"EL TRÁNSITO DE LOS ESTUDIANTES POR LA UNIVERSIDAD"

Verónica Soledad Walker

IV. Una mirada disciplinar: la carrera de Ingeniería de Sistemas


Como se mencionó anteriormente, explicar y comprender el proceso de formación de los estudiantes de Ingeniería de Sistemas, exige reconocer la dimensión disciplinaria de la institución universitaria. Así, esta cuestión ha de considerar elinterjuego entre lo general y lo particular propio de ese universo simbólico organizacional que reconoce a todos los integrantes como miembros de la universidad, y aquel universo simbólico disciplinar que fragmenta la construcción de identidades alrededor de matrices disciplinarias y campos profesionales con prácticas idiosincrásicas (Araujo, 2008).
Un aporte significativo al estudio de la vida universitaria, deviene del interés de Tony Becher por “trazar un mapa del multicolor territorio del conocimiento académico y por explorar las diversas características de quienes lo habitan y lo cultivan” (Becher, 2001: 13). En este sentido, sus estudios se basarán “en la evidencia aducida tanto de las características epistemológicas de campos específicos como de las características culturales de los académicos asociados con dichos campos” (Becher, 1993: 58). Esta recuperación de la dimensión disciplinaria de la universidad, permite comprender el campo universitario desde la coexistencia de tribus ligadas a determinados territorios -territorios cognitivos- (Becher, 1993; 2001) que operan con una determinada tradición cognitiva -categorías de pensamiento- y códigos de comportamiento (Clark, 1983). De esta manera, la disciplina es definida como “una forma especializada de organización cuyo eje ordenador es el campo de conocimiento, que genera una comunidad que rebasa la frontera de los propios establecimientos, y que comparte campos de reflexión y fines que los relacionan nacional e internacionalmente” (Pérez Franco, 1991: 375).
La consideración de la dimensión disciplinaria de la universidad y los estudios realizados al respecto, constituyen un marco de referencia relevante para comprender las condiciones institucionales que favorecen u obstaculizan los procesos de formación que se llevan a cabo en dicha institución. Tal relevancia obedece a que cada tribu posee sus propias tradiciones, costumbres y prácticas; conocimientos, creencias y principios morales; formas lingüísticas y simbólicas de comunicación y significados que unifican a quienes forman parte de ella y que deben ser adquiridas por quienes pretenden pertenecer a la tribu. La socialización en una forma particular de vida académica exige el desarrollo de un sentimiento de identidad y compromiso personal que comienza en la formación de grado. Siguiendo a Clark (1983) “cada campo de conocimiento tiene un modo de vida al que son gradualmente incorporados los nuevos miembros, durante la vida estudiantil primero, y a través de la interacción con los pares disciplinares posteriormente. Quienes ingresan a un campo disciplinario, ingresan a ambientes culturales distintos donde llegan a compartir las creencias prevalecientes acerca de los problemas, la teoría, la metodología y las técnicas de investigación” (Araujo, 2008: 27).
La mirada disciplinar exige, al mismo tiempo, considerar las diferentes especialidades comprendidas en cada disciplina. Como sostiene Becher (1993) “desde una perspectiva histórica, la introducción de los intereses especializados se asocia a un proceso constante de división del trabajo académico, en el que la estructura de la educación universitaria cambió de ser sólo un medio de darles a conocer a los estudiantes toda la cultura humana, a ser una federación de especialidades entre las que podían escoger libremente” (pp. 61). Así, cada especialidad manifiesta ciertas características estructurales que la distinguen de las otras especialidades de la misma disciplina y la acercan las especialidades comparables de otras disciplinas. Como resultado, sostiene Becher (2001) “es la especialidad y no su disciplina madre la unidad fundamental de análisis, donde se manifiestan más claramente las interrelaciones entre los aspectos cognitivos y sociales de la actividad académica” (pp. 22). Son los vínculos que cada especialidad mantiene con otras especialidades de su disciplina madre o con otras provenientes de disciplinas diferentes lo que lleva a Becher (1993) a afirmar que “ninguna disciplina cabe mecánicamente y enteramente dentro de uno de los cuatro nichos (duro-puro, blando-puro), duro-aplicado, blando-aplicado). Algunas parecen eludir toda clasificación” (pp. 71). Estos nichos, es decir, grupos disciplinares construidos teóricamente en función de la naturaleza del conocimiento y la cultura disciplinar, le permiten trazar un mapa de las distintas tribus académicas que habitan el campo universitario. De acuerdo a esta clasificación, la carrera de Ingeniería de Sistemas, por el hecho de ser una ingeniería pertenecería al grupo de las tecnologías (“dura-aplicada”) el cual se caracteriza por un conocimiento de naturaleza finalista (con propósitos claros), pragmático, preocupado por el dominio del entorno físico y cuyos resultados son productos/técnicas. Su cultura puede definirse como empresarial, cosmopolita, orientada hacia roles funcionales, dominada por valores profesionales y patentes adecuadas para la publicación. El análisis de los planes de estudio y las entrevistas, permite observar la centralidad que en la carrera tienen los contenidos del área de física y matemática (fundamentalmente en los dos primeros años). A partir de ello, se puede decir que la carrera de Ingeniería de Sistemas también formaría parte de lo que Becher (1993, 2001) denomina ‘grupo de las ciencias puras (“dura-pura”)’ caracterizado por conocimientos de tipo acumulativo, atomista, preocupado por asuntos universales, las cantidades, la simplificación y cuyos resultados son descubrimientos y explicaciones. La cultura que identifica a este ‘nicho’ es aquella competitiva, gregaria, bien organizada políticamente, con alta tasa de publicaciones y orientada hacia las tareas más que a las personas. Una peculiaridad de la carrera de Ingeniería de Sistemas es que siendo una Ingeniería busca diferenciarse de ellas. Desde la voz de los actores entrevistados hay una explícita pretensión de que esta ‘ingeniería blanda’ (Panaia; 2003), esta ‘carrera moderna de alto estatus’ (Gómez; 2001) se distinga del resto de las Ingenierías. En tal sentido, habría que indagar el grado de realización que dicha expresión de deseo adquiere en la práctica, como así también la incidencia que en esta búsqueda de distinción tienen las denominaciones empleadas por organismos externos a la Facultad de Ciencias Exactas. Así, en los Anuarios Estadísticos de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), Ingeniería de Sistemas aparece como ‘Informática’ mientras la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) en la fijación de los estándares para la acreditación de carreras de grado la asemeja a las carreras de Ingeniería en Computación e Informática1 . Sin embargo, en la Resolución 852/08 del Ministerio de Educación se establece que, si bien las distintas titulaciones del campo de la Informática2 corresponden a una única disciplina, “la Comisión de Asuntos Académicos del Consejo de Universidades considera que resulta necesario un nuevo esfuerzo tanto del Consejo Federal de Decanos de Ingeniería (CONFEDI) como de la Red de Universidades Nacionales con Carreras de Informática (RedUNCI) a efectos de establecer claramente diferencias y concurrencias entre las carreras de Ingeniería y Licenciatura”.
Una de las visiones sobre la carrera compartida por docentes y estudiantes tiene que ver con los cambios acelerados provenientes del contexto a los que la misma debe responder y adaptarse. En este punto, resulta significativo recuperar los aportes de Ronald Barnett (2001) en lo concerniente a la relación que existe en la actualidad entre conocimiento, educación superior y sociedad. Según el autor, estos tres elementos constituyen tres fuerzas separadas que actúan una sobre otra, con mayor o menor autonomía, vinculándose en distintas direcciones. Al analizar las relaciones sociedad-conocimiento, educación superior-sociedad y educación superior-conocimiento, Barnett sostiene que el sistema de educación superior actual, centrado en el mercado, se vincula de manera estrecha con la sociedad convirtiéndose en banco de conocimientos y proveedor de información, basándose  en una concepción operacional del conocimiento, que lo concibe como producto y que se expresa a través de términos como habilidad, competencia, flexibilidad, etc. En este marco en el que “no es la universidad la que determina cuáles son los conocimientos importantes” (Barnett, 2001: 67), existe una inclinación de la sociedad por las formas de conocimiento que tienen valor de uso en el mercado de trabajo siendo éste quien orienta los cambios del curriculum universitario. Como sostiene Barnett (2001) “Los empleadores desean especificar de antemano la naturaleza de los recursos con que contarán, incluyendo la fuerza de trabajo que ofrecen los graduados (…) En consecuencia, las capacidades pre-identificadas por el mercado de trabajo están dominando la reconfiguración del currículo para un sistema de educación superior masivo” (p. 71).
En el caso de la carrera de Ingeniería de Sistemas, son las empresas el principal empleador de los estudiantes y graduados en el mercado de trabajo. El proceso de articulación universidad-empresa se desarrolla a través de FUNIVEMP (Fundación Universidad-Empresa del Centro de la Provincia de Buenos Aires), del Programa de Pasantías y de las capacitaciones dictadas por las empresas a los estudiantes sobre determinadas tecnologías; a lo cual hay que agregar la conformación del Polo Informático y la reciente creación de la Asociación de Empresas del Polo Informático de Tandil (AEPIT). Sobre la incidencia que en las trayectorias estudiantiles tiene la demanda proveniente del mercado laboral se hará referencia en el apartado dedicado a la relación estudio-trabajo.


1 La convocatoria de la CONEAU a la acreditación de carreras de ingeniería a partir de 2001 incluyó las siguientes carreras: Ingeniero Aeronáutico; Ingeniero en Alimentos; Ingeniero Ambiental; Ingeniero Civil; Ingeniero Electricista; Ingeniero Electromecánico; Ingeniero Electrónico; Ingeniero en Materiales; Ingeniero Mecánico; Ingeniero en Minas; Ingeniero Nuclear; Ingeniero en Petróleo, e Ingeniero Químico. Fue en la convocatoria a carreras de Informática donde se incluye a Ingeniería de Sistemas. Así, aparecen en la Resolución 786/09, las siguientes carreras: Licenciatura en Ciencias de la Computación, Licenciatura en Sistemas/Sistemas de Información/ Análisis de Sistemas, Licenciatura en Informática, Ingeniería en Computación e Ingeniería en Sistemas de Información/Informática.

2 Se hace referencia a los títulos mencionados en la nota anterior.

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