Contribuciones a las Ciencias Sociales
Febrero 2012

ANÁLISIS DE LA OBRA LAS IDEAS Y LA BATALLA DEL CHE, DE FERNANDO MARTÍNEZ HEREDIA

Yunior Aguirre Fonseca (CV)
yaguirref@ismm.edu.cu
Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa

 

Resumen
El presente trabajo aborda la batalla del Che en función del desarrollo económico y social de Cuba en corto período de la Revolución Cubana tras el triunfo de la misma, así como su intención de extender la lucha a otras regiones del orbe. Se muestra el apego del Che  a los postulados del marxismo originario, posición que hacen de su concepción  en  relación a la transición al socialismo, la más acertada y coherente creada desde Cuba, junto a las ideas de Fidel Castro, según el mi opinión y la propia del autor de la obra analizada. Se ofrecen criterios irrefutables sobre la convicción del autor de “El socialismo y el hombre en Cuba” en relación a la importancia de la conciencia en la transición al socialismo, sobre la posición filosófica del autor, a través de algunos de sus criterios sobre aspectos centrales, como la planificación y la importancia del modelo económico que él sostiene, sus diferencias respecto al cálculo económico, el gran debate que desde Cuba se desarrolló y su alcance internacional. La insistencia en las fuerzas de la conciencia, tanto por parte del Che,  como por el autor  de “Las ideas y la batalla del Che”, es presentada en el trabajomediante la insistencia en la importancia del carácter popular del proceso de construcción  de la nueva sociedad, vale decir,   del establecimiento de un genuino régimen de poder popular,  como señalara el importante investigador cubano Carlos Tablada. El trabajo es en síntesis un acercamiento a un tema central: la posición del Che como revolucionario cubano y latinoamericano.

Palabras Claves: Planificación, transición socialista, Revolución, Che, Cuba, vanguardia, cambio, conciencia, moral, debate.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Aguirre Fonseca, Y.: "Análisis de la obra las Ideas y la Batalla del Che, de Fernando Martínez Heredia ", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Febrero 2012, www.eumed.net/rev/cccss/18/

Paratexto
Realizar un análisis de una obra tan importante como lo es sin dudas la presente no es tarea fácil, se trata de  una obra escrita por uno de los más importantes ensayistas del momento, según el criterio del eminente filósofo cubano Rigoberto Pupo. La selección realizada  constituye un conjunto orgánico  estructurado en tres capítulos, reflejo de una lúcida y coherente posición del autor sobre un tema central: la labor del Che como revolucionario cubano y latinoamericano.
De manera que asistimos al análisis de una obra útil no solamente en las actuales circunstancias , sino también para futuras generaciones , por  cuanto  en todo momento sugiere una práctica militante , un significante de ruptura con el pensamiento socialista tradicional, teologizante y de visión marxista deformada. Dos son los aspectos por lo que digo que Las ideas y la batalla del Che no es un texto común: uno, por el contenido que atesora; dos, nos somete a una búsqueda constante en el pensamiento marxista originario. Además, no creo que sin pensar un tiempo de revolución pueda entenderse lo aportado por el Che al proceso cubano.
  La concepción del Che constituye  una suerte de  “utopía realista, sustentada en la cultura del ser y la existencia humana para   bien de todos 1”.Una especie de  vía revolucionaria en detrimento de la evolución progresiva conservadora del Status quo del capitalismo. La vía revolucionaria enfrenta dos grandes escollos nos alerta Fernando: uno, el inmenso poder cultural de la dominación capitalista, poder que llevó al filósofo italiano Gianni Battimo a señalar: “en la medida que nos relacionamos con occidente, la modernidad vale para todos”. El segundo está asociado al primero, me refiero a la habilidad de la clase burguesa para cooptar movimientos, ideales, proyectos, poder, y libertad, que no es más que hegemonía en sentido lato del término.  Es la misma idea que sostiene el filósofo cubano Jorge Luís Acanda en su trabajo Gamsci y la Filosofía de la Praxis, cuando se refiere a la incapacidad de la izquierda en América Latina en décadas pasadas. De ahí la importancia de no dejarnos arrebatar la memoria histórica.

Al tratar el pensamiento del Che existe una arista que me parece ineludible, me refiero a lo que Martí llamó el mejoramiento humano. Insistiré en este planteo. Resulta obvio que tal actuar del Che responde a un fenómeno de la realidad objetiva, no es únicamente la cubana , es la latinoamericana , la de África, Asia ,en fin , se trata de la lucha contra toda forma de alienación en cualquier parte que se produzca. Además, no es el Che un revolucionario que se oriente  a una lucha vaciada de contenido, por lo que no está ajeno a la historia de la humanidad hasta ese momento. Apuntaré sintéticamente parte de lo referente al proceso histórico de América Latina por ser el escenario principal  de la batalla del Che, aunque no el único.
Lo acertado será no absolutizar el mejoramiento humano respecto al combate por cambios radicales profundos, de la misma manera que es un error establecer poderes de grupo en nombre del cambio social.
La historia  anterior al siglo XX y la de éste se formaron en la llamada ideología del  “progreso”, que alude a una concepción burguesa de la civilización, según sus representantes conducirían a nuestra región al avance, progreso en sentido estricto, según sus exponentes. Tal ideología fue asumida por el Marxismo  en un franco proceso de lo que Fernando llama “nuestro turno histórico”. A partir de finales del siglo XIX, la ideología del progreso avanzo más como obstáculo  que como progreso en sí. El programa de acción de las clases proletarias no puede ser el mismo de las burguesas, será a lo sumo una adecuación a los dictados de la segunda. Para Fernando la “ciencia” de la burguesía  es, el evolucionismo y el positivismo. Las promesas de ayuda que  las clases burguesas prometían desde las décadas del sesenta al ochenta del siglo XX básicamente fueron incumplidas, por lo que tal concepción cayó en un insondable descrédito.
Ya no existe la llamada alianza para el proceso, el capitalismo ya ni siquiera puede hacer promesas, ha visto agotado sus modelos sociales y económicos. “El proceso profundamente perverso por el cual la libertad prometida fue convertida en liberalismo, ha llevado en la actualidad a las mayorías a la indefensión social la impotencia política, y a formas extremas de miseria material y espiritual 2”.
En rigor, parece ser el inmenso poder de los grupos económicos y de las propias élites de poder  lo que marca la diferencia entre los países llamados del primer mundo con sus homólogos  de la periferia. Podemos referir al respecto,  el miedo por la pérdida de empleo, al regreso a una dictadura, a que reine una cultura de “la indiferencia, la resignación y la fragmentación”. En décadas pasadas ganaba terreno la cultura de la indiferencia de unos contra otros, y de asumir “la forma coloquial de un sálvese quien pueda”, continúa indicando el académico.
Che, hoy mismo se nos presenta como importante porque su actuar está a la altura de las necesidades, las urgencias y los retos del futuro. Ser antidogmático lo convierte ante los ojos de algunos en un extraño personaje, cuando interiorizo su legado, no lo asumo como el de un letrado que busca la plenitud de su vida en una suerte de academicismo, entiendo que se trata de un hombre de acción muy apegado a los principios del marxismo originario, con un alto sentido de la disciplina, la ética y el humanismo. A mi juicio es  el hombre ideal que cumple con esa genial frase de Fidel cuando expresó: “El ejemplo crea virtudes, crea espíritu revolucionario.” 
Analizando los esfuerzos a favor del mejoramiento humano, opino que, solamente a través del establecimiento de poderes populares como expresión real de la voluntad general se podrá hablar seriamente de mejoramiento humano. Aunque los descalabros de la izquierda han aportado no poca dosis de experiencia de considerable valor. Martínez Heredia advierte, que lo acertado es “combinar bien  los cambios de los individuos, con los de las sociedades”, sin esa dialéctica del cambio,  entiendo que no habrá resultados. 

