementos o unidades de información a la vez, no importando si éstas se  encuentran al azar por ejemplo al recordar brevemente una serie de números telefónicos.  De manera que surge entonces la pregunta ¿cómo es posible que una persona  recuerde la mayoría de temas y aspectos significativos de algunas novelas o  películas?, por mencionar algunos ejemplos (Fuster, 2014).
  Si  bien son pocas las unidades que puede esta memoria manejar, cada unidad de información  depende del sentido que el cerebro le conceda, entonces se puede tener una  unidad de significado tan grande que es evidente observar como un lector hábil pueda  leer un libro completo en uno o dos días y entenderlo perfectamente. El  contenido de un escrito puede hilarse en unidades de significado con sentido sumamente  grande que deja espacio para el almacenamiento de detalles específicos del  texto (Cuetos, 2011). Sin embargo, Lipina (2016) expone que todo aquello que el  cerebro perciba y no se asocie a lo aprendido, tratará de memorizarlo con altas  probabilidades de que el recuerdo se olvide. 
  Cuando se  asocia un nuevo conocimiento, la memoria a largo plazo se organiza dando como  resultado conocimientos agrandados que se activarán cada vez que se perciba información  similar en el futuro, permitiendo al lector comprender temas cada vez más  complejos. Cabe señalar, que la estructura cognoscitiva o memoria a largo  plazo, en su mayoría almacena información semántica implícita, que no se puede  expresar con palabras, ya que la información recibida por los sistemas  sensoriales no llega únicamente del medio visual o auditivo. Dependerá del  desarrollo del lenguaje expresar las ideas, y por este motivo, saber escribir  de manera correcta, es sustancialmente más difícil que leer de forma  comprensiva (Niemeyer, 2006; Ribes-Iñesta, 2007).
  La  estructura cognoscitiva o memoria a largo plazo asocia categorías y sistemas de  asociación semántica entre éstas, para manejar de manera eficiente la  información. Las categorías son posibles ya que información distinta puede  catalogarse con cierto grado de equivalencia. Este conocimiento los docentes lo  utilizan todo el tiempo como parte del desarrollo de estrategias de  aprendizaje. La categorización es la base para la selección de información y  discriminación de datos irrelevantes para un determinado caso (Martínez, 2010;  Battro, Fischer y Léna, 2016). 
  Como se observa, la estructura cognoscitiva  posee categorías interrelacionadas que contienen palabras e ideas que llegan  con facilidad a la mente al percibir informaciones equivalentes, sin embargo,  llegan en primera instancia solo aquellos conocimientos y palabras cotidianas  para el lector. Las informaciones de las categorías se agrandan con la experiencia  que la vez que las modifica. Los conocimientos previos del lector pertinentes  para la lectura son: la teoría del mundo personal, el vocabulario y las normas  gramaticales consolidadas. Éstas últimas deben consolidarse para que el lector  no lidie con la gramática durante la reflexión de un texto, ya que ocasionará  dificultades y saturación de la memoria operativa. Entre más conocimientos  previos tenga un lector menor información del texto necesita para comprenderlo  (Matute, 2012; Sigman, 2015).
  El  significado no se encuentra en la lectura automática; éste tipo de lectura  consiste en la mera decodificación del texto, consistente de marcas y  caracteres gráficos impresos o en formato digital con rasgos distintivos que  poseen sentido abstracto de significado para el lector. Sin embargo y como se expone,  una persona puede decodificar sin comprender (Solé, 2006; Devis, Gómez y  Sanjosé, 2012).
  La  lectura es la identificación de palabras y la comprensión la identificación del  significado. Encontrar el significado de un escrito es posible gracias a que el  conocimiento previo del lector consiste en significados adquiridos que le dan  sentido a la lectura. Todo lo que se sabe conforma la teoría del mundo de una  persona y esto genera la base para la elaboración de criterios de selección y  decisión en el futuro. La teoría del mundo permite al sujeto predecir para  mejorar la eficiencia de la comprensión. La capacidad de predicción se debe a la  estrategia innata de supervivencia del cerebro para evitar sorpresas que pongan  en riesgo la integridad de la persona y la estabilidad de la estructura  cognitiva. Las predicciones persiguen el significado en la lectura y no se  centran en meras palabras que puedan aparecer en el futuro (Achaerandio, 2009;  Cantú et. al., 2017). Para ilustrar  esto, Kolers (1966), estudió con bilingües haciendo que leyeran textos que  combinaban ambos idiomas –inglés y francés– y encontró que podían comprender  textos perfectamente, pero tenían problemas para recordar las oraciones y las  palabras que estaban en un idioma o en el otro. Demostró que el lector no se  detiene en las palabras ni en su secuencia, sino que persigue el significado  doquiera que se encuentre en el texto, a pesar de realizar saltos y regresiones. 
  Cuando el lector predice y se equivoca en la  lectura, el costo de la comprensión aumenta, entonces se tiende a fijar  criterios de selección con cautela más altos de acuerdo con una meta común:  minimizar la cantidad de errores para comprender con fluidez. Los criterios de  decisión parten de la estructura cognoscitiva o de las unidades de significado del  lector que definen si se convence con el sentido de la lectura que de ella vaya  tomando (Smith, 1989; Navarro y Mora, 2009). La decisión de continuar en la  lectura procede aún cuando el lector no está completamente seguro de asumir que  sus predicciones son correctas. La incomprensión temporal se tolera con la  esperanza de que en el futuro inmediato la lectura se devele algún conocimiento  nuevo, de no ser así, las probabilidades que el lector se frustre aumentan. 
El criterio en la predicción y su decisión fluctúa desde una actitud cauta que requiere basta cantidad de información antes de seguir, hasta la voluntad de aventurarse y tomar una decisión con la información mínima con el riesgo de equivocarse. A menudo se cree que el número de aciertos en las predicciones lectoras representa menor cantidad de errores, pero autores como Smith (1989) y Zimmerman y Hutchins (2003), afirman que el costo de acertar supone un aumento en el número de errores –médula del aprendizaje–, por este motivo, no existe otro método más efectivo para la comprensión lectora que su praxis. Para que las predicciones tiendan a ser correctas, se debe estar constantemente tolerando la aceptación de que se está equivocado y proceder con cautela. La práctica y el tiempo perfeccionarán la rapidez de comprensión.
COMPRENSIÓN LECTORA: REDUCCIÓN DE LA INSERTUDUMBRE DEL LECTOR
Cuando existe un criterio muy alto ante la timidez de equivocarse, la lectura se vuelve lenta. Los lectores que no realizan regresiones y saltos en la lectura suelen leer lento tratando de no correr el riesgo de equivocarse. Cuando la lectura es lenta, se empieza a prestar demasiada atención a los detalles y entonces el cerebro empieza a memorizar mucho para trabajar las ideas, y al saturarse, baja el almacenamiento de información hasta llegar a un punto muerto de tener la vista en nada (Soberanes, 2013, Feinstein, 2016).
