CAUDILLOS, IDENTIDAD Y CLIENTELISMO POLÍTICO EN LA REGIÓN DE PUNO

CAUDILLOS, IDENTIDAD Y CLIENTELISMO POLÍTICO EN LA REGIÓN DE PUNO

Julio Fitzgerald Zevallos Yana
Universidad Nacional del Altiplano

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CAUDILLOS Y CLIENTELISMO EN LAS ELECCIONES REGIONALES DE PUNO.

5.2.1 De 7 a 20 caudillos: Puno, la capital de los caudillos.

Sin  lugar a duda Puno ha ido transformando sus procesos electorales en toda una gama de caudillos, formándose con el afán de participar y llegar al poder regional sin tener una ideología ni propuesta para la región; muchos de los candidatos a lo largo de los procesos vieron una gran oportunidad en las elecciones para vincularse con algún movimiento político coyuntural a fin de estar dentro de la arena política, sin embargo, una vez concluidas éstas, hacen gala de su ausencia, tal vez haciendo excepción de alguno de ellos, aunque su incidencia en el contexto social político brillan por su participación durante los años que las elecciones terminan.

En la región de Puno ha sido y viene siendo un trampolín las diversas manifestaciones de incomodidad, insatisfacciones, luchas de supuestas reivindicaciones sociales y otros, que han llevado a tomar cierta posición a  personajes de la zona como supuestos líderes que tienen tendencia de participar en las elecciones regionales, ante ello, no es difícil formar agrupaciones políticas a plena vísperas de los comicios electorales, pues muchos de los movimientos que participaron en las elecciones no tenían más de dos años de formación.

Este fenómeno político caudillista ha sido notoriamente marcada en la región, pudiéndose escuchar en las diversas manifestaciones de las campañas frases como “yo lo haré…”, “yo me comprometo…”, “en mi gobierno”, etc. No existen expresiones conjuntivas o de colectividad, o de trabajo en equipo, lo único que se escucha es un discurso egocéntrico que presentó durante toda la campaña electoral..
Si bien es cierto, que la región ha tenido un fuerte proceso de fragmentación social, consecuencia de ello, no sólo en Puno sino a nivel nacional, se incorporó una segunda vuelta en las elecciones regionales del 2010, sin embargo, la segunda vuelta tiene una cierta lógica. Si vemos que por dicha dispersión de candidatos, no es posible que se llegue a obtener el triunfo en una primera vuelta, se incorporó la segunda vuelta con la finalidad de que las dos primeras agrupaciones que obtengan la mayor cantidad de votos, disputan su elección en una nueva contienda electoral y así consolidar una legitimidad social. Por eso una vez concluida la primera etapa de las elecciones, se tendría que empezar a formar algunas alianzas a fin de pasar la valla electoral y no dejándose minimizar por el contrincante, es decir, “en una dinámica política basada en el caudillismo la necesidad de presentar alianzas se posterga para la segunda vuelta” (Choquehuanca et.al, 2010: 6-7)y poder lograr el objetivo político, aunque ello se niegue por los candidatos.

Los caudillos en las elecciones regionales.

En el escenario político de la región de Puno, se ha venido dando el incremento de movimientos regionales, tal como lo hemos presentado en la Tabla 09, eso implica que la probabilidad de ganar las elecciones en primera vuelta son casi nulas, en el sentido que la fragmentación de lo social y la dispersión de votos hacen que se atomicen, y por ende, obtener el triunfo se minimiza.

En las elecciones regionales que se han desarrollado en la región se ha podido observar la diversidad de actores pintorescos que han surgido a vísperas de las elecciones regionales, algunos teniendo la suerte de ser representantes regionales y otros simplemente quedándose con el segundo lugar.

En las elecciones regionales del 2002, David Jimenez Sardón fue elegido como Presidente Regional, siendo el primer presidente electo en una una participación democrática y descentralista que se implementaba a nivel nacional y a la vez se estrenaba la Ley de Elecciones Regionales; sin embargo, su gestión concluyó con acusaciones de actos de corrupción, y a pesar de volver a intentar la reelección en el 2005 no pudo obtener mayores ventajas frente a otro candidato que estaba bordeando las zonas rurales a través de su medio de comunicación, es decir, su participación se vio limitada por los actos que ocurrieron durante su gobierno. A pesar de estar en carrera en las elecciones 2005, su participación llegó a su final, eso hace suponer que una vez que la cabeza del movimiento político llega a desaparecer, no hay gente militante del mismo movimiento que pueda continuar con ese mismo ideal.

