Contribuciones a las Ciencias Sociales
Febrero 2008

 

REFORMA ESCOLAR Y SUELDOS DE MAGISTERIO
 


Gerardo Daniel Juárez Martínez
(CV)
Cía. Mueblera, México



Abstract

El presente artículo presenta la opinión del autor, respecto de las propuestas del Banco Mundial (BM), referentes a la reforma escolar en México.

Conocedores de que la reforma escolar es un tema prioritario en la agenda de los gobiernos occidentales, se plantea una serie de inquietudes económicas y filosóficas, sobre la viabilidad de la propuesta y su tropicalización a la realidad mexicana.

Keywords: Reforma escolar, eficacia escolar, Banco Mundial, Capitalismo, Educación, Pago por resultados.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Juárez Martínez, G.D.: Reforma escolar y sueldos del magisterio, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, febrero 2008. www.eumed.net/rev/cccss


Introducción

Es evidente que en la agenda del capitalismo mundial, lo que se desea prioritariamente, es construir un mundo a la medida de las necesidades de los dueños del capital.

Se dice por ahí que a todo modo de producción debe corresponder un modelo de educación, y la triste realidad, por cruda que parezca, es que cada vez se hace más evidente que así lo es.

Atrapados entre la simulación, entre el quiero y no puedo, las intrigas palaciegas, un férreo liderazgo sindical, una gran disonancia entre los discursos y la realidad escolar, es evidente que el magisterio de instrucción pública que obra de buena fe, se puede sentir agredido ante propuestas lo menos ridículas que se plantea establecer en México.

Para nadie es desconocido que después de la crisis financiera de los 80's, debida a la mala administración de las finanzas del país, y a la caída de los precios del petróleo, México se vió obligado a aceptar el cuaderno de cargos que los organismos internacionales de financiamiento les impusieron, con la finalidad de ayudarles a salvar los escollos financieros en el país.

El presente artículo presenta la visión de un servidor sobre estas situaciones, que en corto y mediano plazo, lesionan severamente la economía de uno de los gremios que mayor participación ha tenido en el desarrollo del país: el magisterio.

I. Reforma y eficacia escolar para América Latina, ¿pero antes?

Sin querer caer en un análisis ontológico, lógico ni filosófico, es evidente que para conocer a bien las cosas, hay que empezar por definirlas. Desde lo más elemental.

Cuando se habla de reforma escolar, puede uno preguntarse, ¿reforma qué?, ¿reforma para qué?, e incluso, ¿qué es una reforma?

Para eludir largas discusiones, definiremos aunque sea de modo sucinto lo que he podido interpretar, de lo que los organismos internacionales de financiamiento entienden por reforma escolar, para ellos es: la modificación de planes, programas, estructuras y organización escolar, para orientarlos a la eficacia escolar, entendida esta, como la obtención de resultados ciertos de aprendizaje .

Al menos eso es lo que indican en el discurso, pero ¿en la realidad opera así?

Podría parecer muy loable la definición que manejan, pero ¿tendrá algo implícito? Claro que por supuesto que desde luego, ¿de cuando acá salvo evidentes ejemplos de solidaridad social un capitalista que se digne de serlo va a invertir un peso en algo que no le vaya a redituar?

Atenidos a la lógica del mercado, si tenemos elementos mejor preparados, tendremos mejores trabajadores, lo menos, más productivos.

Pero es evidente que en México, que se ubica en lugares poco honrosos en las pruebas mundiales de aprovechamiento escolar, está desperciciando tiempo y recursos invertidos en la escuela, porque los resultados son pésimos . Algunas evaluaciones internacionales nos ubican en lugares 46 de 52, el cuartil inferior, lo más bajo.

Pero, ¿de quien es la culpa?

Por un lado, se dice que del sindicalismo docente mexicano, que como gremio, se ufanan en decir que son el sindicato más grande de América Latina, ha tenido a lo largo de su historia, una serie de complicidades con los gobernantes en turno. No olvidemos que se gestó a instancias del partido dominante en el gobierno durante el siglo XX (PRI), como un medio de control de los docentes, más que verdaderamente, como instrumento de lucha para sus muy válidas necesidades personales y profesionales.

