CULTURA Y TÁCTICAS ESTÉTICAS

CULTURA Y TÁCTICAS ESTÉTICAS

José Luis Crespo Fajardo. Coordinador (CV)
Universidad de Cuenca (Ecuador)

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El oficio del papel como contribución a la educación superior

Carolina Larrea

Resumen:
La primera idea que los estudiantes tienen de hacer papel, es picar periódicos y meterlos en una licuadora para hacer la pasta. Sobre todo aquellos alumnos que vienen de facultades de distinta naturaleza a la artística. Mucho menos tienen la perspectiva de que lo que aprenderán es a hacer el papel a partir de un elemento que les es tan familiar como inexplorado, el papel hecho a partir de plantas y vegetales.
Este texto reflexiona sobre los últimos 10 años como profesora del Taller de Papel en la escuela de arte de la UC de Chile, y otras universidades extranjeras. La influencia de esta disciplina, como complemento en sus estudios de grado y post grado.

Palabras clave: Papel hecho a mano, educación en el arte, práctica artística, Geidō, Zen.

* * * * *

1. El inicio

            En el año 2002, después de un largo período de investigación y práctica individual en el papel hecho a mano, hice una primera propuesta formal, para proyectar el oficio del papel como una asignatura. Mi intención al llevar el papel artesanal a la universidad, era destacar y enseñar la importancia que tiene este material como soporte de obra, y su potencial como un arte en sí mismo, poniendo mi experiencia artística como respaldo. El apoyo me fue dado, ante mi persistente interés en crear este taller y de este modo se abrió la asignatura: El Papel como Medio de Expresión, que este año cumple 10 años en la malla curricular de asignaturas optativas, para la carrera de Licenciatura en Artes y como asignatura de formación general para otras carreras. El primer año comenzamos con 9 alumnos; hoy en día el promedio es entre 15 y 20 alumnos cada semestre.

            En un principio me centré en enseñar principalmente técnicas y recetas para la experimentación con diversas plantas que encontraran cerca de sus casas. Ésta fue la manera en que yo también comencé a relacionarme con el papel, así es que me pareció que sería también el mejor camino para poder transmitir esa experiencia a mis alumnos. La Universidad proporcionó un espacio compartido y un pequeño presupuesto, que en colaboración con los alumnos y mis propias herramientas en préstamo, implementamos el taller. En el año 2004 logramos tener una pila holandesa, que sigue funcionando sin problemas hasta hoy, construida a partir de las instrucciones de algunos libros y sitios de internet. Aquí realmente se notó la diferencia al incorporar esta máquina para afinar las fibras, pues durante los primeros años, todas las plantas eran apaleadas con mazos de madera. Luego vino la implementación de una batea y bastidores adaptados para el papel japonés, una prensa artesanal, colgadores para el papel, etc. Nuestro último gran recurso ha sido la instalación  de un potente extractor de aire para la cocina, que en realidad impresiona más de lo que realmente funciona.

            Cada uno de estas mejoras ha ayudado a una mejor realización de la clase, que ha tomado 10 años en equiparse, y claramente aún nos falta. Pero más allá de los logros en infraestructura, ha habido un cambio progresivo en la manera de plantear la enseñanza del papel, motivada por diversas experiencias relativas a la práctica de taller y a investigaciones académicas realizadas en los últimos 5 años con respecto a las artes y oficios que envuelven a la naturaleza y el entorno.

2. Aprender, practicar y transmitir el oficio

            En el 2005 asistí a The University of Iowa Center for the Book para aprender con Timothy Barrett. Sentí una instantánea atracción por el washi 1 y su técnica nagashizuki 2. A mi regreso a Chile, comencé un trabajo regular de la técnica del papel japonés. Una etapa en la que me sumergí de lleno en la práctica y en corregir mis equivocaciones una y mil veces; y me di cuenta de que nunca terminaría de aprender, de conocer, de mejorar, y que esa es la manera de caminar en este oficio.

            La práctica del arte del papel, es una puerta viable a la meditación activa, al percibir la similitud que existe con varias descripciones hechas de las artes tradicionales del budismo Zen. Tema que profundicé en mi tesis de Master en Producción Artística de la Universidad Politécnica de Valencia, en España 3. Aquí planteo que la mayor importancia radica en el sentido de la práctica, como un posible camino hacia el auto-conocimiento a través del conocimiento de los materiales.

