Yenny Del Carmen Jiménez Vallenilla (CV)
			    yejime2004@yahoo.es
			    
			    Resumen. 
		      La vulnerabilidad,  específicamente en el ámbito social, se ha constituido en un aspecto importante  para América Latina, debido a la gran preocupación mostrada tanto de gobiernos  y organismos internacionales como de organizaciones políticas, sociales,  religiosas y educativas, en torno a las amenazas ambientales. Estas  instituciones proponen, diseñan, investigan, ejecutan y aportan recursos y  estrategias que contribuyan a la reducción de la vulnerabilidad de las  comunidades afectadas. 
La importancia  que caracteriza el tema de la vulnerabilidad social se demuestra en  investigaciones ya realizadas, en el cual se señala a las amenazas ambientales  y la falta de preparación y organización comunitaria en sectores de alto  riesgo. Por ello, se hace necesario implementar políticas públicas donde se  incluyan planes de capacitación que permitan trabajar  conjuntamente con las comunidades afectadas.  A esto se agrega, que la vulnerabilidad debe ser considerada como un factor de  importancia para la elaboración de políticas de desarrollo a nivel económico,  social e institucional.
                
                Palabras claves: vulnerabilidad social, amenaza sísmica,  reducción de la vulnerabilidad, organización comunitaria y participación ciudadana.
                
  Summary 
                Vulnerability, particularly in social research,  constitutes an important topic for Latin America, due to the great concern  shown by governments and international organizations and also by political,  social, religious, educational institutions related to environmental hazards.  These institutions propose, conceive, conduct research work and bring resources  and strategies that contribute to the vulnerability’s reduction of the affected  communities.
                The significance that characterizes the social  vulnerability topic is shown by all the research work already done, which  emphasizes the environmental hazards and the lack of community organization and  preparation in high-risk areas. Therefore, it is necessary to implement public  politics including empowerment plans to allow efficient operations with the  affected communities. In addition, vulnerability should be regarded as a major  factor while elaborating development politics in economics, social and  institutional areas. 
                
     Key words: social vulnerability, seismic hazard, vulnerability  reduction, community organization and citizen participation.  
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Cuando se toma en  consideración que la participación ciudadana es aplicable a todos los niveles  de gobierno (local, regional, estatal), es cuando se adquiere especial  relevancia a nivel local por darse una serie de condiciones que contribuyen a  su desarrollo. Este proceso trae consigo un acelerado aumento de la  vulnerabilidad social  en determinadas  zonas -por el aumento de los factores de riesgos-  derivado del descontrol urbanístico por parte del Estado. En este proceso no se  toma en consideración los planes de ordenación territorial donde se determine  no solamente el uso adecuado del suelo, sino el diseño de las condiciones  ambientales, la vulnerabilidad, la preparación y capacitación de las  comunidades y el desarrollo de políticas sociales y ambientales adaptadas a las  situaciones propias de cada territorio . 
                De todo esta situación  urbana que ha desencadenado factores de riesgos en varias ciudades de América  Latina, es por lo cual que la vulnerabilidad específicamente en el ámbito  social, se  ha constituido en el rasgo social dominante de esta parte del continente  americano. Esta preocupación por frenar la expansión urbana en zonas no aptas  para su desarrollo, ha sido expresada por amplios sectores gubernamentales y  organismos internacionales encargados de implementar estrategias de control de las  amenazas ambientales presentes en América Latina, en otorgar recursos económicos  y proponer planificaciones con equipos multidisciplinarios, que conlleven al  trabajo en conjunto y de forma horizontal con la  población afectada para que sea capacitada  sobre cómo hacer para enfrentar y resolver las principales problemáticas colectivas  que les aquejan. Por ejemplo, al ocurrir un evento severo que afecta a  considerables sectores de la población, se ha puesto en evidencia las  deficiencias de una respuesta organizada, no sólo de las organizaciones  encargadas de mitigar las mismas, sino también de la población que se comporta  de manera improvisada por no estar condicionada a actuar para esos casos, lo  cual trae como consecuencia que los efectos negativos de un evento adverso se  potencien por falta de una organización y educación comunitaria . 
                Las diversas planificaciones locales  propuestas a los sectores populares, son desarrolladas después de tener el  diagnóstico de necesidades emitido y avalado por la propia comunidad. En este  sentido, es ésta la que puede estructurar desde adentro sus propuestas de desarrollo y ser capaz de reivindicarlas, negociarlas o  confrontarlas ante quien corresponda; lo cual se relaciona explícitamente con  la planificación urbana desde el punto de vista de las políticas y del desarrollo  local . 
2.    Situación de la vulnerabilidad  social en América Latina 
                El desarrollo de la  conciencia de riesgos y la prevención en América Latina, debe verse asociada al  aumento de los elevados niveles de vulnerabilidad. La mala calidad de las  viviendas, la ubicación inapropiada y el uso de materiales deficientes en la  construcción de instalaciones claves, la debilidad de las organizaciones  locales, la falta de medidas de protección social, el acceso inadecuado a los  servicios de educación y salud, están asociadas a la pobreza, la distribución  desigual de la riqueza o de las oportunidades .  Por esta razón, la preparación para responder ante las emergencias, debería  contemplar también inversiones en la protección de los recursos y el desarrollo  de la capacidad de respuesta de la sociedad. Para este caso, existen estudios  de vulnerabilidad y mitigación acoplados en proyectos de infraestructura  hospitalaria y programas de manejo de los sistemas de agua potable y  saneamiento. 