Por otro lado, se culpa a los padres de familia, que entregan sus hijos a la escuela con muy poca formación, con severas disfuncionalidades sociales, un egoísmo a ultranza (producto de la propia dinámica capitalista), un gusto por el consumo y la tecnlogía y un desagrado por la escuela. Pero los padres de familia, que se la pasan todo el día trabajando, con la finalidad de cumplir económicamente con las necesidades familiares básicas y las creadas por la economía de consumismo que vivimos, ¿a qué horas podrán educar bien a sus hijos?

Otras voces se alzarán y dirán, “si no pueden educarlos, no traigan hijos al mundo”, pero, si no los traen ¿qué sucedería? ¿cómo podría suceder eso?:

a. Promover los métodos anticonceptivos, iría contra la doctrina católica.

b. Crear matrimonios DINKY (Double Income No Kids) , esto ocasionaría un problema en la pirámide poblacional, peor del que se gestó ante la disminución de la tasa de natalidad en México, posterior a 1975. Además, disminuir la población, baja el consumo, la productividad, las aportaciones en impuestos y pensiones, y problemas correlativos que en Europa se ven actualmente.

Volviendo al tema, otros culpan al gobierno, por no destinar el 8% del P.I.B. (cifra mágica del BM y FMI), para la educación. Andaremos por el 5% en términos reales. Lo que ocasiona mala infraestructura, baja preparación para los docentes y correlativamente a ello, mal desempeño educativo en general.

Como puede verse, cualquier tipo de intervención tiene que tomar en cuenta a los actores del proceso, a todos aquellos quienes están afectados por el sistema educativo.

Intervenir en él debe hacerse desde la óptica sistémica , es lo que generalmente se les olvida a quienes diseñan políticas públicas, que pretenden aplicar recetas universales, sin tropicalizarlas a la realidad de los países.

Los seres humanos somos unos sí, pero nuestras realidades regionales y no se diga microrregionales, nuestras experiencias, nuestras circunstancias, como diría Ortega y Gasset, nos hacen tener marcos de referencia distintos, no buenos ni malos, simplemente distintos.

La idea de homogenizar la educación, es algo difícil de aplicar, por razones si quieren básicamente culturales. Se podría poner a discusión la homologación total de lo educativo, y existirían los foros para ello, pero si en algo tan elemental como la economía y las formas de gobierno, los países dueños casi de la economía siempre imponen su santa voluntad, y no aceptan acuerdos contrarios a lo que ellos llevan a la mesa de discusiones, ¿qué se puede esperar para algo tan secundario para ellos como lo es lo educativo?

Tómese como ejemplo tan solo, el caso de juicios que son llevados al Tribunal Internacional de La Haya, si el implicado es el Gobierno Norteamericano, por ejemplo, generalmente desconoce jurisdicción al tribunal. Pero si hay casos amparados bajo las leyes de otros países en que se involucra daños a un ciudadano o entidad norteamericana, ellos aplican extraterritorial y discrecionalmente sus leyes, pasando por encima de quien sea, así, es imposible pensar que obran de buena fe, más bien, desean imponer todo su abanico ideológico, económico y político, a todo el mundo.

Es decir, quieren el mundo única y exclusivamente a su modo, no de otro.

2. Propuesta de reforma del Banco Mundial y sueldos del profesorado.

El punto que dió origen a este artículo, es la petición de especialistas del BM, de hacer una reforma que eleve la calidad de la educación y no los años de escolaridad.

Como meta social, lo ideal es aparejar ambas cosas, ¿de qué sirve que todos sepan leer y escribir con calidad si nadie cursa más allá de primero de párvulos? ¿Quiénes serán los médicos, abogados, ingenieros y científicos en el país? Parafraseándolos: BINGO! Los universitarios norteamericanos, ¿podría ser?

En el estudio “Educación de calidad y crecimiento económico” elaborado por el Banco Mundial , se atreven a definir que “los buenos maestros, definidos en términos del aprendizaje de los estudiantes, son capaces de aumentar el rendimiento de sus estudiantes mucho más allá de lo que lo hacen los malos maestros”. Una definición lo menos que puedo decir, sesuda.

Más allá, ¿qué tanto? Aquí caeríamos en una discusión filosófica, ¿qué tanto es lo que deben aprender? ¿Qué contenidos? ¿Cuántos años de escolaridad? ¿Qué cualidades y preparación deben tener los docentes? ¿Quién va a determinar todo eso? Sí, le atinaron nuevamente, los organismos financieros internacionales, desde la óptica del capitalismo mundial. Nada más y nada menos.

