Contribuciones a las Ciencias Sociales
mayo 2011

BREVE CONTEXTO HISTÓRICO E INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA REFERENTE A LA CIUDAD DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA



Inmaculada C. Pérez Parra
Juan Manuel García Barea
jmgarciabarea@gmail.com



RESUMEN

El presente artículo pretende dar una visión general de la evolución histórica de la ciudad de El Puerto de Santa María combinando las referencias documentales existentes con los hallazgos arqueológicos producidos en el núcleo urbano o bien en su término municipal.

Palabras claves: El Puerto de Santa María, textos históricos, hallazgos arqueológicos, núcleo urbano, Castillo de San Marcos.
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Pérez Parra, y García Barea: Breve contexto histórico e información arqueológica referente a la ciudad de El Puerto de Santa María, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, mayo 2011, www.eumed.net/rev/cccss/12/

La historiografía a través de los textos clásicos ha señalado como orígenes posibles de la ciudad de El Puerto de Santa María a su identificación con el núcleo urbano de Puerto Menesteo, hipótesis que guarda su raíz en las investigaciones del siglo XVI cuando la propia ciudad de El Puerto de Santa María comienza a convertirse en uno de los núcleos más destacados de la zona de la costa occidental de Andalucía. Sin embargo, las investigaciones arqueológicas realizadas en el término municipal de El Puerto de Santa María no han conseguido avalar hasta la fecha estos planteamientos de la fundación en la etapa de la antigüedad de la ciudad.

Actualmente, según la documentación historiográfica y arqueológica, el origen del poblamiento del espacio correspondiente al caso urbano de El Puerto de Santa María se remonta, según las hipótesis de los investigadores, a época romana, concretamente al período republicano y vinculada posiblemente a las actividades mercantiles de esa época histórica debido a su identificación con el conjunto del denominado como Portus Gaditanus, siguiendo así algunas referencias de textos clásicos de Estrabón, Plinio o Pomponio Mela, que delimitan esta zona como uno de los lugares de embarque para la exportación de los productos agropecuarios de la zona de la Bética.

Las primeras noticias sobre hallazgos de época romana en el casco histórico de la ciudad aparecen en las Cántigas de Santa María, nº 328. En ellas se afirma la existencia de piedras trabajadas junto a los cimientos de la construcción de la antigua mezquita, actualmente la fortaleza del núcleo urbano que aún se conserva en pie y que es conocida como el Castillo de San Marcos.

La existencia de elementos constructivos de época romana en el entorno del Castillo de San Marcos se confirmó tras la realización de intervenciones arqueológicas de urgencias, donde se descubrieron una serie de muros pétreos de dimensiones amplias con una extracción y un trabajo deliberado de los propios sillares. Estos restos fueron encontrados a una cota de profundidad de 4 metros aproximadamente, bajo las formaciones dunares holocénicas cercanas al río Guadalete.

Igualmente, durante una serie de trabajos arqueológicos desarrollados en el núcleo urbano se han documentado restos que inciden en el carácter mercantil de la zona, pues han aparecido restos de alfares en la calle Javier de Burgos, con una producción cerámica que está encuadrada durante los siglo II- I a.C., es decir, en la etapa republicana.

Sin embargo, los hallazgos de estos vestigios arqueológicos de la etapa romana no permite aún conocer la extensión y organización interna del posible asentamiento, pero no hay que desechar la posibilidad de su relación con la situación estratégica dentro de la desembocadura del río Guadalete.

Una de las aportaciones más importante de la arqueología portuense para conocimiento de la historia fue la documentación histórica y arqueológica del período tardorromano, especialmente en las intervenciones y los hallazgos realizados en la calle Ganado, en la calle Palma (Palacio de Valdivieso), Plaza del Castillo y Plaza de Isaac Peral. Estas evidencias arqueológicas señalan un poblamiento durante la época romana muy extenso a lo largo de la ribera del río Guadalete, con un desarrollo desde principios del siglo IV hasta incluso mediados del VI d.C.

El período histórico comprendido entre los siglos VII y X d.C. son años para la historia de El Puerto de Santa María que aún requieren de un estudio más pormenorizado, sobre todo en lo referido a las intervenciones arqueológicas desarrolladas en el término municipal. En textos históricos relativos al siglo X se menciona la ubicación de la alquería musulmana de al–Qanatir, la cual podría ser el precedente estructural del entramado urbano que comenzó a organizarse tras la conquista cristiana hacia el año de 1260 durante el reinado del rey castellano Alfonso X, convirtiéndose el núcleo urbano en Santa María del Puerto.

Fue durante esas fechas, concretamente entre los años 1264 y 1266, cuando se procedió a la repoblación castellana de El Puerto de Santa María y el núcleo urbano se situó en torno al actual Castillo de San Marcos con una buena salida al mar a través de la desembocadura del río Guadalete con conexiones no sólo con la bahía de Cádiz sino con las zonas interiores de la provincia, especialmente con la campiña de Jerez. Hay que destacar el interés económico de la zona, pues a la explotación agropecuaria de las áreas circundantes se le suma la riqueza pesquera del marco de la costa gaditana. Igualmente, esta zona mantiene un interés geoestratégico, pues otorga una visión general de la zona comprendida entre la costa noreste y occidental de Cádiz, la campiña de Jerez y parte de la zona de La Janda, con el núcleo de Medina Sidonia como referente.

