Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


LA FORMACIÓN MARTIANA DE LOS ESTUDIANTES DE LA LICENCIATURA EN EDUCACIÓN

Autores e infomación del artículo

Armando Ernesto Cruz García*

Universidad de Las Tunas, Cuba

armandocg@ult.edu.cu

RESUMEN
La educación constituye una herramienta para la socialización y en consecuencia posee trascendencia cuando se abordan cuestiones relacionadas con la cultura, la ideología y la participación políticas. Sus vínculos con la reproducción del poder, especialmente ideológico, resultan incuestionables.
Lo anterior ha motivado que se haya orientado dar tratamiento a la vida y obra de José Martí (1853-1895). La práctica pedagógica desarrollada ha determinado la existencia de logros significativos, sin embargo aún persisten retos, desafíos e incomprensiones.
Dada la naturaleza del personal que se forma en las carreras de ciencias pedagógicas y el impacto de su futuro desempeño se impone la necesidad de reflexionar sobre la naturaleza de la formación martiana, su coherencia con la formación integral y algunas insuficiencias que aún persisten en la práctica educativa cubana. El mencionado objetivo no debe limitarse a un subsistema de enseñanza ni a un nivel educacional en particular, es una obligación de los organismos formadores en general y de cada sujeto que asuma la educación como un encargo social signado por una ideología determinada.

PALABRAS CLAVE: Cultura, formación, ética.

ABSTRACT:

Education is a tool for socialization and therefore has significance when issues of culture, ideology and political participation are addressed. Their links with the reproduction of power, especially ideological, are unquestionable.
This has led to treatment has been oriented to the life and work of José Martí. Developed pedagogical practice has determined the existence of significant achievements, however there are still challenges, challenges and misunderstandings.
Given the nature of the staff that forms in racing pedagogical sciences and the impact of its future performance imposes the need to reflect on the nature of Marti's formation, its consistency with comprehensive training and some shortcomings that still exist in practice Cuban educational. That aim should not be limited to a subsystem of education or an educational level in particular, is an obligation of forming organisms in general and of each individual to assume education as a social order marked by a particular ideology.
KEY WORDS:  Culture-formation-ethics.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Armando Ernesto Cruz García (2017): “La formación martiana de los estudiantes de la licenciatura en educación”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (marzo 2017). En línea:
http://www.eumed.net/rev/atlante/2017/03/formacion.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1703formacion


Educación y formación martiana.  

La educación como proceso social, se ha concentrado a lo largo de la historia de la humanidad en poner al individuo, convertido luego en ciudadano, en condiciones de enfrentar la vida en sociedad. La división de la sociedad en clases impuso a la educación, cada vez más institucionalizada, ante el dilema de reproducir la ideología dominante o una contestaria. En Cuba se ha construido un consenso sobre la necesidad de concebir el pensamiento y la obra de José Martí como contenido de la educación. Se ha podido determinar que estas prácticas se remontan a la escuela pública cubana durante el periodo neocolonial.
Tras la caída en combate de José Martí inicia un proceso de recepción de su vida y obra por las diferentes generaciones de cubanos. La escuela pública constituyó el agente socializador por excelencia centrando su atención en los valores que lo caracterizaron. La política educacional puesta en práctica tras el primero de enero de 1959 mostró un importante nivel de coincidencia con las prácticas pedagógicas cubanas del periodo 1902-1958. La asunción del pensamiento martiano como elemento formativo se asumió por el nuevo sistema de educación.
El reconocimiento social de la figura de José Martí y su asunción como fundamento ideológico de la acción del gobierno posibilitó su reconocimiento como contenido de la enseñanza. Lo anterior constituye, conjuntamente con la necesidad de reproducir ideológicamente la sociedad socialista, la causa de pensar la formación martiana de los estudiantes de la licenciatura en educación.
Estas líneas constituyen una reflexión sobre la naturaleza de la formación martiana, su coherencia con la formación integral y algunas insuficiencias que aún persisten en la práctica educativa cubana.

