Contribuciones a las Ciencias Sociales
Agosto 2011

VÍAS PARA POTENCIAR LA FUNCIÓN CULTURAL DE LA FAMILIA



Náyade Caridad Reyes Palau (CV)
Máster en Ciencias de la Educación
yamilka.becerra@mincex.cu




RESUMEN
La vinculación de la familia con la escuela no podría realizarse sólo por la participación de los padres en las Escuelas de Educación Familiar, sino mediante su participación directa en la vida de la escuela, en veladas familiares, festivales estudiantiles, acampadas, comunicación frecuente con los maestros, visitas a la escuela, actividades dirigidas a potenciar su función cultural y al empeño eficiente del tiempo libre, entre otras.

A los docentes se les exige el perfeccionamiento de manera permanente de su sistema de trabajo, de modo que garantice una respuesta adecuada a las cambiantes necesidades de la sociedad, por lo que su preparación no culmina con la conclusión de sus estudios. Se reconoce que el desarrollo que se pretende lograr no puede ser solucionado solo desde las actividades instrumentadas, sino con la implicación de todos los factores.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Reyes Palau. N.C.: Vías para potenciar la función cultural de la familia, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, agosto 2011, www.eumed.net/rev/cccss/13/

DESARROLLO
Se ha venido argumentando acerca de la importancia de la familia como núcleo de influencias, por lo que es vital, pues la educación a la familia proporciona conocimientos, ayuda a argumentar opiniones, desarrolla actitudes y convicciones, estimula intereses y consolida motivaciones: contribuye a integrar la concepción del mundo en los padres. Una eficiente educación a la familia debe preparar a los padres para su auto desarrollo, de forma tal que se autoeduquen y se autorregulen en el desempeño de la función formativa con sus hijos.
Los procesos para hacer más efectiva una relación positiva, coherente, activa y reflexiva entre la familia y la institución educativa deben basarse en la coordinación, colaboración y la participación entre estas dos agencias socializadoras.
El trabajo con la familia favorece la afinidad educador–hijo(a) mediante el conocimiento de la composición familiar, formas de crianza, valores, costumbres, tradiciones, normas, hábitos, sentimientos, vías de solución de problemas del entorno familiar.
La vinculación familia–institución presupone una doble proyección: la institución, dirigiéndose hacia la familia para conocer sus posibilidades, necesidades, condiciones reales de vida, y orientar a los padres para lograr en el hogar la continuidad de las tareas educativas; y la segunda, la familia, ofreciendo a la institución información, apoyo como potencial educativo.
Una de las vías de orientación a los padres y a la familia es la utilización de los medios de difusión masiva, tales como la radio, la televisión, la prensa, mediante mensajes y programas específicos, la propuesta de la biblioteca familiar, en las casas de orientación a las familias, el trabajo que realizan los trabajadores sociales, entre otros, para así, incrementar la cultura general de la familia en relación con la formación de los hijos.
La educación familiar, con un carácter intencional y dirigido, se realiza mediante diferentes vías, entre las más usuales se encuentran: las Escuelas de Padres, las Consultas de Familia, los Encuentros Individuales, las Visitas al Hogar y las Reuniones de Padres.
Las Escuelas de Padres, tienen el propósito de contribuir a la capacitación pedagógica de la familia, a elevar su nivel de cultura psicológica y pedagógica, a prestar ayuda concreta en los distintos aspectos de la educación de sus hijos. Para ello se han extendido mucho las técnicas de dinámica centrada en el grupo, denominadas técnicas participativas, con las cuales es el propio grupo el que se va cohesionando en torno a las tareas planteadas, y quien lleva a cabo una experiencia de verdadero aprendizaje colectivo.
