COMPONENTES DE SOSTENIBILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL EN EL áMBITO RURAL DE LA REGIóN HUASTECA DE SAN LUIS POTOSí: HACIA UNA ARQUITECTURA RURAL SUSTENTABLE.

COMPONENTES DE SOSTENIBILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL EN EL áMBITO RURAL DE LA REGIóN HUASTECA DE SAN LUIS POTOSí: HACIA UNA ARQUITECTURA RURAL SUSTENTABLE.

Rigoberto Lárraga Lara (CV)
Universidad Autónoma de San Luis Potosí

Volver al índice

3.4-El perfil socioeconómico y cultural en la HP y la vivienda tradicional

La Huasteca Potosina tiene una población aproximada de 650 mil habitantes, distribuidos en alrededor de 2 mil 500 localidades (INEGI 2005). El 63.2 por ciento de la población total de la zona se encuentra en el 99 por ciento de las localidades, las que se clasifican como rurales y tienen menos de 2 mil 500 personas. Paralelamente, la población tiende a concentrarse en cinco municipios: Ciudad Valles, Tamazunchale, Xilitla, ébano y Aquismón, lugares donde reside poco más del 60 por ciento de la población total regional.
La densidad de población es de 56.9 habitantes por kilómetro cuadrado, en tanto que el promedio estatal es de 31.9. La población económicamente activa (PEA) representa 28 por ciento de la población total, agrupada principalmente en el sector primario, que ocupa el 53.2 por ciento; en el sector secundario se ubica el 15.2 por ciento; en el terciario 29 por ciento, y el 2.6 por ciento restante en actividades no especificadas. Otra característica es la desigual distribución del ingreso, ya que el 46.3 por ciento de la población ocupada recibe un salario mínimo o menos de uno, situación que se refleja en el escaso desarrollo del mercado interno regional.
El dato demográfico más significativo y que le confiere un tinte de contraste y riqueza cultural es la presencia de tres etnias: nahua, teenek –o huasteca- y pame; quienes, en conjunto, representan cerca de la mitad de la población total.
El grupo teenek o huasteco se asienta en los municipios de Aquismón, Tanlajás, Ciudad Valles Huehuetlán, San Antonio, Tanquián, San Vicente, Tampamolón y Tancanhuitz. Al interior de la Sierra Alta Cafetalera, el comportamiento demográfico es el siguiente: una superficie de 2 mil 701.6 kilómetros cuadrados y una densidad poblacional de 77 habitantes por kilómetro cuadrado.
En materia de bienestar social se manifiesta un serio atraso que se refleja en los indicadores siguientes: analfabetismo, 21.5 por ciento, cuestión que se agrava por el hecho de que el 14 por ciento de la población entre 6 y 14 años no asiste a la escuela; en el rubro de vivienda, 61.7 por ciento no tiene agua entubada al interior de la misma; sólo tiene drenaje el 28.2 por ciento, 46 por ciento no cuenta con luz eléctrica. Sin embargo, esta situación observa variaciones en las subregiones; la Sierra Alta es la más afectada en este renglón.
La infraestructura para la atención a la salud de la población se integra por 55 centros de la Secretaría de Salud, 70 unidades médicas familiares y rurales del IMSS, doce unidades del ISSSTE y 7 hospitales. La atención profesional está a cargo de 375 médicos y 620 enfermeras.
Se estima que más del 90% de la población indígena de San Luis Potosí habita en la región Huasteca. En el estado de San Luis Potosí reside una población indígena de 213, 717 habitantes, de los cuales 197,969 son bilingües, es decir, dominan el idioma español y 15,598 son monolingües en idioma indígena, más una cantidad de 150 habitantes de los que no se tiene especificada su condición de bilingüismo o monolingüismo.
Las lenguas indígenas que se encuentran en mayor proporción en el estado son el nahuatl y el teenek, seguidos por el pame y en mucho menor medida el otomí. La cantidad total de hablantes de nahuatl es de 131,363 habitantes, de los cuales 122,000 dominan el español y 9,302 son monolingües en nahuatl, más una cantidad de 61 personas de las que no se especifica su condición de habla española.
En cuanto al idioma teenek, se tiene registrado un total de 74,026 hablantes, de los cuales 68,714 son bilingües y 5,287 son monolingües en teenek, habiendo 25 personas son especificar su condición de monolingüe o de bilingüe. Se han registrado 7,162 hablantes de pame, de los cuales 6,151 dominan el español y 994 son monolingües, más 17 personas sin especificar su condición de habla española (INEGI, 2004; PNUD, 2006).
