CULTURA POLÍTICA Y PARTICIPACIÓN ELECTORAL EN ELECCIONES LOCALES DE LA CIUDAD DE TEPIC, NAYARIT

CULTURA POLÍTICA Y PARTICIPACIÓN ELECTORAL EN ELECCIONES LOCALES DE LA CIUDAD DE TEPIC, NAYARIT

Lucina Aguilar Orejel (CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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4.3 Conclusiones

Ciudadanía y teorías del voto
          Respecto a los aspectos concernientes a la participación electoral, se encontró que existe un importante voto duro en el estado, de aproximadamente 35.9% del electorado. Asimismo, se encontró que la segunda razón que explica mejor el voto de la gente es que votan por el candidato y los proyectos que ofrecen; y al menos un 10.3% de la población ejerce un voto de castigo.
          En relación al voto duro, al menos la mitad de ese voto duro es para el PRI (50%), un 12% para el PAN y un 10% para el PRD.
          El 62.11% de los ciudadanos dijo haber votado en las elecciones de gobernador 2005 y que lo hará de nuevo en las de gobernador 2011. Un 10.3% de los ciudadanos han decidido dejar de votar, lo cual se deduce cuando dicen explícitamente que no votaron en las pasadas elecciones de gobernador 2005 y que no lo harán en las próximas.
          Por otra parte, se encontró evidencia de que aproximadamente el 16% de los ciudadanos encuestados por distintas razones no ha podido ir a votar, pero tiene la intención de hacerlo. Del mismo modo se constata la presencia de un porcentaje importante de votos nulos, 4%.
          Es importante decir que hay un porcentaje de ciudadanos (de aproximadamente 16.78%) que dicen que votan aunque no lo hacen ya sea por responder lo que es socialmente correcto o por alguna otra razón.
          Referente a la abstención, existe una falta de credibilidad en los resultados electorales, solo el 52.1% de los encuestados dice explícitamente que se respetó el voto en las elecciones de gobernador 2005. Al respecto menos de la mitad de los encuestado (un 47.2%) considera que los partidos sí representan sus intereses, el restante 52.8% dijo no saber qué partido representa sus intereses -15.9%- o bien dijo que ninguno -36.9%-. Este 52.8% habla de una crisis de representación de los intereses de los ciudadanos en la ciudad de Tepic, ya que significa que más de la mitad de la población no encuentra representación política en los partidos actuales. Asimismo el 64.1% dice que no ve conveniencia en que algún partido en particular gobierne, lo cual habla de que los ciudadanos no ven diferencias significativas para ellos mismos en que gobierne algún partido en particular, como si percibieran que todos los partidos fueran lo mismo para ellos.
          En relación a si los ciudadanos conocen los términos de derecha-zquierda política se tiene que un 42.8% dijo no poder ubicar a ningún partido en el espectro político derecha-izquierda y un 46.9% ubica pocos o ninguno (0, 1 o 2).   Los partidos que más ubican son el PRI, PAN y PRD y los restantes partidos resultan aun más difíciles de poder ubicarlos en el espectro político derecha-izquierda.
          Aunque un 40.3% ubicó la mayoría o todos los partidos en el espectro político, no hay claridad al respecto. El PRI, algunos ciudadanos, lo ven como partido de derecha, otros de izquierda y lo mismo sucede con el resto de los partidos. No obstante el PRI es mayormente ubicado como partido de derecha, el PAN como partido de derecha, el PRD como partido de izquierda, Convergencia como de izquierda, PT como de izquierda. Para el PVEM no hay ninguna claridad al respecto, lo ubican como derecha, izquierda, centro, aunque es ligeramente más identificado como partido de derecha, y el PANAL presenta un percepción similar a la que tiene el PVEM pero es ligeramente más ubicado como de centro.
     En cuanto a cómo se ubica el ciudadano en el espectro político, la mayoría no se ubicó en el espectro político (51.5%) y de los que se ubicaron, la mayoría se consideró como de derecha o centro derecha: el 19.7% se ubicó como de derecha (15.6%) o centro derecha (4.1%), el 15.6% como de centro y el 13% como de izquierda (9.7%) o centro izquierda (3.3%).