             Esta reflexión acerca de la práctica artística es la que me interesa transmitir a mis estudiantes, pues percibo la presión que ellos sienten al intelectualizar de manera excesiva sus ejercicios de creación, sin tener aún la experiencia suficiente en la práctica para sentir esa libertad dentro de la disciplina de trabajo. Bernard Leach ya había apuntado esta manera de enseñar, alrededor del año 1954, afirmando que el problema está en poner la teoría antes de la práctica, y más aún tomando en cuenta el hecho de que muchas personas son capaces de adquirir el conocimiento a través de la manipulación y experimentación con los materiales en terreno. Para Leach ,“Un buen trabajo proviene de un hombre completo, con corazón, cabeza y mano en equilibrio apropiado” (Soetsu, Y. The Unknown Craftman. p.95)

            Frente al  panorama artístico de hoy, centrado en la imagen del artista, se desecha cada vez más la importancia de la práctica del arte como forma de conocimiento, y en su lugar se realza la figura del que hace, más que del hacer mismo. Como diría el filósofo japonés, Yanagi Soetsu, "el artista siente demasiado orgullo de su individualismo" (Íbid. p.97). Según Soetsu, un buen artista o artesano, que lo mismo da, no tiene orgullo personal porque sabe en su fuero interno que cualquier destreza que él muestra es evidencia de ese otro poder. Él afirma: “Si el trabajo hecho a mano es para estar vivo, se justifica en sí mismo en cualquier momento como una expresión íntima del espíritu del hombre. Tal trabajo es un fin en sí mismo, y no un significado para un fin” (Íbid.)

            La experiencia de plenitud alcanzada en nuestro trabajo podrá ser percibido en el resultado de la obra, sin que éste sea un objetivo sino una consecuencia. Pero cómo podemos transmitir una forma de trabajo en tan sólo un semestre, si no es el mismo método que se usa en los otros talleres prácticos de la carrera ¿Qué hay más allá de esta sencilla y a la vez compleja relación entre el tiempo de práctica necesario y lograr un método de conocimiento que sea significativo? Creo que a través del oficio del papel, se puede mostrar un claro ejemplo de la riqueza que envuelve el proceso, para experimentar una práctica artística que trasciende el arte mismo y que nos conecta con muchas otras vivencias y conocimientos transversales a la creación.

3. Conocimientos que adquirimos a través el oficio del papel

            En esta asignatura se introduce a los alumnos a conocer distintos tipos de papeles y a comprender cuáles serán los más apropiados para reciclar dependiendo del uso que se les dé. También reflexionamos sobre lo que significa el concepto de reciclaje, que va más allá de tirar la basura en los contenedores diferenciados, para luego dar paso a la experimentación libre del reciclaje del papel en pequeño y gran formato. (Fig.1)

            El siguiente paso es la elaboración de papel a partir de plantas, donde consideramos la posibilidad de aprovechar las podas de nuestros propios jardines, haciendo del papel artesanal un arte sustentable. Aquí damos un primer guiño a la ecología. Los alumnos deberán identificar su fase de crecimiento, saber si son plantas perennes o anuales, de manera de establecer la mejor época de cosecha o poda. Esto significará también que para un determinado semestre sólo contaremos con ciertas especies, dependiendo de la época del año. 2do guiño. esta vez con la botánica, que nos será de mucha utilidad para las propuestas de investigación, sobre todo porque las plantas cambian de nombre según el país y de esta manera les será más fácil su localización en fuentes bibliográficas. Todos estos detalles los hace más conscientes del uso responsable de la naturaleza y cuidado del medio ambiente. Al mismo tiempo se involucran con aquello que están conociendo y las plantas que vieron toda la vida crecer a su alrededor, ahora les sirven para hacer papel; algo que nunca habrían imaginado, según describen en sus informes. Yo tampoco lo habría imaginado, debo reconocer. Ellos han experimentado especies que yo nunca he trabajado, han variado álcalis para su cocción dentro de una misma especie para ver los cambios, es decir, aparece la inquietud por comprender la relación entre los componentes que lleva el proceso de preparación del papel a través de estas observaciones, y sus posibles efectos en el papel resultante. Al finalizar esta primera experiencia investigadora, se intercambiaran fichas de registros de las plantas para compartir los resultados y así cada uno contará con esta información que les servirá de base para sus próximos proyectos de taller. (Fig.2)

