Resumen
  En los años recientes se ha incrementado  globalmente el interés por practicar el turismo de naturaleza. La exploración  de ecosistemas subterráneos como sótanos, grutas o cavernas se promociona cada  vez más y en México no ha sido la excepción. La región de la huasteca potosina  es lugar de numerosas e interesantes oquedades kársticas. Al igual que el resto  del país, la mayoría de estas cavidades se ubican dentro de propiedades de uso  común, como ejidos y/o comunidades agrarias. Los resultados que aquí se  presentan corresponden a los avances de un estudio de caso en el que se  analizan la organización comunitaria, las  acciones gubernamentales, así como el impacto ecológico, en torno al aprovechamiento turístico de la Gruta  Los Sabinos, localizada en el municipio de Ciudad Valles, San Luis Potosí. 
  Palabras  Clave: Espeleoturismo, Turismo Sustentable, Desarrollo comunitario, Ecoturismo,  Huasteca Potosina.
1. Introducción
  El turismo en áreas naturales es una actividad que,  desde una postura conservacionista, sólo deja como consecuencias el deterioro  de los ecosistemas, pero la verdad es que el turismo no sólo tiene como  consecuencias impactos negativos, pues de no ser por esta actividad, muchos  sitios de gran atractivo ya hubieran sido reemplazados por actividades de  ganadería, agricultura o asentamientos humanos. La tragedia de devastación de  los atractivos naturales por el turismo está más relacionada a una actividad  descontrolada y masiva de visitantes que no obtienen orientación para el acceso  al ecosistema, ni sobre la responsabilidad de sus acciones dentro del mismo. De  esta manera, se tiene la opción de ejercer el ecoturismo, mismo que The  International Ecotourism Society (TIES) define como “El viaje responsable a  áreas naturales conservando el medio ambiente y mejorando el bienestar de los  residentes locales 1”.  El ecoturismo entonces, al desempeñarse, cumple con tres importantes principios  que lo rigen: (1) proteger los ecosistemas, (2) respetar las expresiones de las  culturas locales y proveer de beneficios tangibles a las comunidades  anfitrionas y (3) brindar educación y disfrute en los visitantes (Honey, 2006  en Blangy y Mehta, 2006). 
  Existe la visión de  considerar al ecoturismo como una oportunidad para promover la valoración  ecológica y cultural de los sitios vulnerables en la conservación (Newsome et  al, 2002). El ecoturismo, además, puede incrementar la fuente de ingresos que  mejore las condiciones económicas de las comunidades rurales (Clem, 2003). En  años recientes ha ido incrementando en nuestro país la inversión pública para  el desarrollo comunitario en proyectos de ecoturismo (Sectur, 2007; 2008;  2009). 
  Son diversas las actividades  que se relacionan con el turismo de naturaleza (o turismo alternativo), una de  ellas es la visita al interior de grutas o cavernas, misma que cada vez ha  adquirido mayor auge como atractivo turístico, y es a lo que se le denomina  espeleísmo o espeleoturismo. 
  Como estudio de caso se presenta aquí el de un grupo  de ejidatarios de la huasteca potosina quienes poseen una gruta con  interesantes formaciones kársticas en su interior. En la  Huasteca potosina se ha promovido el  espeleoturismo en los últimos años gracias al complejo kárstico de grutas y  sótanos. La región Huasteca  cuenta con sitios atractivos para practicar el espeleoturismo, como es el caso  del municipio de Aquismón en donde se han contabilizado más de 180 sótanos y  cuevas, entre los más destacados se encuentran la Cueva del Agua, Cueva del  Aguacate y las cuevas de Mantetzulel. Asimismo, lugares como el Sótano de las  Huahuas y el famoso Sótano de las Golondrinas, que por su belleza y sus 376  metros de longitud lo vuelven uno de los sótanos más profundos del mundo  (Arias-Fernández, 2001) 
  Además, en la huasteca potosina se cuenta con las cavernas de Puente de  Dios, el sótano cercano al gran humedal de Cabezas en el municipio de Tamasopo;  también la Cueva de los Cuatro Vientos en Huehuetlán; la cueva del Salitre y el  sótano de Tlamaya en el municipio de Xilitla; la cueva de Taninul, el sótano  del Arroyo y entre muchos otros más, como la gruta de Los Sabinos en Ciudad  Valles. Este último es el que nos ocupa para este estudio de caso.
  La gruta Los Sabinos es cercana al área urbana de Ciudad Valles.  Comparada con muchas otras de la región, es la más cercana y accesible a los  visitantes. Se considera un sitio de alta importancia biológica por ubicarse en los  límites de una importante reserva natural. La promoción turística para este sitio  ha sido mayor en los últimos años debido a los programas de desarrollo  turístico de los gobiernos municipal y estatal. El territorio donde se localiza  la gruta es de propiedad ejidal. Para quienes no encuentren familiar el término  Ejido: es una modalidad de propiedad comunitaria en México, que junto con las  Comunidades Agrarias, se reconocen como la propiedad social de la tierra, es  decir, los núcleos agrarios que abarcan la mayor parte del territorio rural  mexicano. 
