PROPUESTA DE GUÍA DE ADMINISTRACIÓN EDUCACIONAL DEL EJERCICIO JURÍDICO DE LOS ESTUDIANTES DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE CIENFUEGOS

PROPUESTA DE GUÍA DE ADMINISTRACIÓN EDUCACIONAL DEL EJERCICIO JURÍDICO DE LOS ESTUDIANTES DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE CIENFUEGOS

Katiuska Hernández Fraga (CV)
Universidad de Cienfuegos

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Capítulo 1: Referentes teóricos sobre administración, gestión educativa y administración educacional.
1.1 Acercamiento al surgimiento de la administración y su concepto.

La palabra administración proviene del latín “ad” y “ministrare”, donde ad significa al y ministrare significa servicio de, o sea, cumplimiento de una función bajo el mando de otra persona o prestación de un servicio a otro. La primera definición de administración se elabora en el año 5000 a.C. por los sumerios, quienes son la primera civilización conocida que registra las operaciones comerciales. Años más tarde, los egipcios fueron pioneros en lo que respecta a la descentralización del mando y las actividades. En el imperio japonés el comandante Sun Tsu reconoce en su obra “El Arte de la Guerra” la necesidad de planear, dirigir y controlar, lo que constituye premisa importante hasta los días actuales (Bupo, Gattás, Mauri, Peman, Rossi, & Sanz, 2009).
En la antigua Roma, aunque los escritos sobre administración están incompletos, se destaca que mediante el uso del principio piramidal y la delegación de autoridad, la ciudad llega a ser un imperio con una organización y eficiencia que nunca antes se habían conocido (Tristá Pérez, Administración Universitaria, 2001, pág. 6). A ello se deben los términos gestión, dirección y administración, que tan confusos resultan hoy en día y que se analizan con posterioridad.
Las condiciones que se crean a partir de la Revolución Industrial del siglo XVIII, propician la aparición de la administración como esfera independiente de la actividad del hombre. El surgimiento de distintos conceptos, principios y teorías sobre el proceso administrativo adquiere un perfil definitivo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Al final de la II Guerra Mundial casi todo el mundo concientizaba el fenómeno de la administración que surge como un tipo de trabajo digno de reconocer.
En los últimos 150 años la administración logra un impacto sus­tancial en el mundo de la producción a través de la inserción efectiva del conocimiento en los procesos laborales, por su capacidad para coordinar el trabajo de personas, con diferentes habilidades y conocimientos para llevar a cabo tareas comunes (Tristá Pérez, Administración Universitaria, 2001, pág. 7). La nueva visión de la administración favorece al desarrollo de las Teorías Administrativas. Los orígenes más identificables se encuentran en los pronunciamientos de la Administración Científica. 1 La cuestión de cómo organizar el trabajo, es vista como un problema técnico cuya solución se obtiene al seguir los cánones de la ciencia, al aplicar criterios de eficiencia y al ofrecer una paga justa.
En los años 20 se cuestiona la Teoría de la Administración Científica y se proclama la importancia del factor humano. La nueva doctrina de las Relaciones Humanas 2 se fundamenta en el nacimiento de la administración de personas. Su fundador más reconocido es Elton Mayo (Tristá Pérez, Administración Universitaria, 2001, pág. 9). El avance de la matemática aplicada y la cibernética, propicia una vuelta al racionalismo, aunque en una nueva dimensión, al racionalismo sistémico. Sus fundamentos se centran en la investigación de operaciones y la Teoría Organizacional.
En la década de los años 60 aparece la Teoría de la Contingencia y sacude los criterios básicos de las Relaciones Humanas al proclamar que la idoneidad de la estructura organizativa depende de las especificidades de su entorno y tecnología (Tristá Pérez, Administración Universitaria, 2001, pág. 8) .Con el crecimiento de la economía de servicios, surge mayor número de profesionales cuyas ocupaciones son más especializadas y con menos posibilidad de control que las ocupaciones tradicionales ofreciendo una nueva aproximación de la teoría administrativa: la Cultura Organizacional. Un principio básico del enfoque cultural es la búsqueda del compromiso de los trabajadores a través de la vinculación de su propio bienestar con el bienestar de la entidad. 3
Aunque el desarrollo de la Teoría Administrativa se muestre como un movimiento pendular, lo cierto es que muchos conocimientos y prácticas se consolidan y otros son la base de nuevos enfoques y aproximaciones que dan lugar al desarrollo del conocimiento en la esfera administrativa (Tristá Pérez, Administración Universitaria, 2001, pág. 9). La importancia del conocimiento para la ciencia de la administración; así como los antecedentes referidos, sumados a una enormidad de experiencias y postulados, constituyen la base de la que partieron algunos de los pensadores clásicos de la administración4 para desarrollar su trabajo y ofrecer una aproximación de lo que sería la administración. Es lógico que la administración, como actividad, se defina de varias formas distintas en dependencia de las escuelas administrativas, e incluso, de cada uno de sus representantes.

