Contribuciones a las Ciencias Sociales
Septiembre 2008

 

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LOS CENTROS EDUCATIVOS
 


Mario Horcas Villarreal
jmariohv@yahoo.es

 

El concepto de Inteligencia Emocional, que se popularizó a raíz del triunfo de la obra de Goleman en 1995, convertida en best seller y titulada Inteligencia Emocional, está siendo motivo de polémica desde que se puso en práctica la incorporación del Sistema Educativo Logse en nuestro país.

Desde entonces, psicólogos, educadores y profesores discuten sobre si el conocimiento de la Inteligencia Emocional, entendida como la capacidad de controlar y regular los sentimientos de uno mismo y de los demás y utilizarlos como guía del pensamiento y de la acción, y su práctica en las escuelas pueden “paralizar” los males de la sociedad actual y combatirlos para erradicarlos y hacer de éste un mundo mejor.

Llevados en mayor o menor grado por la moda de Goleman y sus consideraciones sobre el tema, comenzaron a surgir en masa libros de autoayuda o numerosas páginas webs sobre el tema carentes de rigor científico.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Horcas Villarreal, M.: La Inteligencia Emocional en los Centros Educativos, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, septiembre 2008, www.eumed.net/rev/cccss/02/mhv2.htm


Estos hechos han ido elevando el tono de discusión entre los colectivos mencionados antes ( psicólogos, educadores…), pero recientemente algunos estudiosos de reconocido prestigio están aportando ese rigor científico del que antes carecía y parece que a día de hoy son numerosos los que aceptan la importancia y necesidad de la introducción de la Inteligencia Emocional en la docencia.

Para aquellos que creen en esta necesidad educar, usando como base la Inteligencia Emocional, es algo fundamental puesto que no enseñamos únicamente conceptos, tan o importantes son los procedimientos y las actitudes en los que dichos conceptos van adquiriéndose.

Convertirse en un buen educador emocional no es nada fácil porque existe un motivo que lo limita pues “quien no quiere que todo se quede en palabras y buenos propósitos es fundamental que procure precisar qué medidas concretas va a poner en práctica”. Junto a esta limitación debemos pensar que controlar nuestras emociones, tener y llegar a la plenitud de los cinco componentes de la Inteligencia Emocional es o se hace una tarea harta difícil.

Pero no es menos cierto que los profesores, hablo ahora desde mi experiencia personal, estamos cada vez más habituados a la violencia en las aulas, al fracaso escolar o a tener adolescentes embrazadas en nuestras aulas.

Estos hechos pueden, como digo, convertirse en costumbre pero no dejan de ser problemas con los que uno a pie de aula se encuentra pero que no desearía tener porque para estos alumnos, que tienen problemas superiores a su edad cronológica, no tienen como foco central para su aprendizaje el clima o la orografía española, las ecuaciones o la oración simple.

Ante estos casos, el profesor se halla tan indefenso como poco preparado ( y, vuelvo a decirlo, afirmo esto con conocimiento de causa, tras ocho años de claustros y reuniones de equipos docentes, a las que asisto, y en las que siempre la queja es la misma ).

Los alumnos que asisten a nuestras clases no son entes aislados, sin familia, sin emociones y sin sociedad.

Al contrario, nuestros alumnos son seres de carne y hueso que tienen problemas familiares, están insertos en un compleja sociedad y en los que las emociones, como adolescentes que son, están a flor de piel.

Por tanto, la necesidad de un aprendizaje de la Inteligencia Emocional es tan patente como la falta de recursos y programas de aprendizajes de habilidades emocionales, sociales y prácticas que haga posible un desarrollo adolescente carente de problemas que no sean los habituales.

La Inteligencia de la que aquí tratamos no es la que mide la capacidad, el rendimiento académico del alumno, su Coeficiente Intelectual porque éste no es el único que mide el éxito profesional, social o sentimental, sino otros factores como la motivación, el optimismo, la empatía o el autocontrol.

Y para poder desarrollar esas habilidades tendrán que trabajarse en el aula los cinco componentes de la I.E.:

• Autoconciencia ( habilidad de reconocer y entender nuestras emociones, estado de ánimo...).

