DIVERSIDAD CULTURAL EN LAS CUESTIONES PSICOLOGICAS

Isaura Arreguin Arreguin

Evolución cultural

Al hombre le tomo cuando menos dos millones de años pasar de la oscura criatura con la piedra en la mano a lo que es ahora su configuración moderna. Sin embargo, para el homo sapiens, tomó mucho menos de 20 mil años dar origen a criaturas como todos aspiramos a ser: artistas, científicos, lectores, viajeros, etc.
El cociente de la evolución cultural resulta ser cuando menos, cien veces más rápido que la evolución biológica.
El Australopithecus es el homínido que se reconoce como el más remoto su aparición data de, como lo apuntamos anteriormente, aproximadamente dos millones de años y es aquí donde surge la primer forma de organización social. Se deduce a partir de estudios aritméticos a los cráneos de  los australopitecinos que  la mayoría de éstos moría a los 20 años de edad. Entonces, pudieron abundar los huérfanos puesto que los primates tienen una infancia muy prolongada (de 10 a 14 años). Adopción o cuidados por parte de la comunidad primitiva era el futuro para aquellos; por consiguiente se permitió que fueran educados (en un sentido general) comunalmente.
Entonces, podemos inferir que fue éste un fenómeno clave para acelerar dicha evolución cultural, sin embargo, se hace imperativo considerar otros factores más allá de suposiciones aritméticas. Uno de estos factores es la elaboración de instrumentos para su vida cotidiana. El manufacturar artículos de piedra acuñados refleja una evidente capacidad encefálica muy superior a sus ancestros y otros primates por supuesto, además de una noción de continuidad, previsión del futuro. Alor A. Calderón expone muy bien esta idea; “Para que se haya dado una sociedad, debe haber noción de continuidad, de pronosticación, del tiempo”.
Rescatando la nutritiva aportación que Morgan hizo en el siglo XIX, que fue quién dividió en tres épocas la historia de la humanidad (Salvajismo, Barbarie y Civilización), podemos también puntualizar que las primeras sociedades fueron sin duda, corriendo por la línea materna, al ser las que criaban a toda la horda, como lo recalcamos arriba.
La alimentación es parte fundamental del recorrido social y humano, que también se valió de la fabricación de herramientas que añadía la carne en la alimentación primitiva y esto se traduce en menos tiempo de ingesta y más nutrientes, entonces se disponía de más tiempo libre el cual se podía usar para otras tareas como recolección, curtiduría, artes y convivencia social. Y al llegar a este punto también nos encontramos con el sentido de demora (al recolectar los víveres que se utilizarían para las travesías por el antiguo mundo).
Al conocer la carne, se hace obvio que también manejaban el fuego. Se han hallado vestigios de fogatas en infinidad de cuevas prehistóricas y se concluye que la primera célula social habitaba en las cavernas, pues el fuego es el símbolo del hogar para muchas tribus aborígenes amazónicas y neozelandesas que hay en la actualidad. Se hace obvio que no toda la tribu se podía refugiar en las cuevas que eran muy reducidas, entonces solamente debieron caber grupos de 5 o 6, lo que es una familia o clan, la unidad social por antonomasia.
En este punto de la evolución aún los pueblos eran nómades y se dedicaban a llevar una forma transhumante de vida, al imitar las migraciones masivas de los animales que se dirigían hacia tierras más cálidas cuando el invierno era abrasador.
Después de estar delimitados los clanes o familias la organización de un considerable número de éstas unidades básicas forma la llamada tribu, que tenían como actividades una sola para todos los miembros o existían grupos con actividades productivas mixtas, aunque se hicieron más comunes las primeras. Es decir, de aquí surgió el comercio con las diferentes tribus; la tribu recolectora de semillas negociaba con la que se dedicaba al curtido de pieles, etc.
“La diferencia fundamental entre sociedades primitivas y modernas es la ausencia de clases sociales”, Karl Marx define esto como comunismo primitivo –sistemas no clasistas.
La modificación de las herramientas que utilizaba el hombre primitivo fue muy lenta en todo el primer millón de años de su evolución desde el primer homínido y bajo el mismo lapso de tiempo al momento en que hubo esta evolución, se dominó la agricultura dando así un paso a las sociedad sedentaria y grupos sociales bien definidos.
¿Cómo podemos ligar esto a nuestro estudio? Recordar que el ser humano es un ente biopsicosocial que así como él mismo toma parte de su constante progreso, está sometido al entorno geográfico del cual no tiene dominio. Pues durante aproximadamente ese millón de años en el que estuvo estancado, se encontró sorteando su existencia en un clima inclemente por la última gran glaciación ¿Por qué hasta hace 12 mil años hubo dicha explosión cultural? Porque inmediatamente se gestó una revolución agrícola y revolución biológica (bajo un clima más adecuado para vivir y convivir); una nueva manera de relacionarse con el medio. Inmediatamente después, surge la revolución social, que orilla al hombre al sedentarismo. La civilización como hoy la conocemos se debe a esa decisión prehistórica de salir del nomadismo.
