Gabriela Campodónico1 
Martín Fabreau 2
Introducción.
  Si bien el  Turismo en tanto práctica cultural tiene la edad de la modernidad, en Uruguay,  las apuestas al Turismo como actividad generadora de riqueza datan de  principios del siglo veinte, asociándose ese impulso a la necesidad de  diversificación de la economía. El modelo seguido en ese período estaba  fundamentado en la experiencia europea, y tendría diversas repercusiones que  van desde el diseño de la ciudad capital hasta las prácticas asociadas al ocio.  Desde esa época, el interés en la actividad turística tanto a nivel oficial  como privado, ha ido en aumento. (Da  Cunha y Campodónico, 2005)
  En cuanto a la necesidad de conferir un espacio académico al estudio del  turismo, este proceso es aún más reciente: los estudios universitarios en  Turismo se inician en el país en 1997. Desde entonces, han ido consolidándose  las carreras en Turismo de la Universidad de la República,3  así  como bachilleratos técnicos a nivel de Educación Media, además de diversas  ofertas de carreras y cursos a nivel privado. Por último, la investigación en  turismo en el campo de las ciencias sociales  de corte académico es  incipiente y se  desarrolla en un contexto no siempre favorable, quizás por cierta reticencia  generada a trabajar con un objeto con las características del Turismo, al cual  además de atribuírsele un estatus epistemológico de segundo orden, en tanto  actividad, suele asociársele al Mercado y al denominado “Tercer Sector”.
Turismo místico en el Uruguay contemporáneo.
  El presente texto procura aproximarse y reflexionar sobre una práctica  poco extendida y conocida en Uruguay como lo es el turismo místico; más  concretamente se trabajará sobre el caso de un “Tour Místico” que tiene lugar  en la ciudad balnearia de Piriápolis, ubicada a casi 100 kilómetros al Este de  la capital uruguaya, Montevideo, sobre las costas del Río de la Plata.  Piriápolis forma parte del Departamento de Maldonado, su población fija es de  7600 habitantes, aumentando considerablemente en los meses de verano (diciembre  – marzo)  debido a la afluencia de  turistas, fundamentalmente argentinos. 
  Cabe señalar que si bien el turismo místico no es de las modalidades más  demandadas, además de Piriápolis, en Uruguay existen algunos otros destinos  para este tipo de práctica. El más popular y visitado es el caso de la  “Estancia La Aurora” en Departamento de Salto sobre el límite departamental con  Paysandú, aproximadamente a 500 kilómetros al noroeste de Montevideo. 
  Como si fuera un signo de estos tiempos que corren, en ese lugar se  emplaza una gruta a modo de santuario dedicado al Padre Pio de Pietrelcina4  a la  que diariamente llegan muchísimos peregrinos, y además es un espacio adonde  llegan diversos grupos holísticos sensibilizados con el fenómeno Ovni y la  Nueva Era (Lugo y Pohyu: 2009). 
  En esta modernidad tardía, la práctica en sí del turismo místico en  nuestro país no debería sorprender si no fuera quizás por el contexto histórico  y social en el que acontece. 
  Producto de un proceso integrador de particularismos culturales y  homogeneizante de diferencias a nivel de la sociedad civil, la construcción  del  Uruguay en tanto Estado-Nación está  asentada en la configuración de una matriz laica (Guigou, 2009), y esa marcada  tradición de laicidad se basa en un importante proceso secularizador que  comienza a fines del siglo XIX y que culmina en la tercera década del siglo XX  con la separación entre la Iglesia y el Estado (Da Costa, 1999)
  “El proceso que localmente se ha llamado “proceso de secularización del  Uruguay”  fue en definitiva un itinerario  histórico de construcción nacional en que el Estado emergente y la Iglesia  Católica pugnaron por la ocupación de lugares públicos (…) El proceso de  separación de la Iglesia y el Estado culmina hacia 1920. El Estado uruguayo  logra consolidarse hacia 1904 y en los primeros años del siglo XX se desarrolló  un proceso social de modernización muy importante para el país ya que tuvo  características fundacionales.” (Da Costa, 1999: 134) 
  Consecuencia de ese el “laicismo privatizador de corte anticlerical” (Guigou,  1996: 46) es que se va consolidando un repliegue de la creencia  religiosa en general y del catolicismo en particular hacia la órbita de lo  privado (Da Costa, 1999; Guigou, 1999). 