                Actualmente en Venezuela, se está trabajando con la  ciudadanía para poner en práctica algunas medidas que reduzcan su  vulnerabilidad. De este modo, ha sido necesario establecer vinculación con el  sistema participativo en el cual todos los sectores (gubernamental, privado y  la sociedad civil) tomen medidas de prevención y mitigación ante esta  problemática .
Venezuela, ha  sido afectada paulatinamente por sismos, lluvias, inundaciones, deslizamientos,  incendios y explosiones que han causado daños en mayor o menor medida. En  muchos de estos casos, organismos nacionales como Protección Civil, Cuerpo de  Bomberos y Fuerza Armada Nacional, cumplen roles protagónicos durante estas  emergencias, por lo que resulta necesario efectuar acciones de resguardo a  dichos organismos. Para el caso de Caracas, los estudios relacionados con el  tema de vulnerabilidad social fueron iniciados en los años 40 a través de la  División de Malariología, en aquel entonces Ministerio de Sanidad y Asistencia  Social (MSAS). 
           En los años ´80, una investigación de  la Fundación Centro de Estudios sobre el Crecimiento y Desarrollo de la  Población Venezolana -Fundacredesa (1999), identificó la tipología  biopsicosocial de la población venezolana, evaluando parámetros que actualmente  se consideran indicadores de vulnerabilidad social, tales como:  referencia a la talla, modo de vida,  alimentación, estructura poblacional y edad del venezolano, entre otros. Ya en  la década de los ´90, se comienza a evaluar el tema de la vulnerabilidad social  propiamente dicha, llevada a cabo por los estudios de Delgado (1990), los  cuales trataban el comportamiento poblacional ante las amenazas ambientales de  origen natural, siendo también el primero que hizo un análisis clúster para la  evaluación de las variables inherentes a la amenaza y vulnerabilidad de una  localidad, y la cual se expresó en el método y sistema Microzon .  
           Este estudio de Delgado contribuyó al  desarrollo de la información cartográfica posterior por parte del Cuerpo de  Bomberos del Distrito Federal de toda la ciudad, donde se plasmaron como capas  de información todo lo relativo a líneas vitales e infraestructura urbana. De  igual forma, Batista y Prado (1997) presentaron un trabajo de grado en la  Escuela de Geografía de la UCV, sobre la capacidad de respuesta de la población  ante el riesgo sísmico en el Municipio Chacao, y analizaron las amenazas  ambientales de una zona determinada, que posteriormente constituyó el  antecedente más directo relacionado con la problemática de la vulnerabilidad  social en esta ciudad.
3.      Crecimiento  urbano en Caracas
                El desarrollo  urbano caraqueño se inicia en 1578 con el trazado que ordenaban las  recomendaciones de las Leyes de Indias; esto permitió producir un primer plano reflejando  las 24 manzanas que existían a partir de una retícula. Para esta fecha, se  contaba con  tres viviendas y una iglesia  fabricadas con paredes de mampostería y techos de tejas; las demás eran  construcciones de bahareque y tapia con techos cubiertos de cogollos de caña. Situación  que llevó a esta ciudad a estructurarse  mediante un lento desarrollo urbano y crecimiento poblacional justificado por  las escasas actividades económicas desarrolladas en la región, así como la  persecución, matanza e intercambio de indios pobladores de la zona. Ya para el  siglo XVII, se presentan diversos problemas como la gripe, miseria y la  ocurrencia del terremoto de 1641 que obligó a la población a desplazarse hacia  otras regiones ubicadas en el interior del país. Esta misma historia se repite  en el año 1764 con una nueva epidemia que diezma a la población y dos años Caracas  se ve sumida en una pobreza por la ocurrencia de un nuevo sismo que afecta en  mayor proporción a algunas edificaciones y templos de la ciudad. (Véase Plano  Nº 1).
           Desde la Independencia de Venezuela (1811)  hasta la llegada del Presidente Guzmán Blanco en 1870, la ciudad mantiene la  misma estructura urbana otorgada en la Colonia; dicho período dura alrededor de  18 años (1870-1888) y fue el momento en que la capital adquiere otra fisionomía  por la reconstrucción de la ciudad a través de la construcción de edificios  modernos, desarrollo de nuevas vías públicas, parques, plazas, paseos urbanos,  ferrocarriles, servicios públicos, puentes y monumentos. Esta razón fue el punto  de partida para la transformación de la ciudad en 1920, por contar  aproximadamente con 118.000 habitantes, lo cual representaba 4,88 % del total  nacional asentados en 750 hectáreas. Estas dimensiones hacían ver a Caracas en  un proceso de reconstrucción y formación a pesar que contaba con varios pueblos  importantes a su alrededor entre los cuales se podrían mencionar: Antímano, el  Casco Central, Petare, Chacao, Los Dos Caminos, El Valle, Baruta y El Hatillo.  La comunicación vial estaba desarrollada mediante carreteras sencillas y líneas  de ferrocarril .