En 2006 ganó las elecciones el movimiento político Avanza País – Partido de Integración. Liderado por Hernán Fuentes su apretado triunfo fue determinado por varios factores. En la campaña tuvo una comunicación con los electores en su idioma materno, Fuentes es quechua hablante y Mauro Justo Vilca (vicepresidente), aimara, así se acercaron a las mayorías excluidas. Un elemento característico de la gestión de Fuentes fue un discurso federalista, proponía la autonomía regional como clave para enfrentar el centralismo capitalino; sin embargo, como suele suceder, los discursos parecen ser una buena forma de llegar al poder, y una vez obtenido el poder deja de lado los planes de gobierno, deja de lado los lineamientos políticos contemplados en el plan de gobierno y una vez culminado su gestión, simplemente desaparecen de la vida política.

Hasta el momento se ha narrado las acciones políticas de los expresidentes regionales del 2002 y 2006, pero se debe tomar en cuenta a un personaje que ha venido disputando el sillón regional de Puno en varias oportunidades, nos referimos a Alberto Quintanilla. Éste personaje, viene siendo el representante emérito del movimiento político Poder Democrático Regional (PDR). A pesar de haber participado en los tres comicios electorales no ha tenido mayores frutos en obtener la victoria siendo que en las elecciones del 2002 y 2006 ha logrado copar el segundo lugar, y en las elecciones del 2010 ocupó el tercer lugar a pesar de realizar la alianza GANA-PDR, lo cual refleja que el desgaste político es inminente, no solo del personaje, sino también del mismo movimiento político, mientras no renueve cuadros, estamos seguros que correrá la misma suerte que otros movimientos, su desaparición.

Por otro lado, para costear las elecciones tanto regionales como locales se tiene que contar con un capital que pueda sostener las diversas actividades que conlleva la campaña política, en ese sentido, los líderes (caudillos) son de clase pudiente y están en capacidad de sustentar el enorme gasto económico que demanda la campaña, estamos seguros de que una vez que el líder del movimiento político que ha participado en las elecciones se retira de la arena política con la consecuente desaparición del movimiento. Esto ha significado que en el futuro no habrá nadie o ningún miembro del movimiento político que pueda seguir costeando los gastos que ocasione el movimiento para su permanencia en la arena política.

En las elecciones del 2010, participaron dos personajes que tuvieron que lidiar una segunda vuelta, nos referimos a Juan Luque Mamani y Mauricio Rodríguez Rodríguez, ambos de la zona norte de la región y quechuas-hablantes. En estas elecciones participó por tercera vez Alberto Quintanilla, quien habría logrado unificar la alianza Gran Alianza Nacionalista – Poder Democrático Regional (GANA-PDR). Muchos de los caudillos aprovechan los momentos oportunos, aprovechan las masas descontentas y sobre todo, si tiene la manera de solventar una campaña, más que seguro, será un candidato en las siguientes elecciones.

Soy independiente…no tengo pasado político.

El fenómeno del caudillismo tiene dos características que le hacen resaltar dentro de las elecciones regionales, uno de los es su independencia política y la otra actitud que lo caracteriza su caudillismo propiamente dicho.

En cuanto a su gala de su independencia política, se hacen merecedores de no tener pasado político alguno. En ese sentido, ha de estar seguro que en las siguientes elecciones vendrán más caudillos, que tendrán la fórmula para sacar adelante a la región, portando como arma un discurso de reivindicación étnico – cultural que será aprovechada de forma coyuntural por aquellos personajes que hagan de su participación durante los años restantes que falta para acabar la presente gestión.

Las agrupaciones políticas que han participado en estas elecciones se hacen denominar “independientes”, es decir, que no dependen de ningún partido o movimiento de nivel nacional, incluso se vio, que la participación de los movimientos nacionales no cala mucho en la región de Puno, tomándolos más como un lastre para conseguir los objetivos. Según Tuesta, citado por Vargas (1999:9) los independientes;

 “son candidaturas que provienen de todos los lados y que intentan estar equidistantes de todo aquello que tenga nombre, líder, bancada y tiempo de nacimiento. Los independientes son independientes incluso entre sí mismos… […] los une el rechazo al centralismo, los separa su mirada localista y su tendencia de mirarse a sí mismos” (1999: 9).

