LA EQUIDAD DE GÉNERO EN EL DESORDEN DE LA VIOLENCIA

LA EQUIDAD DE GÉNERO EN EL DESORDEN DE LA VIOLENCIA

Coordinadoras(es): Lourdes Pacheco Ladrón de Guevara (CV), Laura Isabel Cayeros López (CV), Fabiola González Román (CV), Arturo Murillo Beltrán (CV), María del Refugio Navarro Hernández (CV), Elena Susana Pont Suárez (CV), Dalinda Sandoval Acosta (CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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EDUCAR EN DERECHOS HUMANOS, ES EDUCACIÓN PARA LA PAZ EN LA  COEDUCACIÓN: EXPERIENCIA DE UNIVERSIDAD DE OCCIDENTE, ESTADO DE SINALOA

Gloria Amador Santos 1
Universidad de Occidente, Guasave Sinaloa

Introducción
La escuela coeducativa crea un ambiente de convivencia en el que tanto los hombres como las mujeres tienen la oportunidad de interpretar con libertad su diferencia sexual, masculina y femenina, y crecer hacia una ciudadanía responsable y democrática. Una ciudadanía que se relaciona desde la convivencia pacífica y está comprometida contra cualquier tipo de discriminación.

La coeducación es un reto para el conjunto de la sociedad que, a través de la educación en nuevos valores, anula las situaciones de discriminación, caminando hacia la igualdad de derechos y oportunidades definidas, teniendo en cuenta a ambos sexos y aprendiendo de lo que han creado y sostienen las mujeres, que es fundamental para la vida y la convivencia humana, especialmente el amor, y propiciando que las alumnas y los alumnos aprendan a relacionarse desde el reconocimiento mutuo, de forma que puedan expresar formas singulares, originales, diversas, pacíficas y libres de ser mujer y de ser hombre.

Las personas que más de cerca viven los procesos de diferenciación y reducción de posibilidades vitales por cuestión de género somos las y los educadores, y en muchas ocasiones es desde este espacio donde proviene la demanda de intervención y seguimiento de estrategias, que permitan cambios favorables a ciertas situaciones (Barragán, 1998).

Las instituciones de educación superior son un sitio propicio  para el desarrollo coeducativo, por el manejo de la universalidad del conocimiento y la diversidad de disciplinas profesionales, donde coinciden mujeres y hombres independientemente de la profesión. De ahí que la educación en Derechos Humanos, sea una educación para la paz en coeducación.   

a)- Antecedentes
Es necesario hacer un breve análisis sobre la condición del hombre y la mujer en la historia para comprender, porque se fueron estableciendo los cambios hacia la igualdad de hombre y mujeres.

El Feminismo
Este fue el contexto en el que muchas mujeres consiguieron tomar también el cuestionamiento abierto en sus manos: ellas eran las ayudantes y servidoras de los héroes de aquellas gestas y cumplían infatigables y eficaces con los cuidados domésticas y las tareas oficinescas que los campeones de la paz y de la justicia no asumían.

Y ellas, que eran “el reposo de los guerreros de la paz y de la democracia”, descubrieron que –contrariamente a lo que acontecía con ellos-, trabajaban jornadas múltiples aunque oscuras y sin prestigio (la de su trabajo asalariado, la de la atención a las obligaciones hogareñas y maternas, y la de su militancia). Al ponerle nombre a las experiencias que analizaban, conformaron los primeros grupos feministas contemporáneos, caracterizados por inscribirse como parte de la construcción de la equidad en el ejercicio de todos los derechos humanos (Lomas 2004).

“Las mujeres son los negros de la humanidad”, cantarían años después Yoko Ono y John Lennon para describir la verdadera cara de las relaciones entre hombres y mujeres. Cuando escribieron su canción y compusieron su música, ya hacía tiempo que estaba abierto el camino de la democracia genérica, la democracia de la vida de todos los días.

