POLÍTICA INDUSTRIAL, CLÚSTERES Y PARQUES TECNOLÓGICOS: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE MÉXICO

POLÍTICA INDUSTRIAL, CLÚSTERES Y PARQUES TECNOLÓGICOS: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE MÉXICO

Daniel Mora Máynez
Hiram Marquetti Nodarse

Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad Juárez

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2.4.- Iniciativas de Formación de Clústeres en las Entidades Estaduales de México .

La formación de clústeres u otras modalidades de asociatividad empresarial, ha constituido uno de los rasgos definitorios en la evolución de las agendas de política económica de los últimos ciclos presidenciales en México. La relevancia conferida al tema de la creación de clúster, contribuyó a que la nación azteca haya liderado esta tendencia en América Latina.
La preeminencia conferida a la creación de agrupamientos empresariales estuvo en plena correspondencia, con el rol asignado a este proceso en la materialización de otras prioridades de política económica, a lo largo de los últimos treinta años. En ese sentido se destacan: la transformación del fomento de las pequeñas y medianas empresas (PYME´s) en el centro de las políticas de promoción empresarial;1 segundo, la utilización del esquema de clúster para impulsar prioridades sectoriales a escala nacional entre las que sobresalen el desarrollo de las TIC´s 2 y la producción de software; 3 tercero, para estimular actividades de investigación y desarrollo en áreas específicas; cuarto, los intentos de generar un patrón de creación de ventajas competitivas ancladas básicamente en el protagonismo empresarial. En la consecución de estos propósitos fueron aprobados un número importante programas de alcance Federal (Véase Tabla 12).
La realización de un balance mínimo de los resultados alcanzados mediante la instrumentación de este amplio número de programas, se puede afirmar que han sido modestos en sentido general. Las razones que explican esta situación son diversas e implican una clasificación diferenciada de sus impactos, en los que han estado presente factores de naturaleza cultural y estrictamente empresariales. Al respecto cabe relacionar las siguientes:

  1. La pobre propensión de los empresarios mexicanos a fomentar relaciones de cooperación y de asociatividad, constituye uno de los rasgos que definen la cultura empresarial en México. 4
  2. La falta de continuidad de un ciclo presidencial en el otro en el tratamiento de determinados temas específicos relacionados con el desarrollo productivo.
  3. Las incongruencias objetivas que se produjeron entre el mantenimiento de una filosofía tendente a no definir un esquema integral de política industrial similar al predominante durante la etapa de sustitución de importaciones, mientras que en paralelo se preservó la formación de clústeres como una de las prioridades de naturaleza estratégica. 5
  4. La incidencia no siempre favorable del proceso de apertura económica, en particular de la industria maquiladora de exportación en la conformación de los clústeres.

