BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PROPUESTA DE GESTIÓN PARA EL MEJORAMIENTO CONTINUO DE LA COMPETENCIA PARA LA LABOR EDUCATIVA, EN EL CONTEXTO DE LA NUEVA UNIVERSIDAD CUBANA EN LA PROVINCIA DE GUANTÁNAMO

Yordanka Guzmán Mirás



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1.2. Enfoque socio filosófico de la educación. La competencia para la labor educativa en el contexto de la nueva universidad

La educación presupone la apropiación de la cultura humana de forma dinámica con un carácter afectivo en que medien habilidades pedagógicas y además las referidas al proceso formativo cómo vía de exteriorización de la formación integral.

El nuevo papel de la universidad ante la sociedad requiere de ella no sólo nuevas actitudes y valores, nuevos compromisos y relaciones, nuevas prácticas de cooperación y de servicios; exige también nuevas estructuras, nuevas formas de enseñanza-aprendizaje, nuevas modalidades de educación cooperativa, nuevas concepciones curriculares, nuevos sistemas de planificación y control. En definitiva, se trata de una universidad que cambie ella misma, que no se adapte pasivamente a lo que exigen los nuevos tiempos y haga permanecer lo que es su razón de ser.

El concepto que se asume como nueva universidad debe considerarse como aquella institución que con un carácter sistémico y holístico ha atravesado los muros de la Sede Central para irradiarse a toda las comunidades llevando a cabo un proceso de autogestión, que aglutina una parte significativa de las personas más calificadas en cada región. Se considera que la nueva universidad brinda variadas oportunidades para poner los conocimientos al servicio de la solución de los problemas del municipio.

Una de las principales direcciones de trabajo de la sociedad consiste en trasmitir a las nuevas generaciones toda la experiencia que se ha ido acumulando en el terreno de las ciencias, la técnica y la cultura. Función que le corresponde netamente a la educación, cuya esencia radica en la transformación y enriquecimiento de la cultura humana.

Epistemológicamente este concepto ha ido evolucionando, transitando por diferentes etapas por lo que la educación se ha convertido en la categoría central de la pedagogía contemporánea.

La educación, en su sentido más amplio, se puede entender al resultado de las relaciones sociales que establecen los hombres entre sí, y de las condiciones y el modo de vida en el que está inmerso. (6)

Considerándola desde un enfoque más concreto, se puede decir que es la actividad que se lleva a cabo entre los educadores y sus educandos mediante la cual los primeros influyen en la formación del pensamiento y los sentimientos de los segundos.

En la conducción del proceso educativo, el docente es quien conduce la educación. El docente es el máximo responsable de trazar la proyección del proceso y comprobar y evaluar el alcance del aprendizaje del alumno: como también es responsable de lograr una formación integral de la personalidad del alumno: él debe conocer a quién educa, en qué medio educa, mediante qué se educa y qué cosas debe educar y de esta forma mantiene el estrecho vínculo entre la educación y otras ciencias como la Psicología, la Sociología, la Didáctica y otras ciencias concretas.

Los fundamentos anteriormente expuestos son la base objetiva que hace posible el surgimiento de una nueva competencia en los que dirigen la educación; las competencias para la labor educativa.

Para la investigadora, la formación de competencias para la labor educativa posibilita un mejor desarrollo por parte del docente del enfoque integral.

El análisis de las diferentes teorías antes expuestas, ha permitido que la autora de esta investigación defina la competencia para la labor educativa como el conjunto de capacidades, valores, actitudes y motivaciones que se ponen en función en la actuación del docente, a través de la puesta en práctica de los conocimientos y habilidades necesarios para poder realizar de forma eficiente, eficaz y elevada competitividad la labor educativa para la formación integral de la personalidad de los estudiantes.

Se propone este concepto de competencia para la labor educativa teniendo en cuenta que las motivaciones, capacidades, actitudes y valores se deben poner en función del desarrollo del conocimiento y habilidades por las siguientes razones:

• Las capacidades son las formaciones psicológicas de la personalidad que son condiciones para realizar con éxito determinados tipos de actividad. Las formaciones psicológicas que caracterizan la regulación ejecutora son las capacidades, abarcan como formaciones generalizadas, todo el campo de la regulación ejecutora en la personalidad.