  Gran parte de la  información para este estudio se obtuvo a partir de diversas visitas de  exploración. En un principio, el equipo de investigación realizó tres visitas mediante  el rol de turistas. Posteriormente de haber demostrado interés por acudir como  investigadores, se realizaron cuatro visitas a la Asamblea General del ejido y  diez reuniones con representantes del comité de turismo ejidal. También se  realizó la aplicación de entrevistas a profundidad a informantes clave como el  presidente del comisariado, el secretario del comité de turismo para conocer  los detalles de la gestión y operación del proyecto turístico. Así mismo, se  entrevistó a ejidatarios de mayor edad para abordar los antecedentes del ejido  desde su fundación.
  La participación de  los promotores externos en el proyecto de ecoturismo es de relevancia para este  estudio. En este caso, estos actores son los funcionarios de gobierno desde  niveles de gobierno municipal, estatal y federal que brindaron apoyos y  financiamiento para el desarrollo turístico y de medio ambiente en el ejido. La  opinión de estos actores, en cuanto a su intervención en el desarrollo del  espeleoturismo en el ejido, se obtuvo mediante entrevistas semiestructuradas.
  2.  Los ecosistemas subterráneos
  Las características físicas de las cuevas o  cavernas, así como sótanos, es que se componen principalmente de corteza o  rocas calizas que contienen gran cantidad de sulfato de calcio. Rocas tan  solubles al agua que, al favorecer la permeabilidad pluvial, sus componentes se  diluyen y a lo largo decenas de miles de años forman cavernas kársticas (o cársticas), tales como grutas, cuevas, cavernas o  sótanos (Diamant, 1991). 
  La exploración se realiza principalmente por dos  tipos de visitantes: los espeleólogos y los turistas. Los primeros son aquellos  visitantes que acuden por objetivos científicos o deportivos, o ambos, “de los  cuales puede esperarse un daño menor del medio subterráneo en virtud de su  preparación física, técnica e intelectual” (Molerio, 2008:11). En el caso de  los segundos, son todos los visitantes que acuden por motivos de recreación o  curiosidad. Además, entre ambos se encuentran los que usan estos ecosistemas  para satisfacer algunas necesidades sociales o económicas, como el abasto de  agua, la extracción del guano de murciélago o la cacería de algunos animales  (Molerio, 2008). El término Espeleoturismo se forma de las palabras  Espeleología y Turismo. Es una actividad que se ubica como parte del turismo  alternativo o de naturaleza, ya sea en las modalidades de ecoturismo o turismo  aventura, donde a veces se lo denomina Espeleísmo (Allemand, 2005).
  Los impactos negativos a estos ecosistemas muchas  veces son localizados sólo  a ciertas  partes, algunos pueden ser de corta duración y pueden ser reversibles. En  cambio, otros impactos tienen efectos regionales, son permanentes o de larga  duración y pueden ser irreversibles (Molerio, 2008). Así pues, la cueva o parte  de ella está sometida periódicamente al impacto de las visitas, sobre todo de  las personas que carecen de preparación profesional en esta materia: Los  espeleístas o espeleoturistas.
  En México es frecuente relacionar las cuevas  naturales con aspectos místicos. Es común que los campesinos comenten que  adentro se guarda un tesoro y con él una maldición. Por ser subterráneos  también se asocian con el mal, con demonios o apariciones sobrenaturales.  Algunas cavidades son tan profundas que se consideran no tener fondo, lo que  promueve el temor de muchos habitantes cercanos a la cueva. Pero ya sea que  este temor o descontento puede ocasionar la escasa alteración por la baja  intensidad de las exploraciones, también puede provocar daños al ecosistema por  el exterminio de murciélagos, la contaminación acuífera y/o la obstrucción de  sus orificios con rellenos de basura u otros residuos. 
  Sin embargo, para fines de espeleoturismo, este tipo  de cavidades son escenarios muy interesantes porque dentro de las cuevas pueden  apreciarse impresionantes espeleotemas, es decir, las curiosas figuras formadas  en sus interiores como las estalactitas, estalagmitas, cristales de aragonito o  formaciones secundarias como cortinajes, gours 2, entre otros (Muñoz-Barco  et al, 2006), Pero mucho más que eso, las cavernas son como laboratorios  naturales que llevan a cabo importantes funcionales ecológicas como por  ejemplo: son cuerpos de reserva y drenajes de agua, refugio de endemismos, reguladores  del clima, también son registros del clima durante miles de años, así como  lugar de abundantes fósiles, minerales y además, donde se pueden encontrar  evidencias de culturas antiguas. 
