Esnaider Rodríguez Suárez (CV)
      Liurkis Dilút Sánchez
      Bienvenido Alfredo Áreas Torres
                                 
			    erodriguezsuarez@udg.co.cu
                			    
			 
			    
			    
			    
			    
			    
			    Resumen
La presente investigación aborda el proceso de promoción cultural para contribuir al desarrollo sociocultural de las Comunidades rurales, por lo que se proponen acciones socioculturales para este entorno comunitario. Se empleó el método dialéctico-materialista, y dentro de este, los métodos histórico-lógico, inductivo-deductivo, análisis-síntesis, conociendo las etapas por las que han pasado las comunidades, así como la evolución de la promoción cultural y su influencia en la integración de los actores sociales. La investigación parte del siguiente problema:  ¿Cómo potenciar, a través de la promoción cultural, el desarrollo sociocultural en las comunidades rurales? Se identificaron los actores sociales de las comunidades, evidenciando la débil integración que existe entre ellos. Se observó además que el impacto de la promoción cultural no ha sido satisfactorio, pues no se efectúa con la calidad requerida.
Palabras claves: Promoción cultural, desarrollo sociocultural, actores sociales, integración social, promotor cultural.
1.0. Introducción.
Investigar en torno a la cultura, es algo realmente indispensable en las sociedades actuales, pues constituye un reto para los pueblos defender sus antecedentes culturales manteniendo latente su historia, su identidad y tradiciones, frente al proceso de globalización neoliberal que se vive en estos tiempos. Entender la cultura como un acontecimiento progresista es atribuirle un carácter dialéctico.
  Es significativo  entender la cultura de esta forma, para que el trabajo sociocultural se  desarrolle desde y para las comunidades, cumpliendo así con su función  enriquecedora de transformar positivamente la realidad cultural existente.
  Teniendo en cuenta  que el entorno donde se desarrolla el hombre, es esencialmente un espacio que  representa el pasado, el presente y el porvenir; que es aquí donde el hombre  encuentra su ser espiritual y material. Donde es objeto y sujeto del estilo de  vida del medio donde vive y evoluciona. Donde existe una marcada  responsabilidad  que se concreta en  lograr el mejoramiento económico, político,  social y cultural como sistema de vida, a través de la promoción y gestión del  nivel cultural a partir de la participación del hombre como agente activo de su  propio desarrollo, podemos decir entonces, que los vínculos entre la comunidad,  la integración, el desarrollo, la participación y la gestión, son tan fuertes y  complejos, que en la medida que se ha ido formando el hombre, ha desarrollado  también la vida en común. 
  La presente  investigación parte de una propuesta de acciones encaminadas al desarrollo sociocultural  de las comunidades a partir del contexto local, nacional y mundial.
  La necesidad que  tiene la sociedad cubana actual de preservar y desarrollar las comunidades, en  especial los asentamientos rurales, exige la concertación de los actores que  convergen en ella y la identificación, mediante diagnósticos, de los problemas  o conflictos socioeconómicos, socioculturales y ambientales. De esta forma se  dejan esclarecidos cuáles son los sectores y grupos sociales, así como los  decisores  claves en la comunidad, para  lograr la verdadera transformación y desarrollo   de la vida y la gente del campo.
  Las comunidades  cuentan con grandes valores históricos, culturales, paisajísticos, atractivos  turísticos, además  de la producción de  alimentos. Esto nos induce a pensar en la importancia ecológica de la  comunidad. La propuesta de emplear el término de promoción cultural, responde a  una intencionalidad de los autores de la investigación, al  referirse tanto a la integración de objetivos  como a la integración de instrumentos, implicará la integración de todas las  políticas, sectores e instancias administrativas pertinentes, además de la  participación activa de los comunitarios, por lo que es multidisciplinaria. Es  un proceso que debe unificar al gobierno local, la comunidad  con la ciencia, los intereses sectoriales e  intereses de los comunitarios.
  De esta manera se  consideró importante la realización de esta investigación, ya que cada comunidad  será la encargada de sostener el desarrollo económico, político, social y cultural  del país, de manera que su influencia será decisiva en el progreso  sociocultural.
  En función de estos  requerimientos, la investigación parte del siguiente problema: 
El objetivo general de la investigación:
La investigación permitió evaluar las manifestaciones socioculturales existentes en la comunidad, contribuyendo al desarrollo de una cultura general e integral y propiciando acciones de capacitación para los actores sociales. En general, la elaboración de acciones, contribuye a beneficiar a las comunidades fundamentalmente, porque se va a trabajar desde, para y con la propias comunidades, así como sus posibilidades en el ámbito sociocultural. Los investigadores se propusieron como tareas la búsqueda de bibliografía y las fuentes de información; posteriormente se procedió a la recogida de información, la preparación de los instrumentos y su aplicación en la comunidad; por último se procesaron los datos, se confrontaron las fuentes y se jerarquizó la información necesaria para la investigación.
1.1. El proceso de promoción cultural. Sus antecedentes.
La palabra promoción aparece en planes de desarrollo  realizados a raíz de la   Alianza para el Progreso y en la corriente de la Comisión Económica  para América Latina (CEPAL), en los años 60-70. El término es utilizado en  documentos de los gobiernos y de organismos multilaterales, en los que promover  es plantear y desarrollar propuestas técnicas a través de la acción de sujetos  promotores.
  La noción de promocióntambién fue leída de otra  manera a partir de fuentes cristianas y marxistas. Se refiere por un lado al  quehacer de los educadores sociales frente a los sectores populares,  campesinos, indígenas, de trabajadores, mujeres, jóvenes, y otros, a fin de que  las relaciones entabladas entre ambos los conduzcan a transformarse mutuamente  en sujetos activos de sus propios procesos, de su propia historia. Esto  significa que los vínculos construidos aporten no sólo respuestas y  alternativas para las demandas vividas, sino elementos que generen capacidad  teórica y metodológica, para que los sujetos de la educación puedan gestar sus  propios proyectos en la perspectiva de una solución justa y de fondo a las  causas de la situación que viven.
