UNA COMPARACIÓN DEL USO DE REMESAS: URBANO VS. RURAL, NAYARIT 200-2004

UNA COMPARACIÓN DEL USO DE REMESAS: URBANO VS. RURAL, NAYARIT 200-2004

María de Lourdes Montes Torres (CV)
Gabriel Estrella Valenzuela (CV)
Eduardo Meza Ramos (CV)

Universidad Autónoma de Nayarit

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ASPECTOS GENERALES DE LAS REMESAS EN DISTINTOS CONTEXTOS

Las remesas en el contexto mundial.

Las migraciones internacionales han jugado un papel muy importante en la integración económica de los países de ambos lados del atlántico hasta la primera guerra mundial  y a partir de la segunda guerra mundial entre los países del norte y del sur del globo terráqueo. En el contexto de globalización actual,  la migración internacional de mano de obra se considera  un fenómeno social  que afecta cada vez a mayor número de personas, hogares y comunidades de todo el mundo.

De esta forma  el estudio de  la migración internacional, las remesas y su impacto en los distintos países expulsores de migrantes, ha sido muy extenso e importante a través de la historia. A partir de las interacciones que se presentan entre los migrantes y sus comunidades de origen se da lugar a grandes flujos de recursos económicos, sociales y culturales, lo que conlleva a la formación de comunidades e individuos transnacionales (Ramírez, García y Míguez, 2005).

En este sentido se rescata como un efecto positivo de la migración el flujo de remesas, mismas que serán entendidas en este documento como, el envío de dinero que realizan los migrantes a sus lugares de origen. En las últimas décadas las remesas han ocupado el segundo lugar en lo que se refiere a fuente de financiación externa para un gran número de  países en desarrollo, después de la inversión extranjera directa.

Las remesas representan cada vez más una importante fuente de ingresos para las economías nacionales, así como para sus hogares. Para una gran mayoría de éstos  representan la única fuente de ingresos. El flujo de remesas es muy estable e incluso tiende a aumentar como lo señala el Banco Mundial (2005), comparadas con recursos provenientes de la inversión extranjera directa, esto las hace tener cada vez más relevancia, lo que podemos ver en el siguiente cuadro que presenta a los diez principales países receptores de remesas en el mundo para el 2002 (CESOP,2004).                                         
Según estimaciones del Banco Mundial, en el año 2004 entraron a los países en desarrollo unos 126 mil millones de dólares por concepto de remesas, lo que es casi dos veces más la ayuda oficial para el desarrollo, además también representan el 76% de la inversión extranjera directa que en este caso asciende a 165 mil millones de dólares. El volumen de las remesas ha crecido de forma sostenida y parece ser, según la tendencia, que va a seguir siendo así (World Bank, 2005).

Es necesario considerar que un monto considerable de remesas son enviadas a los países receptores por canales informales, lo que hace pensar que las cifras pueden  ser subestimadas. También es necesario tener en cuenta la fuente de información, ya que de acuerdo con ésta las cifras pueden cambiar. Un ejemplo sería el siguiente: de acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional (BBC, 2004) se sugería que el total de remesas para las islas Filipinas era de 125 millones de dólares en 2001, sin embargo con una nueva fórmula de cálculo esta cantidad se incrementó hasta los 6 mil millones de dólares.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, en ciertos lugares, particularmente en el sur de Asia, las remesas están por encima de cualquier otra forma de financiación. Por ejemplo, la inversión directa extranjera en el sur de Asia en 2002 fue de cerca de 5 mil  millones de dólares, mientras que las remesas en ese año fueron de 16 mil  millones de dólares (BBC, 2007).
Este flujo cada vez mayor de transferencias monetarias de los migrantes a sus lugares de origen está propiciando que los gobiernos como los de Asia sudoriental,  por ejemplo,  las valoren más como herramienta de desarrollo para sus economías regionales a partir de programas de desarrollo local, así como implementar también medidas para proteger a los emigrantes (D'Cunha, 2006).
La posición de Asia sudoriental en la consideración de las remesas de los trabajadores migrantes como parte de la agenda de desarrollo de sus países de origen,  tiene especial importancia en naciones como Filipinas e Indonesia, países en donde las mujeres que prueban suerte en el extranjero son más que los hombres.
Actualmente, Filipinas es el mayor exportador mundial de mano de obra. La mayoría de los emigrantes de ese país se dirigen a Medio Oriente, Asia oriental, Europa y Estados Unidos.  Se estima que siete millones de filipinos --casi un décimo de la población, de 80 millones de habitantes-- están empleados en otros países. Las remesas que envían anualmente a sus hogares equivalen a unos 6 mil millones de dólares, de los cuales un tercio procede de la fuerza  laboral femenina.
Unos 19 millones de trabajadores asiáticos emigraron a otro país de la región y otros seis millones en otros de todo el mundo, según organizaciones no gubernamentales.
Con lo anterior se corrobora entonces que uno de los principales determinantes en la recuperación de la economía de Asía después de la crisis de los años 1997-98 ha sido el crecimiento de la inmigración, pues las empresas en estos países tienen una gran demanda de mano de obra especializada. Sin embargo en estas empresas las condiciones de trabajo son deplorables.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al menos 10 millones de asiáticos emigraron a otros países en el año 2003. La mitad de los emigrantes de Asia proceden del Sudeste Asiático y la otra mitad del Sur de Asia, principalmente de India, Pakistán y Bangladesh. Los destinos preferentes de los emigrantes son Japón, Corea del Sur, Taiwán y Malasia. Otra parte se va a la región del Golfo Pérsico, principalmente a Arabia Saudí, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait.
          Un grupo más reducido, que ha recibido una formación especializada en campos como la informática o la ingeniería, se dirigirá a EEUU, Canadá o Europa Occidental. La mayoría de los componentes de este grupo proceden de la India y Filipinas. Cabe aclarar que el incentivo primordial del desplazamiento de mano de obra es la mejora salarial. (García, P. 2006).
Como ya se ha mencionado, Asia también presenta algunas experiencias importantes en lo que a uso productivo de remesas se refiere. Las remesas recibidas por las familias de migrantes de la India en su lugar de origen,  han contribuido a nivel macroeconómico a mantener la balanza de pagos, mejorar la salud y educación de los habitantes de localidades y pueblos en dicho país, así como a optimizar la infraestructura de sus hogares, entre otras.