Sin lugar a duda la intención de fomentar clústeres sustentado en el desarrollo de la industria maquiladora, se ajustaba a los esfuerzos de acrecentar el impacto de este sector en la economía nacional. No obstante, se minimizó al adoptar esta decisión que las empresas multinacionales que se ubican en geografía mexicana, lo realizan desde la perspectiva de la tendencia a la deslocalización internacional de sus actividades, cuya finalidad última es garantizar el máximo aprovechamiento de los bajos costos laborales y las facilidades logísticas que propicia la cercanía al mercado de los Estados Unidos. Por lo tanto, no forman parte de las prioridades de estas empresas la necesidad de establecer un marco de cooperación efectivo con el empresariado local. De tal forma, se puede afirmar que los denominados clústeres que se identifican en múltiples entidades estaduales solo representan agrupaciones empresariales organizadas por ramas de actividad económica. 6
Otro aspecto importante es que los progresos de la industria maquiladora como ya indicamos, no han estado vinculados con la construcción de encadenamientos productivos sólidos hacia detrás o hacia delante con el entramado productivo nacional. En rigor, los avances de las maquila implicaron la ruptura de ciertas cadenas productivas locales, en paralelo, se produjo la formación de zonas de “desarrollo regional” caracterizada por el funcionamiento cuasi autárquico de este sector. En adicción debe considerarse que no existe en el empresariado mexicano, una visión uniforme en relación a que la maquila represente un espacio de reales oportunidades de negocios. 7
En consecuencia, resulta difícil aceptar las evaluaciones realizadas por expertos internacionales que aseguran, que el desarrollo de la desregulación, las privatizaciones y la apertura comercial en México, contribuyeron a la consolidación de clústeres en diferentes regiones del país. 8 En este contexto, los esfuerzos en pro de desarrollar políticas efectivas de articulación y/o el fomento de nuevos eslabonamientos productivos han resultado poco viables, manteniéndose estos propósitos más en el planteo teórico que en la obtención de resultados práctico.
La industria automotriz es una de las ramas industriales que se utiliza recurrentemente por especialistas locales y extranjero, para demostrar la viabilidad de las políticas de creación de clústeres en México, debido entre otras razones a su amplia presencia a escala nacional (Ver Mapa 2), además de acumular varias décadas existencia lo que ha propiciado la construcción de un marco de relaciones interindustriales de cierta relevancia. Sin embargo, cuando se analiza con cierto nivel de detalle la forma en que opera la misma en las diferentes entidades estaduales, se pueden identificar un grupo de tendencias generales que permiten afirmar que solo en contados ejemplos se han generado la tendencia a la formación de clústeres:

  1. Un primer resultado ha sido el desarrollo de una amplia red de proveedores locales que actúan en un porciento considerable en calidad de subcontratistas y en caso muy contado suministran algunos componentes producidos nacionalmente.
  2. El despliegue de relaciones de cooperación y transferencia de informaciones es muy pobre entre empresas.
  3. Las instituciones que logran relaciones más estrechas como pueden ser los casos de universidades o centros de investigación tampoco han logrado concretar proyectos de construcción de clústeres. 9