Abordaje conceptual de cultura y promoción cultural.
Para la Antropología, la  cultura es el sustantivo común "que  indica una forma particular de vida, de gente, de un período, o de un grupo  humano" , como en las expresiones, la cultura  chilena o la cultura mapuche, expresando lo que podríamos llamar el  concepto antropológico de la cultura; Ésta concepción está ligada a la  apreciación y análisis de elementos tales como valores, costumbres, normas,  estilos de vida, formas o implementos materiales, la organización social, etc. 
  Mucho menos conocido  y apreciado, es el concepto sociológico, el que entiende la cultura como "el concepto abstracto que describe procesos  de desarrollo intelectual, espiritual y estéticos"  del acontecer humano, incluyendo la ciencia y la tecnología, como cuando se  habla del desarrollo cultural de un pueblo o país. 
  Compartimos el  concepto antropológico que se da sobre la cultura, pues se podría decir, que a  diferencia del concepto sociológico, aprecia el presente, mirando hacia el  pasado que le dio forma, porque cualquiera de los elementos de la cultura  nombrados, provienen de las tradiciones del pasado, con sus mitos, leyendas y  sus costumbres de tiempos lejanos. De manera que el concepto antropológico de  cultura nos permite apreciar variedades de culturas particulares: como la  cultura de una región particular, la cultura del poblador, del campesino;  cultura de crianza, de la mujer de los jóvenes, cultura universitaria, culturas  étnicas.
  La Dra. María J.  Jiménez Fiol define sociológicamente la cultura   como:
  La asimilación,  la humanización de la naturaleza por el hombre, el perfeccionamiento de todo  aquello que el hombre encuentra dado por ella, surgido espontáneamente en ella,  en la sociedad y en sí mismo, todo lo creado por las manos y la razón del  hombre y la mujer.  
  Desde el punto de  vista filosófico, la cultura se define como "el conjunto de valores  materiales y espirituales, así como de los procedimientos para crearlas,  aplicarlas y trasmitirlas, obtenidas por el hombre en el proceso de la práctica  histórico- social […]. 
  Concordamos con el  concepto de cultura que nos da la   Dra. María J. Jiménez Fiol, y consideramos que se corresponde  con la concepción filosófica que se hace de este término, porque expresa la  calidad sistémica del ser humano, lo que caracteriza el paso del estado animal  a la vida social en la esfera propiamente del ser humano y las relaciones  sociales, por lo que podemos decir que cultura es el resultado del proceso de  intercambio hombre-mujer-naturaleza caracterizado por la humanización de las relaciones  sociales en dos niveles:  el material y  el espiritual.
  Clifford  Geertz (1996), considera que la cultura es  entendida como:
  Un  proceso (red de malla o entramado) de significados en un acto de comunicación,  objetivo y subjetivo, entre los procesos mentales que crean los significados  (cultura en el interior de la mente) y un medio ambiente o contexto  significativo (el ambiente cultural exterior de la mente, que se convierte en  significativo para la cultura interior). 
  Desde este punto de  vista, defiende el carácter semiótico procesal de la cultura, comprendida como  la urdimbre que se deriva de la trama de significación que el mismo hombre ha  tejido, como punto de partida para analizarla  no como “una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia  interpretativa en busca de significaciones”  (Geertz, 1996).
  La siguiente  aseveración así lo explicita:
  (…) la  cultura se comprende mejor no como complejos de esquemas concretos de conducta,  costumbres, usanzas,  tradiciones,  conjunto de hábitos, como ha ocurrido en general hasta ahora , sino como una  serie de mecanismos de control, planes, recetas, fórmulas, reglas,  instrucciones (lo que los ingenieros de computación llaman ¨programas¨ que  gobiernan la conducta ¨). En otras palabras, la cultura es la red o trama de  sentidos con que le damos significado a los fenómenos o eventos de la vida  cotidiana. 
  No coincidimos con este planteamiento, porque  consideramos a la cultura un conjunto de  valores materiales y espirituales, tradiciones, costumbres de cada ciudadano  que lo hacen diferente de los que lo rodean, que evolucionan y se desarrollan a  la par de la sociedad, según el momento histórico-concreto que vive el hombre;  la considera además, como un proceso social constitutivo, un conjunto de rasgos  de la forma de pensar y vivir la comunidad donde se desenvuelve el hombre.   
  José Martí, Nuestro Héroe Nacional, consideró a la  cultura como una condición que iguala a los hombres, así lo afirmó al expresar "[…]  no hay igualdad posible sin igualdad de cultura […]" ; reafirma  además, que es un elemento impulsor de las transformaciones individuales y  sociales "[…] deviene garantía, ética y racional, simultáneamente, de que  la gestión transformadora no se convierta en algo ajeno a la sustancia esencial  del hombre, a su estatura y conveniencia espiritual […]" .
  La promoción  cultural, se revela como actividad, a partir de asumirse que la lógica y  razón de su existencia están signadas por el cambio, por el  movimiento. Este enfoque la marca, entonces,  como un proceso que siempre debe verse como nunca acabado, en el que el diálogo  entre el pasado y el presente, entre lo propio y lo ajeno, entre el ser y el  debe ser, estará orientado hacia la modelación y construcción de un futuro que  ya vive entre nosotros.