 De igual manera las remesas tienen un impacto importante en las economías regionales de la India, un ejemplo es lo que sucede en Kerela donde destaca la disminución del desempleo, incremento del ingreso per cápita y aumento del gasto en consumo, así como una disminución en los niveles de pobreza (Montoya, 2006).  En otros estudios se señala que aunque las remesas no han sido la causa de la revolución tecnológica en el campo, éstas si han contribuido en el proceso de transformación agrícola. Ballard en el 2003 concluye que el uso de remesas en actividades productivas no es resultado de diferencias en actitudes empresariales, sino consecuencia de diferentes ambientes e infraestructura, así como de características económicas y políticas de las distintas regiones (Ibíd.)

Pakistan es otro país en donde se han  realizado estudios sobre  la forma en que se usan y gastan las remesas, un ejemplo de ello es el de Adams (1998) quien analizó 500  casas rurales en Pakistan. Encontró que las remesas llegan a los hogares más ricos, y representan para esos hogares el 13.8% de los ingresos, mientras que en los hogares más pobres representan el 1.0% del total de los ingresos. Una causa de esto es el alto costo de la migración. A pesar de esto el  autor encuentra que las remesas permiten la acumulación de capital y en lugar de aumentar el gasto para satisfacer necesidades básicas, están ahorrando e invirtiendo en la compra de tierras más que los no migrantes. De igual manera se observa que el pakistaní rural no está invirtiendo en la instalación de negocios,  debido a que la mayoría de los migrantes rurales son empleados de gobierno y agricultores y no cuentan con habilidades mercantiles.

En otro estudio realizado por Sofranco e Idris (1999) a 170 familias de una pequeña localidad de Pakistán,  se encontró que las remesas que se invierten en negocios son pocas. Se encontró que la experiencia en el establecimiento de esta actividad dentro de la familia era el factor principal para que se invirtiera en el establecimiento de un negocio (Ibíd.)

Otros ejemplos del uso de remesas en actividades productivas se presentan en Filipinas, Túnez, Comores y en regiones de África.

De acuerdo con estudios realizados en el continente africano para conocer el efecto que las remesas tienen en la economía de la población es necesario primero determinar el efecto de estas en la pobreza. En relación  con las investigaciones realizadas se encuentra que las remesas aumentan los recursos de los hogares, estabilizan el consumo, crean capital de trabajo y tienen un efecto multiplicador debido a que estimulan el gasto particular. En Ghana por ejemplo, las remesas parecen ser anticíclicas lo que a largo plazo parece ayudar a estabilizar el consumo y el bienestar de los hogares. En general las remesas sirven para financiar el consumo o invertir en educación, salud y nutrición. En Senegal la mayoría de las remesas se destinan al desarrollo del capital humano,  lo que a largo plazo tiene muchos beneficios además de emplearse también en consumo. De igual forma, la construcción de grandes casas para emigrantes en África occidental ha tenido un efecto multiplicador en la actividad económica local (Gupta, Pattillo y Wagh, 2007).

Por otra parte, de acuerdo con  estudios empíricos orientados en un nivel micro han demostrado que en las áreas que cuentan con una tradición migratoria, como la región del Rif, se observa una importante dinámica económica principalmente en el sector de los servicios, muchos hogares que cuentan con migrantes han comprado tierras, construido casas o ampliado sus viviendas. Por otro lado los yeseros, herreros y tiendas de muebles, electricistas, plomeros, entre otros, se han visto favorecidos por el fenómeno migratorio y el flujo de remesas. Otro tipo de inversión se ha efectuado en la compra de taxis, vans, cafeterías, tiendas de té, restaurantes y hoteles. Situaciones similares se presentan en Tetouan y Tánger. En Argelia, Marruecos y Túnez, se han implementado programas para motivar el envío de remesas a su localidad de origen y favorecer su uso en actividades productivas; sin embargo, se señala que mientras las medidas gubernamentales no orienten sus intereses a los de los migrantes y sus familias, ningún programa encaminado a favorecer las acciones señaladas va a funcionar (Montoya, 2006).

En Comores, las remesas, al igual que en la mayoría de las localidades receptoras, se utilizan  para financiar el consumo de las familias; sin embargo, se han detectado algunas inversiones en la compra de vehículos que utilizaran como taxis y en la importación de bienes para luego comercializarlos en pequeña escala. Se señala que los migrantes de segunda y tercera generación, son quienes invierten en actividades productivas. De la misma forma las organizaciones de migrantes están presentes en esta región y es a partir de ellas que se han construido escuelas,  centros de salud, farmacias, caminos rurales, estalaciones de agua potable, líneas y generadores de electricidad, campos deportivos, centros de jóvenes, librerías, mezquitas (Cruz, 2004).

Los anteriores son solo algunos casos donde las remesas y su uso presentan una importancia relevante para las economías de los países receptores,  lo que nos impulsa mayormente a la realización de esta investigación.