
  
  Coronel del Ejército Libertador y cirujano eminente.  Constituye una de las personalidades más importantes en la historia de la  medicina cubana. Nace en el poblado de Madruga, entonces provincia de La Habana, el 16 de enero de  1872. Su padre es Don Emiliano Núñez de Villavicencio y Álvarez, médico que  gozaba de gran prestigio en la época, y su madre,  Adolfina Palomino. La familia se traslada a La Habana en 1874. Cuatro  años después, su padre es nombrado director del Hospital de San Felipe y  Santiago y allí comienza una labor de mejoramiento de dicha histórica unidad  hospitalaria, que termina con la construcción de un bello conjunto de  edificaciones delimitado hoy por las calles 21, 23, K y L, Vedado, La Habana.  Antes de cumplir los cinco años comienza su  enseñanza primaria con la educadora Loreto Macía y al arribar a esa edad ya  leía perfectamente. En el colegio laico del destacado pedagogo Melitón Pérez,  incorporado al Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, cursa el resto de  la enseñanza primaria y toda la preuniversitaria, para graduarse de bachiller  en artes el 27 de septiembre de 1886, a los catorce  años de edad, con uno de los mejores expedientes de su promoción. Matricula la  carrera de medicina en la Universidad de La Habana, en el curso 1886-1887, donde acumula  un brillante expediente. El título de licenciado se le expide el 27 de  junio de 1893 y el de doctor el 7 de septiembre de 1894. Su tesis  doctoral constituye la primera de sus notables monografías: Contribución al  estudio del paludismo en el puerperio. Estos notables  resultados académicos están acompañados de su  labor en las salas y salones de cirugía del Hospital  Nuestra Señora de las Mercedes, donde su padre logra que  ingrese como alumno externo desde el segundo  año de la carrera, para continuar más tarde como alumno interno y médico  honorario adscripto al Servicio de Cirugía. Allí, dirigido por sus dos grandes  maestros, los doctores Gabriel Casuso Roque y Francisco Domínguez Roldán, transita por  el largo aprendizaje de la cirugía general y ginecológica. Al terminar el  quinto año de la carrera en 1892 asiste al curso práctico de operaciones que impartía el  doctor Domínguez Roldán en el propio hospital. Al terminar el tercer año, en 1889, publica su  primer artículo en la revista estudiantil de la   Escuela de Medicina, con el  título “Apuntes de técnica anatómica”. Ya en el cuarto y el quinto años, en la  revista El Progreso Médico, que dirigía el doctor Casuso, aparecen sus  artículos: “Decolación del húmero por lesión traumática” y “Pénfigo agudo”. Realiza  un viaje de estudios a los hospitales de New York.  Desde allí, en cumplimiento de un ofrecimiento que había hecho al doctor  Casuso, de darle cuenta de todo lo que viera de interés quirúrgico, envía una  serie de artículos bajo el título genérico de “Correspondencia desde New York”,  que aparecen en El Progreso Médico, a partir del número de noviembre de 1893. Desde esta  ciudad envía también, como aspirante a miembro correspondiente de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y  Naturales de La Habana,  su importante estudio “La electricidad en el tratamiento de algunos desórdenes  menstruales”, en el que recoge su experiencia personal en esa técnica junto al  doctor Goelet en New York y que aparece publicado en El Progreso Médico y en  Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y  Naturales de la Habana  (1894). Atento  siempre a lo que se publicaba en la capital de la colonia, polemiza a distancia  con el doctor Nicolás Gómez Rosas, quien da a conocer en la Revista de Ciencias  Médicas su trabajo “Septicemia antepartum. Microbismo latente” y que el doctor  Núñez rebate con dos artículos que titula: “¿Septicemia o Paludismo?” y “Paludismo  y no septicemia”, que ven la luz en El Progreso Médico. A su regreso a Cuba comienza su  labor docente al ser nombrado, en 1894, ayudante facultativo de la cátedra de Clínica de  Obstetricia y Ginecología, en la   Facultad de Medicina y profesor auxiliar de Obstetricia y  Ginecología de la   Escuela Práctica de Medicina, institución no estatal, fundada  por el doctor José Pereda Gálvez en La Habana en 1893. De esta  última cátedra era profesor titular el doctor Eusebio Hernández Pérez,  figura emblemática de la obstetricia cubana. En  estos primeros años de ejercicio profesional, va a laborar como ayudante del  doctor Casuso en sus intervenciones quirúrgicas, tanto de la clínica privada  como en el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, así como médico honorario  del Hospital de Mujeres de San Francisco de Paula. El 4 de abril de 1895 ingresa como  miembro titular de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana, la más antigua de  las sociedades médicas cubanas, con su monografía Consideraciones clínicas sobre  la seroterapia en la difteria. El hogar de los Núñez de Villavicencio y  Palomino, era un verdadero centro de patriotismo en que se conspiraba  activamente por la independencia de Cuba, como lo eran también el Hospital  Nuestra Señora de las Mercedes, bajo la dirección de don Emiliano, la clínica  privada del doctor Casuso y la Escuela Práctica de Medicina de La Habana, de la que casi la  totalidad de sus profesores participaron en las luchas independentistas o  tuvieron que tomar el camino del  exilio.  