El predominio dígase mayoritario del capitalismo, no puede evitar los logros sociales, o sea, emancipatorios de sectores importantes. En cuanto a lo conseguido, el deber ser que se está demandando es extraordinario, aunque justo es apuntar que los ciudadanos perciben los obstáculos puestos por orden internacional vigente. Producto  de los conflictos en la región se han producido cambios en el funcionamiento de las instituciones sociales, los cuales han tenido que ser reconocidos por los grupos de poder. Así el modelo democrático existente ha ganado en legitimidad, aunque su realización en sentido general tiende al formalismo.
Baste decir que las formas más feroces de represión institucional  son cada vez más inaceptables. Justo es decir, que en América Latina la tendencia se inclina más a la reforma que al cambio total. La brecha material existente entre el capitalismo desarrollado y el llamado tercer mundo, está signada por la presencia prácticamente en todos los países de cierto número de procesos, relaciones e instituciones que son típicos de los países centrales. Lo anterior se complejiza por la consiguiente” homogeneización de las conductas, de los consumos deseados y de los valores”, para hacer efectivo tal proceso los medios de comunicación desempeñan un rol determinante.  
Si bien lo que he venido señalando fue una realidad en América Latina hasta la década de los noventa del siglo pasado, a partir de ese momento el llamado cambio de época se comenzó a notar , ya no son los tiempos de Carlos Andrés Pérez en Venezuela,  Guillermo “el gordito” Endara en Panamá, los gobiernos totalmente entregados a las transnacionales en Bolivia fueron derrumbados por los sectores originarios y los campesinos, todo indica que tanto tiempo de engaño y retrocesos eran abortados  por los legítimos dueños de los países. Se trata de una sanción a los que siempre sobraron mucho, en detrimento de los que siempre necesitaron todo.
  He abordado telegráficamente parte de las condiciones en que se encuentra hoy la lucha por establecer una sociedad más justa en el área, a ello “el Che pensador  revolucionario puede ayudar mucho”.
 
Revolución social y cultural. La labor del  Che y Fidel

La formación cívica del Che en no poca medida es el desencadenante de su lucha por los pobres de la tierra, cierto que sus viajes por América marcaron una huella en la conciencia de aquel joven que prefirió entregarse al estudio de los procesos sociales ante que sumergirse en la politiquería.
Las polémicas con intelectuales de la época, a mi juicio muestran la habilidad – virtud – del Che al igual que lo ha hecho Fidel por más de 50 años,  de poder conjugar la interpretación teórica con el ejercicio de la praxis revolucionaria rumbo al socialismo. Lo anterior es lo que más se conoce de aquel proceso en el cual el Che fue uno de los protagonistas. Sería un grave error reducir algo tan trascendente a una simple polémica. El legado del Che se enmarca en el proceso desarrollado desde Cuba, vale decir de transición al socialismo,  tras el triunfo Revolucionario de enero de 1959,  su aporte  a aquella batalla  lo encuentro asociado a una muy acertada concepción del pensamiento marxista originario,  fuertemente ceñido  a  la realidad cubana.
La existencia en el bregar diario del Guerrillero de América,  de un interés declarado de construir el socialismo en Cuba,  es algo que me parece una verdad de Perogrullo,  mas es necesario insistir en ello, tomando en cuenta que: El  abandono del pensamiento guevariano  dañó la capacidad y el hábito de pensar con cabeza propia, algo tan vital para el comunista. De tal abandono, el pensamiento social como elemento cohesionador  de la dinámica político social, sufrió un evidente descalabro. 
A la  muestra los principales ideales presentes en el pensamiento marxista, a su puesta en práctica, su concepción en relación al camino, las especificidades y los desafíos a enfrentar por  la transición socialista en Cuba,  todo ello visto desde una perspectiva latinoamericana y mundial, a todo lo anterior  Che dedicó su pensamiento, y lo mejor de sus cualidades de conductor revolucionario. Dentro de los ideales  de su pensamiento se pueden referir  entre otros los siguientes:a) la lucha contra la explotación política y económica del imperialismo sobre los países subdesarrollados; b) el internacionalismo entendido como una forma eficaz de contrarrestar la influencia imperialista; c) y lo que considero el principal aporte del Che a la experiencia cubana, esto es, la aplicación creadora del legado de los clásicos del marxismo a la transición socialista cubana.
En relación con el primer aspecto es sugerente el argumento indicado por  el destacado economista y académico cubano Osvaldo Martínez  cuando en su obra “Crisis global y pensamiento del Che sobre economía internacional” señaló:  

“Quizás la mejor manera de aproximarnos al núcleo de su pensamiento, para establecer, a partir de ahí, el engarce con la parcela dedicada a la economía internacional, sea la de definir al Che como un genuino ejemplar revolucionario comunista que aplicó creadoramente el marxismo - leninismo a nuestra realidad, comprendió de modo profundo el fenómeno del subdesarrollo y la explotación imperialista en el Tercer Mundo y actuó en total coherencia con su pensamiento”3
El triunfo de un movimiento revolucionario en Cuba, contra todo pronostico, fue el resultado de la voluntad de un pueblo y una vanguardia que decidieron no seguir viviendo como hasta entonces, la posesión de la vanguardia revolucionaria frente a la inconformidad declarada del imperialismo ofrecieron el rumbo al proceso cubano. Es acertado apuntar que, el ejemplo de dignidad brindado por los actores del proceso revolucionario cubano marcó pautas y es referente para  nuestro continente y el mundo, fue,  - y de hecho sigue siendo - una forma de ver, de discernir las posiciones dentro del espacio  político de la región.   
De manera que, fue le apego al marxismo originario, y no la militancia en organizaciones partidistas el vehículo utilizado por el guerrillero  Argentino - Cubano  y del resto de la vanguardia revolucionaria en su formación teórica, es decir,   por buscar una realidad  diferente a la del reino del dinero y las mercancías. Es apreciable en el  pensamiento del Che, el ser ajeno a las “camisas de fuerzas militantes, el joven Ernesto se salva de palabras sagradas y ritos, prohibiciones de lectura, clasificaciones filosóficas y distribuciones de premios castigos a autores, corrientes de pensamiento, ideologías y posiciones políticas”, nos indica, con su habitual claridad de ideas, el autor de El ejercicio de pensar.
El  pensamiento guebariano rompe con las ideas conservadoras, reformistas y de  adecuación al orden social existente en Cuba hasta 1958. La tarea de las clases más revolucionarias de aquel momento, era sin duda alguna, transformar la realidad existente  en el país. Un país golpeado por el dominio y saqueo primero de España, y posteriormente del gobierno norteamericano, aunque es conocido la dependencia y saqueo norteamericano con anterioridad.
Necesitaba la isla romper con tal poder,  y así poner en marcha el programa revolucionario presentado en La Historia me absolverá. Las nacionalizaciones de tierras y empresas, de parte de la red de comercial del país, y servicios fueron las primeras acciones de la dirigencia revolucionaria. Así se le estaba perdiendo el miedo a la propiedad privada, ya que ésta nunca respetó a la clase trabajadora. Se estaban desencadenando las fuerzas de un pueblo agobiado por tantos años de alienación.
a) El entusiasmo popular evidenciado en la gran movilidad popular en torno a la defensa del país, abnegación ante las penurias de un país que había perdido su principal abastecedor; b) la confianza en el liderazgo de Fidel y la vanguardia; c) la gran seguridad del pueblo en  su propio poder, a mi juicio, por el nivel de conciencia política alcanzada y  las tradiciones de lucha del pueblo.

Es significativo el hecho de ser un grupo de jóvenes los protagonistas de aquella empresa de transformación de realidades , y de enfrentar aspectos nuevos como el tipo de organización económica a establecer , unido a ello un elemento también revelador fue , la posición teórica de Fidel y Che. Si de posición teórica se trata, es imposible obviar dos aspectos. El primero es la polémica protagonizada por Che, junto a “figuras de la intelectualidad internacional, donde figuraban teóricos de la talla de Charles Bettleheim, Ernest Mandel, Arghiri Enmanuel y otros”. El segundo aspecto está asociado  al primero, pues se refiere al gran movimiento cultural en torno a Pensamiento Crítico con: “una influencia notable en los primeros planes editoriales de ciencias sociales del Instituto Cubano del Libro, creado a la sazón. Además de numerosos clásicos de la filosofía y el pensamiento premarxista, fueron publicados relevantes pensadores contemporáneos como Max Weber, Georg Lukács, Charles Wright Mills, Louis Althusser, Augusto Cornu, Isaac Deutscher, Galvano Della Volpe, Herbert Marcuse y otros4 .

