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MÉTODOS PARA GESTIONAR LA LIQUIDEZ EN UN CONJUNTO DE EMPRESAS COMERCIALES CUBANAS

Marta Gisela Santander Suástegui




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I.2- Importancia de la liquidez necesaria y ventajas de la optimización financiera empresarial.

La liquidez empresarial ha sido el indicador financiero más antiguo y conocido en el mundo económico, el mismo señala la relación que existe entre los activos líquidos por excelencia (efectivo, cobros pendientes, adeudos e inversiones temporales o realizables) y el pasivo circulante.

Ya fue nombrado en la primera parte de este capítulo que el índice de liquidez tiene un suplemento como capacidad inmediata de pago denominada “prueba ácida”, la cual indica pureza en términos de crédito o préstamos.

La función analítica de este indicador exige dos elementos básicos que en su conjunto se deben considerar siempre, antes de arribar a conclusiones válidas. Estos son:

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Calidad de los activos y pasivos circulantes, su organización en el Estado de Situación y su correcta naturaleza económica.

-
Ciclo de cobro y pago.

También se mencionaron las desventajas que aísla este índice pero las mismas no se identificaron con el objetivo de limitar su uso, sino que su importancia, la simplicidad de su cálculo y la facilidad con que podemos obtener los datos para su determinación hace que no se subestime y siga sirviendo de herramienta válida para la toma de decisiones gerenciales.

Pues conociendo las limitaciones para el cálculo de la liquidez, este puede utilizarse para prevenir posibles impagos y para evitar demoras en la amortización de los préstamos que excedan el límite de riesgo de la empresa.

A continuación hemos de presentar algunas de las ventajas que proporciona el índice de liquidez y por lo que resulta importante no descartar su cálculo:

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Mide la garantía para poder cumplir con las deudas y obligaciones a corto plazo.

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El exceso del activo circulante sobre el pasivo circulante puede amortiguar las pérdidas que pueden producirse o cubrir posibles mermas de los activos corrientes.

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El exceso de activo circulante sobre el pasivo circulante puede reinvertirse y elevar el valor de la empresa.

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Mide la reserva de fondos líquidos por encima de las obligaciones corrientes frente a la incertidumbre e infortunios a los que está sujeto el flujo de efectivo en una empresa y garantiza un margen de seguridad.

Latour Padierne hizo alusión a cuatro puntos esenciales para una buena administración de los fondos:

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No comprar en exceso.

-
No acumular un excesivo inventario.

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No permitir que los gastos sean excesivos.

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No abandonar los cobros.

Sobre esta base se ha utilizado un grupo de métodos con el objetivo de lograr la optimización financiera de la empresa.

La palabra “optimización” indica minimización y en cuanto al aspecto financiero significa minimizar la cuantía de la inversión en la empresa por los dueños. Ello implica minimizar su activo y consecuentemente minimizar el financiamiento del mismo, reduciendo la participación del capital gerencial en ese financiamiento.

El Dr Antonio Ravelo Nariño es del criterio que la optimización financiera de la empresa permite resolver la necesidad de su financiamiento, tanto para el desarrollo económico como en su operación corriente y mejora el conjunto de los indicadores financieros que miden la eficiencia económica de la empresa.

En el marco financiero optimizar la empresa equivale a:

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Reducir la tenencia de efectivo.

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Reducir las cuentas pendientes de cobro.

-
Reducir el nivel de inventario.

-
Reducir el activo fijo.

Y en consecuencia de todo ello optimizar finalmente la estructura financiera de la empresa, a través de la utilización de los préstamos y las bolsas de valores.

Tanto la minimización del activo propio como la reducción del financiamiento del capital de los dueños gerenciales, dispone de un importante monto de recursos monetarios que pueden ser utilizados en los siguientes destinos:

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Sustitución del activo obsoleto.

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Nuevas líneas de inversión.

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Aumento de la actividad económica.

Y si esto último puede cumplirse, ayudará a incrementar el desarrollo social y elevará de igual forma el nivel de vida de la población.

El objetivo de la optimización financiera de la empresa es también lograr mantener un equilibrio en las partidas de efectivo para minimizar el costo de oportunidad que se incurre por la tenencia en exceso del mismo y evitar la insolvencia que, impediría a la empresa honrar oportunamente sus deudas.