“La vida nómada es inmemorial. Había que ser sedentario para comenzar un registro antropológico y sociológico”, afirma Bronowski. “La vida del nómada es una vida sin cambios, lo único que anhela el hijo es llegar a ser como el padre”, prosigue en su análisis.
La unidad social se mantiene en su esencia, mas no en su interacción con las demás unidades al pasar al sedentarismo, pues también llega la introyección del estado, la propiedad privada y las clases sociales, conformando así la filiación primero por castas o estratos económicos y después por simpatías y antipatías entre sí. Ahondando sobre este punto cabe mencionar que las primeras sociedades esclavistas surgieron hasta 4 o 5 siglos a.C. en Egipto, China, Babilonia e India, entre otras.
Al haber la primera gran división social del trabajo y las clases se inició un agrupamiento de personas por similitud de ocupaciones  y aquí puede entrar el concepto de evolución de simpatías y antipatías de Josephine Klein:
“Básicamente, los miembros que se adaptan estrictamente a las normas del grupo son más que los que no lo hacen. El punto de partida proviene de un estudio de Thompson y Nishimura (1951,1952). Ambos entregaron a sus sujetos una lista de cien rasgos de la personalidad y les pidieron que definieran sus personalidades, la personalidad ideal para sí, la personalidad de un amigo y la personalidad de algún conocido.
Hubo correlación en la personalidad de un amigo con la personalidad idealizada.”
Es decir,  que las relaciones sociales con frecuencia se gestan bajo la semejanza de ideales, más que la semejanza de los rasgos de personalidad. Cuánto más corresponda un persona a las normas ideales del grupo, más popular será, quizá porque representa el tipo de persona que todos los miembros querrían ser. A continuación sería docto definir lo que para la sociología son normas. “Son una idea compartida por los miembros del grupo que puede expresarse como una declaración que especifica lo que la mayoría debería hacer” (Homans, 1950).
Traspolando a nuestro estudio a través del tiempo se puede concluir que a partir del surgimiento del estado y el sistema económico se modificaron las normas primitivas de convivencia en masa a una privación de bienes y servicios que ahora tenían que ser conseguidos cumpliendo el nuevo paradigma, la moneda de cambio. Obligando así, a separar cada unidad social y segregarlas  ya no como la parte angular de una comunidad sino como piezas separadas de este todo, difícilmente cohesiónales entre sí.
Más adelante, en la historia nos encontramos con la Edad Media. La división de la sociedad ahora tomó parte como sistema feudal, que prácticamente no resultó un gran cambio a la conformación de nuevas formas de organización social. A pesar del evidente retroceso que tuvo lugar en estos años, el choque entre romanos y germanos, bizantinos y vikingos, musulmanes y cristianos, produjo la compleja y riquísima civilización occidental. Para los grupos básicos que conformaban dichas civilizaciones hubo una nueva expansión de factores y vínculos ahora no con miembros de su misma raza, sino ahora con estados que podían ser aliados militares, socios mercantiles e incluso con sociedades primitivas propensas a ser colonizadas y explotadas.
Tabulando el tiempo que le tomó al hombre primitivo a ser un hombre pensante y el que le tomó al hombre pensante llegar a este punto de la historia (así como lo señalamos en la introducción) nos refleja que aún la explosión industrial que viene recorriendo camino desde hace tres siglos es poco para esos dos millones de años que les tomó a nuestros ancestros. A pesar de que los estadios evolutivos cada vez que se avanzan van siendo menos largos y más imperceptibles sus límites, lo cierto es que la organización social como lo es su expresión básica no ha sufrido cambios sustanciales como lo fue el pasar de un sistema matriarcal presente en la prehistoria al sistema de leyes y propiedad privada como el patriarcal, que obligo a la separación de la comunidad.
Lo cierto es que en el presente en las redes sociales (ya sean físicas o virtuales) hay una cohesión aparente, donde tú puedes relacionarte con todos los elementos de la sociedad, pero en base a tu idealización de la personalidad buscas pares afines a esa perspectiva. A fin de cuentas, todos convergemos en el mismo medio pero nos relacionamos según nuestras afinidades.

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