A a todo ello, el fenómeno independiente no es nuevo en la política peruana, pero lo novedoso es que estos independientes lleguen a excluir de los gobiernos a representantes de los partidos nacionales en las regiones, siendo que “el mejor camino que tiene un candidato independiente para ganar las elecciones, es construir una lista electoral compuesta en lo posible por personas desligadas del quehacer político y construir un discurso que los aleje de él” (Vargas, 1999, 9); es decir, nada que los pueda vincular con otras opciones políticas de su pasado, por ello, lanzan sus propuestas como agrupaciones y personas desligadas del quehacer político.

Ese fue el motivo por el cual los partidos nacionales deslumbraron por su ausencia, recordando que dentro de las primeras elecciones regionales (2002), se observó de forma estéril la presencia de los mismos en los comicios, posiblemente fue por el tema de una reestructuración de los diversos partidos políticos a nivel nacional, pero, estuvo acompañado por el discurso de identidad que mantenían los diversos líderes de los movimientos independientes, pues recuérdese que veníamos de recuperarnos de una década de gobierno en donde las voces de las minorías eran limitadamente escuchadas por el Estado; lo cual era momento propicio para que personajes vinculados con los trabajos rurales que deseaban ser candidatos en sus lugares de origen, y por ende, del gobierno regional, tenían que refugiarse en un discurso étnico, discurso de pertenencia, que al final de cuenta sólo era tomado como un medio a fin de lograr al poder.

En las elecciones de 2002, además de los movimientos regionalistas se tuvo la presencia de dos partidos políticos que participaron en las elecciones. Por un lado estaba Somos Perú y el Movimientos Nueva Izquierda (MNI); siendo así el electorado los favoreció antes que por la organización partidaria a la que pertenecieran, por su liderazgo regional, aún así “es que difícilmente encontraremos líderes independientes exitosos a nivel provincial sin pasado político” (Vargas, 1999, 9).1 , pero esto también hace ver la mermada presencia de los partidos políticos en la región de Puno para las elecciones regionales, sin embargo, tenemos abundancia de los movimientos independientes que surgieron a vísperas de las elecciones y algunas nacieron de la conglomeración o reunión de grupos de amigos o allegados que se animaron a lanzar a quien más capacidad económica tuviese, ello también, al final de cuentas, aceptado por la legislación, pues el simple hecho de cumplir con algunos requisitos, como la recolección de firmas es más que suficiente para participar en las elecciones.

Por el otro lado, sale el tema del caudillismo propiamente dicho, es decir, aquel personaje que nace de los interiores de los grupos, como movimientos sociales o de aquellos grupos que hacen gala en las luchas a vísperas de las elecciones regionales, o simplemente aquél personaje que no está acorde con las políticas de participación dentro de su agrupación política y desea tener el liderazgo de aquellos que piensan, al menos, como él. Es donde nace el caudillo.

Y es que el tema del caudillismo con el pasado político tienden a ligarse de manera común, recordemos que Jimenez, Fuentes y Rodríguez, mantenían discursos que no pueda recordarles su pasado político, sin embargo, en las campañas las alegorías de que Quitanilla perteneciera a la izquierda era notoria, existían pintas en donde le reclamaban que haber hecho cuando fue diputado por la región de Puno, en ese sentido sus puntos a favor no le concedían demasiada ventaja en las elecciones a diferencia de sus dos contrincantes en los años 2002 y 2006, quienes se vanagloriaban de ser independientes en el sentido que de no habían participado en elecciones algunas, a pesar de tener una vida política de izquierda en el proceso de sus vidas políticas.

Pero tenemos entonces al candidato Mauricio Rodríguez que no se hacía mucho problema de ello en las elecciones del 2010, donde lo único que le importaba era la comunicación que podría aprovechar en sus discursos, además, también teníamos al candidato Juan Luque que al margen de la política pues no sería un conocedor en dichas cuestiones, y ello se vio reflejado en temas como los debates al desconocer el número de provincias que tenía la región de Puno.