Con independencias de las limitaciones descritas en los párrafos anteriores, en la casi totalidad de las entidades estaduales la formalización de clústeres, se transformó en una prioridad en el diseño de sus respectivas proyecciones estratégicas a mediano y largo plazo. 10
Las iniciativas estaduales de promoción clústeres 11 abarcan de un modo u otro el fomento de todas modalidades de asociatividad empresarial, es decir, parques industriales12 , parques tecnológicos, complejos, redes, distritos, polos de competitividad 13 e innovación;14 etcétera. Una de las singularidades de la promoción de las diferentes modalidades de asociatividad, es la coexistencia simultáneamente de diferentes formas de asociación empresarial en una misma entidad estadual.
En sentido general, la estrategia de formación de clústeres se han concentrado preferentemente, en lograr un mejor agrupamiento de las actividades económica; aunque estos esfuerzos no han coadyuvado a que se produzca una mayor integración del sistema empresarial local y mucho menos a potenciar las relaciones de cooperación inter-empresariales. 15
Los esfuerzos desplegados en las diferentes entidades estaduales en pro de propiciar la creación de clústeres y, en paralelo, tratar de revertir los aspectos anteriormente indicado, condujeron a que fueran elaborados programas de apoyos al sistema empresarial local,16 dirigidos a consolidar asociaciones empresariales en los sectores económicos tradicionales. Asimismo se han adoptados disimiles medidas para propiciar la construcción de clústeres en torno a las filiales de las empresas transnacionales que operaban en el territorio. 17
La lógica que se describe la figura 7 puede considerarse como indicativa de que las entidades estatales han hecho un esfuerzo importante, en aras de lograr un mejor acomodo entre las prioridades estaduales y las formas empresariales que deben facilitar su materialización.
En términos de resultados, los mayores progresos en la creación de agrupamientos empresariales, se han logrado en aquellas en los sectores tradicionales y, por consiguiente han sido liderados por aquellas empresas cuyas actividades tienen un creciente peso en las diferentes entidades estaduales. Sin embargo, en lo relativo a las empresas foráneas o multinacionales no se ha podido sobrepasar la construcción de matrices, que solo recopilan el flujo de intercambio que se logra materializar entre las diferentes empresas que tienen algún vínculo con las multinacionales.18
La creciente profusión de las diferentes modalidades de formación de redes u clústeres empresariales, contribuyó a que se realizaran múltiples ejercicios por las instituciones gubernamentales y académicas en función de definir los perfiles de especialización estaduales, así como la determinación del grado de madurez de determinados clústeres a escala regional. En términos prácticos, el desarrollo de los referidos ejercicios estuvo dirigido a intentar replicar la experiencia del “Cluster Mapping Project” que se realizó en los Estados Unidos por la escuela de Negocios de la Universidad de Harvard y que estuvo liderado por M. Porter. 19
Con independencia de la presencia de algunas limitaciones de orden metodológico, el desarrollo de referidos ejercicios aportó elementos de peso, en relación a evaluar en qué dirección se estaban moviendo los patrones de especialización a lo largo y ancho del país, aspecto este de suma importancia en la construcción ulterior de proyecciones estratégicas a nivel federal. De igual modo, se logró estimar el grado madurez de los clústeres existentes a escala estadual (Ver mapa 3). El desarrollo de este ejercicio ofreció la posibilidad de valorar desde otra perspectiva, las capacidades potenciales de que se disponen para elevar la competitividad y de mejorar el ambiente de negocios a nivel regional.
De otra parte, la revisión de las múltiples experiencias estaduales orientadas a promover la formación de clústeres, nos permitió identificar un grupo de tendencias que pueden definirse como de comunes para las diferentes entidades. Al respecto  cabe mencionar las siguientes: i) la materialización de las iniciativas de clústeres ha respondido en lo fundamental a la definición de prioridades de políticas por los gobiernos regionales; 20 ii) se han evaluado con mayor o menor grado de detalle la viabilidad económica y social de estos proyectos; iii) se han adoptado en diferentes entidades estaduales un grupo de decisiones orientadas a generar un entorno de cooperación entre las empresas y demás instituciones participantes en estos proyectos.
La creación de un clima de confianza y proclive a la cooperación en el entorno empresarial no han logrado avanzar, según los requerimientos de la ejecución de las iniciativas de clústeres, lo cual ha puesto de manifiesto de que se demanda de la implementación de otras de acciones de forma coordinadas como: i) la mejor focalización de las prioridades estratégicas de las empresas u otras instituciones interesadas en integrase al clúster; ii) evaluar la intertemporalidad de los objetivos y prioridades definidas por  las entidades involucradas a —corto, medio y largo plazo—; iii) realizar la valoración de las empresas en términos de capacidades, recursos y nivel de rentabilidad, flexibilidad y sostenibilidad.
Al margen de las limitaciones que han enfrentado la materialización de las iniciativas de clústeres y de los programas diseñado por los diferentes gobierno estaduales para respaldar a las referidas iniciativas, se puede afirmar que las acciones implementadas en la casi totalidad de las entidades estaduales, no se han limitado al simple propósito de fomentar agrupaciones empresariales. En ese sentido, se destacan la priorización concedida a la formación de recursos humanos, mediante el fortalecimiento de las infraestructura educativa y la ampliación de las capacidades de las universidades públicas, la implementación de un grupo de medidas dirigidas a reforzar las relaciones de colaboración entre el gobierno, empresas, universidades y centros de investigación, en muchos casos apoyándose en la creación de parques científicos y tecnológicos; etcétera. La ejecución de este conjunto de decisiones ha propiciado la configuración de una suerte de modelo de desarrollo regional a lo largo y ancho de país, el cual se reitera con mayor o menor intensidad
Finalmente, la evaluación de los diferentes programas de desarrollo implementados en las entidades estaduales, denota los intentos por encontrar una respuesta a los problemas que limitan las posibilidades de desarrollo a esta escala. Empero, la dificultad principal radica en que no basta con tratar de encontrar respuestas locales a estos requerimientos, sino que resulta imprescindible disponer de un marco global en que se prefijen las proyecciones generales del país, donde la promoción de la asociatividad empresarial represente uno de los mecanismos facilitadores de un mayor despliegue de las fuerzas productivas.