Un error común del docente en la enseñanza de  la lectura, es creer que la minuciosidad y la lentitud son sinónimos de perfección,  pero cuando se trata de comprensión lectora éstos perjudican al alumno. El  estudiante debe consolidar su rapidez lectora con precisión antes de emprender  la reflexión sobre los escritos. Cuando el lector se enfrenta a una cantidad  significativa de alternativas para elegir y continuar con la lectura, su  capacidad de decisión se hace lenta, entonces es importante predecir corriendo  el riesgo de equivocarse. La predicción funciona con preguntas de tipo  heurístico semántico que permiten no solo describir el problema encontrado,  sino que pretenden alcanzar cierto grado de correlación entre los elementos de información  con un alcance explicativo que permita entenderlas. Cuando no hay comprensión,  significa que el lector no encuentra las respuestas a las cuestiones  formuladas. La comprensión lectora no es cantidad, sino el estado de no tener  preguntas sin responder (Smith, 1989; Duarte, 2012).  
  Los  problemas en la lectura se presentan aparte de los desórdenes cerebrales  hipotéticos, cuando existen conflictos personales, culturales, sociales y  condiciones nutricionales desfavorables en el lector que interfieren  significativamente con su motivación para leer. También los errores en la  enseñanza de la lectura generan hábitos que el estudiante desarrolla y  dificultan su comprensión, como la lentitud al leer y tratar de evaluar la comprensión  de un escrito prestando atención a la ortografía o pronunciación del alumno, pasando  por alto las anomalías en el significado (Díaz Barriga y Hernández, 2003).
  Los  lectores novatos suelen creer que el significado yace de manera íntegra en el  texto, cuando en realidad se encuentra en la mente la cual aprende para  reforzar lo que sabe, por esto los escritos difíciles o sin sentido frustran al  lector. Otro error común es tratar de comprender un escrito decodificando cada  palabra en secuencia, los lectores aprendices pueden tener la creencia que se  encuentran obligados a leer en el orden que el escritor presenta sus pensamientos  en su texto. Como se ha visto, el significado que el lector extrae no sigue un  patrón secuencial (Neira, 2005; Cuetos, 2011).
  Las dificultades mencionadas son causas de la  indiferencia de los alumnos por leer, pero además de esto, es preciso añadir  que existen estudiantes que no logran percibir algún costo por errar en su  lectura y permanecer en la ignorancia. Cuando esto sucede, su criterio es bajo  y no les importa si su comprensión se da. Éste problema etiológicamente se  deriva de una instrucción docente que no enfatizó en el refuerzo de la  importancia lectora para el alumno y su familia. Sencillamente estas personas  no logran valorar la importancia de la lectura (Lerner, 2001; Solé, 2006).
La comprensión de escritos depende de las preguntas que el lector se formule con los criterios derivados de su experiencia y teoría del mundo, por ejemplo, si una persona acaba de leer un libro y no tiene preguntas sin responder, se diría que comprendió la lectura, sin embargo, el conocimiento de su “verdad” puede no ser consensuado por otros. En el caso de la Escuela, cuando el alumno no se formula el tipo de preguntas que el docente tiene en mente, entonces éste considera que el estudiante no comprendió lo que él esperaba que comprendiera. Hay una alta probabilidad de que cada uno comprenda conforme lo que sabe. Entonces ¿qué es la comprensión a fin de cuentas?, es la reducción de la incertidumbre del lector (Trevor, 1992; Schunk, 1997).
La disminución de la incertidumbre del lector es resultante de la predicción acerca de lo que tratará el texto. La predicción de un escrito se encuentra en diversas capas o niveles –ver Figura 1–, donde las predicciones globales procuran metas como la obtención de las ideas centrales de un texto completo o capítulo. Éstas expectativas centrarán al lector en su enlace con sus unidades de significado que ya posee sobre el tema. Por otra parte, las predicciones focales son más detalladas y temporales, se desprenden de las globales procurando encontrar información en los párrafos, oraciones e inclusive en palabras que se vinculen con las unidades de significado del lector. Ambas capas de predicción dependen unas de otras; las focales son generadas por las ideas hipotéticas globales, y éstas a su vez, son probadas y modificadas por las focales en el trascurso en la lectura (Smith, 1975; Zanotto, 2007, Arbeláez, 2012).
El lector debe prestar atención en aquellas partes del texto que contengan información importante para captar la idea que se persigue. La regresión y el salto entre renglones son estrategias que facilitan esta tarea. Una lectura difícil se ralentiza por la cantidad de regresiones, e inclusive se consultan fuentes externas para comprender, pero esto es parte del proceso duro del aprendizaje lector. Los lectores hábiles no pretenden manipular sus movimientos sacádicos durante la lectura, ni extraer el significado de cada palabra, sino que van hacia la idea de un párrafo en vinculación con otro, aportando su experiencia acumulada para ampliar sus unidades de significado en la memoria a largo plazo. La predicción depende del conocimiento del lector y la incertidumbre se disminuye con éste y con la información que el texto le proporciona (Cooper, 1990; Boesch 1993; Guevara et. al., 2011).
Los lectores hábiles no leen en secuencia, sino que focalizan saltando algunos renglones cuando están leyendo y regresan con velocidad a corroborar detalles una vez que han captado la idea principal. La regresión y el salto no deben ser considerados como errores al leer, sin embargo, la regresión debe realizarse con cautela, ya que existe una alta probabilidad de error al dividir la atención entre la parte que se está leyendo y en otra parte anterior que tampoco se entendió. Si bien esto es parte del aprendizaje, el costo del error aumentará de manera considerable, disminuyendo la velocidad lectora (Pearson y Fielding, 1991; Silva et. al., 2014).
ELEMENTOS COMPONENTES  DE UN MODELO DE COMPRENSIÓN LECTORA
  La  reflexión lectora es un proceso que se optimiza con la edad. Al respecto, Limón  y Carretero (1995); Caruso y Fairstein (1997); Socas (2000) y Almeida (2011),  señalan que la comprensión de escritos es propicia en lectores situados en la  etapa de las operaciones formales, o bien después de la edad de 11 a 12 años  aproximadamente. La maduración cerebral –proceso de mielinización– a partir de  ésta edad permite al alumno razonar deductivamente perfeccionando su conciencia  sobre el pensamiento lógico y manipulando abstractamente y de mejor manera las  proposiciones verbales. Es evidente que el conocimiento previo se agudiza con  el paso del tiempo, pero se optimiza con la comprensión textual, y por ello,  ésta cobra mucha relevancia. En la Figura 2, se presenta una propuesta de  aprendizaje y enseñanza de la comprensión lectora dirigida a docentes en  formación inicial. El modelo contempla dos aspectos fundamentales: requisitos  indispensables y estrategias de comprensión textual. 