El activismo por los derechos humanos de las mujeres se intensificó en la década de 1960, pero el feminismo contemporáneo se inició en los primeros años de la posguerra. En 1950, Eleanor Roosevelt y algunas delegadas, sobre todo de países tercermundistas, lograron que la ONU transformara el término Derechos del Hombre (adoptado en 1789), por el de Derechos Humanos y así, incluyendo a las mujeres, hiciera suya la declaración respectiva. Obviamente, el feminismo contemporáneo tiene antecedentes en acontecimientos previos como, por ejemplo, las luchas de las sufragistas en todo el mundo y las reflexiones sobre la nueva moral sexual de Alejandra Kollontai, las propuestas jurídicas de Harriett Taylor Mill a mediados del siglo XIX en Inglaterra, las exigencias encabezadas por Olympe de Goujes (guillotinada cuando intentó incorporarse a la Revolución Francesa lo que hoy llamamos feminismo), la vindicación de los derechos de las mujeres, también del siglo XVIII, formulada en Inglaterra, por Mary Wollstonecraft o en México el reclamo de las zacatecanas para ser tratadas como ciudadanas al promulgarse la Constitución de 1824 (Lomas 2004).

El segundo sexo, de Simone de Beauvoir (1949), es el libro precursor de todo lo que vendría después y hasta nuestros días. En el por primera vez se constata que en ningún país del mundo las mujeres son tratadas igual que los hombres (ONU, 1995).
El patriarcado es un concepto fundamental para el feminismo. Define a la organización política, ideológica y jurídica de la sociedad cuyo paradigma es el hombre (los hombres, cada hombre) que se basa en el sexismo (la opresión o los privilegios según el sexo de las personas) y se expresa cotidianamente en el machismo, la misoginia y la homofobia (Lerner, 1990).

El reconocimiento de la opresión genérica (ubicación de las mujeres en posición de dependencia, subordinación, inferioridad y exclusión) es el punto de partida de la metodología multidisciplinaria, a la vez filosófica, científica y ética, que ha desarrollado el feminismo durante la última mitad del siglo XX. Los resultados de esa metodología han conformado un marco de acciones políticas de alcances a la vez generales y muy concretos. Una de sus perspectivas es la de ampliar los terrenos ya abiertos para el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, abrir nuevos espacios, reformular los derechos vigentes y definir derechos hasta ahora no concebidos como tales (IIDH, 1996).

Se trata del enunciado de un programa político de las más bastas proporciones, cuya meta es construir la equidad, la igualdad y la justicia en las relaciones entre mujeres y hombre, entre mujeres y entre hombres. Es decir, propone y está llevando a cabo cambios sociales (destinados a transformarse en cambios jurídicos) que no tienen como objetivo exclusivo a las mujeres, sino una profunda transformación de las concepciones, las relaciones, las mentalidades, las prácticas y las costumbres de todos los seres humanos (Lagarde, 1997).

El feminismo se define hoy como una filosofía, una disciplina de conocimiento, una ética y una propuesta de transformación social sin precedentes en la historia (Lomas, 1998).

Condición de los Hombres
Quienes han analizado la estructura y la dinámica de las relaciones de género, saben que en ellas no están involucradas solo las mujeres y que quienes han estudiado la condición y las situaciones de sus vidas se han ocupado igualmente de la condición masculina y de las situaciones de vida de los hombres. Porque el género abarca todo lo referente a las relaciones sociales basadas en la diferencia sexual, relaciones de poder cuya característica esencial es el dominio masculino (Lomas 1996).