  Según Deriche, Y. (1998) promoción cultural se define  como: 
  Sistema de acciones dirigidas a establecer e  impulsar la relación activa entre la población y la cultura para alcanzar  niveles superiores en ambas. Incluye acciones de animación, programación,  creación, extensión, investigación, comercialización, producción industrial de  bienes culturales, conservación, rescate y revitalización de los valores  culturales, la enseñanza y la capacitación.  
  Los autores consideramos acertado el concepto que nos da  Deriche, porque desde su punto de vista, cuando hablamos de promoción se trata  de un proceso comunicativo y de participación. Promover un hecho cultural es  darlo a conocer por diferentes vías, con el propósito de provocar una  respuesta, de activar todos los posibles mecanismos que propicien reacciones de  acercamiento, disfrute, evaluación y aprendizaje en términos de públicos.
  Para favorecer los procesos de promoción cultural se hace  necesario, también, el máximo provecho cultural de las nuevas tecnologías y los  medios de difusión masiva, además de potenciar la unidad, la coordinación y la  integración entre todos los factores sociales que confluyen en la comunidad. La  promoción es tarea de todos, no únicamente de aquella persona que ocupa el rol  de promotor cultural; producto de que le corresponde a todos aquellos que están  inmersos en el proceso de desarrollo cultural del contexto en el que conviven,  ya sea desde las instituciones u organizaciones donde se desempeñan  profesionalmente, o desde el propio barrio, la implementación de acciones que  contribuyan, primero, a sentirse como verdaderos promotores de la cultura y,  segundo, a un modo globalizador y valedero, para interpretar y concebir  eficazmente la realidad de la cultura.  
  El mexicano Roberto Follari, uno de los más prolíferos  investigadores de este tópico, plantea una cierta diferencia entre promoción  cultural y animación sociocultural.
       Podemos entender a la promoción  sociocultural, (….) como un conjunto de   programas, actividades o acciones destinadas a ser rebajadas con la  participación de la comunidad con el fin de producir transformaciones en los  niveles de vida de estas, incorporando no sólo las variables del desarrollo  material sino también aquellas que permiten expresiones sociales y culturales. 
  Compartimos el planteamiento de Follari porque la  promoción sociocultural, según su criterio después de analizar las distintas  definiciones, debe analizarse como el accionar desde y para la comunidad, es  decir, donde la comunidad no se convierta sólo en un agente pasivo, sino que  sea la principal protagonista en las transformaciones que favorezcan el  desarrollo material y espiritual  de los  niveles de vida de los pobladores.   
  Según los fines de esta investigación, en la que se  prioriza el enfoque sociocultural, la anterior idea deviene oportuno apoyo  conceptual, pues en ella se abordan con claridad la idea de integración de  procesos en función de la transformación de la realidad cultural de una  comunidad o un territorio. 
  Pedro Velásquez en la Conferencia de Organizaciones  Nacionales, a fines de 1964, plantea que promoción cultural es la capacidad de  articular esfuerzos e influir en decisiones de bienestar social:
  ...  toda esta acción exige una metodología y estrategia propia y en este campo la  aportación de las ciencias y técnicas de promoción y desarrollo son  irremplazables... No basta hacer movimientos aislados, se deben integrar en el  plano local, regional, nacional y aún internacional... se debe propiciar una  acción integradora de la sociedad, que es el resultado de los esfuerzos  paralelos de los diversos sectores de la sociedad, que, actuando en un plan de  autonomía se ligan e integran... Pensar juntos, actuar juntos no es una moda,  sino expresión de nuestra vocación comunitaria... para el desarrollo del hombre. 
  Los autores coinciden con la opinión de Pedro  Velásquez, ya que la promoción no debe comprenderse como un proceso de un solo  sentido, por el contrario, es un proceso de retroalimentación entre la  comunidad y sus pobladores, es el conjunto de acciones organizadas  sistemáticamente, a partir de determinada infraestructura, en coordinación con  organismos y organizaciones, para establecer la adecuada relación entre la  población y la cultura, apoyar los procesos de creación espontánea de la  población, su evolución, desarrollo ulterior y desatar procesos de  participación activa y consciente de las masas para lograr un determinado nivel  de desarrollo cultural en correspondencia con el desarrollo de la sociedad, a  fin de alcanzar niveles superiores en el desarrollo de ambos.
  Es indudable que la promoción cultural debe expresarse en  una programación que represente una opción de acceso a lo mejor de la cultura  nacional y universal, elevando los niveles de apreciación artística para formar  receptores activos, reflexivos, críticos, capaces de defender desde esta  posición nuestros más genuinos valores identitarios.
  Consideramos que el proceso de  promoción cultural está formado por dos  componentes que interactúan entre sí: la comunidad y la cultura, donde se  complementan numerosos elementos, vías, principios y momentos. Del mismo modo,  resalta que lo sociocultural se dirige a la articulación entre todos los  elementos que conforman a la sociedad,   demostrada en el comportamiento religioso, económico, político,  cultural, social, institucional y de conciencia. Además, consideramos que el  proceso de promoción cultural es un proceso integrador de todas las relaciones  de la sociedad (economía, política, educación, ciencia, cultura, etc.) que  revela la importancia que tiene para la sociedad la participación cada vez  mayor del hombre en la solución de los problemas sociales y en la  interpretación (cosmovisión, concepción) que tenga del mundo en que vive. Se  erige sobre el principio de la cooperación, posibilita que el pueblo se reconozca  a sí mismo en la cultura y que asuma genuinamente los aportes culturales de  toda la humanidad, sobre la base de la profundización en sus propias raíces y  tradiciones culturales.
  El trabajo cultural  en la comunidad se desarrolla desde los presupuestos básicos de una política  cultural, diseñada, enriquecida  y  actualizada desde el triunfo revolucionario hasta la actual “Batalla de Ideas”,  avalado en las ideas expresadas por el Comandante en  jefe Fidel Castro  en 1961, cuando dirigiera sus palabras a los  intelectuales:
  Y al igual que nosotros hemos querido para el  pueblo una vida mejor en el orden material, queremos para el pueblo una vida  mejor en el orden cultural.  De la misma  manera debemos propiciar las condiciones necesarias para que todos los bienes  culturales lleguen al pueblo.   