  Respecto  a la Figura 2, Van Dijk y Kintsch (1983); Solé (1993) y Núñez y Santamaría  (2014), indican que si bien comprender los textos requiere del uso de algunas  estrategias, son necesarios, como se ha visto, algunas bases y requisitos  consistentes que el alumno debe poseer previo a la lectura. Respecto a esto,  Cassany et. al., (2001); Niemeyer  (2006) y Rodríguez, (2007), afirman que dentro del contexto se delimitan dos  factores fundamentales que promueven a su vez la motivación por la lectura: el contexto sociocultural y el contexto de lectura. El primero propicia  conocimientos previos o teoría del mundo y el segundo un buen espacio físico  adecuado para leer. Un contexto sociocultural óptimo académico beneficia  directamente el enriquecimiento cognoscitivo del alumno, pero también el lector  debe disponer de un lugar propicio para leer, se recomienda poseer una propia  biblioteca con una buena silla o sillón, luz apropiada, lámpara para leer de noche  y buen ambiente de silencio.
Los dispositivos móviles se encuentran presentes en todas las esferas sociales debido a la multiplicidad de recursos y herramientas que poseen. De manera concreta, los Smartphones –teléfonos móviles multitarea con pantalla táctil y capacidad de procesamiento semejante a un ordenador– pueden ser utilizados con fines didácticos específicos con susceptibilidad de adaptarse en cualquier nivel educativo, favoreciendo los aprendizajes dentro y fuera del aula, debido que los estudiantes utilizan los dispositivos a diario y en cualquier lugar. Los Smartphones propician la interacción entre los alumnos debido a su ubicuidad y esencia comunicacional causal de motivación intrínseca por usar dichos aparatos. Por otra parte, la sencillez en el uso de las aplicaciones móviles favorece la liberación de la memoria de trabajo para estimular y favorecer los procesos creativos y la inteligencia colectiva, que es mayor que la inteligencia aislada. Los Smartphones son prácticos de usar y llevar consigo en todo tiempo, lo que ha permitido que un paradigma móvil surja y llegue para quedarse. Además, los dispositivos enfatizan en el almacenamiento en la Nube para evitar la saturación de datos en el dispositivo, posibilitando el acceso a herramientas que posibiliten la compartición de recursos, así como el almacenamiento de materiales y contenido entre los usuarios para construcción de conocimientos (Yin y Fitzgerald, 2015; Liu et al., 2016; Hathout et al., 2017; Wongwatkit et al., 2017).
El fomento al diálogo que propician los Smartphones entre los usuarios a través de sus múltiples canales y aplicaciones comunicaciones permite que las personas compartan recursos entre ellas en cualquier tiempo y lugar, además no es necesario invertir en la adquisición de TIC móviles, ya que los estudiantes en su mayoría poseen sus propios dispositivos. Por otra parte, existen sistemas operativos móviles populares de código abierto, disponibles para la generación de aplicaciones gratuitas y materiales educativos móviles. La independencia tecnológica de los dispositivos permite que los objetos digitales de aprendizaje generados puedan ser factibles para muchos tipos de dispositivos. Cualquier aplicación didáctica generada puede situarse en internet y estar disponible para casi cualquier dispositivo móvil. Los Smartphones pueden personalizarse rápidamente y cada vez un mayor número de sitios públicos y privados ofrecen conexión a internet de manera gratuita. La adquisición de un Smartphone se encuentra al alcance de más individuos dado su bajo costo comparado con un ordenador (Hwang y Wu, 2014; Taylor, 2014; Anohan y Suhonen, 2015; Faizal y Shahrin, 2015).
Los ambientes de aprendizaje con el uso de Smartphones facilitan la disminución de la resistencia hacia el uso de las tecnologías en la educación y pueden refuerzan los contenidos curriculares de instituciones formales y no formales. La multiplicidad comunicativa mediante los dispositivos móviles entre los alumnos y profesores puede acortar la brecha entre la confianza de los estudiantes con el maestro. El costo de los textos y libros impresos es superior a las versiones digitales, además los textos virtuales se distribuyen con mayor facilidad y se adquieren se manera más sencilla con mayor facilidad de almacenarlos. Los usuarios dejan de cargar documentos físicos y existe control sobre el tamaño del texto en la pantalla para personas con problemas visuales. Los materiales digitales no solo poseen texto, sino que son propicios para el contenido multimedia (Chuang y Su, 2012; Yang y Hung, 2012; Sapargaliyev, 2013).
Existen investigaciones que han estudiado el  escenario de la motivación e interés generado por el uso de tecnologías móviles  en educación. Por ejemplo, Liu y Huang (2016), encontraron que los estudiantes  adultos prefieren la lectura y realización de actividades didácticas en los  móviles porque se sienten motivados al usarlos, ya que los llevan consigo los  dispositivos todo el tiempo. Por otro lado, Cantú et al., (2017), señalan que la motivación para la lectura  propiciada por los dispositivos móviles también puede favorecerse en  estudiantes situados en Educación Básica. Asimismo, Al-Momani et al., (2015) identifican que los alumnos  prefieren la lectura en pantallas móviles, ya que la encuentran más motivante  que leer en una copia impresa. Lo señalado ha contribuido en la conformación de  una base para el estudio de nuevas herramientas y contenidos educativos en  materia de motivación con la usanza de las tecnologías móviles. 
  Continuando con lo anterior, Gheytasi et al., (2015) estudiaron el impacto en  la motivación ante el uso de dispositivos móviles en una muestra de 40  estudiantes de nivel secundaria en una escuela de Teherán, y encontraron que el  interés que los dispositivos móviles despertaba en los alumnos se constituía  como una fuente de motivación para lectura, debido que ésta consiste en un  proceso voluntario y consciente. Por otra parte, Hea-Su (2014), estudió el  efecto de la lectura mediante uso de dispositivos móviles, enfocándose en la  discusión y debate acerca de lecturas que los alumnos leían en sus propios  dispositivos mediante los canales de comunicación que poseen los dispositivos, y  encontró, que los alumnos mejoraron significativamente su habilidad lectora  después del experimento y además mostraron interés y motivación ante el uso de las  herramientas móviles. 
