Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


EDAD JUVENIL Y PROYECTOS DE VIDA PROFESIONALES. REALIDADES Y PERSPECTIVAS DESDE LA LABOR EDUCATIVA EN LA UNIVERSIDAD ACTUAL

Autores e infomación del artículo

Noraida Garbizo Flores*
Centro Universitario Municipal, “Hermanos Saíz Montes de Oca, Cuba

Mayra Ordaz Hernández**
Centro de Estudios en Ciencias de la Educación Superior, Cuba

norita@upr.edu.cu

Resumen
 
La formación de proyectos de vida profesionales  constituye un tema de importancia y actualidad, para las Ciencias Sociales y en particular, para la Psicología de la Educación y la Pedagogía. La necesidad que tiene el  joven de determinar su futuro lugar en la sociedad, se convierte en un elemento dinamizador de su con conducta, por lo que educar para formar y desarrollar proyectos de vida profesionales como parte de su proyecto de vida integrador, constituye todo un reto en el propósito de educar para la vida. En tal sentido, pretendemos adentrarnos en el contenido y significado de los proyectos de vida en el área de la profesión desde una perspectiva teórica y metodológica, a fin de fundamentar la necesidad de su educabilidad en el proceso de formación profesional del joven universitario, proceso que requiere de un trabajo educativo, creativo, diferenciado e integrador del sistema de influencias educativas.

Palabras claves: Juventud, proyectos de vida, proyectos de vida profesionales, Trabajo educativo, formación profesional.

Summaries

The formation of projects of professional life constitutes a topic of importance and present time, for the social sciences and specially, for the psychology of the education and the pedagogy. The need it has the youth of deciding your future place in the society, it becomes converted in a |dinamizador| element of your with conduct, for which educate to form and develop projects of professional life as part of your project of |integrador| life, constitutes all a challenge in the purpose to educate for the life. In such sense, we try to get go in us in the content and meaning of the projects of life in the area of the profession from a theoretical perspective and |metodológica| , in order to lay the foundations of the need of your |educabilidad| in the process of professional formation of the university youth, processes it requires of an educational, creative work, differed and |integrador| of the system of educational influences.

Code words: Juventud_ projects of vida_ life projects profesionales_ Trabajo educational, professional formation



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Noraida Garbizo Flores y Mayra Ordaz Hernández (2016): “Edad juvenil y proyectos de vida profesionales. Realidades y perspectivas desde la labor educativa en la universidad actual”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (mayo 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/atlante/2016/05/proyectos.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/ATLANTE-2016-05-proyectos


Introducción.

La formación integral del estudiante universitario constituye centro de atención y preocupación de las universidades. Este proceso no solo incluye la formación de conocimientos y habilidades que le permita al joven  insertarse en el complejo mundo de la ciencia y la tecnología, sino también la formación de un profesional con proyectos de vida sustentados en valores y articulados con el proyecto social cubano, que tengan su máxima expresión en  la solidaridad, justicia social y mejoramiento humano.

En la juventud la Situación Social del Desarrollo se caracteriza por la existencia de un gran número de exigencias sociales, entre las que se destaca, la necesidad que tiene el joven de determinar su futuro dentro de la sociedad. Es por ello que consideramos de vital importancia estudiar la proyección futura de la motivación, teniendo en cuenta la implicación emocional y sentido personal que tiene para el joven, el cual será capaz de elaborar sus propias estrategias, en función de materializar los objetivos que se ha trazado y que aspiramos a que sean consonantes con los objetivos de nuestro proyecto social.

La capacidad de proyectarse y la construir el futuro   deviene en  desarrollo humano integral, y vale decir que constituye una tarea de mejoramiento continuo, labor que requiere esfuerzo y lucha por vencer las limitaciones y sobre  todo, empeño por forjar hábitos estables de vida que permitan alcanzar un grado de madures por el cual se convierte el hombre en dueño de su propio destino.

Los proyectos futuros del joven no son solo importantes para el sino también para la sociedad donde este se va a realizar como sujeto activo, independiente y autodeterminado. Si los jóvenes que conforman nuestra sociedad se caracterizan por  poseer  proyectos futuros estructurados, esto deviene en satisfacción para los individuos en las diferentes esferas de su vida, mostrando  una adecuada estabilidad psicológica y  realización personal.

En Cuba la elaboración de proyectos de vida ha estado favorecida por las características de nuestro sistema social que posibilita la formación armónica y multifacética de nuestra joven generación. En lo que respecta a los proyectos profesionales, las particularidades de nuestro sistema educativo y los programas y acciones que ha puesto en práctica, permiten al joven trazarse metas coherentes con las posibilidades educativas  que  brinda  nuestro  país,  al constituir el desarrollo del hombre el centro del programa social de nuestra revolución.

Irrumpir en el estudio de los proyectos de vida profesionales como parte del proyecto de vida integrador del sujeto, es una tarea de inestimable valor en la Educación Superior, ayudar al joven a determinar su lugar en la sociedad es de vital importancia para el joven como sujeto activo y para la sociedad, donde este se desarrolla.

Para el desarrollo del trabajo partimos  de asumir el método dialéctico-materialista como método general al permitirnos: El  estudio  del  objeto  como  un  proceso, emplear con acierto los conceptos devenidos del proceso de trabajo educativo y la formación del proyecto de vida profesional del estudiante universitario, su concatenación con otros fenómenos y  la posibilidad de transformación, descubrir las contradicciones internas presentes en el objeto, sus nexos y principales relaciones las que permitieron su estructuración lógica y coherente. Así como el empleo de métodos teóricos y empíricos, que favorecieron el desarrollo de la investigación.