            La experiencia de tomar este taller, en el que muchos de ellos no pertenecen al campo de las bellas artes, significa encontrar una instancia de aprendizaje con otro timing o tempo por decirlo de alguna manera, sin presiones por las calificaciones, ni por cumplir académicamente con un programa rígido. Se intenta aquí, crear el espacio para descubrir y establecer nuevos enlaces con sus propios programas o temas de estudios. Alumnos de carreras como medicina, sociología, biología, agronomía y psicología, han pasado por esta asignatura. Yo creo que es porque comprender trabajando directamente con las manos en contacto con la naturaleza es muy atractivo para el aprendiz y es muy probable que este acercamiento al entorno les proporcione a ellos un contacto con sus propias naturalezas, como es el ejercicio que propone la práctica del arte tradicional budista. Yanagi sostiene que los seres humanos sean de Oriente u Occidente, necesita creencias, echar a volar la imaginación y la intuición en sus hogares y talleres, o se volverán desnutridos (Íbid p.90). Es decir, es muy importante tener una instancia que nos haga estar presentes y proactivos en contacto con nuestro entorno. Más allá, Yanagi dice que la falta de estas instancias que nos son esenciales, son las que nos adormecen de una manera u otra . “Básicamente,No tiene que ver con una revolución en contra de la ciencia y las máquinas sino como una manera de  equilibrarla empleando la primera herramienta del hombre, sus propias manos, para la expresión de su naturaleza interna” (Íbid p.91)

            Cuando un estudiante experimenta por su propia mano la transformación de la materia a partir de una planta que le ha sido tan familiar en otras circunstancias, y que se convierte en un papel, cobra un sentido mucho más profundo para ellos. Lo comento de esta manera porque es en esta instancia cuando recibo la mayor cantidad de comentarios como por ejemplo, Profe, aquí siento que realmente aprendo o ahora miro las plantas de distinta manera. Pero también los proyectos experimentales que no dan resultado, los aprecian como parte del aprendizaje: el rotundo fracaso con el papel de algodón me ayudó a que nunca más se me  olvidaran todos los pasos para la realización de éste, fue el comentario en un informe final de una estudiante de este último semestre. que intentó hacer un papel a partir de una camisa vieja de hilo de algodón.

            Los estudiantes no sólo miran su papel con otros ojos,  también cambia la mirada hacia el papel en general, porque ahora hay un conocimiento detrás, una base que les hace comprender más ampliamente su rol, tanto en las bellas artes como en la historia de la humanidad. Pues yo misma al ir estudiando la historia del papel, y actualizando mis conocimientos regularmente, he ido conociendo una serie de datos, materias y temas que no sabía cuánto estaban relacionadas a la historia y desarrollo del papel, y de la importancia que cada una de ellas ha tenido en mi visión de este arte y oficio.

            Entonces como consecuencia natural, mis alumnos son los primeros en recibir estas reflexiones y son alentados además a través de sus trabajos de investigación que amplíen estas posibilidades relacionándolo con sus campos de trabajo. Ellos valoran especialmente cuando les comunico mi propia experiencia, viendo fotografías de diversos lugares que he visitado y que complementan mis clases teóricas. Así la posibilidad de conseguir una experiencia similar, está más cerca de lo que ellos podrían suponer. Recuerdo un e mail recibido de una alumna en el año 2008, que ponía: Agradezco haber visto las presentaciones que traía ya que en pocos electivos muestran presentaciones con imágenes reales de lo que uno está aprendiendo. La misma alumna agrega: se nota su experiencia y el amor con que transmite el tema.

            Estos comentarios finales no son usuales, pero se agradece, pues realmente es un trabajo que se hace con mucho amor.

4. El artista silencioso o el arte de trabajar en silencio - Desafíos para la práctica del arte a través del papel hecho a mano
            Una de las formas de trabajar más fecundas en la práctica del arte es la atención que damos a cada paso en nuestro proceso de creación. Haciendo papel se ejercita no sólo la observación de la naturaleza que es de donde sacamos la materia prima para hacerlo, también ejercitamos la paciencia. La ejecución de una serie de movimientos que nos sirve para una preparación del ánimo y disposición al trabajo que comienza con la organización de los materiales.

