Contribuciones a las Ciencias Sociales
Octubre 2010

COMPLEJIDAD, MUNDO Y SENTIMIENTOS

 

Yoneisel Bernardo Dieguez Céspedes
ydieguezc@vru.uho.edu.cu 
Colaboradores:
Jorge Luís Ricardo González
Adela Severina Hernández Bechara
 

 

Resumen

En el presente trabajo pretendo relacionar los diferentes puntos de vista integrados al comportamiento subjetivo del ser y las ciencias, con la referencia de las bases teóricas de la Complejidad. Hago cita de algunas explicaciones a mi modo de ver sobre la esencia humana, el acelerado desarrollo de la ciencia y la técnica, persiguiendo como objetivo crear nuevas bases y criterios que expongan la necesidad de simplificar las asociaciones teóricas y objetivas bajo diferentes puntos de vista.
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Dieguez Céspedes, Y.B.: Complejidad, mundo y sentimientos, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, octubre 2010, www.eumed.net/rev/cccss/10/ 


Introducción

Tomo en cuenta una atrevida descripción de las interrogantes teóricas de la Complejidad en las Ciencias Sociales, como un fenómeno que ha ido complementando el conocimiento de todas las ciencias; aclaro que no me baso en las especulaciones ni términos que de alguna u otra forma nos llevarán a las misma conclusión, más bien un aporte más acertado de lo que diríamos acerca de la realidad. Creo que la diferencia entre lo que podemos percibir y aprender de otras fuentes de conocimiento es un adelanto y una forma de llevar el ritmo de vida más acelerando y complejo desde el punto de vista que vamos simplificando nuestras vidas y aumentando nuestras necesidades.

Análisis y Discusión

Edgar Morín en uno de sus artículos nos describe que el amor, por ejemplo, es “…el culmen de la unión entre la locura y la sabiduría…”, bueno… agrego que tiene mucho en común cuando se habla y se refiere a este sentimiento que nos diferencia a uno de los otros. Nos preguntamos, qué tienen que ver los sentimientos, con la ciencia, el conocimiento y lo demás aprendido en todo este tiempo; pocos sabemos diferenciar que entre la curiosidad y la pasión, hay una estrecha relación que se fundamenta sobre la base de los motivos. De lo complejo a lo simple pudiera concebirse que pueden existir varios escalones, o varias escalinatas compuestas de ello; es lógico basarnos de conocimientos y nuevas teorías que pueden ir simplificando nuestras vidas a ser más complejas, siendo una forma explicativa de que nuevas necesidades generan otras que van creciendo poco. No me extrañaría que el mundo vaya sufriendo un enorme deterioro con las contradicciones y sentimientos. Nos vamos convirtiendo en seres que no piensan en algoritmo lógico y de paso los sentimientos yacen fosilizados con el incremento de los avances tecnológicos. Todos los sucesos tienen sus raíces, muchos de ellos a partir de las frustraciones y desempeños apasionados de curiosidades y ambiciones que yacen en nosotros; muchos se asombran de las consecuencias y determinaciones de lo que podemos encontrar a diario, sin saber que poco a poco nos vamos convirtiendo en una especie amenazada a desaparecer por nuestros propios sueños. Lo complejo es que nos basamos en las fracciones de conocimientos dispersos para fundamentar nuestras explicaciones y la forma de entender el medio que nos rodea.

Regresando a la base de toda creación considero que existen muchas formas de amar. ¿Pero…, nos hemos preguntado si es lo mismo querer? Así quiero referirme tomando como ejemplo tan noble sentimiento y contradicciones, que nos ha permitido descubrirnos a notros mismos, y después de todo somos tan ingenuos que seguimos impresionándonos. Muchos consideran que el amor nos hace fuertes y otros que nos tornan débiles, en si la parte compleja no es la que vemos, sino el acercamiento que le hemos dado para poder compensar una curiosidad, claro, que hemos partido de asuntos lógicos y nos hemos previsto a dar continuidad a una nueva explicación que nos permita comprender la razón de nuestra existencia que a la vez nos de fe de lo que esperamos aunque sea irremediable. Una vez disfrutaba de una película y me dio mucha curiosidad una pregunta muy interesante, pues se encontraba un profesor en una clase donde pregunta con detenimiento: ¿Por qué el doctor Frankenstain se compara con Dios? A mi modo de ver pretendo reflexionar sobre el conocimiento partiendo de que el creador, que en este caso es Dios, da la vida a su voluntad siendo el todo poderoso que podía hacer cosas increíbles; percibo que el doctor Frankenstain motivado por la pasión de creación, lo motivó a tal especulación; el dramatismo de la mezcla de varias alternativas que complementan el suceso de lo que pretendemos ser, nos evidencia el mensaje de inconformidad, la búsqueda de darnos infinitas explicaciones de donde parte la curiosidad de crear nuevas bases que fundamenten lo que nunca hemos visto; Adam por otra parte fue creado por Dios, y su pronta curiosidad y debilidad por el sentimiento de amor que sentía por Eva lo llevó al fracaso y la expulsión del resguardo de su creador, me temo que hay verdad en el sentido de expresar lo que somos y a la ves todo tiene que ver con lo otro seguido de un fuerte orden relacionado. Somos la imagen de nuestro creador y a la vez parte de su imperfección, somos el fruto del amor perdido y confuso de las explicaciones de nuestro origen; quizás esto es lo que disguste a muchas personas, pero sin el bien no existe el mal, creo que desde el surgimiento de nuestra existencia hemos tratado de ver el mundo de muchas maneras, no sabemos si estamos vivos o muertos, no sabemos la razón de tantas preguntas, ni tampoco la razón de nuestra existencia, solo nos conformamos con explicaciones acercadas y bien fundamentadas, quizás para soportar el dolor y aceptar que alguna vez dejaremos de existir. Creo una vez más que las necesidades nos han puesto al borde de buscar nuevas explicaciones y llegar con detenimiento a conclusiones que conformen a unos y enfaden a los otros. También creo que las necesidades generan sentimientos que nos acercan más a nuestra forma de ser, y sugiero analizar esta curiosidad, la palabra – Fe –, solo con dos letras podemos resumir el anhelo de nuestros deseos y la inconformidad del medio ambiente que nos rodea.

