EL TRABAJO SOCIOCULTURAL COMUNITARIO. FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS, METODLÓGICOS Y PRÁCTICOS PARA SU REALIZACIÓN

Rafaela Macías Reyes

PARTE I EL TRABAJO SOCIOCULTURAL

1.1 Presupuestos  y obstáculos para el trabajo sociocultural

Manuel Martínez Casanova [2010], Uno de los procesos más importantes en los cambios sociales que se desarrollan en nuestros días ocurre a nivel microsocial, a escala de grupos sociales y comunidades concretos y por ello la reflexión sobre tal problemática viene ocupando una parte considerable del contenido del pensamiento y el quehacer de numerosos investigadores y estudiosos de tales procesos. Por supuesto que la forma, los objetivos,  los procedimientos, las intenciones y los sujetos participantes de tales intervenciones son muy variables y pueden ser ejecutadas con intereses y beneficiarios sociales diferentes. Es por eso que se hace importante no solo abordar desde lo  metodológico sino también desde lo teórico e ideológico para garantizar que las acciones que se desarrollen se correspondan con el ideal que  sirve de referencia en la transformación de la sociedad.
Después de lo anterior expuesto, para precisar el trabajo sociocultural no se puede dejar de tener en cuenta que una “comunidad” no es, solamente un conglomerado humano que reside en un lugar determinado, que sería un criterio reduccionista de concebirla, sino que es muy conveniente para este análisis que como conglomerado humano con diversos condicionamientos, sus miembros comparten:

En la literatura revisada en general se acepta que a mayor nivel de este compartir, mayor madurez y coherencia de la comunidad y por tanto más coherentemente se expresan las características socioculturales que la identifican Martínez Casanova [2009:17].
En el orden de las ideas anteriores es necesario hacer referencia a otros aspectos de la comunidad que se encuentran en estrecha relación con el asunto que ocupa el centro de este trabajo, estas características socioculturales compartidas nos indican los niveles de coherencia de la comunidad de referencia, podríamos resumirlos en los siguientes:

La comunidad de códigos culturales se configura por los modos de hacer y de pensar, ejecutados por cada pueblo de una manera específica, en base a valores, criterios y puntos de vista codificados, asumidos por dicho grupo humano no solo como una vía para ser como es sino para distinguirse a sí mismo en cuanto grupo de los demás.

Los códigos culturales son múltiples, pero resultan específicamente importantes entre ellos: el lenguaje y los modos de decir, las normas de convivencia y comportamiento social, las costumbres, la interacción familiar y grupal, así como el sistema de creencias, supersticiones y procederes mágico-religiosos. La no codificación de estos aspectos de la vida del grupo impediría no solo el establecimiento de la comunicación sino la estabilidad que le es indispensable ya que los códigos garantizan la capacidad de responder, con el automatismo necesario, a las alternativas que se presentan ante cada uno de los integrantes del grupo y por tanto la existencia misma de este último. [Martínez Casanova; 2001: 49-58]

La comunidad ceremonial es otra faceta de los procesos humanos que resulta insoslayable en cualquier análisis dirigido a entender la identidad de los grupos sociales, sus características socioculturales pues, cada acto humano, desde un simple apretón de manos o un gesto de saludo hasta la ejecución colectiva del drama de una boda o un funeral son ceremonias que requieren una secuencia de acciones, de una duración y de un sentido con un margen establecido socialmente de variables posibles [Bueno;1983-1984:8-37]. La violación de cualquiera de estos elementos convierte el acto en un sin sentido, en un disparate incomprensible para todos en el mejor de los casos, y causante de equívocos serios y preocupantes en otros.[Bordieu;1980:381]
La mayoría de estos actos ceremoniales han dejado de tener explicación en los que lo realizan pues su utilización es parte de un patrimonio incorporado que no tiene  que ser pensado, y por tanto es más emotivo, más sentido, más vivido que entendido.

La comunidad de códigos culturales presupone la comunidad de tradición por cuanto no solo la repetición funcional sino la transmisión “hereditaria” de tales códigos de unas generaciones a otras sería la vía mediante la cual se fijan aquellos elementos que quedarán asumidos definitivamente. Es sin dudas la tradición la encargada de extender en el tiempo, de “cronificar”, determinados modos de ser, hacer y pensar, y de esta forma, sin negar la dialéctica ineludible que marca todo andar, modular la continuidad de un pueblo o nación determinados.  Lamentablemente la tradición también santifica la existencia de prejuicios, conductas antisociales y comportamientos que se correspondían con sociedades que se dejaron o se intenta dejar  atrás definitivamente.
La autoidentificación sin dudas es ante todo el resultado de la consolidación de los procesos anteriores, la “conciencia” de la identidad, aunque sea el resultado no de meditaciones y reflexiones teóricas, sino más bien, en la mayoría de los casos, una aceptación de la pertenencia individual al grupo y de la distinción de este de los otros grupos existentes. Es de esta forma, como conciencia de la “mismidad”, el resultado más genuino y colectivo de la existencia social, incluidos los macroprocesos que tienen por referente y sujeto a los grupos étnicos y las naciones, como a los menos extendidos y localizados que incluyen a comunidades y otros grupos diversos, y a los cuales aportan su núcleo, su fuerza, su alma. [De la Torre; 1995:11-115]
Las ideas que sustentan toda la reflexión que se expone, se convierten en presupuestos teóricos y metodológicos para el trabajo sociocultural comunitario:

