LA GRAMATICA DEL TEXTO EN EL PROCESO DE COMUNICACIÓN PEDAGÓGICA

Kenia María Velázquez Ávila
Ernan Santiesteban Naranjo (CV)

ernansn@ult.edu.cu

2.3. Empleo Peculiar de Construcciones coloquiales
         2.3.1. La Elipsis

La elipsis es un fenómeno típico de la conversación, que aparece fuera de la situación.  Mencionamos esta característica peculiar de la lengua oral cuando caracterizamos  sus cualidades y propiedades esenciales. Sin embargo, esta característica típica de la lengua oral adopta una nueva cualidad cuando se emplea en la lengua escrita –se convierte en un recurso estilístico-, este reemplaza la información suprasegmental. Una oración elíptica en la comunicación directa no es un recurso estilístico, simplemente es una norma de la lengua oral. Veamos un ejemplo: “Así que justicia Oberwatzer –solemne y didácticamente desde su gran asiento de justicia
                                                                                                                     (Dreiser).

Como se puede apreciar, en el ejemplo anterior se siente muy aguda la ausencia del predicado. ¿Por qué está omitido? ¿Es que el autor persigue algún objetivo especial al abandonar un miembro primario de la oración? ¿O es solo un problema de descuido? La respuesta es obvia: es un recurso deliberado.  Este modelo peculiar de oración sugiere el estado personal  de la mente del autor –su indignación ante el desvergonzado discurso acerca de la justicia.  Es un hecho común en cualquier mente excitada, manifestarse en algún tipo de violación en la reconocida estructura literal de la oración.

La elipsis consiste en la ausencia de determinados elementos en un texto, fragmento textual, párrafo, oración o frase que son predeterminadas por la situación comunicativa. Cuando se emplea como recurso estilístico, siempre imita características comunes de la lengua oral, donde  la situación predetermina no la omisión de determinados miembros de la oración, sino su ausencia. Así las oraciones “hasta mañana”, “¡pásela bien!”, “ven acá” “¿Usted dijo eso?” son típicas del lenguaje coloquial. Nada se omite aquí. Existen estructuras sintácticas estándares en la lengua oral y llamarlas elipsis significa juzgar cada estructura oracional en correspondencia con el modelo de la lengua escrita.

Es necesario repetir que la característica más relevante de la lengua escrita es su amplificación, la cual por su naturaleza se opone a la elipsis. La amplificación generalmente exige  expansión de las ideas tan completa como sea posible y tan exacta como las relaciones entre las partes de la oración lo permitan. La elipsis, por el contrario, que es una propiedad de la lengua coloquial, no expresa lo que fácilmente puede ser reemplazado por el co-texto o contexto.

 

2.3.2. La Aposiopesis

La aposiopesis es un recurso que los diccionarios definen como “una breve detención para provocar efecto retórico”. Esto es cierto, pero esta definición es muy general para revelar la función estilística del referido recurso.

En la variedad oral de la lengua,  un rompimiento en la narrativa generalmente es provocado  por mal disposición de proceder, o por suposición de lo que queda por decir, puede ser entendido por la implicación personificada en lo que se ha dicho, o por incertidumbre  de lo que se debe haber dicho.

En la variedad escrita, la aposiopesis es siempre un recurso estilístico que se emplea para provocar algún efecto de esta naturaleza. Es difícil establecer una línea divisoria entre la aposiopesis como característica típica del lenguaje coloquial y como recurso estilístico específico.  El único criterio que puede servir como guía es que en la conversación la implicación puede ser acompañada por gestos adecuados.  En la lengua escrita es el co/contexto, el que sugiere la adecuada entonación, la cual es la única clave para decodificar la aposiopesis.

En los siguientes ejemplos la implicación de la aposiopesis es una advertencia.
“Si continúas con ese modo de vida, en seis meses…”
“Regresa a casa o yo…”

La implicación en los ejemplos anteriores es una amenaza. El segundo ejemplo muestra que sin el contexto la implicación es vaga. Sin embargo, cuando uno conoce que las referidas palabras fueron dichas por un padre enojado a su hijo en una conversación por teléfono, la implicación se hace aparente.

