Cecilia Pumarada Fernández
            cfernandez@isch.edu.cu
Aylín Guía Prieto
  aguia@isch.edu.cu
Mabel Martínez Deulofeo
Centro Universitario Municipal
                  
                                 
		      
			
			
			 
			
Resumen: Hoy se presenta un  nuevo contexto en el que la cultura sobreviene como medio de integración entre  dos dimensiones que la autopotencian: la cultura y el desarrollo; a lo cual se  suma la interrelación ciencia-cultura o cultura científica conformándose un  trinomio indispensable: “ciencia-tecnología-desarrollo” o “ciencia-cultura para  el desarrollo” como reto en todas las esferas o escenarios de nuestra vida  sociocultural. La ciencia y la tecnología se han convertido en ramas de la  actividad inseparables de la vida y el progreso de la sociedad desde hace  varias décadas. La sociedad moderna se desarrolla en el marco de la llamada  revolución industrial del siglo XXI, y en una globalización a escala  planetaria, donde una parte importante del esfuerzo del hombre se ha centrado  en la producción, manejo y uso de la información así como de la cultura en  general.  El presente trabajo pretende  analizar los conceptos de ciencia, tecnología y sociedad desde el contexto  sociocultural en que se encuentra ubicado el centro universitario municipal de  Artemisa,  considerando como un gran reto  el verdadero propósito de formar profesionales que analicen estas concepciones  en la llamada época del conocimiento.
   
              Palabras clave:  cultura, desarrollo, ciencia, tecnología, sociocultural, sociedad,  tecnociencia.
Introducción:
Nuestra cultura  posee una honda raíz científica. Desde la Historia de Cuba hemos constatado esos aportes:  la aspiración de Varela de estimular un pensamiento científico tras su  aspiración de abolir la esclavitud y lograr la independencia de Cuba; la  escuela de Luz, donde se proclamó que la justicia es el sol del mundo moral y  el principio de todos los métodos (haciendo alusión a los valores éticos  necesarios del científico); la afirmación de Martí de que no había poesía mayor  que la que se observa en los libros de Ciencia, hecho indispensable para  vincular 
el estudio con el  trabajo, y que debíamos ser cultos para ser libre por lo que se hace  necesario en el mundo actual   preparar hombres que puedan vislumbrar  futuras problemáticas, idear soluciones e incentivar al conocimiento en aras de  salvaguardar las conquistas, se vuelve cada día una necesidad imperiosa.
 
En la universidad moderna recae, entonces, la preparación de  aquellos que alivien las preocupaciones del mundo actual. Se necesita una  Universidad despojada de artilugios y egoísmos, cada vez menos elitista y  enfocada hacia una formación más integral, donde coexistamos TODOS, sin  exclusiones de ninguna índole y con   iguales oportunidades de acceso al conocimiento1,  esto hace que la naturaleza social de la  ciencia tanto en sus condicionantes, como en sus resultados, comenzó a ser más  evidente por los procesos acaecidos de institucionalización y de  profesionalización (Linares, Radamés, 2006).
Tanto la ciencia como la tecnología  justifican su existencia en la búsqueda y el desarrollo de productos,  servicios, medios y herramientas pero en nuestra sociedad ese desarrollo está  encaminado al beneficio y progreso de la sociedad.                
                
La nueva universidad presupone la unidad ciencia-cultura-desarrollo (o ciencia-cultura para el desarrollo) a través de su modo de actuación esencial: la Investigación desde el contexto del trabajo sociocultural. Por lo que la ciencia y la tecnología se han convertido en las ramas de la actividad inseparables de la vida y el progreso de la sociedad desde hace varias décadas. Ambos conceptos están hoy interrelacionados que han llegado a considerarse como uno solo.
Es bueno destacar que el desarrollo científico y tecnológico, que viene ocurriendo de forma ascendente desde el siglo pasado, ha tenido una significación especial para la actividad científica y una influencia extraordinaria en la vida social de todos los países, desde sus diferentes ámbitos: económico, político, militar, cultural, etc.
En  el presente trabajo analizamos la relación de los conceptos Ciencia, Tecnología  y Tecnociencia  a partir del contexto  sociocultural en el centro universitario municipal de Artemisa.
                  Desarrollo:
                  Si  intentamos definir conceptos, tales como, ciencia, tecnología y tecnociencia,  nos encontraríamos ante la realidad de que existen un gran número de  definiciones, abordadas por distintos autores, por lo que comenzaremos por  expresar algunas de ella y comentarlas brevemente. 
