La interdisciplinariedad, como cuestión gnoseológica, surgió a finales del siglo pasado por la necesidad de dar respuesta a la fragmentación causada por la epistemología del cariz positivista. Las ciencias se habían dividido en muchas ramas, y la interdisciplinariedad restablecía, por lo menos, un diálogo entre ellas, aunque no rescatara todavía la unidad y totalidad.
La fragmentación representaba una cuestión esencial para el propio progreso científico. Se trataba de entender mejor la relación “el todo y las partes”, en la expresión de Gudman, L. (1979) para él, solo el modo dialéctico de pensar, fundado en la historicidad, podría rescatar la unidad de la ciencia.
La tradición marxista resolvió en parte, el problema, y puso como fundamento de la ciencia la historicidad, Marx, K. (1975) afirmaba que solo existía una ciencia la historia. Así resolvía la cuestión de la fragmentación. La totalidad no sería alcanzada como querían los neopositivistas por medio de la interdisciplinariedad, sino por medio de un referente común que es la historia.
Desde entonces el concepto de interdisciplinariedad se ha venido desarrollando también en la ciencia de la educación, que surgió al final del siglo XIX. Estas aparecen con claridad en 1912 con la fundación del instituto Jean–Jacques Rosseau en Ginebra por parte de Claparede, E, maestro de Piaget. Se trabó toda una discusión sobre la relación entre las ciencias madres y las ciencias aplicadas a la educación por ejemplo: la sociología (de la educación), la psicología (de la educación).
La tradición positivista de solo aceptar lo observable, los hechos y las cosas, acarreó problemas para las ciencias humanas cuyo objeto no es tan observable como el objeto de las ciencias naturales, modelo sobre el cual se funda el paradigma del positivismo. Con la fragmentación del saber apareció el especialista y las fronteras entre las disciplinas se ensancharon. La interdisciplinariedad venía, entonces, con la promesa de romper con la epistemología, permaneciendo fiel a sus principios de allí que se les llame neopositivistas.
Después de la Segunda Guerra Mundial frente al eclipse de la razón provocado por la nación que más se enorgullecía de ser racional -Alemania-, la pregunta es que estaba equivocada en la ciencia, en la investigación y en la educación, puesto que la pedagogía del diálogo surgida después de la primera guerra mundial no había contenido la seña de la lucha fraticida. Así la interdisciplinariedad aparece inicialmente como preocupación de las ciencias humanísticas, desde este entonces parece que todas las corrientes del pensamiento se ocuparon de la cuestión de la interdisciplinariedad:
La etiología fenomenológica (Lariere, en Lovaina, Bélgica) encontró en este concepto una clave para el diálogo entre la iglesia y el mundo.
El existencialismo (Rogers y Gusdorf) buscó dar a las ciencias una cara humana, la cara de la unidad.
La epistemología (Piaget. J.) buscó develar el proceso de construcción del conocimiento y fundamentar la unidad de la ciencia.
En México, investigadores de la Universidad de Puebla sustentan que la interdisciplinariedad está vigente en el universo de todos los fenómenos de la naturaleza, que son básicamente interdisciplinarios y son por tanto, interdisciplinarios también, los problemas de la práctica social, entendiendo al hombre como un sujeto particular de la naturaleza. Todo el estudio y discusión que se promueve en la enseñanza universitaria acerca de la interdisciplinariedad no es más que la necesidad de regresar al nivel de integración multidisciplinaria que presentan en la realidad los problemas de la práctica profesional de cualquier carrera universitaria y de la actividad humana en su carácter más general y completo.
En Argentina disciplinariedad e interdisciplinariedad son dos momentos de un mismo proceso. La riqueza de la interdisciplinariedad está adherida al grado de desarrollo de la disciplina y esta a su vez se va a ver afectada positivamente como fruto de sus contactos y colaboraciones interdisciplinares.
Para el profesor español Fernández, M. (1994) la interdisciplinariedad no es un diseño de contenidos mezclados en un currículo, sino como objeto curricular, es una manera de pensar, es un hábito de aproximación a la construcción de cualquier conocimiento, que al ser método didáctico, deviene método del alumno.
En Brasil el concepto de interdisciplinariedad inicialmente llegó por medio del estudio de la obra de Gusdorf, G. y posteriormente de Piaget, J. El primer autor influyó en el pensamiento de Japiassu, M. en el campo de la epistemología y la investigadora brasileña Fazenda, I. en el campo de la educación. La misma sostenía que la interdisciplinariedad busca garantizar la construcción de un conocimiento que sea global rompiendo con las fronteras de las disciplinas. Para esto, integrar contenidos no sería suficiente, sería necesaria una actitud, esto es una postura interdisciplinaria actitud de busca, participación, compromiso, reciprocidad frente al conocimiento. (1999).