Conciencia y plan en la transición socialista         

La insistencia en el valor de la conciencia entre los actores sociales conduce a tomar en cuenta varios aspectos fundamentales: a) la persistencia en la época de la transición de relaciones económicas mercantiles; b) como resultado de las mencionadas relaciones , se aprecia que ,  el predominio del egoísmo y el individualismo no ofrecen oportunidad a la fraternidad ; c)la creencia en que poder , dominio , interés, individualismo y egoísmo constituyen un corolario “natural”, o sea, algo que no se debe tratar de cambiar; d)la condición de subdesarrollado de los países del llamado tercer mundo,  por su grado de dependencia económica, no integración nacional , sensación de la existencia de una dirigencia foránea del país en cuestión ; además de una suerte de colonialismo interno del que nos habla el sociólogo mexicano Pablo González Casanova en su obra La democracia en México.
La justicia social dimanante del nuevo régimen debe ser el termómetro principal del individuo en la época de la transición, aunque justo es advertir las especificidades de ello en el caso cubano, por la agresividad imperialista. El rol del sujeto es terriblemente importante, ante dos enemigos,  uno, la mencionada agresividad foránea, dos, la situación del   país  tras el triunfo revolucionario, con la pérdida de personal técnico, pérdida del principal abastecedor del mercado cubano, ante la declaración del bloqueo a Cuba por el gobierno de EE.UU.
Che muestra su apego al marxismo originario al retomar a Marx en Elementos Fundamentales para la crítica de la Economía Política (1857 – 1858). Asume así una concepción de la riqueza absolutamente contraria a la idea burguesa, para él el tiempo de trabajo no puede ser la medida de la riqueza, sería más bien, el estado de alienación del obrero al trabajo. De ahí su rechazo al “socialismo sin moral comunista”. La moral comunista la encuentro en total consonancia con la idea del Che de convertir la sociedad en una gigantesca escuela para las masas trabajadoras y la clase de vanguardia, vale decir, educar a las primeras y autoeducarse la segunda.
La conocida aseveración de Fernando: el poder debe ser siempre un instrumento del proyecto y estar siempre  al servicio de él, es central en lo que vengo tratando. La relación dialéctica  de un poder político estatal, institucional, ideológico y económico, pero todo ello en todo momento identificado, vale decir desarrollado y reproducido constantemente en lo que debe ser su razón de ser,  es  decir, en la sociedad, es la clave del resultado alcanzado por el Che en aquellos pocos años. Y así lograr transformar el trabajo “en un deber social, una actitud y un hábito nuevos”.

La economía socialista debe ser dirigida conscientemente

Fernando aborda además la concepción de vanguardia del Che.”Vanguardia no solamente como concepción de la lucha por el poder como suele creerse”. En la óptica del Che la vanguardia no es un grupo de ilustrados estrategas, aunque se necesita obviamente talento para ser parte de ella. La vanguardia existe producto del consenso general de la sociedad, es la prueba de la posibilidad de un cambio en el seno de ésta, precisamente la vanguardia es la  principal responsable de tal cambio, “es un servicio a la sociedad en transición más que un mando sobre ella”. El autor de Si breve indica que,”la vanguardia en la transición contrae el compromiso de ser la organización que exprese el poder y el proyecto de los oprimidos, explotados y humildes “, es decir, interpreta el sentir, la aspiración y los más altos fines de las mayorías.

Es evidente la actitud de sospecha del Che ante las “modernizaciones” propias que encierra el llamado cálculo económico, él  no relaciona la centralización con la mecanización del individuo, alega que son conceptos carentes de vínculos mutuos. Califica a la mecanización como obstáculo de “todo desarrollo”.Exigiendo el rol de los trabajadores, es decir, en la concepción del Che es ineludible la labor de los trabajadores como conductores y nunca más como conducidos. No es ocioso insistir en que,  la apuesta por una transición socialista tras la conquista del poder político, desde su mismo inicio es una utopía. Utopía por varias razones, menciono las esenciales: socialización progresiva de las fuerzas productivas,  las relaciones sociales de producción, el poder político, y todos los aspectos de convivencia social y cultural que sean pertinentes para ese fin.

El señalamiento de las deformaciones que ya estaban en desarrollo al momento de la incorporación de la isla en 1972 al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), aunque ya antes se habían producido hechos lamentables, ofrece  claridad de lo sucedido en las fallidas experiencias “socialistas”, algo que es   un buen síntoma para la edificación de un proyecto de poder popular original. De modo que,  es obvia la utilidad del pensamiento y el legado del Che para la construcción de una sociedad socialista, para la liberación de los pueblos dominados por el colonialismo, el imperialismo y sus formas de alienación. Su pensamiento  constituye desde todo punto de vista, la antítesis de la idea – intención – hasta cierto punto logrado desde los centros de poder de establecer un gobierno global, por lo  que según el propio Martínez Heredia: 

“Cuando el Che es recuperado, queda enseguida en el centro de la terrible situación que padece el mundo actual, preso entre dos realidades contradictorias: por una parte, el colosal   crecimiento que han experimentado loas capacidades humanas y de las sociedades, los conocimientos científicos y los adelantos convertidos en objetos que son fabricados y vendidos  en masa; por otro el colosal crecimiento que han alcanzado la centralización del poder económico y del poder a secas5 ”.

El académico ha tocado la cuestión del poder en sus dimensiones fundamentales, justo es decir, que en el contexto actual neoliberalismo, capitalismo,  la globalización y otras categorías pierden espacio ante la cuestión crucial de marras, es decir, el poder. Algo importante en el texto es, a mi juicio, el balance de la situación mundial, o sea, de la realidad en torno al socialismo en las décadas del sesenta y los derroteros posteriores. Se trata de una obra útil no solamente en las actuales circunstancias, pues  constituye una herramienta para futuras generaciones, por  el contenido liberador de sus ideas, al sugerir una práctica militante, de ruptura con el llamado socialismo realmente existente.
 Si fuera necesario una comparación entre el poder económico y el poder a secas se podría asegurar: Ambos excluyen a las mayorías ya que son instrumento, medio y fin de exiguas minorías; su carta de “legitimidad” es ser antidemocrático, aquí el poder económico se iguala al poder a secas. Si el primero puede destruir la arquitectura económica de un país en cuestión de horas, el segundo siempre que lo considera necesario se convierte en genocida, violador de toda norma de Derecho Internacional vigente, lo anterior lo encuentro en la propia obra de Fernando. Ante la actual incertidumbre sobre la factibilidad del socialismo hoy necesitamos de análisis relistas, alejados de todo dogmatismo, de toda creencia en un camino evolutivo hacia el socialismo, por lo que son sumamente necesarias empresas académicas – ilustradas - como la desarrollada por él durante toda su carrera académica.

El  autor del texto asegura que, una tarea transformadora de realidades  como sin lugar a dudas es la construcción del socialismo,  para ser tal, tendrá la inexcusable misión de ser portadora de una lógica y una cultura diferente a la del capitalismo, buscar en todo momento un nivel de participación popular, en que los ciudadanos transformen en beneficio propio las estructuras del  universo social,  al tiempo que se transformen a sí mismos.
En rigor,  la propuesta del Che defendida por el autor en análisis es un proyecto de liberación total de los ciudadanos y sus pueblos, no solamente a instancia nacional, sino a nivel continental. Se trata del establecimiento a nivel societario de una estrecha relación Estado – Sociedad Civil capaz de articular el sistema hacia una permanente transformación. El carácter anticapitalista y antimperialista fue el contenido usufructuario del triunfo en  enero de 1959. La revolución triunfante lejos de encontrar el problema nacional resuelto, en lo adelante – como aseguró Fidel –, todo  sería tal vez,   más difícil:
                                        
“enfrentamiento a los dos enemigos fundamentales, el imperialismo, la burguesía cubana y la falta de viabilidad previsible en condiciones de tantas debilidades y factores adversos; disponer de los recursos materiales principales del país para servir con  ellos a sus tareas; y tomar posición del aparato simbólico nacional”6