                  Según  el diccionario de la Real Academia,  “ciencia es el conjunto de conocimientos que se tienen acerca de algo  determinado, tiene un método de análisis propio y se alcanza mediante la  observación, la formulación y la comprobación…conjunto de conocimientos que  tiene una persona adquiridos a través del estudio y la reflexión.”2 
                  Para  el profesor Núñez Jover, “la ciencia incluye como momentos básicos de  producción, difusión y aplicación de conocimientos: investigar, enseñar,  difundir, generar innovaciones, elaborar sugerencias prácticas… a esos fines en  las que se desenvuelve una cultura peculiar, la cultura científica, con sus  propios valores, normas, jerarquías, criterios de legitimidad entre otros  aspectos. Es decir, identificar ciencia con conocimientos probado o con teorías  científicas (como parece sugerir la enseñanza universitaria), es un enfoque muy  estrecho que ignora que la ciencia es una actividad social dedicada a la  producción, difusión y aplicación de conocimientos, actividad  institucionalizada generadora de su propia cultura”. 3Siguiendo  la línea de pensamiento anterior podemos constatar que tanto lo expresado por  el profesor, como el concepto que ofrece el diccionario, se refieren a la  ciencia no como un proceso acabado sino en cambio y transformación, imbricado  incluso con la cultura, resultando interesante la teoría de que no se trata de  un conocimiento probado, aunque pensamos que ese sería su fin último, por lo  que habría que romper y de hecho se está haciendo con la vieja concepción de  algunos educandos y profesores, pues no se concibe un estudiante o profesional  universitario  que no investigue, que no  se lance en la búsqueda de su propia verdad del conocimiento en función de la  labor que desempeña.
                  Otras  definiciones de la Ciencia  se han hecho a través de la Historia, como es el  caso, de Mario Bunge, quien la  define  como un conocimiento que es nacional, sistemático, exacto, verificable y por  consiguiente puede ser también falible y perfeccionable4,  esta arista no difiere mucho de lo dicho antes aunque revela la ciencia con un  carácter nacional, lo que habla también de la responsabilidad que tiene el  científico en ella pues nos atañe a todos y que no basta con descubrir un día  algo y dar por terminado el asunto sino que hay que darle un seguimiento pues  lo que hoy nos puede parecer genial, insuperable mañana nos daremos cuenta que  puede ser susceptible de perfeccionar y un buen profesional siempre ha de  encaminar su labor a lograr que las personas que acudan a él se sientan  satisfechas y puedan mediante su gestión, que ha de ser siempre más ágil,  acceder al conocimiento para a partir de ahí generar conocimientos nuevos, son  un eslabón importante de esa gran cadena científica en la que todos estamos. No  dar por terminada una investigación es la razón de ser un buen profesional,  generalizando los estudios realizados en busca de perfeccionar el desarrollo de  la sociedad más justa que ha existido, como en innumerables ocasiones ha  expresado Fidel.
                  La  ciencia es una actividad social dedicada a la producción, difusión y aplicación  de conocimientos; actividad institucionalizada generadora de su propia cultura  (Núñez, J, 2006)*
                  Estos  conceptos coinciden en elementos básicos que nos llevan a analizar los mismos  desde el contexto sociocultural coincidiendo con lo  expresado por Cañedo(2001) cuando plantea que  la ciencia es aquella esfera de la actividad práctica de la sociedad cuyo  objeto esencial es la adquisición de conocimientos acerca del mundo  circundante, por lo que está compuesta por: 
Después  de un breve bosquejo por definiciones referidas a la ciencia veremos algunas  sobre tecnología y empezaremos por el propio diccionario: “Conjunto de los  conocimientos propios de un oficio mecánico o arte industrial… conjunto de los  instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o  producto.”6 
                  Se  ha definido también por otros autores, que la tecnología es un conjunto de  conocimientos científicos, empíricos e ingenieriles tangibles e intangibles que  van encaminados al saber hacer y al cómo hacer, productos, procesos y servicios  de la producción, la distribución y la comercialización7,  lo que amplía el concepto que ofrece el diccionario enriqueciéndolo a favor de  la propia sociedad en tanto no se habla de tecnología solo como un proceso  meramente industrial como muchos creen sino como el modo de hacer en el  quehacer investigativo, o modo de hacer ciencia, pudiéramos decir entonces, que  en la forma de preparación de un profesional para poder servir a los demás en  la búsqueda de conocimientos, o en la forma que prepara las vías para que otros  accedan a los mismos, está presente la tecnología aún y cuando consideramos que  es un punto en el que la   Universidad aún debe trabajar con nuestros estudiantes, pues  a veces estos están un poco alejados de esta práctica o porque debe  incentivárseles aún más su creatividad en este sentido. En este espacio no  podemos dejar de mencionar que esto se perfecciona en la medida que nuestros profesores  que no poseen formación pedagógica vean la Pedagogía como una ciencia capaz de desarrollar  otras ciencias con sus métodos y procedimientos.