Si bien la mayoría de los textos sobre la masculinidad opresiva han sido escritos por mujeres, desde el siglo XVII se inician las contribuciones de algunos hombres. Poulain de la Barre, cura Francés, se refirió entonces a la supuesta inferioridad de las mujeres como el indicador más eficaz y determinante para analizar a la sociedad (lo que, con palabras semejantes, diría también Marx doscientos años después). Los trabajos que hizo John Stuart Mill con su esposa Harriett Taylor a mediados del siglo XIX, marcan otro hito en la reflexión acerca del papel de los hombres en la opresión genérica (1973). Quizá el primero de los trabajos contemporáneos es el libro de Maurice Godelier, La Producción de grandes hombres (1986).
El espacio social queda definido entonces en términos masculinos, ya que el origen de nuestra sociedad es patriarcal. Esto supone una transformación de las mujeres hacia modelos masculinizantes y la perdida de modelos alternativos para los hombres (si es que alguna vez los hubo). Los barones ven su masculinidad amenazada y se sienten molestos, pero no atisban camino alguno para el cambio y ven sus lugares de poder “invadidos” por las mujeres. El resultado de tal proceso es el caos de las masculinidades y la anulación y desvalorización de todo aquello considerado tradicionalmente femenino, por ejemplo: lo privado y doméstico, el cuidado y la educación de la progenie, etc. (Lomas, 2003).

Para lograr cambios o nuevas maneras de abordar la condición hombre mujer en la sociedad se ha recorrido largo y sinuoso camino donde diferentes actores  han participado.

En ocasión de la Conferencia Mundial de Derechos humanos de 1993, se renueva un llamado a la comunidad internacional en el campo educativo, donde se propone, en el inciso D relativo a la educación en materia de Derechos Humanos, de la Declaración y el Programa de Acción de Viena –resolución A/CONF. 157/23 del 12 de julio de 1993- lo siguiente:

78. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos considera que la educación, capacitación y la información pública en materia de derechos humanos son indispensables para establecer y promover relaciones estables y armoniosas entre las comunidades y para fomentar la comprensión mutua, la tolerancia y la paz.

80. La educación en materia de derechos humanos debe abarcar la paz, la democracia, el desarrollo y la justicia social, tal como se dispone en los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos, a fin de lograr la comprensión y sensibilización de todos acerca de los derechos humanos con objeto de afianzar la voluntad de lograr su aplicación a nivel universal.

81. Habida cuenta del Plan de Acción Mundial para la educación en Pro de los Derechos Humanos y la Democracia, adoptado en marzo de 1993 por el Congreso Internacional sobre la Educación en pro de los derechos humanos y la democracia de la Organización de la Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, y otros instrumentos de derechos humanos, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos recomienda que los Estados elaboren programas y estrategias específicos para ampliar al máximo el nivel de educación y difusión de información pública en materia de derechos humanos, tendiendo particularmente en cuenta los derechos humanos de la mujer.

La Conferencia también afirmó que: “los Estados deben elaborar programas…y exhortó a que se proclamara el Decenio de la Naciones Unidas para la educación en materia de derechos humanos a fin de promover, alentar y orientar esas actividades educacionales”.

En consecuencia el derecho a la educación y la EDH integran así mismo los principios de indivisibilidad e interdependencia de los derechos humanos, ratificados en la misma Conferencia y promueven su realización en todas las etapas del desarrollo de los individuos, rebasando la escuela como el espacio privilegiado de socialización. La EDH involucra claramente a todos los sectores de la sociedad. Podemos decir que con gran ímpetu y determinación, ratifica la responsabilidad de los Estados y ofrece nuevas estrategias para su implementación al tiempo que vincula la EDH a la paz, la democracia, el desarrollo, la justicia social y reconoce que la información es un eje esencial de este tipo de educación.(Ramírez, 2007).

En un contexto en el cual la EDH debe enfrentar a la complejidad, Xesus Jares señala que toda propuesta educativa debe de dar prioridad a los siguientes contenidos: reforzar el valor de la vida humana y la cultura de la no violencia, fomentar la búsqueda de la verdad y la enseñanza de la verdad histórica, ir a las causas de los problemas, promover el valor de la justicia y el rechazo de la vergüenza y el odio, combatir el miedo, luchar contra la violencia y la manipulación informática, insistir en el valor de la democracia y la necesidad de la globalización de los derechos humanos, sensibilizar sobre la reorganización de la ONU como garante de las relaciones internacionales, ofrecer alternativas y facilitar el conocimiento de las conquistas sociales, educar en el valor del compromiso y la esperanza (2005).