  Poco se reconoce que un gran porcentaje de los  recursos hídricos para consumo humano proviene de estos ambientes kársticos. De  reconocer más la importante función de estos ecosistemas pudiera ser la base  para promover su valoración y mayor regulación en nuestro país y para la  mayoría de países subdesarrollados ricos en estos ecosistemas y que no están  regulados en el uso y formas de acceso de sus interiores (Moleiro, 2009).
  3. Estudio de Caso
  En el estado  de San Luis Potosí, muy cerca de Ciudad Valles y rumbo a Ciudad Mante, se ubica  la gruta Los Sabinos. Su nombre se debe a que pertenece al ejido Los Sabinos. La  gruta se localiza a tres kilómetros noreste del poblado con dirección hacia una  importante área natural protegida: la Reserva de la Biósfera Sierra del Abra Tanchipa3  (RBSAT).
  El interior de  la gruta se divide en tres galerías subterráneas principalmente. Su  atractivo se debe a las formaciones de espeleotemas (estalactitas y  estalagmitas) y formaciones secundarias en el interior de sus bóvedas formadas hace decenas de millones de años.
  Los Sabinos  se funda como ejido en 1979, cuando se dotó de tierras a 107 campesinos y sus  familias de orígenes Náhuatl y Teenek (o huasteco) provenientes de la parte sur  de de la huasteca potosina y del estado de Hidalgo. Según cifras del censo  INEGI, el poblado del ejido cuenta con 607 habitantes distribuidos en 132  viviendas. Hoy en día, cerca del 13% de los habitantes aún habla su lengua  indígena además del castellano, en su mayoría son personas de la tercera edad  (INEGI, 2005).
  El CONAPO  (2005) ha identificado a los habitantes de este ejido como una población con Alto grado de marginación económica. La mayoría de la población se dedica a  actividades del sector primario, destacando la agricultura basada en el cultivo  de la caña de azúcar y la ganadería extensiva de bovinos. Aunque existen  prácticas campesinas como la milpa (maíz, frijol, calabaza), se cuenta con  policultivos y sistemas agroforestales a menor escala, así como la producción  tradicional de especies menores de traspatio, como borregos, cerdos, gallinas y  guajolotes. También se practica la extracción de piedra de corte que  comercializan como material de construcción. Además, para algunos grupos  domésticos las remesas recibidas por los familiares, que emigraron a Estados  Unidos, representan una fuente importante en sus alternativas de ingresos (Conafor, 2007). 
  Debido a su  cercanía con Ciudad Valles, una parte de la población se emplea en el sector  terciario como el comercio, trasporte público o empleados de tiendas de  autoservicio. Cabe señalar que el ingreso por la actividad incipiente del  turismo aún no es significativo para el sostenimiento económico de las familias  del ejido, sin embargo, representa, por el momento, una fuente potencial en los  ingresos y una alternativa temporal de empleo (Conafor,  2007).
  4. Riqueza biológica  del sitio
  La gruta de  Los Sabinos se localiza en los márgenes de la sierra Abra-Tanchipa; toda esta  sierra se localiza en la porción noreste del estado de San Luis Potosí; comprende  parte de los municipios Ciudad Valles y Tamuín; ambos del estado de San Luis  Potosí y se desvanece en los lindes del sur de Tamaulipas. El  área protegida de esta sierra (RBSAT) se extiende a lo largo de 21,464  hectáreas, incluyendo en su seno una zona núcleo de 16,758 hectáreas y es hábitat de más de 269 especies de plantas  vasculares y 226 de vertebrados, de los cuales 99 son aves, 78 son mamíferos,  34 reptiles y 12 anfibios, con varios taxas amenazados y en peligro de  extinción (Conanp, 2011). Cabe  mencionar que además de esta riqueza biológica, una de las razones iniciales  para proteger el área, fue asegurar los fenómenos de infiltración hacia los  mantos acuíferos que proveen del recurso hídrico a las zonas circunvecinas de  la sierra. 
  En la RBSAT  se observa la presencia de especies amenazadas como: Jaguar (Panthera onca), Tigrillo (Leopardus wiedii), Leoncillo (Herpailurus yagouaroundi), puma (Puma concolor) y ocelote (Leopardus pardalis). Asimismo, aún  existen Guacamaya verde (Ara militaris), Loro  cabeza roja (Amazona viridigenalis) yLoro cachete amarillo (Amazona autumnalis) El 89% de la  vegetación al interior de la misma reserva corresponde a Selva baja caducifolia  con un 7.7% de Selva mediana subperinifolia (Conanp,  2011).
  Los  residentes locales llegan a hacer recorridos para extraer frutos como la  pitahaya (Hylocereus undatus),  guapilla (Bromelia pinguin), capulín (Trema  micrantha), jacubes (Hylocereus undatus) y colorín (Erythrina herbacea), principalmente para autoconsumo. Un dato  importante es que cada vez aumenta el esfuerzo para conseguir beneficios de la  flora y fauna silvestre, pues al ser más escasos, la gente del lugar tiene que  recorrer mayor distancia sierra adentro.