Desarrollo

 1. EDAD JUVENIL Y PROYECTOS DE VIDA. VALOR TEÓRICO Y METODOLÓGICO.

Arribar a la Educación Superior, se convierte en una  aspiración de cientos de jóvenes que sueñan en convertirse en futuros profesionales. Es precisamente la juventud una etapa de florecimiento y renacer donde la actividad del joven se organiza en torno a objetivos y metas que brindan significado a su vida. Justamente “la nueva posición “objetiva” que ocupa el joven dentro de la realidad social, condiciona la necesidad de determinar su futuro lugar en la misma” (Domínguez, 2003:12).

El estudio e investigación de la juventud y su proyección futura, continúa estando en centro de las investigaciones pedagógicas y psicológicas, que desde diversas aristas incursionan en el tema y tienen la pretensión de tributar desde la formación profesional a la formación personal y social del joven. En este sentido constituyen pilares esenciales, los criterios de investigadores cubanos que a lo largo de su quehacer en el estudio del tema han enriquecido nuestros referentes y una joven generación de investigadores, cuyos aportes, resultan valiosos a nuestro objeto de estudio. (González Serra, 1972,1995; González. Rey, 1983,1999; Arias, 1988; Torroella, 1993; D´Ángelo, 1994, 2008; González M, 1994, 2007; Hernández, 2000, Domínguez L, 2002, 2005; Del Pino, 2004, 2010; Meléndez, 2005,2009); Arzuaga, 2005, 2011) y otros.

Adentrarnos en el estudio de la proyección futura requiere considerar, que la anticipación del futuro ha constituido una preocupación constante del hombre, su desarrollo interior se ha visto enriquecido por la capacidad de trazarse metas, objetivos y proyectar el futuro en el más intenso de los sentidos. Por lo que cabría aseverar  que la vida del individuo puede considerarse como un proyecto que constantemente se estructura y actualiza y en sentido general constituyen sistemas de orientaciones y valores  vitales que expresan sus necesidades y aspiraciones esenciales.

Un acercamiento a la comprensión del término proyecto, nos conduce a la interpretación de su origen y significado, en latín existió el término “proyectare” del que se derivó la palabra proyecto que revela la acción de “lanzar  hacia delante”, existiendo tantas definiciones como puntos de vistas y posiciones teóricas diferentes, en los que se hace alusión a diversos términos como: objetivos, metas, intenciones proyectos, ideales  en correspondencia de la escuela, perspectiva o enfoque que la haya estudiado. Resultando dicha categoría un indicador de lo que el sujeto se propone o plantea realizar, articulándose la actividad pasada con el futuro al que se desea llegar.

En el análisis del tema, se requiere prestar atención a una serie de aportes que han constituido referentes de obligada consulta: la proyección futura entendida como expresión de la motivación humana superior, (González, 1977); la relación existente entre la autovaloración y los ideales, significada en la propuesta de la categoría propósito, así como la importancia de la temporalidad en la evaluación del potencial regulador del proyecto (Arias, 1988: 11).

Resultó significativo, el análisis de la estructura de los ideales como formaciones motivacionales complejas de la personalidad, caracterizando la edad juvenil por la aparición de los ideales generalizados los que poseen mayor o menor nivel de efectividad en la regulación del comportamiento,( González,1985:49).

Al abordar la proyección futura, resulta necesario recurrir a los aportes brindados por Ovidio D´Angelo, destacado estudioso del tema que durante varios años ha desarrollado la categoría proyecto de vida. En este sentido a fin de comprender en toda su magnitud la importancia de la construcción de futuro para la existencia social de la persona, dicho autor expresa que:

…en el ámbito de la persona, los proyectos de vida constituyen sistemas de sus orientaciones y valores vitales que expresan la síntesis de sus necesidades y aspiraciones esenciales proyectadas en los contextos y escenarios imaginados de su autorrealización personal, de acuerdo con la posibilidad reconstructiva de la experiencia pasada y su actualización con los recursos reales disponibles para su transformación y desarrollo (D' Angelo, 2001:133).

Se acentúa en el razonamiento del autor, la connotación ética que otorga a la construcción del futuro, destacando los valores como importante sostén en la construcción de un proyecto de vida auténtico y creador en la dirección efectiva de la personalidad, de este modo, el proyecto de vida como resultado mediato de las condiciones de vida y educación del hombre, se erige a partir de la articulación de necesidades, aspiraciones y posibilidades del sujeto en su autoperfeccionamiento.

Es importante reconocer en este análisis los aportes que en el orden teórico y metodológico han brindado Domínguez, L. e Ibarra, L.(2003),considerando la proyección futura de la  personalidad como:
…la  estructuración e integración de un conjunto de motivos elaborados en una perspectiva temporal futura, a mediano o largo plazo, que poseen una elevada  significación  emocional o sentido personal para el  sujeto y de las estrategias correspondientes  para el logro de los objetivos propuestos” (Domínguez, e Ibarra, 2003:2).

En consonancia con lo anteriormente expuesto, resulta menester comprender la ineludible relación que se establece en la construcción del proyecto de vida entre, necesidades, aspiraciones, posibilidades y las relaciones sociales que se crean en los diferentes contextos en los que se desarrolla el sujeto, de manera que en los propósitos que el sujeto se traza, cobre significado la autodirección consciente en el desarrollo de sus potencialidades, la factibilidad de las estrategias diseñadas en la consecución de sus propósitos y la temporalidad como indicadores que revelan la construcción de un proyecto de vida realista.

Sobre la base de estos criterios resulta coherente lo expresado por Patiño, (2003), al aseverar que el proyecto de vida del joven,  constituye su proyección personal y social constructiva y desarrolladora, expresión del ser y hacer armónico consigo mismo y con la sociedad, con una conciencia ética ciudadana para la responsabilidad, la libertad y la dignidad humana. En este contexto, la propuesta de desarrollo integral del proyecto de vida presta una atención especial a las áreas de autoexpresión y auto desarrollo, relaciones interpersonales, relaciones sociales y vida profesional.
Para lograr tan armónica y pertinente construcción de un proyecto futuro, se requiere  comprender que:
…La juventud es la etapa de la vida donde la dimensión futura alcanza por  primera  vez un poder regulador significativo. En  ese período la Situación Social del Desarrollo (SSD) hace más factible la estructuración del  proyecto  de  vida.  Si  utilizamos esta categoría, definida por S.L. Vigotsky, podemos comprender que la juventud es una etapa de definiciones, por eso los proyectos de vida que se venían conformando tienen que empezar a materializarse. (Del Pino, 2011: 10).