  1. Los procesos de desarrollo que se han producido y se producen en las comunidades hay que analizarlos también desde la perspectiva cultural. Lo anterior exige asumir la diversidad de definiciones que sobre cultura existe hoy día que la signa como expresión y síntesis del proceso de creación, conservación, apropiación y promoción de los bienes y valores culturales en el contexto del desarrollo de las comunidades.
  1. El espacio de la comunidad, se presenta como el escenario esencial para enfocar el desarrollo a partir de la cultura. Es en la comunidad donde la sociedad adquiere los verdaderos matices y es en ella donde el tejido social descubre las verdaderas tradiciones, costumbres, hábitos, así como necesidades culturales más latentes.
  1. Tomar en consideración al hombre como sujeto de su propio desarrollo no es una simple frase indicativa presente en las investigaciones. Analizarlo culturalmente, descubrir sus esencias culturales e incorporarlas a las políticas de desarrollo comunitario deviene en una de las principales tesis de los estudios culturales de comunidades.
  1. El concepto de comunidad permite comprender la misma como un organismo social complejo,  vivo, sujeto a regularidades, en el que se establecen relaciones socioculturales de un orden especial y se manifiesta la interacción entre lo global y lo específico.
  1. La viabilidad de la concepción del desarrollo comunitario está relacionada con el desarrollo cultural  alcanzado por la comunidad. Para la aplicación de los proyectos de desarrollo, particularmente los de desarrollo cultural, es importante tomar en cuenta las diferencias existentes entre los  barrios con identidad propia, o lo que es lo mismo, la comunidad formal y comunidad natural.
  1. El trabajo sociocultural comunitario no es sinónimo de desarrollo cultural comunitario, pero debe aportar condiciones propicias para la participación consciente en función del desarrollo cultural individual y colectivo.

 