                  La  actual influencia de la ciencia y sus resultados sobre el conjunto de la  sociedad, su acelerada interacción con la tecnología así como el cambiante  carácter de las demandas de la sociedad sobre una y otra, imponen a los  científicos reflexiones sobre sus interconexiones con el medio socioeconómico  circundante pero… ¿Por qué tecnociencia?
                  El tema de la tecnociencia según el profesor  Núñez constituye una necesidad dada la interrelación tan fuerte que existe  entre la ciencia y la tecnología, conexión que casi desdibuja sus límites, pero  este término no necesariamente conduce a cancelar las identidades de la ciencia  y la tecnología, pero sí nos alerta que la investigación sobre ellas y las  políticas prácticas que respecto a las mismas implementemos, tienen que partir  de esta relación, pensamos que solo precisada desde el punto de vista  didáctico.8
La fusión de la ciencia con la tecnología y de ésta con la producción material en general, así como la conversión de la ciencia en fuerza productiva inmediata, son rasgos característicos del cambio cualitativo radical que actualmente se opera en las fuerzas productivas. Por ello, el progreso histórico de la ciencia y la tecnología no es más que un aspecto del desarrollo histórico del ser humano, como la principal fuerza productiva de la sociedad.
El proceso de conversión de la ciencia en fuerza productiva inmediata consiste en que los eslabones de la investigación científica pasan a ser elementos importantes de las empresas industriales, que influyen directamente en la esfera de producción material.
La ciencia y la tecnología son ante todo procesos sociales, esto es de gran importancia para la educación de los profesionales en la llamada “sociedad del conocimiento”.
Tradicionalmente se han examinado los conceptos de ciencia y tecnología como sinónimos de verdades y aparatos al alcance de todos, pero la realidad no es esta.
La ciencia y la tecnología devienen procesos sociales e incluso, socioculturales, aunque muchas veces quede oculta la dimensión sociocultural en sus concepciones e interpretaciones. En dicha comprensión se deben analizar tales dimensiones en relación con el contexto social que las constituye, al definir su orientación, ritmo y función social.
La tecnología es una práctica social que tiene tres dimensiones:
La unidad entre ciencia y tecnología es también una cuestión de obligada insistencia, dada la importancia de la formación de científicos con nociones tecnológicas. Y es que las necesidades técnicas-científico y a la inversa, la selección de teorías, los programas de investigación, condicionan formas de acción instrumental que envuelven tecnologías. Referimos, por tanto, un “complejo ciencia-tecnología”, una tecnociencia (Núñez, J, 2006)9
En correspondencia con el autor, se impone el imperativo de identificar y determinar tecnologías adecuadas, asimilar y difundir tecnologías; adoptar, mejorar y crear tecnologías (ciencia-tecnología, o mejor: tecnociencia) a partir de la interpretación, comprensión y valoración de los fenómenos de la realidad, según el contexto y su cultura.
Hoy, en el centro mismo de la contemporaneidad cubana, latinoamericana y universal surge un nuevo contexto, en él se reconoce a la cultura como “sistema vivo” que afianza su papel como síntesis propiciadora de las mejores virtudes humanas; un medio de integración fecunda entre dos dimensiones que la autoconfirman: la cultura y el desarrollo (Hart, A, 2001)10. El desarrollo, realidad económico-social en el mundo actual; la cultura, expresión de conciencia colectiva, síntesis depurada y, a su vez, medidor supremo de la calidad del desarrollo.
Pero la relación cultura-desarrollo o cultura (→desarrollo) que emerge en la actualidad alcanza mayor sustentación cuando se vincula con la ciencia (la actividad científica o investigativa), otro de los puntales de nuestro desarrollo universal para el progreso integral al que aspiramos.