  Esta matriz laicizadora determinó que el espacio de la nación fuese  descaracterizado en términos religiosos, habilitando la privatización de las  creencias y su erradicación del ámbito público. El igualitarismo aquí se impone  de la siguiente manera: la descaracterización religiosa permitió que los  diferentes contingentes poblaciones que conformaban la nación laica pudiesen  adscribirse a una modalidad de ciudadanía –producida en las escuelas y otros  ámbitos estatales-, en la cual las creencias religiosas no fuesen una limitante  para la incorporación plena al espacio nacional. (Guigou, 2009: 88)
De esta forma, a esa “marginalidad epistémica” de los estudios turísticos  en el Uruguay se le suma aquella que tiene que ver con el abordaje de  cuestiones relativas al estudio de la Creencia, y que de una manera u otra ha  dificultado los abordajes que comporten alguna dimensión relativa al fenómeno  religioso; “podría decirse que desde un  cierto sentido común académico, aquellos investigadores que se dedican al  estudio de la religión en el Uruguay, están frente a un objeto dudoso, tal vez  un remanente del proceso civilizatorio uruguayo.” (Guigou, 1996: 44). 
  No obstante lo anterior y en un contexto ya  más general, aquellas profecías sociológicas  que marcaban un retraimiento cuando no ya una desaparición de la religión no se  han cumplido (Da Costa, 1999); más bien lo que ha ocurrido es que la creencia  religiosa no sólo permanece sino que está en expansión, aunque bajo la órbita  de nuevas configuraciones (Hervieu-Léger, 2005). Autores como Daniele  Hervieu-Léger caracterizan a esta modernidad religiosa señalando una crisis institucional de las religiones  tradicionales tanto en lo que hace a la regulación de la creencia como en la  transmisión de la misma; es decir, una sociedad secularizada en que la  desregulación de la creencia se masifica y comienzan a emerger nuevas formas  autónomas de individualización y de subjetivación del creer y del practicar,  alejadas de la órbita del control institucional (Hervieu-Léger, 2005). A todo  esto, y a pesar de su tradición laica, el Uruguay no permanece ajeno al  conjunto de esas nuevas dinámicas (Mallimaci et al, 2007).
  Es en ese marco que o bien comienzan a proliferan aquellas religiones del self (Steil et al: 2008),  como en el contexto de esa matriz de  espiritualidad y creencia llamada “Nueva Era” en donde se produce una  abigarrada combinación de sistemas religiosos, tradiciones y prácticas  corporales (Cábala, Templarios, Alquimia, Ovnis, Yoga, etc.), o bien se entremezclan  con religiones tradicionales como el Catolicismo; todo ello termina habilitando  diversas subjetivaciones de lo sagrado de corte individual, originadas mayormente en  construcciones personales estrechamente vinculadas con lo vivencial, y que trascienden mayores prescripciones institucionales. 
  A los efectos de este trabajo, esa diversidad  de modalidades de subjetivación de la creencia operando en el contexto de un  país secularizado, donde de una forma o de otra continúa operando una matriz  laica, hace de telón de fondo para la práctica del turismo místico. 
  Como toda práctica turística, el turismo  místico presupone un encuentro; y en este caso concreto es un encuentro que  comporta dos dimensiones. Por un lado un itinerario. Ese itinerario propicia el encuentro no tanto con una población local sino con una diversidad de  objetos, lugares y textos en un tour altamente performático en el que priman  experiencias físicas, sensoriales y hasta afectivas. Y es precisamente en ese encuentro y en  un espacio ‘espectacularizado’ que se busca un encuentro de otro orden; el  encuentro (o reencuentro) del viajero consigo mismo. 
Los muchos Piria.