Podemos aseverar que este es un periodo especialmente importante en el proceso de formación de la concepción del mundo, lográndose el nivel superior de integración de los procesos cognitivos y afectivos, constituyendo la base para la elaboración del sentido de la vida, lo cual significa, sentido de la propia existencia del sujeto, camino y estrategia a seguir, para encontrar el lugar al que aspira alcanzar en la sociedad.

En esta etapa de desarrollo se alcanza una madurez superior, tanto biológica, física, como psicológica, el joven comienza a tornarse mucho más independiente y autónomo, se consolidan los intereses profesionales y pueden convertirse en intenciones. Resulta significativa la participación del joven en grupos  formales e informales que favorecen las relaciones de comunicación con sus iguales, los que se convierten en  importantes espacios de reflexión, de expresión y conformación de sus puntos de vista, y además contribuyen a la organización y al empleo de su tiempo libre.
El empleo del tiempo constituye un factor esencial en la elaboración de un proyecto de vida, la manera en que el joven  emplea su tiempo,  expresa la relación entre su estilo de vida y sus sentidos vitales. En este sentido, D´Angelo,(1996),nos propone una visión personológica e integrativa, estrechamente vinculada con los proyectos futuros, partiendo del  análisis del equilibrio entre el tiempo que utiliza el sujeto para lograr sus objetivos esenciales en la vida y el que emplea en otras actividades.
De acuerdo a lo expresado podemos aseverar:

…En la fase juvenil se producen procesos claves del desarrollo que absorben el ritmo de los tiempos y las situaciones. La multiplicidad de referentes con los que las sociedades entran al nuevo milenio genera nuevas temporalidades y devela la diversidad en las condiciones, sentidos y trayectorias existenciales que se presentan” (Krauskopf, 2001: 14).

A fin de enfrentar con éxito el proceso descrito, se significan en el contexto actual la necesidad de comprender que los proyectos futuros y particularmente los profesionales en la edad juvenil, constituyen parte orgánica esencial del trabajo educativo en el contexto universitario, que requiere , unidad entre el sistema de influencias educativas que ejercen los diversos actores sociales del proceso de formación, otorgar la primacía que merece el estudiante como protagonista y constructor de sus proyectos futuros.

Por consiguiente si aspiramos a que el proceso de formación de conocimientos, hábitos y habilidades marchen en sintonía con la elaboración de proyectos de vida desarrolladores, que se basen en la autodeterminación personal, los mismos deben construirse sobre la base de determinadas premisas aportadas por D´Angelo, en sus trabajos sobre el tema, que pueden ser aplicadas en los diferentes contextos y niveles educacionales. Entre estas premisas de destacan las siguientes. (D´Angelo, 2001:136).

-Desarrollo de la imaginación y la anticipación de los eventos y escenarios futuros.
-Representación clara de las metas y aspiraciones, así como de las motivaciones y valores que los inspiran en la dirección de un desarrollo personal progresivo.
-Elaboración de estrategias de realización que promuevan su  logro, autocorrección constante y superación de conflictos.
-Formación de una disposición para cumplir las tareas y planes. Tenacidad, disposición al riesgo y al fracaso. Responsabilidad por  las consecuencias de las acciones.

Ante la complejidad de este problema, es difícil pretender encontrar respuestas exactas o definitivas que nos permitan contribuir a la formación de proyectos futuros, desde el complejo entramado de relaciones sociales en el que se inserta el joven. Por lo que resulta pertinente, implementar acciones educativas, flexibles, creativas y contextualizadas que tengan como importante sostén  la relación dialéctica de la actividad y la comunicación sistemática, en la transmisión de conocimientos, hábitos, habilidades y aptitudes, que favorezcan su asimilación consciente y comprometida y tributen al desarrollo personal y social del joven desde su formación profesional. 

1.1 CONSIDERACIONES EN TORNO A LA FORMACIÓN DE PROYECTOS DE VIDA PROFESIONALES. SU SIGNIFICACIÓN EN EL CONTEXTO UNIVERSITARIO.

La universidad cubana se desarrolla en base a un modelo de universidad moderna y humanista, científica y tecnológica, integrada a la sociedad y profundamente comprometida con la sociedad, constituyendo un reto para la educación superior, la necesidad de desarrollar estrategias educativas que tributen a la estructuración y desarrollo de proyectos de vida, potenciando la interrelación entre la formación de profesionales y la vida económica, política y social del país.

En este contexto la formación de proyectos de vida profesionales constituye  un reto en la labor  formativa  de la universidad contemporánea por lo que podemos aseverar que:

…Una de las tareas primordiales de la educación es ayudar a los jóvenes a definir y establecer metas, para sus vidas, valores que orienten su conducta, criterios para elegir y decidir; en breves palabras, ayudarlos a proponerse un sentido para la vida (Torroella, 2005: 5).

En coherencia con lo expresado, resulta importante comprender la significación de la labor educativa en la formación de proyectos futuros y en particular proyectos  de vida profesionales, teniendo en cuenta que la situación social del desarrollo en la edad juvenil, favorece la implementación de estrategias en el proceso formativo, que permitan al joven trazar objetivos y sus estrategias correspondientes, expresión de la integración de los contenidos cognitivos y afectivos y autovalorativos, que permiten la regulación del comportamiento.