               
              
Para darle continuidad al desarrollo urbano y sociodemográfico de Caracas; en 1928 se crea el Banco Obrero como el organismo encargado de solucionar el problema de la vivienda para la población de escasos recursos económicos en el país. Este banco fijó presupuestos importantes para construir las viviendas populares de los sectores San Agustín, El Conde, Nueva Caracas (Catia) y Prado de María. Este desarrollo urbano se debió a la transformación acelerada de 1930, en el cual la ciudad dejó de ser una provincia rodeada por zonas de cultivo agrícola, para pasar a ser una moderna metrópolis cercada de barrios muy pobres. Las causas principales tienen su origen en la explotación petrolera y la centralización de actividades administrativas y financieras que produjeron un rápido crecimiento económico e indujeron el éxodo de la población rural hacia la capital en búsqueda de mejores oportunidades de trabajo y nuevas condiciones de vida. Otra causa se le atribuye a la llegada de inmigrantes europeos después de las dos guerras mundiales que buscaban nuevos horizontes y oportunidades de trabajo principalmente en Caracas; situación que trajo consigo importantes cambios por el incremento poblacional en 1936 (259.000 habitantes) con la implantación de políticas urbanas por parte del presidente Eleazar López Contreras. Fue en ese momento cuando se abre paso a la creación del llamado “Plano Regulador de Caracas” para empezar la organización urbana , que permitió continuar con el desarrollo urbanístico de la ciudad. Ya cuarenta años más tarde, Caracas recibió otra importante inmigración proveniente de algunos países latinoamericanos que contribuyeron al crecimiento poblacional y urbanístico de la ciudad.
Las amenazas ambientales y la ocupación del espacio en Caracas
El  AMC presenta elevados niveles de vulnerabilidad por estar expuesta a amenazas  de origen geodinámico, hidrometeorológico, hidrogeodinámico y sísmico y en  muchos casos las mismas se han materializado requiriendo cuantiosas inversiones  por parte de las instituciones de los municipios que la integran .  Caracas está ubicada dentro de un Valle caracterizado por una semi-fosa  tectónica a lo largo de toda la Cordillera de la Costa. Se encuentra en el área  de influencia del borde de las placas suramericana y el Caribe y es por tanto  una zona sujeta a amenaza sísmica. De manera fisiográfica, la zona de estudio  se encuentra en el valle que colinda con la ladera sur del macizo El Ávila, un  paisaje de montaña que alcanza más de 2500 m de altura y que conforma las  cuencas de la mayoría de las quebradas que drenan hacia el valle en sentido  Norte-Sur . Su  hidrografía que está conformada por la cuenca norte del río Guaire, la integra  un conjunto de sub-cuencas que drenan de El Ávila hacia el río Guaire. En el  valle se encuentran los depósitos aluviales, aportes longitudinales de estos  ríos, terrazas, valles coluvio-aluviales y aportes laterales, evidenciados en  su mayoría por los conos de deyección. (Véase Plano Nº 2)
           Desde el punto de vista espacial, se  han utilizado diversos trabajos para describir la ocupación del espacio en la  ciudad, entre los cuales se pueden mencionar: Caracas a través de su  arquitectura (Gasparini y Posani, 1969), Notas sobre Estructura y Planificación  urbana (Morales, 1991), Evolución de la Geografía Urbana de Caracas (Perna,  1981), Slope Failure in Caracas (Jiménez, 1992) y el Sistema de Transporte  Colectivo Público Urbano (Mundó, 2000). Dichos trabajos aportaron importantes  elementos sobre el crecimiento de la ciudad antes del siglo XX, plasmando lo  que ha sido el crecimiento de desarrollo informal y la relación entre el desarrollo  urbano y su sistema de transporte público.
Según  Grases (1994), la historia de los sismos en Venezuela se inicia en el siglo XVI  con el terremoto que afectó a Nueva Córdoba en 1530. En el período que va desde 1530 hasta 2002, han ocurrido más de 137 eventos  sísmicos que han causado algún tipo de daño en poblaciones venezolanas. De  todos éstos el más devastador fue el de 1812, que según Gunther Fiedler (1961)  tuvo tres epicentros afectando a ciudades tan distantes como Mérida,  Barquisimeto, San Felipe y Caracas; causó más de 20 mil víctimas, es  decir, 5% de la población estimada para esa época .  Al igual que en otra regiones, los asentamientos humanos en el período de la  Colonia se ubicaron frecuentemente en tierras abastecidas de agua, con gran  fertilidad, buen clima y protección natural como los piedemonte y valles  cordilleranos, los cuales en buena parte de la geografía venezolana, están  relacionados con la zona de contacto de dos placas tectónicas diferentes entre  sí. 
                Estas zonas de  contacto se relacionan con el norte de Venezuela por formar parte del límite  entre las placas del Caribe y América del Sur. La zona de contacto de estas dos  placas tectónicas ha generado un sistema de fallas principales activas de tipo  transcurrente dextral a lo largo de un cinturón aproximadamente de 400 Kms.,  definido por los sistemas montañosos de los andes venezolanos y las cordilleras  central y oriental. Estas fallas son Oca-Ancón-Bocono-San Sebastián-El Pilar, y  hacia el Oriente de Venezuela se ubica una zona de subducción que se extiende  hasta las Antillas Menores .  La falla de OCA se extiende en dirección este-oeste hasta llegar a la Sierra de  Perijá (Estado Zulia) en la región nor-occidental del país, mientras que la  falla de Boconó proveniente del sur-oeste del país en la frontera con Colombia,  atraviesa diagonalmente los Andes venezolanos en dirección noreste. La falla de  Morón, conocida San Sebastián, se extiende a lo largo de la zona centro-costera  y atraviesa el Litoral Central en dirección oeste-este. La falla de El Pilar,  como continuación se dirige hacia el Oriente entre los Golfos de Cariaco y Paria  hasta Trinidad. También alrededor de este sistema existen otras fallas menores  como: Tácata, El Ávila, La Victoria, Tacagua, Valera, Urica y San Francisco.  (Véase Plano Nº 2)
Este  sistema de fallas, está determinado principalmente por las zonas de  fracturamiento que interactúan entre estas dos placas; las mismas son capaces  de producir sismos importantes como los de Churuguara (Estado Falcón) en los  años 1964, 1966, 1970, 1976, 1980, 1986 y 1990 . Se destaca que el accidente  geológico más importante de Caracas es la falla de Tacagua- El Ávila que  atraviesa el norte de la ciudad en sentido este-oeste. 
