BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas




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B. FUENTES DE FINANCIAMIENTO

De un total de siete millones, el presupuesto público nacional deberá apoyar la inserción de cuatro millones de desocupados en los sectores formación profesional, salud, justicia, policía y administración. Los restantes, tres millones de desocupados se orientarán a los sectores obras y R&D. Esta cifra de desempleo será asumida con la ayuda del sistema financiero del Sector 2.

Incluso el financiamiento de los cuatro millones de nuevos contratos puede ser ejecutado con cargo al sistema crediticio del Sector 2. Sin embargo, optamos por el financiamiento con cargo al presupuesto público para mostrar su factibilidad, y sin que ello menoscabe su equilibrio y cumplimiento de objetivos.

a. Financiamiento de contrataciones masivas de personal

Antes de detallar el financiamiento de contrataciones masivas, abordemos rápidamente un tabú que se nos ha impuesto tanto por nuestros gobernantes como por los teóricos de la economía: la carencia de dinero para financiar una contratación masiva de personal tendiente a suministrar a toda la población de Bienes de Necesidad Básica tales como vivienda, salud, formación profesional, justicia y policía.

i. ¿Existe carencia de dinero para la contratación masiva de personal?

A continuación trataremos de despejar ideas recibidas (mejor dicho, impuestas) sobre la carencia de dinero cuando se trata de realizar obras, contratar personal, o brindar servicios básicos, necesarios para el bienestar de la población que no cuenta con trabajo ni con ingresos fijos.

Esta afirmación de la carencia de recursos financieros viene de una sesgada comprensión del problema. Se estima que las obras en vivienda, salud, formación, etc., tendientes a satisfacer las necesidades de los “pobres”, se deben ejecutar con cargo al presupuesto público nacional. Las empresas privadas, con Repartición Individualista, que controlan la economía del país, no se sienten comprometidas, de ninguna manera, con los sufrimientos de las personas de menores o nulos ingresos.

Es la concepción de la problemática a través de los ojos de quienes se apropian la totalidad del Resultado Neto de la actividad económica. Ellos están para apropiarse la totalidad de los beneficios de las empresas, y los pobres, para trabajar sin ningún derecho a vivir una vida digna de ser humano. Es indudable que en esas condiciones no existe dinero para realizar las obras que la mayoría de la población requiere.

1. Un comportamiento individualista

¿Cómo se quiere que los “pobres” financien la construcción de sus viviendas si, de un lado, sus salarios son de subsistencia y, de otro lado, la totalidad de los beneficios de las empresas son apropiados únicamente por sus propietarios y accionistas? En manos de ellos se concentran ingentes cantidades de recursos financieros.

Para los inversionistas, para aquellos a quienes ha sido confiado la totalidad del Resultado Neto del esfuerzo nacional, la elección de la ubicación de la inversión no tiene ninguna relación ni con el desempleo, ni con el hambre de la población al cual pertenece. La decisión es estrictamente financiera, de rentabilidad, para el o los propietarios de los fondos. La inversión se ubicará ahí en donde el inversionista sacará la máxima ventaja financiera.

Cuando el inversionista ha decidido por el lugar, esta inversión no necesariamente es para favorecer a los vecinos. Son pocas las inversiones en donde convergen en este objetivo, y en la casi totalidad es porque el inversionista piensa no en el vecino sino en el futuro cliente que debe tener un buen acceso y un agradable cuadro de vida para que su producto sea observado, codiciado y comprado.

En buen número de casos no solamente no existe convergencia de intereses entre la empresa y los vecinos, sino que se producen intereses opuestos. Esto mayormente sucede cuando el cliente de la empresa se encuentra en el exterior de la zona, o del país. En estos casos, como por ejemplo el de los asentamientos mineros, de las empresas exportadoras, de los fabricantes de productos intermediarios y otros, no tienen ningún prejuicio en destrozar el cuadro de vida y los recursos naturales de los vecinos residentes. Al contrario, exigen del país que el gobierno les construya las vías de acceso y otras infraestructuras.

De igual manera, el objeto de la inversión, es decir, el bien o servicio a producir o a elaborar, se orienta, en un gran número de casos, a satisfacer la demanda externa o, a satisfacer una demanda interna con alto poder adquisitivo. En un país con grandes desigualdades económicas, esto quiere decir un reducido número de personas. En esta medida, la inversión converge con la necesidad de una franja estrecha de la población, pero que en ningún caso refleja la necesidad de la mayoría de la población.