Resulta importante llamar la atención,  que en el proceso de formar  proyectos de vida profesionales, se requiere comprender que estos forman parte del proyecto de vida integrador del sujeto, “como estructura psicológica- social, el proyecto de vida se construye en el ámbito de la vida personal, familiar, grupal, institucional y también en la interacción-reconstrucción de los proyectos de vida sociales” (D´Angelo, 2010:137).

Tomando en consideración lo referido por Arzuaga (2011): “formar proyectos de vida profesionales no se reduce a brindar espacios para la autosatisfacción o autorrealización personal-profesional del estudiante, aunque no se deja de reconocer que para construir un futuro profesional, el aspecto de satisfacción personal es importante. Desde el punto de vista de las condiciones internas del sujeto, el PVP se construye sobre la base de las principales áreas de significación motivacional de la profesión que estudia o que pretende realizar en un futuro (Arzuaga, 2011:32).

 Estas reflexiones nos conducen a reconocer que en el proceso de formar proyectos de vida profesional resulta pertinente tener en cuenta, la “educabilidad” de motivación profesional como formación de la personalidad en el proceso de formación de proyectos de vida profesionales, en los que intervienen el sistema de influencias educativas que recibe el joven en la institución escolar, la familia y la sociedad en general.

Domínguez.(1992), en su tesis doctoral, al abordar la motivación profesional como formación de la personalidad, define el componente de proyección futura, como elaboración cognitivo-afectiva del sujeto en cuanto a sus perspectivas de desarrollo personal y del aporte social que espera brindar a través de  su ejercicio. Ha resultado de especial interés en el orden pedagógico y metodológico, la caracterización de estos componentes a partir de un conjunto de indicadores elaborados para su diagnóstico, al favorecer la implementación en la práctica educativa de acciones diferenciadas en correspondencia con el nivel de desarrollo del componente de proyección futura, articulados con los componentes cognitivos, afectivos y autovalorativos desde una visión integradora.

Variados han sido los acercamientos a la problemática de educar proyectos de vida profesionales, considerándose en su estudio, dinamizadores de la conducta presente del sujeto, (Hernández. E, 2000) objetivos y metas que expresan las necesidades y aspiraciones esenciales del joven, (Garbizo. N, 2004); estructura de la personalidad que encauza las direcciones de esta, en un conjunto de motivos profesionales, de manera flexible y consistente, (Meléndez 2005), subsistema de regulación motivacional que poseen un elevado sentido personal para el sujeto (Cabrera, 2010:46).

Resulta interesante, las consideraciones de Arzuaga (2009), al definir los proyectos de vida profesionales como: “configuración personológica que integra formaciones psicológicas motivacionales y auto-valorativas de la profesión que se articulan con planes de desarrollo profesional y expresa la dirección de la autorregulación comportamental presente y futura, en un momento y contexto social determinado” (García, 2011:98).

Desde esta perspectiva de análisis la autora comparte la definición de Arzuaga (2009),en la que se enfatiza la idea que el proyecto de vida profesional no se limita al planteamiento de objetivos y metas en el área de la profesión, integra de manera dinámica la relación entre los componentes motivacionales y autovalorativos, al formar parte del proyecto de vida integrador del  joven, confiriendo su carácter activo como principal artífice en construcción de su futuro. 
 
A partir del recorrido realizado por investigaciones que en la última década han estudiado los proyectos de vida profesionales, en ámbito educativo y sus características, puede apreciarse la cantidad y diversidad de los elementos descritos en el tratamiento del tema, lo que supone reconocer el interés que suscita la educabilidad de los proyectos de vida profesionales para la Pedagogía, teniendo en cuenta que la capacidad de proyectar y construir el futuro constituye una tarea de mejoramiento continuo, labor que requiere esfuerzo y lucha por vencer las limitaciones y sobre todo, empeño por forjar hábitos estables de vida que permitan alcanzar un grado de madurez, por el cual se convierte el hombre en dueño de su propio destino.

Sobre la base de estos postulados que en el orden teórico enriquecen y sistematizan los estudios que se han realizado sobre proyectos de vida profesionales, se reconoce en el contexto actual, la  necesidad de evaluar las soluciones aportadas y su pertinencia para el perfeccionamiento de la labor formativa.
 
En los resultados de algunas  investigaciones, orientadas al estudio de la proyección futura: D´Ángelo O,  (1994,  1996, 2000,  2005); Domínguez  L, (2000-2005);  Garbizo  N  (2007),  Arzuaga  Ramírez  M, (2005-2008), Del Pino, (2010) entre otras, muestran que los proyectos futuros de los jóvenes están marcados por la heterogeneidad; su caracterización en jóvenes,  pertenecientes  a  diferentes  sectores sociales: trabajadores  por cuenta propia, estudiantes universitarios, jóvenes no vinculados socialmente y jóvenes religiosos, etc., muestran la necesidad de vincularlos a la realidad social del país. (Del Pino, 2011:14).

Constituye un referente importante, el aportado por Batista. T, (2005), quien fundamenta una propuesta para el proceso de gestión pedagógica del colectivo de año, sistematiza la concepción de la formación profesional integral, destacando el proyecto de vida universitaria del estudiante como elemento integrador en el proceso docente educativo. Si bien no constituye  propósito de la autora centrarse en la formación de proyectos de vida profesionales, se reconoce la necesidad de prestar atención a esta categoría desde la dimensión personalizada y profesional, al constituir un instrumento educativo en la formación del profesional.

 Se reconocen entre los aportes más significativos el realizado por Meléndez, (2009), quien propone un sistema de talleres pedagógicos, como forma de intervención educativa, que contribuye al proceso de desarrollo de los proyectos de vida profesionales, aplicable en los estudiantes en Formación Emergente de la carrera de Profesores Generales Integrales de Secundaria Básica, destacando los valores y la elaboración de un plan estratégico para hacerlo más viable.

