EMPRENDIMIENTO PARA CREACIÓN DE EMPRESAS CON RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL (RSE)

EMPRENDIMIENTO PARA CREACIÓN DE EMPRESAS CON RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL (RSE)

Alberto Ibarra Mares (CV)
Alexander Castrillo Galván (CV)
Universidad San Buenaventura de Medellín

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MARCO CONCEPTUAL SOBRE EMPRENDIMIENTO Y LA RSE

Diversos autores como Grebel (2003), Filion (2003) y Kruger (2004) consideran que el concepto de emprendedor tiene su origen en Francia donde se denominaba como “entrepreneurs”  a las personas que llevaban a cabo actividades importantes para el reino (conquistas, acciones militares, etc). Sin embargo, Cantillon (1755) fue quien primero enfocó este concepto a las actividades económicas partiendo de la clasificación de los agentes económicos en tres grupos diferenciados: Propietarios de la tierra, Prestamistas y Emprendedores. Según Grebel (2003) mientras que los primeros y segundos agentes presentan un papel pasivo en el desarrollo económico, el emprendedor se considera un agente activo que permite la conexión entre la oferta y la demanda. Al mismo tiempo el emprendedor toma decisiones económicas basadas en la incertidumbre. Vara (2007) considera que de acuerdo al modelo de Cantillon (1755), el emprendedor es un agente que compra una materia prima a un precio cierto para transformarla y venderla a un precio incierto. Por tanto, este agente económico se caracteriza por  asumir el riesgo de aprovechar una oportunidad para generar una utilidad que le beneficia.

A partir de las ideas planteadas por Turgot, en 1803 Jean-Baptiste Say inició su estudio haciendo una distinción entre el capitalista y el emprendedor, así como entre el proveedor de capitales y el coordinador del proceso de generación de riqueza. De acuerdo a Filion (2003) Say asocia al emprendedor con la innovación al considerarlo un agente de cambio. Así Say fue el primero en definir el conjunto de parámetros de lo que hace el emprendedor en su sentido actual (por ello muchos lo consideran el iniciador del estudio del emprendimiento). Herbert y Link (1988) nos dicen que Say construyó su teoría en un proceso de dos etapas:

1. En la primera se observa el comportamiento del emprendedor desde una perspectiva empírica.

2. Posteriormente, se reducen las observaciones a un marco teórico que explica los procesos de acuerdo a las circunstancias particulares que conlleva la actividad emprendedora. Por su parte, Kruger (2004) cree que si bien Cantillon es el primero en incluir el concepto de emprendedor dentro de la teoría económica, Say fue el primero en darle un papel predominante en el proceso de desarrollo. Aunque para Kruger (2004) el desarrollo del emprendimiento se debe principalmente a Schumpeter (1912) que asocio de forma importante los conceptos de emprendimiento e innovación enfocados al desarrollo económico.

En torno al concepto desarrollado por Cantillon (1755) se dieron posteriormente diversos desarrollos sobre el concepto y características de los emprendedores. Por ejemplo, Baudeau considera que el emprendedor es quién tiene la capacidad de procesar información y transformarla en conocimiento, constituyéndose como su  principal medio de actuación. Para Turgot el emprendimiento es el resultado de una decisión tomada por un capitalista (comprar tierra, prestar o arriesgar). Para Say la función del emprendedor consiste en entender la forma en que funcionan los procesos y el mercado, y luego, transferir ese entendimiento a la configuración de productos comercializables que satisfagan las necesidades de la demanda. Por su parte Schumpeter (1911) considera que el emprendedor es un agente de cambio económico, que introduce innovaciones en los mercados lo cual origina desequilibrios temporales en los mismos, y esto a su vez induce a un cambio estructural de las actividades productivas presentes.