                Por  la amenaza sísmica que tiene Venezuela es por lo cual se decide formar la Red  Sismológica Nacional, que consta de 37 estaciones repartidas en las ciudades  con mayor amenaza sísmica .  El estudio derivado de la observación de los daños ocasionados, identificaron  una relación muy estrecha entre la concentración de daños estructurales y las  características del suelo. Como prueba de ello se podrían mencionar algunas edificaciones  (viviendas y oficinas) de mediana y gran altura que fueron severamente dañadas por  el terremoto de 1967, sin que se tomaran a nivel municipal previsiones  sismoresistentes y controles oficiales para el diseño de nuevas construcciones  adaptadas a las características del suelo local.
El  desarrollo de la democracia en Atenas, constituyó una fuente fundamental de  inspiración para el pensamiento político moderno y fue defendida por tener  intrínseca uno o más de los valores que se han considerado fundamentales para  un pueblo, como son la igualdad, la libertad, el autodesarrollo moral, el  interés común, los intereses privados .  Partiendo de esta descripción, el concepto de la democracia se fundamenta en el  deseo de permanencia de lo que se consideran valores constitutivos de la  democracia relacionados con el poder político, asimismo, a la libertad de  formación y expresión de la voluntad política, igualdad de derechos políticos y  oportunidad óptima de participación del pueblo y de los grupos sociales en las  decisiones de interés . 
                En la década de los ´70, la idea de  participación se creó con los esfuerzos del desarrollo de múltiples naciones  que se estaban constituyendo e hicieron posible cambiar la composición de la  ONU. Este desarrollo surgió mediante los procesos de independencia de antiguas  Colonias, la constitución de nuevas naciones en África y Asia, las revoluciones  nacionales, los países no alineados y América Latina. En esta década, se  ejercieron importantes presiones a las agencias especializadas de la ONU que  comenzaron a considerar de manera más prioritaria las demandas en los sectores  de educación, salud, desarrollo, hábitat y ecología. De hecho, las conferencias  realizadas sobre estos temas estudiaron a la participación tomando en cuenta la  gestión de los asentamientos humanos, el desarrollo urbanístico y la  participación comunitaria asociada a los programas de Atención Primaria de Salud.
                Para el Bando Interamericano de Desarrollo -BID, la participación está  asociada a la noción de capital social con la que se alude el conjunto de  normas, redes y organizaciones mediante las cuales los individuos acceden al  poder, a los recursos políticos y económicos y por ese medio se toman las  decisiones y se formulan las políticas .  En todo caso, estas concepciones de participación responden a la  tendencia que busca estrechar la relación Estado-Sociedad en un intento de  fortalecer la democracia a través de la gestión pública. Esto supone tomar en  consideración formas y capacidades de organización de los ciudadanos como  requisito imprescindible para su incorporación a la gestión pública y como un  aspecto a estimar en las agendas de gobierno. 
                La  participación urbana hace aportes significativos señalando que la cuestión  tiene una complejidad y por tanto merece una mirada detallada, ya que desde lo  urbano, la participación es definida por una historia y un presente que combina  lo social y lo urbano combinando el ambiente construido, la urbe que se ha  creado con la naturaleza que es su sostén, el lugar natural y la organización  social que construye, se relaciona y vive en ese ambiente y la polis como lugar  de la ciudadanía . Los  problemas que entrarán en el escenario de las políticas participativas serán  consecuencia de otras políticas urbanas anteriores o contemporáneas y del  desarrollo urbano en la forma de infraestructura, inmobiliario y mobiliario,  asimismo de la escala de la agregación territorial y de la metrópolis. 
7.      Organización y participación comunitaria
                En las últimas  décadas, las propuestas para introducir la participación ciudadana en los  programas sociales han tenido un consenso creciente, por ejemplo, los  organismos internacionales la consideran como una tarea indispensable para el  desarrollo sostenible. Se han desarrollado proyectos con distintas  modalidades de intervención, lo cual ha  permitido que la participación ciudadana se realice a niveles central, estatal  y municipal. En lo municipal, se está logrando que los diferentes modelos de  planificación y gestión no sean al estilo gerencial -desde arriba- sino que se  mantenga una relación tomando en cuenta las diversas complejidades sobre  aquellas situaciones que ameriten respuestas adaptadas a cada contexto.
                Coraggio (2004) diferencia tres niveles  de participación en la vida social que inicia con un primer nivel orientado  principalmente a la institución familiar. Dicho   nivel está asociado básicamente con la reproducción contigua de los  aspectos más esenciales de la vida de estos sectores. En este nivel se generan situaciones de urgencia, de desesperación por  la difícil sobrevivencia, que claramente, nos explican ciertas características  de las acciones que comprende. El segundo nivel lo conforman  organizaciones de sindicatos y de tipo corporativo en general, movimientos  reivindicativos en torno al agua, tenencia de la tierra, vivienda, servicios;  cooperativas, entre otras. Se diferencia del primer nivel porque en éste existe  una organización colectiva, es decir, que son entonces mecanismos colectivos de  reproducción de los seres particulares; en  este nivel de integración se generan y expresan una serie de “identidades”  populares, pero que están definidas fundamentalmente a partir del consumo. Un  tercer nivel es el de la sociedad, sea ésta de ámbito comarcal, regional o  nacional. En este nivel se da la producción y eventualmente la transformación  de la sociedad y del Estado, una relación que muy esquemáticamente veremos como  necesaria. Este es el mundo de la política. También en el que despliegan sus  acciones algunos movimientos sociales fundamentales: los movimientos por los  Derechos Humanos, algunas variantes del movimiento ecologista o del movimiento  por la paz, el movimiento de liberación de la mujer y los movimientos indígenas  de autodeterminación. 