La aposiopesis es un recurso estilístico sintáctico que transmite al lector ascenso emocional muy fuerte. La idea del citado recurso es que el orador  no puede proceder, sus sentimientos lo privan de la habilidad de expresar en términos del lenguaje.

 

2.3.3. Preguntas en la narrativa o en el texto

Las preguntas, son estructural y semánticamente uno de los tipos de oraciones que hace una persona y espera que la responda otra. Esta es la característica principal y más distintiva de una pregunta. Existe como una unidad sintáctica de la lengua pora sostener esta función particular en la comunicación. Esencialmente las preguntas pertenecen a la lengua oral y presupone la presencia de un interlocutor; es decir, son frecuentes en el diálogo. Se supone que el interrogador no conoce la respuesta.

Las preguntas en la narrativa cambian la verdadera naturaleza de las preguntas y se convierten en un recurso estilístico. Una pregunta en la narrativa se hace y se responde por la misma persona, usualmente el autor. Por ejemplo: ¿Y entonces, qué es una operación generalizada? Ahora bien, una operación generalizada…

Las preguntas en la narrativa se emplean con frecuencia en la oratoria. Esto explica una de las características principales del estilo de la oratoria – inducir la reacción deseada al contenido del habla/discurso. Las preguntas aquí encadenan la atención de los receptores hacia el asunto que trata el orador y evita que la misma vague.

2.4. Empleo estilístico del Significado Estructural

En analogía con la transferencia del significado lexical, en las que las palabras se emplean de otra manera a su significado lógico primario, las estructuras sintácticas también se pueden emplear con otro significado que no sean los primarios. Cada estructura sintáctica tiene su función definida, las que en ocasiones se denominan significado estructural.

Cuando una estructura se emplea con otra función, se pude plantear que adopta un nuevo significado que es similar al significado lexical transferido.

Entre los recursos estilísticos sintácticos, existen dos en los cuales esta transferencia (de significado estructural) es evidente. Ellos son: las preguntas retóricas y el lítoris.

 

2.4.1. Las Preguntas Retóricas

Las preguntas retóricas constituyen un recurso estilístico sintáctico especial, su esencia consiste en reformar el significado gramatical de las oraciones interrogativas. Es decir, que la pregunta deja de ser pregunta y se convierte en una oración afirmativa que se expresa en forma de una interrogación. De ese modo, se realiza la interacción entre los dos significados estructurales: primero, el de la pregunta, y segundo, el de la oración (o bien afirmativa o negativa). Ambas se materializan simultáneamente, por ejemplo: ¿Estos son los remedios para un populacho hambriento y desesperado? ¿Es que no hay suficiente sangre derramada en el código penal, que haya que derramar más para ascender al cielo y testificar contra usted?
                                                                                   (Byron)

Sin la cláusula atributiva, la pregunta retórica perdería su cualidad específica y se podría considerar como una pregunta común. La oración subordinada señala la pregunta retórica.

Existe otro patrón estructural en las preguntas retóricas que se basa en la negación. En este caso, la pregunta puede ser una oración simple, como en: ¿Usted no quiere calidad en la educación? 

La oración interrogativa negativa por lo general tiene una naturaleza peculiar. Siempre tiene un matiz de significado implícito adicional, algunas veces es duda, otras afirmación y en otras sugerencias.  En otras palabras, ellas siempre están llenas de significado emotivo y modalidad.

Como ya hemos planteado, las preguntas retóricas pueden parecer como una transferencia del significado gramatical; pero en el caso de transferencia de significado lexical, el efecto estilístico del significado gramatical solo se pude lograr si existe una relación simultánea de dos significados: directo y transferido. En la pregunta retórica se evidencia: interrogación – significado y afirmación – significado; los que se materializan con una carga emocional, cuyo peso se puede juzgar por la entonación del hablante.

La entonación de las preguntas retóricas, de acuerdo con las investigaciones más recientes, difieren materialmente de la entonación de las preguntas comunes.

