LA EQUIDAD DE GÉNERO EN EL DESORDEN DE LA VIOLENCIA

LA EQUIDAD DE GÉNERO EN EL DESORDEN DE LA VIOLENCIA

Coordinadoras(es): Lourdes Pacheco Ladrón de Guevara (CV), Laura Isabel Cayeros López (CV), Fabiola González Román (CV), Arturo Murillo Beltrán (CV), María del Refugio Navarro Hernández (CV), Elena Susana Pont Suárez (CV), Dalinda Sandoval Acosta (CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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QUIEN ES QUE EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

 Mónica Elizabeth Sandoval Vallejo1
Isabel Valencia Amaral
Universidad Autónoma de Nayarit

Regularmente cuando observamos una imagen determinada de mujer, la asociamos con un estereotipo social. Este trabajo consiste en mostrar mediante un ejercicio muy sencillo con dos públicos diferentes, una variedad de imágenes femeninas; partiendo de la hipótesis que los medios de comunicación de masas juegan un papel importantísimo en la formación y transmisión de modelos, creando a su vez la conciencia social.

Los estereotipos sociales sobre las mujeres enfatizan la idea de que éstas están dotadas por la naturaleza de diferentes aptitudes que los varones, además; que esa “dotación natural” condiciona los trabajos y las responsabilidades que realizan. La subordinación de lo visual a lo intelectual facilita la penetración de los mensajes no escrito-no hablados; pero más fáciles de describir. La mujer objeto, es finalmente el punto medular de este trabajo.

Introducción

Uno de los principales medios de difusión de información en este momento es el Internet, a su vez las llamadas Redes Sociales transmiten en con sus mensajes gran cantidad de información; entre ellas la más difundida es el Facebook, no porque se considere el que tiene mayor credibilidad, sino porque en la actualidad es uno de los que presentan mayor número de suscriptores, y por ende es un rápido mecanismo de comunicación.

Este trabajo utilizó como medio para captar información ocho imágenes colocadas en el Facebook de un joven adolecente, con la solicitud de les pidiera a sus contactos que describieran cual era la principal actividad que consideraban tenía la mujer que observaban en la imagen y porque razón.
Respondieron a la solicitud cuarenta y dos personas; en consenso, estos fueron los resultados:

Trabajo:
Imagen 1

Resultado: Parece profesionista y que le  va bien, tiene puesto un  traje como que trabaja en una oficina importante.
Imagen 2

Resultado: Parece como entrenadora de yoga o algo de gimnasio, de un oficio que no conlleva mucho stress, se ve relajada y esta joven.
Imagen 3

Resultado: Universitaria quiere seducir con el cuerpo, y tener una buena posición en el futuro. Pero como que no es de las más estudiosas.

Mensaje 4

Resultado: Se ve como que disfruta el momento, parece una artista, puede ser desde actriz hasta pintora, levanta la mano con elegancia.
Imagen 5

Resultado: Madre de familia, frustrada, parece que tienen muchos problemas con su esposo y con sus hijos, y tiene que calmar sus nervios.
Imagen 6

Resultado: sus manos hacen pensar que está diciendo un discurso, parece política, además se ve como una persona seria.

Imagen 7

Resultado: Es una estudiante, se ve feliz, parece que le gusta la carrera que está estudiando, debe ser del área de sociales.
Imagen 8

Resultado: Es una ama de casa, por su físico, se parece a mi mamá y a mis tías.

En este sencillo ejercicio, encontramos que los discursos sobre equidad de género,  van dirigidos hacia un cambio conductual; pero que los estereotipos continúan permeando en la sociedad, y que hay temas que  frivolizan y hace parecer banales a las mujeres.

La industria de la cultura difunde un modelo de mujer, fue evidente esta situación en el ejercicio que se realizó. Por tanto nos lleva a creer que existe violencia a la imagen de las mujeres, que se manifiesta posteriormente en una actitud premeditada hacia ellas.

Marco Teórico

Esta actitud se relaciona con en estereotipos tan obsoletos y repetidos, que reproducen noticias y narraciones clónicas que impiden distinguir unos medios de otros, y presentan una imágenes que encajonan la figura y la personalidad. Ese ha sido un gran problema tratar de convencer a las industrias mediáticas para que modifiquen el tratamiento que les conceden a las mujeres y dejen de representarlas en papeles subordinados y estereotipados.
En el año  2000 de todo el mundo, las noticias de prensa, radio y televisión, en donde había la representación de las mujeres fue del 18%. No de menor importancia es ¿Cómo son representadas las mujeres y como  los hombres? Existen apreciaciones culturales visuales diferentes; mientras que los hombres son representados en profesiones consideradas de más estatus social      -políticos, deportistas, empresarios- las mujeres son representadas, en la televisión, en primer lugar, como estudiantes, amas de casa, u oficinistas.
Las mujeres  salen en los medios promocionando a la familia, como el ser integrador de ella, pero su imagen va asociada a la falta de estatus y poder; caso contrario al de los hombres, que son ampliamente representados como el ser triunfador, fuerte, inteligente y con poder.