Ordaz,(2011), aporta una estrategia para realizar el proceso de orientación psicopedagógica  que contribuye al proceso de formación profesional a través de: resignificación de la orientación y la promoción de actitudes favorables; aporta la  creación de un Servicio de Orientación Psicopedagógica que se aplica en la Universidad de Pinar del Río, constituyendo este un espacio de inestimable valor para tributar desde el servicio de orientación a la formación  de proyectos de vida profesionales. 
 
Arzuaga, (2011),se destaca por  aporte la practica educativa, al concebir la formación de proyectos de vida profesionales como un proceso cooperado entre agentes educativos y estudiantes, destaca la importancia de la coordinación y colaboración en las acciones de formación profesional, el protagonismo estudiantil en unidad con la dirección del proceso de formación de los proyectos de vida profesionales y la integración de las exigencias sociales con los objetivos individuales y grupales de los estudiantes.

Incursionar en el estudio de los proyectos de vida profesionales como parte del proyecto de vida integral del sujeto, resulta necesario recurrir al enfoque histórico cultural de Vigotsky, fundamento teórico de inestimable valor en nuestro objeto de análisis.

El nexo entre educación y desarrollo y su expresión en cada sujeto  particular, a partir de su interacción e influencia recíproca, nos permite  entender el trabajo educativo del año académico como un proceso organizado, planificado, flexible, con propósitos definidos, que en su concepción debe tener en cuenta el desarrollo alcanzado y las potencialidades de cada estudiante, desempeñando un rol esencial, la dirección del sistema de influencias educativas de manera que se propicie un salto cualitativamente superior en correspondencia con las transformaciones que se desean alcanzar.

La comprensión de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), como expresión del vínculo  entre el nivel de desarrollo real y el nivel de desarrollo potencial,   destaca su valor diagnóstico  en la enseñabilidad del alumno. Considerar la (ZDP), en el desarrollo del trabajo educativo del año académico, sustentado en el proyecto de vida profesional del  estudiante, favorece el conocimiento de las reales potencialidades y posibilidades de los estudiantes, lo que permite diseñar e implementar la estrategia educativa del año, estableciendo los niveles de ayuda que necesita el estudiante para su desarrollo personal y social desde su formación profesional. Desarrollar un trabajo educativo desarrollador de la personalidad del estudiante, implica que los niveles de ayuda que requiere el estudiante responden a  sus necesidades, intereses y exigencias sociales, expresado de manera particular en el nivel de desarrollo de su proyectos futuros en el área de la profesión.

La categoría Situación Social del Desarrollo (SSD), desarrollada posteriormente por Bozhovich L.I. y sus colaboradores, favorece la compresión de los cambios dinámicos que se establecen en la juventud como etapa del desarrollo, acentúa la situación particular que establece el sujeto con el medio, produciéndose a su vez cambios psicológicos internos.

El conjunto de exigencias que imponen a la conducta del sujeto los sistemas de actividad y comunicación en que se desenvuelve su vida (“posición social”) y la apropiación personal de estas exigencias (“posición interna”) posibilitan diagnosticar la pertenencia del sujeto a una determinada etapa del desarrollo de la personalidad (Domínguez, 2007). 

En tal sentido, el  punto de partida para la contextualización y entendimiento de del trabajo educativo del año académico, aprovechando las potencialidades que brinda el proyecto de vida profesional del estudiante, requiere partir de la Situación Social del Desarrollo, que distingue la edad juvenil, lo que favorecerá la estructuración adecuada del sistema de actividad y comunicación en el proceso de trabajo educativo y constituye un imperativo  para la transformación del sistema de influencias educativas en pos del desarrollo integral del estudiante.

Todo lo expresado hasta el momento, nos permite comprender, que la formación de proyectos futuros en el área de la profesión, constituye  una problemática, que cada día gana más adeptos desde el contexto pedagógico, a partir de reconocer que los mismos son susceptibles de ser educados, por lo que se convierte en una tarea esencial del trabajo educativo en la universidad cubana. En este sentido, asumimos las contribuciones  realizadas,  que han constituido importantes aportaciones teóricas y metodológicas  al estudio de los proyectos de vida en el área de la profesión.

Partiendo de los referentes descritos, podemos aseverar que los proyectos futuros del joven y particularmente los profesionales no son solo importantes para el, sino también para la sociedad donde este se va a realizar como sujeto activo, independiente y autodeterminado. Si bien resultan de incuestionable valor los aportes que se vienen realizando desde las investigaciones pedagógicas, aún subsisten dificultades en la labor formativa, que evidencian la necesidad de perfeccionar el trabajo educativo centrado en valores, otorgándole un papel esencial al año académico como célula del trabajo educativo que rige la formación a este nivel. En este sentido consideramos que para superar las limitaciones en el orden teórico y metodológico que aun subsisten, se requiere concebir el proyecto de vida profesional como parte orgánica de la labor educativa, y núcleo dinamizador del trabajo educativo en la Educación Superior.

2- EL PROYECTO DE VIDA PROFESIONAL  EN EL MARCO DE LA FORMACIÓN INTEGRAL DEL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO.

La formación del hombre, ha resultado un tema de interés recurrente en el devenir histórico de la humanidad,  por marcar su impronta en el desarrollo social, lo cual eleva a un plano superior la relación individuo- sociedad, donde la formación se inserta como un proceso integrador. En este sentido resulta pertinente entenderla como un proceso totalizador cuyo objetivo es preparar al hombre como ser social, integrando en una unidad dialéctica, los procesos educativo, desarrollador e instructivo (Álvarez, 1999:89).

Particularmente en la Educación Superior Cubana, el término formación se emplea para caracterizar el proceso sustantivo desarrollado en las universidades, con el propósito de preparar integralmente al estudiante en una carrera universitaria, resultando importante tener presente que el mismo comprende de igual manera la formación postgraduada. (Hourrutinier, 2006:6).

En tal sentido, podemos afirmar que la Educación Superior contemporánea tiene como misión, la formación de profesionales competentes y comprometidos con el desarrollo social. (UNESCO, 1998), lo cual requiere  de las universidades centrar su atención en la formación integral del estudiante.

