COMPONENTES DE SOSTENIBILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL EN EL áMBITO RURAL DE LA REGIóN HUASTECA DE SAN LUIS POTOSí: HACIA UNA ARQUITECTURA RURAL SUSTENTABLE.

COMPONENTES DE SOSTENIBILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL EN EL áMBITO RURAL DE LA REGIóN HUASTECA DE SAN LUIS POTOSí: HACIA UNA ARQUITECTURA RURAL SUSTENTABLE.

Rigoberto Lárraga Lara (CV)
Universidad Autónoma de San Luis Potosí

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3.3-Territorios y paisajes de la Huasteca Potosina: el contexto cultural de la VT

La región Huasteca Potosina abarca 20 municipios, y su extensión es de 11,409 km2, que representa 18.3 por ciento de la superficie del estado de San Luis Potosí. La Sierra Madre Oriental cruza esta región en una dirección SENW. Son de gran importancia los ríos Tamuín, Pánuco, Gallinas, Moctezuma y Valles, así como algunas lagunas que se forman en los ríos Tamuín, Tancuayalab y Tanquián, destacando por su tamaño Orilla Grande, Tigre y Lavaderos.
Los municipios que la conforman son: Aquismón, Axtla de Terrazas, Ciudad Valles, Coxcatlán, ébano, El Naranjo Huehuetlán, Matlapa, San Antonio, San Martín, Chalchicuautla, San Vicente Tancuayalab, Tamasopo, Tamazunchale, Tampacán, Tampamolón Corona, Tamuín, Tancanhuitz, Tanlajás, Tanquián de Escobedo y Xilitla.
En general es un espacio de evocación legendaria, asociada a la exuberancia y a la fecundidad de la naturaleza, al mismo tiempo a la sobre vivencia de culturas que se reproducen en ella.
“Selvas, bosques tropicales, manantiales, cascadas, pozas, lagunas de aguas turquesa, manantiales termales, flora y fauna diversas y abundantes, constituyen el paisaje de esta zona en un espectacular universo de belleza” (Benítez 2003:38)
Asimismo, la Huasteca Potosina se subdivide en cuatro subregiones que presentan características específicas en cuanto a rasgos topográficos y orográficos: a) Sierra Alta Cafetalera, formada por los municipios de Xilitla, Tamazunchale, Aquismón y Tamasopo; b) Sierra Baja Citrícola, integrada por los municipios de Axtla de Terrazas, Matlapa, Coxcatlán, Tampacán, San Martín Chalchicuautla y Huehuetlán; c) Sierra Baja Piloncillera, donde se ubican los municipios de Tanlajás, San Antonio, Tancanhuitz y Tampamolón Corona; y d) la Planicie, constituida por los municipios de Ciudad Valles, El Naranjo, San Vicente Tancuayalab, Tamuín, Tanquián de Escobedo y ébano.
“Dos elementos fisiográficos que son fundamentales en las concepciones naturales y culturales del espacio urbano en la Huasteca son la Sierra Madre Oriental y la llanura costera del Golfo de México. La Sierra Madre es un sistema montañoso que recibe diversos nombres de carácter local según las regiones por las que se extiende. Por su altitud se desempeña como pantalla meteorológica en la que chocan las masas de aire que provienen del mar, elevándose hasta formar nubes que se precipitan en la vertiente del Golfo y permitiendo que en la cordillera exista una vegetación de bosque. Por otro lado, la llanura costera alcanza una altura de 200 metros sobre el nivel del mar y es la continuación de las que se localizan al este de los Apalaches y que atraviesa Tamaulipas, Veracruz y Tabasco, prolongándose hasta Yucatán, y continuando en la región occidental y central de Cuba. La llanura está cortada por una serie de corrientes hidrográficas que tienen su desembocadura en el Golfo de México, muchas de las cuales abastecen de agua a la Huasteca” Bustos (1993:24).
El territorio de la Huasteca Potosina tiene, además del bosque, grandes porciones destinadas a pastizales y a la agricultura. En cuanto a las características de la vegetación, en la región Huasteca se concentra el 49.81% de la superficie boscosa del estado de San Luis Potosí. En la planicie costera encontramos el bosque espinoso, que abarca del 4% al 5% de la superficie del estado, aproximadamente. El bosque tropical es el más abundante en la Huasteca Potosina, comprendiendo aproximadamente el 18% de la superficie del estado, distribuido principalmente en los municipios de San Martín Chalchicuautla, Valles, Tamasopo y El Naranjo. Finalmente, en los declives inferiores de la Sierra Madre Oriental se encuentra el bosque tropical perennifolio, que abarca tan solo el 2% de la superficie estatal.