  En cuanto a  fauna, las especies que viven al interior de la gruta van desde invertebrados:  arácnidos, crustáceos, miriópodos y quilópodos; hasta vertebrados como  anfibios, peces ciegos y reptiles También existen especies que aportan  beneficios enormes al ser humano como es el caso de los murciélagos que  encuentran a la gruta como su hábitat (Tadarida  brasiliensis y Desmodus rotundus) (Aguilar, 2005). Los murciélagos realizan una importantísima función a los  ecosistemas, pues polinizan miles de especies de plantas, ayudan a la  dispersión de las semillas alimentándose de frutos y posteriormente eyectar a  kilómetros de distancia. Las especies insectívoras ayudan al control de plagas  y a mantener estables las poblaciones de insectos en las selvas, bosques y  cultivos. 
  5. Uso y acceso a la gruta
  Para dar un panorama a nivel del territorio  nacional, en México es común escuchar que los lugareños relacionen las grutas  con experiencias místicas o leyendas de terror, como por ejemplo que es el  lugar de un tesoro encantado o que habitan espíritus malignos o que no tienen  fondo y que la gente no sale. En Los Sabinos no se comparten estas creencias.  Contrario a ello, en los  primeros años, sus interiores servían de refugio para celebraciones o  actividades de recreación. Estas celebraciones ya no son costumbre en la  actualidad, pues los residentes locales señalan que hoy sólo se aprovecha la  gruta para fines turísticos. 
  La llegada de visitantes es esporádica y se presenta  principalmente en semana santa, con menos afluencia en las temporadas  vacacionales de verano y diciembre. A un año de observación, entre 2008 y 2009, se ha podido contabilizar a 129  visitantes foráneos en semana santa, pero se estima unos 200 visitantes por año  y genera una derrama económica local de 50 pesos promedio por persona, que se  distribuye entre el costo de la entrada, el uso de transporte, consumo de agua,  entre otras. 
  6. Problemática socio-ambiental
  En Los  Sabinos se cuenta con ciertos servicios básicos como agua entubada,  electricidad, telefonía y acceso a carretera pavimentada. Los servicios de  salud son mínimos, dado que se considera muy cercano a la ciudad; y en cuanto a  educación, se cubre desde la escuela primaria hasta el nivel medio superior. 
  En la  localidad es carente el servicio de recolección de desechos y hasta el 2010 no  se contaba con un sistema local de acopio y separación, por tal motivo varias  familias depositan su basura en la laguna que se ubica en el camino a la gruta,  por lo que lamentablemente es parte de la escena expuesta a los visitantes. 
  6.1. Alteraciones en la gruta y  alrededores
  La gruta ha  sido alterada de su estado natural; en un inicio de esta investigación, se  observó un nivel de deterioro en las galerías internas como pintura de  grafiti y ralladuras en la  corteza de los muros internos. En tan sólo un año de comparación, fue muy  evidente el incremento del daño por ralladuras y por pintura de grafiti. Así  mismo, es frecuente el deterioro y saqueo de estalactitas y estalagmitas, lo  que ocasiona un daño irreversible a las condiciones ecológicas y escénicas de  la gruta. Situación que se asemeja a la de otras cuevas del mundo que no cuentan  con regulación y supervisión alguna (Allemand, 2005).
  Respecto a su  uso cultural, celebraciones o ritos ya no se celebran dentro de la gruta, pero se  han encontrado cuantiosos restos de pirotecnia quemada después del Día de muertos (02 de noviembre). Los  ejidatarios sostienen que durante esa fecha son los niños y jóvenes quienes  acuden al sitio para quemar pirotecnia; acción que impacta negativamente las  condiciones ecológicas de la gruta como hábitat de poblaciones de murciélagos,  arácnidos, anfibios y demás fauna que habita naturalmente en el interior.
  Restos de  basura es otro aspecto identificado dentro y fuera de la gruta, como cajetillas  de cigarro, envases de bebidas, envolturas de películas fotográficas, restos de  provisiones, entre otros.
  Además de  basura, se ha encontrado evidencia de diversas fogatas esparcidas tanto en la  boca de la gruta como en su exterior, ya que no se había delimitado un área  para el uso exclusivo de fogatas. La vegetación alrededor es muy vulnerable a  los incendios forestales, por lo que durante el recorrido para llegar a la  gruta se observan áreas en sucesión secundaria a causa de incendios, por cierto  muy frecuentes en la huasteca potosina. La mayoría de ellos se originan por  accidentes en el control de las quemas agrícolas que se propagan hasta áreas de  vegetación natural.
  Estas  consideraciones son de gran relevancia, ya que además de representar un  atractivo para el turismo de naturaleza, la gruta mantiene importantes  funciones ecológicas y servicios ambientales. Como se ha mencionado, estas  grutas forman parte de un sistema natural de cuevas y sótanos que funcionan  eficientemente en la captación y almacenamiento de agua subterránea a lo largo  de la Sierra Abra Tanchipa (Ford, 2000) y proveen gran parte del agua de  consumo humano en el valle municipal. 