Entre las caracterizaciones que definen al emprendedor en diversos artículos especializados hemos encontrado que se trata de un individuo innovador que no necesariamente es quién descubre los conceptos o los inventa, sino principalmente los desarrolla dentro del proceso de inserción de los mismos en la realidad económica. Así, la innovación es la principal herramienta que garantiza el éxito del emprendedor. Es decir, el emprendedor es el sujeto de la actividad innovadora y la iniciativa, pudiéndosele descubrir o encontrar en cualquier nivel jerárquico de la organización formal e informal de las empresas.

Según Freire, Gibbs, y Graña para caracterizar al emprendedor se han definido tres conjuntos de características que determinan en conjunto su éxito y son: 1. Los deseos y Actitudes, 2. Los Factores de Personalidad que determinan la dimensión interna del ser, y 3. Los conocimientos técnicos específicos aplicados en la etapa de preincubación.

Aunque la mayor parte de los trabajos que se venían analizando referentes a la creación de empresas se enfocaban al periodo de incubación (empresas nacientes), el Modelo GEM ha enfatizado en la importancia de considerar las características de los emprendedores y el proceso de creación que se inicia mucho antes que una empresa se ponga en funcionamiento.

Con respecto los perfiles psicológicos del emprendedor podemos decir que es un individuo no sólo visionario de las oportunidades, sino que sus ideas las ejecuta. También el emprendedor (en su papel de visionario) ve lo que otros no ven pero que existe en el entorno inmediato. Es capaz de transformar esas ideas o visiones en hechos concretos. Propone soluciones pragmáticas y sencillas a situaciones complejas que llega a descifrar y dominar.  Además,  las acciones del emprendedor no afectan solamente la generación de una nueva idea o tipo de ejecución en forma puntual, sino que se manifiesta su acto de emprendimiento a lo largo de todo el proceso.

Un emprendedor al ser una persona de creación, invención, descubrimiento e innovación necesariamente transforma bienes y servicios; procesos; crea o se expande en el mercado, y por lo tanto, crea valor. Aunque dicho valor no siempre es económico o financiero, pues existe una clase de emprendedor social sin ánimo de lucro que crea otro tipo de valores. Pero al final, sea el emprendedor lucrativo o no, siempre cresa valor agregado por el sólo acto de su actividad innovadora. Así la creatividad, invención, etc. se presentan como los impulsores del acto de emprendimiento.

El acto de emprendimiento es transformar los recursos tangibles e intangibles con miras a crear cualquier tipo de riqueza, licita o ilícita; social, altruista o lucrativa, etc. También emprender es el arte o técnica para transformar una idea en realidad. Es la capacidad de compromiso por encontrar soluciones sencillas a problemas complejos. Es la aptitud de buscar los diferentes recursos necesarios para crear, inventar, descubrir o innovar nuevas formas de solucionar problemas de su entorno especifico.

Con respecto a la actividad emprendedora que tiene fines de lucro, se convierte en una de las variadas formas de emprendimiento conocido como emprendimiento económico y definido por Selamé (1999) como la combinación de factores productivos para el desarrollo de un proceso que transformará determinados bienes y servicios en nuevos bienes y servicios que serán, de acuerdo a una serie de características, de mayor valor, todo ello con la resultante del logro de algún margen de utilidad o ganancia.

Uno de los puntos clave de los modelos de emprendimiento es estudiar sus procesos y las características sobre la personalidad y el entorno en que se desarrollo el emprendedor. A esto le hemos denominado respectivamente en este proyecto: variables endógenas y exógenas del emprendimiento.  Dentro de los estudios realizados sobre el emprendedor y su acto de innovación se reconocen dos líneas principales de investigación basadas en el enfoque que caracteriza el objeto central del estudio:

  1. El enfoque psicológico del emprendedor, y
  1. El enfoque sociológico del emprendedor y emprendimiento.

El enfoque psicológico establece que los emprendedores son agentes con características innatas o adquiridas en los primeros años de vida diferentes a las del resto de las personas y trabaja sobre el supuesto que el emprendedor "nace y no se hace". En cambio, el segundo enfoque considera que las características del emprendedor son adquiridas a lo largo de su vida mediante un proceso de socialización donde interactúan una serie de factores económicos, sociológicos, psicológicos, culturales, etc. (variables más bien de tipo exógeno). Así, desde una perspectiva que incluye elementos sociológicos y culturales es posible pensar en una instancia de análisis más amplia, considerando que la creación de nuevas empresas puede ser mejor entendida en términos de: vivencias personales (origen familiar, educación, experiencia ocupacional previa, estilo de vida, estructura de clase, etc.) y el entorno en el que el nuevo emprendimiento se implantará (ambiente facilitador, cultura empresarial). Al respecto, O´Farrel (1986) sostiene que las influencias sociales, culturales e institucionales pueden estimular (o desestimular) las conductas emprendedoras. Tanto Hagen (1962) como McClelland (1960)  consideran al emprendedor con una "personalidad creativa" movida por una alta necesidad de logro. Sin embargo, su análisis incorpora con más fuerza el aspecto social y sus efectos sobre la personalidad emprendedora. Desde nuestro punto de vista ambos enfoques son válidos y se complementan o interactúan simultáneamente en cierto perfil de emprendedores.

Con respecto a la RSE, existen un extraordinario número de definiciones de RSE difundidas y publicadas en los últimos años en que tomó auge este tema. Sin embargo, Gaspar (2003) considera que es relevante mencionar que existen tres aspectos importantes que debe ser tomado en cuenta en cualquier definición de RSE y son:

  1. El enfoque de las tres líneas de base: las compañías toman en cuenta no sólo los resultados financieros de sus actividades, sino también los impactos sociales y ambientales de sus operaciones.
  1. Sentido de los negocios: las actividades RSE benefician no sólo a la sociedad en su conjunto sino también a las compañías que se comprometen con las estrategias RSE. Tal como la describen en  OECD , “la RSE involucra la búsqueda de un equilibrio efectivo entre negocios y las sociedades en las cuales operan y dependen”, se refiere a la RSE como las acciones que realizan las empresas para nutrir y mejorar su relación simbiótica.
  1. Establecimiento de políticas y procedimientos: la RSE contempla una serie de acciones que deben ser integradas en las operaciones principales de la organización. Este factor es importante para desarrollar estrategias que sean exitosas para convertir los principios generales en respuestas operativas y efectivas.

Es importante, establecer la diferencia entre filantropía y RSE. Mientras la Filantropía es una actividad realizada con fines meramente caritativos, donde la empresa no recibe un retorno, la RSE es una estrategia competitiva de sostenibilidad y legitimidad de la empresa, basada en que su fortaleza depende en gran parte del desarrollo social de la comunidad donde se establece. De esta manera, la empresa desarrolla una actuación proactiva, ofreciendo empleo estable, manteniendo relaciones armónicas con sus miembros y con la sociedad, y llevando a cabo una gestión sustentable desde el punto de vista ambiental. Por otra parte, Existen diversas áreas específicas relacionadas con la RSE las cuales se agrupan de acuerdo a cuatro áreas fundamentales: (1) Gobierno Corporativo, (2) Medio ambiente, (3) Temas laborales, y (4) Compromiso de las partes interesadas.

En enero de 1999 las Naciones Unidas propuso por primera vez la idea del Global Compact (GC) o “Pacto Mundial” ante el Foro Económico Mundial de Davos Suiza, con el objetivo de impulsar la  adhesión a principios y valores compartidos en las empresas y en el mercado mundial. Esto para promover la confianza social y ambiental que se cree son necesarios para mantener la nueva economía global. En reuniones preparatorias entre empresas, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil la fase operativa del Global Compact de lasNaciones Unidasfue oficialmente lanzada en julio de 2000 y actualmente, varios cientos de empresas de todo el mundo lo han suscrito. El “Pacto Global 2000” (Global Compact 2000) no define expresamente el concepto de responsabilidad social empresarial en su texto, sino únicamente integra una declaración de principios en términos muy generales, deduciendo que los principios establecen las bases de la responsabilidad o ciudadanía corporativa responsable. En este sentido se menciona por ejemplo que el “GC es un instrumento posicionado de forma única para promover los objetivos de la ciudadanía corporativa global y la responsabilidad social”.

