EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE COOPERATIVO EN LA FORMACIÓN MATEMÁTICA DE LOS ESTUDIANTES UNVERSITÁRIOS

EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE COOPERATIVO EN LA FORMACIÓN MATEMÁTICA DE LOS ESTUDIANTES UNVERSITÁRIOS

Arnaldo Faustino (CV)
Ermelia del Pozo Gutiérrez
Olaysi Arrocha Rodríguez

Universidad “Agostinho Neto”

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EL APRENDIZAJE COOPERATIVO EN LA MATEMÁTICA PARA EL DESARROLLO DE LA COMPETENCIA COMUNICATIVA

En el presente capítulo se ofrece una generalización conceptual del aprendizaje cooperativo, atendiendo a sus características, principios y su influencia para el desarrollo de la competencia comunicativa del estudiante durante el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Matemática. Ella es un proceso ligado a la existencia del hombre como ser social en el proceso formativo lo cual cada ser humano fue haciendo suya la cultura, a partir de procesos de enseñanza-aprendizaje que le permitieron el dominio progresivo de la realidad y su transformación consecuente, en correspondencia con la satisfacción de las necesidades de la matemática para solución de problemas.
El conocimiento de la matemática, por su parte, se hace una necesidad creciente en la sociedad actual, en constante transformación continua en vertiginosa evolución, así como las relaciones de intercambio en el campo laboral, profesional, cultural, social y el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación.

APRENDIZAJE

La interacción con la realidad matemática, con otros semejantes, favorece los modos de actuación, el comportamiento y el pensar en lo matemático para desarrollar la comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Matemática, cuestión que es imprescindible tener en cuenta en el desarrollo de los procesos interactivos educativos entre la universidad, la familia y la comunidad.

El papel de la interacción social entre los profesores, estudiantes, padres, amigos, y sujetos socializadores en el proceso de enseñanza-aprendizaje cooperativo de la Matemática es considerado fundamental para el desarrollo cognoscitivo y sociocultural del equipo, aspecto que potencia su carácter dialéctico aunque aparece sesgado científicamente por las tendencias esquemáticas y pragmáticas de la comunicación matemática que lo restringen solo al proceso de enseñanza-aprendizaje de la Matemática y en el desarrollo intelectual de los implicados en el proceso.

En realidad el desarrollo intelectual de los implicados en el proceso y su entorno social, se convierten en parte indisoluble de los procesos de aprendizaje y desarrollo como lo fundamenta Vygotsky,  L.S,  al expresar que “en el desarrollo cultural, de toda función psicológica aparece dos veces: primero, entre personas (de manera interpsicológica), y después, en el interior del propio individuo (de manera intrapsicológica). Esto es, todas las funciones psicológicas superiores se originan como relaciones entre los seres humanos” (1987).
Entonces, el profesional al no reconocer el desarrollo de las funciones psicológicas superiores dentro de la esfera matemática en el proceso formativo fragmenta y desvincula la naturaleza humana comunicativa de los estudiantes donde se manifiesta su esencia dialéctica en la investigación científica, lo que hace necesario constituir el tratamiento crítico en la interpretación de  la  construcción  del  conocimiento  teórico  científico  en  equipo  que  se  establece  entre  el carácter subjetivo y objetivo desde lo que se conoce.
Este énfasis en la descripción y explicación de lo que pasa en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Matemática en la enseñanza cooperativa sobre las decisiones que toma el profesor cuando enseña,  los procesos mentales de los estudiantes cuando resuelven problemas, contribuyen a dinamizar los trabajos sobre los modelos del proceso de enseñanza y los antecedentes que le sirven de base para el desarrollo del conocimiento teórico matemático. Hay múltiples investigaciones que describen los diversos factores que condicionan las decisiones del profesor (conocimientos, creencias, valores) en los momentos de diseño, implementación y evaluación, aunque pocas de ellas abordan la articulación conjunta de estos factores.
En el proceso de formación matemática, la resolución de cualquier problema matemático lleva asociada una situación afectiva para el sujeto implicado, que pone en juego no solamente prácticas operativas y discursivas para dar una respuesta al problema, sino también moviliza creencias, actitudes, emociones o valores que condicionan en mayor o menor grado  diferentes sentidos sobre la respuesta cognitiva requerida.