Se argumenta en seguida que la acción de este inversionista es un primer paso en el camino a proveer todos los bienes y servicios necesarios de una población indigente y desempleada. Si así fuera, todo el mundo lo sabría porque ya han transcurrido diez mil años y las cosas no se mejoran; al contrario, la situación económica y social de la mayoría de la población se empeora.

2. ¿Podremos hacer obras sin dinero?

Incluso si no existiera el financiamiento proveniente del presupuesto público nacional, el país cuenta con otras fuentes de financiamiento, como aquellas que nacen de la propiedad colectiva de los medios e instrumentos de producción, así como de sus recursos naturales y de la calidad profesional de sus trabajadores. Se trata del Fondo Económico del país. Y es el Sector 2 el más apropiado para desarrollar, sobre esa base, una nueva y real fuente de financiamiento. Algo más, el sistema crediticio del Sector 2, se apoyará más que en su Fondo Económico, en las expectativas de crecimiento tanto del desarrollo de la empresa en cuestión como del país.

La economía clásica y neoclásica otorga un lugar privilegiado al ahorro en el financiamiento de los proyectos de inversión. Entre los motivos de ahorro, por ejemplo, Keynes señala la transacción, la seguridad y la especulación. Por supuesto que su cuadro de análisis es aquel de una economía administrada con Repartición Individualista, en donde el ahorro proviene de las personas y de las utilidades de las empresas. En el análisis keynesiano el motivo especulación es lo más importante, aquel que se encuentra en el corazón de las curvas IS-LM. En una actividad económica administrada con interés general, el motivo especulación pierde toda su importancia.

El motivo seguridad keynesiano tiende a desaparecer igualmente porque las remuneraciones de las personas se encuentran aseguradas a vida. El que queda aún vigente es el motivo transacción. No obstante, el ahorro por el motivo transacción resultará pequeño de más en más. El ahorro, a nivel de personas, perderá igualmente su importancia cuando la actividad económica se desarrolle con interés general.

Es decir, en una economía de mercado de interés general, el ahorro pierde toda su importancia en el financiamiento de las inversiones. En dicha economía no es el ahorro quien financia las inversiones. Es, para comenzar, el Fondo Económico del país. Luego, se añade lo que resulta la fuente más importante de las inversiones en la segunda fase del proceso artificial de producción: las expectativas de crecimiento de la economía, tanto a nivel de la empresa como del país.

Entonces, ¿podremos hacer obras sin dinero?

ii. La fuente de financiamiento inmediata

En una economía de mercado de interés general, la totalidad de las utilidades de las empresas del Sector 2 no se destinan ni al ahorro ni a la inversión. Ellas se orientan al consumo, a través de la Repartición Igualitaria entre todos los habitantes del país. El financiamiento para la creación o desarrollo de las empresas del Sector 2 proviene del crédito que otorga el sistema financiero del Sector 2. Es un crédito “gratuito e ilimitado” para quien viene a solicitarlo.

No obstante, en una primera fase, la participación del presupuesto público puede ayudar que este proceso se efectúe sin mayores contratiempos. Entonces, ¿cuáles serían los montos a utilizar, y cuál sería el impacto sobre dicho presupuesto nacional?

iii. La participación del presupuesto público en la contratación masiva de personal

Para los cálculos que siguen no se toma en consideración los tres millones de desocupados que deberán ser absorbidos por la ejecución de Obras y trabajos R&D. Por consiguiente, los cálculos se efectuarán sobre la base de cuatro millones de puestos de trabajo a crear.

Supongamos que de los cuatro millones de desempleados, dos millones firmarán un sui generis Contrato de Trabajo por un monto mensual total de 1200 soles (dos veces el Mínimo de Subsistencia Local en la capital) y los otros dos millones por 900 soles (tres veces el MSL en provincias). El monto a pagar en dinero líquido sería de 600 y de 300 soles mensuales respectivamente, según las reglas que se han establecido para el sui generis Contrato de Trabajo. Estas cifras, se ha supuesto, corresponden al MSL existente actualmente.