Educando para la paz
La educación para la paz será uno de los objetivos prioritarios en le escuela del  futuro. La educación del siglo XXI, afirma la Comisión Internacional de la UNESCO, Delors J. (1996) sobre la educación, debe apoyarse en cuatro pilares básicos:

Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir con los demás y aprender a ser:

Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias. Lo que supone, además, aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.

Aprender a hacer, a fin de adquirir no solo una calificación profesional sino, más generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo. Pero, también, aprender ha hacer en el marco de las distintas experiencias sociales o de trabajo que se ofrecen a los jóvenes y adolescentes, bien esporádicamente a causa del contexto social o nacional, bien formalmente gracias al desarrollo de la enseñanza por alternancia.

Aprender a vivir juntos, desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia –realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos-, respetando los valores del pluralismo, comprensión mutua y paz.
Aprender a ser, para que florezca mejor la propia personalidad y se este en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal. Con tal fin, no menospreciar en la educación ninguna de las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitudes para comunicar… (Zurbano, 1998).

Con el liderazgo de la UNESCO y el decidido apoyo de quien fuera su Director General, Federico Mayor Zaragoza, se desarrollaron, como parte del programa UNITWIN de Cátedras UNESCO, un sin número de cátedras destinadas a ese fin, así como la formulación de propuestas vinculadas con los Derechos Humanos y la Cultura de la Paz. Ello aconteció tanto en universidades e institutos, como en organizaciones no gubernamentales, de las más diversas regiones del mundo (Brovetto, 2001).

La construcción de la Cultura de la paz es una tarea multidimensional que requiere la participación de todos los componentes de la sociedad, donde las instituciones de Educación Superior tienen un papel fundamental, porque no solo se limitan a educar, sino que,  además investigan, proyectan, ponen en marcha programas y también dan difusión a sus resultados.
 b)- Proceso de la Educación en Derechos Humanos en la Universidad de Occidente
En el año 2003, la Universidad de Occidente establece Convenio de Colaboración e intercambio Académicos con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el cual se sostiene la vinculación con la CATEDRA UNESCO de Derechos Humanos, Coordinada por la Dra. Gloria Ramírez, y para su funcionamiento en nuestra IES, se da vida al Seminario Permanente de Actualización Docente en Derechos Humanos, del cual se hizo responsable por la Universidad, a la Mtra. Rosario Martínez Gil. Se formó un grupo de maestros, inicialmente en la Unidad de Los Mochis, quienes trabajaron en Academia atendiendo el Seminario para su formación y periódicamente se hacían cursos y Talleres para ello, poco a poco se fueron involucrando docentes de todas la unidades, obteniendo conocimientos básicos de formación en derechos humanos.

La Universidad de Occidente en Sinaloa, cumpliendo el compromiso de adaptar sus planes de estudio a los cambios sociales, políticos, económicos, culturales y jurídicos, así como a los avances científicos y tecnológicos, inició en 2008 la restructuración del Modelo Educativo para el Desarrollo Integral (MEDI), hacia las Competencias Profesionales, mediante lo cual debe integrar conocimientos, habilidades, actitudes y valores que forman a la persona en el saber, el hacer y el ser, en un mundo complejo, cambiante y competitivo, desempeñándose como sujeto responsable, en las diferentes situaciones y contextos de la vida social, laboral y personal.

En ese proceso de cambio que promueve en primer término el desarrollo personal, el manejo de los lenguajes de la información y comunicación, la cultura emprendedora, el pensamiento crítico y creativo, el dominio de una segunda lengua y la formación en la investigación y, en segundo lugar, los conocimientos y saberes especializados que el estudiante debe adquirir, para realizar tareas concretas propias de una disciplina o profesión, en ese horizonte prometedor, se gesta la designación de una materia: “Formación en Derechos Humanos”, la cual se incluye transversalmente en el contenido del Currículo de todos los Programas Educativos de la Universidad.