El alcance del proceso revolucionario que triunfa en 1959  fue, en puridad, una muestra de la asunción en el caso cubano de los verdaderos ideales de revolución mundial, es decir,  se identificó con los principios centrales de Marxismo originario. El proceso cubano fue punto de referencia en la concreción del pensamiento  del Che, al convertirse en protagonista de la última contienda militar,  para establecer un nuevo régimen social en el país. El Che se entrego si límites a tal causa , la misma que le permitió revelar sus dotes de cuadro excepcional de la Revolución , por su ejemplo en el ejercicio diario de la militancia comunista; la que se formó con el trabajo diario , el ejemplo diario y la   persuasión diaria .
La personalidad, el ejemplo y el magisterio intelectual y revolucionario que Fernando nos ilustra, constituye  un reto , por  la atracción del Che hacia las ideas del marxismo originario, fue él  un intérprete de realidades, un buscador constante del ideal socialista. Ello se evidencia en su falta de afinidad hacia las formaciones políticas existentes en su país, y como prefiere en detrimento de ello,  la lectura de los clásicos del marxismo como su vía de formación.
Según Fernando las batallas libradas en los primeros meses y  años del poder revolucionario  fueron decisivas, además de que permiten comprender el pensamiento  de Fidel y el Che.  Lo anterior es acertado por la razón siguiente: lo realizado por el Gobierno Revolucionario, sin olvidar  a los elementos conservadores de la primera formación, fue a los ojos de incrédulos una utopía de marca mayor. Siento la obligación de indicar que ,  cuando se tata del aspecto referido al sostenimiento, avance  y fortalecimiento  de la revolución naciente, la  esencia  es ubicar todas las estructuras del universo social en su justo lugar y misión, esto es, lograr el reconocimiento del pueblo a la política del gobierno,  además de identificar  los elementos contestatarios que  desde dentro  pretenden abortar el proceso , vale decir a la estructura que cambiará definitivamente el orden social cubano.
A tal avance se pude acceder mediante la subversión del orden social existente hasta entonces, algo solamente posible mediante la praxis revolucionaria, desde esta óptica las masas juegan un papel terriblemente importante. Puestas en marcha las fuerzas sociales pronto aparecerá un duro escollo, digo duro escollo, por tratarse de una ideología que pronto será oficial. Ideología que  encontrará respuesta en un importante grupo de intelectuales,  que están al tanto  tempranamente   de las  deformaciones de la mencionada ideología , a la vez que conocen también  las ideas más esclarecidas del marxismo originario , así, saben que es la praxis revolucionaria y no el reformismo el arma de las clases humildes , para junto a la vanguardia realmente revolucionaria  marcar el camino de la nación en detrimento del continuismo acostumbrado por los grupos de poder existentes hasta ese momento.
De modo que,  la creatividad y la imaginación serán centrales en el proyecto de la isla, además de la audacia y la capacidad de interpretación del momento histórico. Opino que la respuesta al triunfo de enero de 1959, desde la contrarrevolución, puso a prueba la moral, capacidad de respuesta a cada acción enemiga, tanto interna como externa, aunque ambas esferas guardan estrecha relación. Unido a lo anterior  , la moral alcanzada en la etapa insurreccional , corroborada por los papeles diarios desempeñados por los protagonistas , en una palabra , por su ejemplo , fueron conocidos  más allá de las fronteras del país , aspecto que permite a la Revolución Cubana ganar simpatías entre los sectores revolucionarios del continente y otras latitudes.
La situación  de un país en revolución social, como bien nos recuerda Fernando,  es el contexto real en el que   tanto Che como Fidel librarán su batalla  frente a un enemigo que no escatimaba vías de hostigamiento y destrucción en la isla, enemigo que dicho sea al pasar,  en ese momento ya cuenta con  cómplices  en el área, los  que harán todo lo posible en contribuir al  descalabro del proceso cubano de transformaciones.  
Las simpatías hacia la Revolución Cubana,  de parte de países de América Latina, las violentaciones de lo que no parecía posible dentro del espectro político cubano -  al menos para los que observaban con reservas al nuevo gobierno -  , constituyó  un factor determinante en los rumbos de la Revolución . La colaboración cubana en el área con hechos reales, en los procesos emancipatorios contra el colonialismo y las dictaduras contribuyó a semejante actuar. La situación internacional en que se desarrollaba el país, el internacionalismo, la defensa y  sostenimiento del proyecto social y la teoría e historia del marxismo, asegura Fernando,  que fueron aspectos todos integrados por el Che a su concepción teórica. El Che desempeñó papeles protagónicos desde los primeros tiempos en esa política de la Revolución, no solamente en nuestro continente, Asia y África también fueron escenarios donde su labor se hizo notar. 
El corolario positivo de aquel periodo, desde el punto de vista político, lo aprecio entre otros aspectos en que, a pesar de la asimilación del marxismo de factura soviética, y en menor medida del marxismo originario, se conservó  en todo momento  una orientación de la revolución en torno a la transición.
La virtud de hombres como Che, está entre otras cosas, en ser útiles, no solamente en el presente, sino también para el futuro, por resultar subversivos para los grupos de poder a nivel internacional, incluso para todo rezago burgués que pueda pervivir en un país determinado, para ello su legado es de un valor inestimable.
Asumo la idea del Che referida a que,  la  construcción de  un sistema social basado en la economía solamente jamás conducirá al socialismo, y en los países subdesarrollados  únicamente  un poder de transición socialista permitirá los logros cualitativos en la  economía. Che no escinde política de economía, tendencia que pervive en algunos escenarios. Persistió en la idea  de que la política sea un puesto de mando sobre la economía, al tiempo que atacó al burocratismo como deformación que es consustancial a la formación de intereses de grupos.

Posición filosófica y conceptos fundamentales. 

El autor aborda un tema crucial del pensamiento del Che: la búsqueda de la concepción teórico filosófica a poner en práctica. El guerrillero de América, como ya dejamos anotado ha desarrollado una gran polémica sobre economía “práctica”, pero “fundada teóricamente”, en busca del socialismo y el comunismo. Un aspecto central en la visión del Che reconoce que: “la economía en la transición socialista solo parcialmente se explica por sí misma, y es imposible hacerla operar con arreglo a leyes propias 7”.
En la polémica del Che con Bettleheim  el primero acude a una importante obra de Marx , se trata del prólogo de Contribución a la crítica de la Economía Política de 1859: en la concepción del Che no existe lugar a la creencia en un paso del capitalismo al socialismo producto de la evolución , o cuando las fuerzas productivas que se han desarrollado en el seno del capitalismo ya no quepan literalmente en él , o a través de una suerte de determinismo social que considera la posibilidad de un cambio de régimen social producto de una desconexión entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción 8.
Por lo que la posición del Che en aquel momento era, en mi criterio, la más útil, y lo sigue siendo hoy, al asumir una “posición filosófica que privilegia la acción consciente y organizada como creadora de realidades sociales, una filosofía marxista de la praxis”. Posición que condena al marxismo desde su corriente dominante de origen soviético. En tal sentido, Che, Fidel y el resto de la vanguardia ponen en práctica un marxismo en, por y para la lucha en Cuba, y además para la revolución latinoamericana.
Sin embargo, siento la necesidad de tomar en cuenta  que: aprecio lógicamente la posición socialista del grupo de vanguardia, más los factores adversos ponen a prueba a la misma, o sea, aquí la necesidad de un cambio en la mentalidad de los productores es esencial, poner siempre los intereses colectivos por  delante de los intereses individuales, así como desarrollar los nuevos administrativos de las empresas que a partir de ese momento, producirán en beneficio de la sociedad toda.
 El factor subjetivo en la transición desempeña un rol esencial, Fernando con su  agudeza característica apuesta por una vanguardia que responda de manera coherente a su condición. Y recuerda  a Lenin cuando en su obra “Dos tácticos de la socialdemocracia en la revolución democrática”, donde el genio ruso apunta: “la cuestión consiste en ver si sabremos enseñar algo a la revolución”.
A todas luces, enseñar algo a la revolución se convierte en parte  central de la razón de ser del Che, y cuando Lenin indica, “que la revolución nos aleccionará y aleccionará a las masas populares”, pienso en los retos más que en los beneficios, pues entiendo el papel del hombre en la transición asociado a la tarea de crear, dar lo mejor de sí, es desde la óptica del Che, la batalla por “crear un hombre nuevo, con una nueva conciencia”.
La conciencia se convierte desde esta perspectiva en un imperativo categórico, es la convicción resuelta a la búsqueda de nuevas realidades, de una nueva cultura:

“La conciencia no es  - no queda otro remedio que insistir – la antítesis de la economía, ni de la “materia”. Para el Che la conciencia es la palanca fundamental, el arma para lograr que las fuerzas productivas y las relaciones de producción dejen de ser medios para perpetuar las dominaciones”9 .