  Francisco Piria, creador e impulsor del hoy balneario Piriápolis, nació  en Montevideo el 21 agosto de 1847. Hijo de un inmigrante italiano y de una  inmigrante francesa, quedó huérfano de padre tempranamente. En esas  circunstancias y en el contexto convulsionado por la Guerra Grande 5,  habría sido enviado a Italia para recibir su primera educación.
  Retorna a Montevideo a los trece años, donde parece no encontrar su hogar  de origen, por lo que inicia un periplo que incluye el trabajo rural y el  enrolamiento en filas del Partido Nacional6  (Martínez Cherro, 2008).
  En 1867 instala una casa de remates que permanecería en actividad hasta  1875. Dueño de un estilo de promoción florido, remató todo tipo de bienes, e  hizo de los remates atractivas fiestas populares, en las que además de adquirir  objetos variados tales como “anillos con brillantes falsos o relojes garantidos  por un año, mientras no se pararan” (Piria en Martínez Cherro, 2008) se podía  comer y beber. Esta actividad pronto se relacionaría con los negocios  inmobiliarios, particularmente la venta de terrenos. El contexto económico  permitió a Piria implementar las ventas a plazos, lo que constituiría su sello  en variados emprendimientos. Se lo ha reconocido como el fundador de setenta  barrios montevideanos, que loteó y vendió a crédito, de pueblos como Joaquín  Suárez y de su obra más personal, el balneario que se llamaría Piriápolis.
  En 1890 comienza el proceso de creación de la que finalmente sería  Piriápolis, que en un principio supuso un “vasto plan agronómico, balneario e  industrial”  (Martínez Cherro, 2008: 9).  Piria compra una fracción de campo de 2700 hectáreas, que se extiende desde el  Cerro Pan de Azúcar hasta la costa, concibiendo un conjunto de planes para el  lugar, algunos de ellos puestos en funcionamiento en las siguientes décadas,  como el cultivo de tabaco y la plantación de olivos y de uva para la  fabricación de licores. La idea de la ciudad balnearia que perdura hasta hoy y  de la construcción de hoteles estuvo presente también desde el inicio de la  empresa.
  Ya en 1893 se delinearon y establecieron muchos de los atractivos que  continúan siendo hasta hoy propios de Piriápolis: la Rambla de los Argentinos,  el puerto y un conjunto de lugares significativos, como la Virgen Stella Maris  o de los pescadores, la fuente de Venus, el Castillo de Piria, el Cerro del Inglés  (hoy Cerro San Antonio) (Da Cunha et al, 2011)
  No cabe duda de que la personalidad e impulso del fundador fue una  inmensa influencia en la concreción de su obra, que en muchos aspectos quedó  trunca a su muerte en 1933. 
  Además de la figura de lo que hoy se calificaría como “emprendedor”, hijo  de  inmigrantes que solito se hizo a sí  mismo, comerciante exitoso, Piria ha sido leído como intelectual -escribió  varios libros sobre temas diversos-, como pensador político y como místico,  iniciado en los secretos de la alquimia y de la cábala. Es en este último  aspecto que hace hincapié la promoción del turismo místico que desde hace más  de una década se lleva adelante en el balneario.
Piria hermético.
  De acuerdo a la versión mística, Piria conoció los secretos de la  alquimia y de la cábala en su temprana infancia, en Italia. Su tío Juan,  sacerdote jesuita, lo habría iniciado en estas disciplinas. Las  interpretaciones racionalistas sobre su vida y su obra no mencionan o minimizan  este aspecto, reconociendo, en todo caso, un costado religioso en su  personalidad.
  Piria fue también masón, pero pronto se desilusionó de la sociedad  secreta, entre otros desacuerdos (“viven en la oscuridad en la época de la  luz”), por las demandas económicas que recibió en su pasaje por la logia a la  que perteneció. (Martínez Cherro, 2008)
  Piriápolis, que en origen y por elección de Piria, se llamaría  “Heliópolis” (ciudad del sol, en la que renace el Ave Fénix), habría sido  creada con una intencionalidad mística, y este mensaje puede ser leído ya sea  por los iniciados o por quienes buscan esos signos en la ciudad.