Por otra parte, se encontró evidencia de un voto corporativo, el 16.7% testifica que se trata de ejercer un control sobre ellos desde sus trabajos para que voten de determinada manera, esto también es prueba de que existe un clientelismo político importante. Del 16.7% de los ciudadanos a los que les dijeron por quién votar el 33.85% obedeció y votó por el partido que le dijeron que votara, el restante 66.15% no obedeció. Por lo que son minoría las personas que se les dice por quién votar y obedecen (5.6% del total muestral), lo cual habla de que existe en la sociedad una proporción pequeña de ciudadanos que quizás crean que su voto no es secreto o de que piensan que hay algún modo de controlar su voto.
Elementos que influyen en que la gente vaya a votar
En cuanto a cómo ven el voto los ciudadanos se tiene que casi tres cuartas partes del electorado (72.3%) ven el voto como un derecho y no como una obligación y el 70% cree que un voto hace la diferencia.
Por otra parte casi la totalidad de ciudadanos (el 86.9%) no se sienten comprometidos a votar por quién le da un regalo, lo que habla de una sociedad que mayoritariamente considera que su voto es secreto y sobre todo libre. No obstante aun hay ciudadanos que se sienten comprometidos a votar por el candidato que les dio un regalo (11.5%), aunque son minoría.
Ciudadanía y orientaciones cognitivas
En cuanto a las orientaciones cognitivas y, en específico, las concepciones sobre política se tiene que existe una muy mala percepción de lo que significa la palabra política ya que para el 32.8% representa aspectos negativos tales como corrupción, mentira, problemas, demagogia, cosa mala, inconformidad, sucio, injusticias, etc.; la palabra democracia es mejor vista, no obstante el 7.4% la relaciona con aspectos negativos como: no existe, mentira, porquería, falsas promesas,  no hay, puro hablar, falsedad, hipocresía, abuso, etc. y prácticamente el total de ciudadanos que tienen una percepción negativa de la palabra democracia también lo tiene de la palabra política.
En cuanto a cómo le gustaría a la gente que se gobernara: el 67.4% de los encuestados les gustaría que se hiciera uso del plebiscito y el 59.2% está a favor del uso del referéndum.
En relación al nivel de fiabilidad en los resultados electorales se tiene que el 34.1% de los encuestados confían tanto en los resultados de las elecciones de gobernador 2005 como en lo que hace el IFE, el 37.2% solo en alguno de los dos y el 28.7% no tienen confianza alguna en ellos.
En cuanto a si la iglesia tiene una postura política en particular, el 32.6% dice explícitamente que sí.
Los ciudadanos en relación a si saben cuánto tiempo duran en el cargo sus principales representantes políticos y si conocen el nombre de sus representantes políticos, se tiene que el 49.2% de los encuestados tienen dichos conocimientos políticos a niveles altos, el 37.9% a niveles medios y el 12.8% a niveles bajos. Sin embargo, este resultado contrasta con el hecho de que la mayoría de los ciudadanos (el 72.3%) dijo no conocer nada (19.5%) o poco la constitución (52.8%), apenas el 21.5% dijo conocerla lo suficiente como para exigir sus derechos y solo el 2.1% dijo conocerla mucho y consultarla frecuentemente.
Valores referentes a la permisividad del ciudadano
No existen tendencias de que los ciudadanos prefieran que se apliquen políticas de privatización, ya que únicamente el 9% de las personas encuestadas considera que se debe privatizar el sector salud.
La mayoría de los ciudadanos (58.5%) tienen una permisividad alta, el 38.5% media y el 3.1% baja. En lo que más están de acuerdo los ciudadanos es en que las mujeres participen en la política, los hombres en el trabajo del hogar y que la homosexualidad debe ser respetada, lo que menos se permite o causa más polémica es si se debe de permitir el uso de drogas como la mariguana, la muerte asistida y si es un derecho de las parejas tener relaciones sexuales antes del matrimonio.
Comportamiento político
En cuanto al comportamiento político se tiene que más de la mitad de los ciudadanos es políticamente poco dinámico y el 32.8% no hacen nada si tienen un problema que le afecta a el/ella y a otras personas. En cuanto a los que si hacen algo, alrededor del 40% lo que más hacen es firmar cartas de apoyo en primer lugar y en segundo lugar organizarse con otras personas afectadas. Posteriormente, en otro nivel poco menos frecuente, cerca del 25% de los ciudadanos hacen denuncias ante las autoridades, asisten a manifestaciones, mítines o huelgas, y piden apoyo al presidente, diputados o las autoridades. Es importante destacar que el uso de redes digitales sociales está siendo actualmente usado por los ciudadanos para promover sus ideas.