  1.2. La  política cultural de la Revolución desde la promoción cultural. 
  La política cultural  deviene acto de extrema responsabilidad técnica de todos los aspectos que  configuran las opciones culturales concebidas para los diferentes segmentos de  la población; referidos principalmente a la intencionalidad, el elenco, el  público, el horario, el espacio, las condiciones técnicas, la información y las  vías de promoción directa y mediata.
  La investigación es  clave en el estudio de los contextos tradicionales y aspiraciones de la  población, gustos y preferencias, ausencias y carencias, composición  demográfica, movimientos habituales del público, características de los  asentamientos, estudio de espacio y tiempos favorables, focos culturales,  figuras y colectivos de la cultura popular y tradicional. Innumerables son los  campos de indagación que intervienen en los horizontes de programación, vistos  muchas veces desde una óptica reduccionista y administrativa. Sólo con un  enfoque sociocultural descentralizado, pero integrado a sus principios  esenciales, se puede pensar en la formación y orientación de la población y el  público.    
  El ejercicio de la  política cultural se orienta a la profundización del papel de la cultura en la  sociedad y la formación y enriquecimiento del ciudadano cubano. Como lo  expresara el Ministro de Cultura Abel Prieto: 
  El  diseño de la política cultural trató al mismo tiempo de excluir las actitudes  propias del ‘aldeano vanidoso’  y las  posiciones chovinistas: quiso dar más bien forma institucional a aquel ‘espacio  gnóstico americano’ propuesto por Lezama: una pradera dispuesta a recibir todas  las lluvias, los vientos y brisas, las semillas venidas de todas partes, sobre  el fundamento de una capacidad de selección natural que asimila las influencias  provechosas y se cierra a las que puedan ser dañinas.  
  1.3. Comunidad e  integración cultural.
   El hombre surge,  precisamente, gracias a esa vida en común, que facilita el desarrollo de la  conjunta satisfacción de las necesidades, en la cual se crean las condiciones  para que aparezcan las primeras formas de trabajo y de comunicación humana, que  como señalara Engels (1973), fueron las que le dieron origen al hombre: “primero  el trabajo, luego con él la palabra articulada, fueron los estímulos  principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando  gradualmente en cerebro humano”. 
  El término comunidad ha sido tratado desde tiempos  remotos por diferentes ciencias, entre ellas: la sociología, la antropología,  la psicología, la comunicación social, entre otras. Cada una de ellos, desde  percepciones diferentes; ya que se considera que la valoración que el hombre  hace de sus formas de existencia, está asociada a procesos movilizadores como  necesidades, costumbres, motivos, relaciones interpersonales y grupales,  comportamiento, identidad, así como las diferentes relaciones que se establecen  en su vida.
  En la definición de  comunidad deben vincularse elementos estructurales y funcionales. En este  sentido, es importante la definición dada por F. Violich (1995) según la cual  "la comunidad es un grupo de personas que viven en un área geográfica  específica, comparten actividades e intereses comunes, donde pueden o no  cooperar formal o informalmente para la solución de los problemas  colectivos." 
  Héctor Arias (1995),  por su parte, considera que son cuatro los elementos esenciales que deben  tenerse en cuenta para la definición y el estudio de la comunidad: el elemento  geográfico, el social, el socio psicológico y el de dirección. Para este autor:
  La  comunidad es un organismo social que ocupa determinado espacio geográfico. Está  influenciado por la sociedad de la cual forma parte y, a su vez, funciona como  un sistema más o menos organizado, integrado por otras personas de orden  inferior, las familias, los individuos, los grupos, las organizaciones,  instituciones que interactúan; y con sus características e interacciones  definen el carácter subjetivo, psicológico de la comunidad y, al mismo tiempo,  influyen, de una manera u otra, en su carácter objetivo material en dependencia  de su organización y su posición activa o pasiva, respecto a las condiciones  materiales donde transcurre su vida y actividad. 
  Otras de las autoras  que define la comunidad es Ángela Zucconi, quien al respecto expresa que “[…]  la comunidad es el conjunto de personas que habitan el mismo territorio, con  ciertos lazos y ciertos intereses en común”. 
  Así también, J. Ma.  Quintana arroja su concepto sobre este término, apuntado entonces que “[…]  la comunidad es un grupo social natural de tipo secundario y el lugar propio  donde se establecen las genuinas relaciones sociales (conocimiento mutuo,  convivencia, diálogo, experiencias colectivas […]”. 
  Héctor Arias  considera la comunidad como: 
  El  agrupamiento de personas concebido como unidad social, cuyos miembros  participan de algún rasgo común (intereses, objetivos, funciones), con sentido  de pertenencia situado en una determinada área geográfica, en la cual la  pluralidad de personas interactúan intensamente entre sí e influye – de forma  activa o pasiva – en la transformación material y espiritual de su entorno. 
  En esta  investigación, decidimos después de analizar cada uno de los conceptos  referidos anteriormente, asumir como comunidad,  a un grupo de individuos que realizan su vida en un área geográfica  determinada, que comparten necesidades, que desarrollan hábitos y costumbres,  que llevan a cabo una cultura y que, a la vez, se van modificando sus miembros  y van desarrollándose entre sí; producto de que es precisamente donde el  hombre  desarrolla sus habilidades y  conocimientos, amplía aún más su convivencia con las demás personas, se rige  por organizaciones que los dirigen y controlan, donde las personas son las  encargadas de desarrollarla y transformarla, con el objetivo de mejorar la  calidad de vida.
