ICONOS ANATÓMICOS EN LA ESCENA ARTÍSTICA CONTEMPORÁNEA

ICONOS ANATÓMICOS EN LA ESCENA ARTÍSTICA CONTEMPORÁNEA

Jose Luis Crespo Fajardo (CV)
Universidade de Lisboa

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MÓDULO VIII

EL ESQUELETO ARTICULADO

Los creadores del Renacimiento solían valerse de restos óseos y esqueletos para el aprendizaje artístico o para efectuar ilustraciones. En algunos casos se ha hablado de cadáveres embalsamados, pero no parece un sistema eficaz ya que estos no presentan el esqueleto limpio de carne. Lo realmente práctico para la enseñanza del artista, era un esqueleto montado.
 
En España, una definición de esqueleto de Covarrubias en el Tesoro de la lengua, es muy ilustrativa de su valor. Dice así:

“El fuste del cuerpo de un hombre, quitada toda la carne, y quedando todos los huesos juntos en sus lugares, desde la cabeza hasta los pies, en la forma que suelen pintar a la muerte; y de estos cuerpos descarnados se aprovechan los anatomistas, los cirujanos, algebristas, médicos; y es admirable cosa ver el armadura de este cuerpo humano y su extraña composición y trabazón; el nombre griego es sceletoz , osseus, aridus, defunctus qui exaruit, hoc est cadáver, exsiccatum.”

A los anatomistas les resultaba muy útil tener un esqueleto en el aula mientras practicaban disecciones. Incluso Vesalio daba instrucciones para preparar los huesos y articulaciones, y después montar un esqueleto.

En muchas estampas del siglo XVI podemos apreciar que en los obradores de artistas era frecuente la presencia de muestras de osteología. Por ejemplo, en un grabado de Enea Vico, aparecen calaveras y restos óseos desperdigados por todo el espacio de la academia de Baccio Bandinelli. Asimismo, en una estampa realizada por el holandés Cornelis Cort titulada “La práctica de las artes”, podemos ver en el contexto de un espacio de aprendizaje artístico un esqueleto montado que sirve como modelo de dibujo.

Los artistas de esta época habían comenzado a afanarse en la técnica de recomponer los restos óseos, y se puede ver en una estampa de Pier Francesco Alberti que representa la Academia de San Lucas en Roma, hacia 1600, la que tal vez sea la primera imagen de un esqueleto montado en una tarima de acuerdo con el método de Vesalio1 .

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Academia de San Lucas en Roma. Grabado de Pier Francesco Alberti, y Grabados osteológicos en la obra de Juan de Arfe

¿Cómo conseguían hacerse con estos restos óseos? Lo más común era robarlos en los cementerios. El propio Vesalio hizo a sus lectores una velada insinuación al robo de cadáveres si ello fuera necesario2 .

En España, un magnífico profanador de tumbas debió ser el tratadista Juan de  Arfe. En su libro De Varia Commensuracion, cuando trata sobre determinado tipo de huesos, envía directamente al lector interesado a los cementerios para saber más y contemplar mejor a qué se refiere3 . En otro momento escribe que él sólo ha escrito sobre aquellos huesos que “enteros se ven comúnmente en los cementerios4 ”. Y en un poema aparte repite:

“Que no quise meterme en más misterios
que como los he visto en cementerios 5”.

Además, Juan de Arfe hace referencia a la solidez y lo costoso que resulta descoyuntar los huesos que conforman la pelvis, y tal vez hable por su propia experiencia. En las ilustraciones de su libro observamos que en el cráneo no aparece la apófisis estiloides, y quizá sea porque, como decía Valverde de Amusco:

 “Esta salida es tan delgada, que aunque es maciza, fácilmente se rompe; y por eso pocas veces se halla en las calaveras que están en los cementerios6 .”

Actividades

Los artistas han proseguido utilizando con asiduidad el esqueleto montado para facilitarse un modelo de cara a la comprensión no sólo de la anatomía del cuerpo humano, sino también del movimiento, las proporciones relativas de los miembros. El esqueleto es un elemento instructivo casi indispensable que encontramos en los talleres de los grandes maestros hasta el siglo XX. Al mismo tiempo, en la didáctica del arte es un referente imprescindible, en especial para las clases de anatomía artística y dibujo.

      

File:Sala-de-aula-Anatomia-IA-19.jpg

Esqueleto articulado que perteneció al artista británico John Flaxman. Imagen del taller de Brancusi en la que se aprecia un esqueleto montado al fondo. Sala de aula de Anatomía, en el Instituto de Artes de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.

http://metamedia.stanford.edu/imagebin/Hirst-resurrection-02.jpg Matter into light: Energy is neither created nor destroyed in the Universe - Marc Quinn - 2011 - 38550  

Matter into light: Every Atom in us is as old as the Universe - Marc Quinn - 2011 - 38437

Damien Hirst: Resurrection. Marc Quiin: Obras de la serie
Matter into light

Asimismo, encontramos en el arte contemporáneo creadores que se han valido de la reproducción del esqueleto para sus obras, ya que de por sí tiene un simbolismo muy relacionado con la muerte, la reflexión sobre brevedad de la vida y la confrontación de los temas más importantes de la existencia. Así pues, podemos mencionar la obra de Damian Hirst Resurrection, consistente en un simple esqueleto suspendido en una pose de crucifixión por dos paneles de cristal. Se trata de una pieza cargada de ironía con alusiones evidentes al cristianismo. Por otra parte, cabe mencionar una serie realizada por Marc Quinn en 2011 titulada Matter into light. Son piezas compuestas por figuras de esqueletos de cobalto y bronce plateado en las que se trasluce un mensaje místico y metafísico.

La actividad que vamos a proponer se basa en un procedimiento característico  del artista  Paul Delvaux. En sus obras se advierte una presencia constante de esqueletos como personajes protagonistas. Lo cierto es que Delvaux tenía varios modelos osteológicos en su taller que disponía cuidadosamente para crear sus escenografías. El ejercicio que haremos consistirá en crear una obra bien terminada: dibujo, acuarela, gouache, tomando como  referente el esqueleto de la clase, de forma que el resultado sea una imagen con este modelo esquelético como elemento principal.

 

Paul Delvaux y una de sus obras

1 Hyatt Mayor, A.: Artists & anatomists. New York, 1984, pág. 86.

2 O’Malley, Ch: “Los Saberes morfológicos en el Renacimiento. La anatomía.” Tomo IV. Historia universal de la medicina. Barcelona, 1975, pág. 56.

3 Arfe y Villafañe. J.: De Varia Commensvuracion para la Esculptvura y Architectura. Sevilla, 1587, Lib. II, fol. 15 r.

4 Ibidem, Lib. II, fol. 24 r.

5 Ibidem, Lib. II, fol. 24 v.

6  Valverde de Amusco, J.: Historia de la composición del cuerpo humano, escrita por Ioan Valverde de Amusco. Roma, 1556, fol 6 r.