Estudiosos de la Universidad de Navarra reconocen que, en las explicaciones correspondientes, aparecen las ideas típicas de la interdisciplinariedad. En efecto, además de la idea ya mencionada de "conexiones a través de las fronteras", otras ideas típicas son:
Cruzar fronteras disciplinarias, casi es lo mismo.
Construir puentes.
Tomar como punto de partida los problemas y no las perspectivas de disciplinas particulares.
Escuchar seriamente el lenguaje extraño de otras disciplinas.
Buscar nuevos métodos y perspectivas en ámbitos diferentes.
Crear nuevo conocimiento que no podría emerger de la perspectiva de ninguna disciplina particular.
Los intentos de integración en el proceso docente educativo cubano, tienen su génesis en los pronunciamientos de Félix Varela, José Martí, Enrique José Varona, Manuel Valdés Rodríguez, entre otros. Este último señaló a los profesores “debéis buscar con habilidad aquellos conocimientos que os pueden servir paso para otros. En su continuidad temporal, con aciertos y desaciertos, muchos profesionales de la educación cubana han tratado de tener en cuenta dichos retos.
Algunos pedagogos han valorado la importancia de las relaciones interdisciplinarias y cómo influyen en el desarrollo cognoscitivo del estudiante; se plantea que son: una vía efectiva que contribuye al logro de la relación mutua del sistema de conceptos, leyes y teorías que se abordan en la escuela agregando que son una condición didáctica que permite cumplir el principio de la sistematicidad de la enseñanza y asegurar el reflejo consecuente de las relaciones objetivas vigentes en la naturaleza y la sociedad, mediante el contenido de las diferentes disciplinas que integran el plan de estudio de la escuela actual. Fiallo, J. (2001).
Actualmente en el plano teórico se busca fundar la interdisciplinariedad en la ética y la antropología, al mismo tiempo que en el plano práctico surgen proyectos que reivindican una visión interdisciplinaria en el campo del currículum.
Si bien estos procedimientos son justificables y apropiados para promover aprendizajes significativos y para ayudar a los docentes a concebir, formular y orientar mejor hacia los objetivos desde posiciones cada vez más activas y protagónicas de los estudiantes, para el caso de una propuesta de enseñanza aprendizaje que tiene como núcleo el establecimiento de relaciones interdisciplinarias alrededor de problemas de la profesión en los marcos de un proceso en el que el estudiante se forma desde el propio desempeño de su rol profesional, el modo de proceder tiene que sustentarse en una manera menos convencional de entender la relación entre profesores y alumnos y entre lo social y lo individual, en torno a la categoría objetivo.
Comúnmente al explicar la relación dialéctica entre objetivo–método se asume que el método es individual (particular) y “el objetivo es social”, Álvarez. C. (1999).
La afirmación pudiera ser válida para demostrar la contradicción entre objetivo y método, sin embargo esta es una verdad relativa. El objetivo debe contener tanto lo social como lo personal de lo contrario se estaría ignorando que los estudiantes individualmente se plantean metas a alcanzar en el proceso, que responden a los intereses y necesidades de cada quien, que no son los mismos aún, cuando existan algunos comunes.
Para muchos docentes los objetivos preescritos en el programa de la asignatura o en su plan de clase son los únicos aprendizajes a lograr por todos los alumnos, sin embargo esta concepción resulta cada vez más contrapuesta, a otras ideas sobre el proceso de enseñanza aprendizaje que se abren paso, como son la del protagonismo del alumno, la de la atención a las necesidades educativas especiales y a la diversidad durante el trabajo frontal con el grupo de alumnos desde el uso del diagnóstico, la del aprendizaje colaborativo y otras como aprender a aprender, aprender a conocer, aprender a convivir y a ser.
Por otro lado no se deben perder de vista las nuevas condiciones en que hoy se forman los docentes en Cuba: desde la escuela y para la escuela en la que el protagonismo de la actividad, la comunicación y la socialización, el enfoque integral del proceso de enseñanza aprendizaje en la unidad de lo cognitivo, lo afectivo y lo volitivo en función de preparar al ser humano para la vida. El estudiante está matizado por un proceso de “profesionalidad temprana”. Labarrere, A. (1998).
La interdisciplinariedad, en la medida que es un hacer, una construcción, desarrolla, tanto en profesores como estudiantes, un sentido de sí mismo y de los otros como constructores de conocimiento e historia. La superación interdisciplinaria del docente universitario constituye una vía efectiva para elevar el nivel profesional de los claustros académicos, al permitir una profundización mayor del proceso de enseñanza aprendizaje, tener en cuenta su complejidad real y contribuir a perfeccionar el proceso educativo no solo desde la instrucción sino también ligado a la educación.