Para que los medios de comunicación desarrollen buenas prácticas en el tema de la violencia contra la mujer, no pueden dejar de utilizar buenas prácticas en la representación, en general, de las mujeres, y muy en particular, del cuerpo sexuado de la mujer; de manera que deben evitar la utilización gratuita y deliberada del cuerpo de las mujeres como reclamo informativo para aumentar los beneficios empresariales y complacer la mirada masculina. La Plataforma de Acción de Beijing señala como objetivo “Alentar a los medios de comunicación a que examinen las consecuencias de los estereotipos sexistas, incluidos aquellos que se perpetúan en los anuncios publicitarios que promueven la violencia y las desigualdades de género, [...] y a que adopten medidas para eliminar esas imágenes negativas con miras a promover una sociedad no violenta”. La mirada masculina no puede buscar coartadas en la libertad de expresión cuando la representación de las mujeres como objeto sexual conduce a volverla una cosa y, así, a su victimización.

Ahora, la pregunta es qué mensaje queremos transmitir?  A todos nos gusta que se nos considere por lo que realmente somos, tanto como personas individuales como miembros de un determinado grupo social. Nos desagrada cuando alguien –por error- se confunde y nos atribuye un calificativo que no corresponde con la realidad. Y es lógico que sea así porque todos tenemos una identidad con la que nos sentimos normalmente muy a gusto.

Esta consideración la podemos aplicar a la imagen de mujer que nos transmiten los medios de comunicación y la publicidad ¿Están contentas las mujeres con la imagen que transmiten esos medios? ¿Qué características se destacan?

Analizando en primer lugar la publicidad nos encontramos con la “mujer como reclamo”, como centro de atención, sin ninguna relación con el producto que se  publicita. Con ese sistema se intentan vender carros, aceites, y productos similares.

Es frecuente también la “utilización” de la mujer en la venta de bebidas, mostrando de forma exagerada sus atributos corporales.
En los programas de humor y en las telenovelas; y también en los llamados programas de entretenimiento se insiste en lo mismo. Da la impresión de que se busca el camino más fácil: “la mujer como objeto sexual siempre vende”. Y no se pone ni el más mínimo esfuerzo para desarrollar el ingenio y la creatividad.
Con tristeza se observa que ahora con la celebración del  “Día de la mujer” se les da un obsequio con la intención de  realzar su valor; como si la acción por si misma fuera la importante.

Los medios hoy en día  construyen e interpretan realidades. Los profesionales de ellos también aportan su subjetividad, de ahí que no sean banales las imágenes que aparecen en la televisión, ni los textos de la prensa ni los discursos radiofónicos.

Otro aspecto importante, por lo que ya se ha referido, es que los medios son suministradores de la cultura dominante masculina y en esa medida conforman y difunden modelos de comportamiento sexista. Y en tanto que son creadores de ideología es fundamental y necesario que se aplique una perspectiva de género sobre ellos, a través de la cual se detecten los sesgos y problemas que afectan a las mujeres.

La alteridad como una estructura del imaginario que en mayor grado las relaciones humanas, tiene una marcada valoración con enfoque de vista masculino, esto ha ocasionado que la visión que se tiene de la mujer se vea distorsionada, creando falsas expectativas y posibilidades de un entorno.
Generalmente, la recreación que se ha hecho de la imagen, ha creado subjetivamente una forma de discriminación, que finalmente fija el desarrollo personal en un momento determinado.

 Los medios de comunicación, principalmente la televisión –masificación- y el cine, son instrumentos por los que se interiorizan los valores vigentes en el contexto, al igual que las consignas ideológicas, por tanto, las figuras femeninas se pueden ajustar a  categorías simbólicas.

Inmaculada Sánchez y otros, en un trabajo realizado en la Universidad de Málaga llamado la recreación de los estereotipos cinematográficos, un condicionante de las mentalidades, dice “mayoritariamente los arquetipos femeninos se han ido estableciendo a través de la literatura. El cine ha heredado muchas de las características de estos estereotipos. La literatura medieval y barroca han sido las más influyentes en la constitución y consolidación de la mayoría de los arquetipos: es el caso de la bella inocente, la mujer dura y fría, la viuda…..Sin embargo, también hay otros precedentes, anteriores y posteriores a los ya mencionados, que influyen de manera decisiva en la creación de arquetipos. Esto ocurre con la mujer resuelta, inspirada en el teatro de los hermanos Álvarez Quintero, entre otros; la rebelde, basada en personajes de Cervantes y Shakespeare; madre, amigas y hermanas que ya aparecen en jarachas; la mujer fatal, proveniente de los mitos bíblicos de Eva y Salomé, y por último, la envidiosa y chismosa que cuenta con el precedente de los Arciprestes de Hita y Talavera”

Hay una consideración notoria, en es la visión de que la mujer puede ser considerada como recreación de de la mirada masculina y elemento para engrandecer su imagen masculina, por lo que la figura femenina se vuelve objeto de manipulación.