En otro sentido, se ha expresado Dörnyei, Z.  (2000), al señalar que “aprender a solucionar problema consiste normalmente en descubrir cómo utilizar lo que uno ya sabe para avanzar más allá de donde nos encontrábamos de forma intuitiva o deductiva, porque todo aprendizaje tiene algo estructural, para establecer nueva relación con algo que ya sabíamos. A juicios de los autores de da presente investigación consideran que, avanzar más allá donde nos encontrábamos de forma intuitiva o deductiva se requiere de la capacidad que el sujeto tiene de reflejar el mundo material a ser una de las premisas más trascendentales en la apropiación del lenguaje matemático, que se basan en la capacidad humana de reflejar la realidad matemática objetiva. Sino preparar los estudiantes en la participación activa y transformadora de la sociedad contextualizada de modo que no haya contradicción con la realidad del sujeto, lo cual permite desarrollar habilidades comunicativas, cual es necesario establecer relaciones interpersonales y al mismo tiempo propiciar el trabajo en grupos, la colaboración, la cooperación, el debate y la reflexión lógica matemática investigativa.

Igual que, Fathman, K. y Kessler, C. (1993) por su parte dicho proceso, “representa un proceso activo e integral del sujeto en la construcción del conocimiento teórico matemático, no como la reproducción de una información construida fuera de él y trasmitida mecánicamente, ni tampoco como construcción sólo cognitiva. Por tanto, es importante la existencia de elementos que viabilicen el proceso de construcción del conocimiento teórico matemático en un determinado contexto, lo cual implica una interacción de individuos en sociedad, lo que proporciona el intercambio entre los colegas en la universidad y sus ideas, sentimientos,  experiencias  cuotidianas  desde principios  matemáticos  para solución  de problemas.

Esto es, la solución del problema como la conclusión natural del proceso mental, en la cual durante este proceso toda interrupción, antes que se alcance el final, se considera en el estudiante como un fracaso en la dignidad emocional pensante que vincule el dinamismo del proceso mental con lo escuchado, a pesar que toda vida psíquica está vinculada a la actividad practica.  Lo  cual  las  necesidades  e  intereses  en  los  aspectos  emocionales  expresan  las vivencias subjetivas con respecto a su ambiente y están implicados en todo proceso sociocultural que lleva implícito la comunicación desde la diversidad humana.

Recíprocamente esta problemática  concluye que el aprendizaje humano es el proceso dialéctico de apropiación de contenidos en las formas de conocer, hacer, convivir y ser construidos en la experiencia socio histórica, en el cual se producen, como resultado de la actividad del individuo y de la interacción con otras personas, cambios relativamente duraderos y generalizables, que le permiten adaptarse a la realidad y transformarla para crecer como personalidad. En este sentido es imprescindible establecer grupos que se formen libremente, con jefes que no se practique una división sistemática del trabajo.

Se concluye a través del análisis de estas definiciones y de otras recogidas en la bibliografía consultada, que de una u otra manera el sujeto es considerado como participante activo en el proceso de aprendizaje de la matemática, la importancia que tiene el intercambio y la relación del sujeto, no solo con el objeto de aprendizaje, sino con otros sujetos en el que tiene lugar la modificación y conformación de las ideas nuevas aprendidas que se incorporan por el sujeto para ponerlas en práctica en su quehacer cotidiano. Esto es, aprender no está solo en la interacción sujeto-objeto sino, y de manera significativa, en las relaciones sujeto-sujeto.
En esta instrucción interactiva, los estudiantes son estimulados a explicar, justificar, convenir y discrepar, cuestionar alternativas y reflexionar en equipo en el proceso de formación matemática.

Para esto debe realizar una observación cuidadosa que permita los estudiantes determinar las necesidades, formas de trabajo e inhibiciones de cada uno de sus dellos. Para estimular la actividad y sus intereses en fomentar la cooperación en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Matemática en su entorno social.