 Turismo   Místico en Piriápolis.
   Existe actualmente en Piriápolis  una iniciativa turística asociada al aspecto místico que Piria quiso dar a la  ciudad.
  Hay un rincón en  Uruguay donde la costa se encuentra con los cerros y donde la historia se  proyecta hacia el futuro por una puerta única: el misticismo de su creador, de  su energía, de sus leyendas, de sus posibilidades: se llama Piriápolis  (“Piriápolis se promueve como punto estratégico del turismo místico”, MINDTUR,  2006)
  Así presentaba el Ministerio de Turismo el Piriápolis Místico en el año  2006. El emprendimiento ha sido declarado de interés turístico nacional y de  interés turístico departamental, logrando de este modo apoyo a nivel oficial.
  La agencia Umbrales propone diversos tours en varios formatos, tales como  la “ruta mística- peregrina,  Sierra de  la Ánimas, y tour bio-energético” (Folleto de la Agencia Umbrales, 2010). Estos  tours duran desde tres horas a varios días, como es el caso de la ruta mística  peregrina. Sus actividades se desarrollan durante todo el año, teniendo un  punto alto en el “mes bioenergético místico”, que se desarrolla desde el  principio de la primavera austral, el 23 de septiembre, al 24 de octubre de  cada año. Apunta a un público selecto, “más de calidad que de cantidad”.
  En el siguiente  apartado se describirá el tour que recorre la ciudad, mostrando  a través del discurso el modo en  que se presenta el lugar.
El tour místico.
  “Después hay guías históricos  que le van mezclando un poquito de la mística  que está bien, pero no es el Piriápolis místico. El Piriápolis místico apuesta  a que vivas la experiencia, a que medites y aprendas a trabajar con la  simbología, sea en Piriápolis, sea en cualquier parte del mundo, a muchos que  vienen de Europa les enseño cómo pararse dentro de un templo, cómo recorrerlo,  cómo conectarse con los símbolos y las estatuas   y a trabajar la energía y se van chochos, eso sí, puede haber en alguno  un poco de incomprensión, pero el tema pasa por la ignorancia del conocimiento,¿  no?.” 
El tour es guiado por el creador de este emprendimiento, que de aquí en  más será denominado “CR”.
  La narrativa  mística explica la fundación de la ciudad en ese lugar por sus características  energéticas. La energía propia del lugar es reconocida no solamente por  aquellos que buscan una experiencia espiritual, sino que es percibida por  muchos otros, de un modo más o menos consciente. Los indígenas que habitaron la  zona, también la eligieron por idénticos motivos. Resulta fundamental la figura  del Piria, hermético  en esta narrativa:
  “Piria era una persona  espiritual pero no era religioso, era un iniciado. Las corrientes filosóficas  algunas son espirituales, otras no, muchas religiones dejan mucho que desear  dentro de lo que es la espiritualidad también. Son temas de etapas  evolutivas de la humanidad. (…) La  personalidad histórica no, primero porque como hay tantas versiones de Piria,  como hay investigadores históricos, nosotros nos dedicamos a la parte mística  de Piria, lo que él dejó como legado místico espiritual, no entramos tanto en  su vida personal… Y tomamos a Piria porque dejó un legado, dejó una ciudad  armada para la Era de Acuario donde vienen muchos iniciados a trabajar con la  ciudad y no pueden creer,  muchos de  ellos que han venido de Portugal…  que  vengan  y digan “che, no podemos creer  que sea una ciudad armada para trabajar con la cábala, el árbol de la vida con  sus calles y plazas miradas desde arriba, es increíble”, dicen , nosotros en  Europa tenemos muchos lugares místicos, Catedrales, Iglesias , cerros, círculos  de piedra, etc, pero una ciudad así hecha por un ser, además por un ser solo, no por una comunidad,  no una corriente filosófica, ni tampoco una religión, fue Francisco Piria que  vino y lo hizo, que fue su capricho, ¿no?. Le llevó 40 años hacer la ciudad,  pero la hizo, o sea manejado por cosas, percibía muchas cosas. No hacemos  tampoco una adicción a la personalidad tampoco con  Piria, no tenemos nada de eso”.