La necesidad de atender de manera especial la formación integral del estudiante universitario,  es defendida enfáticamente por diferentes profesionales e investigadores al referirse a las características  de la universidad actual, resultando aportaciones valiosas las brindadas por: Lázaro.A,(1997,2004); Saulnier- Cazals. J, (1997), Echeverría, B (1997), Martínez, Buxarrais (2004), Esteban (2004), Zabala (2003), Esteban y Buxarrais (2004), Álvarez Rojo (2004), Fuensanta (2005) y otros, que de igual manera abogan por una concepción del proceso de enseñanza aprendizaje y de los roles que  asumen estudiantes y profesores, diferentes de los asumidas por la formación universitaria tradicional. (González, 2005:7).

 Por el significado y trascendencia de este proceso, en áreas de la misión  que le corresponde a la universidad, asumimos la definición de formación integral de Hourrutinier, al señalar que:

“….expresa la pretensión de centrar el quehacer de las universidades en la formación de valores en los profesionales de forma más plena, dotándolos de cualidades  de alto significado humano, capaces de comprender la necesidad de poner sus conocimientos al servicio de la sociedad en lugar de utilizarlos para su beneficio personal, implica además la necesidad de lograr un profesional creativo, independiente, preparado para asumir su autoeducación durante toda la vida (Hourrutinier, 2006:4).

Al analizar los componentes presentes en la definición, se significan: el papel de los valores como importante sostén, donde se erige la personalidad del sujeto, la asunción consciente y comprometida de los objetivos sociales, expresados en el modo de actuación del profesional en el contexto social, se apunta la necesidad de un proceso formativo que promueva la creatividad,  la independencia, en sentido general, preparar al estudiante fomentando su crecimiento personal y profesional.

Comprender que formar proyectos de vida profesionales potencia la formación integral del joven, ha constituido todo un reto para la Educación Superior. En este sentido, formar conocimientos y habilidades para un mejor desempeño profesional, resulta ineficaz, si no se acompaña de la apropiación de aquellos valores que nos distingan como profesionales y seres humanos, por lo que el planteamiento de metas importantes en el área de la profesión, expresión de las aspiraciones y expectativas, individuales y sociales del joven, favorece  tal aspiración.(Figura.1)

A nuestro juicio, existe claridad en la misión que le corresponde a la Universidad como Institución Social, y ha constituido centro de atención del Ministerio de Educación  Superior, la formación profesional integral, a partir del desarrollo de acciones que redimensionen los roles que le corresponden asumir a los diversos actores implicados en el proceso de formativo. Por lo que comprender que el proyecto de vida profesional, constituye para el joven  un evento trascendental en su vida, favorece el desarrollo de un trabajo educativo, más intencionado a los fines de contribuir al desarrollo personal y social del estudiante.

Estas exigencias y retos en la formación de este profesional que demanda nuestra sociedad, nos permite  comprender  la articulación entre un proyecto de vida profesional auténtico y la formación profesional integral, que aporta como resultado, un ser humano más enriquecido y comprometido con el proyecto social.

Cuando se reflexiona con profundidad en el tema se comprende:

…la necesidad de propiciar, desde el aula escolar y en los espacios de interacción social, el desarrollo de los componentes esenciales de los actuales y futuros proyectos de vida de la persona, y su interacción integrada y coherente. La creación de habilidades y disposiciones para el manejo de situaciones vitales (…), cultivar las posibilidades de escudriñamiento reflexivo y de previsión en los planos del pensar, el sentir y el actuar de manera crítico- reflexiva, creativa y moralmente íntegra en la dirección de la formación de sentidos para la autorrealización personal- social constructiva (D´ Angelo, 2001:46).

En correspondencia con estas ideas y ante la preocupación creciente, que ha despertado la formación de proyectos de vida en los marcos de la formación profesional integral, compartimos la idea de Batista, (2005), al señalar que el proyecto de vida como instrumento de la labor educativa, brinda al educador, la posibilidad de encauzar las direcciones de la personalidad en las diferentes áreas de la actividad y la vida social del estudiante.

En proceso de educar para la vida, es difícil procurar encontrar respuestas exactas o definitivas .El verdadero problema consiste en preguntarnos:

 ¿Cómo desarrollar un trabajo educativo donde los proyectos de vida profesional constituyan un instrumento educativo, en la formación de un profesional competente y comprometido con el proyecto social?

Ante la complejidad de este problema debemos partir del hecho que aun subsisten limitaciones  en el orden teórico y metodológico que no favorecen el trabajo educativo en tal dirección, de manera que los profesores y tutores, conozcan con más profundidad, los proyectos futuros del joven, presten especial atención a sus necesidad, respetando su individualidad y otorgándole  el papel activo que les corresponde en su proceso de formación, elementos significativos en el diseño e implementación de una estrategia educativa del año que responda a los propósitos de la formación profesional integral.

En tal sentido: la institución universitaria debe diseñar el proceso educativo, que  estimule la  reflexión del sujeto sobre sus intereses y posibilidades en la profesión, lo vincule a determinada  línea de investigación y lo haga sentirse útil y autorealizado en la aplicación a la vida económica y/o social de sus nuevos saberes profesionales. (Del Pino, 2011:38). 

Reconocer el proyecto de vida profesional del estudiante universitario como componente de vital importancia en el enfoque integral para el desarrollo de la labor educativa y política ideológica en las universidades, significa reconocer que este debe ser expresión de la proyección futura del joven, a partir de la adecuada correspondencia entre lo que el estudiante desea,  puede realizar y lo que se le exige desde el entorno universitario y social, constituyendo, un importante instrumento educativo en manos de tutores y estudiantes en pos de su autoperfeccionamiento y crecimiento personal.