1.1.1 Concepto de administración.

Las situaciones en la administración son muy diversificadas impidiendo que existan dos actividades iguales. Cada una tiene sus objetivos, su campo de actividad, sus directivos y su personal, sus problemas internos y externos, sus recursos financieros, su tecnología, sus recursos básicos, su ideología, su política y un sin número de otros factores que las diferencian. La administración, se define como el proceso de diseñar y mantener un ambiente en el que las personas, trabajando en grupos, alcancen con eficiencia metas seleccionadas (Koontz & Weihrich, Administración una perspectiva global, 1999, pág. 3). Su objetivo es lograr la productividad enfocada a obtener fines o resultados.
Para James A. y Stoner la administración “es el proceso de planear, organizar, liderar y controlar el trabajo de los miembros de la organización y de utilizar todos los recursos disponibles de la empresa para alcanzar objetivos organizacionales establecidos” (Stoner J. , 2007, pág. 4). Según Heinz Weihrich la administración es vista como “el proceso de influir en los seres humanos para que contribuyan a los propósitos organizacionales. Consiste en liderazgo, comunicación y motivación.” (Weihrich, pág. 259). Para Idalberto Chiavenato “la administración es la conducción racional de las actividades de una organización, sea lucrativa o no lucrativa. La misma trata del planteamiento de la organización, (estructuración) de la dirección y del control de todas las actividades diferenciadas por la división del trabajo que ocurren dentro de una organización.” (Chiavenato, Introducción a la Teoría General de la Administración, 2000, pág. 12)
Si se interpretan las definiciones anteriores se puede concluir que entre ellas existen aspectos comunes. A saber:

  • Es un proceso: constituye una serie, un conjunto de pasos encaminados a un fin determinado (Levis Vázquez, 2004, pág. 4). Es una forma sistemática de hacer las cosas (Colectivo de autores, pág. 7).
  • Enfoque funcional: presenta a la administración como la actividad de planear, organizar, dirigir y controlar. Es reconocido como la forma más adecuada para el estudio y comprensión del trabajo de dirección.
  • Existencia de objetivos.
  • Jerarquía: se organiza a través de estructuras.
  • Eficiencia de la actividad: entendida como el uso racional de los recursos materiales y financieros (Levis Vázquez, 2004, pág. 4).
  • Eficacia: capacidad de escoger los objetivos apropiados (Levis Vázquez, 2004, pág. 4).
  • Hacer a través de otros.
  • Coordinación de recursos.