Queda claro que no se presenta a la ciudad y al fundador en una perspectiva histórica –no es el interés- sino en una perspectiva mística. Sí existe una conexión con el pasado (el pasado referido al fundador, más atrás en el tiempo, el pasado indígena), que desde la perspectiva mística se vinculan al emplazamiento de la propia ciudad y a su trazado. La posibilidad de acceder a la mirada que propone el tour está dada por la apertura a esa experiencia, por el “vivir la experiencia”.
Primera parada: la Virgen de los pescadores.
  La primera parada del tour es la Virgen  Stella Maris, o Virgen de los pescadores. El lugar fue el elegido por Piria  para colocar la piedra fundamental del balneario. Tanto este punto como otros  del recorrido, están atravesados por líneas magnéticas. Estas líneas magnéticas  pueden ser medidas, calibradas científicamente con instrumentos adecuados.  Estos lugares energéticos no fueron elegidos al azar. La explicación de la  elección de lugares determinados para colocar monumentos, hitos emblemáticos de  la ciudad, puede darse tanto  desde un  punto de vista científico como desde un punto de vista místico. La ciencia  permite medir la energía, las vibraciones que emana un lugar. La explicación  mística permite el acceso a un universo que debe ser desentrañado, del que hay  una especie de mapa que debemos interpretar para llegar a su conocimiento, y en  última instancia, al autoconocimiento. “El que tenga ojos para ver, que vea”  (C.R.,2010)
  La posibilidad de “ver” está dada por la guía espiritual, pero, en ese  camino, cada persona puede hacer su propia ruta, podrá ir encontrando, en un  largo trabajo, que es individual y es espiritual, los caminos para Ver.
  “En todos los lugares místicos el fundador o  el iniciado vinculado a la ciudad va dejando a través  de la simbología trabajos operativos. Y en la  Alquimia se deja el  mensaje de cuatro  maneras: la palabra hablada, la palabra escrita, la simbología que nosotros  decimos los arquetipos  y también se  puede dejar en música, acordes,  o  colores. Piria lo dejó a través  de la  simbología cabalística que es el trabajo alquímico, lo que hemos hecho nosotros  en los últimos doce años  es levantar el velo para ver el  simbolismo operativo. Cada vez que uno viene a la ciudad le vamos dando qué es  el velo, qué hacer y qué trabajo operativo tiene que hacer, además de la suma  de la incidencia vibracional  de la  energía telúrica que es más fuerte que en muchas partes del mundo.(…) Se  levanta el velo del conocimiento a través de un símbolo donde vivís la  experiencia mística expandiendo conciencia   no sólo en lo físico sino también en lo mental, emocional y en lo  espiritual , transformando ese conocimiento en sabiduría, porque viviste la  experiencia, no te sirve de nada que te la cuenten”.
Segunda parada: Fuente de Venus.
  La segunda  parada es la Fuente de Venus. Allí  pueden verse elementos decorativos asociados a la cábala egipcia. El lugar se  presta igualmente para el encuentro con la naturaleza y las instancias de  meditación en esos contextos. Por ejemplo, se realizan rituales cuando la luna  llena. En esta parada hay una instancia de meditación, donde se pone a los  touristas en conexión con la Venus (enviamos mensajes positivos para nosotros y  para los otros queridos, alternativamente)
  Tercera parada: Fuente del toro.
  La tercera  parada es la Fuente del Toro, en el  Cerro del Toro. En este caso, nos encontramos con un Templo a cielo abierto.  Así como hay Iglesias y Templos, hay Templos a cielo abierto. Este es un lugar  lleno de símbolos sembrados por el fundador. 
  La simbología  numérica del lugar aparece reiteradamente: deben subirse treinta y tres  escalones para llegar a la estatua del Toro. En el cerro, hay veintidós  senderos, más diez luminarias. Ambos suman treinta y dos, más el Hombre,  nuevamente son treinta y tres, representación del grado máximo de la Masonería.
  Al lado de la  estatua del Toro existe un altar ceremonial, propio para la realización de  ceremonias.