“Crear riqueza con la conciencia, y no conciencia con la riqueza”, dirá Fidel en enfática frase. La vanguardia será en este sentido, el grupo más informado, preparado, minoría más avanzada políticamente, (…) “las mayorías dice el autor deben ser cada vez más capaces de producir ellas mismas los cambios y de aprender a gobernarlos”. Es claro que el anterior planteo provoca cierta alergia dentro de los sectores no identificados con la transición, es decir, con los sectores no identificados con los menos necesitados, el Che y Fidel fueron el mejor ejemplo de cuadro revolucionario del período.
Para identificar mejor el terreno que toco, me permito una breve visita a una obra poco visitada en los últimos tiempos, me refiero a la obra de Engels “Anti Duhring”.En primer lugar quiero dejar sentada – de tan buena mano – su  concepción sobre el socialismo,  que según el autor de Dialéctica de la Naturaleza reza: “El socialismo moderno no es más que el reflejo ideológico de este conflicto real, su proyección ideal en las cabezas, ante todo de la clase que sufre directamente sus consecuencias: la clase obrera”. La intención  de mi consulta busca reafirmar el apego de la obra del Che a la concepción marxista sobre el socialismo.
 El Che vivió muy  cercano a la clase que sufría  directamente las consecuencias de la situación social de aquel momento, como a la clase desde la que cumplía sus responsabilidades, toda vez que   la voluntad del núcleo verdaderamente revolucionario de la Revolución en aquel momento era expresión de la voluntad general. El humanismo es tratado por el Che siempre desde su perspectiva crítica, militante, distante de toda interpretación simplista, en una palabra, un humanismo revolucionario en sentido estricto. No es la belleza de las palabras, o el tono poético lo que me ciñe a un criterio, sino, la veracidad, su contenido, su  carácter desalienador, ser producto del pensar con cabeza propia,  reflejo de la realidad objetiva,  por tanto si seguimos la insistencia del Che en el papel de la conciencia,  se puede apreciar la validez de la concepción de Engels en su pensamiento.
De modo que, la posición del Che, su insistencia en las fuerzas de la conciencia me permite advertir su visión consecuente con la ideología del Marxismo originario.
(…)”Che trabajó, escribió, divulgó, estudió como conseguir  mayores y mejores resultados en la construcción del individuo, con una honestidad, una lucidez y un espíritu autocrítico  difícilmente igualables. Es esencial comprender el sentido de su combate diario por el futuro comunista, uno de los requisitos de articulación conceptual, y de lo conceptual con la vida, sin el cual no estaríamos hablando nunca de su pensamiento10 ”.
Reafirmando el proyecto de una verdadera filosofía de la praxis, no creo que Fernando aborde de forma ingenua la concepción del Che sobre la transformación del hombre a través del trabajo, “conseguir que la gente que trabaja  y se sacrifica llegue a sentir que sus horas de trabajo forman parte de su vida”. 
 Lo anterior es una muestra evidente de la atención prestada por el Che al hombre, como recurso esencial, primero y determinante en la transición, sin él, es hasta un engaño hablar de construir una revolución de tipo socialista. Opino que, es la propia doctrina revolucionaria lo que mueve al Che, en tal sentido  se aprecia en  su actuar una suerte de lo  que Mariátegui llama creación Heroica, por tanto hablar del Che, es hablar del revolucionario que encuentra la satisfacción en la libertad, en el respeto a la dignidad humana, la dignidad plena del hombre diría Martí. No ver al Che en medio de una lucha semejante, es por así decirlo, no conocerlo nunca.
Al Che le toco desarrollar aquella gran batalla  por el establecimiento de una línea económico – política en las condiciones de la transición, en medio de tan adversas circunstancias discutió y trabajó sin poner nunca en tela de juicio el destino de la revolución, demostrando con ello el valor del debate y la discusión con sentido crítico,  elevado rigor teórico, demostrando además su posición antidogmática. Pues como ya sabemos, es un régimen de poder popular, y no una clase ilustrada distribuidora de recursos, lo que diferencia al socialismo régimen del dinero, a tal aseveración dedicó Che gran parte de su preciado tiempo, estas ideas son tratadas  con más detenimiento a lo largo del trabajo.
Ante tantos aspectos adversos, el Che insiste en la importancia de la conciencia, las fuerzas de la conciencia son en su visión el primer aspecto a mover dentro de los sujetos, sin ese factor  no existe el hombre real, que tomará como suya la tarea de la Revolución .Sin conciencia social – ciudadana – opino que no habrá actor social verdadero. Al tomar  el camino de la revolución Che está abrazando la causa, su causa, la nuestra, por la que dará hasta  su propia vida.
El otro aspecto capaz de brindar un amplio quehacer dentro del análisis de la obra del Che que realiza Fernando es la planificación .Planificación centralizada que según sus  ideas  tendrá la inexcusable misión de constituir una alternativa económica al modo de producción capitalista. La planificación socialista será la opción liberadora de las cadenas de la acumulación capitalista. No habrá planificación verdadera sin conciencia verdadera. Dentro de la transición,  tanto la declaración de los avances, como el señalamiento de los retrocesos, son decisivos en ese nuevo modo de vivir. El alejamiento de los patrones de la sociedad capitalista, el acercamiento al nuevo modo que se busca construir,  necesita la constatación en el contexto social, o sea, su grado de realización. De ahí la importancia del sujeto en la transición, tanto en su actuar público como privado. 
En consecuencia, para el Che  la significación de la conciencia,   la importancia que reviste el rol de los hombres en el curso de los procesos, la constancia, el ejemplo y el resto de los aspectos  constituyen un todo relacionado. Él parte de la tesis de un cambio radical de las relaciones sociales, esto es, de las relaciones del obrero con su trabajo, la necesidad de cambiar el antiguo carácter anárquico del obrero ante el trabajo, cambio posible entre otros aspectos,  por el nivel cultural y de conciencia que el obrero va alcanzando, así como por el grado de identificación  -  ejemplo – de la vanguardia con la clase más agobiada por el trabajo  diario, sin olvidar el  estado  de satisfacción de las necesidades básicas del obrero.
Fernando pone en tela de juicio la aparente indiscutida misión económica del socialismo, es decir, la satisfacción de las necesidades cada vez más creciente, según la versión socialista de toda Europa del este y la URSS. Si tal proceso se produce alentado por patrones de consumo – propios del capitalismo - , la carrera del desarrollo para el socialismo será un fracaso.  La conciencia económica socialista, creada en el propio proceso de la transición, digo creada, en virtud de que sea una conciencia convertida en acto ideológico de carácter permanente, algo  determinante a este respecto.
En la misma línea de análisis aparece el asunto de la estimulación material individual-“el fondo del problema le llama Martínez Heredia”-, en puridad parte   esencial del objetivo de la batalla del Che es precisamente la defensa de los intereses colectivos ante la pervivencia de elementos individualistas y egoístas, por lo  que en su concepción estímulo material directo y conciencia son términos antitéticos.
Si bien es cierto que lo anterior nos conduce a la formación de lo que el Che llamó un hombre nuevo, Che no pierde en ningún momento ese referente tan necesario que es el pueblo. Aquí entramos en la dicotomía entre la estimulación moral y la material, si presentamos las posiciones sin matices podemos ser victimas de ataques desde el gremio contrario, de manera que no es él un iluso, al punto que advierte:

“(…) pensar que un país entero va a responder a estímulos superiores teniendo hambre, eso a mí me parece un sueño (…) hay una cantidad de necesidades que son vitales y esas hay que satisfacerlas, si no la satisfacemos, difícilmente podamos avanzar” 11.

La estimulación moral debe ser el factor propiciador de un cambio de la conciencia en las personas,  cambios que son ineludibles en opción de una sociedad en transición socialista. La nueva aptitud ante el trabajo será el resultado de una serie de factores precedidos por el ejemplo y la voluntad de la clase de vanguardia, sin esa especificidad el proceso perderá la perspectiva y no conducirá al socialismo.
Aquí, como he  apuntado en otra parte, y siguiendo la obra de Fernando no servirá de mucho adaptarse a las condiciones del momento,  o a las circunstancias, será necesaria una “formación revolucionaria que supere a la correspondiente con el nivel económico alcanzado”, de no ser así irremediablemente se reproducirá el estado de cosas existentes. La solución estará básicamente en la capacidad y el interés de los ciudadanos en imponer su voluntad a través de la laboriosidad, la creatividad y las iniciativas, instrumentos fundamentales ante las limitaciones impuestas  a los pueblos que buscan su independencia, y por las propias limitaciones que se impone un pueblo en busca de una transformación real y efectiva.