Finalmente, tenemos que los pasados políticos de algunos caudillos de los movimientos políticos son notorios y la población hace hincapié de ello, no sólo es manejar un discurso, ya sea técnico o político, sino dejarse ver como alguien que no cuenta con carga política negativa, el tema de Quintanilla es algo marcado, no hay duda que es un personaje que se ha venido gastando de manera rotunda en las tres últimas elecciones regionales lo cual le hace proclive y previsible su desaparición tanto como actor y como movimiento político. En ese sentido, los tres presidentes hasta la fecha tienen gran ventaja pues se alejan fuertemente de las críticas de sus pasados, a David Jiménez, pues su pasado político de estudiante no calaba mucho en la población; a Hernán Fuentes que no se sabía mucho de su pasado a pesar de haberlo tildado como simpatizante de la izquierda radical; y a Mauricio Rodríguez que hasta la fecha no tiene mayores problemas de reclamos que pudiera perjudicarle políticamente.

Aprovechando las necesidades de la población…creando clientelismo?

Es de esperarse que en las elecciones regionales desarrolladas en Puno, desde sus inicios se ha ido formando un fenómeno social fuertemente arraigado a las zonas rurales y población central, el clientelismo.

El clientelismo emerge y persiste en contextos sociales en lo que proporciona a determinados sectores de la población una estrategia alternativa para la instrumentalización de funciones básicas a sus necesidades y demandas, que las estructuras e instituciones prevalecientes no cumplen, o no pueden cumplir (Menéndez, 1985: 5).

Esto se evidencia en las campañas electorales donde la población de diferentes zonas tiende a afiliarse, no sólo a uno, sino a varias agrupaciones políticas con la finalidad de poder beneficiarse una vez concluidas las elecciones, convirtiéndose de esa manera en cliente del caudillo que tiende a encabezar alguna agrupación. Tal como menciona Menendez, citando a Powel “el cliente prácticamente recibe recursos tangibles  - bienes y servicios – dirigidos a atenuar su condición de precariedad, y el patrón recibe a cambio bienes menos tangibles que van desde servicios personales – incluyendo el voto – a manifestaciones de estima, deferencia y lealtad que refuerzan su estatus social” (Menéndez, 1985:  8). Sin lugar a duda, en la región de Puno, la formación de caudillos ha influenciado que masas puedan seguirlos y ello es aprovechado en zonas donde no sólo existe precariedad de servicios, sino también en la misma estructura social de Puno; en todo caso sería un error afirmar que sólo la zona rural es generadora de clientelismo político, viendo que también las mismas estructuras sociales de la región son creadoras del mismo.

En ese sentido, podemos afirmar que, con las campañas electorales que se vinieron desarrollando diversos personajes de toda clase, fueron asumiendo un papel de clientelaje, es decir, comprometiéndose en un apoyo a favor del caudillo para que éste a futuro pueda darle cierta comodidad laboral en cualquier institución que genere algún cargo de confianza; ante ello, podemos observar que en las instituciones donde se requiere un puesto de confianza, quien ocupa el cargo es aquel allegado al presidente regional, o en palabras simples, aquella persona que ha venido prestando su apoyo de manera “desinteresada” durante el proceso de la campaña electoral y por ende de las elecciones, siendo personero, jefe de campaña o asumiendo algún cargo dentro del movimiento político, al final de cuentas, favores políticos se pagan con favores laborales. En ese sentido, Cotler menciona que:

los regímenes fundados en la captación clientelista descansan en la satisfacción de las demandas inmediatas que concede arbitrariamente el patrón a cambio de la lealtad de sus dependientes; a falta de dichas recompensas los clientes lo abandonarán y se vuelven hacia otro patrón que estima pueda concederles los beneficios esperados (1993: 14).

Por otro lado, habría que analizar que no toda la situación estructural clientelar es manejada de forma igualitaria, debiéndose tomar en cuenta ciertas consideraciones a fin de entender que dentro del mismo clientelismo político generado por los caudillos se maneja uno voluntario y otro recíproco.

El clientelismo recíproco ha sido reforzado y aceptado en la mayor parte de la población y en el desarrollo de las elecciones, tal como ha sido visto en los tres procesos electorales. Siendo así, no se debe olvidar que sí existe dicho clientelismo, estableciéndose una relación entre un sector marginal, urbano o rural con el caudillo, esto es a fin de establecer una reciprocidad ya sea desde un voto o simplemente por una simpatía temporal, al final, si ese patrón no satisface las peticiones del cliente, simplemente será hora de cambiarlo por otro el cual pueda hacerlo, generándose con ello un nuevo proceso de caudillaje, es decir, habrá alguien que sobresalga para ganarse los votos y aprovecharse de las necesidades de aquellos que no fueron atendidos en una primera etapa.