Lo anterior nace como producto del Seminario permanente de Actualización docente en Derechos Humanos, al que se da seguimiento por medio de la Cátedra UNESCO en la UNAM, presidida por la Dra. Gloria Ramírez, quien colabora a través del programa de vinculación institucional UDO-UNAM, como intercambio académico, y es ahí donde se origina el establecimiento de la materia, fundándose en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), que en su preámbulo establece:

“La  Asamblea General proclama la presente Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su Jurisdicción”.

Así mismo, en los documentos estratégicos del ANUIES, específicamente el de La Educación Superior en el siglo XXI, capitulo 3, de los postulados orientadores  (son 8) y visión al año 2020 del sistema de educación superior, que a la letra dice:

“QUINTO. Humanismo. Las IES deberán caracterizarse por un claro compromiso con los valores que la sociedad mexicana comparte y su marco jurídico establece, en particular el Artículo Tercero de la Constitución. Los conceptos de paz, libertad, democracia, justicia, igualdad, derechos humanos y solidaridad, precisarán el contenido de la noción de humanismo, que las casas de estudios superiores mexicanas tradicionalmente han adoptado como característica de la educación que imparten. De manera congruente con lo anterior, la función educativa de las IES se orientará a la formación integral de ciudadanos responsables, participativos y solidarios”.
Se estructuró la asignatura en un programa indicativo orientado hacia las competencias profesionales para el desarrollo integral, incluyéndose en todas las carreras, se capacitó a los docentes que fueron elegidos bajo un perfil adecuado para impartirle, independientemente del perfil profesional, se nombran maestros responsables de cada unidad en el seguimiento a la materia y se hace a la par de un proyecto que deben realizar los alumnos, basados en un problema sobre derechos humanos, el cual puede ser de intervención, difusión o investigación.

Después del primer ejercicio de aplicación del programa indicativo “Formación en Derechos Humanos” de manera transversal, del 7º trimestre en septiembre-diciembre 2010, la Academia  de Formación en Derechos Humanos, constituida por los responsables del seguimiento al programa indicativo en las distintas unidades, previo análisis al mismo de los contenidos y su aplicación, en cumplimiento con lo establecido en educación por competencias profesionales ya programada y en marcha, resuelve con la dirección de desarrollo académico en 2011, que debe adecuarse a los tiempos el contenido de la materia, de tal manera que se suprimen algunos materiales que no era posible analizar en un trimestre y de los cinco ejes temáticos se modifican los dos últimos, incluyendo la equidad de género y procedimiento de queja, en el cuarto y quinto ejes, mismos que en el programa anterior se denominaban: Los derechos humanos de las mujeres en el siglo XXI y paradigmas y desafíos de los derechos humanos respectivamente.

Ya desde 2008, la Declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior en América Latina y el Caribe, establece dentro de los compromisos vitales de la educación superior, la lucha por la igualdad y la equidad de género, lo cual deberá contemplarse en todos los programas de formación, en la investigación, extensión y cooperación interinstitucional, sin embargo no fue contemplado como tal en el programa indicativo en su establecimiento inicial, pero la academia en su estudio decidió hacerlo y fue incluido posteriormente.
La definición del tema de equidad de género específicamente, fue motivado por la importancia que reviste en las relaciones de nuestra sociedad, lo cual no es posible soslayar, y es preciso adoptar un cambio que permita incorporar el respeto a la diversidad y ello conlleva la búsqueda de la igualdad, donde la equidad de género es de importancia trascendental. 
 
Con el estudio de la equidad de género en la universidad, se da un paso importante, mas no definitivo ni suficiente, porque no cubre la expectativa general, dado que esto no implica que se haga patente en políticas institucionales extensivas a todos los ámbitos de la universidad, o sea, queda aun mucho por hacer, estamos en una fase inicial, que no garantiza aun su aplicación, solamente su exposición en el escenario universitario, que no es socializado bajo ningún programa a toda la comunidad, forma parte de una materia dirigida a los alumnos y solo es tema de estudio para los docentes que la imparten, en sus análisis de academia. Sin embargo, la misma academia realiza actividades que permiten ampliar la enseñanza y cultura de los derechos humanos, por medio de vinculación con las instituciones que les promueven, provocando con esto, que las autoridades universitarias se vayan involucrando gradualmente en un quehacer mas comprometido, de tal forma que se permitan analizar la importancia de esta tarea en la educación universitaria y asuman una actitud de comprensión hacia tales acciones, aprobando y estableciendo indicadores para que se extienda hacia diferentes espacios de la institución el fomento a la cultura de los derechos humanos como un  instrumento de paz y democracia en la comunidad universitaria. 