  7. La organización local 
  El ejido Los  Sabinos se organiza jurídicamente como el resto de los ejidos de México (Según  la Ley Agraria Federal) con una Asamblea ejidal como la máxima autoridad,  integrada por el total de sus miembros. Su representación oficial es a través  del Comisariado Ejidal y un Consejo de Vigilancia, ambos conformados por un  presidente, un secretario y un tesorero respectivamente. La Asamblea se reúne  cada dos meses y cabe mencionar que su asistencia es concurrida en más del 70%  de sus integrantes, lo que se traduce en lograr quórum cada reunión ordinaria o  extraordinaria.
  Así mismo, cuenta con un Comité de ecoturismo, que  está conformado por un presidente, un secretario y un tesorero, además de 6  jóvenes guías que participan voluntariamente en el proyecto de prestación del  servicio de espeleoturismo. Quienes integran este Comité son propuestos y  elegidos en la Asamblea ejidal cada tres años; no siempre son activos en la  representación debido sus responsabilidades particulares o empleos, sin  embargo, se reúnen y actúan más durante las temporadas de mayor afluencia  turística. Los miembros del ejido dejan a su cargo casi todo lo que concierne a  la actividad turística. 
  Respecto a la participación colectiva del ejido, se  encontró una escasa disponibilidad ejidal para colaborar para el mantenimiento  de las áreas turísticas si el trabajo no es remunerado. A excepción de la  limpieza  del cementerio previo al Día de  Muertos, en el ejido no se acostumbran las labores comunitarias, las faenas o servicios  colectivos. Más bien, la costumbre consiste en que si el ejido necesita labores  como por ejemplo: chapeo de hierba de los senderos, mantenimiento de caminos,  limpia de las áreas turísticas con basura, entre otras, quienes participan  esperarán remuneración. Pocos son los integrantes dispuestos a colaborar  gratuitamente en ese tipo de contribuciones y esfuerzo físico, pues aunque en  muchos otros ejidos sí existe, aquí es apenas incipiente. Lamentablemente, el  desarrollo de la actividad ecoturística requiere para su inicio de constante participación  no sólo en las reuniones de Asamblea, sino de colaboración y labores en obras  de mantenimiento y mejora de las condiciones de infraestructura para su  habilitación.  
  A través del tiempo  el ejido ha experimentado muchas irregularidades en la rendición de cuentas de  quienes han ocupado los cargos en el Comisariado ejidal. Pero en los últimos  años los ejidatarios se han preocupado por definir el perfil de los integrantes  que mejor desempeñarán los cargos de representación y de administración de sus  bienes. En los últimos años el cargo de Presidente de Comisariado ha sido desempeñado  por integrantes más preparados, con mayor capacidad de gestión y convocatoria.  Por ejemplo, quien  recientemente  concluyó su periodo como presidente, ha ejercido más de 20 años como profesor  de bachillerato y ocupado diversos cargos públicos y de representación de  organizaciones campesinas, lo que se ha traducido en mayor capacidad de  gestionar apoyos ante diversas instancias de gobierno, de empresas y de  asociaciones civiles. Sin embargo, aún queda por observar cómo se desempeñarán  los actuales y próximos representantes. 
  8. Inversión Pública 
  Hablando en el contexto nacional, muchos de los apoyos se han  destinado a obras de infraestructura para la habilitación del sitio  ecoturístico; lamentablemente, gran parte de estas obras se han realizado sin  un estudio previo que evalúe el impacto ambiental, la pertinencia social, ni la  viabilidad económica del proyecto a desarrollar. Si bien, a nivel nacional algunos  proyectos fueron exitosos, la gran mayoría se muestran alejados de constituirse  en una opción real para el desarrollo y el mejoramiento de las condiciones de  vida. Por citar un ejemplo, un estudio de López y Palomino expone que los fondos de la CDI,  otorgados a comunidades rurales para fomentar el ecoturismo, han carecido de un  programa integral de desarrollo (2008).  
  Para el caso  de Los Sabinos, los ejidatarios se han beneficiado de varios programas y proyectos  emanados de dependencias públicas en los diferentes niveles de gobierno. El  beneficio se ha visto reflejado en obras de infraestructura, equipamiento y  generación de empleos temporales; sin embargo, los resultados no siempre son lo  que se espera. En algunos casos no ha habido beneficio alguno, sino por el  contrario: estancamiento, falta de continuidad en proyectos y falta de visión a  largo plazo por parte de las dependencias que inciden en otorgar el recurso  económico. Esto ha propiciado en la comunidad actitudes de apatía, falta de  apropiación del proyecto, de compromiso y de credibilidad hacia los  representantes de gobierno cada trienio o sexenio respectivamente. Lo anterior  puediera estar relacionado a que las instituciones de gobierno se ven presionadas  en ejercer recursos públicos, realizar obras y destinar apoyos financieros que  le den legitimidad y popularidad, al menos, ésta es la percepción de los  ejidatarios.