La formación martiana en la escuela cubana
La escuela pública entre 1902 y 1958 constituyó un bastión en defensa de la identidad nacional, su labor de socialización del pensamiento y la obra de José Martí hizo posible que su legado no se olvidara. “En este periodo se hacía énfasis en las facetas literarias, artísticas y cívicas, que estaban marcadas por un carácter empírico tanto el contenido como la forma en que se abordaba”. (Arteaga, 2002:40).  No obstante, Blanche Zcharie de Barat consideró, en alusión a la situación que presentaba el conocimiento de la vida y obra de José Martí antes de 1959 que: “(…) durante un cuarto de siglo la figura de Martí fue poco estudiada en Cuba. Todos lo admiraban como patriota, forjador de la independencia, pero en la mente popular no estaban muy claros los perfiles de su personalidad. (…) Hay una verdadera sed por enterarse de los detalles de su vida y del alcance de su pensamiento. Hay, quizás, también un anhelo de renovación moral, de virtud, que nos hace volver ansiosos los ojos hacia él para que su espíritu nos guíe y nos ilumine” (Zcharie, 1980:22)
Tras el primero de enero de 1959 se produce un proceso en el que dada la coincidencia entre los intereses sociales y los estatales, determinó que las instituciones educativas, nacionalizadas en 1960, redefinieran su misión. Uno de los elementos que se consideró pertinente profundizar fue la enseñanza de la vida y obra de José Martí. El objetivo de que se fortaleciera la presencia del legado martiano en las instituciones educacionales, exigía la formación martiana de los diferentes agentes involucrados en el proceso de enseñanza aprendizaje.
La formación martiana durante las décadas de 1960 a 1980 se caracterizó por la falta de sistematicidad y la parcelación por esferas de la obra martiana. En 1988 el Ministerio de Educación (MINED) indicó la creación de las Cátedras Martianas en todos los centros de enseñanza con el objetivo de avanzar en el logro de una visión integral de la obra martiana. Esta decisión impactó la formación de los profesionales del magisterio cubano positivamente. En 1992 el Ministerio de Educación Superior orientó la creación de las Cátedras Martianas en todos los centros de su subordinación. En el curso 1994-1995 se crean las Aulas Martianas, sustentando su funcionamiento en la Guía para los maestros de Aulas Martianas y los Cuadernos Martianos por educaciones, en los que su compilador, Cintio Vitier (1921-2009), precisa la necesidad de estudiar a José Martí con métodos martianos, lo que implica conocer a Martí por Martí fundamentalmente.
Posteriormente se publicaron una serie de documentos por parte del Ministerio de Educación a fin de esclarecer las vías y procedimientos para abordar su estudio y divulgación en la escuela entre ellos resaltan: “José Martí en la fragua de nuestro espíritu. Acerca de la presencia de su legado en las tareas y propósitos del Ministerio de Educación” de Luis Toledo Sande, y “Acercamiento necesario al pensamiento de José Martí” de Justo Chávez. 
Durante las décadas de 1980 y 1990 se producen acontecimientos que deben ser tomados en consideración por su significación para la formación martiana de estos profesionales. El II Congreso de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) (1982), se pronunció por un mayor estudio de la Historia de Cuba y el pensamiento cubano. Las discusiones y acuerdos del Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba (1986) relacionadas con el proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas influyeron en que el Ministerio de Educación creara las Cátedras Martianas (1988) mediante la resolución ministerial 604. Lo anterior influyó en la realización de importantes investigaciones sobre la vida y obra de José Martí así como un incremento en las publicaciones al respecto.
Según Arteaga (2002) persistieron insuficiencias en la necesaria integración, que desde la didáctica debía propiciarse, entre el contenido de la obra martiana y los contenidos de las asignaturas que formaban parte del plan de estudio. Era aún insuficiente el protagonismo de los estudiantes así como la contribución de los contenidos relacionados con la vida y obra de José Martí a la formación de modos de actuación desde la formación inicial de los profesionales de la Educación.
Condicionantes de diversa naturaleza signan la labor realizada dirigida a perfeccionar la formación martiana de los profesionales en formación inicial entre ellas: limitaciones materiales y la insuficiente formación martiana de los docentes según A, Velázquez (1998), lo que condicionó la insuficiente formación martiana durante la formación inicial continuara siendo una regularidad expresada en la limitada utilización de la obra martiana, el escaso dominio de las concepciones martianas y los valores presentes en su obra y poca profundidad en la reflexión y valoración sobre la obra martiana y su trascendencia.
Para transformar esa realidad se desarrollan múltiples esfuerzos desde diversas esferas destacando la fundación del Movimiento Juvenil Martiano (1989).  En relación con las asignaturas de mayor potencialidad para la formación martiana se destacan las asignaturas de tipo filosófico.  En el curso 1994–1995 se crean las Aulas Martianas concebidas como “Una actividad que colegian alumnos y profesores, es un espacio para la reflexión, el debate histórico, ético y la creación cultural (…)” (Arteaga, 2002:45) Estas se orientaron metodológicamente por la Guía para el Maestro de las Aulas Martianas.
En la segunda mitad de la década de 1990 se concreta la idea propuesta por Cintio Vitier de compilar las obras de José Martí teniendo en cuenta criterios como el contenido, el nivel educacional y el grado a que se dirigían, dando lugar a los Cuadernos Martianos para los diferentes niveles educacionales en 1995. En 1999, como parte de la preparación del curso escolar 1999–2000, se orienta por el MINED el programa martiano, como uno de los componentes de la formación en el contexto educacional. En 2002 surge la asignatura Ética e Ideario Martianos que ha contribuido a perfeccionar la formación del profesorado cubano.
Se ha podido constatar, a través del estudio de la formación martiana de los estudiantes de la Licenciatura en Educación, que:

  • La formación martiana es parte de la tradición pedagógica cubana, se ha abordado  en el proceso de formación inicial haya o no estado plasmada en los planes de estudio.
  • Con posterioridad a 1959 la formación martiana de los profesionales en formación inicial de la especialidad Español-Literatura ha estado influenciada por las necesidades económicas, políticas e ideológicas del proceso revolucionario así como la consolidación de la práctica pedagógica cubana.
  • El tratamiento a la obra martiana ha transitado desde su concepción como contenido de naturaleza artístico literario, hasta su asunción como contenido de naturaleza sociopolítica.
  •  El tratamiento didáctico a la obra martiana resulta insuficiente en el contexto del proceso de enseñanza aprendizaje de los contenidos de naturaleza sociopolítica transitando desde la inserción voluntaria por parte del docente hasta su reconocimiento como una prioridad de la política educacional que se concreta, teóricamente, mediante la transdisciplinariedad.

¿Por qué formar a las jóvenes generaciones en el estudio de la vida y obra de José Martí? “¿Qué significa Martí para los cubanos? En un documento denominado El Presidio Político en Cuba, Martí cuando apenas tenía 18 años, después de sufrir cruel prisión a los 16 con grillete de hierro atados a sus pies, afirmó: Dios existe, sin embargo, en la idea del bien, que vela el nacimiento de cada ser, y deja en el alma que se encarna en él una lágrima pura. El bien es Dios. La lágrima es la fuente de sentimiento eterno para los cubanos, Martí es la idea del bien que él describió” (Castro, 2003:1)
Esa aspiración de educar a las jóvenes generaciones bajo el influjo de un paradigma, con uno u otro nombre, es una aspiración humana. En el caso cubano la Carta Magna afirma que “El Estado orienta, fomenta y promueve la educación, la cultura y las ciencias en todas sus manifestaciones. En su política educativa y cultural se atiene a los postulados siguientes fundamenta su política educacional y cultural en los avances de la ciencia y la técnica, el ideario marxista y martiano, la tradición pedagógica progresista cubana y la universal” (Asamblea Nacional del Poder Popular, 2010:50-51)
La mencionada posición fue ratificada por la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba en los siguientes términos: “Profundizar en el legado ético, humanista y antimperialista del pensamiento y la obra de José Martí, como fundamento esencial de la práctica revolucionaria, incrementar su aplicación en todo el sistema de enseñanza y su divulgación en los medios de comunicación masiva”. (Comité Central del Partido Comunista de Cuba, 2014: 29)
Tomando en consideración lo antes dicho puede afirmarse que el pensamiento martiano se ratifica como contenido de la educación cubana en general y de la Educación Superior en particular. Ello hace necesario plantearse la formación martiana como aspiración del sistema educacional cubano. Importantes investigadores cubanos han dedicado parte de su labor a profundizar y sistematizar diferentes aristas de la vida y obra de José Martí, entre ellos deben destacarse: Vitier, C (1995); Mendoza, L (2008); Pacheco, M (2012) y Chacón, N (2008). Resulta en consecuencia imprescindible reflexionar sobre cómo se concibe la formación martiana y su naturaleza. A continuación, algunas definiciones:

  • “(…) proceso y resultado de una apropiación personalizada de las ideas de Martí, convertidas en recursos para la reflexión cotidiana de sus relaciones con la naturaleza y en la sociedad e incorporarlas como estímulos para configurar el proyecto de vida personal y para actuar según los contextos donde se desempeña”. (Alzuri, 2013:2)
  • “(…) la secuencia lógica de actividades que deben proporcionar conocimientos, habilidades y capacidades suficientes para que el docente se desempeñe en la práctica de manera consciente, desde el conocimiento de la vida y obra de José Martí, a partir de las implicaciones que tienen las decisiones que se han de tomar en ella (…) también puede entenderse como un proceso mediante el cual es posible ayudar a los jóvenes, que optan por esta profesión, a configurar su identidad como intelectuales y agentes educativos, con un adecuado dominio del pensamiento martiano”. (Alzuri, 2013: 3).
  • (…) es un concepto que se imbrica en el concepto más amplio de Educación, tal y como el propio Martí lo concibió, educación y formación son dos momentos del complejo proceso del crecimiento humano desde el ámbito cultural de su época, en el que la dialéctica de lo interno y lo externo son condiciones que se articulan como proceso y resultado del desarrollo humano tanto en lo personal como socialmente. (Chacón, 2008a:4)
  • (…) la aprehensión de las ideas y los valores que aportara José Martí en su pensamiento revolucionario - universal, que con una significación trascendente para la persona que entra en contacto con ellas, las asume en sus esencias a la luz de la cultura de la época y que orienta su vida cotidiana sobre la base de una visión ético – moral, de los valores y del ser humano en la convivencia armónica entre sí y con el medio ambiente, que contribuya a la integridad de la identidad nacional y cultural de la patria en la continuidad histórica de la Revolución cubana. (Chacón, 2008b:4)

Este autor la concibe como el proceso de aprehensión, fundamentalmente desde lo áulico, de las ideas y valores martianos que adquieren una significación sui generis para los diferentes sujetos, convirtiéndose en recursos personológicos que le permiten orientar su interacción con los restantes miembros de la sociedad y el medioambiente fomentando la cultura y la identidad nacional.
En Cuba, las instituciones educacionales son las principales responsables de promover el conocimiento de la vida y obra de José Martí, sin embargo, a pesar de la labor realizada aún persisten insuficiencias. En el contexto de la Educación Superior se pueden constatar las siguientes manifestaciones: limitada utilización de la obra martiana, escaso dominio de las concepciones martianas y los valores presentes en su obra, tendencia a reproducir y fijar mecánicamente algunos contenidos y poca profundidad en la reflexión y valoración sobre la obra martiana y su trascendencia.
Ello ha motivado que se enfrente una contradicción entre la aspiración social de formar a los futuros profesionales de la educación en el conocimiento de la vida y obra de José Martí y la práctica pedagógica actual. En consecuencia se impone investigar cómo contribuir a la formación martiana en cumplimiento del mandato estatal y las aspiraciones sociales. El autor considera ineludible considerar los siguientes puntos de partida para la planificación de la formación martiana: constituye un objetivo solo alcanzable desde la horizontalidad real, es consustancial a la formación integral, sistemática y continua, se forma en Martí desde Martí primero y luego desde el estudio de lo escrito sobre él, debe concebirse la vida y obra de José Martí como contenido de la educación cubana en general y de la Educación Superior en particular.
Formar en Martí es un objetivo solo alcanzable desde la contribución que realicen los diferentes actores implicados. Se consideró oportuno a los fines de la investigación que nutre estas líneas realizar las siguientes tareas que aseguraran los puntos de partida para la transformación de las insuficiencias en las prácticas pedagógicas actuales: 1) sistematizar los referentes teóricos que fundamentan la formación martiana de los estudiantes de la Licenciatura en Educación, 2) caracterizar la formación martiana de los estudiantes de la Licenciatura en Educación, 3) elaborar las acciones didácticas para el tratamiento a la obra martiana y 4) validar el resultado de la aplicación de las acciones didácticas para favorecer la formación martiana.
Pensar la formación martiana de los estudiantes como objetivo exige prestar especial atención a las siguientes aristas:

  • Cultura tecnocientífica, resulta esencial los elementos tangenciales entre ciencia y sociedad que hoy constituyen elementos de reflexión de las llamadas CTS, en alusión a los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad.
  • Cultura filosófica, ello se justifica en que los nexos entre los hombres y de estos con la naturaleza fueron objeto de la reflexión martiana. Hoy se asiste al surgimiento de un área del conocimiento, expresión de los complejos vínculos entre concepción del mundo, sociedad y medioambiente: la ecosofía.
  • Cultura religiosa, dada la trascendencia para el ser humano de esta forma de la conciencia social resulta esencial conocer los elementos que posibiliten interactuar, convivir.
  • Cultura artística, el arte pensada integralmente debe entenderse como literatura, teatro, cine, etc.
  • Cultura política. Dada las estrechas relaciones entre política y vida en sociedad no es posible, como no lo fue para Martí, desentenderse de la política.