No se puede detener el paso del tiempo; es verdad cuando Morín plantea que vamos en un “Titanic”, estamos condenados por nuestros sentimientos a imperfecciones, generadas por las necesidades de diferentes niveles que han dominado nuestro comportamiento, todo en si tiene que ver con lo otro; existen nuevas explicaciones y razones por la que pretendo insistir que solo explico mi forma de ver el mundo y me baso sobre otras opiniones para crear un soporte de exactitud que su ves determine nuevas reflexiones, aunque estaría bien un poco de contradicciones, quizás de esta forma existan nuevas fuentes de creación. Hay que ser atrevidos y enfrentarnos al mundo que nos rodea y fundamentar nuevas fuentes de conocimientos, en ocasiones los conflictos y las crisis creadas pueden crear nuevas filosofías de vida de acuerdo al medio ambiente que nos rodea, como también todos los sucesos de otras interpretaciones que vamos adaptando a nuestras vidas que incluso muchas de ellas son fruto de nuestros sentimientos.

Sin dejar el tema atrás, quiero seguir hablando de los sentimientos, esa parte que nos caracteriza y hace más imperfectos o dichosos; imagínense un mundo perfecto, creo sería un poco aburrido, todo estaría a la mano, la mujer perfecta, el coche perfecto, todo y sobre todo lo absoluto perfecto; un gran error, pues la evolución y el desarrollo son unas de las tantas razones que nos motiva a nuevas necesidades y la búsqueda de esa perfección a partir de nuestras propias frustraciones nos ha permitido llegar a donde hoy pretendemos y abogamos por nuevos conocimientos. Las explicaciones que con el paso del tiempo serán más simples darán paso a que las necesidades serán más insatisfechas, el surgimiento de nuevos saberes en un ciclo indeterminado y repetitivo que dará paso a nuevas ciencias; el más antiguo y dichoso de los sentimientos siempre tendrá un rincón donde de renacer. Muchos ejemplos se pueden mencionar, pero la complejidad propia del ser nos hace parte esencial a lo que hemos denominado Ciencia, que a mi modo de ver es una forma de ordenar el conocimiento.

La creación de nuevas formas de ordenar lo que sabemos nos beneficia y nos conviene que sea recordado, lo que es lo lógico y determinante como ya dije en una ocasión que el conocimiento es muy abarcador e infinito en comparación con la mente.

Lo complicado sería unir todos los conocimiento dispersos en el mundo, como también relacionar todas las ciencias, pero nada imposible, quizás por esta forma lo vemos como un reto. No se si lo que escribimos es nuestro propio reflejo o la forma de que entendemos el mundo que nos rodea, es difícil y la vez sencillo darnos cuenta en un determinado momento lo que somos, hemos conquistado la Luna, nos hemos desarrollado y sin embargo hemos dado cobertura al olvido de nuestra cultura y raíces; quizás debemos de olvidar quienes somos para fomentar un nuevo estilo de vida y adaptarnos a las consecuencias de la satisfacción de nuestras necesidades. O preguntarnos por que tenemos tanto y seguimos siendo más miserables.

Conclusiones

Creo que para entender el mundo debemos de entendernos nosotros mismos sin la ayuda de nadie, descubrir porque existimos, crear nuestra propia filosofía y aprender lo que necesitamos para vivir. Todos siempre encontramos nuevas forma de expresar nuestra esencia y comprendo que todos nos vamos dejando llevar por el impulso de hacer saber que existimos, el triunfo está determinado por nuestras capacidades, y otras referencias que no hago mención por cuestiones de respeto dialéctico. Una idea bien ordenada puede ser la fuente de un nuevo conocimiento y una nueva explicación del mundo objetivo que nos rodea.

Referencias

 Edgar Morin. CNRS, París. Complejo de amor. http://www.ugr.es/~pwlac/G14_01Edgar_Morin.html

 Edgar Morin . CNRS, París. ¿Sociedad mundo, o Imperio mundo? Más allá de la globalización y el desarrollo. http://www.ugr.es/~pwlac/G19_01Edgar_Morin.html

 


Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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