El compromiso total anual por la contratación de los cuatro millones de desocupados sería del orden de los 50 mil 400 millones de soles. De los cuales, el pago en bonos nominales asciende a la suma de los 28 mil 800 millones de soles anuales. Es un egreso con cargo al sistema crediticio del Sector 2 y que se orientará exclusivamente al pago por la compra de bienes o servicios de sus empresas en los rubros de vivienda, salud, formación, transporte, infraestructura terrestre, justicia, administración pública y seguridad ciudadana.

Los egresos en efectivo a pagar por los cuatro millones de contratados, con cargo al presupuesto público, alcanzaría la suma de 21 mil 600 millones de soles anuales (36% del presupuesto público anual), si se decide ejecutar el programa de absorción de desempleados en un solo año. La utilización de este porcentaje del presupuesto público nacional no es exorbitante, por las siguientes razones:

Primero, muy recientemente, con motivo de la última crisis financiera originada a fines del 2007 en los Estados Unidos, los americanos estaban dispuestos a emitir un crédito por un monto igual al total del presupuesto público anual de su país; es decir, un egreso igual al 100% de su presupuesto público anual.

Segundo, en la práctica, el Congreso de los Estados Unidos ha aprobado, hasta la fecha, una emisión monetaria del orden de 787 mil millones dólares (aproximadamente el 27% del total de su presupuesto público nacional anual), muy cercano al porcentaje que implicaría la contratación masiva de todos los desempleados de nuestro ejemplo, y en un solo año.

Tercero, por la dinámica misma de la economía no se puede contratar la totalidad de desempleados en un solo ejercicio económico. Es necesario respetar la real necesidad de mano de obra en las empresas y en la administración pública, lo cual impone una contratación escalonada de personal. Por lo cual, en ningún momento se llegará a absorber el 36% del presupuesto nacional.

Por ello, supongamos que la absorción de todos los cuatro millones de desocupados tomaría un plazo de cuatro años efectivos. Sobre la base de estos supuestos, se trataría de absorber 500 mil desocupados el primer año, un millón el segundo, un millón el tercero y un millón 500 mil el cuarto año.

El egreso del primer año sería del orden de los 2 700 millones de soles (4.5% del presupuesto nacional anual), suponiendo que el 50% de contratación se efectúa en provincias y el otro 50% en la capital. El egreso del segundo año, y bajo los mismos supuestos, sería del orden del 13.5% del presupuesto nacional anual (4.5% por los contratados en el primer año + 9% por contratados en el segundo año). Nada significativo con relación al monto total estimado del presupuesto público nacional anual.

Se estima igualmente que durante los tres primeros años de práctica de este sui generis Contrato de Trabajo (dos de ejecución y uno de preparación), las unidades administrativas lograrán equilibrar sus egresos e ingresos.

Sin embargo, por un prurito de precaución, para el tercer año se puede continuar a prever un aporte presupuestal del orden del 22.5% por lo que concierne los nuevos contratos de los tres ejercicios económicos (4.5% por los contratos del primer año + 9% por los del segundo año + 9% por los del tercer año).

De igual modo, para el cuarto año y por un prurito de precaución se prevé un aporte presupuestal del orden del 22.5% correspondiente a los nuevos contratos del cuarto año (9% por los contratos del tercer año + 13.5% por los contratos del cuarto año.). Porcentajes de compromiso presupuestal bastante razonables, dado la importancia del objetivo.

Lo que significa, en fin de cuentas, es que se habría iniciado un mecanismo de absorción de cuatro millones de desocupados del país, en un plazo razonable de cuatro años y con un monto de aporte presupuestal igualmente razonable. La eliminación de la desocupación es posible.

En definitiva, la eliminación del desempleo es una cuestión de voluntad política. ¡No de los “políticos” corrompidos hasta la médula, sino una voluntad política de la sociedad, de toda la población! Una voluntad política de la sociedad que se traducirá en la elección de un nuevo jefe de Estado, con el mandato expreso de apoyar la separación política / economía, la puesta en práctica del Sector 2 y del sui generis Contrato de Trabajo hacia el pleno empleo.

Dentro de esta política de saneamiento de la vida política, social y económica del país, es urgente renegociar la deuda externa e interna del país, así como revisar los contratos con empresas multinacionales que, en su mayor parte, han sido negociados por debajo de sus condiciones reales como consecuencia de la corrupción y venalidad de los gobernantes de turno.