Para cumplir con la  misión de la nueva universidad cubana, el término cultura se manifiesta en su  sentido más amplio, que es formar (pregrado), promover (extensión  universitaria) y desarrollar (investigación) la cultura.
                  Así, pues, si la  cultura se manifiesta en todas las esferas de la actividad humana, incluso  en/con la ciencia, podemos introducir la concepción cultura tecnológica, una  cultura que caracteriza las diversas épocas de la civilización enmarcadas entre  revoluciones tecnológicas; una cultura expresada en el plano específico de una  región o país, que conceptúa la identidad cultural como los rasgos propios,  comunes, singulares que identifican las formas   de hacer, pensar y crear de un pueblo y sus hombres; la que se despliega  y desarrolla en el quehacer de la práctica tecnológica de los hombres  acompañada de hábitos, experiencias, actividades y valores, que tributan a la  extensión de las capacidades humanas,  a  su bienestar mismo.
Remitiéndonos al concepto inicial del término cultura, donde la tecnología figura como componente formativo, y al constatar posteriormente el resultado de su práctica, una actividad de asimilación o inclusión de los resultados de la cultura en la sociedad, podemos aseverar que la tecnología es un hecho cultural. En este sentido estaríamos dispuestos a enunciar y conceptuar la cultura tecnológica.
Una cultura tecnológica será aquella en la cual: los hombres organizan y desarrollan la teoría y la práctica tecnológicas; el modo de despliegue histórico de la práctica tecnológica, que supone la elección de una alternativa para dar respuesta a las necesidades de cada contexto: comunidad, región, país, etc. (Arana, Martha; Valdés, Roxana, 2006)§
Sobreviene el análisis de la cultura tecnológica, en su dialéctica con la cultura en general, como una manifestación de la actividad sociohistórica. De tal modo, se hacen latentes dentro de la cultura tecnológica diversos aspectos que contribuyen al enriquecimiento de la práctica tecnológica: la moral, la política, la ciencia, el arte, entre otros. Por tanto, toda práctica tecnológica con un enfoque integral de la cultura ha de responder a intereses y valores acordes con las necesidades reales de un espacio y tiempo determinados.
La  complejidad social, la participación política dada tras las revoluciones  burguesas y socialistas, la innovación tecnológica tras las revoluciones  industriales y el mayor nivel cultural y científico desde la revolución del  conocimiento, ha incrementado el desarrollo de las investigaciones  socioculturales.
                  Todas  las tecnologías están en proceso de generar sus propias ciencias, aunque por  otra parte, también se nos hace difícil hallar cualquier pieza del conocimiento  que no se escudriñe en busca de beneficio potencial en forma material. Todas  las ciencias están en proceso de generar sus propias tecnologías. Este proceso  está entremezclado a gran escala, desde el laboratorio y el taller, hasta el  concilio de investigación y la firma industrial, así como y en cada dimensión  de la interpenetración. En esta línea de pensamiento es necesario que nuestros  profesionales realicen este proceso a partir del banco de problemas el  territorio ya que la ciencia se hace en función del desarrollo, aplicando la  tecnología que tenemos a nuestra disposición, es pertinente señalar que si bien  en sus orígenes las esferas tecnológicas y científica se desarrollaron de forma  relativamente independiente, en estos momentos estos sectores de la actividad  social adquirieron tal grado de interrelación, que la ciencia y la tecnología  han llegado a considerarse una sola esfera.
                  Las  funciones de la ciencia y de la tecnología en la sociedad son inseparables.  Estos dos aspectos de una actividad indivisible, cuyo alcance trasciende a una  variedad de instituciones sociales con una función primaria esencialmente  instrumental. A la corta o la larga, ellas justifican su existencia mediante la  producción de conocimientos prácticos, productos o técnicas nuevas y  humanamente relevantes, a los que se les podamos dar algún uso que va desde la  satisfacción de las necesidades básicas humanas   de alimentos, vivienda y salud hasta las que soportan la poderosa  estructura de una sociedad con el armamento bélico y las inversiones  lucrativas.
