Contribuciones a las Ciencias Sociales
Agosto 2008

 

OCASO GLOBAL Y NUEVA ALBORADA
 


Dante Gumiel Reyes
gumielreyes@gmail.com

 

Un análisis político, económico y social de principios de siglo XXI, con pretensiones de alta validez y utilidad debe tener un largo alcance retrospectivo, un buen soporte en la realidad actual y suficiente proyección para señalar los nuevos derroteros políticos, económicos y sociales que se presentan con caracteres de necesidad planetaria.

Es importante señalar la más grande laguna histórica de los últimos 500 años: “El aporte de América y los americanos originarios a la mutación intelectual y al desarrollo filosófico y científico de Europa”.

La invasión europea a América se liga directamente con el mundo financiero de la época. La entrega de Venezuela a los banqueros alemanes Welsern y la cesión del Perú a los banqueros Fugger, por decreto real no ejecutado, configura los nexos principales de un sistema de expoliación, extenuación y exterminio de la población originaria de tal magnitud que tuvo la capacidad de configurar la nueva Europa de la Edad Moderna. La Reforma de Lutero, el Cisma Anglicano, la Edad de Oro de la letras españolas, la liberación de Inglaterra de la Liga Hanseática y sobre todo el rebrote del pensamiento racional a través de la filosofía de Francis Bacon no hubiesen sido posibles sin la enorme transfusión de riqueza americana y sin la nueva inyección mental de esperanza y vastos horizontes. El único pensador europeo que se acercó a esta realidad histórica ha sido H.G. Wells, con las limitaciones de enfoque provenientes de su lugar de origen. Esta colosal omisión en la historiografía europea determina también el colapso de todas sus construcciones determinísticas filosóficas, ideológicas e históricas.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Gumiel Reyes, D.: Ocaso global y nueva alborada, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, agosto 2008, www.eumed.net/rev/cccss/02/dgr.htm


Entre otras causas, este manejo incompleto de la Historia hace que todos los temas importantes tocados por los filósofos e ideólogos europeos del siglo XIX no hayan llegado a análisis de suficiente profundidad para aportar soluciones adoptables y sustentables políticamente. Un ejemplo importante puede señalarse en el desconocimiento de Carlos Marx sobre la vida comunitaria de las tribus germanas cuya libertad la asemeja a la libertad de los jabalíes (La Sagrada Familia) y también su desconocimiento de la situación de genocidio sufrido en ese momento por las tribus indias norteamericanas, vacío que le induce a recomendar la adopción del modelo político norteamericano por las naciones europeas. (Los trabajos de Lewis Morgan todavía no se habían divulgado en Europa). Un conocimiento palpitante de las vivencias históricas comunitarias de estas tribus hubiese facilitado un acercamiento más humano a la discusión del problema judío y posiblemente hubiese evitado el “Holocausto del Siglo XX” y también el actual “Problema Israel” cuya gravedad y gravitación no encuentra hasta ahora el caudal de aportes intelectuales, filosóficos, morales y políticos que su importancia reclama. Por sobre este nivel de análisis se situaba la posibilidad de utilizar las ventanas comunitarias para un ingreso natural y fluido a un sistema político democrático moderno.

El actual sistema político norteamericano podría perfeccionarse recurriendo a las raíces comunitarias de las tribus americanas. El carácter inclusivo de la Liga Iroquesa y la rotatividad de la representación política parlamentaria podrían traducirse en la modificación de las “Reservas Indias” y en la limitación de la reelección de los representantes congresales. Los servicios de salud pública podrían evolucionar hacia una democratización e inclusión general equitativa. La degeneración plutocrática de la sociedad podría desacelerarse y posteriormente suprimirsee.

Lewis Morgan en Norte-América y Jorge Ovando Sanz en Sudamérica han realizado suficientes aportes para instaurar regímenes verazmente democráticos sobre bases naturales comunitarias. Morgan llega a la conclusión de que la Liga Iroquesa alcanzó a organizar un sistema democrático representativo y Ovando describe con gran agudeza los subterfugios utilizados para el despojo de las tierras comunitarias de origen esgrimiendo el Estado Republicano como un arrollador instrumento.

También en Europa, a lo largo del tiempo las raíces comunitarias afloran en diferentes circunstancias históricas e instituciones consuetudinarias y políticas : El movimiento de los “Comuneros de Castilla”, el “Common Law inglés”, la Constitución de la República Federal de Alemania, la Comunidad del Carbón y del Acero y la Comunidad Europea son sólo unas pocas manifestaciones políticas de trasfondo comunitario.

Una vez señalada la gran laguna del conocimiento historiográfico europeo y sus implicaciones filosóficas, ideológicas y políticas y también señalada la posibilidad de que la recuperación de algunos elementos del modo de vida histórico comunitario pueden ser utilizados para la organización de estados democráticos avanzados de alta civilización, se hace necesario efectuar un balance del desarrollo económico-social actual frente a la potencialidad del hogar común de la humanidad, el Planeta Tierra.