  Por ejemplo,  la Comisión Nacional Forestal (Conafor)  aporta anualmente los respectivos pagos por servicios ambientales al ejido dado  que 637 ha se encuentran dentro de la RBSAT, y por esta razón, también la  Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) otorgó en el 2009 material y mano de obra de 15  estufas ecológicas. 
  El ejido también  recibe aportaciones de la iniciativa privada, tal es el caso de una empresa  cervecera que ha aportado en el año 2009 alrededor de 30,000 pesos para fines  de exclusividad de esta marca y ese recurso lo pueden destinar en lo que el  ejido decida. Por ejemplo, en el 2009 el presidente del comisariado ejidal  propuso que ese fondo se destinara en mantenimiento de arroyos y corrientes de  agua que alteran las avenidas principales del poblado, pero al ejecutarlo, pudo  observarse cierta irregularidad de los ejidatarios que fueron contratados para  esa labor, pues arreglaban principalmente las entradas de sus propias viviendas,  antes que las avenidas que se habían establecido en principio. Los ejidatarios  comentaron que, aunque no es general en todos, frecuentemente se privilegia el  interés particular, más que el colectivo; lo que genera cierta desconfianza y requiere  de mayores esfuerzos de supervisión y vigilancia entre los mismos ejidatarios. 
  El Ayuntamiento  de Ciudad Valles en el periodo 2004 – 2006, contribuyó con un recurso de 84,000  pesos para el desarrollo un proyecto de habilitación ecoturística en conjunto  con La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aportando un recurso  tripartita 4.  El apoyo consistía en instalar un sistema de iluminación para el interior de la  gruta, capacitar a un grupo de jóvenes del lugar para ejercer como guías y dotar  de material de seguridad dentro de la cueva como guantes, cascos, lámparas,  además de bicicletas de montaña. La aportación de la Semarnat  fue mayor a  los cien mil pesos, que fue empleado en la construcción de una cabaña y dos  sanitarios ecológicos. 
  Lamentablemente  al poco tiempo de ejercido el recurso e implementado el proyecto, los  resultados no fueron los esperados. La construcción de la cabaña y los baños  quedó inconclusa; la instalación eléctrica para la iluminación al interior de  la gruta no funcionó y el equipo para guías como guantes y cascos se dejaron de  usar al no cubrir con las necesidades que la propia actividad demandaba.
  El siguiente  Ayuntamiento de Ciudad Valles en el periodo 2007-2009, retomó nuevamente el  proyecto ecoturístico y destinó un recurso de 350,000 pesos para la  habilitación de la práctica de espeleoturismo. El criterio de apoyar este  proyecto fue bajo la premisa de conservación porque la gruta se encuentra en  los márgenes de la RBSAT, aunado a la promoción turística que el gobierno  estatal ha incluido como parte del atractivo turístico de la región. 
  Fue de gran  importancia para este proyecto contar con la evaluación y análisis de expertos  en espeleología, quienes documentaron el estado de la gruta, la catalogación de  formaciones, el trazado de rutas sugeridas para el tránsito de visitantes e  identificación de especies de fauna y flora existente en el interior de la gruta,  como la vegetación de sus alrededores. Además, la recomendación de los expertos  consistió en evitar las instalaciones de iluminación fija y uso de barandales  dentro de la gruta, dado el impacto ambiental que ocasionaría. En su caso, se deberán  usar lámparas especiales que portarán tanto el guía como el visitante durante  su recorrido. 
  Para mejorar  las condiciones de infraestructura turística, también se adecuó y finiquitó la que  había sido inconclusa con apoyos previos de otros fondos gubernamentales, como  son los baños ecológicos y la cabaña para alojamiento de los visitantes, ambos  situados a un costado de la entrada de la gruta. Así mismo, se instaló un  módulo u oficina de recepción de visitantes, de equipo como cascos con luces  frontales, lámparas de mano para los guías, cargadores de pilas, botiquines de  primeros auxilios y la instalación de un baño ecológico más. Se diseñó la  imagen publicitaria del proyecto, además se impartieron cuatro cursos de  capacitación a guías locales a fin de dotarles de capacidades para orientar  adecuadamente a los visitantes y explicar con más detalles el interior de la  gruta. 
  La Secretaría  de Turismo estatal, a través del Programa de Desarrollo Turístico Comunitario,  apoyó al ejido con la instalación de señalamientos de ubicación y descriptiva  para orientar al turismo. Este apoyo fue equivalente a 175,000 pesos y trabajó  de manera conjunta con la dirección de turismo municipal 2007-2009 y el comité  de turismo ejidal. 