A diferencia del comportamiento político, los ciudadanos tienen un perfil altamente dinámico referente al comportamiento de ayuda social, el 34.6% tiene un perfil altamente dinámico, a diferencia del comportamiento político en el que solo el 6.2% tiene un perfil altamente dinámico. La mayoría de la gente (79%) ha donado dinero a la Cruz Roja o similares, donado alimentos, ropa medicina en caso de desastre y/o ha ayudado a alguien en caso de emergencia. Lo que hace poco menos de la mitad de la población (48.7%) es participar en actividades en beneficio de la comunidad. Sin embargo los ciudadanos socialmente hablando se puede decir que son muy activos y cooperativos.
Referente a las organizaciones de las que forma parte el ciudadano, el 82.6% de los ciudadanos se considera que tienen un perfil de incorporación a organizaciones nulo/bajo, realmente los ciudadanos tienen muy baja incorporación a organizaciones formales. Los que sí forman parte de una organización en su mayoría dijeron que forman parte de una organización religiosa, después deportiva o de cultura y luego a la asociación de padres de familia, en cuanto a organizaciones políticas aproximadamente el 12% dijo formar parte de un partido político, de la junta vecinal o sindicato, y todavía menos aproximadamente el 10% forma parte de una agrupación ecologista ambientalista o de ayuda social.
Este panorama dibuja una ciudadanía que no está organizada formalmente, no busca las organizaciones, no las hace, no obstante ayuda socialmente hablando en momentos en que se le requiere, pero políticamente hablando muestra una gran apatía a movilizarse.
Esta apatía por la política también se muestra en el hecho de que el 66.9% de los ciudadanos tienen poco o nulo interés en asuntos políticos, en lo que menos se interesa la gente es en el gasto en campañas electorales o la rendición de cuentas (aproximadamente el 25% se interesa), y lo que más le interesa a la gente de los asuntos políticos son los apoyos económicos del gobierno a la sociedad (el 45.9% del total muestral).
No obstante los ciudadanos muestran más interés en los asuntos de interés públicos, el 50% muestra un interés alto en temas como seguridad, recolección de basura, pavimentación, etc.
Para informarse sobre asuntos políticos los ciudadanos utilizan predominantemente la TV, y en una mucho menor proporción el periódico, internet, radio, etc.
Ciudadanía y orientaciones valorativas
          En cuanto a cómo evalúa el acceso a tener trabajo, educación, servicios de salud y vivienda, la mayoría de los ciudadanos, el 57.9% hace una evaluación buena, ya que considera que tiene mayor acceso a dichos servicios que hace 5 años, el 33% una evaluación regular considerando que las cosas siguen igual y el 9.1% considera que estamos peor que hace 5 años.
En cuanto a la libertad que sienten los ciudadanos para expresarse libremente es importante apuntar que la mayoría, un 59% de los encuestados, se sienten libres de expresarse sobre cualquier idea donde sea sin que haya represión política o de algún tipo; no obstante, el restante 41% preocupa ya que dice que no o se queda callado cuando se le pregunta si se siente libre de expresarse.
Asimismo el 31% de los encuestados está poco o nada satisfecho con el respeto de sus derechos ciudadanos, la mayoría el 42.1% están medianamente satisfechos y el 23.4% mucho o totalmente satisfechos. Esto se corresponde con que el 35.6% de los ciudadanos está satisfecho con la democracia actual en la ciudad y el 45.6% que no. Asimismo con el hecho de que el 53.1% de los ciudadanos considera que está más cerca de un gobierno que se impone y el 33.8% de uno que consulta.
Referente a la libertad de los medios para difundir información el 29% de los encuestados considera que es menor, el 25.1% considera que es igual y el 25.6% cree que es mayor.
En cuanto a aspectos de seguridad pública, corrupción y violencia más de la mitad de los ciudadanos consideran que tenemos menos oportunidades de tener una mejor seguridad pública (51.3%), también aproximadamente la mitad (47.9%) cree que hay una mayor corrupción que hace 5 años y la mayoría (82.3%) cree que hay mayor violencia en la ciudad. Por lo que en este tipo de aspectos se puede decir que se tiene una evaluación regular al respecto. Esto se corresponde con lo que los ciudadanos creen que es el principal problema en la ciudad, la inseguridad (41.3% de los encuestados dijo eso), luego 20% consideró que la corrupción y posteriormente la gente cree que es la falta de empleo y la pobreza, una minoría considera que lo es el deterioro ambiental (1.3%).