Menciona Francisco Blanco que la publicidad contemporánea ha mantenido la visión patriarcal hacia las mujeres, y por ello quedan convertidas en objetos sexuales suculentos.

Es importante recordar que apenas en el siglo XX la mujer paso de la vida privada a la pública, asumiendo todas las implicaciones que conllevo la revolución cultural femenina; lo bueno, lo malo, lo favorable y lo adverso. Las mujeres se volvieron sujeto y  objeto de estudio, se han diversas creadas imágenes de ellas, se diseñan una gama de entornos que no siempre son ciertos, y se ha promovido que cuenten con reconocimiento social.

Todo esto vuelve a las mujeres el blanco idóneo de vendedores de medios. La sociedad reconoce su importancia y su presencia, pero se aprovecha de ella, puede representar una musa o un símbolo publicitario.

Parafraseando a Josep Toro, definitivamente que la publicidad, la moda y los medios de comunicación difunden modelos universales de belleza, que posteriormente se vuelven en arquetipos, y quienes no encajen en ellos; a veces acaban odiándose, parece que no ajustarse a los cánones es un delito, y la consecuencia es llevar a cuestas un estigma, que a la postre se convertirá en una descripción de la personalidad.

Entonces, los medios llevan a un hacia una vida recreada en un nuevo tipo de esclavitud, el cuidado permanente de la imagen; porque una mujer ilustrada todavía no coincide con el orden cultural y social que prevalece.

Aun en contra de la manipulación del entorno; señala Dalia Barrera que existen mujeres que son responsables de sí mismas, que tienen un proyecto de vida propio y que se mueven reflexivamente ante la realidad social; en el marco del proceso de individuación; entonces, la individuación es posible cuando se tiene racionamiento de la importancia de la propia existencia y del valor que tiene plantearse perspectivas, y más allá se debe contar con voluntad para sortear las dificultades en el aún mundo masculino.

El problema es cómo llegar a ser una individua contenta con si misma con preceptos culturales discrepantes y cómo transmitir esa imagen. Ser para sí, y no ser para los otros, como hacer que la historia propia se escriba a voluntad y no por circunstancias culturales externas. Como lograr que el diálogo interno permita una ruptura en la identidad de género que pueda ser el parte aguas para que su imagen sea suya y no se lea como una representación.

Conclusión.

La repetición de los estereotipos en los medios de comunicación; definitivamente que los arraigan en el subconsciente, y el resultado se refleja en la interpretación de una imagen, ya que se asocia un recuerdo o una idea en la conceptualización de la persona que se pretende describir. Parece necesario y conveniente que las mujeres examinemos los medios de comunicación; la educación formal y la culturalización en equidad de género, sin participación amplia y permanente en los medios de comunicación nos va a ser arrojando jóvenes que a una imagen no antepongan ideologías sexistas y estereotipadas.

El futuro sigue estando en juego, las  generaciones actuales construirán una nueva realidad social; se debe ir hacia un nuevo sistema de valores donde tengan sean considerados todos los roles femeninos, y más aún,  puntualizar en las leyes para prevenir y erradicar la discriminación, y el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia; no son garantía de que las mujeres continúan sufriendo de terrorismo mediático utilizando como armas los estereotipos, y  aunque se escuche risible atenta contra la individualidad y personalidad muchas mujeres; solo basta enviar en el Facebook unas imágenes, y sabemos quién es qué.

Hay que hacer notar que el grupo que respondió a la solicitud son adolecentes; y un adolecente esta apenas formando su personalidad y aún no tiene criterios propios, todavía no puede formular un juicio de valor sobre temas tan complejos. Es vital destacar que una de las características de la adolescencia es  la necesidad de pertenencia social. Necesitan sentirse parte de un grupo, y no solamente sentirse parte, sino también ser aceptados para no ver afectada su autoestima.

Con este breve ejercicio quedan claras dos cosas:
1.- Los adolescentes continúan asimilando el estereotipo que venden los medios de comunicación.

2.- Por ser humanos en etapa de formación, aún pueden llegar a ser individuos e individuas con criterio para transformar esta realidad social impregnada por las operaciones mediáticas.

Bibliografía.

Barranquero T. Encarnación y Prieto B. Lucia, coordinadoras. Mujeres en la contemporaneidad, educación, cultura imagen, ed. Atenea, España, 2000.

Blanco F. Francisco, mujeres mexicanas del siglo XX, la otra revolución, ed. Edicol SA de CV, México, 2001.

Rivieré, Margarita, el mundo según las mujeres, ed. Aguilar, España, 2000.

Barrera B. Dalia, comp., mujer, ciudadanía y poder, ed. Colegio de México, México, 2000

www.robertsonp@un.org

www. loregnard-kasmally@un.org

www.inmujeres.gob.mx

1 Docente de la unidad académica de Economía, Universidad Autónoma de Nayarit, correo electrónico: monisandvall@hotmail.com