La integración horizontal de las ciencias desde su origen tiene entre sus posibles justificaciones en la complejidad de los problemas que ha estado llamada a solucionar, dado el creciente desarrollo de la sociedad en determinados estadíos de su evolución. Tanto la integración horizontal como la vertical son reconocidas por múltiples autores como tendencias actuales del desarrollo científico y como característica de la actividad científica contemporánea.
Un hecho concreto que justifica la creciente necesidad de la integración vertical de la ciencia, está en que los avances de la ciencia y de la tecnología no sólo repercuten y afectan la vida económica, sino toda la cultura que sirve de base a la cohesión social. De lo antes expuesto se infiere que a la interdisciplinariedad la justifica el propio desarrollo histórico de la ciencia y la creciente necesidad de que esta contribuya a la solución de los problemas de la sociedad que no pueden ser resueltos desde la perspectiva de una sola ciencia en particular.
El análisis de estos términos, y específicamente el de integración horizontal permite comprender la interdisciplinariedad del modo que la define Núñez J, (1994) “como el encuentro y cooperación entre dos o más disciplinas donde cada una de ellas aporta esquemas conceptuales, formas de definir problemas y métodos de integración”. A esta definición se suman muchas otras en la literatura consultada, en las que no falta la heterogeneidad de ideas en cuanto a la misma.
Algunos autores al referirse a la interdisciplinariedad la asocian con los contenidos y en particular con los conocimientos, y en menor cuantía con los métodos y las formas. Así por ejemplo, al referirse a la interdisciplinariedad en el ámbito de la pedagogía plantean que la enseñanza que pretende abordar y trasmitir al mismo tiempo contenidos de disciplinas diversas, se opone al conocimiento fraccionado y en parcela, y se orienta hacia la integración y globalización de conocimientos que se puede considerar resultado de una nueva pedagogía pluridisciplinar”.
Omitir la repercusión de los métodos y las formas de organizar el trabajo interdisciplinario en la interdisciplinariedad, sería negarle la posibilidad avanzar y contribuir a la solución de los problemas de la práctica social.
En el ámbito de la ciencia en general el término se asocia directamente a conceptos tales como integración horizontal e integración vertical de las ciencias. La primera presupone “la interpenetración y entrecruzamiento entre las disciplinas tradicionales, cuyas barreras tienden a disolverse ante la necesidad de solucionar problemas complejos” Maleski. I, Olzewki. E. (1980), citado por Núñez, J. (1994), y la segunda presupone “la tendencia de la actividad científica a involucrarse en los más diversos ámbitos de la práctica socioeconómica y el acercamiento que se produce dentro de la ciencia, entre la investigación básica, la aplicada y la orientada al desarrollo”.
Alonso, O. (1994) define la interdisciplinariedad como “la reunión de conocimientos, métodos, recursos y habilidades desarrolladas por especialistas de diferentes disciplinas en el estudio de cierto objeto común para estas.”
Para la autora de la presente investigación resulta muy importante la connotación que se le atribuye a la interdisciplinariedad, y la revelación de sus valores intrínsecos para la formación de elevadas cualidades y actitudes en los sujetos que la ejercen.
No han faltado quienes han justificado la globalización de los contenidos curriculares desde fundamentos psicológicos afirmando que “la inteligencia humana es por esencia interdisciplinaria”. Gusdorf, G. (1977), Berman, L.M. (1976) citado por Saviani, N. (1994), plantea: “nunca se presuma que los currículos o estudios organizados sobre grandes temas, dominios extensos, apartados generales, simposios y síntesis de muchos campos, produzcan una unidad en la mente de los estudiantes. Téngase en cuenta que la síntesis es personal.
Rodríguez, N. (1997), asume la interdisciplinariedad como “la respuesta actual e imprescindible a la multiplicación, fragmentación y división del conocimiento, a la proliferación y desmedido crecimiento de la información, a la complejidad del mundo en que vivimos.
Álvarez, C. (1999), la esencia de la integración sistémica del año radica en hacer interactuar todos los contenidos de las distintas asignaturas para que, hasta donde lo permita esos mismos contenidos, conformar un sistema armónico y coherente que posibilite establecer objetivos para todo el año. Estos objetivos expresarán los posibles resultados a alcanzar sintetizando, integrando y sistematizando dichos contenidos.
Fernández de Alaiza, B. (2000), considera la interdisciplinariedad como el proceso significativo de “enriquecimiento” del currículo y “de aprendizaje” de sus autores que se alcanza como resultado de reconocer y desarrollar los nexos existentes entre las diferentes disciplinas de un plan de estudio.