Para conseguir este propósito es necesario también optimizar las cuentas por cobrar. El método más usado para convertir estas partidas en efectivo e incrementar la liquidez es el factoraje que consiste en la transferencia de estas cuentas a otra entidad que se encarga de su cobranza y anticipa el dinero al dueño original.

De igual forma, podemos optimizar también el inventario para evitar faltantes o pérdidas por ociosidad y acumulación y conducir su cuantía hasta el nivel aceptable u óptimo, para garantizar la actividad de la empresa o sustituir su presencia física por el abastecimiento “justo a tiempo” a través de empresas abastecedoras que se dedican a brindar el servicio para estas funciones.

El activo fijo aunque no forma parte del cálculo de la liquidez igualmente puede optimizarse y eliminar con esto el riesgo de insolvencia en la empresa. Esto puede lograrse utilizando los diferentes métodos de arrendamiento, para lo cual es más aconsejable el procedimiento de retroversión financiera.

En cuanto a este grupo, resulta importante detenernos, por cuanto la posibilidad que nos brinda este método ya sea mediante el arrendamiento simple que ahorra notablemente el costo inicial de una inversión, como por el método de retroversión mencionado, que hace posible incrementar la liquidez obteniendo nuevamente lo que se invirtió antes en un activo, modifica básicamente el concepto tradicional de activo “fijo” y con ello el concepto mismo de liquidez.

Lo dicho anteriormente se fundamenta en que el activo fijo deja de ser un recurso financieramente inmovilizado y esto contribuye a un cambio en la administración financiera de la empresa desde el punto de vista de mantener el uso y disfrute de un bien, además de su conversión en efectivo.

Es decir, la función del activo fijo sigue siendo la misma sin ser “fijo” y contribuyendo a la misma cuota de retribución que cuando el dueño gerencial tenía la propiedad legal sobre el mismo.

Esta forma de permanecer como “activo fijo” en la empresa se conoce como propiedad económica de un bien en el que se ha recuperado la cuantía inicial de inversión. Esto es lo que el Dr Ravelo denomina activo virtual puesto que el bien ya no constituye un activo fijo real de la empresa aunque continúa desempeñando las mismas funciones en cuanto a su uso.

Marx fue el primero que expuso la dualidad del capital como: propiedad y función. Dentro de la primera enmarca la propiedad económica y la propiedad legal y en la segunda solamente su uso y disfrute.

Y esta categoría se ha utilizado con el objetivo de optimizar la estructura financiera de la empresa.

En sentido general, todo activo que puede ser comprado también puede ser arrendado y el arrendador puede ser el mismo productor del activo o un tercero con intenciones de comprar activos para arrendarlos.

Otro método para mantener niveles aceptables de liquidez es arrendar un activo mediante un contrato a mediano o largo plazo, acompañado de una opción de compra al finalizar el período de arrendamiento. Y así se parcializa el costo inicial y se garantiza el control de este activo si se decidiera comprarlo cuando concluya este contrato de arrendamiento.

Este modo operandis tiene sus ventajas tanto para el arrendatario como para el arrendador pues mientras este último mantiene la propiedad legal sobre el bien arrendado, deja de pagar el impuesto sobre utilidades por concepto de la depreciación de activos.

Sobre la base de la esencia misma de optimizar financieramente la empresa, debemos decir que la reducción del activo real o lo que el Dr. Ravelo expone en sus investigaciones como la “virtualización del activo” implica un mayor riesgo financiero.

Dicho riesgo se compensa con el incremento de la retribución adicional a su resultado económico llamado “premio”.

Cuando optimizamos la estructura financiera de la empresa, aumentando el pasivo y reduciendo el capital gerencial, también aumenta el riesgo financiero como ya hemos visto en este capítulo y que la retribución es directamente proporcional al riesgo, entonces ello genera un segundo premio.

De acuerdo con esta teoría podemos ir a la optimización financiera de la empresa conociendo que el capital gerencial recibe dos premios por el incremento de su riesgo financiero:

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Por la reducción del activo real mediante la virtualización parcial de este.

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Por el incremento del pasivo y la reducción de la participación de los dueños en el financiamiento total.

Los activos optimizados o virtuales tienen un financiamiento extraempresarial, ya que su fuente de financiamiento proviene de las llamadas empresas colaboradoras, las que obtienen la propiedad legal sobre el activo y ceden el uso y disfrute de la propiedad económica a la empresa que ha sido optimizada.