En este sentido, es necesario tener presente que la formación de profesionales es un proceso que va más allá del desarrollo intelectual del estudiante, requiere el despliegue de sus potencialidades como ser humano y la  apropiación de valores que le permitan al joven proyectar su vida personal con un elevado compromiso social. Es precisamente la unidad entre lo instructivo y lo educativo  quien favorece esta labor.

Atendiendo a la problemática que nos ocupa; la formación y desarrollo de proyectos de vida sólidos y coherentes con el proyecto social cubano y el modelo del profesional, requieren del tutor y profesor guía, aplicar dicho principio al trabajo de orientación psicopedagógico personalizado con el  estudiante, lo cual requiere tener en cuenta las siguientes consideraciones:

-La construcción de metas importantes en el plano personal y social, deben estar sustentadas en valores que dignifiquen la vida del sujeto y un conocimiento  de su profesión  y proyección social.

-Conducir acertadamente al joven en la formación y desarrollo de su proyecto de vida, requiere que los tutores tengan presente sus necesidades, potencialidades y limitaciones del joven y  en  este sentido, estimular el logro de las metas trazadas.

-Propiciar el desarrollo de habilidades y potencialidades, que le permitan al joven elaborar estrategias, y corregirlas cuando se requiere.

2.1. Sistema de acciones en los marcos del trabajo educativo  en la formación y desarrollo de los proyectos de vida profesionales.

El  trabajo educativo en la Educación Superior, ha evolucionado con el propio desarrollo de proceso docente educativo, que aboga por la formación integral del profesional que egresa de la universidad. El mismo se ha caracterizado por un conjunto de particularidades que lo distinguen y tipifican en cada etapa, por ello consideramos necesario  enfatizar en su desarrollo.

Existe plena conciencia, que la formación de la personalidad del estudiante es un proceso complejo, que requiere armonizar la formación de conocimientos, hábitos, habilidades, aptitudes y proyectos de vida profesionales, expresados en el compromiso social. En tal sentido un importante desafió, consiste en fortalecer el trabajo educativo de manera que se superen las limitaciones que han prevalecido en la conducción de este proceso, de manera que se potencie la participación activa del estudiante, la atención a las necesidades individuales y grupales en correspondencia con demandas sociales.

El desarrollo del trabajo educativo en la institución escolar en respuesta a las demandas del proceso de formación, es una idea compleja y polémica, y en cada estudioso de estos temas es posible encontrar  una respuesta en consonancia con los retos y desafíos que enfrenta la educación. No obstante  en correspondencia con el objeto de la presente investigación, la autora comparte la definición expresada por Díaz.T, identificando como componentes significativos los siguientes:

- Los valores como sostén fundamental del trabajo educativo.
- La integración del sistema de influencias educativas a partir de la acción coordinada de los actores sociales del proceso de formación.
- Su presencia en las dimensiones de la vida universitaria, (curricular, extensionista y sociopolítico), articulando de igual forma a las dimensiones personalizada y grupal.

A fin de enfrentar con éxito el proceso descrito, se significan  por Díaz.T, que en trabajo educativo centrado en valores tiene entre sus prioridades fundamentales:

-Formar profesionales integrales, con una concepción social humanista y una actitud responsable y comprometida con los demás, con la Patria y  la Revolución.
-La educación en valores.
-Dimensión fundamental es la de educación desde la instrucción.

El tratamiento del trabajo educativo como proceso complejo nos permite aseverar que:

…el trabajo educativo de las nuevas generaciones se orienta por un modelo concretado en los objetivos formativos, a partir de las representaciones  del  deber  ser,  los  sujetos  que  se  educan  son  seres  humanos diferenciados  entre  sí  por  su  individualidad  concreta  e  historias  de  vida,  donde  lo perfectible tiene un carácter relativo e interactúa como aspiración y metas elevadas en el incesante camino del perfeccionamiento humano, movimiento que caracteriza al proceso educativo y formativo desde las tempranas edades( Chacón,2014:8 ).
 
De acuerdo con lo expresado, desarrollar un trabajo educativo en correspondencia con las exigencias del proceso de formación, requiere  prestar especial atención a la dimensión personalizada y grupal, desde el diseño e implementación de acciones educativas, creativas, diferenciadas y flexibles, de manera que el estudiante (con sus necesidades, intereses, motivaciones y proyectos), logre la asunción consciente y comprometida de los valores  que ponderamos como sociedad.

A partir del recorrido realizado por algunas definiciones formuladas por diferentes autores sobre el trabajo, puede apreciarse la cantidad y diversidad de los elementos descritos por los estudiosos del tema, lo que nos permite puntualizar  en las características que lo distinguen y tipifican, a los propósitos de definir de manera preeliminar  nuestro objeto de investigación.

En lo que respecta a los fundamentos del trabajo educativo, las particularidades distintivas identificadas pueden resumirse en los siguientes elementos:

-Proceso complejo en el que interactúan diferentes factores.
-Centrado en valores.
-Proceso pluridimensional, intencional, sistémico e integrado.
-Aspira materializar los ideales educativos de la sociedad en un individuo.
-Influye en la formación de la personalidad.
- Proceso interactivo e intersubjetivo.
-Comprende la formación de hábitos, y la asimilación de normas de conducta, sentimientos, cualidades, actitudes, de conceptos morales, de valores, principios y convicciones.

 En el contexto universitario, se requiere la implementación de un sistema de acciones que tributen a la formación de proyectos de vida en los jóvenes universitarios, de manera que se tribute desde una perspectiva integradora a la  formación profesional:

-Capacitación al colectivo de profesores y tutores del año académico  para propiciar desde el trabajo educativo el desarrollo de proyectos de vida profesionales en estudiantes universitarios, que requiere de temáticas relativas a:

.Fundamentos del trabajo educativo en la Educación Superior.
.Características de la juventud como etapa del desarrollo.
. Particularices de los proyectos de vida profesionales como parte del proyecto de vida integrador del sujeto.
. Orientación psicopedagógica personalizada

-Acción cooperada entre los actores del colectivo de año para el diagnóstico integral de los estudiantes, prestándole especial importancia al diagnóstico de la proyección futura del joven el el área de la profesión.