                Estos tres niveles han  hecho posible que la participación se conciba como parte de algún proceso o  acontecimiento que se da en la sociedad, sin embargo hay quienes señalan que no siempre que se habla de participación,  verdaderamente se da ese proceso de cooperación, solidaridad, construcción y  apropiación del objeto por los actores partícipes .  Ese uso del concepto de manera  indefinida lo convierte en una especie de paraguas bajo el cual se cobijan múltiples  formas de coincidencia social. Así, bajo la mención de participación pueden  introducirse desde las más variadas formas de manipulación, consulta y  divulgación de información, hasta la delegación del poder en grupos. En muchos  casos, la participación se reduce a la actuación predeterminada por una  organización externa al grupo o comunidad, que además elige a las personas  según límites y términos establecidos con antelación. 
                La participación  por ser uno de los conceptos clave en el proceso del desarrollo local, supone integrar a organizaciones de apoyo y de base  desde la formulación y planificación de programas y estrategias hasta la  evaluación de los resultados alcanzados. Para ello, se deben implementar  procedimientos y estructuras que articulen la intervención de personas y grupos  en la toma de decisiones públicas y su control. En este sentido, las exigencias de  participar en los procesos de decisión, control, administración y gestión de  una organización, es una tarea pendiente que deja como saldo un aprendizaje  para las comunidades. Tiene dos componentes, participar que consiste en un proceso y camino para conocerse entre  el grupo y conocer sus posibilidades y limitaciones y participación que es vista como la acción de intervenir en asuntos  o hechos.
   Es importante tomar en consideración a la  organización comunitaria como un eje central de la participación a nivel local,  sobre todo cuando se establecen normas legítimas que motivan a las comunidades  a participar en pro de un propósito específico y bienestar colectivo. 
La participación se centra en la acción social, teniendo como principal  finalidad adquirir la capacidad necesaria para abordar problemas que más  interese resolver. Este proceso se logra mediante elementos contenidos en el  sistema social (políticos, económicos, religiosos, culturales, entre otros) en  el que existen intereses comunes con costumbres, tradiciones y modos de hablar  que le conceden identidad propia. Allí se construyen procesos de fortalecimiento  y/o empoderamiento hacia proyectos de vida en cuyo objetivo se centra la  participación ciudadana en programas comunitarios. En este sentido, se entiende  que el poder de decisión o de incidir en las esferas de decisiones, está en la  capacidad de articular acciones y estrategias en los ámbitos local y global.
                Este  fortalecimiento y/o empoderamiento hacia proyectos de vida, hacen posible  procesos participativos comunitarios, en el cual se estructuren políticas  locales adaptadas a cada región y se tomen en consideración intereses y  necesidades colectivas de cada comunidad. Para esto se debe asumir que las  comunidades organizadas son las protagonistas  de su propio desarrollo y nadie mejor que ellas pueden identificar y generar  respuestas a sus diversas problemáticas. Además, cuando el desarrollo de una  comunidad depende no sólo de decisiones y recursos externos, sino de esfuerzos  locales, impulsa el incentivo para generar mejores niveles de compromiso e  integración comunal. Por tanto, cuando todo depende de factores externos a las  comunidades, se establece una homogeneidad entre ellas que reprimen la energía  y los valores comunales . 
    En  este sentido, la organización comunitaria se define como las formas de  asociación voluntarias y estructuradas en torno a unas orientaciones culturales  que actúan como tal dentro de la posición de los conflictos sociales. No  obstante, indica que no tiene que ver con la distribución de los beneficios ni  con las negociaciones para participar en el poder, pero sí con orientaciones  culturales y acciones dirigidas por valores o normas .  Por lo que, la comunidad redistribuye el potencial de reciprocidad social que  tiene la organización de la comunidad en oposición al poder de dominación que  contiene la organización del Estado como centro político. 
    Desde  la perspectiva de la gestión del riesgo, la cual será descrita en el próximo  punto, la participación comunitaria hace posible la movilización de la voluntad  y los recursos de los actores sociales alrededor de la reivindicación de sus  derechos. Consiste en intervenir activamente en las decisiones y acciones  relacionadas con la planificación, la actuación y la evaluación de las  actividades.
Varios  investigadores en el área de riesgo y desastre, reconocen que una de las  maneras más efectivas de reducir los desastres y disminuir la vulnerabilidad de  la sociedad a nivel local, se hace con el involucramiento de la comunidad en la  gestión de riesgos.
                La gestión de riesgos es el conjunto de  elementos, medidas y herramientas dirigidas a la intervención de la amenaza o  vulnerabilidad, con el fin de disminuir o mitigar los riesgos existentes .  Este concepto de prevención ha jugado un papel delimitador respecto a otro  conjunto de elementos, medidas y herramientas cuyo objetivo es intervenir  principalmente ante la ocurrencia misma de un desastre, es decir, que conforman  el campo de preparativos para la atención de emergencias, la respuesta y la  reconstrucción, una vez ocurrido un suceso. No sólo debe identificarse con el  rol que tiene el Estado sobre esta materia, sino que debe estimular una  convocatoria dirigida a las fuerzas gubernamentales y no gubernamentales, a  objeto de enfrentar los desastres en forma preventiva. En este sentido, una  política de gestión de riesgos no sólo se refiere a la identidad territorial,  sino que por su propósito está dirigida a la articulación de las diversas  fuerzas existentes, entre las que se pueden mencionar las sociales, políticas,  internacionales, públicas y privadas de todos los niveles territoriales. Esto  permite realizar planteamientos de participación democráticos, suma de  esfuerzos y responsabilidades de acuerdo con el ámbito de  competencias de cada cual.