Esta es una nueva forma de financiamiento que se ha impuesto en los países desarrollados del Norte con resultados satisfactorios también en algunos países subdesarrollados del Sur.

Hasta la segunda mitad del pasado siglo XX a nivel mundial, los activos reales de la empresa tenían un financiamiento puramente empresarial, compuesto en lo fundamental con deudas y el aporte de los dueños gerenciales, como algo habitual o tradicional en la economía de la empresa.

Sin embargo, la forma en que se puede optimizar financieramente una empresa relacionando algunos de los métodos descritos, señala como producto la disminución del capital propio dentro de la estructura financiera de la empresa, lo cual implica por la teoría del principio general de la correlación entre riesgo y retribución, una mayor cuota de distribución para los dueños.

Por otro lado, al igual que en el arrendamiento, donde existen ventajas también para los arrendadores, la reducción del capital gerencial implica también ventajas para los acreedores o prestamistas pues cobran su retribución en intereses antes de que los dueños cobren sus dividendos. Por otra parte, el dueño gerencial se ahorra en el pago del impuesto sobre utilidades, al deducir la depreciación, por considerarse este un gasto no incluido a los efectos fiscales.

Paralelamente, la empresa colaboradora (acreedora o prestamista) adquiere ventajas económicas por la virtualización de los activos al percibir ingresos por comisiones, rebajas de precios para algunos suministros y beneficios fiscales que ya fueron citados.

Pero la optimización financiera de la empresa tiene un límite que está determinado por el grado de aversión al riesgo de cada empresa en particular o el crecimiento de la razón de deuda que aumenta la retribución hasta el límite del caos, en que la empresa puede tener utilidades retenidas y una liquidez insuficiente de su activo.

Para Miller y Modigliani, quien recibiera el Premio Nobel de Economía por sus aportes a la teoría financiera, el valor de una empresa está determinado por el conjunto que constituye el activo de la misma, debidamente reexpresado mediante la actualización monetaria y no, por la estructura de su financiamiento.

O sea, para estos economistas norteamericanos el valor de la empresa es indiferente a su estructura financiera pero en un mundo sin impuestos y con un mercado perfecto de capital.

Más es un hecho universal, la existencia de los impuestos y conocemos ya que el gasto por el pago de intereses es deducible para el cálculo del impuesto sobre utilidades. Lo anterior es importante para la empresa y es un elemento a considerar para su estructura de financiamiento, al tener la posibilidad de reducir la base imponible para el gravamen de su ingreso neto.

Pues, por otra parte, las utilidades obtenidas por el ahorro de intereses debido a una decisión financiera de no acudir al préstamo, implica un pago mayor de impuesto.

Sobre lo anterior, podemos inferir que merece más invertir que acumular aunque la interpretación del resultado de esta decisión financiera difiera entre unos y otros autores.

El ahorro en el pago de impuestos en una empresa financiada por terceros es acreditado por algunos autores como incremento del valor de la empresa al calcular sus flujos de tesorería.

La autora de este libro coincide más con el criterio de otros autores que conciben este ingreso como un “premio” por el riesgo que corre la empresa financiada a partir de sustituir parte de su capital gerencial propio por el de terceros.

Dicho esto, se cumple entonces la teoría de Modigliani y Miller sobre la independencia del valor de la empresa frente a los cambios que ocurren en su estructura financiera pues es el riesgo quien determina una mayor tasa de retribución de los accionistas sin que ello implique un aumento del valor total de la empresa. Este valor está condicionado solamente por el valor de su activo.

De otra parte, el uso excesivo de financiamiento externo por tratar de maximizar la tasa de retribución puede originar altos costos para la empresa con relación a la deuda contraída amén de enfrentar otro riesgo: el de insolvencia. Además, una situación como la anterior puede hasta perjudicar el prestigio de los administradores financieros.

Por eso, este libro se basa en la optimización del Activo para gestionar la liquidez aunque presenta también algunas sugerencias para optimizar la estructura de financiamiento de la empresa.

Seguidamente se detallan los activos sobre los que la empresa puede accionar para gestionar su liquidez a través de la optimización.

El primer activo que nos encontramos en el Estado de Situación de una entidad, dado que las normas financieras obligan a exponer la información desde el activo más líquido al menos líquido, es el Efectivo.