-Coordinación de acciones educativas para asumir desde la labor educativa el desarrollo de los proyectos de vida profesionales.

-Evaluación del proceso de desarrollo de proyectos de vida profesionales, desde la labor educativa.

2.2. El papel del profesor en la tarea de educar para formar proyectos de vida profesionales

Se ha expresado con acierto que la educación es tarea de todos, fundamento que se hace necesario se materialice cada vez más para todos los actores que ejercen su influencia en la labor educativa.
Makarenko, aseveraba que: “ni un solo educador tiene derecho a educar en solitario (…), allí donde los educadores no están unidos en colectivo y  el colectivo no tiene un plan único de trabajo, un modo único definido (…), no puede haber ningún proceso educativo” (citado en Konikova, 1978:10).

De acuerdo a lo expresado es preciso destacar la necesidad presente en el proceso de formación, de la integración coherente de todas las influencias educativas en un sistema coherente, que exprese un vinculo efectivo de modo que cada un de estos actores contribuyan a la formación y desarrollo de la personalidad.

En esta linea de pensamiento, podemos aseverar que: …el primer deber del educador no es formar mano de obra especializada o calificada para el mercado del trabajo. Es formar seres humanos felices, dignos, dotados de conciencia critica” (Betto,2014:5)

En este sentido consideramos que este proceso requiere del profesor universitario cumpliendo los diversos roles, en calidad de profesor guía o  tutor:

-Conocimiento del modelo del profesional, donde se concretan las exigencias para la carrera y los objetivos correspondientes a cada año.

-Conocimiento de las particularidades de la edad juvenil como etapa del desarrollo personal.

-Definición de los roles que le corresponden al tutor y al  estudiante en este proceso, delimitando las responsabilidades y teniendo siempre  en cuenta el papel protagónico del estudiante en la construcción  de su proyecto de vida, así como el rol del tutor como guía y facilitador.

-Adecuada comunicación con el estudiante, proceso que implica: aceptarlo tal y como es, evitar valoraciones subjetivas y respetar los espacios personales.

-Lograr un adecuado manejo de las negociaciones durante el proceso de elaboración de los objetivos y las estrategias  correspondientes.

-Intercambio de criterios con los tutores académicos y pedagógicos de los resultados del diagnóstico y el desarrollo y control de las tareas propuestas, aprovechando los espacios que brindan los colectivos de año  y de tutores.

-Alentar y estimular al estudiante, mostrando confianza en sus posibilidades.
Ser exigente y riguroso en el control de las tareas orientadas, mostrando siempre objetividad y flexibilidad.

-Utilización del trabajo grupal para la reflexión y debate en torno a la relevancia social y personal de los objetivos trazados, espacios que propicien el intercambio, la confrontación, la cooperación y la toma de decisiones.

- Desarrollar actividades de orientación profesional en los marcos del trabajo educativo que propicien el diálogo abierto, reflexivo, actividades desarrolladoras de la personalidad del sujeto.

Conclusiones

-Reconocer la necesaria articulación entre la proyección futura del joven y su proyecto profesional, constituye un indicador esencial en pos de promover el desarrollo personal del joven, reforzando su compromiso con el proyecto social cubano. En el  desarrollo de la labor educativa se han alcanzado importantes logros, no obstante resulta necesario lograr una mayor integración entre las dimensiones de esta labor, así como proyectar objetivos y acciones medibles, que tributen al desarrollo de proyectos de vida profesionales

-Desde el punto de vista social la investigación   contribuye a la  formación del modelo del profesional a que aspiramos con proyectos de vidas sólidos, realistas y coherentes con nuestro proyecto social. Además de brindarle a los profesores y tutores las  herramientas psicopedagógicas necesarias para enfrentar  la tarea de formación del profesional.

-El trabajo educativo del colectivo de año y el  proyecto de vida profesional del estudiante universitario, constituye una importante relación, que dinamiza el trabajo de formación a este nivel a partir de la articulación entre los objetivos  que se traza el joven en su vida profesional y la labor educativa  del año, en pos de su crecimiento personal y profesional.

-Lograr la articulación entre labor educativa y proyecto de vida profesional, requiere del protagonismo de profesores, tutores y estudiantes en el diseño e implementación de la estrategia educativa del año académico, así como en la objetividad del proyecto educativito de brigada como expresión de la proyección futura del joven a nivel grupal

- En el proceso de formación profesional, se requiere prestar especial atención al desarrollo de un trabajo educativo, autentico, creativo, diferenciado que tribute a la formación de proyectos de vida profesionales, aprovechando las potencialidades que brinda esta construcción de futura, la cual favorece el desarrollo de acciones desde las dimensiones personalizada y grupal, que favorezcan la motivación hacia la profesión,  el modo de actuación profesional, así como el compromiso social del estudiante con su entorno universitario y social.

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* Centro Universitario Municipal, “Hermanos Saíz Montes de Oca. norita@upr.edu.cu . Profesora universitaria, Master en Ciencias: Psicología Educativa, doctorante en Ciencias Pedagógicas, investigadora del proyecto “Orientación Psicopedagógica en la Universidad de Pinar del Río, Cuba, ha cursado diversos estudios postgraduados en temáticas relacionadas con Psicología Educativa y Pedagogía Universitaria.

** Centro de Estudios en Ciencias de la Educación Superior. (CECES). mayra@upr.edu.cu. Master en Psicología Clínica, Doctora en Ciencias Pedagógicas, investigadora del proyecto de Orientación Psicopedagogíca en la Universidad de Pinar del Río, Cuba, destacada trayectoria en la investigación


Recibido: 05/01/2015 Aceptado: 30/05/2016 Publicado: Mayo de 2016

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