En cuanto al nivel de confianza que se tiene en funcionarios e instituciones públicas se tiene que más de la mitad de los ciudadanos (54.6%) tiene una confianza nula o baja, el 24.6% media y el 20.8% alta. Los ciudadanos que si confían en las instituciones lo hace más de la mitad en el ejército, la CNDH, el IFE y el Presidente Municipal, en otro nivel un poco menor al anterior (entre el 40% y 50%) confían en el Presidente de la República y jueces y juzgados. En quienes menos confía el ciudadano es en los partidos políticos, los diputados locales, senadores, diputados federales y policía.
Referente al perfil de los ciudadanos que votan por el PRI, PAN y PRD
Los ciudadanos que tienen más de 44 años tienden a votar más por el PRI, los que tienen entre 30 y 44 lo hacen más por el PRD pero también por el PRI y predominantemente los jóvenes ciudadano menores de 30 años votan más por el PAN aunque también por el PRD.
Todo tipo de electores votan por el PRI independientemente de su nivel de estudio, con el PAN sucede casi lo mismo, pero los que votan por el PRD tienden a tener un nivel de estudio de universitario superior (licenciatura/ingeniería) (45.2%).
La religión no es un elemento que influya mucho en las preferencias electorales, aunque son un poco más los que no tienen ninguna religión quienes más votan por el PAN y el PRD.
El mayor voto duro es del PRI. El PAN y PRD se puede considerar que tienen mayoritariamente un voto flotante que puede cambiar de elección a elección. Asimismo los que votan por el PRI son votantes consolidados, lo que quiere decir que dijeron que votaron en las pasadas elecciones y que votarán en las siguientes, lo mismo sucede para el PRD, pero los que votan por el PAN son ciudadanos un poco menos consolidados (82.75% del total que votará por el PAN).
Los que votan por el PRI y el PAN tienden a tener un comportamiento político poco o medianamente dinámico. Los que votan por el PRD son más dinámicos, tienden a tener un perfil mediana o altamente dinámico en comportamiento político.
El nivel de incorporación de organizaciones de los que votarán por el PRI y el PRD es bajo, pero aun más bajo el de los que votan por el PAN.
Los que hacen una mejor evaluación económica son los del PRI, los que peor evalúan los resultados económicos son los del PAN, y los que prefieren al PRD tienden a decir que económicamente hablando las cosas están regulares.
Los que votan por el PRI tienden a tener una confianza alta o media en instituciones políticas, los que votan por el PAN presentan las mismas características, pero son más los que confían medianamente que los que confían altamente y los que prefieren al PRD tienden a tener una confianza en las instituciones predominantemente baja y luego media.
La permisividad de los que votan por el PRI y el PAN es media o alta pero los que votan por el PRD tienen una permisividad predominantemente alta.
Los que más confían en el IFE y en que se haya respetado el voto en el 2005 son los que prefieren al PRI y los que confían de forma mediana son el PAN y PRD, pero los que prefieren al PRD son los que menos confían.
Los que votan por el PRI ejercen mayoritariamente un voto por el partido o por el candidato, los que votan por el PAN y PRD al igual lo hacen por el partido pero más por los proyectos que quieren implementar y en una menor proporción por el candidato. No hay evidencia significativa que indique que la gente con determinadas preferencias partidarias ejerza más un voto castigo-premio.
Los que votan por el PRI se ubican predominantemente como de derecha o centro, los que votan por el PAN como centro o de derecha y los que votan por el PRD como de izquierda o centro izquierda.
Los que votan por el PRD y PAN tienden a tener conocimientos políticos altos, los que votan por el PRI los tienen en una menor proporción y en general tienen conocimientos políticos medianos o altos casi en la misma proporción.
Los que votan por el PRD son los que tienden a ubicar más la mayoría o todos los partidos en el espectro político derecha-izquierda, posteriormente los que votan por el PAN y en una ligera menor proporción los del PRI.
Por otra parte en éste capítulo se puntualizó que hay una cultura política particular y diferente por sexo, tipo de elector (joven, maduro, consolidado), nivel socioeconómico, estudios máximos e inclusive religión. Asimismo que el tipo de cultura política cambia según la persona vaya a votar por el PRI, PRD o PAN en las próximas elecciones.