  Conocer las  dimensiones de la comunidad, es de vital importancia para que el trabajo de  investigación cumpla con los objetivos que se ha propuesto, y estas dimensiones  no son más que los espacios comunitarios donde maniobra  el investigador. Ellas son:
  Territorio: "Es  un factor fundamental a tener en cuenta. El territorio plasma y da forma  concreta a problemas sociales y a su vez influye de manera positiva o negativa  sobre las condiciones de vida y materiales". 
  Se refiere al  conocimiento de  ubicación geográfica de  la comunidad, el clima, relieve, vegetación, límites, condiciones de las  viviendas, características del espacio, presencia de instituciones judiciales,  administrativas y jurídicas, centros religiosos, bibliotecas, museos, fábricas,  empresas, sistemas de salud y educación, transporte. Es importante que el  investigador comprenda que un mismo problema difiere según el contexto donde se  desarrolle, lo que significa que en una comunidad donde las instituciones que  pueden elevar la cultura de sus miembros son escasas, tiene mayor necesidad de  creación de espacios culturales que una comunidad donde se hayan fortalecido  áreas de esa naturaleza. 
       No hay dudas que en el territorio vive y  trabaja la población,  la gente, ellos  viven entre  contradicciones y  relaciones, viven aquellos problemas  y  pueden también actuar para solucionarlos, a nivel individual,  grupal, espontáneamente, de manera  organizada, como fuerzas sociales, políticas, sindicales. 
  Población:se hace necesario después de conocer el terreno físico  y  sus características, hacer referencia  a las personas que hacen uso de ese territorio. Para ello se debe determinar la  división de la población atendiendo a indicadores tales como: edad de la  población (promedio de niños, jóvenes, adultos, ancianos), sexo (promedio de  mujeres y hombres), individuos (determinación de los líderes), la familia  (tipos de familia atendiendo a los diversos criterios, los grupos sociales  (destacar diferentes tipos de grupos, conflictos entre ellos), la evolución e  historia de la población (cómo se formó y significar si han existido  movimientos migratorios), se puede hablar, además de la calidad o condiciones  de vida de los miembros comunitarios.
  Demandas: Guarda  relación con las preocupaciones, solicitudes y/o necesidades que tiene una  comunidad. El investigador debe establecer un diagnóstico de las principales  problemáticas dentro del ámbito comunitario. Estos problemas pueden ser desde  la necesidad de un programa higiénico ambiental para salvaguardar el entorno,  como la urgencia de buscar alternativas ante el incremento del alcoholismo, o  el consumo de drogas de un determinado sector de la comunidad.
  Recursos: Son un conjunto de  elementos o medios a través de los cuales se puede resolver una necesidad. El  investigador debe comenzar por ubicar los recursos humanos como un agente  importante, movilizador y catalizador del resto de los recursos. Las personas,  a través de las  estrategias y las  políticas que ellas definen, o que al menos aplican, viabilizar u obstaculizar  el desarrollo.  También están los  recursos forestales, económicos, naturales. 
  En las  comunidades resulta esencial el desarrollo de los sentimientos de pertenencia,  la identificación del individuo con su barrio, su zona de residencia, sus  habitantes, sus normas, sus costumbres, sus tradiciones, sus formas de  relacionarse y su estilo de vida en general. Este es un factor poderoso para  movilizar a los pobladores, para plantearse metas comunes y trabajar de  conjuntos por el alcance de éstas; la solución de problemas y el desarrollo de  la comunidad: es la base de la cohesión y la cooperación entre los habitantes.
  Marcos Marchoni  (1987) en su libro "Planificación social y organización de la  comunidad" plantea que:
        La relación hombre-comunidad ha tenido  sus etapas, las cuales vienen desde la comunidad primitiva hasta la actualidad,  manifestándose de forma reconstructiva, de interacción y acercamiento positivo.  Sus niveles son los que a continuación se enuncian: 
Desde este punto de  vista, coincidimos con lo planteado por Marcos porque en este sentido, se  revela como resultante la integración cultural imprescindible para lograr un  acertado trabajo de promoción cultural en la comunidad. Desde esta óptica, es  posible determinar la factibilidad de la perspectiva sociocultural para  establecer el nexo entre comunidad y desarrollo.
  Según plantea el  mismo autor, lo que se expresa anteriormente pone al hombre como centro del  mundo, incorporando diferentes ejes del desarrollo que tienen una estrecha  relación en la comunidad:
Estamos de acuerdo  con lo que plantea Marchoni, aunque consideramos que se debe agregar el eje  económico, porque el desarrollo de una comunidad depende en gran medida de la  economía. Nuestro General de Ejército Raúl Castro Ruz, en la clausura  del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas  planteó que: 
  "[…] Este es el  mayor y más importante desafío que tenemos para asegurar la continuidad de la  obra construida en estos 50 años… y ello significa, en primer lugar, fortalecer  y consolidar la economía nacional […]" 
  Es válido acotar que  el desarrollo sólo es posible cuando tiene implícito estos ejes. Todos están  estrechamente relacionados, y para que ocurra el desarrollo humano que se  quiere alcanzar ninguno debe faltar; incidiendo, además, directamente y de  manera puntual, en la exacta comprensión de la intervención comunitaria,  aspecto esencial para el proceso que se aborda.
La palabra “desarrollo” se ha utilizado como lenguaje científico desde hace mucho tiempo, ya sea como  noción, categoría, concepto, sustantivo o adjetivo. Sería interminable  explicitar los diversos usos que el hombre le ha dado, en dependencia del  momento, contexto histórico, posición social, ideológica o punto de vista  determinado. Muchos especialistas del tema coinciden en plantear que el término “desarrollo” tiene su origen en las  ciencias biológicas, en los que se utilizaba como una categoría equivalente a  la de evolución, en este caso, de las especies. 