La optimización del efectivo se logra tratando de evitar que haya exceso o defecto del mismo, de manera tal que no se incurra en un costo de oportunidad por la tenencia del mismo ni que se corra el riesgo de no poder honrar las obligaciones contraídas por la empresa.

El efectivo es la partida más importante del Activo y su incremento relativo es consecuencia a su vez de la optimización del resto de las partidas que conforman este grupo. De ahí que debe ser muy cuidadosa su administración.

Para alcanzar este objetivo, los economistas Melton H. Miller y Daniel Orr en el año 1966 diseñaron un modelo financiero – matemático que incluye la inversión en efectivo y en valores negociables y dos límites: uno mínimo y otro máximo en los que puede moverse el efectivo de la empresa, entiéndase por efectivo, papel moneda, moneda metálica, cheques, depósitos en cuentas bancarias, transferencias electrónicas y tarjetas de débito cuyo importe se transfiere electrónicamente.

Este modelo traza dos curvas, una que representa el costo de oportunidad del capital invertido en efectivo en su tendencia creciente y otra, representando el costo de la administración en valores negociables en su tendencia decreciente. El punto de intersección entre ambas curvas es considerado como el valor óptimo de efectivo.

Pero la forma de optimizar el efectivo en el modelo Millar – Orr no es la única. Existen otros modelos entre los que se encuentra el Saldo Promedio de Efectivo, asumiendo los desembolsos totales entre el ciclo de operaciones o ciclo de caja.

Al comparar el resultado de este cociente con el saldo de Efectivo según Estado de Situación de la empresa, podemos conocer si la disponibilidad financiera es inferior o superior.

Si el Efectivo de la empresa es superior a este cociente, significa que la empresa se encuentra en condiciones de invertir pues cuenta con efectivo ocioso. Si contrariamente, el saldo del Efectivo de la empresa fuera inferior al resultado de este cociente, entonces la empresa debe solicitar un financiamiento.

Esta técnica es mucho más práctica que el modelo Miller –Orr y de fácil adaptabilidad a las características de cualquier empresa.

En general, con relación a la administración del efectivo se hallan muchas técnicas basadas en su mayoría, en minimizar el riesgo financiero, así como en reducir el efecto del tiempo en el valor del dinero. El conjunto de estos métodos tienen una fuerte base en la estadística matemática que mide el grado de dispersión de una variable en particular, ya sea el efectivo disponible o los ingresos a recibir.

Los economistas y los administradores financieros en el mundo actual se apoyan en estos instrumentos estadísticos – matemáticos para medir el riesgo financiero. Los estadígrafos fundamentales que determinan este objetivo son la varianza, la co-varianza, desviación estándar y correlación que muestran las tendencias y pronósticos del efectivo, por ejemplo, lo cual alcanza gran utilidad a la gerencia para la toma de decisiones oportunas en cuanto a invertir o solicitar financiamiento a tiempo.

La empresa también debe confeccionar siempre un Presupuesto de Efectivo e incluir en sus pronósticos cuatro principios básicos:

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Proyectar las ventas hacia el incremento de las entradas de efectivo.

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Utilizar mecanismos para acelerar la entrada de efectivo.

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Planificar los gastos hacia la reducción de salidas de efectivo.

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Cumplir con las obligaciones contraídas pero demorando las salidas de efectivo.

De esta forma, se logra administrar bien el efectivo, manteniendo un saldo óptimo en su Balance.

Siguiendo el orden de liquidez, el próximo activo a optimizar son las Cuentas por Cobrar.

Las cuentas por cobrar surgen de la venta a crédito de una empresa a otra, creándose la obligación de pago por parte de la empresa que recibe el crédito comercial.

El crédito comercial es ventajoso tanto para la empresa que lo concede como para la que lo recibe.

Para la empresa que otorga crédito comercial denota aumento de las ventas e incremento del número de clientes, lo cual implica el aumento también de sus utilidades económicas, asegura posición en el mercado y un incremento indirecto del precio o ventajas en costos sobre otras empresas que ceden préstamos.

Para la empresa que recibe crédito comercial implica un aumento de su capacidad de compra y un financiamiento con un costo menor al que incurre de acudir a una institución financiera, amén de la reducción de su capital de trabajo que bien pudiera ser ventajosa.