  Para el 2009, este esfuerzo de coordinación proporcionó al ejido un  reglamento para el visitante, se impartió un curso de primeros auxilios y  calidad en el servicio al turista. Además, se determinaron las políticas de  cobro y aseguramiento del ingreso, pero una vez más la respuesta de la  comunidad no fue la que se esperaba, pues al no ver resultados económicos en el  corto plazo, ocasionó una débil participación, falta de compromiso comunitario  y conflictos de intereses entre el comisariado y algunos ejidatarios. Aunado a  lo anterior, ese mismo año terminaba el periodo de gobiernos municipal y  estatal, dejando nuevamente a la deriva el seguimiento de dicho proyecto.
  Como afortunadamente  nunca funcionó la iluminación al interior de la gruta, los cableados y bulbos  fueron saqueados poco a poco hasta que hoy se encuentra casi totalmente  desmantelado. Pero para cuestiones de protección ambiental o para evitar la  introducción de personas sin permiso, no se cuenta con mecanismos de  supervisión de la gruta, de las áreas de vegetación circundante, ni de la  laguna que sirve a veces de basurero. Lamentablemente gran parte de los apoyos  de infraestructura ahora vuelve a estar desmantelado.
  Ante este  panorama, los ejidatarios han actuando pasivamente, pues no se procede ante las  faltas cometidas ni se establecen sanciones para exigir que se cumpla lo  acordado. Aunque ha habido, como hemos dicho, fondos y apoyos financieros, en  especie y en capacitación, son apoyos que no logran eficazmente el impacto  esperado para desarrollar ecoturísticamente la cueva de una forma responsable.  En este sentido, esta investigación identifica que las causas son las  deficiencias de ambas partes: la institucional y la ejidal o comunitaria.
  a) La parte institucional
              Es de esperar que las instituciones estén  dispuestas a otorgar los recursos, pero gran parte de los apoyos se otorgan sin  una planeación integrada ni participativa, poco se obedece a los estudios de  impacto ambiental o viabilidad social del proyecto. Pareciera que con otorgar  los apoyos es suficiente dejando de lado los recursos para asesoría y  seguimiento técnico a lo largo del proyecto. Las instituciones gubernamentales  en cualquier nivel están dispuestas para otorgar los apoyos, pero en este caso  no se previó la pasividad de la organización ejidal ni las escasas capacidades  de gestión local, indispensables para lograr el impacto esperado en los  proyectos. 
  b) La parte comunitaria
  En el ejido se  carece de un sistema de reglas y de acuerdos colectivos que regulen las acciones  de sus miembros en lo que respecta al cuidado de la gruta y de la  infraestructura que se ha generado para el proyecto de ecoturismo. El  patrimonio natural como la gruta y la riqueza biológica del sitio no es  custodiada por los ejidatarios, por lo que el interior de la gruta es  vulnerable a los daños expuestos anteriormente y no se tienen acuerdos para  controlar la cacería ni la extracción de recursos naturales.  Se requiere de mecanismos de supervisión y de  sanciones para hacer cumplir los acuerdos establecidos y reglamentos ejidales. 
  Al no contar  con una regulación local ni con costumbres de labores comunitarias, nadie se  considera responsable para participar en obras para el bien común del ejido. Como  argumenta Elinor Ostrom (1990), en caso de que se acuerden ciertas reglas  comunitarias para controlar el aprovechamiento de su capital natural, es  necesario considerar mecanismos de supervisión local para observar el  cumplimiento; de igual manera es indispensable una serie de sanciones graduales  que sentencien las faltas cometidas. Si nadie vigila ni sanciona las faltas  cometidas ¿Qué efectividad tendrán los acuerdos y reglas establecidas por una  comunidad (Bojórquez-Vargas et al, 2008; Ostrom, 1990).
  9. Conclusiones y propuestas
  El ejido Los  Sabinos posee un capital natural con mucho potencial ecoturístico gracias a los  atractivos de la gruta, su alto valor ecológico por ubicarse en los márgenes de  una importante reserva natural, su cercanía a la ciudad y la oportunidad de  recibir apoyos gubernamentales. Aprovechar responsablemente este potencial  turístico depende principalmente de mayor disposición y voluntad ejidal y de  una organización entre sus miembros para lograr una planeación integral y de  largo plazo. 
  La oportunidad  de obtener recursos de las instituciones gubernamentales puede aprovecharse  para orientar estos procesos. Si se tiene el beneficio de recibir apoyos  financieros y de capacitación de diferentes fuentes institucionales deberá  considerarse un proyecto de acompañamiento y asesoría continua, pues el brindar  apoyos no sólo es suficiente. Muchos ejidos y comunidades requieren de asesoría  constante debido a que las actividades relacionadas a ofrecer el ecoturismo no  son aprendidas a lo largo de su vida, por lo que requieren de un acompañamiento  que fortalezca sus capacidades de organización.