En México también se ha indagado sobre el impacto del uso de dispositivos móviles en educación, un ejemplo de ello fue en 2016, donde un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, desarrolló una aplicación interactiva con actividades basadas en la representación gráfica y actividades lúdicas con retroalimentación, similares a los ejercicios contenidos en los libros de texto de los estudiantes de educación primaria, descubrieron, que los estudiantes encuentran motivante la tecnología, no por ser una novedad, ya que los dispositivos móviles no son tecnologías nuevas, sino que la interacción y el interés que despiertan las éstas tecnologías conforman una motivación intrínseca para captar la atención del alumno (Dávalos, 2016, Cantú, 2016). Además de esto, se ha implementado el uso de dispositivos móviles a través de aplicaciones diseñadas para el aprendizaje del idioma Inglés (Dávalos, 2016a), el idioma Zapoteco (Valis, 2016), Purépecha y Mixteco (Blanco, 2016), entre otros proyectos educativos a través del uso de dispositivos móviles, como: Edumovil (Gerónimo y Sturm, 2006), el proyecto M-ILab (UNESCO, 2012), Mati-Tec (Gómez, 2011), entre otros. El uso de dispositivos móviles en educación, abordados en los proyectos anteriores, ha demostrado que el interés y la motivación garantes de la lectura como proceder consiente y voluntario, se incrementan con el uso de tecnologías móviles para la mejora de los aprendizajes.
METODOLOGÍA
La propuesta de un modelo para la comprensión lectora presentado en la Figura 2, se realizó con base en una investigación documental bajo el modelo sistemático de Corbin y Strauss (2007, en Sampieri et al., 2014), que permitió llevar a cabo una revisión de literatura posibilitando explorar y rescatar aquellas premisas y teorías de soporte al modelo interactivo que convergen en acuerdo a la estructura de las estrategias de comprensión: antes, durante y al final de la lectura. El modelo presentado aunado a los antecedentes en materia de TIC móviles, sirvió de base para la generación de la siguiente pregunta de investigación: ¿Puede un programa de intervención experimental basado en un modelo de comprensión lectora y apoyado con el uso de dispositivos móviles, favorecer las estrategias de comprensión y enseñanza de la comprensión de escritos, en alumnos en formación inicial docente de la Universidad Autónoma de Tamaulipas?
Para dar respuesta la pregunta anterior, se aplicó una prueba diagnóstico para conocer el grado de comprensión de textos y estrategias lectoras de los alumnos de la Generación 2016-3 de la Licenciatura en Ciencias de la Educación “Generación del Conocimiento” de la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades, perteneciente a la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Se utilizaron dos pruebas: el Test de Comprensión Lectora de Alonso Tapia (1988) y una prueba para conocer las estrategias lectoras vistas en el modelo de la Figura 2. Se consideró el visto bueno previo de las autoridades de la Facultad para el proceder de las pruebas diagnóstico y del desarrollo de la investigación.
Los resultados de la prueba diagnóstico –mostrados más adelante– sirvieron de  base para validar una propuesta de intervención para la mejora de las  estrategias lectoras de los alumnos. La población diagnosticada fueron los 92  estudiantes de la Generación 2016-3, que se dividió en dos grupos: experimental  y de control, ambos de 46 estudiantes de licenciatura. La muestra fue dirigida  –no probabilística–, ya que no se pretende  que los casos sean representativos de la población, sino demostrar que se  trabajó con un grupo experimental con el fin de conocer las diferencias en  materia de mejora de comprensión lectora con respecto al grupo de control.
  En  virtud de lo anterior, se estableció la siguiente hipótesis:
  Hi: Un programa de intervención basado en un  modelo de comprensión lectora y apoyado con el uso de dispositivos móviles  puede favorecer las estrategias de comprensión y enseñanza de la comprensión de  escritos, en los alumnos de la Licenciatura en Ciencias de la Educación  “Generación del Conocimiento” 2016-3, de la Unidad Académica Multidisciplinaria  de Ciencias, Educación y Humanidades, perteneciente a la Universidad Autónoma  de Tamaulipas.
  Para  el establecimiento de la causalidad, se definieron las siguientes variables:
  G1         01         X          02
  G2         01         −          02
  Los  efectos de la X se midieron con un  nivel de manipulación de presencia y ausencia de la variable independiente. Se  seleccionaron grupos de la misma especialidad, grado y generación, se procuró  que los grupos estuvieran tan separados cómo fuera posible y se aplicaron las  mismas pruebas a ambos grupos en el mismo tiempo determinado. 
  El  grupo experimental recibió un tratamiento consistente de un Taller de 15  sesiones de 60 minutos continuos con actividades y ejercicios generados a  partir de la propuesta del modelo señalado. Los alumnos trabajaron con sus  dispositivos móviles fuera de las sesiones mediante la participación en foros  de debate a través de un grupo cerrado dedicado en Facebook −sitio web de redes sociales− que  contenía documentos con las lecciones vistas para retroalimentación de los  contenidos. Además, se elaboró una serie de videos multimedia de refuerzo para  cada una de las lecciones, los cuales fueron colocados en la plataforma YouTube  −sitio web dedicado a compartir vídeos−  con el fin de que los estudiantes retroalimentaran las lecciones desde la  ubicuidad ofrecida por sus dispositivos. En cada video se solicitaba a los  participantes hacer realizar aportaciones en la caja de comentarios sobre el tema  visto y colaborar con otros en la generación de ideas moderadas por el  investigador. Las instrucciones para la elaboración de aportaciones tanto en el  grupo de Facebook y en la plataforma YouTube fueron normadas por criterios de  conducta y puntaje para su valoración. La injerencia del investigador en el  programa de intervención fue activa, ya que participó en la mayoría de las  actividades como moderador de la participación de los alumnos tanto en la clase  presencial como en las plataformas mencionadas.
  Después  del tratamiento, se aplicó una prueba sumativa similar al diagnóstico en ambos  grupos, para conocer los resultados.
  RESULTADOS
  Los resultados de las pruebas  diagnóstico y sumativa después de X difieren entre sí (01 ≠ 02) para los dos grupos. A continuación se presentan  los resultados encontrados en las pruebas Diagnóstico.
  Respecto  a la tabla anterior, la cantidad de reactivos por prueba fue de 20 preguntas,  las cuales se dividieron en cuatro categorías. La primera constó de 3  preguntas, debido que la información explícita es un rubro sencillo pues la  información que el sujeto busca, se encuentra literalmente en el texto. La  segunda consta de 6, ya que se pretendió que el sujeto encontrara información implícita  en el texto con la ayuda de estrategias de comprensión. La tercera contuvo cuatro  cuestiones, debido que se centró en demandar la búsqueda de la idea central  explícita del texto. La categoría cuatro constó de 7 preguntas que enfatizaron  en la realización de inferencias para la recuperación de ideas implícitas  completas.