Sin embargo, si la empresa no concede el crédito comercial evita pérdidas por cuentas incobrables, gastos de administración y reduce el costo de oportunidad de su inversión en cuentas por cobrar pero por otro lado, existe una reducción de su nivel de ventas y por ende de sus utilidades, al mismo tiempo que trae como consecuencia una posible pérdida de posición en el mercado.

Por eso, la optimización de las cuentas por cobrar se obtiene minimizando el valor de las mismas a través de su venta a otra empresa denominada “factor”, cuya actividad es precisamente la de comprar “cuentas por cobrar” y proceder a su cobranza en el momento oportuno. Para ello cobra una comisión cuya cuantía depende si la venta es con recurso o sin recurso.

Esta técnica es también mundialmente conocida como una forma de factoraje.

Este factoraje sin recurso consiste en asumir la labor de cobranza y el riesgo de impago por parte del deudor pues no existe posibilidad de devolver las cuentas a la empresa originaria de las mismas. Es por eso que usualmente la tasa de comisión de este servicio es mucho más alta que la del factoraje con recurso.

El factoring con recurso no asume el riesgo de impago del deudor, solo el servicio de cobranza y en el caso que esto no sea posible, el factor tiene la posibilidad de devolver al dueño original, las cuentas no cobradas.

Tanto uno como otro, el factor puede anticipar a la empresa el importe de la venta de la cuenta factorada que, no es más que un descuento por el interés del dinero entre el tiempo que media la fecha del anticipo y la establecida para el cobro al deudor.

Incluso, muchas empresas conceden crédito comercial con el asesoramiento del factor, existiendo el compromiso de este último de factorar estas cuentas por cobrar. En este caso, la empresa minimiza el saldo de sus cuentas por cobrar en el momento en que estas se generan, factorando la totalidad de las mismas y eliminando así los costos administrativos en el área de cobros.

De esta forma, la empresa no solo anticipa efectivo procedente del cobro de sus cuentas, sino que adicionalmente a ello, le permite reducir pagos de intereses bancarios, al no tener la necesidad de recurrir a este tipo de crédito y ahorra tiempo que dedica a su gestión principal: la venta de su producto o servicio.

A continuación trataremos como se lleva a cabo la optimización del activo hasta ahora considerado como el menos líquido dentro del activo circulante: el inventario.

La optimización financiera del inventario puede lograrse igualmente a través de varios modelos y fórmulas sobre el Punto de Equilibrio, según se advierte en la literatura.

Punto de = √2(CF)(S) Equilibrio cv*p

Donde:

CF = costos fijos S = ventas en unidades físicas cv = costo unitario variable p = precio unitario

El inventario también puede minimizarse reduciendo su cuantía física mediante el modelo EOQ que es un método cuantitativo de optimización o disminuyendo el importe del inventario que aparece financiado por la empresa, aplicando la teoría del “inventario cero”.

La reducción de la cuantía física del inventario se puede lograr mediante modelos matemáticos, mientras que la disminución del importe financiado con los recursos propios de la empresa puede sustituirse por contratos con empresas suministradoras que se dedican a prestar este servicio con el compromiso de suministrar “justo a tiempo” las necesidades de inventario.

Esto indudablemente tiene un riesgo para la empresa que toma la decisión de sustituir sus inventarios por contratos de abastecimiento justo a tiempo, por el posible incumplimiento por parte de la empresa suministradora.

Sin embargo, la diversificación permite reducir todo tipo de riesgo. La empresa debe realizar contratos con varias empresas suministradoras y dentro de ello, de varios países.

También se puede recurrir al seguro pues el riesgo de incumplimiento de un contrato de abastecimiento puede perfectamente cubrirse con una empresa aseguradora.

El mantenimiento de un nivel determinado de ventas exige generalmente un nivel determinado de inventario. Por tanto, una tasa de rotación muy baja indica exceso de inventario o de difícil salida u obsolescencia. Una tasa de rotación alta puede apuntar a un inventario insuficiente, lo que da lugar a pérdida de clientes con la consecuente disminución de los ingresos y de las utilidades.

Debido a esto la empresa debe tener mucha cautela para no perder su cuota de mercado. Se dice que un proceso de optimización debe durar al menos cinco años, por lo tanto, la sustitución del inventario debe ser escalonada.

La optimización del inventario ofrece las siguientes ventajas para la empresa abastecida por lo siguiente:

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Reduce la inversión en inventarios y el correspondiente costo de oportunidad.