El  Che no ofreció espacio a la duda en cuanto a la postura del comunista, era imagen y acción fundidas en un mismo ser. Para él la actitud comunista era esencial en la transición, determinante me atrevo a agregar. Me parece fundamental un planteamiento que puede parecer obvio: los razonamientos realizados por el Che se deben ver primeramente a la luz de su formación teórica,  interpretación de piezas claves dentro de la obra de Carlos Marx, y lo que puede parecer más obvio  aún: a tales razonamientos arribó principalmente por su condición revolucionaria.
Como hemos dejado explícito, Che en ningún momento escinde la conciencia dentro de proceso de la transición. Observo la conciencia en él, como un aspecto a crear, conciencia que para ser tal, tendrá que ser de forma voluntaria, espontánea desde las masas, como una certeza y una creencia producto de la fe en el mejoramiento humano,   de esa manera   plantea él  que se debe promulgar el trabajo voluntario.
Al exigir “tajantemente que no se compela a nadie a realizarlo, porque eso lo desnaturalizaría”. Además de que a través de su acostumbrada vista larga señale que, no se convierta el trabajo voluntario en “una solución acomodaticia de todo problema de fuerza de trabajo, de desorganización o tolerancia con lo mal hecho”. Y exige el reconocimiento a los destacados en tal esfuerzo.
Tan lejos llegó a ver el Che, que en su momento planteó el problema de los precios en un régimen revolucionario que comienza a influir en el terreno económico, declarando al precio de las mercancías como uno de los más serios problemas que enfrenta la economía socialista.
Opino que,  al analizar el aporte del Che al proceso revolucionario cubano, se debe  tomar en cuenta la perspicacia con que él supo interiorizar todas las limitaciones de las ideas que sostenía la Economía Política del Socialismo. Hablo de una economía política como actividad intelectual, pero necesitada de vincularse con la práctica social, sin esa articulación la teoría se convierte en un producto estéril, es decir, cuando la teoría no asume, o dicho más claramente,  no se identifica con un basamento real, se convierte en mera palabrería.
De manera que,  la  distorsión de  la teoría de Marx, o  sea, una interpretación errónea, y en ocasiones acomodaticia, además de un abandono de la teoría marxista – leninista “originaria”, privó a la URSS y al movimiento revolucionario mundial de un debate que puedo haber sido fructífero, pues  la URSS se había convertido  en un inmenso laboratorio social.
De modo que,  en vez de propiciar instrumentos a favor de los procesos sociales como parte de una genuina cultura socialista  la Economía Política del Socialismo “al uso”, era compilada en manuales “vulgarizadores carentes de toda riqueza contrapuesta a de los pensamientos de los revolucionarios”. La problemática de la utilización de manuales  en la formación teórica , no   aprecio principalmente el hecho de servir de material teórico a poner en práctica en un contexto totalmente diferente, la principal dificultad está, en mi criterio, en la fuerte deformación que  tal teoría sufrió.

Sobre las  clasificaciones realizados contra el Che “él responde”, pienso de la mejor manera: una concepción del proyecto social a construir, es decir, socialista y comunista, concepción que se conoce como Sistema Presupuestario de financiamiento, que en  su opinión  debe ser estudiada en su conjunto, a mi juicio  por las implicaciones internas que encierra, por el conjunto de actores sociales necesarios en la   transición.
En cuanto al sistema económico defendido por Che es menester examinarlo  en su justo contexto, esto es, como contrapartida de la autogestión o cálculo económico. Por lo que es un error tratar de analizarlo adecuándolo al dominio de la autogestión,  nos alerta el profesor Martínez Heredia.  La diferencia fundamental entre ambos sistemas de dirección económica, opino que  está en su alcance social, su  capacidad  movilizadora  de la conciencia, Che defiende el Sistema Presupuestario de Financiamiento no como  proyecto en sí, se trata de una estrategia general dentro de la transición . En virtud  de ambos sistemas económicos es justo indicar, nos aclara Carlos Rafael Rodríguez, que ambos coincidían en que sin planificación no puede haber socialismo”12 .
De modo que,  sin la participación de los trabajadores: es imposible hablar de convivencia, de socialización de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, es decir,  al margen del lugar que ocupan los trabajadores en tal proceso. Fernando llama la atención sobre la conciencia revolucionaria y  la participación,  declarándolas como las dos armas más poderosas que tiene el régimen socialista para enfrentar y vencer las insuficiencias y los enemigos, en ellas reside la fuerza mayor de la Revolución Socialista.
Analiza las relaciones entre centralización y participación a través de sus funciones .Trataré de discernir la propia interpretación del autor al respecto: para el caso de la centralización es necesaria una descentralización dentro de la propia centralización, con la finalidad de que las decisiones  no se tomen  todas al más alto nivel. Dentro de los objetivos de la centralización,  en mi criterio, es fundamental el control sobre “las claves de la economía”.Para el Che, la centralización no es de ningún modo un conjunto de prerrogativas en manos del Estado que hace inoperante al sistema político,  todo lo contrario, se trata de un control estatal organizado como actividad de dirección y control estatal permanentes.  
En segundo lugar,  el aparato conceptual de su específica posición teórica, entiendo que permite en primera instancia acercarnos al pensamiento político  - económico del Che. Su posición teórica constituye la base fundamental de su acción política, es decir, de su praxis revolucionaria. Es una muestra fehaciente del desarrollo de las ideas y el pensamiento del revolucionario latinoamericano, su claro apego al Marxismo – Leninismo originario, muestra del carácter orgánico de su pensamiento, de esa necesaria correspondencia de lo formal y lo material ineludible en el pensamiento social transformador.
En tercer lugar, alude Fernando a una concepción dialéctica de la transición, de  carácter histórico concreto,  que relacione aspectos tan importantes como: el funcionamiento del poder político y sus impostergables relaciones con la “participación popular y de los trabajadores”, con vistas a la “creación y desarrollo de una democracia socialista”.

El debate en la sociedad socialista
Con este epígrafe Fernando introduce el análisis en la tercera parte del texto. Se trata de uno de los temas a los que el autor  ha dedicado más tiempo en sus estudios del sobre el socialismo, por lo que el lector encontrará a un autor dueño total de exposición, apenas se ve obligado a citar un pasaje o  utilizar  una nota al pie. Estaré obligado hacer breve a los efectos del objetivo en cuestión, además de no ser mi propósito contar o discernir todo el texto, mi objetivo es otro: incitar al pensamiento.
Si durante la transición el objetivo central es la subversión de los resultados que hasta ese momento han tenido los vínculos mercantiles, la reproducción de la vida en la sociedad,” el poder político y la hegemonía de la burguesía”, para ello  el factor   subjetivo tendrá que ser determinante, ya que  tal levantamiento será fruto de la acción consiente y organizada, o no habrá cambio alguno;   el proceso tendrá que ser cada vez más masivo y profundo. Así, el papel de la participación ciudadana dirigiendo y conociendo efectivamente los procesos sociales es una condición ineludible,  sin la cual nunca estaremos hablando de socialismo. Por todo lo anterior,  el debate es sumamente necesario entre revolucionarios,  entre estos y los que no los son. La falta de un pensamiento propio y transformador en la sociedad, es una clara evidencia de una disfuncionalidad del sistema.
“El debate es inevitable  por los condicionamientos reales, pero más importante  es que el debate desata las fuerzas propias del socialismo, las que sí posee”. Es en mi criterio, el arte de la creatividad en función del cambio necesario en la época de la transición, entiendo que la creatividad es justamente la antítesis de la resignación, esa indudable arma que la izquierda ha obsequiado a la derecha.  Es el motor impulsor del desarrollo de las fuerzas que debe desatar el régimen socialista. La participación se enriquece en la diversidad, “que lucha por objetivos comunes de avances y satisfacciones para todos.”  El polo opuesto de la participación  es una dogmatización y empobrecimiento del pensamiento. “La congelación del desarrollo y el retroceso del pensamiento social  en el socialismo perjudican al conjunto de la sociedad socialista”.
Es claro que para convertirse en un verdadero ciudadano es necesario formarse como tal, solamente con el estudio para la formación y discusión sin secretos entre revolucionarios se fortalecerá la construcción del socialismo. En una reunión de los cuadros de su ministerio, el Che muestra su rechazo a todo lo que atente contra una necesaria  libre emisión del pensamiento en la transición, vale decir del pensamiento, ante la pobreza por la que este  transitó en las últimas décadas. Tomo apenas dos líneas de su criterio en aquella oportunidad…” No es posible destruir las opiniones a palos y precisamente  es lo que mata todo el desarrollo, el desarrollo libre de la inteligencia.” Un actuar así no es digno de la transición y mucho menos del socialismo, cuando son precisamente los capitalistas los que mejor saben hacer esto.
Aquí matar el libre desarrollo de la inteligencia, equivale a impedir el libre desarrollo del socialismo, que es en mi opinión autoexcluirse o autoexcluir al sujeto, de lo que Rousseau  llamó El Contrato Social. Mirando la validez de los argumentos de Martínez Heredia, diría que una transición  sobre la base de  polémicas y de rupturas  es absolutamente necesaria;  no defender esta idea, es por así decirlo abrir las puertas al reino del dogmatismo, nada es mejor que el para formar una suerte de “escuela de párvulos, con su maestro dueño de todas las preguntas y todas las respuestas”, es decir, un evidente catecismo. La transición socialista tiene que ser una violentación total de ese estado de cosas.
El debate,   como sabemos es el principal indicador de la vitalidad de los procesos sociales, la prueba de su carácter transformador, creativo, revolucionario.  Ningún proceso social se hará genuino  por la simple adscripción a una ideología a secas, sino por el nivel de enriquecimiento  constante de la misma, por eso considero de valor incalculable el aporte del Che a la transición socialista.
Cuando interiorizo el contenido de lo que para  el Che significa la planificación centralizada, el aspecto central lo aprecio en el carácter subversivo de la definición, o sea,  su base en lo social, es el deber ser de la sociedad socialista, definición que estimula a desencadenar las fuerzas sociales de la sociedad en transición, vale decir, las que sí posee. No quiero agotar esta parte sin auxiliarme del ex director de Pensamiento Crítico: “Che comprendió la máxima importancia de los hechos económicos en las sociedades” (…).Lo comprendió tanto, y vio tan bien lo que el socialismo se juega en ello, que pensó y argumentó, defendió y practicó la tesis de que, para avanzar al socialismo y al comunismo, la economía debe ser gobernada conscientemente”. Aquí la conciencia se refiere a: conciencia de transformar todas las formas sociales de existencia hasta ese momento, sustituirlos por nuevas y diferentes a las del capitalismo, se trata en el lenguaje de Marx, de superar el estado de cosas existente  hasta ese momento.