Lo gracioso del asunto, es que si analizamos el sistema educativo norteamericano, es evidente que tienen fallas en algo rudimentario como lo son los conocimientos geográficos, es normal, ¿para qué quiero saber de los demás si solo importo yo? Otros países tienen mejores conocimientos en geografía, pero ¿sirve de algo?

Otro punto que refiere el Banco Mundial, quizá el más agresivo, es el de ligar los sueldos de los docentes al rendimiento de los estudiantes, mediante un esquema de incentivos.

Pero volvemos a lo mismo, si la educación está emproblemada desde la base, es evidente que los docentes de escuelas ubicadas en zonas miserables, con gran ausentismo, migración de alumnos, y hasta violencia escolar, poco podrán hacer por ellos y pocos incentivos recibirán. Los maestros intentarán cambiarse a escuelas con mejores posibilidades percibidas, y en ese caso, los municipios rurales y los cinturones de miseria, seguirán siendo “Born to be losers” o lo que es lo mismo, “nacidos para perder”.

El estudio afirma, que no por ingresar más recursos financieros a lo educativo, este va a ser mejor, que la evidencia sugiere que “la calidad de la educación medida en términos de los conocimientos que adquieren los estudiantes según pruebas de habilidades cognitivas, es considerablemente para el crecimiento económico, que la mera cantidad de educación” . Tienen toda la razón, la ley de rendimientos decrecientes, que puede leerse, analizarse y estudiarse en cualquier libro de introducción a la economía, también lo afirma.

Mientras no haya un esquema de equidad escolar, en el que todos tengan la oportunidad de acudir a la escuela, con escuelas en buenas condiciones incluso materiales, con recursos educativos apropiados y docentes bien preparados, es difícil pretender implantar reformas de esta naturaleza.

La tecnología no lo es todo, pero es difícil utilizar computadoras en escuelas sin vidrios, sin servicios sanitarios y sin paredes en ocasiones. La competitividad contra otros países, debe empezar desde la escuela y la igualdad de oportunidad para acudir a ella.

3. Propuesta

No es posible simple y sencillamente hacer una crítica, sin ofrecer alguna solución alternativa:

• Es necesario reformar la educación, desde un punto de vista sistémico, es decir, tomando en cuenta todos los factores sociales, políticos y económicos, así como los actores primordiales del proceso: maestros, alumnos, padres, gobierno y sociedad.

• Se requiere incrementar el aprovechamiento escolar de calidad, incrementando a la par los años de escolaridad, con la calidad de educación recibida, pero una calidad no solo percibida, sino real.

• Se debe participar en la definición de las habilidades cognitivas que miden las evaluaciones internacionales de educación, para que los análisis sean correspondientes con la realidad educativa que vivimos todos los países, no solo los desarrollados.

• Es fundamental construir la educación con base a normas de equidad, justicia social, participación comunitaria y respeto a las tradiciones y culturas nacionales, sin soslayar el intercambio de experiencias internacionales, apoyados en tecnología en los niveles básicos y con tránsito de docentes y alumnos, en niveles universitarios.

• Debe remunerarse profesionalmente a los docentes, para exigirles desempeños profesionales.

• No basta añadir recursos a la educación, si éstos no van a la mejora de la infraestructura y calidad de los docentes, es decir, directos al proceso educativo, no a las burocracias y sindicato.

• Deben definirse adecuadamente los contenidos, partiendo de un currículum básico de habilidades cognitivas, acorde a edades y procesos de maduración de los estudiantes de cada país del orbe, con la meta de establecer un currículum común básico, con el componente nacional que cada país desee implantar, según sus ventajas competitivas. En esta discusión, es preciso ser incluyentes, ajenas a credos religiosos y políticos, dado que al contaminar de alguna manera los planes y programas con la agenda oculta de los actores, queriéndola imponer a fuerza, nos encontraremos siempre con la mala aplicación, el desdén, el desprecio y desperdicio, de cualquier intervención educativa a nivel gestión.

El capitalismo como doctrina económica es muy válida y es aplicable en muchos países, pero hacer un capitalismo a ultranza, y permearlo a lo educativo, hasta el punto de pretender manejar la educación como asunto de mercado y a la mano de obra docente (si se me perdona el término), como una mercancía más de los procesos educativos, le quitará a la escuela lo más valioso: ser encabezada por personas que preparen a otras personas, dotándolas de luces intelectuales, en la construcción de una nación más justa y equitativa, con igualdad de oportunidades.

 


Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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