  Como la Virgen,  ese es un lugar cargado de energía, y esa energía puede ser medida. Fuertes  vetas energéticas recorren el lugar. Más hacia la cumbre, los indígenas también  habían escogido el sitio como un lugar sagrado. 
Cuarta parada: la iglesia abandonada.
  La siguiente  parada es la iglesia abandonada, que quedó sin concluir. La construcción de la  iglesia comenzó en el año 1912. A la muerte de Piria, en 1933, quedó abandonada  en el punto al que llegó en esa fecha. Estrictamente hablando, no se trata de  una iglesia, ya que nunca fue consagrada como templo.
  En la iglesia encontramos un  conjunto de símbolos alquímicos: los rosetones de ocho pétalos, que representan  los  siete elementos, más el Hombre. El  templo tiene una serie de disposiciones que preveían que se iluminara de un  modo especial dependiendo de la hora del día. 
Quinta parada: Castillo de Piria.
El Castillo fue construido por  Piria cumpliendo una misión Templaria, y eso explica su formato de tal. También  es un lugar cargado de energía, razón por la cual Piria pasó muy pocos días en  él. Así como nadie puede vivir en un templo o en una iglesia, este era un lugar  en el que no se podía pasar mucho tiempo, dada su carga energética.
  En la puerta, la figura del lebrel  que atrapó su pieza, es un símbolo de que la misión fue cumplida: obra  terminada.
  En el castillo, (como en las obras  de Pittamiglio7 , otro nombre asociado a la  alquimia en el país) hay una puerta que no conduce a parte alguna. Debemos ver  en ella una puerta que nos conduce a otras dimensiones.
  Piria se ocupó especialmente de  sembrar algunas especies vegetales en el lugar. Una de ellas, la dracena drago,  con especiales significados
Naturaleza.
  La naturaleza es también parte importante de la experiencia. Cuando  entramos en contacto con la naturaleza, se abre una ventana biológica, que  permite deshacernos del estrés. Por eso, las ciudades, lugares no naturales o  poco naturales, son lugares de tensión. Debe trabajarse con la Madre Naturaleza  para encontrar, también, nuestro interior, nuestro maestro interior La  simbología también puede verse en la naturaleza. C.R se refiere a la botánica  oculta: también hay significados de las plantas que están presentes en la obra  de Piria. Hay energía emanada de las plantas, y Piria transmitió un mensaje con  lo plantado, por ejemplo, en el Castillo. 
  “…un tema evolutivo, tenemos que evolucionar a ser buenas personas,  estar más alineadas con la naturaleza que nos da otros mensajes, que la  naturaleza nos está golpeando y que  el  hombre no se da cuenta y  Piria era eso,  manejaba el conocimiento de la botánica oculta porque plantó más de dos  millones de árboles en la ciudad, determinadas fuerzas que tienen vibraciones.  Por qué trajo la margarita de Piria al Uruguay , por ejemplo, la famosa Margarita,  que hoy se conocen como las margaritas Piria, que es plaga nacional ,  vibracionalmente en terapia floral, la margarita de Piria se la usa para el  quejoso para el “pobre de mí”.”
Sexta y última parada: el Argentino Hotel.
El Argentino  Hotel de Piriápolis es uno de los edificios emblemáticos del balneario. El  formato en “H” en que fue construido el hotel es considerado ya un símbolo,  dado que la H simboliza a Urano, y por tanto, a la Era de Acuario. 
  Los leones  alados que custodian la entrada, tiene una doble condición: son leones, propios  de la tierra, y tienen alas de águila, lo que los hace también del cielo.
  Al igual que el  Castillo, el Argentino muestra los símbolos de una “obra concluida” (en el  número de sus escalones, por ejemplo) El vitral que se encuentra al fondo de  las escalinatas al entrar al hotel, también aporta un mensaje místico y  optimista: vemos el agua que se derrama de la fuente, simbolizando a la Era de  Acuario que llegará, y donde todo fructificará y será mejor: lo mejor está por  llegar, lo vemos en los pimpollos de rosas, que se abrirán al futuro. La rosa  es también un símbolo alquímico.