Igualmente, hay que considerar que la universidad se encuentra en un proceso permanente de adaptación con las necesidades de la sociedad, para la cual prepara sus profesionistas, y la equidad de género, es ya una exigencia social, hay una nueva mirada en el acontecer de la universidad de occidente con esa trascendente visión, aun no muy bien articulada, que representa un reto para  coeducar e investigar esta demandante realidad. En cuanto a ello, existe en el área de planeación, una línea de estudios de género, que pretende medir la percepción de esta condición dentro de la universidad, de donde se partirá para futuras investigaciones, pero aún no se tienen resultados al respecto, lo cual no deja de ser una muestra de la intención institucional por fortalecer ese criterio. Lo anterior se alimenta de un Proyecto denominado “Institucionalización de la Perspectiva de Género en la Universidad de Occidente”, mismo que funciona con apoyo PIFI, siendo responsable Institucional la Lic. Minerva Fabela Galaviz y del cual se han aplicado ya acciones, tendientes a sentar las bases que permitan ir formando a los miembros de la comunidad universitaria en una cultura de igualdad, equidad y justicia de género. 

Generar la cultura de equidad de género no se agota en un programa, ni en una legislación, y el compromiso de las instituciones de educación superior es fundamental, pero han de iniciar al interior de las mismas.    

c) Educando Universitarios en Derechos Humanos, contribuyendo a una educación para la paz en coeducación.
Con los temas transversales se trata de dar respuesta educativa a una serie de situaciones o necesidades actuales, que están condicionando decisivamente, en la actualidad, el desarrollo de la sociedad y la vida de las personas: la salud, el medio ambiente, el consumo, las relaciones sociales, los derechos humanos, la paz, la educación vial, los medios de comunicación, la afectividad y sexualidad, la desigualdad de los sexos…son temas actuales que no se puede vivir ni educar de espaldas a la vida, a lo que piensan, desean y necesitan las personas.

Los maestros deben asumir la necesidad de educar para la vida, yendo mucho más allá de una enseñanza meramente académica. En este contexto, los temas de transversalidad serán uno de los instrumentos escolares más eficaces para la educación de los alumnos, en todos los niveles y, el universitario no es la excepción.

En la Universidad de Occidente, se cuenta ya con tres generaciones a las cuales se les ha impartido la materia de Formación en Derechos Humanos: 2006, 2007 y 2008.

Dentro de las experiencias vividas se pueden enumerar las siguientes:
1.- Inicialmente no fue fácil llegar al aula con la asignatura y enseñar derechos humanos, principalmente porque era transversal, a todos los Programas Educativos, donde se tenía la creencia que solo debía ser una asignatura para perfil jurídico, o sea, alumnos que estudiaban Derecho.

2.- No se concebía la idea de maestros en las distintas disciplinas profesionales, como lo son, Administración de Empresas, Contaduría y Finanzas, Sistemas Computacionales, Psicología, Ciencias de la Comunicación, Ingeniería Civil y Ambiental, Biología y Derecho, y se veía como una intromisión a lo jurídico o privativo del Derecho, el dominio e impartición de la asignatura “Formación en Derechos Humanos”, por docentes que no eran todos abogados, sino, administradores, ingenieros, psicólogos etc.

3.- El trabajo en academia fue fundamental, porque permitió fortalecer los conocimientos a los docentes para la asignatura, de tal forma que se fueron estableciendo estrategias para hacer digeribles y bienvenidas las tareas de todos los involucrados.

4.- Dentro del Programa Indicativo de la materia se contempla como producto final, la elaboración de un proyecto, mismo en el que se analiza por el estudiante un problema sobre derechos humanos, el cual debe ser elegido por este en cualquier medio social. Con ello, el alumno se sensibiliza sobre la importancia del respeto a los derechos humanos.