Resulta axiomático que el actual modelo de alto consumo de los países desarrollados es insostenible a mediano plazo (30 años). Por sobre todo está la limitación cuantitativa geológica que resulta prácticamente insuperable y la depredación política-social cuyo antiparadigma es África. El planeta no puede suministrar el caudal de materias primas y de energía necesarios para mantener el nivel de vida alcanzado y los antimodelos políticos basados en la fuerza militar de los países periféricos, no pueden subsistir. El patrón de consumo debe ser modificado junto a sus inequitativas secuelas en la tarea común que asume carácter imperativo.

El flujo más o menos regular de materias primas de los países periféricos hacia los países desarrollados ha requerido el mantenimiento de regímenes políticos totalmente contradictorios con los intereses de sus propios pueblos. Estos regímenes son engendros políticos contrahechos y antinatura. Esta situación está llegando a su fin por influencia entre otros factores, de los sistemas de educación públicos, de los nuevos medios de comunicación, de sistemas de administración públicos relativamente inclusivos, de ideologías enraizadas en la propia realidad, de la experiencia política histórica y de una nueva consciencia política popular.

El paradigma norteamericano ultraindividualista ha encontrado cinco barreras críticas que marcan su autolimitación: Las ideologías de colisión cultural, la Guerra de Irak, el huracán Katrina, el consumo de estupefacientes y la crisis hipotecaria.

Varias de estas barreras emergen directamente del “Contubernio Militar-Industrial” denunciado por el Presidente Eisenhower. Este “modelo de desarrollo” tiene que ser rápidamente abandonado porque amenaza con convertir a los EE.UU e Israel en sepultureros atómicos de la humanidad; figura macabra e indigna nunca imaginada por sus fundadores, sus prohombres y sus pueblos. Un nuevo enfoque político y sabias medidas legislativas pueden dar término a esta aterradora posibilidad.

La inexorable emergencia de colosos políticos y económicos como China, India y “América Latina Comunitaria” hace aún más urgente modificar las concepciones desarrollistas para arribar a concertaciones equitativas que tomen como límite físico los recursos naturales de La Tierra y como prioridad política la instauración de regímenes democráticos de avanzada en todos los países del mundo dentro de un contexto de interacciones culturales, políticas y económicas basadas en un natural y necesario respeto de las identidades nacionales. En una primera etapa, a causa de los límites físicos del Planeta, tendrán solvencia económica los países exportadores de materias primas tradicionales, facilitándose su superación e innovación política y económica.

Para la instauración de democracias de avanzada de raíz comunitaria se cuenta con una experiencia de más de dos milenios y medio. La cuasi-democracia de base comunitaria instaurada en “El Ática” (2 500 Km2) por Solón, que dio inicio al “pensamiento racional” de la Humanidad, abordó una lista de materias que todavía figura en el programa de cualquier gobierno actual: Sistema Político-Institucional; Sistema Educativo; Sistema Defensivo; Sistema Policial; Sistema Monetario Financiero; Sistema Judicial; Sistema Agrícola; Sistema Industrial-Artesanal; Comercio Exterior; Régimen de Tierras (limitación del latifundio: 250 Has.).

En Bolivia, la emergencia de la ideología comunitaria originaria y la elección democrática de Evo Morales como Presidente de la República, ha provocado la disolución de todos los partidos políticos de la “derecha tradicional y populista”. Se advierte claramente que combatir los principios políticos comunitarios atenta contra la organización básica del “Estado de Democracia Avanzada” y favorece una retrogradación hacia el tradicional “Estado Antinatura y Antipolítico”, exportador de materias primas y destructor de su propio pueblo.

Es probable que en el nuevo contexto político las expresiones “derecha” e “izquierda” pierdan su significado usual pero seguramente surgirán posiciones poco divergentes en los asuntos concernientes a una mejor organización del Estado, o sea en los temas de organización institucional, educación, economía, justicia, defensa, servicios sociales, comunidad americana, etc.

El perfeccionamiento político-institucional de los nuevos estados de democracia avanzada será una tarea permanente. Las constituciones políticas deberán innovarse periódicamente con el objetivo de acercarse al modelo político y económico más inclusivo, equitativo, productivo y participativo posible en su circunstancia contextual. En este sentido la Constitución Política de Bolivia de 2007 es un escalón muy válido y apreciable.

La prevalencia mundial de los nuevos estados de democracia avanzada alumbrará un nuevo tipo de pensamiento: El pensamiento pan-histórico-racional, complementado por una consciencia insistente de los límites de los recursos naturales del Planeta Tierra y de las responsabilidades generales conducentes a una mejor y superior vida de la Humanidad.

El pensamiento pan-histórico-racional será el principal instrumento político del siglo XXI con capacidad de forjar una nueva cultura política humana homogénea de paz, armonía y progreso material y espiritual. Una nueva alborada cuyos primeros destellos ya pueden percibirse.

 


Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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