• Los valores componen la estructura de la personalidad, permiten captar los significados reales a través de la capacidad de los sentidos en su actividad de valoración, que permiten asumirlos o no, es decir funcionan a su vez como filtros en el proceso de socialización, incidiendo así en la función reguladora de la conducta, y por tanto, en las actitudes hacia el mundo circundante que están dirigidas e intencionadas por motivaciones e intereses, y que expresa una correspondencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace en el plano individual, y que posee una correspondencia con la sociedad.

• Las actitudes constituyen formas de motivación social que predispone el accionar del profesor hacia la formación de sus estudiantes. La actitud designa la orientación de las disposiciones más profundas del ser humano ante un objeto determinado.

• Las motivaciones. El desarrollo de la motivación profesional con relación a la labor educativa es un aspecto de vital importancia para un buen desempeño, es el motor impulsor para la adquisición de los conocimientos y habilidades.

El proceso educativo constituye una unidad de influencias que abarca todas las esferas del desarrollo del educando: cognitiva, afectiva, volitiva y física. Así presupone un sistema integrador de esas múltiples influencias que aunque en algunos momentos esté dirigido con mayor énfasis a una esfera en particular, o a un componente específico de esta, en mayor o menor medida, también se implican las esferas restantes.

De ahí que Carlos Álvarez de Zayas refiere que en la relación entre la instrucción y la educación; lo instructivo, cuya intención es el desarrollo del pensamiento, es limitado para comprender el proceso de formación de la personalidad, sin embargo la educación se alcanza mediante la instrucción.(7)

Muchos han sido los pedagogos, historiadores y hasta filósofos que han realizado aportes sobre el tema, dentro de los que se pueden citar: Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Martí, Rafael M de Mendive, Enrique J. Varona, entre otros, que no se pueden dejar de mencionar.

En esta investigación se aborda a la educación desde el punto de vista filosófico, dejando claro la concepción que se posee de la nueva universidad en la sociedad, el docente y el trabajo educativo. Desde otra perspectiva, la de los sujetos, alumno y maestro, el problema de la educación se concreta primordialmente en el proceso de aprender y enseñar, en el que se sintetiza todo proceso educativo. Por su fundamento psicológico, el interés de esta investigación se centra principalmente en la escuela histórico-cultural de L. S. Vigotski y seguidores.

El Enfoque Histórico Cultural, elaborado por Lev Semiónovich Vygotski (1896-1934), y sus continuadores, A. Leontiev (1983), P. Ya. Galperin (1986), N. Talizina (1986) entre otros, ha acaparado, en los últimos años, la atención de la comunidad científica, nacional e internacional, especialmente por su teoría del desarrollo histórico cultural de la psiquis humana, que “es una síntesis genial y efectiva para estudiar, explicar y comprender la formación de la subjetividad desde diferentes planos”. (R. Corral, 2002:27).

Entre los conceptos de Vygotski el de “Zona de Desarrollo Próximo” (ZDP), está entre los más importantes por su valor heurístico y relevancia para el diagnóstico y mejoramiento del proceso educativo. Se define como: “la distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la capacidad de resolver un problema por sí solo y el nivel de desarrollo potencial a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz” (L. Vygostki,1997).

En este concepto se relaciona el desarrollo, real y el potencial, del individuo, con su actividad de aprendizaje o de otro tipo, en relación con otro u otros. Transmite un mensaje de orientación a los sujetos del proceso pedagógico. Tanto, para el profesor con respecto al estudiante, como a sí mismo. Aporta una visión optimista a la educación, al interesarse en las perspectivas del desarrollo de los sujetos y no detenerse en lo que son en su estado actual.

La educación según Vygostki, con sus diferentes componentes: cognitivos, afectivos y volitivos; sus estructuras, formales y no formales, es una de las formas de actividad, decisiva para el desarrollo en el individuo, de sus características esenciales como ser humano.