          Por otra parte existe una cultura política específica para las personas que votan al igual que otra cultura política para las personas que no votan. Un 62.1% dijo que votó en las pasadas elecciones y que votará en las siguientes elecciones de gobernador 2011 y un 10.3% dijo que no votó ni votará en las próximas elecciones de gobernador 2011, estas personas (que no votan) son mayoritariamente electores jóvenes (52.5%) en contraste los que sí votan que son principalmente electores maduros (38.2%) o consolidados (35%), los que no votan tienden a no practicar ninguna religión (42.5%) y los que votan son predominantemente católicos (74.8%). Los que no votan son los que menores ingresos tienen (nivel socioeconómico muy bajo -E) en contraste a los que sí votan que tienen más ingresos que los que no (nivel socioeconómico bajo bajo -D). Son ligeramente más hombres que mujeres los que tienden a no votar y más mujeres que hombres los que tienden a votar. El nivel de permisividad es más alto en las personas que no votan (67.5%) que en las que sí votan (55.4%).
          La mayoría de las personas que no votan (75%), en dado caso que fueran a votar, no ejercerían un voto duro, mientras que las personas que sí votan, casi la mitad (46.3%) sí ejercen un voto duro. Por otra parte los que no votan ejercerían más el voto castigo que los que sí votan, los cuales ejercen más el voto por el candidato.
La mayoría de los que no votan (65%) considera que ningún partido representa sus intereses, mientras que los que sí votan  el 50.1% dice que algún partido defiende sus intereses. Ninguno de los ciudadanos que no votan ven conveniencia en que cierto partido gobierne, mientras que los que votan el 46.7% sí la ve. Asimismo más de la mitad de los que no votan (55%) no confían nada en las instituciones y funcionarios políticos en contraste, los ciudadanos que sí votan y no confían en las instituciones es solo del 9.1%. Al respecto los que no votan tienen una fiabilidad nula en los resultados electorales, mayoritariamente (70%) y los que sí votan casi la mitad (48.3%) tienden a confiar totalmente, al igual, los que no votan son los que más tienden a considerar que no se respetó el votó en las elecciones de gobernador 2005 (32.5%), mientras que los que si votan el 70.2% dice que sí se respetó el voto.
Los que no votan son los que menos satisfechos están con el respeto de sus derechos ciudadanos, menos que los que sí votan. Por otra parte, los que no votan son los que tienden a ubicar menos los partidos en el espectro político derecha-izquierda a diferencia de ellos los que si votan ubican más los partidos en el espectro político, de hecho casi la mitad de los que van a votar (47.7%) ubica todos o la mayoría de los partidos en el espectro en contraste con los que no que es solo el 27.5% los que ubican todos o la mayoría de los partidos. Al igual el nivel de conocimientos políticos tiende a ser medio o bajo en los que no votan y alto o medio en los que votan. La mayoría de los que no votan (72.5%) no se ubica en el espectro político derecha-izquierda y los que lo hacen se considera como de de izquierda (12.5%) o centro (10%), en cambio más de la mitad de los que votan (57.4%) se ubican en el espectro político y predominantemente como de centro (17.8%) o de derecha (19.8%).
          Los que no votan ven el voto más como un derecho que como una obligación (82.5%), los que sí votan presentan la misma tendencia pero en una menor proporción (75.2%). Casi la mitad de los que no votan (47.5%) creen que un voto no hace la diferencia de forma ligeramente predominante en cambio los que si votan la mayoría (78%) cree que un voto sí hace la diferencia. Los que votan creen más que están más cerca de un gobierno que consulta (41.3%) mientras que los que no votan solo el 15% considera que está más cerca de un gobierno que consulta más que de un gobierno que se impone (el 60%).
El 9.5% de los que votan dice que se debe privatizar el sector salud en cambio los que no votan dicen en mayor medida que sí se debe privatizar (17.5%).
          Por otra parte los que votan hacen más una evaluación económica buena más que los que no votan (63% en contraste a 52.8%).
          Finalmente existen variables específicas que influyen en el hecho de que la persona haya votado en las elecciones de gobernador 2005 y lo haga en las del 2011, es más probable que un ciudadano que dijo que votó e irá a votar tenga una mayor confianza en el IFE así como en los resultados electorales, ejerce un voto duro (lo cual habla del compromiso con el partido), es más adulto que joven. Asimismo, consideran que el voto es más una obligación que un derecho y los que van a votar tienden a tener mayores conocimientos políticos.