Queda también la posibilidad de recurrir a la contribución de las altas fortunas del país, como un apoyo para eliminar el desempleo que mortifica a todo el mundo. No debería quedar exenta también la participación directa de la ciudadanía en la eliminación del desempleo, puesto que éste es una peste que hace mal a todos, empleados y desempleados. Nadie se encuentra libre de los excesos de las personas desempleadas, al borde de la miseria, de la desnutrición y de las enfermedades sociales. Sin olvidar que la contribución de estas fuentes de financiamiento son inmediatas pero pasajeras.

Estas fuentes de financiamiento facilitarán la creación de un capital de trabajo entretanto se produce el retorno financiero de los nuevos servicios otorgados por el nuevo personal contratado.

Hasta aquí hemos tratado la forma de eliminar el desempleo porque “la mayor riqueza de un país no está en sus recursos materiales, sino en la creatividad de sus habitantes y de sus pueblos. Todo rechazo o marginación del aporte creativo de los pueblos es un atentado contra el desarrollo colectivo.”

Ahora se trata de abordar el tema de la contratación de tres millones de desocupados en Obras y R&D.

b. Financiamiento de Obras y R&D

La primera pregunta que surge es: ¿podremos hacer obras sin dinero? Ante tamaña mentira, presentemos la dinámica de la creación de dinero que se ejecutará entre el sistema financiero del Sector 2 y sus empresas de construcción civil (obras) y otras.

i. El crédito para obras y R&D

Joseph Schumpeter dice que “el empresario puede ser también inventor y recíprocamente pero, en principio, ello es verdad solamente por accidente. El empresario, como tal, no es el creador espiritual de nuevas combinaciones; el inventor, como tal, no es empresario.” Continúa: “la primera necesidad del empresario es una necesidad de crédito. Antes de tener necesidad de bienes, él tiene necesidad de un poder de compra.”

La segunda fase del proceso artificial de producción se caracteriza por la insurgencia de la economía financiera. El crédito es la herramienta esencial de esta fase de la economía de mercado. La técnica de creación monetaria es simple y los empresarios lo utilizan corrientemente. De otra manera no se hubieran podido construir el famoso Empire State Building, las ex-torres gemelas del centro financiero de New York, el puente de San Francisco, el reciente puente Normandía en Francia, o el Eurotúnel de 34 km. bajo el Canal de la Mancha que une Paris a Londres. Los principios básicos de la actividad económica son los mismos, desde el principio de nuestros días, lo que hizo posible construir las pirámides de Egipto, las murallas de China, la ciudad de Machu Pichu y tantas obras de ingeniería de colosales dimensiones que nos han legado nuestros antepasados.

En nuestro caso, el método a seguir será el siguiente: un empresario del Sector 2 presentará un proyecto de construcción de viviendas. La Banca Central emitirá billetes y bonos nominales que serán utilizados por dicha empresa para pagar a sus empleados, obreros y proveedores. Dicha empresa utilizará un sui generis Contrato de Trabajo para pagar a sus obreros y empleados, a fin de evitar todo proceso inflacionario.

El empleado, o el obrero, recibirán en efectivo solamente la primera fracción del monto total de su Contrato de Trabajo que corresponde al Mínimo de Subsistencia Local. La segunda fracción de su Contrato de Trabajo lo recibirá en bonos nominales. Con ellos pagará el alquiler o la compra de su vivienda a otra empresa del Sector 2. El dueño de la vivienda se dirige a la Banca Central y paga el crédito que le permitió construir la vivienda para venta o alquiler, con los bonos nominales que ha recuperado. Una creación de riquezas sin incurrir en procesos inflacionarios. Un equilibrio perfecto.

En verdad, existen tres condiciones para que el equilibrio sea perfecto. Primero, que la persona que compró la vivienda disponga de un trabajo por un tiempo suficiente que le permita pagar la totalidad de la compra. Ello nos conduce a la proposición primera. El objetivo del Sector 2 es crear las condiciones del pleno empleo. Segundo, el o los proveedores deberán ser otras empresas del Sector 2. Tercero, es indudable que la demanda de bienes alimenticios se incrementará, lo que obliga a efectuar una previsión para evitar un alza injustificada de sus precios. Llenadas estas tres condiciones, el equilibrio es perfecto y, por tanto, ningún temor a que se produzca un proceso inflacionario.