  Por desarrollo  entendemos "a la acción y efecto de  desarrollarse, situación de un país o área geográfica que alcanza unas cotas  comparativamente elevadas de productividad económica, bienestar social y  calidad en los bienes y servicios ofrecidos." 
  Los investigadores coincidimos  con lo que se plantea, pero queremos agregarle que el desarrollo cultural es un desarrollo sostenible, sustentable e  integrado que tiene lugar en la comunidad, como base fundamental para lograr el  desarrollo de los países, y que debe ser asumido con pleno sentido de  responsabilidad y pertenencia, porque, cuando se habla de desarrollo, ante  todo, hay que pensar en el desarrollo cultural; solo así se logrará el  equilibrio necesario para lograr los objetivos de la política cultural de las  diferentes naciones.
       La sustentabilidad es la capacidad  de un sistema  para desarrollarse con sus  propios recursos, de manera tal que su funcionamiento no dependa de fuentes  externas, sin que ello signifique que éstas no se consideren y tiene como  objetivo el mejoramiento de la calidad de vida humana. 
  En  nuestro caso, es el desarrollo de la  comunidad con los medios materiales y espirituales que la caractericen, en aras  de lograr mejoras en la calidad de vida de los pobladores
  La  sustentabilidad implica patrones de desarrollo y estilos de vida que permitan  resolver las necesidades actuales sin comprometer la posibilidad de que las  próximas generaciones puedan resolver las suyas; incluyendo aquellas que  todavía hoy son desconocidas: en esencia, la sustentabilidad implica el respeto  a todo lo existente y a lo que todavía está por venir. 
  Por su parte, la  sostenibilidad es el desarrollo de las generaciones actuales, al tiempo que se  mantienen sus capacidades potenciales para la satisfacción adecuada de las  generaciones futuras. La sostenibilidad es un término de nuestra  contemporaneidad, vinculado conceptualmente con el desarrollo.  
  Por desarrollo sostenible o sostenibilidad se concibe: 
       El proceso de creación de las condiciones  materiales y espirituales que propicien la elevación de la calidad de vida de  todos los ciudadanos, con un carácter de equidad y justicia social de forma  sostenida, y basado en los procesos sociales y naturales, teniendo como objeto  tanto las actuales generaciones como las futuras. 
  Según  planteara Enrico Turrini, cuando se habla de desarrollo sostenible:
  Se trata de un  camino, con la colaboración de todos, en dirección de una vida llena a escala  planetaria, es decir, de la creación y mejoramiento continuo de las condiciones  de vida para todos los hombres de hoy y mañana (generaciones futuras), cuidando  de la vida de todos los seres de toda la naturaleza. Por supuesto, se trata de  una visión integral que se pone como meta para los hombres, no solo de lograr  buenas condiciones de vida física para todos, sino también de lograr  condiciones de igual dignidad, cultura, derechos y deberes e independencia para  todos los pueblos, en otras palabras: condiciones sociales y políticas  correctas, acordándose siempre de respetar y cuidar al medio ambiente. 
  Consideramos que el  desarrollo implica, no sólo los aspectos materiales de la vida del ser humano,  éste implica además el desarrollo de lo espiritual, porque solo así podrá  hablarse de un desarrollo completo, pues estará transformando la realidad de  los hombres con el objetivo de lograr su bienestar. Siempre teniendo en cuenta  que no se debe comprometer el bienestar de las futuras generaciones.   
  La década de los años  noventa del pasado siglo XX, marcó significativos cambios a nivel mundial, en  los ámbitos económicos y políticos. Ello ha repercutido sobre todo en la  necesidad de reordenar las estructuras y los nexos económicos que hasta el  momento habían actuado como factores de desarrollo del país; necesidad que ha  de ser satisfecha no sólo sin afectar la esencia de nuestro proyecto  socialista, sino también para ayudar, de manera más efectiva, al conocimiento  de las formas organizativas y aspiraciones socialistas que se expresan en el  ideal de la república mediante esta frase de nuestro Apóstol José Martí: "Con  todos y para el bien de todos".  
  El Consejo Popular,  el más joven eslabón de nuestro sistema de gobierno, ofrece posibilidades  excepcionales para la interacción, coordinación e integración de los diversos  factores comunitarios. Se trata ahora de dar una nueva dimensión, un nuevo  espacio, contenido y forma de materializar la incidencia de los actores  sociales en dicho proceso. Un aspecto esencial es la posibilidad de autogestión  de la comunidad, logrando que la acción y la movilización tengan sentido de  barrio a partir de la identificación y el respeto a los valores comunitarios,  mediante las organizaciones de masas, instituciones y organismos en el Poder  Popular, para la búsqueda de soluciones concretas.
  Para  lograr el desarrollo comunitario, tradicionalmente se contaba con los métodos  de la planificación física y social. Sin embargo, recientemente, los paradigmas  de la planificación se han revisado, para destacar que esta forma de planificar  el desarrollo es irrealizable o irrelevante sin la constante intervención de la  gestión comunitaria. Por este motivo, se necesita comprender las relaciones que  hay entre las actividades propias de la promoción y aquellas propias de la  planificación que buscan el desarrollo sustentable.
  El carácter singular del proyecto social cubano, con vocación  por la sustentabilidad y la  participación, ofrece oportunidades únicas. Partiendo de lo anterior,  estimamos detener la atención en consideraciones referidas por Marcos Marchioni  (1987), quien considera por su parte "el trabajo comunitario sólo con los pobres,  como una forma de ayudar a los sectores de menos desarrollo y no se tiene en  cuenta estas acciones para otras comunidades". 