            Si bien esta no es una nueva forma de ver el arte, se ha perdido bastante frente al trabajo en el que estamos muy condicionados a obtener resultados rápidos. Pero en los oficios, la maestría tiene un tiempo propio y la práctica es la única vía del real conocimiento de un arte. Es por esto que todos los que hacemos papel sabemos que de la mano de nuestro oficio debe ir siempre la paciencia y la perseverancia. Jean François Billeter, hace una alcance cuando explica un texto de Zuangzhi que habla acerca del aprendizaje de un oficio: “Lo que los antiguos no podían transmitir se lo llevaron consigo en la muerte. Lo que leéis ahora son sus desechos” (Billeter, p.30). Aquí quiere decir que no podemos realmente conocer un arte, sin sentir por la propia mano el significado que éste tiene, pues aquí el gesto es síntesis de una serie de movimientos que hemos practicado e integrado. A esto comenta Billeter:

resultaría evidentemente absurdo decir que el gesto, al no poder transmitirse mediante la palabra, tiene algo de indecible y sugerir que es incognoscible. El dominio del gesto implica, por el contrario, un conocimiento que es, creo, el más seguro y el más fundamental que existe, pero que la filosofía nunca ha tomado en cuenta.” (Íbid. p. 33)

            Esto por diversas razones, pero una de las que me parece más obvia es que es demasiado común o evidente, y por lo tanto no se toma en cuenta.

            Para los practicantes del sumi-e 4, existe un protocolo de preparación antes de pintar que incluye hasta la ubicación de las herramientas, una preparación física y mental. Sólo entonces el pincel (fude) da vida a la tinta siguiendo el fluir de la mano, para finalmente ser la continuación de esta, como una sola entidad (Manríquez, 2006). Para llegar a este estado se requieren horas de práctica y repetición. disciplina y humildad. Si lo adaptamos a la enseñanza del papel aparecen algunos desafíos:

5. Desafío 1-Conectarnos con nuestro trabajo

            Hoy en día puedo observar que la mayoría de los estudiantes de arte, en Chile, trabajan conversando sin parar o escuchando música en sus iPods. Trabajar en silencio significa vivenciar el momento más rico de comunicación y fluidez en nuestro proceso creativo. Observar el camino de la voluntad, la mano, el bastidor y la pulpa como un sólo ser que avanza por el movimiento, sin que ninguno desee dominar por sobre el otro. Esto es muy importante como ejercicio para apaciguar nuestro ego, pues resulta muy tentador querer manejar a nuestro antojo las herramientas, pero sólo podremos hacer pleno uso de ellas cuando reconozcamos que debemos tomarlas, practicar, y dejar que ellas haga su parte, mientras nosotros permitamos que nos lleve, pues es un trabajo de conjunto y no de sometimiento.

            No es fácil llevar a un estudiante joven, inmerso en las altas tecnologías de todo tipo de dispositivos como iphone, ipods, ipads, a un “modo manual”. Necesitamos un iSilence, o un iMute, y es lo que les propongo por los menos una clase en el semestre. Un día sin ningún i.algo. y poner total atención a lo que están haciendo. A veces me ha funcionado, otras, sólo da pie a un intenso parloteo entre ellos. pero también sé que no se puede controlarlo todo.

6. Desafío 2- Vivenciar todas las etapas del trabajo y crear el sentido de pertenencia a la comunidad.

            Una buena porción de alumnos se van sin volver a poner cada cosa de vuelta en su lugar, como si en un acto de magia, las herramientas y materiales volvieran a donde pertenecen.  Frente a este escenario, siempre me queda una sensación de que algo está incompleto en este ciclo. Hay un elemento que no puede decantar la jornada de trabajo.  Más allá de mantener el orden en un taller compartido como señal de respeto, el artista disfruta y considera vital como parte de su trabajo, empaparse de la atmósfera en donde desarrollará su proceso de creación, y podemos ver que cuando trabajamos en nuestro propio taller, no movemos nada hasta no considerar terminada la obra, pero sí que cerramos pomos de pintura y lavamos los pinceles antes de apagar la luz y dar por terminada la jornada.

            Vivenciar el proceso de preparación, desarrollo y conclusión de nuestro día laboral, es fundamental para aclarar nuestra mente y como disciplina de trabajo.