Al ser detenido y deportado el doctor José A. González Lanuza,  se desempeñaba como jefe de la   Delegación del Partido Revolucionario Cubano en La Habana,  éste es nombrado en el cargo. El 11 de febrero  de 1897, cuando se encontraba despachando en la dirección del Hospital Nuestra  Señora de las Mercedes, su padre es detenido por las autoridades españolas y  posteriormente deportado a las cárceles de la Isla de Fernando Poo, en África Ecuatorial, el 28 de  febrero del mismo año. Su hijo  Enrique, que había hecho un viaje a los Estados  Unidos en 1895 con fines revolucionarios, se marcha de Cuba definitivamente  a finales de 1896 y parte de San Salvador, en las Bahamas, en los primeros días de marzo de 1897, en la  expedición del vapor Laurada, comandada por el mayor general Carlos Roloff Mialofsky y el general de  brigada Joaquín Castillo Duany, la cual arriba a las  costas de Cuba por Manopilón, estero de Júcaro, Banes, norte de Oriente, el 14 de  marzo de 1897.  Ya en los campos insurrectos es incorporado con el grado de comandante al  Estado Mayor del Lugarteniente General Calixto García Íñiguez, quien lo nombra Jefe  de Sanidad Militar del 2do. Cuerpo de Ejército. Bajo el mando de Calixto  García,  participa en importantes   acciones  de guerra  en las provincias de Oriente y  Camagüey. Como médico del  Estado Mayor  del general Mario García Menocal, con grado de   teniente coronel, le acompaña en  la última campaña de occidente, para terminar  la guerra con el grado de coronel de sanidad. El 16 de  abril de 1899,  éste dicta una conferencia ante la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana titulada  “Consideraciones sobre la intervención  quirúrgica en las heridas producidas por armas de fuego”, estudio de un notable  valor histórico-médico basado en las anotaciones de las hojas clínicas  cuidadosamente conservadas por él, de los 334 casos que intervino  quirúrgicamente en la guerra. Este trabajo es publicado en “Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana” en 1899 y muchos años  después reproducido en Cuadernos de Historia de la Salud Pública No. 38  de 1968. Terminada  la guerra, el gobierno de los Estados  Unidos, llevando a cabo sus afanes anexionistas, se niega a  reconocer al gobierno de la República de Cuba en  Armas y solo acepta dialogar con la   Jefatura del Ejército Libertador. La parte cubana acuerda  entonces elegir una Asamblea de Representantes  del Ejército Libertador que representara los intereses nacionales ante el  gobierno de ese país. Los miembros del 5º. Cuerpo de Ejército  eligen como uno de sus representantes al  doctor Enrique Núñez. En el seno de la asamblea, que sesiona primero en Santa  Cruz del Sur y más tarde en Marianao y el Cerro, el doctor Núñez va a realizar,  una viril actuación a favor de los intereses nacionales frente a los enemigos  de su patria. Unos días antes de celebrarse la célebre sesión en que es  destituido de sus cargos el Generalísimo Máximo Gómez, éste renuncia a su puesto en la Asamblea, el 9 de marzo de 1899, en  desacuerdo con el rumbo que tomaban los acontecimientos y se retiraba  temporalmente de la vida pública, para reintegrarse nuevamente a sus pacientes  y a sus tareas científicas. Al ponerse en vigor un nuevo plan de estudios en la  totalidad de las carreras de la   Universidad de La   Habana, conocido como Plan Lanuza, por haber sido su  inspirador el entonces Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes y  jurisconsulto, eminente, doctor José A. González Lanuza,  por indicación de su maestro, el doctor Gabriel Casuso, el doctor Enrique Núñez  de Villavicencio es nombrado catedrático titular de Patología Quirúrgica, el 30  de diciembre de 1899 y toma posesión el 1 de enero de 1900. Al ponerse en  vigor, por Orden Militar No. 266 de 30 de  junio de 1900,  el segundo plan de estudios después del cese de la dominación española,  conocido como Plan Varona, la asignatura Patología Quirúrgica pasa a  formar una sola cátedra con Ginecología y su clínica, bajo la titularía del  doctor Gabriel Casuso. Junto a su cátedra en la Facultad de Medicina,  éste  desempeña, la de Ginecología, en la Escuela de Enfermeras del  Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, desde su fundación en agosto de 1899, para la que  publica un pequeño libro de texto, Nociones de Ginecología, en  1901, en el que recoge sus conferencias en dicha escuela y  resulta seleccionado para pronunciar el discurso central en la graduación de  las primeras enfermeras cubanas en 1902. En 1905 se le otorga el premio Presidente Gutiérrez de la Academia de Ciencias  Médicas, Físicas y Naturales de La   Habana, el más importante de las ciencias en Cuba en la  época, con la monografía La cirugía de las manifestaciones filariásicas. Es  electo  académico de número de la  institución el 13 de julio de 1906. Ese mismo año  hace un viaje de estudios a París para  actualizarse en las técnicas de cirugía urológica con el  Maestro de la Urología francesa, nacido  en Cuba y de profundos sentimientos patrióticos, profesor Joaquín Albarrán Domínguez.  Es promotor de la construcción del Hospital Nacional General Calixto García,  como parte del proyecto de desarrollo de la atención hospitalaria en nuestro  país. .Fallece el  15  de septiembre de 1916 en New York a causa de complicaciones postoperatorias sufridas en un accidente  automovilístico. Trasladado a La   Habana en el crucero patria, de la Marina de Guerra Nacional,  es enterrado con honores de coronel del Ejército Libertador muerto en campaña,  el 21 de septiembre de 1916. 
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