¿Cuál es el resultado de esta operación para la Banca Central? Ella ha emitido bonos nominales por una parte del valor de la construcción de la vivienda, que luego de un cierto camino se ha esfumado. En cambio, en su recurrido, se ha dado empleo a los trabajadores desocupados. Pero lo más importante es que ¡hemos creado riquezas! Sin olvidar que, a través de los beneficios generados por la empresa constructora perteneciente al Sector 2, se ha incrementado la Remuneración de Base de todos los habitantes del país.

La fracción del préstamo en billetes otorgada a la empresa constructora de viviendas es la parte peligrosa de la operación. En principio, esta fracción en dinero líquido debe dinamizar la economía del país. Sin embargo, primero, su utilización puede ser el origen de una transferencia hacia el extranjero del Valor Agregado generado en el país; segundo, pueden escapar a un control de los costos de operación y; tercero, puede inducir a una inflación. Es esta la parte sensible de la operación financiera. Y es en este sector de la operación que el órgano de supervisión y control debe ser sumamente estricto.

Es importante buscar la minimización del gasto en efectivo. Una evaluación permanente del gasto en efectivo de todas las empresas del Sector 2 puede conducir a, primero, crear nuevas empresas según el volumen de demanda de ciertos ítems; segundo, minimizar los gastos de operación y; tercero, alentar la producción interna a fin de impedir la fuga del Valor Agregado hacia el exterior.

Conocemos ahora el mecanismo de financiamiento de todas las Obras y trabajos de R&D que requiere la población. Antes de detallar los programas de construcción civil, sector por sector, es conveniente una vez más insistir en esclarecer los vicios y malentendidos generados por la Repartición Individualista con respecto a un elemento del proceso artificial de producción: el dinero.

ii. ¿Por qué nos angustia no contar con dinero para realizar obras?

En el comienzo del comienzo, los seres humanos sobrevivían cogiendo frutas y otros bienes alimenticios. Muy posteriormente, en sus tiempos libres, idean herramientas que les facilitan la recolección, caza y pesca de bienes alimenticios. La vida se les hizo más agradable y no se preocuparon en lo más mínimo por la “falta de dinero”. ¡Así vivieron por lo menos 190 mil años! ¿Por qué entonces, ahora, nos angustia no contar con dinero?

Algo más. Un poco más tarde, mientras algunos del grupo social se encargaban de cazar, pescar y recolectar bienes alimenticios, otros se encargaban de trabajos agrícolas. Al cabo de un cierto tiempo, ya contaban con papas, ollucos, maíz, yuca, vacas, chanchos, borregos y tantos otros productos que no necesitaron más ingresar a la selva y colgarse de los árboles para poder sobrevivir. ¿Necesitaron dinero, en la forma de monedas o en la forma de capitales, para dar ese gran salto en la evolución de la actividad económica y en el progreso de la sociedad? ¿Por qué entonces ahora nos angustia no contar con dinero?

Actualmente la actividad económica se sustenta en el proceso artificial de producción. Con esta nueva manera de trabajar es indudable que el dinero cuenta por mucho. ¿Pero cuánto? El dinero es uno de los elementos del proceso artificial de producción para facilitar los intercambios de bienes económicos, como unidad de cuenta, para luego servir como forma de acumulación de riquezas. Esto simplemente porque el proceso artificial de producción, a diferencia de sus predecesores, crea dos mundos: el mundo en términos físicos y el mundo en términos de valor, expresado en unidades monetarias y precios.

Pero esos dos mundos, aun cuando se mueven separadamente, están íntimamente relacionados. Cuando uno de ellos, y sobre todo el mundo monetario, se aleja demasiado de su base real, física, sobrevienen los cierres de fábricas o las quiebras en las bolsas de valores para hacernos recordar que no son dos mundos separados. La historia económica y social se encuentra llena de esos ejemplos, con todos sus dolores humanos. Y sin embargo no somos todavía capaces de comprender que el dinero sin sustento físico no tiene razón de existencia.

No obstante, el endiosamiento al señor don dinero es tan poderoso que estamos convencidos de que sin él no existe actividad económica. Este es el caso de los países del Sur. Tienen muchos proyectos pero, según la doctrina impartida por las cabezas pensantes del Norte, no cuentan con el dinero necesario para ponerlo en práctica. Este es el razonamiento que nos han inculcado día tras día, que hemos terminado por creer en esa manera de pensar como que dos más dos son cuatro; olvidándonos completamente que durante 190 mil años la economía se ha desarrollado y los grupos humanos han progresado sin siquiera preguntarse por su existencia. .


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