Citado por Mañalich, R. (2001), la interdisciplinariedad es “un estado mental que requiere de cada persona una actitud de humildad, de apertura, de curiosidad, una voluntad de diálogo y finalmente una capacidad para la asimilación y la síntesis”.
Para Fiallo, J. (2001), la interdisciplinariedad presupone una manera de pensar y de actuar para resolver los problemas complejos y cambiantes de la realidad, con una visión integrada del mundo, en un proceso basado en relaciones interpersonales de cooperación y de respeto mutuos, es decir, es un modo de actuación y una alternativa para facilitar la integración del contenido, para optimizar el proceso de planificación y dar tratamiento a lo formativo. Curricularmente, la interdisciplinariedad no niega las disciplinas, si no que establece una relación dialéctica entre ellas.
Para Addine, F. (2002), es un principio que posibilita el proceso significativo de enriquecimiento del currículo y de los aprendizajes de los participantes que se alcanza como resultado de reconocer y desarrollar las relaciones existentes entre las diferentes disciplinas de un plan de estudio, mediante los componentes del sistema didáctico y que convergen hacia intercambios que favorecen un enriquecimiento mutuo desde encuentros generadores de reconstrucción del conocimiento científico.
La necesidad de la interdisciplinariedad en los ámbitos de la ciencia y del currículum, se justifica desde argumentos pedagógicos, sociológicos y psicológicos por las razones siguientes: el proceso de globalización marcado por la interdependencia entre los pueblos y la mundialización de los problemas, la complejidad de los problemas que está llamada a resolver la ciencia, la repercusión de los avances de la ciencia y la tecnología en la vida del hombre y en toda la cultura de la sociedad, la multiplicación y fragmentación del saber, la división del conocimiento debido a la diferenciación de las ciencias que estudian la naturaleza y la sociedad, la proliferación y el desmedido crecimiento de la información, el carácter interdisciplinario de la inteligencia humana y la necesidad de formar una cultura general integral en las nuevas generaciones.
Es opinión de la investigadora que la interdisciplinariedad no es un proceso nuevo, como bien expresan diferentes autores que surgió desde finales del siglo pasado pero aún se hace necesario su vigencia en el proceso de enseñanza y aprendizaje de nuestros estudiantes, aspecto este que permitirá limar las asperezas que aún presentamos en nuestros currículos .La misma busca garantizar la construcción de un conocimiento, ayuda a los docentes a concebir, formular y orientar mejor hacia los objetivos desde posiciones cada vez más activas y protagónicas de los estudiantes.
Es decir, a partir del análisis de las definiciones anteriores y desde el presupuesto de que el término será aplicado en el marco de una concepción de proceso de enseñanza aprendizaje centrado en el protagonismo de los estudiantes desde la asunción de su “rol profesional” a través de su inserción en la solución de problemas de la profesión en el marco de un proceso de “profesionalización temprana”, la interdisciplinariedad presupone una forma de explicar la realidad educativa en su conjunto, con apoyo en el establecimiento de nexos e interrelaciones entre las disciplinas capaces de generar nuevas síntesis y de superar el reduccionismo en el estudio y solución de los problemas de la práctica educativa, no solo a través del establecimiento de nexos interdisciplinarios, sino además entre los sujetos que la practican.
En tal sentido la interdisciplinariedad debe cruzar los estrechos límites que pudieran asociarla sólo al contenido, debe abrirse paso en el establecimiento de nexos interdisciplinarios en cuanto a problemas, propósitos, contenidos, formas, métodos, medios y evaluación de resultados y procesos, sustentados siempre en relaciones de coordinación y subordinación no solo entre las disciplinas sino entre los sujetos del proceso de enseñanza aprendizaje interdisciplinario.
Son disímiles las definiciones sobre interdisciplinariedad, las consultadas apuntan a:
Enfoque integral para la solución de problemas complejos.
Nexos que se establecen para lograr objetivos comunes entre diferentes disciplinas.
Vínculos de interrelación y de cooperación.
Formas de pensar, cualidades, valores y puntos de vista que deben potenciar las diferentes disciplinas en acciones comunes.
A juicio de la autora, el elemento esencial de la interdisciplinariedad está
dado por los nexos o vínculos de interrelación y de cooperación entre
disciplinas debido a objetivos comunes. Esa interacción hace aparecer nuevas
cualidades integrativas, no inherentes a cada disciplina aislada, sino a todo el
sistema que conforman y que conducen a una organización teórica más integrada de
la realidad.
En eumed.net: |
![]() 1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores) Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER). Libro gratis |
15 al 28 de febrero |
|
Desafíos de las empresas del siglo XXI | |
15 al 29 de marzo |
|
La Educación en el siglo XXI |