En la investigación realizada sobre el clientelismo, se ha podido ver que los caudillos con aspiraciones políticas, pueden generar una suerte de clientelismo ofreciendo empleo, contratos, etc. Los profesionales – ya sean médicos, abogados, ingenieros u otro profesional – intentan generar una suerte de apoyo político a través de la prestación de asesoría y brindándoles servicios al alcance de su cliente, aunque ello signifique apelar a un sentido de afectividad y los sentimientos de lealtad, obligación y satisfacción con los beneficios que la relación reporte, que pueden ser fuertes o débiles que se verá en el transcurso del proceso electoral.

Sin duda, la mayoría de los candidatos han preferido tejer líneas de clientelismo utilizando diversos métodos y estrategias por las cuales empezaron a tener poder temporal y así, entrelazando relaciones de dominio y estableciendo lealtad personal, aunque ello no vaya ser de manera permanente, porque una vez terminada las elecciones todo ese conjunto de acciones que se ha tejido se llega a disolver, teniendo suerte si alcanzan a participar para las siguientes elecciones o simplemente llegó su fin del caudillo y por ende de su organización.

Por esa razón, en la segunda vuelta de las elecciones regionales del 2010, la formación de alianzas no sólo resultó una forma de concertar ideologías, proyectos o consensos para el desarrollo de la región.

[…] es probable que la segunda vuelta sea disputada entre candidatos que no sumen ni la mitad de los votos y que deban hacer alianzas de carácter táctico, ofreciendo seguramente – a quienes queden fuera de carrera – cargos al interior del Gobierno Regional. Ello evidencia no sólo la debilidad institucional de los movimientos políticos regionales, sino la probable precariedad que tendrá el próximo gobierno regional (Choquehuanca y otros, 2010: 7).

De esta manera se reproducía el carácter arborescente de las relaciones patrimoniales-clientelares del régimen oligárquico, en el que la “vara” sería la condición necesaria para el acceso a las posiciones y los recursos estatales (Cotler, 1993: 10).

Sin embargo, ha de recalcar que la población apoya las acciones que le sirven y los partidos o movimientos tienen que generar interés en la población, es decir, cuando el ciudadano ve algo que redunda en su interés entonces apoya. “Como el apoyo se pierde y se gana, lo mejor que un gobierno puede hacer es descubrir y utilizar el máximo de formas de apoyo posibles” (Lewellen, 1983: 126).

Dentro del tema del clientelismo es propicio analizar cómo es que los puestos de confianza han sido copados con el tiempo de director en director y de gerente en gerente. Dentro del Gobierno Regional, existen 06 gerencias, la Gerencia General; Planeamiento, Presupuesto y Acondicionamiento Territorial; Desarrollo Económico; Desarrollo Social; Infraestructura y la Gerencia de Recursos Naturales y Medio Ambiente. Por otro lado tenemos las direcciones regionales las cuales están conformadas por las direcciones de: Salud; Energía y Minas; Transportes y Comunicaciones; Educación; Comercio Exterior y Turismo; Agraria; Vivienda construcción y Saneamiento; Trabajo y Promoción del Empleo.

En todo el proceso de gobierno que se ha llegado a tener, ya sea desde el año 2002, cuando Alberto Jiménez Sardón fuera Presidente Regional, pasando por Hernán Fuentes hasta la fecha actual, donde Mauricio Rodríguez es el actual Presidente Regional, cada uno de ellos tienden a colocar a su gente profesional de confianza en los cargos de gerencia o copar las direcciones con gente que pueda tener alguna cercanía. Eso significa que el tema del clientelismo se observa con mayor detalle en las esferas y cargos altos donde los funcionarios son puestos, colocados o nombrados por la misma gente de confianza de los miembros del movimiento político. Sin embargo, el tema va más allá. Cuando el presidente electo ganó las elecciones la estructura interna por la cual estaba formado el movimiento político, tiende a reestructurarse, es decir, la gran cantidad de simpatizantes empiezan a aflorar solicitando un puesto de trabajo dentro de las instituciones que están a cargo o dependen del Gobierno Regional (GR). Sin lugar a dudas, se tiene que el 40% de los trabajadores del GR son nombrados a los cuales no se les puede despedir por ninguna razón ya que cuentan con amparos legales que les brinda estabilidad; pero que pasa con el 60%. Estos puesto que vienen a estar libre de disposición, la mayor parte son copadas, como lo mencionamos líneas arriba, por la gente de confianza del caudillo, haciendo ver que ésta forma es la mejor forma de pagar las deudas políticas contraídas. Incluso se dice, que existen fuentes de poder económico en el sentido que los dueños de grandes negocios brindan algún apoyo económico con la finalidad que sean beneficiados como proveedores cuando el candidato gané.