Al analizar los aspectos expuestos la autora de la presente investigación considera a la administración como el proceso que se encamina a alcanzar los objetivos con un uso racional de los recursos materiales y humanos, mediante la planificación, organización, mando y control. Administrar implica orientar, influir y motivar para que se realicen tareas esenciales donde juega un papel fundamental el factor tiempo.
El concepto de administración que se ofrece no se limita a la empresa o a una institución, sino que se aplica a todo grupo humano que de alguna forma está organizado para el logro de una meta. La administración busca siempre un fin eminentemente práctico: obtener resultados. El conjunto de sus principios, reglas e instrumentos auxiliares se orientan a obtenerlos.
En los momentos actuales, la administración está al servicio de la sociedad, haciéndola más productiva para el cumplimiento de sus objetivos. El mundo de hoy es muy complejo, todas las actividades son planificadas, coordinadas, dirigidas, controladas y ejecutadas por personas mediante la utilización de recursos humanos y materiales. Administrar dichos recursos es siempre una necesidad natural, obvia y latente del ser humano.

1.1.2 Características de la administración.

La administración posee características inherentes que la diferencian de otras disciplinas y tiene un carácter universal al existir en cualquier grupo social, posee valor instrumental dado que su finalidad es eminentemente práctica y resulta ser un medio para obtener un fin y no un fin en sí misma (Hernández Rodríguez, 1994, pág. 2). La administración es una ciencia compuesta por principios y técnicas cuya aplicación a conjuntos humanos permite establecer sistemas racionales de esfuerzo cooperativo, a través de los cuales se pueden alcanzar propósitos comunes que individualmente no es posible alcanzar (Arias Gago, 2004).
Al analizar los criterios antes referidos resulta innegable la trascendencia que tiene la administración en la vida del hombre y en el cumplimiento de sus metas. Por ello, se considera necesario mencionar las características más relevantes que fundamentan la importancia de la administración y su aplicación a cualquier actividad que se encuentre encaminada al cumplimiento de objetivos establecidos (Chiavenato, Introducción a la Teoría General de la Administración, 2000, pág. 21).

  • Universalidad: El fenómeno administrativo surge donde quiera que exista un organismo social, debido a la existencia de la coordinación sistémica de medios y es el proceso global de toma de decisiones orientado a conseguir los objetivos mediante la planificación, organización, mando y control. La administración es imprescindible para el adecuado funcionamiento de cualquier actividad.
  • Especificidad: El fenómeno administrativo es específico y distinto a cualquier otro al poseer características propias que no permiten confundirlo con otras ciencias o técnicas.
  • Simplificación del trabajo: Simplifica el trabajo y el cumplimiento de los objetivos trazados para realizar cualquier actividad al establecer principios, métodos y procedimientos para lograr mayor rapidez y efectividad.
  • Productividad y eficiencia: La productividad y eficiencia de cualquier actividad está en relación directa con la aplicación de una buena administración encaminada al logro de objetivos preestablecidos.
  • Flexibilidad: Los principios y funciones administrativas se adaptan a cualquier actividad con objetivos definidos.

La administración es afín a todas aquellas ciencias o técnicas relacionadas con la eficiencia en el trabajo y el cumplimiento de objetivos (Ayala Villegas, 2006). La rigidez en la administración es inoperante, mientras sus conceptos, teorías y principios administrativos se adaptan a las necesidades propias de cada grupo social (Hernández Rodríguez, 1994, pág. 2).

1 Los principios básicos de la teoría fueron: 1. Creencia inconmovible de la utilidad y moralidad del razonamiento científico, 2. Axioma de que las personas son primeramente racionales y 3. Suposición de que todas las personas ven su trabajo como un entorno económico.

2 En oposición directa al racionalismo e individualismo de la administración de personas, los seguidores de las relaciones humanas, argumentan que los trabajadores eran primeramente seres sociales, orientados por las necesidades de participación y aceptación y que la base de la productividad era la cohesión del colectivo.

3 A diferencia de la teoría de las relaciones humanas el compromiso de los trabajadores no debía implicar la pérdida del individualismo y la autonomía.

4 Algunos de los pensadores clásicos de la administración son: Stoner, Sverdlik, Weihrich, Koontz y Chiavenato.