Algunos municipios de la Huasteca, como Tamasopo, Valles y San Vicente Tancuayalab, se caracterizan por su producción de maderas, entre las cuáles encontramos el encino, el cedro blanco, el cedro rojo, el palo de rosa, maderas preciosas y especies de menor valor comercial. El territorio del estado tiene los siguientes porcentajes en cuanto a vegetación y actividades agropecuarias: Agricultura 12.48% de la superficie estatal; Pastizal 9.84% de la superficie estatal; Selva 5.68% de la superficie estatal; Bosques 6.04% de la superficie estatal; Matorral 64.31% de la superficie estatal; Otros 1.29% de la superficie estatal; Los cultivos más abundantes son el maíz, la caña de azúcar, el frijol, el chile y la naranja, de los cuáles sólo la caña de azúcar tiene un uso industrial, actividad localizada principalmente en los municipios de Valles y Tamasopo, donde se encuentran varios ingenios azucareros.
En términos climáticos la Huasteca Potosina es una región tropical subhúmeda que cuenta con remanentes de selva mediana perennifolia, selva baja caducifolia, encinar tropical y palmar (Algara Siller et al., 2009). La vegetación es de bosque tropical con la mayor exuberancia en la sierra y más escaso en la llanura costera donde predomina el bosque tropical espinoso. La vegetación de sabana se alterna con bosques formados por árboles corpulentos, arbustos y lianas (Algara Siller et al., 2009; Aguilar- Robledo, 2008).
La Huasteca Potosina tiene un clima tropical, que se clasifica según la zona orográfica y va desde semicálido húmedo hasta cálido subhúmedo. La parte de las llanuras orientales está clasificada con un clima A(w) - cálido con lluvias en verano; la parte baja de la Sierra Madre Oriental tiene un clima Acm – semicálido húmedo con abundantes lluvias en verano; una pequeña porción de la Huasteca Potosina al norte del municipio de Valles está clasificada con el clima Acw – semicálido subhúmedo con lluvias en verano; finalmente, una porción del territorio ubicada al sur del municipio de Tamazunchale y próxima al estado de Hidalgo se encuentra clasificada con un clima Acf – semicálido húmedo con lluvias todo el año, la temperatura media anual es de 24.7°C y su precipitación pluvial media anual fluctúa entre 848 y mil 062 milímetros; aunque hay lugares como el municipio de Xilitla donde, algunos años, la precipitación pluvial sobrepasa los 3,000 mm (INEGI 2005).
En este contexto geográfico de selvas, bosques tropicales, manantiales, cascadas, pozas, lagunas de aguas turquesa, manantiales termales, flora y fauna diversas y abundantes, se establecieron grupos humanos que apropiándose de los materiales a su alrededor configuraron su vivienda.
En la Huasteca Potosina se encuentran antiguos montículos llamados cué, que sirvieron, hace mucho tiempo, como base de casas y en donde se encuentran ruinas de cimientos, Estos cimientos de formas rectangulares u oblongas, son iguales a los que construyen en la actualidad.
“Creo que las necesidades, el medio ambiente, los materiales locales y cierta lógica en la naturaleza e índole de la construcción pueden producir obras iguales, aunque no idénticas en lugares antípodas como por ejemplo México y Turquía” (Moya 1982:17). A lo anterior Moya llama evolución paralela o convergente, esto es, desarrollos semejantes debido a medios y factores también semejantes.
De acuerdo con Moya (1982), en los murales al fresco del Templo del Tigre en Chichen-Itza, se puede ver una choza regional semejante a la choza actual, Esto permite afirmar que los sistemas de construcción han venido transmitiéndose de generación en generación y que las viviendas actuales poco han cambiado desde la época precortesiana. Como la raza mestiza, dominante en el país, no ha impuesto modificaciones o características propias a las viviendas y el estado cultural y económico de los indígenas no ha cambiado mucho, siguen en uso los mismos tipos de vivienda ancestrales.
Un factor principal en las características de la vivienda indígena esta influenciado por su situación económica precaria, pero a pesar de las vicisitudes sociales y de las condiciones económicas, el medio ambiente es el factor más importante y decisivo en la construcción de sus viviendas. El clima, intensidad de los rayos solares, dirección y fuerza de los vientos, régimen pluvial, corrientes de agua vegetación, etcétera, son elementos determinantes en la creación y desarrollo de la vivienda, que revela la influencia del medio ambiente y, secundariamente, a través de ciertos detalles y comodidades, muestran, no únicamente el grado de cultura, sino la capacidad económica (Moya 1982:24).
La naturaleza ofrece todos los materiales que la gente del campo necesita para construcción de sus viviendas y es pródiga en cuanto a la variedad, abundancia y calidad de los mismos. Estos materiales son fáciles de obtener, preparar utilizar, razón por la que el problema económico de su adquisición se elimina y solo se requiere trabajo personal para recogerlos y utilizarlos. Es evidente que los indígenas y la gente del campo han aprovechado en forma bastante inteligente, los materiales que encuentran en la región en la que habitan, escogiendo con acierto aquellos que rinden los mejores resultados en cuanto a agentes protectores en contra del clima y de los cambio atmosféricos.