  La  Tabla uno muestra los resultados de las respuestas correctas e incorrectas por  categoría durante la prueba, además del total de reactivos por cada una de  éstas. El total de reactivos se debe a la sumatoria de la cantidad de alumnos  -92- por la cantidad de preguntas por categoría, siendo un total de 1840  reactivos por la cantidad completa de las pruebas. Los resultados permiten  observar que más del 80 por ciento de los estudiantes no presentan problemas  para identificar informaciones explícitas en el texto, -Categoría 1-, además, es  por encima de un 70 de los alumnos que logra recuperar la idea principal  explícita –categoría 3-. Sin embargo, cerca del 65 por ciento presenta  problemas para responder a las preguntas de inferencia –categoría 2-, y más del  70 por ciento no logra recuperar las ideas o contenidos implícitos de una idea  completa.
  A  continuación se muestran los resultados de la prueba diagnóstico referente a  las estrategias de enseñanza de la comprensión textual.
La  cantidad de reactivos por prueba fue de 24 preguntas, las cuales se dividieron  en dos categorías. La categoría CPC constó de cinco cuestiones, ya que  pretendió medir aquellos conocimientos generales sobre el proceso cognitivo del  lector durante la comprensión. Cabe reiterar que la demanda de éste tipo de  información es significativa cuando se trata de docentes en formación inicial  que irán a las aulas no solo a alfabetizar sino a enseñar a comprender los  textos con la ayuda de estrategias lectoras. 
  La  categoría ECE constó de 19 preguntas que enfatizaron en el uso y conocimiento  de aquellas estrategias lectoras para facilitar la lectura y la comprensión. Al  igual que la Tabla 1, el total de reactivos se debe a la sumatoria de la  cantidad de alumnos -92- por la cantidad de preguntas por categoría. Siendo un  total de 2208 reactivos por la cantidad completa de las pruebas. Los resultados  de la Tabla 2 permiten encontrar que más del 83 por ciento de los alumnos  futuros docentes, no posee conocimientos previos sobre el proceso cognitivo  lector y cerca de más de un 75 por ciento no conoce, usa o domina alguna  estrategia de comprensión y enseñanza de la lectura. Estos datos brindaron la  base para la implementación de un programa de intervención, cuyos resultados se  muestran a continuación. 
  Después de la intervención se  aplicaron pruebas sumativas similares al diagnóstico a los dos grupos:  experimental y control. Se presentan en la Tabla 3 los resultados de la prueba  sumativa aplicada al grupo control sobre comprensión de textos. En el caso de  las pruebas sumativas, el total de reactivos por categoría es resultante de la  sumatoria de la cantidad de alumnos -46  por grupo- por la cantidad de ítems en cada categoría. 
  Los resultados muestran que cerca de  un 90 por ciento aún continua recuperando informaciones explícitas en el texto  –categorías uno y tres-, mientras que  más del 60 por ciento presenta dificultades con las cuestiones relacionadas al  trabajo de inferencia en la lectura –categoría  2-, por otra parte, más del 70 por ciento de los estudiantes muestran  problemas para recuperar las ideas implícitas completas. Aunque se observó una  pequeña mejoría respecto a los resultados de la prueba Diagnóstico, se muestra  una tendencia a la baja respecto a la comprensión lectora de información  implícita. La cantidad total de reactivos correctos se encuentra apenas por  debajo de la media.
  A continuación se exponen los  resultados del grupo control durante la prueba sobre las estrategias de comprensión  y enseñanza de la lectura.
  Los resultados mostrados en la Tabla  tres permiten observar que más del 82 por ciento de los estudiantes desconoce  aquellos conocimientos sobre el proceso lector y cerca de un 72 por ciento no  conoce, usa o domina las estrategias de comprensión textual y enseñanza de la  lectura. La categoría ECE muestra un avance ligeramente mayor en ésta prueba  respecto al Diagnóstico, sin embargo la cantidad total de reactivos correctos  se encuentra muy por debajo de la media.
            Los resultados del grupo  experimental difieren significativamente de los arrojados por el grupo control.  Si bien se encontró que más de 90 por ciento de los estudiantes no presenta  problemas con el rescate de información explícita, algo similar que se presentó  en el grupo control, un 62.8 por ciento de los estudiantes en el grupo  experimental logró mejorar el manejo de información por inferencia. Además más  del 98 por ciento recuperó la idea principal explícita y cerca de un 60 por  ciento logró recuperar informaciones de tipo implícito. La cantidad total de  reactivos correctos sobrepasa la media.
  La Tabla cinco presenta los  resultados de la prueba sumativa sobre estrategias de enseñanza de la  comprensión lectora aplicada al grupo experimental.
  Los resultados que se muestran en la  Tabla cinco presentan los aspectos de mejora más significativos de la  intervención. Se detectó que más de un 76 por ciento de los alumnos dominan  los  conocimientos sobre el proceso  cognitivo lector, mientras que cerca del 70 por ciento logran conocer y manejar  las estrategias de comprensión y enseñanza de la lectura. La cantidad total de  reactivos correctos sobrepasa significativamente la media.
  Las  estrategias lectoras son imprescindibles en la tarea del docente e  impostergables en la formación del maestro inicial. Las escuelas formadoras de  docentes en México deben encontrarse activas en el perfeccionamiento de las  habilidades y desarrollo lector de sus futuros maestros para pro de la mejora  de los aprendizajes de sus estudiantes y el impacto de éstos frente a grupo.
  CONCLUSIONES
  Aunque  el tiempo de intervención fue corto respecto al proceso de praxis lector, los  resultados muestran mejoras en el grupo experimental después de la variable  independiente apoyando la hipótesis propuesta. Los estudios posteriores deben  enfatizar en investigaciones de corte longitudinal para observar resultados a  largo plazo que permitan el desarrollo de la práctica de las estrategias  lectoras, no solo en nivel superior, sino también en niveles académicos  básicos. Es ineludible que todo docente en formación inicial debe conocer  aquellos aspectos relacionados con el proceso lector y las estrategias de  comprensión que le permitan no solo comprender y reforzar su tarea  investigativa como maestro, sino también para enseñar y favorecer los  aprendizajes de sus alumnos. Las ventajas más sobresalientes del dominio de una  comprensión lectora autónoma adecuada son: desarrollo del vocabulario, identificación  de palabras y elementos clave en el texto, obtención del significado, refuerzo  de la correspondencia grafo-fonética y fluidez lectora, se evita sobrecargar la  memoria operativa y se disminuye la tolerancia hacia la carencia de  aprendizaje. La virtud de la comprensión textual es el aprendizaje que a su vez  trae su recompensa: la satisfacción. El aprendizaje modifica la estructura  cognoscitiva, ideología y el comportamiento de la persona. La comprensión  lectora no recae meramente en la información impresa, sino con la cantidad de  información que el lector trae consigo. Los conocimientos previos son  fundamentales para la lectura y ésto indica cual es uno de los mayores  problemas de los alumnos. Nunca se deja de aprender, no existe lector completo,  todos se encuentran en el camino. 