Todos estos casos son tomados como un clientelismo que no tiene cuando acabar, fuentes de poder, lazos de amistad, compadrazgos y demás redes sociales que puedan enlazarle hacen que éste tema del clientelismo siga viento en popa porque son escenarios que vuelven a repetirse cada cuatro años.

El clientelismo no solo se presenta a nivel profesional, sino también a nivel amical y familiar, esta distinción nos hace recordar en el papel protagónico que tuvo Hernán Fuentes cuando familiares por afinidad y de su esposa ocuparon varios cargos en el gobierno regional 2 . Esto una vez más nos hace referir que los cargos políticos pueden servir para un provecho personal, dejando de lado todo aquel discurso de desarrollo para la región. Finalmente esto nos hace ver que la población está buscando cambios en su vida cotidiana, no le importa a qué sistema representa el candidato, no le importa que su candidato vaya a vestir la camiseta negra, roja o blanca, lo que busca es bienestar y trabajo, eso es lo que Fuentes ofreció, logró desarrollar un clientelismo aprovechando las necesidades de la población.
No cabe duda, que el clientelismo, es una forma de armar redes pero antes de las elecciones, ello conllevará a que la gente que apoyó al movimiento pero que no necesariamente está en los pasacalles ni mítines, llevando una bandera que simbolice el movimiento o que esté dentro de las reuniones diarias sean los elegidos “nosotros estamos en las calles haciendo arengas y pintando fachadas […] pero hay otros que se los llevan fácil 3 ; sino que es gente que está “detrás de” el candidato y el apoyo que vayan a brindar se refleja en materiales de propaganda, apoyo económico o simplemente con apoyo profesional.

Debemos recordar que no hubo director ni gerente alguno que pudo durar todo el período de gobierno de algún presidente; sino simplemente veamos el actual gobierno de Mauricio Rodríguez. Donde el Gerente General el Ingeniero Economista Alcides Huamaní, pero por conflictos internos del mismo movimiento y avatares políticos, fue cambiado y actualmente copa dicha Gerencia el Ingeniero Economista Fredy Vilcapaza Mamani.

Por eso, el tema del clientelismo está presente en el desarrollo de las elecciones regionales, ya sea antes o después de las mismas, pues son redes que tiene como finalidad recuperar esa inversión de tiempo que se realizó, recuperar esa inversión de dinero, esa inversión de soporte y apoyo en las campañas y que mejor manera de cobrar dichas deudas es brindando una oportunidad laboral al cliente a fin de paliar los intereses de los sectores que hubiesen apoyado durante la campaña electoral al electo presidente.

Pero así como las gerencias y direcciones son copados por gente allegados al movimiento político, los cargos menores corren la misma suerte, es decir, son copados por gente que tienen mayor cercanía al director o gerente, ante ello, es propicio recordar que la necesidad y por ende la misma oportunidad de empleo que se viene gestando en el departamento de Puno, hacen que estos actos sean aprovechados por los caudillos de una forma que puedan sostenerse, momentáneamente en el poder. Finalmente, está la misma población clientelar, serán los que se vayan a cambiar de bando al no ser satisfechas y atendidas sus necesidades por parte del caudillo, y ello, será momento propicio para que un nuevo “caudillo” aproveche la oportunidad de salir a la palestra e identificar las debilidades del actual gobierno, lo cual implicará que la masa empiece a creer en alguien que sí pueda satisfacer sus necesidades y la ruleta nuevamente empiece a rotar haciéndose de esto un círculo vicioso dentro de la política.

1 Ver cuadros N° 2, 3 y 4.

2 En: http://elcomercio.pe/peru/256041/noticia-fuentes-copo-gobierno-regional-puno-personajes-entorno-su-conviviente.

3 Entrevista a un simpatizante político.