Como ejemplo de la gran variedad de arboles madereros que se encuentran en la región de huasteca, mencionaremos los siguientes: cañafístula, espino, chicozapote, aile, retama, palo mulato, anacahuitste, sangre de drago, palo moral, acalocahuite, pino, álamo, ahuatle, encina, ahoaquahuitl, mangle, tamarindo, etcétera (Moya 1982:30).
Entre los materiales vegetales encontramos:
Bejuco: Material de construcción fibrosa que se usa para unir (amarrar) los elementos de una construcción.
Carrizo. Vara o tallo de carrizo que se encuentra en los márgenes de los ríos o en las ciénagas. Se utilizan en las armaduras ligeras de los techos, portales y para cubrir las paredes de las casas.
Garrocha. Especie de otate o carrizo de mayores dimensiones que se usa como entramado de paredes y techumbres.
Horcón. Tronco o rama robusta de madera, más o menos derecho, que sirve como pie derecho (columna), pero igualmente como poste en el ángulo de una casa. Comúnmente el extremo superior remata en dos pequeñas ramas en dirección divergente en forma de V, como las horquetas. Esta horqueta sirve para fijar la viga horizontal, la solera.
Otate. Especie de caña gigantesca que crece en los terrenos cenagosos y que se utilizan en la armadura de los techos y en las paredes de las viviendas.
Palma. Se llama palma de forma general a las hojas de la gran variedad de palmeras que crecen en las regiones cálidas del país y que se usan en la construcción de paredes y techos. Su forma y duración depende de la especie de palmera, edad y naturaleza del terreno. En la huasteca potosina se llama palmera abanico (sabal mexicano), en Veracruz palmera real y en Colima palmera palapa. (Moya 1982:35)
Entre los sistemas constructivos encontrados están:
Pared de varas o varejones. Entre los sistemas más rudimentarios para construir las paredes, se encuentra el utilizar varas más o menos derechas, de diámetro casi uniforme y que se sujetan a los horcones horizontales que forman la estructura. El procedimiento de construcción es el siguiente. Después de hincados los horcones que sirven de pie derecho o puntales para sostener la estructura de la casa, sobre estos se sujetan en sentido horizontal los horcones de menor diámetro, para formar lo que se puede considerar como estructura de las paredes. Sobre esta se coloca el material de recubrimiento, que en el caso presente consiste en varas o varejones alineados unos con otros hasta cubrir todos los lados de la cas. Para sujetar las varas entres y ala estructura se usan elementos vegetales, como el bejuco y también el sotol, que es un producto fibroso extraído de una variedad del maguey. De esta manera e unen todos lo elementos de la construcción, sin necesidad de clavos o productos metálicos razón por la cual los nativos dicen que van a amarrar su casa. (Moya 1982:53)
Paredes de carrizo. En donde se encuentra el carrizo y no se encuentra otro material más consistente, este se utiliza en la construcción de paredes. La fragilidad y poca consistencia del carrizo no permite que se use como elemento para resistir cargas, o soportar trabajo alguno, así que solo se aprovecha como material de recubrimiento. Al efecto primero se construye un entramado de horcones para sostener el techo y también sirva para amarrar las varas horizontales que alineen y sostengan la posición vertical de los carrizos.
Paredes de otate. El otate es una planta de la familia de las gramíneas, de tallo nudoso y leñoso, parecido al carrizo y al bambú. El otate en general es un material muy apreciado en las construcciones aborígenes por se de constitución uniforme, gran tamaño y diversidad de tamaño, lo que permite que se use de columnas y puntales, como vigas y soleras y los otates de diámetro pequeño se utilicen como recubrimiento de paredes, algunos prefieren dejarlas sin aplanar, para que el aire circule libremente y de esta manera tener una ventilación agradable durante la mayor parte del año. (Moya 1982:58)
En el bajareque no se usan clavos o productos metálicos, todos sus elementos están unidos por pijas de madera, simples ensambladuras y amarres de bejuco y lianas,
Por último cabe señalara que la Huasteca es la región del estado de san Luis Potosí con la mayor producción de ganado bovino. La ganadería se introdujo a la región Huasteca desde el siglo XVI, intensificándose en los siglos XVII y XVIII y estableciéndose finalmente un “corredor ganadero” en la planicie costera. A lo largo de la historia y hasta la actualidad, la ganadería es una importante actividad económica y comercial que se ha extendido y se encuentra concentrada en pocas manos de mestizos y caciques. Tras varios siglos de existencia y expansión, la ganadería ha contribuido significativamente al desgaste y la deforestación del territorio, y con ello la escases de materiales insumo para la construcción de la vivienda tradicional.