“…es una ciudad Acuariana de muy pocas en el mundo, una ciudad hecha para la Era de Acuario, donde el Hombre tiene que despertar”
A modo de cierre: Piriápolis y sus relaciones.
Es sabido que  esta modernidad tardía viene provocando profundos cambios en diversos planos de  la vida de los sujetos sociales, y eso incluye al ámbito de las creencias y la  religiosidad. La necesidad de conferir sentido a la vida, siempre presente en  todas las acciones humanas, aparece en la contemporaneidad con toda su fuerza,  en la apelación a lo religioso como modo satisfactorio de encontrar caminos en  ese sentido. La desilusión frente  a las  magras respuestas de las jerarquías   religiosas, la caída de los grandes metarrelatos legitimantes y de las  utopías ligadas al cambio social, han sido factores propiciadores de búsquedas  de respuestas de corte individualista, que permitan acceder a una dimensión más  satisfactoria para vivir la vida más allá de las exigencias e incertidumbres  cotidianas.
  En lo que  concierne a este caso turismo místico en Piriápolis, habría dos planos a  distinguir. Por un lado el de la propuesta turística propiamente dicha y por  otro el de los efectos del tour en los visitantes. 
  En lo que hace  a la oferta en sí, el discurso con que se presenta no parece encarnar una  alternativa desde lo religioso o lo vivencial; es decir, no se promueve dicho  tour con el fin de consolidar un grupo de iniciados ni de ir integrando gente a  un movimiento holístico, sino que más allá de su contenido y hasta de la  voluntad manifiesta de su mentor de propiciar un ‘despertar’ o de ‘descorrer  velos”, no deja de ser un emprendimiento empresarial respaldado por una  infraestructura turística concreta, reconocido por las autoridades municipales  y patrocinado por el Ministerio de Turismo. En definitiva, una diversificación  en la gama de productos; una opción turística (que quizás para algunos  visitantes sea la principal) en un contexto de destino del tipo ‘sol y playa’,  que contribuye a atraer y capitalizar un público que en gran medida participa  de un circuito regional de turismo místico.
  Pero por otro  lado, es claro que el tour habilita a la construcción de diversos sentidos  sobre el lugar, la historia local, sobre uno mismo. También permite relacionar  este lugar con otros lugares como las construcciones herméticas de Montevideo  (El Rosedal, la Plaza Matriz, el Castillo de Pittamiglio), pero también con la “Estancia  La Aurora” e incluso con las sierras de Córdoba en Argentina o Machu Picchu,  integrándose así a un circuito regional de destinos turísticos con estas  características. 
  Es de destacar  también que la historia local, con la fuerte impronta de su fundador,  juega  un rol interesante en la  afirmación de un discurso de lo propio como dimensión a destacar del lugar:  Piriápolis no tiene nada que envidiar a otros grandes lugares de  peregrinación   en el mundo, puesto que su energía es igual o mayor que la de otros  templos y lugares místicos. 
  Este texto es  una aproximación a la vez que un comienzo. En Uruguay y en lo que refiere a  investigaciones sobre las interfaces entre prácticas turísticas y modalidades  de creencia está todo por hacerse. Es de esperar que nuevas investigaciones  sobre estos temas enfoquen nuevos modos de vivir las experiencias del viaje y  de la religiosidad desde lo individual y lo colectivo. 
  Bibliografía:
Da Costa, N. 1999  “El Catolicismo en una Sociedad Secularizada: el Caso Uruguayo”. Ciencias Sociales y Religión/Ciências Sociais e Religião, Porto Alegre,  ano 1, n. 1, Set, pp. 131-141.
  Da Cunha, N. y  Campodónico, R. 2005 “Aportes al estudio comparativo del turismo en  el Cono Sur (1900 – 1930)”. América Latina en la Historia Económica. Instituto Mora, México, Nº 24. pp 39 – 60.
  Da Cunha, N. et al.  2011 “La construcción del    país  turístico” (1930 – 1955)” Proyecto financiado por el Fondo Clemente Estable (en  Prensa) Montevideo.          