Las Consultas de Familia, otra solución para la atención a los padres, consisten en los encuentros con la familia, para abordar preocupaciones o problemas que tengan los padres con sus hijos. Esta atención, la pueden realizar los psicólogos y pedagogos del centro vinculados a este y debe contar con la presencia del educador. En estas consultas se puede abordar un asunto que preocupe al centro y a la familia. Se procura, por tanto, que cada uno exprese cómo ven el problema planteado, y cómo se sienten al respecto. Una conversación orientadora puede conducir a las lecturas de materiales educativos, al reforzamiento de la asistencia a las charlas o reuniones de padres, y si es necesario a otros encuentros futuros en consultas de orientación.
Los Encuentros Individuales tienen una máxima prioridad, pues el trabajo de orientación a la familia es uno de los más complejos, pero esta vía se utilizará, fundamentalmente, cuando se desee prestar ayuda activa a los padres, cuando exista un problema concreto que se quiera resolver, lo que de ninguna manera puede quedarse en el simple hecho de presentar el problema, sino, llevar de frente la sistematización del trabajo individual analizando el desarrollo de la dificultad, sus logros, o necesidades de cambio de procedimiento, hasta superar dicha dificultad en la unidad de la familia y la institución.
Las Visitas al Hogar, aportan una información valiosa sobre las condiciones materiales e higiénicas en las vive el niño y se educa, y principalmente, las de carácter afectivo; permiten conocer la composición familiar; las relaciones entre sus miembros, el estilo educativo que predomina, entre otras, para a partir de este conocimiento y de la potencialidad educativa que posee la familia, prever la ayuda necesaria, las orientaciones generales para el adecuado cumplimiento de su función.  
En las Reuniones de Padres prevalece la comunicación entre los educadores y los padres, con una gama amplia de aspectos a analizar que pueden ir, desde la información del desarrollo de los estudiantes, hasta aspectos organizativos y educativos del centro.
Dentro de las alternativas metodológicas de la educación de padres una vía muy efectiva es la de los Consejos de Padres de aulas y de la escuela. La integración de los padres a la dinámica de trabajo donde colaboren directamente con el centro, en estructuras dirigidas por ellos, constituye un medio efectivo y eficiente en el apoyo al trabajo educativo de la institución.
En tal sentido, es fundamental que el docente disponga de un diagnóstico integral (que abarca a los alumnos de su grupo, la familia y la comunidad) y fino (referido a los elementos del conocimiento de cada estudiante), para lo cual se debe nutrir de la informaciones aportadas por diversas vías, así como de la aplicación de otros instrumentos que aplicará con tal propósito. Esta caracterización y la de los profesores que impartirán clases en su aula han de permitir la planificación conjunta de las acciones integradoras, necesarias desde el conocimiento de las particularidades de su grupo y de cada estudiante, y de las condiciones que pueden potenciar su desarrollo, con la implicación y participación activa de todos los actores socializadores y, en especial, de cada uno de los alumnos, sus familias y la comunidad.

CONCLUSIONES
En los momentos actuales potenciar la función cultural de la familia resulta sumamente necesaria, especialmente el rescate de la memoria histórica, el patrimonio, las costumbres y tradiciones, valores y la reafirmación y consolidación de la identidad cultural. Para lograr este propósito es importante la participación de la escuela como agente educativo.

El proceso de orientación de la escuela a la familia constituye una vía para potenciar su función cultural pero para ello es necesario que los docentes de la educación preuniversitaria estén pertrechados de los conocimientos y habilidades necesarias para desarrollar exitosamente dicha tarea.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Libros:

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ARTÍCULOS

  • Hart, A.: (1996). La personalidad social de la cultura cubana. Periódico Trabajadores.
  • Novoa, M. C.: (2002). La función cultural de la familia: una propuesta teórica para su estudio. Tesis en opción al título de master en desarrollo cultural comunitario. Universidad de Oriente. Santiago de Cuba.
  • Sorín, M.: (1990). Cultura y vida cotidiana. Revista Casa de las Americas 178 marzo-abril. La Habana.
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