La población nahua se encuentra ubicada principalmente en los municipios de Coxcatlán, Axtla de Terrazas, Xilitla, Tamazunchale, Tampacán y San Martín Chalchicuautla. Los teenek habitan mayoritariamente en los municipios de Aquismón, Huehuetlán, San Antonio y Tanlajás. En los municipios de Tampamolón y Tancanhuitz habitan nahuas y teenek en proporciones semejantes. La gran mayoría de los pames se encuentran en el municipio de Tamasopo.
Los municipios de la Huasteca donde se ubica la población indígena son áreas con una gran densidad de población, con tendencias a ser municipios expulsores de población y con altos grados de marginación y con carencias de bienes y servicios. La Huasteca es la región más marginada de todo el estado de San Luis Potosí, en la que se presentan los más altos índices de pobreza.
Los municipios que presentan uno de los más altos índices de bienestar social son los que están habitados por una menor cantidad de población indígena, cómo Valles y ébano. Ciudad Valles es un importante centro urbano con una gran actividad comercial, económica e industrial. Su cercanía con el puerto de Tampico y con la frontera norte lo hacen un importante centro de comunicación y transporte. Se le considera por muchos como “la capital de la Huasteca Potosina”. La ciudad de Tamazunchale es también un importante centro de la región, ubicado en la parte sur de la Huasteca Potosina.
“Entre los rasgos socioculturales cabe destacar la permanencia de ciertas prácticas productivas y constructivas –como es el caso de la vivienda vernácula-, que han permitido a la población local sobrevivir a diversos procesos: la modernidad, la migración, la transculturización y la pérdida de los valores comunitarios; la rururbanización y su impacto en la biodiversidad. Dichos aspectos, junto a los factores meteorológicos de precipitación y temperatura, así como su estrecha relación con la evolución de los usos del suelo y los cambios en la vegetación y los procesos de deforestación, constituyen razones importantes para un acercamiento bioclimático al diseño y construcción de la vivienda en la región” (Moreno et.al.: 2010).
Las viviendas de los distintos grupos étnicos en la Huasteca tienen rasgos en común: primero son vistas como precarias por las instituciones de gobierno y organizaciones no gubernamentales, símbolo de atraso y mediocridad para las nuevas generaciones que son movidas a migrar en busca de nuevas formas de progreso y modernidad, insertando o substituyendo materiales industrializados para las nuevas tipologías de vivienda. No obstante esta presión “modernizante” un gran porcentaje de vivienda aún conserva los componentes de sostenibilidad que identifican y dan autosuficiencia, autonomía, autodependencia a las comunidades indígenas en le ámbito rural de la huasteca potosina; segundo existen elementos que comparten entre etnias debido a el contacto ancestral entre comunidades y las circunstancias deterministas del medio geográfico, no obstante son claras algunas diferencias como el uso de los Teenek de la palma sabal mexicano en sus techumbres a diferencia de los Nahuas quienes utilizan zacate para sus techumbres y una de las observaciones echas en campo nos explica que la técnica no es dominada por ambas etnias aunque tengan acceso al mismo material.
Por otra parte también se encuentro similitud en la forma de organización del solar donde las viviendas que se encuentran en un mismo, comparten una cocina, que en todos los casos se encuentra en una construcción separada de las habitaciones. Se comparte una cocina en un mismo solar, cuando todos los que viven allí trabajan el mismo pedazo de tierra, ya que en la cocina se consume el producto del trabajo de todos los miembros de la familia que residen en ese solar. La cocina está construida de otate con techo de palma o zacate y siempre tiene un fogón construido con tierra que, en la mayoría de los casos, tiene una altura de un metro aproximadamente. Ambas construcciones tienen, por lo general, piso de tierra.