  No concordamos con lo  plateado por Marchioni, porque ninguna comunidad puede moverse sola para  alcanzar los actuales niveles de desarrollo social, por el contrario, sólo con  la correcta promoción los pobladores de las comunidades incidirán en la  transformación de su entorno para entonces alcanzar el desarrollo  social que necesitan, sin tener en cuenta las  diferencias sociales. 
  María Teresa Caballero Rivacoba nos plantea que el trabajo  comunitario es:  
  El  conjunto de acciones teóricas ( de proyección) y prácticas ( de ejecución )  dirigidas a la comunidad, con el fin de estimular, impulsar y lograr su  desarrollo social, por medio de un proceso continuo, permanente, complejo e  integral de destrucción, conservación, cambio y creación a partir de la  participación activa y conciente de sus pobladores.       
  El trabajo  comunitario, por ende, debe constituir una escuela de colectivismo y de  democracia socialista y un freno a las tendencias individualistas y  utilitarias. Así mismo, se debe reforzar a partir de él, el sentimiento de  identidad cultural como vía de valoración y apropiación de lo universal, lo  nacional y lo local, frente a las tendencias globalizadoras; además de  favorecer la expresión e intercambio de ideas y opiniones entre los miembros de  la comunidad, como modo de contribuir a la comprensión y explicación crítica de  la situación actual y perspectiva de ella y del país, así como la importancia  del papel de cada uno en su desarrollo.
  Según Rivacoba, el objetivo principal del trabajo comunitario es: 
  Transformar  la comunidad mediante su protagonismo en la toma de decisiones, de acuerdo con  sus necesidades, a partir de sus propios recursos y potencialidades,  propiciando cambios en los estilos y modos de vida, en correspondencia con las  tradiciones e identidad y el fortalecimiento de su actividad económica y  sociopolítica. 
  Armonizamos lo que se  planteara anteriormente, porque consideramos que el trabajo comunitario sólo  tiene lugar para y desde la comunidad, la cual es un escenario estratégico  donde se garantiza la continuidad del proyecto social socialista, donde los  pobladores se conviertan, no sólo en agentes pasivos, sino que también  desempeñen un rol activo en las transformaciones que trae aparejado el trabajo  comunitario, en aras de lograr mejoras en la calidad de vida, desde el punto de  vista material y espiritual.
La expresión  “desarrollo de la comunidad” tiene su origen hacia los años 40 en Estados  Unidos, a pesar de ser los ingleses quienes la emplearon por vez primera a fin  de  designar un programa de acción  gubernamental. 
  Ander Egg, bajo el  epígrafe “Significado y alcance del concepto de desarrollo de la comunidad”,  refiere una etapa anterior a la existencia del concepto. Al respecto plantea: “La  práctica y el ideal del desarrollo de la propia comunidad mediante la ayuda  mutua y la acción conjunta es, en algunos aspectos, casi tan vieja como la  propia humanidad”.   (Ander Egg, 1982)
  En este sentido, hoy  coincidencia de criterio entre Follari (1984) y Ander Egg (1982), aunque no de  denominación. A lo que el primero llama intervención  comunitaria, Egg lo designa como Práctica  del desarrollo de la comunidad, debido a que esta última fue la forma  inicial de dominar el trabajo en comunidades después de la Segunda Guerra  Mundial.
  En esta investigación  se evidencia la gestión, la promoción y la integración en las actividades, en  la realización del trabajo comunitario en sus diferentes fases. De esta forma,  es necesario tener en cuenta los niveles  de integración que se deben alcanzar:
Para este trabajo se considera apropiada la definición de Figueras Pérez, aunque es necesario añadir que los agentes de cambios o actores sociales, dentro del marco sociocultural, no sólo contribuyen a su transformación, sino además a elevar el desarrollo cultural de sus pobladores, sus conocimientos y contribuir a un mejoramiento de sus relaciones interpersonales.
Un criterio que  resulta pertinente sobre los agentes de cambio es el de Yanet  Poyato Díaz (2002), quien los conceptualiza  como “individuos,  grupos, organizaciones o instituciones que actúan en un escenario concreto o  fuera de este, representando sus intereses. Cada uno de ellos desempeña un rol  determinado, y una influencia específica”. 
  Consideramos como actor social aquel individuo,  institución u organización que logra una concentración adecuada y logra la  concientización de los miembros de la comunidad en función de la transformación  de ésta, de contribuir a la satisfacción de sus necesidades; sobre la base de  integrar a toda la comunidad en el trabajo por el desarrollo sociocultural de  la sociedad, por lo que actúan como facilitadores para generar procesos de  participación en determinados escenarios.
  El agente de cambio  debe ser capaz de movilizar, motivar, promover su participación en el proceso  de organización de la comunidad para favorecer su transformación; proceso que  en la labor de formación requiere potenciar, organizar, desarrollar la  participación de los miembros de la comunidad apoyando labores de promoción, a  partir de la implementación de acciones dirigidas esencialmente a la  satisfacción de  las necesidades  espirituales y culturales del hombre que   promueve la autogestión. 
2.0.- Métodos y técnicas utilizadas en la investigación.
  Para comprender de  forma correcta y adecuada el comportamiento del proceso de promoción cultural  en las comunidades rurales, se hizo necesaria la aplicación de varios métodos  científicos; los que fueron utilizados durante el desarrollo del proceso  investigativo, aunque cada uno ocupó un lugar específico dentro del estudio.
  Del  nivel teórico. 
  Dialéctico-materialista: permitió  observar el proceso de promoción cultural en constante movimiento para el  desarrollo de las comunidades, ya que antes, en ellas, no se comportaban de  igual forma, no existían los actores sociales que propiciaban un avance en el  desarrollo cultural. Actualmente la promoción cultural, es evidencia de un  desarrollo superior, aunque la integración no es satisfactoria, la comunidad  gestiona acciones de capacitación para algunos actores sociales implicados en  el trabajo cultural.