                  Si  embargo, esta función puede sólo ser efectiva si se genera un producto  intermedio- conocimiento generalizado- que no es práctico de inmediato. Algunos  científicos y tecnólogos se especializan en la producción de este tipo de  conocimientos, mientras que otros se dedican principalmente a transformar  aquellos en formas prácticas. Estas no son funciones separadas y, a menudo, se  realizan simultáneamente por las mismas personas en la organización. Puede que  no se manifieste de igual modo a como aparecieron la ciencia y la tecnología en  el pasado, pero es la forma que ahora ellas adoptan desde el punto de vista de  la sociedad como un todo.
                  El  avance del conocimiento científico desde el surgimiento de la ciencia se basa,  en gran medida, en el auge de la tecnología que amplía las posibilidades de  observación, experimentación y captación, procesamiento, transmisión y  utilización de la información. A tal punto llega esta influencia que son  escasos los procesos científicos que no se apoyen en la multitud de  herramientas tecnológicas disponibles.
                  De  igual forma ocurre con los progresos tecnológicos los que, si bien en un  principio no se apoyaban en un conocimiento verdadero del mundo circundante, en  la era moderna dependen cada vez más de la búsqueda intensa de nuevos  conocimientos que permitan investigar, diseñar y producir objetos materiales  más  adecuados a los parámetros de las  necesidades sociales.
                  Ocurre,  por lo tanto, un intercambio constante de productos entre las esferas  científicas y tecnológicas, de manera tal que los productos de una esfera  pueden convertirse en las materias primas o las herramientas necesarias de la  otra para realizar su actividad.
                  Esbozados algunos  conceptos, referidos varios autores, desembocamos en  el estudio del complejo sistema de  interrelaciones: ciencia-cultura-desarrollo o ciencia-cultura ®11 desarrollo; un sistema que se extiende a la enseñanza y al sector educacional,  y que constituirá el fundamento de nuestras interrogantes y reflexiones.
    
  ¿Cómo se refleja el  complejo ciencia (-tecnología)-cultura en el sistema de Educación Cubano?  ¿Cuáles son sus aportaciones, problemáticas, retos para el desarrollo en la  enseñanza universitaria?
El alcance de la  sustentabilidad en el desarrollo tiene como condición necesaria a la educación  y la cultura. Ciencia, educación y cultura constituyen escenarios en los que se  libran agudas batallas camino al desarrollo de la nación. La Batalla de Ideas fue un  ejemplo; dirigida fundamentalmente hacia el sistema educacional cubano,  iniciada en el año 2000 por nuestro Comandante en Jefe, con el objetivo  sustancial de llevar la educación a todo el pueblo en su mayor esplendor. La  enseñanza universitaria devino proveedora e impulsora de conocimientos,  formación cultural y científica en los 169 municipios del país. Artemisa, por  ejemplo, es una de esas localidades en la que se desarrolla este trascendental  proyecto. Con el objetivo de garantizar la continuidad de estudios  universitarios a todos los egresados de los programas emergentes de la Revolución para  formaciones especiales, se implementó en el año 2001 una nueva modalidad de  estudios universitarios. Programas puestos en práctica en pos de la preparación  de jóvenes que desempeñarían tareas de suma importancia para nuestra sociedad. 
    
                  El objeto de  trabajo de todo profesional es el dominio de la ciencia y la tecnología. De tal  manera, sus modos de actuación, es la realización de un trabajo especializado  de detección, investigación e intervención sociocultural. La esencia de todo  profesional acentúa, precisamente, la intervención social comunitaria que  implica la interrelación e intercambio con grupos étnicos, géneros,  territorios, generaciones, lo urbano y lo rural, el turismo, etc., y donde la  relación ciencia-cultura impone la necesidad de ser proyectada durante todo el  transcurso de su vida laboral.
Sin la coherente e indispensable relación entre teoría/conocimientos teórico-metodológicos y la práctica en los escenarios de actuación (Instituciones culturales locales, consejos populares y comunidades, fundamentalmente), constatada en el trabajo sociocultural comunitario, se interrumpe la interacción ciencia (investigaciones científicas)- cultura-desarrollo; se limita, y desforma las potencialidades investigativas, el perfil científico-cultural de los futuros profesionales.
Una de las funciones esenciales que le corresponde a la universidad, sumado al proceso de formación de profesionales, es el de la Investigación Científica. En el CUM Artemisa, se cuenta con la preparación individual de cada profesor antes, durante y posteriormente del encuentro docente con los estudiantes, con la autopreparación también de los mismos alumnos durante su estudio independiente, constatada fundamentalmente en la realización de seminarios y de reseñas históricas sobre algún fenómeno o personalidad en cuestión, lo que presupone el anterior contacto con la investigación, la revisión y análisis de bibliografías.