  Guigou,  N. 2006 “Religión y política en  el Uruguay”. Civitas – Revista de  Ciências Sociais, v. 6, n. 2, jul.-dez. pp. 43-54.
  Guigou,  N. 2009 “Etnicidad  y laicismo en el Uruguay”. In: Guigou, L. Nicolás. Comunicación, antropología y memoria: los estilos de creencia en la  Alta Modernidad. NORDAN, LICCOM, CSIC, UDELAR. Montevideo. pp. 63 – 89.
  Hervieu-Léger, D. (1999). 2005. O peregrino e o convertido. A religião em  movimento. Gradiva, Lisboa. 
  Mallimaci, F. y Giménez, V. 2007 “Creencias e  increencia en El Cono Sur de América”. Entre laeligiosidad difusa, La  pluralización del campo religioso, y las relaciones com lo público y lo  político”. Revista Argentina de  Sociologia. Año 5, Nº 9, pp. 44 - 63
  Martínez Cherro, L. 2008. Por los tiempos de Francisco Piria. Ediciones de La Banda Oriental,  Montevideo.
  Steil, C. y De Sá,  S. 2008. “Peregrinação, Turismo e Nova  Era: Caminhos de Santiago de Compostela no Brasil.” In: Religião e Sociedade. Rio de Janeiro,  28(1). pp.105-124.
  Wikipedia. [on line] http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada 
1  Licenciada en Ciencias  Antropológicas
      Profesora Adjunta de Antropología Social y Cultural de  la Licenciatura Binacional en Turismo.
2  Magíster en Antropología por el Programa de  Pós-Graduação em Antropologia – Universidade Federal de Pernambuco (Brasil). Beca  Capes. 
      Licenciado en Antropología – Facultad de Humanidades y  Ciencias de la Educación - Universidad de la República (Uruguay).
       Docente  Ayudante del curso Antropología Social y Cultural en la Licenciatura Binacional  en Turismo.
3 En orden cronológico: Tecnicatura Universitaria en Turismo, Licenciatura Binacional en Turismo, Licenciatura Universitaria en Turismo.
4 Fraile Capuchino Italiano que vivió entre 1887 y 1968. Canonizado en 2002, San Pio de Pietrelcina es objeto de gran devoción en varios países. http://es.wikipedia.org/wiki/Padre_Pio
5  Enfrentamiento  bélico bastante complejo que tuvo lugar en el Río de la Plata entre el 10 de marzo de 1839 y el 8 de octubre de 1851, con foco en el territorio  uruguayo. Concretamente se enfrentaron los del Partido Blanco de Uruguay, bajo  las órdenes de Manuel Oribe, frente al Partido Colorado, también por el color  de la divisa, liderados por Fructuoso Rivera. Los blancos tuvieron como aliados  a los a los federales argentinos encabezados por Juan Manuel de Rosas y los  colorados a los Unitarios argentinos. El conflicto  contó con la intervención diplomática y  militar del Imperio del Brasil, Francia y Gran Bretaña, así como también con la  participación de fuerzas extranjeras italianas, españolas y francesas. Cuando  en 1851 se firmó la paz, se acordó que ningún bando había triunfado y se  promulgó el lema "ni vencidos, ni vencedores".
      Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_Grande
 6 Junto al Partido Colorado,  uno de los partidos políticos uruguayos considerados “tradicionales”, ya que  sus orígenes datan del tiempo de la propia creación del Estado uruguayo en el  siglo XIX. El Partido Nacional se posiciona afín a un pensamiento liberal a la  vez que nacionalista y en el espectro político se sitúa entre la Derecha y el  Centro. Los blancos, como así se los denomina merced al color de la divisa  utilizada en las guerras civiles del siglo XIX, han sido asociados  principalmente a la ruralidad y a todo lo que ésta comporta (criollismo,  ganadería, etc.).  
      Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Nacional_(Uruguay)
 7Humberto  Pittamiglio (1887 – 1966) Arquitecto, empresario y político uruguayo, iniciado  en la alquimia por F.Piria.
      Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Humberto  Pittamiglio_(Uruguay)
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