FINANZAS PÚBLICAS. TEMAS DE CÁTEDRA

FINANZAS PÚBLICAS. TEMAS DE CÁTEDRA

Norma Noya (CV)
Néstor Fernández
Diego Andrada
Leticia Gerez
Daniela González
Nicolás Ricotta

Universidad Nacional del Comahue

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10.4 Efectos económicos de la deuda pública interna. Equidad intrageneracional
Hasta el momento nos hemos abocado a analizar la equidad intergeneracional (entre generaciones). En este apartado nos dedicaremos a tratar la equidad intrageneracional, partiendo de la base que en una misma generación conviven personas con diferentes niveles de ingresos, diferentes capacidades contributivas y poseedoras de distintos factores de la producción.
Bajo ciertas condiciones, existe una equivalencia entre financiar el gasto con un impuesto presente o mediante deuda; dicha equivalencia nace a partir de igualar el valor del impuesto por única vez en el presente, con el valor actual neto de los futuros impuestos necesarios para cancelar los intereses de la deuda. Sin embargo, este supuesto comienza a complicarse si tenemos en cuenta que la tasa de interés que deberían afrontar los particulares, es mayor que la que asumiría el Estado en caso de endeudarse; en virtud del mayor riesgo –en teoría- que implica prestar a un particular. De esta manera visualizamos al Estado como una gran cooperativa que como tal, consigue mejores términos de negociación. Ello se ve reforzado en el hecho de que el Estado tiene una existencia permanente, a diferencia de la vida limitada de los particulares, y también por la mayor variación del ingreso de las personas, en comparación con la del ingreso nacional por la compensación implícita de los grandes números.
Se levanta, de esta forma, el supuesto que habría igualdad entre todos los miembros de la sociedad, y se tiene en cuenta que los diferentes miembros de la sociedad tendrán distintas preferencias entre pagar un impuesto actual o financiar el gasto presente mediante deuda.
En la práctica no será igual la distribución de la carga tributaria entre todos los grupos, ya sea que se trate de un impuesto extraordinario actual o de impuestos futuros:

  1. El impuesto extraordinario puede aplicarse sobre el patrimonio, mientras que el futuro sobre los ingresos netos, en este caso los trabajadores preferirán el primero y los capitalistas el segundo.
  2. Como la concentración de la propiedad es mayor que la del ingreso, los pobres preferirán el impuesto extraordinario (más progresivo), y los ricos la deuda pública.
  3. Quienes esperan ingresos futuros crecientes preferirán la deuda, lo contrario quienes esperan ingresos futuros decrecientes.
  4. Los ancianos preferirán la deuda y los jóvenes el impuesto presente.
  5. Quien no tenga descendientes preferirá la deuda y aquel que si los tiene, el impuesto.

Todo demuestra que la generación actual no es indiferente al método de financiación elegido para el gasto público presente.
Un elemento a tener en cuenta, es la posibilidad que el financiamiento mediante deuda afecte el volumen del gasto a financiar. Si los votantes prefieren la deuda al impuesto, ya sea por los motivos anteriores o por la ilusión fiscal que la deuda contiene, existe el peligro de aprobar gastos mayores que los que se financian con impuestos.
Además de los efectos hasta aquí estudiados, la deuda interna puede acarrear otras consecuencias:
a)           Si bien el pago de los impuestos se compensa con los gastos de las transferencias de acuerdo con el enfoque de Ricardo-Pigou, los poseedores de títulos tienen una carga real que se deriva del efecto  desincentivante de una mayor tributación. Habrá una distorsión en la asignación de los recursos, por una mayor presión tributaria a futuro.
b) La existencia de una gran cantidad de stock de deuda pública, puede fomentar la formación de una clase rentista, parasitaria, que obtiene ingresos de los cupones de los títulos, sin realizar trabajo productivo.
c)           La existencia de una deuda pública alta, obviamente incide en la política monetaria de un país.

10.5 La deuda pública externa
A las posibilidades de financiamiento a saber: impuesto vs. deuda interna, se agrega una nueva alternativa que es el financiamiento vía deuda externa, que como habíamos definido es aquella donde los poseedores de los títulos y/o las cancelaciones deben hacerse en el exterior.
Tanto en el caso de gobiernos locales, como a nivel nacional, al financiar el gasto utilizando como fuente de financiamiento el endeudamiento externo, se provoca un traslado de la carga desde la generación presente a la futura, ello se aprecia en un doble sentido; en primer lugar porque puedo importar bienes y/o servicios del exterior gracias al crédito y en segundo lugar porque las transferencias no quedaran dentro del país, puesto que el pago de intereses y sus amortizaciones se remitirán en su momento a los poseedores de los bonos en el exterior.
Cuando introducimos el concepto de stock de capital el análisis se torna más complejo. La receta clásica señala que en caso de destinar los fondos para infraestructura, es viable el endeudamiento externo toda vez que el traslado de la carga se compense con un mayor stock de capital a heredar las generaciones futuras. El caso es distinto si la utilización del crédito es para gastos corrientes, o sea que se destine la deuda por ejemplo al pago de salarios. En ese caso, la generación perjudicada sería la futura, ya que debería cubrir las cancelaciones de la deuda sin ningún beneficio real.