  Dentro del cual se  trabajaron los métodos: 
  Histórico-Lógico: Este  método fue utilizado por su carácter dialéctico para el estudio comunitario, y  de la lógica del empleo del trabajo comunitario como potencializador del  desarrollo sociocultural en comunidades determinadas, analizando esta última  variable desde sus primeras manifestaciones en la realidad cubana. También  porque se realiza una periodización de la comunidad, desde sus antecedentes  históricos, orígenes y elementos que la caracterizan y determinan en ella un  antes y un después como forma de concebir un mañana.
  Analítico-sintético: Debido  a su capacidad funcional, este método permitió establecer un razonamiento  coherente acerca de las variables que sustentan este estudio, basado en el  resumen analítico de éstas; además de las relaciones existentes entre ellas. 
  Inductivo-deductivo: Ocupó  un lugar cimero dentro de la investigación, con su peso fundamental en la parte deductiva, pues se sigue de manera  lógica el análisis del fenómeno que se estudia de forma general, para luego  caer en la especificidad, o sea, la concreción del fenómeno en una realidad  particular. De esta manera, posibilitó que los conocimientos adquiridos tanto  teóricos como prácticos, sirvan de guía para decidir la futura respuesta sobre  el problema investigado, con el principal propósito de adquirir los datos  suficientes para ello. Un ejemplo de esto lo constituye que el trabajo esté  referido al proceso de promoción cultural en las comunidades, efectuándose por  consiguiente una propuesta de acciones.
  Del  nivel empírico. 
  Observación  Científica. Su utilización se debe a la necesidad de realizar,  mediante una percepción planificada, una descripción minuciosa del fenómeno que  se investiga, y dado su nivel de aplicabilidad en todas sus modalidades a  sujetos de cualquier edad, sexo, raza, nivel cultural e intelectual, entre  otras.
La realidad de las  comunidades muestra insuficiencias que obstaculizan su desarrollo sociocultural  comunitario. Una de las preocupaciones de estos asentamientos, desde el punto  de vista social, es la compleja situación con el agua en tiempo de sequía o  ante la ruptura del sistema de bombeo, manifiestan la necesidad de teléfonos  para mejorar las comunicaciones, les preocupa el estado constructivo de la  bodega, otra preocupación es la situación de la vivienda. Otras de las causas  que alteran o varían la vida de los comunitarios, es la existencia de  pobladores sin ocupación laboral, el alcoholismo, la indisciplina social, la  corrupción y las ilegalidades, el deficiente estado  constructivo de los viales, el insuficiente alumbrado público y la falta de  interés de los jóvenes por el empleo. 
  En cuanto a las  problemáticas socioculturales que afectan las comunidades, encontramos las  siguientes:
Cuyas causas son:
3.0. Propuesta de acciones socioculturales.
Título: La  promoción cultural, una experiencia en la vida comunitaria de las comunidades  rurales.
  Objetivo  general: Potenciar, a través de un plan de acciones, el    desarrollo sociocultural de las comunidades.
  Objetivos  específicos: 
Metas.
Determinación  de las actividades y tareas a realizar.
  Espacio:  Noche de música. 
Espacio: Encuentro con mis raíces.
Espacio: Tertulia literaria ¨ A la sombra de un almendro ¨.
Espacio: Rondas infantiles "Cantar, jugar y aprender".
Espacio: Día de la cultural comunitaria " Arte en mi barrio".
Capacitación del promotor cultural.
Capacitación del grupo de trabajo comunitario.
Conclusiones.
Después de hacer una valoración de los resultados, según la revisión bibliográfica y de la aplicación de los instrumentos, se arribó a las siguientes conclusiones:
Sada, M. L. (s.a.). Cultura y animación social. Un poco de teoría sociológica para el trabajador sobre el terreno. Documento de referencia. Disponible en URL: lourdes sada@chello.be. Consultado, 2011, 23 de marzo.
Follari, R. [et-al]. (1984). Trabajo en la comunidad, análisis y perspectiva. México: Lumen Humanistas, pp. 31.
Veloz Malcon, N. (2010). El proceso de promoción cultural como vía para el desarrollo sociocultural de la comunidad serrana de La Habanita. Trabajo de Diploma en opción al titulo de licenciado en Estudios socioculturales, Universidad de Granma, Facultad de Ciencias Humanísticas, Bayamo, pp. 21.
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Marx, C. y F. Engels (1973). El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Tomo 3. Moscú: Progreso, pp. 25.
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 Arias, H. (1995). La comunidad y su estudio. Personalidad,  educación y salud. La Habana: Pueblo y Educación, pp. 31.
       
Ander Egg, E. (2000). Conceptos de comunidad y desarrollo de la comunidad. En Selección de lecturas sobre Trabajo social comunitario. La Habana: Félix Varela, pp. 50.
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Marchioni, M. (1987). Planificación social y organización de la comunidad. Alternativas avanzadas a la crisis. Madrid: Popular, pp. 26.
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Pérez Fernández, J. M. (2007). Lineamientos Generales para el Ordenamiento de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos. Tesis de maestría, CUJAE IPF, La Habana, pp. 34.
Quienes hacen ciudad. Ambiente urbano y participación popular. (1997).Ecuador: CIAP, Ecuador, pp. 34.
Turrini, E. (2006, abril). Solidaridad energética sola para en desarrollo sostenible. Presentada en VII Taller Internacional Cubasolar 2006, Cuba, Villa Clara-Cienfuegos, pp. 3.
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Ander Egg, E. (1982). Metodología y práctica del desarrollo de la comunidad. Argentina: Lumen Humanitas, pp. 45.