  REFERENCIAS
Abadzi, H. (2011). Reading fluency measurements in EFA FTI partner countries: outcomes and  improvement prospects. Washington: World Bank.
  Achaerandio, L. (2009). Lectura  comprensiva. Guatemala: Universidad Rafael Landivar.
  Almeida, G. (2011). El constructivismo como modelo pedagógico. Quito: Fundación Educativa Ibarra. 
  Al-Momani, A., Hussin, S., y Hamat, A. (2015). An investigation of smartphone reading strategies  behaviours from the views of jordanian students. Arab World English Journal, 6(1),  359-365.
  Anohan, E., y Suhonen, J. (2015). Modelización de la política de  aprendizaje móvil en la educación para los países en desarrollo de África  computación: un enfoque de diseño retrospectivo. International Journal of Mobile Learning y Organization, 9(3),  201-217.
  Arbeláez,  M. (2012). Las concepciones de los docentes  sobre competencias en la lectura y escritura en la formación de los estudiantes  en áreas diferentes a la lengua castellana. Pereira:  Universidad Tecnológica de Pereira.
  Bandura, A. (1993). Perceived  self-efficacy in cognitive development and functioning. Educational Psychologist, 28(2), 117-148.
  Barboza, L., y Sanz, C. (2000). Estrategias de lectura. México: Instituto Politécnico Nacional.
  Battro,  A., Fischer, K., y Léna, P. (2016). Cerebro  educado. Ensayos sobre la neuroeducación. Barcelona: Gedisa. 
  Bermúdez, E., y Hernández, M. (2011). El papel de la memoria en el  proceso lector. Umbral Científico, (19), 24-31.
  Betancourt, M. (2007). Proyecto  “Estrategias didácticas para mejorar la comprensión lectora”, en la Escuela  Rosalina Pescio Vargas Comuna Peñaflor. Santiago: Academia. 
  Blanco, M. (2016). Aplicación  móvil para el aprendizaje de las habilidades lingüísticas del idioma Purépecha. México: Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
  Boesch,  C. (1993). Tools, language and cognition  in human evolution. Cambridge: University  Press.
  Bruning, R., Schraw, G., y Ronning, R.  (2002). Psicología  cognitiva e instrucción. Madrid: Alianza. 
  Caballero, E. (2008). Comprensión  lectora de los textos argumentativos en los niños de poblaciones vulnerables  escolarizados en quinto grado de primaria de Educación Básica. Medellín:  Universidad de Antioquia.
  Cáceres, A., Donoso, P., y Guzmán., J. (2012). Comprensión lectora. Santiago:  Universidad de Chile.
  Camacho, R. (2007). Manos  arriba: El proceso de enseñanza aprendizaje. México: ST.
  Camps, A., y Castelló, M. (1996).  Las estrategias de enseñanza-aprendizaje en la escritura. Madrid: Alianza.
  Cantú, D. (2016). Uso de dispositivos móviles: estrategia  metodológica que favorece la comprensión lectora en alumnos de quinto grado de  educación básica. Educere, Revista  Venezolana de Educación, 20(67), 539-552.
  Cantú, D., Lera, J., y Lara, J. (2017). Uso de dispositivos  móviles para favorecer la motivación durante la lectura en educación primaria. Revista Internacional de Ciencias, Sociales  y Humanidades, 27(1), 46-69.
  Cantú, D., De Alejandro, C.,  García, J., y Leal, R. (2017). Comprensión  lectora: educación y lenguaje. Bloomington: Palibrio.
  Cárdenas, C., Del Risco, R., Díaz,  M., Acosta, I., Davis, D., Arrocha, O., Gómez, K., Pozo, E., y Morales, E.  (2009). Las estrategias de aprendizaje y el desarrollo de la habilidad de  escritura durante el proceso de enseñanza aprendizaje del idioma Español como  segunda lengua. Revista Iberoamericana de  Educación, 48(3), 1-9.
  Caruso, M., y Fairstein, G. (1997). Piaget en la Argentina. Un estudio de caso sobre su recepción en el  campo pedagógico en los años de hierro. San Pablo: Cortez.
  Cassany, D., Luna, M. y Sanz, G. (2001). Enseñanza de la lengua. Barcelona: Ediciones Grao. 
  Chuang, T., y Su, S. (2012). El uso de la consola de juegos  móviles para las inteligencias múltiples y la educación. International  Journal of Mobile Learning y Organization, 6(3), 204-217. 
  Clavijo, J., Maldonado, A., y Sanjuanelo,  M. (2011). Potenciar la comprensión lectora desde la tecnología de la  información. Escenarios, 9(2), 26-36. 
  Collins, A., Brown, J., y Larkin, K.  (1980). Inference in text undestanding. Hillsdale: Erlbaum.
  Condemarín,  M. (1987). El programa de lectura silenciosa sostenida. Santiago:  Pontificia Universidad Católica de Chile.
  Cooper,  J. (1990). Cómo mejorar la comprensión  lectora. Madrid: Visor.
  Corbin, J., & Strauss, A. (2007). Basics of qualitative research: Techniques  and procedures for developing grounded theory. Thousand  Oaks: Sage. En Hernández  Sampieri, R., Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2014). Metodología  de la investigación. México: Mc Graw Hill.
  Cuetos,  F. (2011). Neurociencia del lenguaje.  Madrid: Panamericana.
  Dávalos, T. (2016). Aplicación  móvil para mejorar las habilidades de lectoescritura. México: Consejo  Nacional de Ciencia y Tecnología.
  Dávalos, T. (2016a). Aplicación  móvil para la mejora de las habilidades lingüísticas del idioma inglés en  preescolar. México: Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
  Devis, A., Gómez, A., y Sanjosé, V. (2012). Control de la  comprensión micro y macroestructural durante la lectura de textos científicos  en lengua extranjera: ¿Algo más que dominio del idioma? Signos, 46(81), 56-81. 
  Díaz  Barriga, F., y Hernández, G. (2003). Docente  del Siglo XXI. Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Bogotá:  MacGraw-Hill.