Este enfoque sitúa la actividad del docente y el estudiante en su contexto histórico, actuando en los marcos de una cultura determinada, bajo específicas condiciones sociales, económicas, políticas y espirituales, en las cuales se forma y se desarrolla la individualidad. El enfoque histórico cultural, aplicado a la pedagogía, es el fundamento del proceso orientado al desarrollo integral de la personalidad. El estudiante y el profesor, son entendidos como sujetos en construcción, resultados inacabados del proceso de individuación y socialización, donde se apropian de la experiencia histórica acumulada por la humanidad (Leontiev N. A, 1983).

En su concepción de la enseñanza, Vygostki, tiene en cuenta el carácter educativo de la misma. Lo imprescindible de brindar a través de la enseñanza todos los elementos necesarios para la formación de la actividad cognoscitiva del educando teniendo en cuenta el desarrollo del pensamiento, de sus capacidades y habilidades. Se coincide con el referido autor cuando plantea que de lo que se trata es de utilizar al máximo las posibilidades educativas que brinda cualquier situación de instrucción que al ser concebida íntimamente vinculada con la vida de la sociedad y de la profesión, en el contexto sociohistórico en que vive el estudiante, ha de encerrar necesariamente facetas que pueden ser analizadas y valoradas con una perspectiva axiológica, ante la cual se puede adoptar una determinada actitud.

Se puede entender esto como lo importante que resulta la no desintegración de la educación y la instrucción ya que ambas tienen una interdependencia que deviene en trabajo educativo, de lo que se trata es de que, partiendo de actividades o situaciones únicas, se identifiquen las potencialidades formativas, tanto en el orden cognoscitivo, como el afectivo-valorativo y comportamental, de las diferentes actividades que ha de realizar el estudiante y de las variadas situaciones docentes en que ha de participar.

Dentro de los continuadores de la escuela histórico-cultural que confieren a la enseñanza un papel rector en el desarrollo psíquico, se encuentran diferentes autores cubanos: (R. M. Álvarez 1995; C. Álvarez 1999; M. Silvestre 1999; P. Rico 2001; G. Bernaza y T. F. Lee 2001; D. Castellanos y otros; 2001 y M Silvestre y J. Zilberstein 2000, 2001, 2002; entre otros). Estos autores reconocen como elemento fundamental para el desarrollo de la cultura del hombre al grupo social, y que la enseñanza y el aprendizaje ocupan un lugar determinante, siempre que tengan un efecto desarrollador. Confieren a la didáctica actual cubana una concepción desarrolladora.

La filosofía de la educación que sustenta la investigación tiene dos principios básicos: la dialéctica y el humanismo.

• La dialéctica y su principio del historicismo supone entender la actividad del profesor-alumno en su carácter contradictorio, sistémico e histórico, es decir, el profesor y el estudiante como sujetos de la actividad educativa, deben ser investigados en su dinámica, en construcción o inacabados, no aislados de su contexto, sino como subsistemas del sistema social al cual pertenecen, con sus contradicciones. Ello exige investigar al profesor de forma histórica concreta, analizar su desarrollo, su tránsito de una etapa a otra superior, los cambios en sus acciones, en sus percepciones de sí, en fin, comprender el proceso de formación de su personalidad durante toda su vida profesional y como persona en un contexto determinado.

• El humanismo fija la meta y el centro de interés en la realización plena y libre del ser humano, y ve en la labor creadora del docente y en el aprendizaje también creativo del estudiante, una de las vías más expeditas de desbrozar el camino hacia ese fin.

En el presente se vive una crítica al modelo pedagógico tradicional y autoritario basado en la clase unipersonal, observándose los intentos de su renovación para lograr una formación humana más digna, crítica y participativa. Con lo que se demuestra el alcance y necesidad de realizar este principio en la sociedad.

En el desarrollo de esta tesis se ha reconocido que la efectividad de la labor educativa no puede limitarse a los resultados docentes, sino que debe apreciarse en un objetivo más amplio, la formación de un hombre capaz de sentir, pensar y actuar integralmente, en correspondencia con las necesidades de la sociedad en que vive y el marco concreto de la comunidad en que se desarrolla.

Al interpretar y sintetizar lo antes expuesto , se puede apreciar que el proceso de formación comprende la formación de hábitos, y la asimilación de normas de conducta, sentimientos, cualidades, actitudes, conceptos morales, valores, principios y convicciones, de modo que el joven participe consecuentemente en el proceso de desarrollo histórico social de forma activa y creadora.


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