Por otra parte, según la Organización Internacional del Trabajo, considera que la RSE está conformada por iniciativas que se dan de forma voluntaria por las empresas, en las que se integran aspectos sociales y medioambientales. Es decir, se cree que entre los principios inherentes a la empresa están las bases de la RSE. La OIT en su “Declaración Tripartita de Principios sobre Empresas Multinacionales, que fue adoptada por el Consejo de Administración de la OIT en 2004 en Ginebra, dio a conocer una declaración cuyo objetivo fue estimular a las empresas multinacionales en pro del progreso social y económico, minimizando los efectos negativos que originan muchas practicas y operaciones de estas empresas, adhiriéndose en parte a las  resoluciones de las Naciones Unidas. Los principios incluyen orientaciones en materia de empleo, formación, condiciones de trabajo, de vida y relaciones laborales, dirigido a las empresas multinacionales, gobiernos, empresarios y trabajadores. Sin embargo, la declaratoria tampoco  define el concepto de RSE aunque refuerza su postura ante las empresas y su actuación en la sociedad, especialmente en temas laborales y de derechos humanos.

Por su parte la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en su documento: “Revised OECD Guidelines for Multinational Enterprises: 2000”, emitió las directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales (en adelante “Líneas Directrices”). Estas fueron  elaboradas en 1976 y revisadas en el año 2000. Contienen recomendaciones sobre aspectos sociales y ambientales realizadas por 33 gobiernos a las empresas multinacionales. Incluye el único código de conducta multilateralmente adoptado. Aquí también participaron los empresarios en su actualización para su posible adaptación a un mundo global. Las Líneas Directrices tratan de promover la responsabilidad y transparencia corporativas a través principios y normas voluntarias para una conducta empresarial responsable y compatible con las leyes. Aunque las Líneas Directrices no definen expresamente el concepto de RSE. Entre sus objetivos se menciona el de potenciar la contribución de las empresas multinacionales al desarrollo sostenible para garantizar una coherencia entre los objetivos sociales, económicos y ambientales.

En lo que toca a la Unión Europea a través de suComisión de Comunidades, ha desarrollado en su “Libro Verde” un documento tendiente a Fomentar un “Marco Europeo para la Responsabilidad Social de las Empresas”. En la Cumbre de Lisboa del 2000, la Unión Europea estableció para la siguiente década como objetivo estratégico de convertirse en la economía más competitiva y dinámica, basada en un crecimiento económico sostenible con más y mejores empleos, bajo un marco de cohesión social, invitando a las empresas en torno a su responsabilidad social. Con la publicación en  el 2001 del libro titulado: “Fomentar un Marco Europeo para la Responsabilidad Social de las Empresas” (también conocido como “elLibro Verde”) laUnión Europea abrió el debate sobre la RSE y definió qué las empresas deben proyectarse hacia una integración voluntaria, abordando las preocupacionessociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relacionescon sus interlocutores,  contribuyendo al logro de una sociedad mejor.

El Consejo Mundial para el Desarrollo Sostenible mejor conocido como: “World Business Council on Sustainable Development” (WBCSD), es una red de 160 empresas internacionales de más de 30 países promovida por el empresario suizo Stephan Schmidheiny durante el período previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992. El WBCSD considera que la Responsabilidad Social Corporativa es un elemento clave para un futuro sostenible. Desde 1997 el WBCSD ha impulsado una serie de diálogos de “stakeholders” o partes interesadas en todos los continentes con el fin de fomentar el debate sobre RSE. Los resultados de este proceso se recogen en los documentos “Corporate Social Responsibility: Meeting Changing Expectations” (1999), “Corporate Social Resposability: Making Good Business Sense” (2000) y “Corporate Social Responsibility, The WBCSD´s Journey” (2002). En estos dos últimos documentos, el WBCSD, aproxima una definición de la RSE como el “compromiso de las empresas de contribuir al desarrollo económico sostenible, trabajando con los empleados, sus familias, la comunidad local y la sociedad en general para mejorar su calidad de vida”.