  Díaz, N., Martínez, E., y Rodríguez, D. (2011). El andamiaje  asistido en procesos de comprensión lectora en universitarios. Revista Educación y Educadores, 14(3),  531-556.
  Duarte,  R. (2012). La enseñanza de la lectura y  su repercusión en el desarrollo del comportamiento lector. Alcalá:  Universidad de Alcalá.
  Eldredge, J., Quinn, B., y Butterfield, D.  (1990). Causal relationships between phonics, reading comprehension, and  vocabulary achievement in the second grade. Journal of Educational Research, (83),  201-214.
  Etchepareborda, L. (2005). Memoria de trabajo en los procesos  básicos del aprendizaje. Neurología, 40(1),  79-90.
  Faizal, S., y Shahrin, S. (2015). Dimensión de modelo de seguridad  móvil: amenazas a la seguridad del usuario móvil y la conciencia. International Journal of Mobile Learning y  Organization, 9(1), 66-85. 
  Feinstein, S. (2016). Secretos  del cerebro adolescente. Estrategias basadas en investigación para entablar  contacto y facilitar la enseñanza de los adolescentes de hoy. México:  Patria.
  Franco, M. (2009). Factores de la metodología de enseñanza que  inciden en el proceso de desarrollo de la comprensión lectora en niños. Zona Próxima, (11), 134-14.
  Fuster,  J. (2014). Neurociencia. Los cimientos  cerebrales de nuestra libertad. México: Paidós.
  Gerónimo, G., y Sturm, C. (2006). Edumóvil: el futuro de la Educación Primaria en México. Huajuapan  de León: Universidad Tecnológica de la Mixteca.
  Gheytasi, M., Asizifar, A., y Gowhary, H.  (2015). The effect of smartphone on the  reading comprehension proficiency of Iranian EFL learners. Antalya:  Science Direct.
  Gómez, A. (2011). Impulsa proyecto Harppi-Tec del Tecnológico de  Monterrey, aprendizaje móvil en niños de Primaria. Talento Tec, 5(155), 8-9.
  Guevara,  G., Bilbao, B., Cárdenas, C., y Delgado, M. (2011). Hacia una lectura superior: la habilidad de la leer. Málaga:  Universidad de Málaga.
  Gutiérrez, C., y Salmerón, H. (2012). Estrategias de comprensión  lectora: enseñanza y evaluación en educación primaria. Profesorado, 16(1), 184-202.
  Hathout, B., Ghoniemy, S., e Ibrahim, O. (2017). Un agente de  cifrado basado en la nube de modificación de la nube de integridad de datos. International  Journal of Interactive Mobile Technologies, 11(2), 6-23. 
  Hea-Su, K. (2014). Effects of using mobile devices in blended learninf for english reading  comprehension. Multimedia-Assited  Language Learning. Seúl: Universidad de Mujeres de  Seúl.
  Huarca, L., Alminagorta, D., Díaz, M., y Real, T. (2007). Estrategias pedagógicas en educación  primaria. Lurigancho: Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y  Valle. 
  Hwang, G., y Wu, P. (2014). Aplicaciones, impactos y tendencias de  móviles de aprendizaje potenciado por la tecnología: una revisión de 2008-2012  publicaciones en revistas SSCI seleccionado. International Journal of Mobile Learning y  Organization, 8(2), 83-95.
  Irrazabal, N., Gastón, S., Burin, D., y  León, J. (2006). Evaluación de la comprensión lectora. Anuario de Investigaciones, (13).  Recuperado de:  http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-16862006000100035&script=sci_arttext.
  Kieras, D. (1985). Thematic processes in the comprehension of technical prose. Hillsdale: LEA.
  Kim, A., Vaughn, S., Wanzek, J., y Wei, S.  (2004). Graphic organizers and their effects on the Reading comprehension of  students with LD. Journal of Learning  Disabilities, 37(2), 105-118.
  Kolers, P. A. (1966). Reading and talking  bilingually. American Journal of  Psychology, (79), 357-376.
  Latorre, J., y Montañés, J. (1992). Modelos teóricos sobre la  comprensión lectora: algunas implicaciones en el proceso de aprendizaje. Ciudad Real: Universidad de Castilla La Mancha. 
  Lerner,  I. (2001). El placer de leer. Barcelona: Universidad de Barcelona.
  Limón, M., y Carretero, M. (1995). Aspectos evolutivos y  cognitivos. Cuadernos de Pedagogía, (238), 1-5.
  Lipina,  S. (2016). Pobre cerebro. Los efectos de  la pobreza sobre el desarrollo cognitivo y emocional, y lo que la neurociencia  puede hacer para prevenirlos. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.
  Liu, G., Liu, T., Lin, Ch., Kuo, Y., y Hwang, G. (2016). Identificación  de funciones de aprendizaje y modelos de aprendizaje ubicuo. International Journal of Mobile Learning y  Organization, 10(4), 238-259. 
  Logatt, C.,  y Castro, M. (2011). Primer  libro de neurosicoeducación. Buenos Aires: Asociación Educar.
  Manes, F., y Niro, M. (2014). Usar el cerebro. Buenos Aires: Planeta.
  Markman, A. (1997). Constraints on analogical inferences. Cognitive Science, 21(4), 373-418. 
  Martínez,  F. (2010). Neurociencias y educación.  México: Trillas. 
  Matute,  E. (2012). Tendencias actuales de las  neurociencias cognitivas. México. Manual Moderno.
  Meléndez, LL., Flores, M., Castañeda, A., y García, M. (2013). La Importancia de la Aplicación de las  Estrategias para mejorar la Comprensión Lectora en alumnos de Secundaria.  Monterrey: Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. 
  Méndez, J., y Delabra, M. (2007). Fomento y desarrollo de la comprensión lectora a través de Ambientes de  Aprendizaje Virtual. Monterrey: Escuela de Ciencias de la Educación. 
  Monroy, J., y Gómez, B. (2009). Comprensión lectora. Revista Mexicana de Orientación Educativa, 6(16),  37-42. 
  Morles, A. (1999). El proceso de la comprensión en lectura. Revista Latina de Pensamiento y Lenguaje, 4(2),  279-293.
  Murray, S., Graesser, A., & Trabasso,  T. (1994). Minimal or global inference during reading. Journal of Memory and Language, (33), 421-441.
  Navarro, J., y Mora, J. (2009). Metaconocimientos y comprensión de  textos. Sevilla: Universidad de Sevilla. 
  Neira, M. (2005). La  comprensión de los textos expositivos: influencia de su estructura, del  desarrollo cognitivo y de la instrucción. Coruña: Universidad de la Coruña. 
  Niemeyer, B. (2006). El aprendizaje situado: una oportunidad para  escapar del enfoque del déficit. Revista  Iberoamericana de Educación, (341), 99-121.