7. Aplicando lo aprendido dentro y fuera de la universidad

            En la clase también aprenden a construir sus propios bastidores o moldes, y a organizar sus espacios de trabajo cada vez que se inicia la sesión, pues el taller es compartido con otras dos asignaturas. De esta manera también estarán capacitados para poder repetir esta experiencia una vez terminado el curso, con las posibilidades que tienen a mano. Esto les otorga una herramienta de desarrollo e independencia para diversos proyectos educativos y de capacitación que se propongan en el futuro, como fue el caso de una estudiante alemana de intercambio Veronika Geiger que en el año 2006 durante el curso de Papel Avanzado montó un taller en el poblado indígena de Intag, Ecuador (mi trabajo como profesora fue de una tutoría a distancia), utilizando sólo materiales del lugar, armando bastidores con amarras, sistema de secado, cocinando con cenizas etc. Resultando una experiencia muy enriquecedora para Veronika en su carrera como Educadora en Artes y aportando una herramienta más para los habitantes del lugar. Parte de su primer informe mencionaba:

Que aprendí hasta ahora:
-> hacer fuego con leña mojada
-> conocí las distintas plantas y sus propiedades
-> cortar las plantas con respeto, pidiendo permiso
-> trabajar en grupo
-> trabajar sin tóxicos para cuidar la tierra
-> paciencia
-> tener un orden puede ayudar
-> que puedes aprender muchas cosas haciendo papel.

            Otros proyectos especialmente interesantes ante esta variedad de alumnos e intereses, es el de Macarena Moraga, alumna del último semestre de la carrera de Diseño, y su propuesta de un papel de algas como "cubresuelos" , que debe cumplir dos funciones principales: mantener la humedad en el suelo y evitar la aparición de malezas. Además de su natural biodegradación, que aporte nutrientes y proteja el cultivo de cualquier tipo.  (Fig.3)

            En creación, me ha llamado especialmente la atención el aumento de propuestas que apuntan al sentido estético y poético del arte del papel. Dejando un poco de lado las antiguas maneras de usarlo sólo como un sustrato para otras técnicas más tradicionales. Es probable que esto también se deba a que el enfoque ha ido cambiando y se ha destacado la importancia de su evolución histórica, su proceso y práctica,  más que el sólo producir un soporte de obra. En cualquier caso, el objetivo es que cada uno logre tener una experiencia que enriquezca su manera de ver el papel, y que pueda proyectarlo en su propio trabajo de creación y/o investigación.  (Fig. 4 a la 6)

            Por otro lado, he podido ver el nacimiento de diversos proyectos fuera de la universidad, en el que ex alumnos han implementado cursos para público en general, o directamente emprendido talleres de producción de papel para diversas empresas; algunos ya son profesores de otras universidades, enseñando papel hecho a mano en carreras de arte y diseño. Otros son profesores de escuela, que me han contactado para pedir consejo en la realización de clases para niños como parte de la clase de artes plásticas. De esta manera, podemos avanzar y crear nuevas vías de aprendizaje y conocimiento.

            El oficio del papel en la universidad proporciona además de un producto en concreto un sentido de compartir y trabajar en comunidad. Conocer la naturaleza que los rodea. Frente a los procesos químicos, prestar atención al cuidado del medio ambiente;  conocer la historia y entender la importancia del papel en la evolución de la humanidad.
           
            En un país como Chile en donde no hay una tradición papelera, la apertura hacia este arte, ya sea a nivel artístico o a nivel de pequeña empresa ha sido bastante lento, pero año a año va creciendo el número de jóvenes emprendedores que ven en el oficio del papel posibilidades expresivas de amplio espectro. Y creo que frente a la apertura de las autoridades ya sean educacionales o culturales, esto podría tener una mayor y mejor proyección.

Apéndice:
(Imágenes todas tomadas por la autora de este artículo)

Notas:

N.B. Ponencia presentada en el Congreso Watermarks 2012 organizado por IAPMA (International Association Of Papermaking and Paper Artist) y The Friends of Dard Hunter (American Contemporary Hand Papermaking), Cleveland, Estados Unidos.
1. Papel tradicional japonés conocido erróneamente en Occidente como papel de arroz.
2.  Estilo tradicional japonés para formar una hoja de papel. proviene del verbo nagasu:   fluir con el agua y suku: hacer papel.
3. tesis bajo el título: En la puerta del Geido, reflexiones sobre mi proceso creativo a partir del washi, presentada en Julio, 2011
4.  Pintura tradicional en tinta china sobre papel, en el que se valora el gesto del trazo del pincel.

Referencias bibliográficas

BILLETER, J.F.  4 Lecturas sobre Zhuangzi. Siruela Ed. Madrid, 2003.
MANRIQUE, M.E, Pintura Zen, método y arte del Sumi-e, Editorial Kairós, Barcelona, 2006.
SOETSU, Y. The Unknown Craftsman, A japanese Insight into beauty. Kodansha International, Tokyo, 1972, edición revisada, 1989.