La polémica económica
El resultado de la polémica económica desarrollada por el Che, según el autor,  fue producto de la conjunción de factores favorables que se manifestaron  en nuestro país:” cultura económica elevada como resultado de una  fuerte integración del país a los centros del capitalismo mundial, cultura política e historias de lucha  revolucionaria sólidas, unido al patriotismo popular y radicalismo político,” a lo que se suma el arraigo de las ideas marxistas y socialistas desde la revolución del treinta  hasta la revolución iniciada en el Moncada, en esta última la persona de Fidel es de un valor extraordinario. Por lo anterior, más la historia de colonialismo y neocolonialismo no es difícil advertir que hablamos de siglos de dependencia económica y política, o sea, de imposición.
De modo que, la construcción de un proyecto genuinamente nacional se hace absolutamente necesaria, opino que los propios problemas de la Economía Política del Socialismo y del Marxismo- Leninismo le hicieron un gran favor a los teóricos participantes de la discusión mencionada arriba, es decir, en la medida en conocían de ellos le resultaba más ventajoso poder enfrentarlos con argumentos sólidos “ el Che tuvo una participación ejemplar en tal debate”, así como “en la elaboración teórica de las posiciones cubanas, siempre unido a Fidel. ”
Privilegio de la acción consiente y organizada, posición filosófica que privilegia la praxis, o carácter dominante del polo subjetivo tales son las formas de denominar la concepción defendida por el Che según el académico cubano. “Más allá de la polémica por la implantación de uno u otro sistema económico, era la existencia y el alcance de nuevo poder lo que estaba en juego,  la capacidad de hacer cambios trascendentales y de reproducir la vida social, la defensa frente al enemigo, la creación de nuevas relaciones e instituciones,  y la  formulación de un proyecto que tuviese a la altura de los ideales y los sacrificios.” Es importante señalar que,  es éste un criterio  compartido por intelectuales de la talla del sociólogo cubano Aurelio Alonso.
Este proceso comenzó  a estar distinguido con las relaciones de Cuba y  la URSS, tales relaciones  con rapidez alcanzaron gran distinción, y la  imposición del Marxismo- Leninismo y la Economía Política del Socialismo,  que en lugar de plantearse los problemas internos, planteaba soluciones sin sustento alguno. “Lo grave es que esa ideología y ese cuerpo teóricos eran propuestos como los que respondían a una revolución socialista”.  
Para comprender  lo anterior  el autor introduce una pregunta que me parece fundamental: ¿Cómo se relacionaban el poder y el proyecto en el seno de la revolución?  . El resultado fue una victoria política de carácter general al no poner en peligro el rumbo de la revolución. Además de la conocida polémica como fueron publicados un grupo de relevantes pensadores contemporáneos, clásicos de la filosofía y el pensamiento marxista. El significado de la discusión teórica que desde Cuba se levantaba era de un peso enorme, se estaba rescatando el verdadero papel de la ideología marxista, del debate, y su componente  más importante, el pensamiento.

Es tal la pasión con que el Che se entregó aquellos debates, que me parece  como si con ello tratara además el resto de los aspectos de la transición socialista.  Las armas que el Che cree necesaria a tal efecto las encuentro muy relacionadas con los otros aspectos de la transición socialista. “Por tanto, hay que acudir a la profundización del análisis, a la teoría y el debate de las ideas económicas y sociales, como parte de la lucha socialista”. Fernando también examina la postura del Che en los debates, es decir, su prudencia, la delicadeza al tratar algunos temas,  en ningún momento pierde  el Che lo que opino es el referente fundamental en el caso cubano: la unidad revolucionaria.

Lo más puro de mis esperanzas de constructor

A todo el conjunto de argumentos irrebatibles que Fernando sostiene sobre la labor del Che como constructor de la nueva sociedad, le sumaré algunos criterios sobre lo que más me llama la atención al respecto. Realmente fue encomiable su labor en todos los terrenos en los que trabajó, destacó por su ejemplo, capacidad y constancia, o sea, por la dedicación a construir una lógica diferente a la del reino del dinero, el  egoísmo y el individualismo. ”Ese polo práctico de lucha por el socialismo formado por el Che en todas las responsabilidades que desempeñó (…), dejaron una fuerte huella en nuestro proceso”.
De modo tal que, la suma de ese polo práctico junto al constante enriquecimiento y adecuación del legado del marxismo originario, constituye el complemento de la acción del Che en el proceso cubano, él como Fidel – sabiendo que en lo adelante todo sería tal vez mucho más difícil – no se concentro solamente en su labor de dirección , que por sus méritos y capacidad le tocaba, hizo lo que corresponde al verdadero revolucionario , sus conocimientos de la teoría marxista los puso a en función de la revolución, partiendo -  en su opinión – desde el primer día.                   
La instauración del nuevo poder era la expresión de la necesidad del cambio en la sociedad cubana, cambio que no se haría esperar. La legitimidad desde el inicio siempre fue en ascenso, toda vez que los protagonistas del nuevo poder exhibían un prestigio que sí poseían , producto de años de lucha contra el antiguo régimen, por otra parte la radicalización de los mencionados cambios hacia su aporte a la mencionada legitimidad del proceso.                 
Es evidente el aporte del Che al proceso de industrialización del país, “ya no inauguraba chinchales solamente”, la responsabilidad  con que  desarrollo las actividades que desempeño, la emulación que estableció en su ministerio, el de Industrias, opino que,  fue una muestra de su intención declarada de cambiar las relaciones de los trabajadores con los medios de producción , era en puridad , dar riendas sueltas a las fuerzas de la conciencia en detrimento de las fuerzas del egoísmo y el individualismo.
 Che sabe que para un país en condiciones de subdesarrollo la industrialización es un aspecto central, y  llama a aprovechar los adelantos relativos de la fase monopolista del capitalismo dejados por las empresas imperialistas que operaban en Cuba. Pienso en la objetividad que entraña el hecho de que “el incremento de la productividad del trabajo tenga más fuerza de “ley del socialismo “que la satisfacción creciente de las necesidades”. 
Toda vez que,  para un país en transición es sumamente vital el impulso de la productividad, es la muestra en no poca medida,  de una independencia económica, de la credibilidad del país  ante la comunidad internacional, se trata de una evidencia del funcionamiento del país. El Che no excluye como ya apuntamos  a los que piensan diferente a él,  los involucra en el desarrollo del país. No es táctico, ni acertado excluir a alguien de la construcción del proyecto, además de que entre los que pensaban diferente, estaban parte de los que sí sabían hacer andar las máquinas y administrar empresas.
El grado de conciencia alcanzado en  aquellos años, la profundidad de los debates en el orden teórico fueron admirables, entiendo que esa experiencia es un reto para cualquier proceso revolucionario que pretenda la construcción del socialismo,  el Che fue muy lejos en tal objetivo. El rescate de manera real y efectiva de aspectos como el trabajo voluntario es muy saludable en las actuales condiciones,  en las ramas de la economía que lo permita o sea necesario. Opino que,  para él el trabajo voluntario es parte  de una estrategia socialista  para transformar la cultura de la dependencia del salario, en una cultura en la cual la productividad por y para la sociedad sea el referente principal de la acción del sujeto, no es de ningún modo convertir al obrero en un lobito de la producción. Ya en Apuntes Críticos a la Economía Política del Socialismo  a dicho que:” No se toma en cuenta el hecho de que cada sistema económico conlleva una moral propia”.  
Precisamente la lógica del nuevo sistema tiene que ser el reflejo de ello, nueva moral, nueva conciencia.  Considero además, que el trabajo voluntario es medio de realización de la conciencia, de lucha contra la individualización de las personas. En El Che en la Revolución Cubana es muy enfático y sostiene que: “La ciencia es, sin embargo, un arma, que puede ser utilizada bien o mal, y que se utiliza bien cuando está en manos del pueblo, y se utiliza mal cuando no pertenece al pueblo”.  Es en mi criterio, el revolucionario en su justa medida: el revolucionario del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
En todo aquel proceso el Che alcanza resultados incuestionables. No será todo lo deseado, mas el espíritu, la laboriosidad  y el entusiasmo de aquellos días fueron loables. En otro orden, el Sistema Presupuestario de Financiamiento era el modo de organización de la sociedad,  ante un cambio tan radical producido efectivamente. La epopeya cubana de aquel momento fue una entrega tanto de parte de la vanguardia en el poder, como del propio pueblo que hacia suyo el proceso.  La participación está en el centro de lo que  tratando hasta aquí, vale decir participación, que equivale a protagonismo popular.