Dada las características del pensamiento martiano este no puede comprenderse cabalmente sin conocimientos sobre el texto fundacional de la religión cristiana y sin tener nociones generales de los estudios sobre la realidad precolombina. Puede afirmarse que existen algunos elementos, o indicadores, a considerar en relación con la formación martiana, en los que de forma general se comparte el criterio de Nancy Chacón. (Chacón, 2008:5-6)

    • Dominio de los elementos que singularizan la época en que vivió José Martí.
    • Conocimiento de las ideas martianas así como su vigencia en el actual contexto.
    • Conocer las ideas martianas relacionadas con la relación entre el individuo y su madre nutricia, la Patria.
    • Estar al tanto de las meditaciones, legadas en su obra, sobre las relaciones con los demás, ante el trabajo y con la naturaleza.
    • Conocer qué actitudes rechazaba y porqué.
    • Asunción del código de conducta martiano, a la luz del siglo XXI.

Síntesis del estudio sobre la formación martiana de los estudiantes de la Licenciatura en educación

  • Martí es un referente insustituible de los cubanos en sus empeños políticos y desvelos éticos que para conocerlo se debe: estudiar a Martí por Martí, meditar en la forma en que su pensamiento posee continuidad en las generaciones presentes y esforzarse en llevar a la práctica su legado a la luz de las condiciones históricas concretas.
  • La formación martiana es concebida como el proceso de aprehensión, fundamentalmente desde lo áulico, de las ideas y valores martianos que adquieren una significación sui generis para los diferentes sujetos condicionado espacial y temporalmente, convirtiéndose en recursos personológicos que le permiten orientar su interacción con los restantes miembros de la sociedad fomentando la identidad nacional.
  • La formación martiana no constituye un proceso ajeno a la formación integral, sistemática y permanente de los estudiantes que entraña haber leído a Martí y sobre él y asumir su legado axiológico con sentido del momento histórico.
  • Aunque debe planificarse desde la contribución de los diferentes procesos sustantivos universitarios el espacio del proceso de enseñanza aprendizaje posee primacía.
  • La formación martiana constituye una prioridad ideológica de la educación cubana insuficientemente comprendida, pero fundamentalmente, insuficientemente gestionada.

BIBLIOGRAFÍA
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Arteaga, F. (2002). Propuesta didáctica para el funcionamiento de las Aulas Martianas en el noveno grado de la enseñanza media básica. Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. __ Las Tunas: CDIP.
Asamblea Nacional del Poder Popular (2010): Constitución de la República de Cuba, Editora Política, La Habana.
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Chacón, N (2008a): Formación martiana. Retos y perspectivas para la labor educativa. Disponible en: http://www.cubaeduca.cu/index.php?option=com_content&view=article&id=16467473%3Aformacion-martiana-retos-y-perspectivas-para-la-labor- educativa&catid=110%3Apublicaciones&Itemid=101. Consultado en 18/10/2016 a 22:15.
Chacón, N (COMPILADORA) (2008b): Educación, ciencia y conciencia. Editorial Pueblo y Educación, La Habana.
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Pacheco, M; Pupo, R (2012) La educación como formación humana en José Martí. Centro de Estudios Martianos. La Habana.
Velázquez, A (1998): Introducción del ideario político-ideológico de José Martí en la asignatura Teoría Sociopolítica. Tesis presentada en opción al título de Máster en Ciencias Pedagógicas. __ Universidad de Oriente.
Vitier, C (1995): Guía para los maestros de las Aulas Martianas. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
Zcharie, B (1980): El Martí que yo conocí. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana.

* Licenciado en Estudios Socioculturales (2009). Ostenta la categoría docente de Asistente. Actualmente cursa una Maestría en Educación. Ha participado en varios eventos nacionales e internacionales sobre la vida y obra de José Martí Pérez. Se desempeña como profesor de Filosofía Marxista-Leninista, Historia de la Filosofía y Ética e Ideario Martianos en la Universidad de Las Tunas. Es miembro de la Sociedad Cultural José Martí, la Unión de Historiadores y la Asociación de Pedagogos de Cuba. se desempeña como profesor de Filosofía en la Universidad de Las Tunas.

Recibido: 24/10/2016 Aceptado: 17/03/2017 Publicado: Marzo de 2017

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