PLANEACIÓN Y REFORMAS ECONÓMICAS EN EL MÉXICO POSTMODERNO

PLANEACIÓN Y REFORMAS ECONÓMICAS EN EL MÉXICO POSTMODERNO

Jorge Isauro Rionda Ramírez (CV)

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PRIMERA PARTE: LO PLANEADO

En esta primera parte se presentan aspectos que adquiere la planeación desde la teoría económica a su aplicación en México, con todos los vaivenes que le implantan los diferentes vientos políticos, que bien seden huella y merma en sus orientaciones como en las aplicaciones de inversión pública, en lo sectorial, en lo regional como en lo nacional, donde destacan aspectos del endogenismo, los regímenes de la socialdemocracia, el exogenismo y los regímenes propios de la democracia cristiana.

DIOS Y ESQUEMA ECONÓMICO

El liberalismo parte de la creencia en Dios. Para los liberales el capitalismo es el orden natural de inspiración divina, es el orden de Dios. Quien cree en Dios concibe el universo como justo, equilibrado, perfecto, estable, ordenado. Su nexo con la economía parte de la ley de mercados de Jean Baptiste Say (Lyon, 1767 - París, 1832), quien bajo el supuesto de la existencia del pleno empleo como tendencia natural al orden concibe que la oferta crea su propia demanda. En este sentido se admite que si el mercado es puro y perfecto la tesis liberal es válida. Desde luego que el punto liberal es idealista. La realidad es distinta. El enfoque objetivo la cuestiona ante la evidencia real. Dado que el mercado ni es puro y ni perfecto la tesis marxista es válida. Desde luego, está la mano invisible de Dios (según lo afirma Adam Smith, Kirkcaldy, Gran Bretaña, 1723 - Edimburgo, id., 1790), para auto regular el sistema por lo que no se requiere una intervención del Estado (laissez faire, laissez passer).
El marxismo parte de la no creencia de en la existencia de un ser supremo: Dios. Por tanto, no se concibe el universo como perfecto, estable, ordenado, justo, equilibrado y estable. Todo lo contrario, se tiene un caos universal. Por ello, es necesaria la intervención del Estado para procurar la justicia, el orden, la estabilidad, el equilibrio. El grado de su intervención es radical: totalitario. Por ello es la tesis antípoda del liberalismo que sugiere una nula intervención. Los marxistas consideran seriamente la necesidad de la planeación económica como fundamental para el desarrollo, es por ello que la experiencia histórica del socialismo a escala mundial es relevante. Destaca desde luego la de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), extinta en 1989. En ello destacan los trabajos de Federico Engels (Barmen, Renania, 1820 - Londres, 1895), Vladimir Illich Lenin (1870 – 1924) y Oskar Lange (Tomaszów, 1904 - Londres, 1965). Sus propuestas son las siguientes:
Federico Engels afirma que la existencia de trust o monopolios trueca la libre competencia, por lo que es necesaria la planeación económica para evitar sesgos en el desarrollo económico (1990; 78). A su vez evoca en su escrito llamado Anti-Dühring (1932; 322) que la sociedad, al adueñarse de todos los medios de producción para emplearlos socialmente y con arreglo a un plan, acaba con el avasallamiento a que hasta hoy se ha visto sujeto el hombre bajo el imperio de sus propios medios de producción.
Vladimir Illich Lenin o Uliánov es el primer inventor de la planificación socialista al implementar en la antigua Unión soviética los planes quinquenal y septenal para reestructurar la economía heredada de los Romanov a una de corte de planificación central a partir de la revolución bolchevique de 1917.
Oskar Lange es el principal teórico de la planificación en la ex Unión Soviética. Su trabajo sugiere la planificación central para orientar el desarrollo a cuestiones tanto de carácter estratégico como prioritario gracias a la acción del Estado en el financiamiento de megaproyectos que no pueden ser financiados por la iniciativa privada (Lange, 1974; 110). Critica al modelo burocrático stalinista de industrialización y lo cataloga como una usurpación al tutelaje impuesto por algunos sectores del partido comunista soviético que no conminan a una descentralización de la economía y de la vida política de la nación obrera.
Con base a lo anterior es por ello que el tema de Dios es fundamental para concebir un esquema económico de corte liberal o de corte socialista. La filosofía en lo fundamental irradia a la teoría económica como ciencia de lo inmanente y evidente. Con la revolución de René Descartes (La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650), del siglo XVII se inicia una corriente cientista de corte laico, lo fundamental no es interés objetivo del Hombre puesto que parte de la intuición y no es verificable. No obstante el lenguaje de Dios está en la expresión matemática de la creación y hay que dilucidar su contenido, comprenderlo para entender las razones de Dios. El empirismo y el análisis lógico matemático de la realidad adquieren peso y van con tiempo formando las escuelas tecnocráticas de las ciencias naturales como sociales, en especial en las llamadas ciencias duras que para el caso de las ciencias sociales destaca la economía. El Keynesianismo como el neoliberalismo caen precisamente en la corriente laica, aún se trate de tesis contrapuestas.
En México la principal polémica al respecto del desarrollo del país radica en el diseño de la planeación y la política económica dado que los socialdemócratas enarbolan la tesis neokeynesianas como su fundamento teórico en su diseño planificador, mientras que los demócrata - cristianos parten de la visión neoliberal. Los primeros conocidos como de centro izquierda son proclives a la intervención directa en el mercado, mientras que los segundos conocidos como de centro derecha simpatizan con solo regular con una mínima intervención por parte del Estado en el mercado.
El actual régimen priista que desde diciembre de 2012 gobierna a la nación mexicana se ubica precisamente dentro de la corriente considerada como centro derecha o de corte neoliberal, esquema inaugurado en el país desde 1982 en la administración de Miguel De La Madrid Hurtado (Colima, 1934 - México D.F., 2012).