Paralelamente a ello se efectúan las Jornadas Científicas a nivel de sede, en las que se pone a prueba el aprendizaje y el progreso de la investigación sociocultural, lo mejor del conocimiento científico alcanzado o atesorado por nuestros profesores y estudiantes.
En este contexto de interacción ciencia-cultura-desarrollo, los resultados han sido satisfactorios, no obstante, prevalecen algunas dificultades relacionadas con el acceso íntegro a la información requerida, la ausencia o carencia de socialización de investigaciones culminadas o avanzadas, la inconstancia de una actitud investigativa en los estudiantes a partir de su primera participación e inicial experiencia en los eventos científicos de la especialidad.
Es preciso por parte de los directivos y profesores del CUM desarrollar un conjunto de acciones para contribuir al perfeccionamiento de la actividad investigativa (la interrelación ciencia-cultura-desarrollo) insistiendo en que el valor de nuestra Cultura se halla en la identidad entre ciencia y conciencia.
La Educación es un terreno ventajoso para contextualizar la relación ciencia-cultura-/→desarrollo. El CUM puede potenciar esta relación al profundizar y perfeccionar diversos atributos como: la capacidad, disposición y dedicación para investigar; la creatividad en profesores y estudiantes mediante el vínculo efectivo y sistemático de los mismos con la actividad científica, así como, de una mayor y más rápida transformación y actualización de los nuevos conocimientos a la docencia. Asimismo, se deben crear o gestionar espacios o soluciones alternativas en relación al acceso de la información para el desarrollo y aplicación de la investigación sociocultural e incorporar los resultados de nuestros investigadores en los programas de estudio para contribuir a su perfeccionamiento.
Con el objetivo de que se conozcan los resultados en materia de Ciencia, sobreviene la necesidad de elevar el protagonismo de nuestros profesores y estudiantes en los eventos científicos y la proyección de los profesionales en espacios de impacto local, nacional, e incluso internacional: socializar científicamente nuestra cultura.
Un reto culminante es el emergente trabajo de equipos multidisciplinarios intra y extra universitario que concierne al CUM con especialistas de los centros y organismos de la localidad, así como, el intercambio continuo y enriquecedor con instituciones científicas-socioculturales del territorio.
Conclusiones:
Bibliografía:
Editorial Félix Varela La Habana .Cuba 2004.
1 Colectivo de Autores. La nueva universidad cubana y su contribución a la universalización del conocimiento”. La Habana: Editorial Félix Varela; 2006.
2 Breve Diccionario de la Lengua Española. Casa Editora Abril, página 213.
3 Colectivo de Autores. Tecnología y Sociedad. Artículo La ciencia y la tecnología como procesos sociales de Jorge Núñez Jover. Página 60
4 Otelo Paul y Ayuso María Dolores, Tratado Documental. Página 5
* Núñez, J, 2006. IMÁGENES DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA Y UN PAR DE CONCLUSIONES. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p.-60-61.
6 Diccionario. Ob. Cit. Página 140
7 Colectivo de Autores. Ob. Cit.
8 _____.OB. Cit.
9 Núñez, J, 2006. IMÁGENES DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA Y UN PAR DE CONCLUSIONES. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p-60-61.
10 Hart, A, 2001. CULTURA PARA EL DESARROLLO. EL DESAFÍO DEL SIGLO XXI. Editorial de  Ciencias Sociales, La Habana.  p-1-26
                      § → equivale a: para, o sea, →  desarrollo: para el desarrollo. 
11 Arana, Martha; Valdés, Roxana, 2006.  Tecnología apropiada: concepción para una cultura. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO  PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p.-19-28.
                      ¨ Núñez, J, 2006.  IMÁGENES  DE LA CIENCIA Y  LA TECNOLOGÍA Y  UN PAR DE CONCLUSIONES. En: LA   CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO PROCESOS SOCIALES. Editorial  Félix Varela. La Habana.  p-60-61.  
                      § Arana, Martha; Valdés, Roxana, 2006.  Tecnología apropiada: concepción para una cultura. En: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA COMO  PROCESOS SOCIALES. Editorial Félix Varela. La Habana. p.-19-28.