En 1995 la Organización Internacional para la Estandarización, a partir de los compromisos adquiridos en el año 1992 en la Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro Brasil, emitió una norma para Medio Ambiente (ISO 14000). Esta norma es un conjunto de documentos de gestión ambiental que una vez implantados, afecta todos los aspectos de la gestión de una organización en sus responsabilidades ambientales. Se propone ayudar a las organizaciones a mejorar  sistemáticamente el comportamiento ambiental y las oportunidades de beneficio económico de las personas. Los estándares son voluntarios, no tienen obligación legal de acatarlos las empresas. Tampoco se establecen metas cuantitativas en cuanto a niveles de emisiones o métodos específicos de medir las emisiones contaminantes. Por el contrario, ISO 14000 se centra en la organización para proveer un conjunto de estándares basados en procedimientos desde las que una empresa puede construir y mantener un sistema de gestión ambiental. Parte de la idea de que cualquier actividad empresarial que desee ser sostenible en todas sus esferas de acción, tiene que ser consciente que debe asumir en un futuro una actitud preventiva, que le permita reconocer la necesidad de integrar la variable ambiental en sus mecanismos de decisión empresarial.

Otro documento importante es el de “Temas Laborales: SA 8000”,  publicado en el año 1997 y revisado en el año 2001. Este documento fue desarrollado por una organización estadounidense llamada “Responsabilidad Social Internacional” (Social Accountability International - SAI). Se fundó con el propósito de promover mejores condiciones laborales. La certificación SA8000 se basa en normas internacionales como “la Declaración Universal de los Derechos Humanos” de Naciones Unidas y la “Convención Internacional sobre los Derechos del Niño” de la ONU. La norma SA 8000 establece pautas transparentes, medibles y verificables para certificar el desempeño de las empresas en nueve áreas esenciales que incluyen: trabajo infantil, trabajo forzado, higiene y seguridad, libertad de asociación; discriminación, prácticas disciplinarias, horario de trabajo, remuneración, gestión.

Existe también la Organización Internacional para la Estandarización (ISO). A través de su documento en proceso de desarrollo denominado: ISO 26000, se propone ser una guía que emitirá lineamientos en materia de Responsabilidad Social. Complementando además la ISO se designó a un Grupo de Trabajo ISO en Responsabilidad Social (WG SR) liderado por el Instituto Sueco de Normalización (SIS por sus siglas en inglés) y por la Asociación Brasileña de Normalización Técnica (ABNT) que publicará la certificación en el 2010. Sin embargo la ISO 26000 no tiene el objetivo de ser certificatoria, regulatoria o de uso contractual.

Además de estos documentos existen otros más por sectores industriales que conforman toda una propuesta como sistemas de gestión especializados en sectores económicos específicos, tales como: “Responsible Care®”. Este documento es actualmente una marca y representa una  iniciativa voluntaria dentro de la industria química a nivel global cuyo fin es fomentar el manejo seguro de los productos químicos desde su origen en los laboratorios de investigación hasta su producción, distribución, uso y eliminación. Responsible Care® fue creada por la Consejo Internacional de Asociaciones Químicas  (“The International Council of Chemical Associations”). Se inició en Canadá en 1987, expandiéndose a 45 países y excediendo lo que exige la ley en la mayoría de éstos. Este programa compromete a las compañías a mejorar el desempeño ambiental, de salud y seguridad mediante la aplicación de seis Prácticas de Manejo. Éstas se extienden a lo largo de todas las actividades del negocio e incluyen un amplio grupo de prácticas de manejo que se ha diseñado para mejorar prácticamente todos los aspectos del ciclo de vida del producto, en forma continua. 