  Núñez, M., y Santamaría, M. (2014). Prerrequisitos para el proceso de aprendizaje de la lectura y la  escritura: conciencia fonológica y destrezas orales de la lengua. Granada:  Universidad de Granada. 
  Olmos, R., León, J., Jorge-Botana,  G., y Escudero, I. (2012). Using  latent semantic analysis to grade brief summaries: a study exploring texts at  different academic levels. Literary  & Linguistic Computing, 28(3), 388-403.
  Oñate,  E. (2013). Comprensión lectora: marco teórico y propuesta de intervención didáctica. Valladolid: Universidad de Valladolid.
  Ospina, M. (2001). Macroestructura  y mapa conceptual: estrategias de revisión en la comprensión lectora. Chía:  Universidad de la Sabana.
  Palincsar, A. y Brown, A. (1984). Reciprocal teaching of comprehension-fostering  and comprehension monitoring activities. Cognition and Instruction. Lexington: M.A. Books. 
  Pascual, G. y Goikoetxea, E. (2005). Prueba de comprensión lectora e  intervención para primaria. Deusto: Universidad de Deusto.
  Pearson, P., y Fielding, L. (1991). Comprehension instruction. New York:  Longman.
  Qian, D., y Schedl, M. (2004). Evaluation  of an in-depth vocabulary knowledge measure for assessing reading performance. Language Test, 21(1),  28-52.
  Ramírez, J., Vargas, M., López, M., García, M., Flores, N., y  López, N. (2004).  Siete estrategias para trabajar con el resumen en la escuela primaria. México: Secretaria de Educación Pública.
  Ribes-Iñesta, E. (2007). Lenguaje, aprendizaje y conocimiento. Revista Mexicana de Psicología, 24(1),  7-14.
  Rodríguez, W. (2007). El constructivismo: una invitación al  análisis de sus antecedentes, vertientes y críticas. Pedagogía, 39(1), 5-30.
  Ruiz,  A. (2007). Estrategias de comprensión lectora: actividades y métodos. Andalucía:  Redes.
  Sapargaliyev, D. (2013). ¿Cómo las tecnologías móviles influir en el  estado psico-emocional de los estudiantes? International Journal of Mobile Learning and  Organization, 7(3), 224-238.
  Schmitt, M., y Baumann, J. (1990).  Metacomprehension during basal reading instruction: Do teachers promote it? Reading Research and Instruction,  29(3), 1-13. 
  Schunk,  D. (1997). Aprendizaje y procesos  cognitivos complejos. México: Pearson.
  Sigman,  M. (2015). La vida secreta de la mente.  Nuestro cerebro cuando decidimos, sentimos y pensamos. México: Debate.
  Silva, M., Strasser, K., y Caín, K. (2014). Early narrative skills in Chilean preschool.  Questions scaffold the production of coherent narratives. Michigan: Reports  & Papers.
  Smith, F. (1975). Comprehension  and reading. Nueva York: Holt, Rinehart & Winston.
  Smith, F. (1989). Comprensión de la lectura: análisis  psicolingüístico de la lectura y su aprendizaje. México: Trillas.
  Soberanes,  L. (2013). Lenguaje, lengua y habla.  Hidalgo: Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
  Socas, M. (2000). Jean Piaget y su influencia en la educación. Revista de Didáctica de las Matemáticas, (43), 369-372. 
  Solé, I. (1987). L´ensenyament  de la comprensió lectora. Barcelona: CEAC.
  Solé,  I. (1993). Estrategias de lectura y aprendizaje. Cuadernos de Pedagogía, (216), 25-27.
  Solé, I. (1996). Aprendre i  ensenyar a l'Educació Infantil. Barcelona: Graó.
  Solé,  I. (2006). Estrategias de lectura. Barcelona: Grao.
  Tapia, J. A. (1988). Leer comprender  y pensar. Madrid: Ministerio de Educación Y Ciencia.
  Taylor, E., y Connor., U. (1982). Silent versus oral reading: The rational instructional use of both  processes. The Reading  Teacher, 35(4), 440-443.
  Taylor, M. (2014). Aprendizaje basado en web para el aprendizaje  eText: la enseñanza de sánscrito con un libro de texto electrónico. International Journal of Mobile Learning y  Organization, 8(1), 16-27.
  Trevor,  C. (1992). Enseñanza de la comprensión  lectora. Madrid: Morata.
  UNESCO. (2012). Aprendizaje  móvil para docentes en América Latina. Análisis del potencial de las  tecnologías móviles para apoyar a los docentes y mejorar sus prácticas.  París: Publicaciones UNESCO.
  Valis, D. (2016). Aplicaciones  móviles para el aprendizaje de Zapoteco. México: Consejo Nacional de  Ciencia y Tecnología.
  Van Dijk, T., y Kintish, W. (1983). Strategies  of discourse comprehension. New York:  Academia Press.
  Vásquez,  B. (2013). Comprensión lectora, según género, en alumnos del sexto grado de  una institución educativa del distrito del callao. Lima:Universidad  San Ignacio de Loyola.
  Velásquez,  M. (2010). Las inferencias en la comprensión lectora. Valparaíso:  Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
  Viveros, J. (2010). La analogía como estrategia cognitiva que  favorece la comprensión lectora en textos. Educare,  14(2), 91-112. 
  Wongwatkit, Ch., Panjaburee, P., y Srisawasdi, N.  (2017). Una propuesta para desarrollar un aprendizaje móvil en la investigación  guiada con un mecanismo de aprendizaje para el dominio para mejorar la  capacidad de aprendizaje de los estudiantes y las actitudes de Física. International  Journal of Mobile Learning y Organization, 11(1), 63-86. 
  Yang, J., y Hung, Ch. (2012).  Un entorno de aprendizaje móvil para apoyar las actividades experimentales  basadas en la investigación en la escuela primaria. International Journal of Mobile Learning y  Organization, 6(1), 8-24.
  Yankovic, B. (2011). La memoria. Procesamiento  de información y estilos cognitivos. Talca:  Universidad de Talca.
  Yin, K., y Fitzgerald, R. (2015). El aprendizaje de bolsillo: un  nuevo enfoque de aprendizaje móvil para los estudiantes a distancia. International Journal of Mobile Learning y  Organization, 9(3), 271-283.
  Zanotto,  M. (2007). Estrategias de lectura en  lectores experto para la producción de textos académicos. Barcelona:  Universidad Autónoma de Barcelona.
  Zimmerman, S., y Hutchins. C. (2003). Seven keys  to comprehension. How to help your kids read it and get it. New York: Three Rivers Press.