 

Conclusiones
Apunto algunos  aspectos que me parecen centrales en la concepción de Che sobre la transición,  con la finalidad de resumir lo que he tratado.
a) La construcción de un sistema diferente al del capitalismo, a través de lo que acertadamente el autor de En el horno de los 90 llama la transición socialista, transición que como se aprecia a lo largo del texto tendrá la inexcusable misión de no reproducir los postulados del régimen estalinista  tan indecorosamente  desmoronado, sin olvidar el saldo positivo de toda la experiencia soviética.
  d) La importancia de una planificación verdaderamente socialista, esto es, que no se rija  por los cánones mercantiles, y no utilice las armas melladas del capitalismo en busca del camino necesario. A esto y más dedica Fernando  la  presente obra.
c) La concreción de las ideas del Che a través de su actuar como dirigente político de la Revolución Cubana, aunque es evidente que tal actuar lo desarrollo no sólo a instancia de gobierno , sino que fue el ejemplo diario lo que coronó la obra de joven comunista, además de su audaz mezcla de conocimiento teórico y praxis revolucionaria.
d) La intención de hacer valer las ideas del Marxismo originario no solamente al marco estrictamente nacional, ya que el internacionalismo fue un aspecto consustancial al pensamiento y a la acción del guerrillero de América.
No albergo la menor duda en que fue ese apego a los postulados más lúcidos del Marxismo originario, y aplicado creadoramente lo que le permitió al Che haber llegado tan lejos en el proceso de la transición socialista en Cuba, su natural inclinación a la lucha constante, cuando otros hubiesen preferido el acomodamiento que puede propiciar la dirigencia política, cuando es política solamente, pero  no revolucionaria. De modo que, la propuesta del Che resulta tan trascendente por su contenido desalienador, al proponerse un rumbo hacia el  socialismo y el comunismo.
 Así, en total consonancia con lo abordado por el autor, estimo que la propuesta socialista desarrollada por el Che resulta la más  útil, por conjugar de manera creadora su concepción teórica con el ejercicio de la praxis revolucionaria. El verdadero valor de su propuesta está, como he apuntado arriba, en no adecuarse a las circunstancias, sino constantemente insistir en no limitarse a reproducir el estado de cosas existente, algo que sería fatal para el proceso revolucionario.
Su  ética, el humanismo, la responsabilidad, la capacidad para enfrentar las tareas, el ejemplo diario hicieron  del Che un líder, que para seguirlo, insisto, necesariamente había que ser revolucionario, hoy con toda claridad afirmo  que se necesita ser revolucionario para desarrollar una carrera tan difícil como la desempeñada por él, al ser el sacrificio y no el acomodo y la oratoria, o el dominio del arte de la política lo que caracterizó su accionar.

Historiograficamente hablando el texto que en Cuba fue puntero en el rescate del pensamiento del Che es El pensamiento económico de Ernesto Che Guevara , del importante investigador Carlos Tablada Pérez , a la sazón premiado en el concurso Casa de las Américas en 1987, en 1989 vió la luz otro importante texto , premiado igualmente con el premio Casa,  se trata  de: Che , el socialismo y el comunismo, y dicho sea al pasar, el texto que he  analizado de manera sintética es precisamente el libro de 1989 pero revisado y preparado con más elementos en mano. Unido a los ya mencionados, aparecen de Maria del Carmen Ariet  Che: su pensamiento político (Editorial pueblo y Educación; La habana, 1988, y Orlando Borrego su Che, el camino del fuego, en 2001(Imagen contemporánea, La Habana, 2001).
Igual significación merecen el conjunto de publicaciones que en todo el mundo se publicaron en la década del noventa. De autores cubanos y extranjeros. Un verdadero torrente de ensayos dirá Aurelio Alonso en su texto referenciado aquí. Publicaciones todas que destacan por su rigor, caudal informativo que aportan, me atrevería a señalar incluso por su gran valor historiográfico, al menos personalmente disfruto ensayos como: Che,  pensador de la praxis de Fernando Martínez. Desde todo punto de vista, Las ideas y la batalla del Che  es un nuevo esfuerzo del autor por hacer liberar las fuerzas del pensamiento, sus indudables armas liberadoras, no me canso de decir que el pensar con cabeza propia,  es absolutamente necesario para   crear una lógica totalmente diferente a la del Capitalismo, de crear una sociedad en la que:”El libre desenvolvimiento de cada uno, sea condición del libre desenvolvimiento de todos”.   

Bibliografía.

  1. Alonso Tejada, Aurelio: El laberinto tras la caída del muro, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2006, pp. 223 – 225.
  1. Carlos Rafael Rodríguez: Sobre la contribución del Che al desarrollo de la economía cubana, en Cuba Socialista, no.33, mayo – junio de 1988.
  1. Martínez Heredia, Fernando: En el Horno de los 90, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2005, Pp. 85 -
  1. Martínez Heredia, Fernando: Las ideas y la batalla del Che, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2010.
  1. Martínez, Osvaldo: Crisis global y pensamiento del Che sobre economía internacional, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2009, p. 3.
  1. Pupo, Rigoberto: Praxis, enajenación, cultura, en Filosofía Marxista, t .II, Ed. Félix Varela, La Habana, 2009, p.230.

1 Pupo, Rigoberto: Praxis, enajenación, cultura, en Filosofía Marxista, t .II, Ed. Félix Varela, La Habana, 2009, pp.229 – 256.

2 Martínez Heredia, Fernando: En el Horno de los 90, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2005, Pp. 85 -

3 Martínez, Osvaldo: Crisis global y pensamiento del Che sobre economía internacional, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2009, p. 3.

4 Alonso Tejada, Aurelio: El laberinto tras la caída del muro, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2006, pp. 223 – 225.

5 Martínez Heredia, Fernando: Las ideas y la batalla del Che, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2010, p. 1.

6 Ibídem, p. 3

7 Martínez Heredia, Fernando: Las ideas y la batalla del Che, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2010, p.65.

8 Ibídem, p.66.

9 Ibídem, p. 79.

10 Ibídem, p. 75.

11 Alonso Tejada, Aurelio: El laberinto tras la caída del muro, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2006, p. 342.

12 Carlos Rafael Rodríguez: Sobre la contribución del Che al desarrollo de la economía cubana, en Cuba Socialista, no.33, mayo – junio de 1988.