• Autorregulación ( habilidad para controlar o redirigir impulsos y estados de ánimo, pensar antes de actuar ).

• Motivación ( pasión para trabajar por razones que van más allá del dinero y status).

• Empatía ( habilidad para entender la apariencia emocional de los temas y tratar con las personas de acuerdo a sus reacciones emocionales) .

• Habilidades sociales ( habilidad para encontrar un espacio común y construir simpatía. ) .

Sólo cuando estos niveles sean alcanzados de manera satisfactoria conseguiremos:

1. Ir formándose una imagen positiva de nosotros mismos y construyendo nuestra propia identidad a través del conocimiento y la valoración de las características personales y de las propias posibilidades y límites.

2. Conocer, valorar y respetar distintas formas de comportamiento y elaborar criterios de actuación propios, Establecer relaciones afectivas satisfactorias, expresando libremente los propios sentimientos, así como desarrollar actitudes de ayuda y colaboración mutua, y de respeto hacia las diferencias individuales.

3. Intervenir en la realidad inmediata cada vez más afectivamente y participar en la vida familiar y de su comunidad o relaciones sociales en ámbitos cada vez más amplios, aprendiendo a articular progresivamente los intereses, puntos de vista y aportaciones propias con la de los demás.

En el aula se enseña a: pensar, a actuar y a sentir

Pero desgraciadamente, a pesar de que cada vez influye más en el contexto educativo, la enseñanza sobre el sentir, la enseñanza de las emociones está algo impedida sino olvidada.

La enseñanza de la inteligencia emocional trata de compensar esta faceta tan olvidada hasta ahora en el sistema educativo. De ello se ocupa el estudio de la Inteligencia Emocional, este programa es llamado por algunos: “Programa de Habilidades para la Vida”.

Una frase manida y conocida en este sentido afirma: “De nada vale que el entendimiento se adelante, si el corazón se queda atrás”.

La experiencia emocional no lleva a la madurez emocional, no crece con la edad, uno puede ser inmaduro emocionalmente por muchas experiencias que haya tenido.

Sirva mi artículo como denuncia de la necesidad de formar al profesorado en estos lares y de la incorporación de personal cualificado para los mismos.

Sólo de esta manera podremos afrontar los problemas que aparecen, día a día, en los Centros Educativos, cimentar y mejorar, en la medida de lo posible, la sociedad del futuro.

Para ello se debe replantear el currículo escolar, para que se brinde herramientas académicas básicas como el manejo efectivo del lenguaje, el trabajo empático y en equipo, la resolución de conflictos, la creatividad, el liderazgo emocional, el servicio productivo.

La educación de las emociones denominada escolarización emocional pretende enseñar a los niños a modular su emocionalidad..

Los objetivos que se persiguen al implantar la Inteligencia. Emocional, en la escuela, son los siguientes:

• Conocer cuáles son las emociones y reconocerlas en los demás

• Clasificar sentimientos, estados de ánimo.

• Desarrollar la tolerancia a las frustraciones diarias.

• Adoptar una actitud positiva ante la vida.

• Prevenir conflictos interpersonales

• Mejorar la calidad de vida escolar, familiar y comunitaria

• Aprender a servir con calidad.

Bibliografía

• Fernández-Berrocal, P., Ramos, N. y Extremera, N. (2001). Inteligencia Emocional, supresión crónica de pensamientos y ajuste psicológico. Boletín de Psicología,70, 79-95.

• Fernández-Berrocal, P., Ramos, N., y Orozco, F. (1999). La influencia de la inteligencia emocional en la sintomatología depresiva durante el embarazo. Toko-Ginecología Práctica, 59, 1-5.

• Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence. New York: Bantam Books. (Trad. Cast. Kairós,1996).

• Goleman, D. (1998). Working with Emotional Intelligence. New York: Bantam Books. (Trad. Cast. Kairós,1999).

Links:

*Página dedicada al modelo de habilidad de IE de Salovey y Mayer http://www.emotionalIQ.com/

*Página amplia sobre IE que abarca gran cantidad de temas académicos, educativos, laborales dentro del mundo de las emociones.

http://www.eqi.org/

*Página dedicada al aprendizaje socio-emocional en el aula http://www.casel.org/

 


Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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