CUESTIONES

Francisco Javier Contreras H.

EL PERRO QUE TENÍA UN AMO

Esta es la triste historia de un amo que creía que tenía un perro, pero que vivía engañado y era más bien el perro el que lo tenía a él. El amo, que creía que era la parte que pensaba y mandaba de aquella pareja, llegaba de trabajar por la tarde y aunque necesitaba tirarse a descansar, veía a su perro que le hacía un montón de gracias y arañaba la puerta con tal insistencia, que el triste tipo, dejaba su cansancio a un lado y salía a pasear a su perro con su extenuación a cuestas.

Una vez en la calle, el can salía despedido como balón recién chutado y rebotaba entre los árboles y entre los autos que pasaban y entre las personas que lo esquivaban y se perdía en lontananza. Y el pobre amo lo seguía corriendo detrás de él, a remolque y gritándole: Yimi, Yimi, Yimi. Y al canijo Yimi que le valía un soberano cacahuate enterarse de si su mísero amo venía corriendo detrás de él o se había quedado atorado por falta de aire. Cuando el inmisericorde perro se cansaba de dar su recorrido turístico por los suburbios que le servían de residencia, y de refrescar cuanto árbol o señal de tránsito encontraba, retornaba a su casa donde esperaba a su amo, que dos o más cuadras atrás venía estirando la lengua y gritando desfallecido: Yimi, Yimi, Yimi.

En esa relación, el perro era el que sacaba a pasear a su amo, puesto que quien escogía el recorrido y su duración era el can; el que creía que mandaba y no se daba cuenta de la inversión de los papeles, sólo se limitaba a ir detrás del animal suplicándole que se parara para ir juntos a dar la vuelta; porque desde que inició la relación hasta que un auto misericordioso le puso fin, el “irracional” dictaba las reglas y el “racional” las acataba.

Esta triste historia en la que uno que “se cree” pensante, es manejado por “la creación” que el cree que controla, no sólo le ha sucedido al pobre “amo” del Yimi, sino que con más frecuencia de lo que parece nos sucede en la cotidianeidad. Y ahí le van unos ejemplos:

El día en que nuestro país entró en la II Guerra Mundial, se creyó necesario instruir a los ciudadanos mexicanos en las artes marciales y se creó el servicio militar. Se ordenó que todos los varones en la edad de 18 años fueran a tomar esa instrucción para estar preparados para ir a los cocolasos. Bueno, el punto es que esa mugre guerra se acabó en el año de 1945, hace más de sesenta y tantos años, y nosotros seguimos exigiendo a nuestros jóvenes que hagan un curso para prepararse para una guerra que ya no existe; instrucción que a algunos les ha enseñado algo y que a otros sólo les enseñó ha dar mordidas, a perder el tiempo, y a la burocracia a vivir de un trámite más sin sustancia alguna.

En lo que tenemos que pensar es: de los millones de mexicanos que obligatoriamente han tomado ese curso, en todo el país durante sesenta y tantos años, ¿qué porcentaje está preparado para ir a la guerra, si nos viéramos en este momento ante la eventualidad de una invasión; y qué otro porcentaje, sólo hizo un trámite burocrático que le quitó tiempo, dinero y lo enseñó a dar mordidas? ¿Nuestro ejército nacional, está en condiciones de distraer a uno o más militares capacitados por cada uno de los más de tres mil municipios del país, para dar una instrucción militar eficiente? ¿Y si no es así, porqué seguimos con la inercia de hacer algo que manifiestamente no estamos capacitados para hacer bien? Una vez que se empezó a hacer el cursito ese, ahora ya no lo controlamos, nadie tiene control sobre él, ahora él controla a la nación, devora a nuestros jóvenes y a su tiempo, y a cambio nos entrega resultados muy pírricos. Él es el Yimi, y nosotros, el supuesto ente racional que no nos hemos dado cuenta de que no controlamos nada, y que es nuestra creación, quien nos controla a nosotros.

Una cosa parecida nos sucede con el impuesto por tenencia o uso de vehículo. Se creó hace cuarenta años para apoyar el gasto de las olimpiadas del 68, las olimpiadas pasaron y requetepasaron y el gobierno federal se quedó con la inercia de seguirlo cobrando y a ver quién verá que deje de hacerlo.

¿Y los cohetes pirotécnicos en nuestras fiestas religiosas? ¿Por qué los tronamos? ¿Porque son baratos? ¿Porque nos sobra el dinero? ¿Porque Dios quiere que le tronemos cohetes? ¿Porque la jerarquía eclesiástica lo exige? ¿Porque nosotros se los exigimos al sacerdote? ¿Sabemos acaso por qué lo hacemos, o es sólo otro caso más de la ley de la inercia, que nos hace hacer cosas que nunca sabemos por qué las hacemos?

En las sociedades en desarrollo nos pasa, que nos guiamos por la ley de la inercia: es muy difícil empezar a hacer algo, porque la inercia es no hacerlo, pero una vez que se empieza a hacer, ahora es tremendamente difícil dejar de hacerlo. La parte más trabajosa de la cuestión, es que uno se acostumbra a un sistema de vida, en el que deja de pensar y actúa uno como máquina, y no te pueden hacer entender que la estás regando, igual como el mísero amo del Yimi, que jamás pudo entender que pensaba más su perro que él.

Y como estos ejemplos, podríamos poner muchos, muchos más; donde veríamos que hacemos muchas cosas sin saber por qué las hacemos, y que un día vamos a decir: ¿Pues en qué estaría pensando, cuando hacía esto y aquello otro?

Alguien nos vendió el cuento de que todos los seres humanos pensamos; tal vez nos debió decir que podemos empezar a pensar, el día en que nos lo propongamos, pero mientras tanto, nos limitaremos a correr tras el Yimi.

Volver al índice

Enciclopedia Virtual
Tienda
Libros Recomendados


1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural
Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores)

Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER).
Libro gratis
Congresos

15 al 28 de febrero
III Congreso Virtual Internacional sobre

Desafíos de las empresas del siglo XXI

15 al 29 de marzo
III Congreso Virtual Internacional sobre

La Educación en el siglo XXI

Enlaces Rápidos

Fundación Inca Garcilaso
Enciclopedia y Biblioteca virtual sobre economía
Universidad de Málaga