Por su parte la Asociación Americana de la Industria del Calzado y la Confección emitió su documento titulado: “Worldwide Responsible Apparel Production (WRAP)” La WRAP  es una organización fundada en 1997 por “American Apparel and Footwear” con el fin de monitorear y certificar  que las plantas manufactureras de la industria de la confección cumplan con estándares específicos tales como: cumplimiento de las leyes laborales y regulaciones del lugar de trabajo, prohibición del trabajo forzoso, prohibición del trabajo infantil, prohibición del abuso laboral, compensación y beneficios, horas laborales, prohibición de discriminación, salud y seguridad, libertada de asociación, medio ambiente, seguridad y cumplimiento con los consumidores.
Con lo que respecta al sector financiero, en octubre de 2002, la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial convocó a una reunión con diversos bancos para discutir algunas formas de desarrollar políticas ambientales que pudieran ser aplicadas a todos los sectores de la industria. A estos trabajos se les denominó: “Principios de Ecuador”. Los bancos presentes decidieron desarrollar un marco orientado a verificar  los riesgos ambientales y sociales en la financiación de proyectos. En 2003 fueron publicados los Principios de Ecuador y revisados en el año 2006.

Aquí se establece que  llas entidades financieras que acojan sus deben asegurarse de que los proyectos que financien sean desarrollados con responsabilidad social, reflejando prácticas sanas ambientales. También  los bancos deben asegurarse a través de convenios con los prestatarios que garanticen el cumplimiento de las normas definidas y en caso de incumplimiento cancelar el financiamiento. Al igual que otros instrumentos, los principios de Ecuador no definen el concepto de RSE pero sus lineamientos incluyen algunas áreas de la RSE.

Por último, y sin ninguna intención de ser exhaustivos, está el “Global Reporting Inictiative” (GRI). Esta iniciativa fue promovida desde 1997 por los siguientes organismos: “Coalition for Environmentally Responsible Economies” (CERES), el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Global Reporting Initiave (GRI). Desde el 4 de abril del 2002 es una institución internacional independiente, dotada de una estructura de gobierno en la que participan diversos grupos interesados (empresas, instituciones internacionales, organizaciones de la sociedad civil, asociaciones empresariales, consultores etc.). Su principal objetivo es el desarrollo de informes corporativos de sostenibilidad (incluyendo aspectos de ámbito ambiental, social y económico) impulsando la información sobre cuestiones sociales y ambientales al mismo nivel que la información financiera. Para el cumplimiento de su misión la GRI elabora y difunde las “Directrices para la Elaboración de Memorias de Sostenibilidad”, aplicables de forma voluntaria por organizaciones que deseen informar sobre los aspectos económicos, medioambientales y sociales de sus actividades, productos y servicios.

El objetivo de las Directrices es contribuir globalmente al desarrollo sostenible. En cuanto a definiciones conceptuales, la GRI no define expresamente los conceptos de responsabilidad social corporativa o sostenibilidad, pero trata  de desarrollar indicadores precisos sobre sus distintas facetas de sostenibilidad y RSE. En las Directrices se menciona que se utilizan los términos “elaboración de memorias de sostenibilidad” como sinónimos de “elaboración de memorias de ciudadanía”, “elaboración de memorias sociales”, “elaboración de memorias de triple cuenta de resultadosy otros términos que abarcan las dimensiones económica, ambiental y social de la actuación de una empresa.

En general cada día surgen más documentos en el ámbito local, nacional e internacional y la cuestión persiste en si es una moda o un real cambio ante la extraordinario incremento de problemas sociales y medioambientales. Por otra parte, existe una corriente a la que nos adherimos en el sentido de que estos conceptos siempre han estado presentes en el desarrollo del pensamiento económico desde hace siglos.