1. Según Felipe Calderón Hinojosa, Ex―Presidente de los Estados Unidos de México, las PYME´s representan el eslabón principal de la estructura empresarial del país, ya que aportan 7 de cada 10 de los empleos generados en el país. Véase: El Economista, 8 de noviembre de 2011.

2 . Véase para mayor detalle. PROSOFT, 2008.

3 . Véase. Casalet, González y Buenrostro, 2008.

4 . Véase para mayor detalle. Domínguez, 2003.

5 . El manejo seguido por el Gobierno Federal de la política industrial, se asemeja en múltiples aspectos al tratamiento que se le confiere a este tema en los Estados Unidos, el cual se caracteriza por no presentar de forma explícita las prioridades de política industrial, sino el trabajar en base a un conjunto de programas de naturaleza estratégicas que disponen, como norma de un creciente respaldo gubernamental

6 . Similar enfoque se le puede aplicar a los denominados clústeres planificados.

7 . Un rasgo peculiar de la actividad empresarial a largo y ancho de México es el bajo aprovechamiento de las oportunidades de negocios que genera el sector maquilador.

8 . Véase. Pietrobelli y Rabellotti, 2005.

9 . Por lo general estas instituciones reciben apoyos en equipamiento y en el desarrollo de prácticas profesionales, pero el grado de profundidad de estas relaciones no llega sobrepasar estos límites.

10. Sobre este particular resulta interesante consultar: Programa Especial. Plan estatal de desarrollo 2010-2015. Nuevo León, 2010. Programa Regional de Competitividad Sistémica del Estado de Coahuila: Coahuila Competitivo 2020, Coahuila, septiembre de 2002.

11 . Se entiende por iniciativas de clúster aquel conjunto de acciones de carácter organizativo e institucional que son adoptadas con la finalidad de facilitar su formalización y el cumplimiento de los fines para las fueron definidas. Para casos específicos se han elaborados cronogramas de las diferentes etapas por las que deben transitar estas iniciativas hasta llegar a constituirse el clúster.

12. La experiencia de los parques industriales se ha empleado con creciente fuerza en la casi totalidad de las entidades estaduales, destacándose por su peso en determinados períodos: El Distrito Federal, Chihuahua, El Estado de México, Jalisco, Nuevo León; entre otros. Por supuestos, que en todo los casos es posible distinguir matices y diferencias.

13 . El estado de Coahuila trató de construir este enfoque mediante la combinación del esquema de polos de desarrollo regional y la creación de clústeres, utilizando como soporte metodológico el enfoque de competitividad sistémica. Véase para mayor detalle. Programa Regional de Competitividad Sistémica del Estado de Coahuila (2002): Coahuila Competitivo 2020, Coahuila, Septiembre.

14. Corona Leonel y Otros (2007).

15. Las diversas evaluaciones que existen en torno a los procesos clusterización en la economía mexicana, no logran delimitar cuáles de los agrupamientos existentes son en realidad clúster y cuáles no Esta situación ha contribuido a que se consolide la visión de clasificar a cualquier agrupamiento como clúster.

16.Entre las medidas que se han empleado para generar sinergias de las empresas locales y las internacionales, se encuentra la creación en múltiples estados de las denominadas Asociaciones de Maquiladoras.

17 . Según Carrillo y Otros, (2004) en Baja California la promoción de los acuerdos de cooperación empresarial han sido el centro en los planes estratégicos para fomentar y fortalecer los agrupamientos empresariales.

18 . Véase para mayor detalle. Secretaría de Economía (2009). Sistema de Información Geográfica. Los agrupamientos económicos del sector industrial en México. México, D.F.

19. Véase. Porter, Michael. E “(2003):

20 . Según Ameri y Narodowski (2001, p.3) consideran que los clústeres difícilmente puedan ser completamente planificable, pero tampoco hay experiencias positivas sin la participación del estado.