Un análisis más detallado del aspecto semántico de las diferentes preguntas-afirmativas conduce a la conclusión que este modelo estructural tiene varias funciones, no solo preguntas comunes, ni pronunciaciones categoriales que se expresan en formas de interrogantes. El hecho es que hay varias creaciones de significado emotivo incorporadas en la pregunta retórica. En el ejemplo que a continuación se muestra (de Shakespeare) se evidencia la ironía: ¿Quién de los presentes es tan villano que no ama a su país? En este ejemplo existe un significado de desafío declarado abierto e inequívoco. Es imposible considerarla como una pregunta retórica que hace una pronunciación categorial. En la pregunta retórica de Byron que se citó anteriormente ¿Es que no hay suficiente sangre derramada en el código penal, que haya que derramar más para ascender al cielo y testificar contra usted? existe una clara implicación de desdén y contumacia hacia el parlamento y las leyes que aprueban.

Por tanto, las preguntas retóricas también se pueden definir como una expresión en forma de interrogante que expresa juicios, así como también varios tipos de modelos de matices de significados como: duda, desafío, desdén, ironía, etc.

La pregunta retórica refuerza la cualidad esencial de las oraciones interrogativas y la emplea para transmitir un matiz de significado más fuerte. Las preguntas retóricas, debido a su poder de expresar una variedad de modelos de matices de significados, se emplean más a menudo en el estilo publicista y particularmente en la oratoria, donde el aumento de las emociones es el efecto que generalmente se persigue.

2.4.2. El Lítoris

El lítoris es un recurso estilístico que consiste en el uso peculiar de las construcciones negativas. Es el empleo de la negación más un sustantivo o adjetivo que sirve para establecer una característica positiva de una persona, objeto o animal. Esta característica positiva, no obstante, disminuye en calidad comparada con una expresión sinónima en una aserción directa de la característica positiva.
Ejemplo: 1- Élla no está mala – (Élla está buena).
                 2- Él no es cobarde – (Él es valiente).

“No está mala” no es igual a “está buena”, aunque las dos construcciones son sinónimos. Lo mismo se puede plantear con la segunda pareja, “no es cobarde” y “es valiente”. En ambos casos las construcciones negativas producen un efecto menor que el que le corresponde a sus expresiones afirmativas. Además, se debe destacar que las construcciones negativas tienen aquí un impacto más fuerte en el lector que las expresiones afirmativas. El último no tiene connotación adicional; el primero sí. Es por ello que tales construcciones se consideran como recurso estilístico. El lítoris es una restricción deliberada que se emplea para producir un efecto estilístico. No es una negación pura, sino una negación que incluye una afirmación. Por tanto, aquí como en el caso de las preguntas retóricas, podemos hablar de transferencia de significado, es un recurso que con la ayuda del mismo dos significados se materializan simultáneamente: el directo (la negación) y el transferido (la afirmación).

El efecto estilístico del lítoris depende principalmente de la entonación. Si comparamos dos patrones de entonación, uno que sugiere una negación pura (no es malo, como antónimo de, es malo) con el otro que sugiere la afirmación de una cualidad positiva del objeto (no es malo, igual a, es bueno), la diferencia se hará aparente. El grado, al cual el lítoris desplaza la cualidad positiva en sí mismo se puede estimar al analizar la estructura semántica de la palabra que se niega. Examinemos las siguientes oraciones en las que el lítoris se emplea:

  1. Se dio cuenta que no era una tarea fácil.
  2. Ese ruido, me molesta no poco.
  3. Cualquiera que sea el error que tenga su obra -que no son pocos- tiene méritos suficientes para aspirar a tan alto grado.

Aún un análisis superfluo del lítoris en las oraciones anteriores muestra que la negación no puramente indica la ausencia de la cualidad mencionada, sino que sugiere la opuesta.

El lítoris se emplea en diferentes estilos del habla con la exclusión de los documentos oficiales y la prosa científica. En la poesía, en ocasiones se emplea para sugerir que la lengua carece de los elementos adecuados para transmitir los sentimientos del poeta y por tanto, se emplea la negación para expresar lo inexpresable.

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