5.- Durante todo un trimestre en que se imparte la asignatura, no solo se analizan sus contenidos, sino que a la par, se reciben visitas de organismos como la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, donde se abordan cuestiones prácticas sobre la defensa de los derechos humanos, los programas que existen para su difusión, el funcionamientos de la comisión entre otros. Además, se les exponen diferentes conferencias, donde se tratan los derechos de salud y reproductivos, delitos como el feminicidio, se organizan talleres sobre la Tolerancia, la Cultura de la Paz, las Buenas Practicas Ciudadanas, etc.

6.- Al finalizar el trimestre los alumnos hacen exposiciones sobre los casos que analizaron en su proyecto y se comparten las experiencias obtenidas en la realización de su trabajo.

7.- Ahora se cuenta con un espacio exclusivo en biblioteca, con libros sobre derechos humanos y equidad de género.

8.- En este momento se ha acrecentado la cultura sobre el conocimiento de derechos humanos, donde la comunidad universitaria acepta y reconoce que su respeto propicia relaciones más armoniosas, democráticas y justas, creando un clima de concordia.

Concluyo proponiendo lo siguiente:
 1.- La educación en derechos humanos en la Universidad, si propicia una formación de respeto a los mismos, y fomenta maneras pacíficas y armoniosas, de interrelaciones entre los actores del medio, sin embargo, debe ir más allá de una asignatura y sus actividades, si se pretende incidir en actitudes futuras y para ello se propone:

a)- Que de manera institucional sean creados espacios como, una Coordinación o Departamento, que dé seguimiento permanente a las acciones donde se instruya sobre los derechos humanos en una sana coeducación, y se articulen coherentemente programas y actividades en ese sentido, para desarrollar dentro y fuera de la Universidad.
b)- Es pertinente que los programas que se establezcan tengan una evaluación constante, que permita ajustes y mejoras adecuadas al momento de su revisión. Debido esto a que se cuente con las mejores formas y técnicas, para educar en igualdad y democracia, fomentando así, las buenas prácticas de respeto al crecimiento en libertad de hombres y mujeres, como una aportación formativa para ambientes pacíficos.

c)- Así mismo, que institucionalmente se destinen recursos para realizar y asistir a Jornadas, Foros, simposios y congresos, que aborden la temática de géneros en igualdad, analizándose de esta forma medidas y estrategias para combatir por medio de la coeducación las brechas de desigualdad que se manifiesten, como resultado de estos espacios de análisis.

d)-  Y algo fundamental, que se realice investigación sobre la coeducación, fundada en las experiencias propias de las instituciones de educación superior, ya que sus resultados serán de vital importancia para medir los avances que se tengan en esos escenarios, aportaciones que se pueden mostrar en eventos de esta naturaleza y servir como ejemplo para otras instituciones, así mismo, hacer comparativos del quehacer y progreso de quienes estén trabajando en esa línea educativa. 

Por último, hay que considerar que todo esfuerzo tiene su recompensa, trabajar para la paz y los derechos humanos tiene una historia fácil de contar, pero difícil de enfrentar cuando se vive, quienes hayan sido actores en algunas luchas, seguramente saben y comprenden lo que digo, pero cada tiempo tiene sus circunstancias y demandas, hoy no estamos pidiendo que se establezcan derechos, pues son campos conquistados ya, donde se pretende incidir desde nuestra responsabilidad como educadores, es en la cultura de las nuevas generaciones mediante la coeducación, en una formación sensible y efectiva, de respeto y aceptación a la igualdad de géneros, de comprensión a la colaboración mutua para un desarrollo armónico y pacifico en nuestra sociedad.

Bibliografía

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Documentos estratégicos del ANUIES, visión 2020.

1 Docente de Medio Tiempo adscrita al Programa Educativo de Derecho y Ciencias Sociales en Universidad de Occidente, Unidad Guasave Correo Electrónico: gas6@hotmail.com