                Para que se lleve a cabo una  efectiva participación en esta temática, es importante poseer un adecuado  conocimiento, conocer el contexto y manejar las condiciones de riesgos. Por  ejemplo, Caracas no cuenta con un sistema de información unificado que permita  a cada uno de los actores públicos (alcaldías) con incidencia en la toma de  decisiones, compartir una misma plataforma de datos de forma que cada organismo  público no posea de forma aislada su base de información -que en la mayoría de  las veces está limitada al espacio de su municipio- sino que tenga suficiente  conocimiento del contexto y de sus situaciones vecinas .
                Para gestionar los riesgos es necesario  abordar las causas fundamentales que incrementan la vulnerabilidad y efectuar  un cambio en las políticas municipales para la prevención y mitigación. Asimismo,  incorporar acciones en los planes operativos de las direcciones y/o gerencias  ya existentes en cada una de las instituciones municipales, sin necesidad de  crear nuevas estructuras organizativas, podría insertarse transversalmente la  institucionalización del riesgo en las distintas políticas municipales .  Otros estudios han demostrado que las comunidades organizadas tienen mayor  capacidad de responder ante los desastres e iniciar su proceso de recuperación  de forma más rápida, que comunidades sin organización. Dentro del marco de  variables importantes relacionadas con organización comunitaria están:
                -   Las  experiencias previas de organización que tiene la población y sus aportes a la  solución de problemas anteriores que puedan servir para iniciar procesos de  prevención y manejo de desastres.
                -   La  forma que se lleve a cabo la organización de la comunidad, y dependerá de cómo  se articule dentro de una población su representatividad, grado de participación  y estructura organizacional.
                -   La  participación social, interacción social, debilidades, fortalezas y  potencialidades como factores clave. 
                En este sentido, se agregan varios  elementos que forman parte del proceso de prevención de desastres, en el cual  se identifiquen los riesgos a partir de estudios relacionados con amenazas y  vulnerabilidades, se incorporen criterios preventivos y de seguridad en los  planes de desarrollo, se manejen, se haga tratamiento a las infraestructuras y  se articule y se adapte la política ambiental a nivel local. La cultura de  prevención también implica una actitud colectiva que sólo puede construirse  mediante un largo proceso social hasta conseguir que la prevención de desastres  se convierta en un tema cotidiano .
                Las autoridades nacionales,  en la mayoría de los países emergentes, están organizadas de manera central y  en caso de emergencia, no están en condiciones de ayudar con rapidez y  eficiencia a la población, especialmente en las áreas rurales. Por  consiguiente, las estructuras locales de un área amenazada son las que tienen  que preocuparse de la preparación y protección de la población. Toda persona  puede contribuir en algo a la reducción del riesgo de desastres y debería  brindársele las posibilidades para ello. De esa manera, se podría lograr que la  población amenazada asuma una mayor responsabilidad propia y alcance una mayor  sostenibilidad de medidas preventivas . 
                Finalmente, una  comunidad capacitada y dotada de recursos, podría ayudar de manera muy  significativa al Estado y organismos especializados en la ejecución de  políticas de gestión del riesgo, ya que un sector que no posea el conocimiento,  no esté organizado y no participe, podría ser un agente retardador de su  desarrollo y agregar sobrecostos significativos a cualquier acción que se  realice en prevención y/o atención de desastres. Por tanto, resulta importante  que la capacitación de las comunidades esté orientada a fortalecer su  organización interna, contribuir a la investigación participativa, educación,  acción preventiva e información, así como también se conozca el rol que debe  cumplir el Estado sobre esta materia.
         Contexto  histórico
                De acuerdo a los documentos publicados por la Alcaldía del Municipio  Chacao (1996), la historia de este municipio se remonta a varios siglos atrás.  Tiene como punto de partida, la muerte del Cacique Chacao, quien entregó su  vida en defensa de su pueblo ante los conquistadores españoles en el año 1567;  en dialecto Cumanagoto Chakau (Chacao) significa “Arena”. Debe su  fundación a la inmigración de damnificados del terremoto de San Bernabé el 11  de junio de 1641 que dejó a Caracas en ruina, destruyendo sus iglesias. 
                El ámbito territorial del Municipio  Chacao, desde 1961 formó parte del Distrito Sucre del Estado Miranda, junto a  los Municipios Baruta, El Hatillo y Sucre. En 1989, con la entrada en vigencia  de la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, desapareció la figura  del Distrito Sucre y la Asamblea Legislativa creó los Municipios Baruta y  Sucre, éste último conformado también por el ámbito territorial de Chacao. El  03 de julio de 1991, se inicia el proceso de separación de los Municipios  Chacao y Sucre, debido a la petición efectuada por residentes y contribuyentes  del sector ante la Asamblea Legislativa. Un año después (1992), este organismo  promulga la Ley de Creación del Municipio Chacao el 17 de enero de 1992 en  Gaceta Oficial del Estado Miranda . 