Desde otras propuestas basadas en textos de época musulmana e incluso anteriores se plantea la posibilidad de que en realidad el núcleo urbano de Sidonia podría ser un enclave situado en las cercanías de la sierra de San Cristóbal, dentro del término municipal de El Puerto de Santa María, denominada Sidueña, muy cerca del yacimiento fenicio de Doña Blanca.

Para organizar la defensa del núcleo urbano y de la población ante los ataques meriníes, se construyó hacia el año 1277 un recinto amurallado, cuyo perímetro fue aproximadamente de 1.475 metros y englobó un espacio de 142.000 metros cuadrados. Sin embargo, los únicos restos materiales documentados hasta la fecha de la muralla corresponden a los descubiertos en la intervención arqueológica de la c/ Ricardo Alcón nº 24. Por sus características, el muro hallado está construido con aparejo de mampostería de piedra arenisca y ostionera en lienzos exteriores, relleno de tapial de hormigón fabricado con argamasa de cal y arena, arcilla, fragmentos de ladrillo y guijarros pequeños de caliza.

De los restos arqueológicos correspondientes a la época musulmana se debe hacer referencia al propio Castillo de San Marcos, en realidad una antigua mezquita originaria del periodo califal, concretamente del siglo X, y posteriormente convertida en iglesia-fortaleza por Alfonso X tras la conquista cristiana del territorio. Igualmente hay que destacar que el registro arqueológico de época almohade entre los siglo XII – XIII se intensifica concentrado en el entorno del Castillo de San Marcos, destacando zona de necrópolis en la Plaza del propio Castillo y en el interior del Palacio de Valdivieso, al igual que las viviendas con pozos y silos halladas en la calle Santo Domingo, dentro del entorno urbano de la misma fortaleza.

La evolución de la ciudad de El Puerto de Santa María a partir de los siglos XIV y XV, ya en la etapa moderna, viene determinada por los privilegios otorgados por los reyes cristianos. Durante este periodo la ciudad creció dentro de los límites del recinto amurallado y los sobrepasó a finales del siglo XV, consolidando su ribera del río Guadalete con el levantamiento de atarazanas y otros tipos de edificios que cubrían las necesidades de una villa- marítima. En esas fechas El Puerto de Santa María se convirtió en un foco de atracción para gente de otros lugares que vieron en esta prosperidad económica relacionadas especialmente con el comercio americano y la explotación agropecuaria de la campiña de Jerez como la oportunidad de llevar a cabo sus propis intereses de negocios.

Los siglos XVI y XVII representaron para la ciudad un crecimiento muy rápido, tanto desde el punto de vista demográfico como urbanístico. Este desarrollo se relaciona estrechamente con lo añadido anteriormente, es decir, con el comercio colonia americano y la instauración de las familias comerciantes. Sin embargo, a finales del siglo XVII se produjo un despoblamiento generalizado de la ciudad por diferente motivos entre los que se pueden destacar el alzamiento económico de la vecina ciudad de Cádiz como emplazamiento principal del comercio con América y otras áreas europeas, el avance del estamento social burgués que se acentuó a lo largo del siglo XVIII y la pérdida de cierta preponderancia de la clase aristocrática- especialmente de la baja-, el abandono de la ciudad como fondeadero de Galeras Reales, las epidemias que afectaron a la población y los ataques a la bahía de Cádiz y las poblaciones adyacente de las tropas anglo-holandesas en búsqueda de recursos económicos.

Durante la primera mitad del siglo XVIII tiene lugar una fase de recuperación económica, motivada principalmente por el traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz y el asentamiento de la burguesía comercial en el entorno de la bahía gaditana. El Puerto de Santa María se convirtió en el centro urbano más destacado de la bahía de Cádiz, en un conjunto que resaltaba la ciudad de San Fernando como núcleo militar, Puerto Real como centro industrial y la ciudad portuense como área de asentamiento de familias burguesas que o bien prefieren asentarse en la ciudad ante la falta de espacio urbano o recursos económico para Cádiz o bien buscando las riquezas de la explotación del comercio vinícola con el entorno de Jerez de la Frontera.

En el siglo XIX la ciudad de El Puerto de Santa María sigue su evolución urbanística y se plantean nuevas ordenaciones de espacio siguiendo los criterios de la época, con ensanches en un perímetro urbano, la urbanización de espacios abiertos a través de plazas, alamedas y parques públicos o el levantamiento de edificios para el disfrute social, como teatros, y la instauración de una economía industrial relacionada con la explotación vinícola, agropecuaria y pesquera, principalmente.

BIBLIOGRAFÍA

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SANCHO DE SOPRANIS H. (2006): Historia de El Puerto de Santa María: desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos. Universidad de Cádiz. Cádiz

 


Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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