La  generalidad de la población vive y conoce el barrio, el reparto, el caserío  o los bateyes poseen su memoria histórica como la vida, vehiculizada por grupos de personas, en permanente evolución, múltiple y multiplicada, abierta a la dialéctica del recuerdo y del olvido, susceptible de largas latencias y de súbitas realizaciones. Afectiva, mágica, arraigada en lo concreto, el gesto, la imagen, pertenece a todos, es un factor cultural de unidad, ha contribuido a enfrentar las adversidades y a cultivar los hábitos, costumbres y  tradiciones
Las reflexiones realizadas apuntan a que el problema cardinal del trabajo sociocultural comunitario es hoy y en correspondencia con el análisis que se realiza en el proyecto de programa de trabajo comunitario integrado: cómo articular de manera coherente los diferentes factores existentes, en función de dinamizar las potencialidades de la comunidad, encaminadas al logro de su  desarrollo sociocultural y consecuentemente a la solución de sus problemas y a la satisfacción de sus necesidades identificadas y expresadas por ella y en plena articulación con las características socioculturales de cada comunidad
El trabajo sociocultural como el proceso flexible y dirigido a activar la comunidad en función de la solución de sus problemas y de la satisfacción de las necesidades socioculturales, responde en cada espacio en el que se desarrolle, a las características no solo de las comunidades implicadas sino particularmente del tipo de intervención que se produzca al realizarlo.
Resulta oportuno significar el objetivo principal del trabajo sociocultural comunitario, que consiste,  en transformar la comunidad mediante el protagonismo en la toma de decisiones de acuerdo a sus necesidades a partir de sus propios recursos y potencialidades, propiciando cambios en los estilos de vida en correspondencia con sus  características socioculturales (actos ceremoniales, tradiciones, códigos culturales y autoidentificación comunitaria) y el fortalecimiento de la defensa de la Revolución en toda su actividad política, económica,  sociocultural y la consolidación del proyecto  cubano de desarrollo socialista.
Con referencia al trabajo sociocultural comunitario, es preciso señalar que el mismo se realiza en dos niveles: macro y micro social. A nivel macro, el trabajo sociocultural comunitario debe  constituir un componente importante del contenido de la política social y cultural del país, y eso se justifica pues el desarrollo sociocultural  de la comunidad debe ser planificado, respaldado materialmente y en correspondencia con las estrategias de desarrollo del país, según el sistema social vigente.
A nivel micro social se realiza mediante la intervención sociocultural en las comunidades, y son las características socioculturales propias de una comunidad o grupo humano las que permiten actuar en la intervención propuesta y, al mismo tiempo, las que indican los niveles de efectividad relativa obtenida en el proceso interventivo en la medida que se pueda apreciar, a través de ellos, los cambios propiciados en la cohesión comunitaria, el sentido de pertenencia de sus miembros, el grado de coincidencia de la autoidentificación comunitaria con la concientización de los problemas que los agobian y con la actuación por  la  solución de los mismos.[Martínez Casanova;2001:21]
El uso cotidiano del término trabajo sociocultural comunitario se ha traducido de diversas formas; así aparece empleado, sobre todo por autoridades institucionales y de gobierno como la consabida tautología “trabajo con la comunidad”, o como la tan manipulada intervención, colonización o imposición comunitaria como señalan Yordi y Caballero. [2009:107]
El trabajo sociocultural comunitario es el conjunto de acciones teóricas y prácticas desde la comunidad con el fin de contribuir, estimular y lograr el desarrollo sociocultural, por medio de un proceso intercambio,  permanente, sistemático y complejo en el que se conserve, modifique y cree con la participación activa, consciente y comprometida de sus pobladores, en correspondencia con el enfoque endógeno, que presupone la tensión de las potencialidades internas y la participación como eje esencial de la transformación sociocultural comunitaria.
Asimismo el trabajo sociocultural comunitario es un proceso de transformación de las condiciones socioculturales y de las relaciones sociales, en los espacios comunitarios, mediante el desarrollo de una cultura y un estilo participativo que involucra la acción integrada de la mayor diversidad de actores sociales, en la generación de los procesos de cambios encaminados a elevar la calidad de vida. Como proceso de transformación se apoya básicamente en las potencialidades comunitarias y requiere del máximo aprovechamiento de las acciones que pueden desarrollar las autoridades municipales e incluso, provinciales, de prestación de servicio y en la generación de recursos.

La vuelta hacia  la comunidad como platean,  Yordi y Caballero es también una reacción de la sociedad como organismo social complejo y como mecanismo de defensa ante la globalización, es la vuelta al hombre, cuando él mismo ha creado fuerzas y recursos que lo despersonalizan y en este contexto es importante el encuentro del hombre con sus raíces, con su tierra, tradiciones e historia. [2009:107-108]
En el marco de las observaciones anteriores y atendiendo a que el trabajo sociocultural resulta una acción de  carácter estratégico permite afirmar, que,  la importancia del trabajo sociocultural comunitario radica en que, mediante su realización se atiende con mayor eficacia y de forma coordinada, consecuentemente integral las necesidades que los comunitarios identifican y expresan; se aprovecha mejor los recursos disponibles e incorpora activa y conscientemente a la población mediante la  participación, y en correspondencia con las características socioculturales de su comunidad, en la solución de sus problemáticas e indudablemente en la transformación sociocultural de su entorno comunitario.
Una mirada al problema planteado hace que se centre la atención en algunos obstáculos, objetivos y subjetivos,  que entorpecen el trabajo sociocultural comunitario en la actualidad, entre ellos:

No obstante los obstáculos planteados se desarrolla el trabajo sociocultural comunitario y se pueden mostrar experiencias interesantes en las que se han superado esas problemáticas o al menos se han paleado con el concurso de todos los implicados en  el mismo.
Se ha constatado que, hay una tendencia en  gestores y equipos de proyectos de trabajo sociocultural comunitario, en el  incremento de la utilización del paradigma cualitativo y por tanto a una mayor participación comunitaria, que posibilita comprender la comunidad y sus razones, se observa también un incremento en la utilización de la animación sociocultural que esencialmente trabaja CON, PARA y DESDE la comunidad, CON grupos, PARA grupos y EN grupos, lo que puede contribuir a un salto importante en el trabajo sociocultural comunitario, si se tiene en cuenta que el eje central del mismo es la participación de los mismos  en la identificación, investigación, reflexión, búsqueda de alternativas  y solución de sus problemas.
Otro aspecto que puede contribuir al logro de los objetivos del trabajo sociocultural comunitario es el surgimiento de nuevos agentes de transformación sociocultural que surgen procedentes de las escuelas, casa de cultura, organizaciones de masas, universidades, escuelas de instructores de arte, escuela de promotores culturales, escuelas de trabajadores sociales, todos movidos por el interés de contribuir al desarrollo sociocultural de la comunidad.

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