                En cuanto a la caracterización físico-espacial, el Municipio  Chacao está constituido por veintiún municipios que conforman  el Estado Miranda y uno de los cinco que compone el AMC .  Limita al norte, con el Municipio Vargas del Distrito Federal, es decir, desde  el nacimiento de la Quebrada Chacaíto, hasta la prolongación de la Quebrada  Sebucán en la Fila del Ávila, sin embargo, el límite del área urbana es la  Avenida Boyacá. Al sur, con el Municipio Baruta, desde el punto antes indicado  en el Río Guaire aguas arriba hasta la desembocadura de la Quebrada Chacaíto en  dicho río. Al este, con el Municipio Sucre, aguas abajo por la Quebrada Sebucán  pasando el puente Sebucán hasta su desembocadura del Río Guaire. Por el oeste,  con el Municipio Libertador, quebrada de Chacaíto de por medio, desde su  desembocadura en el Río Guaire, aguas arriba hasta su nacimiento en la Fila de  El Ávila . (Véase  Plano Nº 3) 
                Este municipio está conformado por una parroquia,  también denominada Chacao y tiene una superficie  aproximada de 3.600 hectáreas (36 Km2) de los cuales 900 ha (9 Km2)  son urbanas y 2.700 ha (27 Km2) forman parte del Parque Nacional El  Ávila .  Asimismo, Posee un área de construcción  aproximadamente de 630 has, lo cual indica un alto grado de desarrollo  urbanístico. Es un  territorio relativamente pequeño con una población de 71.025 habitantes, de los  cuales 38.986 son hembras (54,9) y el 32.039 varones (45,1) .  Se divide en 15 urbanizaciones que son: Altamira, Bello Campo, Campo Alegre,  Country Club, El Bosque, El Dorado, El Rosal, Estado Leal, La Castellana, La  Floresta, Los Palos Grandes, Casco de Chacao, San Marino, Sans Souci y El  Retiro. Dentro de estas urbanizaciones están ubicados nueve sectores populares  que son: El Pedregal, Bucaral, La Cruz, Bello Campo, Pajaritos, Barrio Nuevo, San  José de la Floresta, La Manguera y El Tártago. Entre Altamira, La Castellana y  Sabana Grande, se ubican algunos de los centros comerciales como Centro Ciudad  Comercial Tamanaco,  Sambil,  Lido   y  San Ignacio; también se sitúan diversas  empresas de tipo bancario, comercial, hotelero, cultural, turístico, consorcios  empresariales, organismos diplomáticos y redes de restaurantes, entre otros, que  han permitido proporcionarle dinamismo diverso a todo el municipio. 
Estudios  de microzonificación de riesgo
                El estudio de  Microzonificación de Riesgos Socionaturales fue desarrollado en 1994; en el  mismo se construyeron los mapas de: vulnerabilidad, vulnerabilidad urbana  ponderada, riesgo sísmico, amenaza sísmica, líneas vitales, viario, altura de  las edificaciones, usos del suelo y densidad poblacional.  Para el  caso de los mapas integrales de amenaza sísmica, vulnerabilidad y riesgo  sísmico; el CENAMB desarrolló el Sistema de Ponderación de Variables de Riesgo  en conjunto con un Sistema de Información Geográfica, que permitió asociar las variables  a la manzana urbana. Esta unión de manzanas generó los mapas de riesgo sísmico,  hidrometeorológico y geológico que actualmente son utilizados por la Alcaldía  del Municipio Chacao para enfrentar los escenarios que puedan ocurrir,  dependiendo del tipo de amenaza y el sector donde se produzcan. Dentro del  sistema se creó el método Microzón, que permitió localizar la amenaza sísmica en  el Municipio estableciendo los efectos locales del suelo de acuerdo a los  parámetros de profundidad de la roca, el tipo y textura del suelo y la profundidad  de la mesa de agua o el nivel freático. Dicha información fue alimentada con  una base de datos proveniente de un Sistema de Información Geográfica que  graficó las áreas según los niveles de vulnerabilidad y riesgo. Esto permitió  iniciar procesos de gestión municipal, planificación urbana y obras públicas,  programas de autoprotección ciudadana y protocolos de activación y respuesta  ante posibles amenazas .  La ponderación de variables que se utilizó para medir  la vulnerabilidad, está identificada en cuatro zonas:  zona muy vulnerable identificada de  color rojo, zona vulnerable de color  anaranjado, zona alteración de la  actividad cotidiana de color verde y zona  de mayor seguridad identificada de color amarillo. 
                La zona atribuida con mayor vulnerabilidad comprende las urbanizaciones de Bello Campo,  Chacao, El Bosque, lado Sur de Los Palos Grandes, el lado Oeste de El Rosal y  el Sur de La Castellana y Altamira, por tanto, esta zona tiene una alta  densidad de población, predominando el uso residencial y comercial, asimismo,  presenta  posibles problemas de  redes,  mantiene un alto flujo vehicular  y 75% de las edificaciones tienen más de ocho pisos. Y la zona vulnerable también presenta características similares a la  anterior y es donde están ubicados la mayoría de los consorcios empresariales.  Las urbanizaciones que la conforman son: Campo Alegre, Estado Leal, El Retiro,  el lado Oeste del Country Club, el Norte de Altamira, Los Palos Grandes y La  Castellana; mientras que la zona con alteración  de actividad cotidiana, incluye 50% de las edificaciones que tienen más de  nueve pisos.
                Esta zona presenta una densidad con un nivel entre bajo y medio y una  vialidad que se mantiene a nivel local. Las urbanizaciones que conforman esta  área son tres: La Floresta, Country Club y parte de La Castellana. Por último,  la zona que tiene mayor seguridad es  mayormente residencial, tiene una baja densidad urbana y solamente 25% de los  edificios están construidos con más de ocho plantas. (Véase Plano Nº 4). Para estudiar el riesgo sísmico, se dividió el  municipio en cuatro áreas: la primera es una zona que comprende la amenaza sísmica alta, la segunda tiene  una amenaza sísmica moderada, la  tercera presenta una amenaza sísmica  menor y la cuarta identifica aquellas zonas  despobladas o con áreas verdes. 