  Al  desarrollar mecanismos comunitarios más claros y convincentes para un mejor  manejo de sus recursos, la rendición de cuentas, así como mayor involucramiento  y participación comunitaria en éste y otros proyectos, promoverá acciones de  reciprocidad y confianza entre los miembros del ejido.
  Específicamente  al proyecto de ecoturismo, es pertinente que los apoyos, los recursos y la  asesoría de las instituciones sean coordinados a la elaboración de un plan de  manejo integral participativo que procure la estabilidad natural de la gruta y  que pueda seguir soportando la actividad de espeleoturismo a través del tiempo.  Como recomendación inicial puede contemplar los siguientes puntos adecuados en  base a los propuestos por Allemand y colaboradores (2008):
Para ello es  necesario establecer un sistema de monitoreo profesional-comunitario que evite  llegar a los limites e impedir que se dispare una alarma de impactos  ambientales o contingencias por accidentes de los visitantes. 
  De lograrse  disponibilidad local, asesoría profesional, así como apoyos y seguimiento  institucional para desarrollar una planeación participativa de manejo para el  proyecto de espeleoturismo a largo plazo, se recomienda considerar los  siguientes factores de atención:
Si bien, el  principal interés por el aprovechamiento sustentable de los recursos turísticos  de Los Sabinos debe recaer en los mismos residentes locales, es importante que  exista un permanente acompañamiento y apoyo coordinado de las instituciones,  principalmente por los promotores iniciales del proyecto, en este caso, del  sector turístico y ambiental de los gobiernos municipal y estatal. O bien, por  asesores expertos en cuevas o en ecoturismo.
  Cabe  mencionar que por situarse en los márgenes de la reserva federal, las  autoridades de ese nivel como Conanp  y Conafor pudieran destinar  mayores esfuerzos para la coordinación con los gobiernos locales y la  coherencia de sus apoyos con los proyectos sustentables que tienen potencial en  el ejido, como es este: el espeleoturismo. Si bien, cuando el Programa de  Manejo de la RBSAT haya sido finalmente dado a conocer, es de esperar que las  condiciones determinadas en Los Sabinos para la actividad turística pueda ser  modificada y adaptada a las condiciones que regirá este Plan de Manejo del área  natural protegida.
  Es importante  insistir que en cualquiera de sus modalidades, la planeación de esta actividad  no debe dejar de lado los programas de seguridad ante contingencias o  accidentes durante la actividad turística, y para ello, es indispensable la  adecuada capacitación de los guías locales y la regulación de los participantes  en esta actividad turística. Para muchos visitantes la apreciación del mundo  subterráneo es una experiencia única y si se espera que sea una actividad  turística responsable, entonces se caracterizará por la buena impresión de los  visitantes, por los cuidados en el exterior de la gruta, por la actitud y  preparación de los guías, las facilidades y servicios complementarios del  establecimiento, por la calidad de la información que recibe o esté disponible  y por la seguridad en el recorrido, así como el cuidado y conservación de las  galerías subterráneas (Moreiro, 2008).
  Para hablar  de que localmente las grutas sean valoradas como patrimonio natural y por lo  tanto, se garantice en mayor medida su protección, es necesaria una mayor  instrucción sobre las mismas como ecosistemas y los servicios ambientales que  brindan. Para ello, también será indispensable el establecimiento de acuerdos y  reglas ejidales que inciten la colaboración y cooperación entre sus miembros.  En este sentido, podremos hablar de mayores casos donde se practique el espeleoturismo  de bajo impacto, pues será manejado, protegido y guiado por los mismos dueños  de estos ecosistemas.
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1 Tradicción propia de “Ecotourism is Responsible travel to natural areas that conserves the environment and improves the well-being of local people." (TIES, 1990)
2 Los Gours son espeleotemas secundarios en forma de dique desarrollados sobre una pendiente por la que circula un curso de agua activo y dan lugar a represamientos escalonados, siendo una forma bastante frecuente en cavidades kársticas (Muñóz-Barco et al, 2006).
3 El 6 de junio de 1994, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto mediante el cual se declara la región de la Sierra de El Abra Tanchipa como área natural protegida, con el carácter de Reserva de la Biosfera. El área protegida se extiende a lo largo de una superficie total de 21,464 hectáreas, incluyendo en su seno una zona núcleo de 16,758 hectáreas que abarca porciones importantes de los municipios potosinos de Ciudad Valles y Tamuín, ubicándose entre las coordenadas geográficas a los 22 24’ 14’’ y 22 05’ 05’’ latitud norte y los 99 03’ 00’’y 98 54’ 42’’longitud oeste, mientras que su zona de influencia se ubica entre los 22°02’56’’ y 22°24’52’’de latitud Norte, y a 98°47’00’’ y 99°00’30’’de longitud Oeste”.
4 Con fondos tanto del gobierno municipal, como del federal y aportación ejidal a través del programa “Alianza Contigo” en el marco del Consejo de Desarrollo Rural Sustentable.
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