                En el mapa de riesgo sísmico, se puede observar que  el área con mayor amenaza tiene una  alta densidad poblacional, donde mayormente están concentradas las  edificaciones residenciales, los comercios y las empresas, asimismo, es donde  están ubicados generalmente los planteles educativos, hospitales, ambulatorios,  así como es un sitio que tiene mayor concentración poblacional. Esta zona  comprende el Noreste del municipio en el cual se ubican: La Castellana, El  Dorado, Altamira, Bello Campo y toda la urbanización de Los Palos Grandes. Por  otro lado, la zona con amenaza sísmica  moderada tiene características similares a la primera, sólo que presenta  una baja densidad urbana y su uso tiende a ser residencial y empresarial. Esta  área comprende La Floresta, Chacao, El Rosal, Sans Souci, El Bosque, el lado  Oeste del Country Club y buena parte del lado Sur de La Castellana y Altamira.  La otra área que mantiene un predominio de uso residencial y baja densidad  poblacional   está identificada de menor amenaza y son las urbanizaciones  el Country Club y el lado Norte de El Rosal. En la última área se puede  observar hacia el Norte y Sur del municipio muy pocas zonas despobladas o áreas verdes. (Véase Plano Nº 5)
Para el estudio de la amenaza sísmica, se observó en el municipio una división de ocho zonas: las dos primeras identificadas en áreas de fuerte amenaza por concentrar mayor potencial de daño estructural. La tercera denominada zona de transición, por presentar características similares a las dos primeras; la cuarta diagnostica a las zonas con amenaza moderada, que tienen edificaciones con más de 15 plantas; la quinta zona que identifica las que tienen falla geológicamente activa y es restrictiva para todo tipo de edificaciones; la sexta área que estudia la zona con amenaza moderada sin tendencias definidas de daño estructural; la séptima zona destinada a estudiar específicamente las edificaciones bajas y rígidas para potenciar su grado de intensidad sísmica. La octava área señala la amenaza sísmica en aquellas edificaciones con alturas entre cinco y nueve pisos. De acuerdo al mapa de amenaza sísmica, las franjas más significativas que están identificadas de color rojo - zonas con mayor potencial de daño estructural para edificios altos y/o flexibles- señalan a las urbanizaciones ubicadas al Este del municipio: Los Palos Grandes y Altamira, mientras que las de amenaza moderada, comprende el área de La Castellana, el lado Sur de Altamira y Los Palos Grandes. Por último, la zona que tiene una falla geológicamente activa está ubicada al Norte del Municipio, es decir en la cercanía de la montaña El Ávila.
La necesidad del ser humano en intentar  comprender los diferentes fenómenos naturales que afectan su entorno, los ha llevado  a lo largo de estas décadas a estudiarlos con más detenimiento, para luego  buscar alternativas que permitan mitigar los efectos adversos producidos. 
  Entre los fenómenos naturales que  afectan a la ciudad de Caracas sobresale el riesgo sísmico; de esto se puede  señalar que no depende solamente de la amenaza o probabilidad de ocurrencia de  un evento, sino también del grado de vulnerabilidad que poseen muchas  edificaciones que no han sido construidas bajo las reglamentaciones adecuadas,  puesto que no cumplen con ciertas condiciones mínimas de estructuración, forma  y resistencia; lo cual las hace ser cada día más susceptibles a sufrir daños. 
  Los eventos sísmicos ocurridos en  Caracas, han demostrado claramente el alto grado de vulnerabilidad que esta  ciudad posee, por ello investigadores en la materia se han dedicado a realizar  estudios tendientes a la evaluación de la amenaza, a los procesos de  microzonificación en municipios urbanos, a la evaluación de la vulnerabilidad  sísmica y a la generación de escenarios de riesgo. Se han dado procesos de  acción colectiva y voluntaria a través de la comunicación, selección,  retroalimentación y organización comunitaria, lo cual resulta fundamental para  que la población internalice que la base del conocimiento representa el foco de  aprendizaje continuo y la capacidad para monitorear su propio riesgo. 
  Por las características  que presenta el suelo en algunas zonas de Caracas como Los Palos Grandes,  Altamira, Chacao y San Bernandino, suelen amplificar el movimiento sísmico y  hacer que se sienta más fuerte que en otros lugares donde el suelo es más  rocoso; además no se puede obviar que son zonas de gran espesor y de depósitos  aluvionales. De acuerdo a investigaciones sobre la materia, el Municipio  Chacao posee construcciones de obras de alta densidad  que no han sido autorizadas por Ingeniería Municipal, lo cual trae consigo la  aceleración de la vulnerabilidad tanto física como humana. Se destaca, la  visión innovadora de la planificación urbana en los sectores populares del Municipio  Chacao para la ejecución de obras conjuntamente con la participación de las  comunidades. Se toma en consideración las políticas relacionadas con amenazas  ambientales, vista desde los diferentes ángulos de vulnerabilidad y tipos de  riesgos socionaturales que existen. De esto se desprenden las reflexiones sobre  el caso que nos ocupa en este estudio, por cuanto hace especial énfasis en la  reducción de la vulnerabilidad y su relación con la participación de las  organizaciones sociales formadas en este sector. 
  Tomando en cuenta que Caracas tiene la  falla sismológica Tacagua-El Ávila, las características del suelo y la  geomorfología de la ciudad hacen que el movimiento de sismicidad sea más  fuerte, lo cual indica que eventualmente puedan ocurrir sismos potentes que  dejen grandes daños materiales y humanos.