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Reduce los costos de almacenaje.

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Reduce el gasto de salarios al prescindir de almacenes propios.

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Disminuye pérdidas por merma, deterioro y sustracción de bienes al disminuir el exceso de inventario sin utilizarse.

La empresa suministradora del mismo modo obtiene sus ventajas al prestar este servicio; ya que, puede beneficiarse al comprar al por mayor y adquirir financiamiento bancario con más facilidades y con intereses más bajos, así como crédito comercial con mejores condiciones.

Finalmente, la empresa debe optimizar el activo considerado de menor liquidez: el Activo a Largo Plazo, también denominado Activo Fijo Tangible.

La optimización de este activo se encamina mediante el arrendamiento. El alquiler de un activo por arrendamiento operativo o financiero requiere menos inversión que su compra a través de la inversión material.

En este acto aparecen los dos tipos de propiedades: la legal y la económica.

En el contrato de arrendamiento, el arrendador mantiene la propiedad legal sobre el activo, mientras que el arrendatario disfruta de su propiedad económica.

Según la teoría sobre optimización financiera de una empresa, el activo fijo tangible puede optimizarse en el momento de su adquisición o en cualquier momento de su vida económicamente útil.

Es una decisión de inversión la alternativa entre comprar o arrendar un bien, como tampoco deja de ser un activo fijo tangible de la empresa sea cual sea el tipo de propiedad sobre el mismo.

A continuación se exponen las ventajas sobre la decisión de arrendar.

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Se ahorra el importe de la inversión en el activo fijo y se demora de la salida de efectivo, al tener que pagar un importe periódico de alquiler en un tiempo futuro.

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Se disminuyen los recursos monetarios inmovilizados en activo fijo.

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El alquiler es un gasto corriente periódico, el cual es deducible a los efectos del cálculo del Impuesto sobre Utilidades.

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Se reduce la caducidad u obsolescencia del activo fijo tangible.

Para el arrendador también es ventajosa esta acción pues corre por su cuenta el gasto de depreciación, como propietario legal del activo fijo tangible y este gasto es igualmente deducible a los fines fiscales.

El disfrute de la propiedad económica puede convertir a la empresa arrendataria en propietaria legal del mismo al final del período de arrendamiento, si en el contrato de arrendamiento se incluye la cláusula de la opción de compra del activo. Este método se conoce internacionalmente como “leasing”.

Aunque en este caso, el gasto de depreciación en que incurre la empresa arrendadora, no es deducible del Impuesto sobre Utilidades pues los Ministerios de Finanzas o Hacienda no lo consideran como una operación de alquiler sino más bien como una venta a plazo de un bien, a menos que la opción de compra se formalice en un documento distinto del contrato de arrendamiento.

De igual forma, ya se había enunciado en los párrafos anteriores que un activo fijo puede optimizarse en cualquier momento de su vida útil. Este hecho puede lograrse mediante el proceso de “retroversión financiera”.

La retroversión financiera consiste en modificar la forma de financiamiento no óptima, realizada con anterioridad por la empresa, por una forma óptima en que se debió haber realizado desde un inicio.

Acudir a esta técnica permite sustituir un activo fijo obsoleto por otro con más alto desarrollo que haga posible incrementar la productividad y la rentabilidad económica y financiera.

Esta sustitución consiste en la venta del activo fijo tangible sobre el cual la empresa tiene propiedad legal y al mismo tiempo realizar un contrato de arrendamiento simultáneo. De este modo se transfiere la propiedad legal y se mantiene la propiedad económica sobre el activo.

La retroversión financiera descansa sobre la base de un nuevo tipo de financiamiento: el “extra empresarial”, lo que para el Prof. Ravelo Nariño conduce a la creación de un activo “virtual” financiado extraempresarialmente.

Como ya se expuso, la retroversión financiera convierte un bien que funcionaba como activo real de la empresa en un activo virtual de la misma.

Otros autores consideran esta sustitución de activos como una reclasificación del activo fijo tangible al activo fijo intangible.

La autora de este libro considera que cualquiera sea la forma de clasificación a consecuencia del acto de sustitución sobre la propiedad de un bien, permite incrementar la liquidez de la empresa al permitir la conversión en efectivo de un activo a largo plazo que desde su adquisición estuvo funcionando como fijo o permanente.

Y esto último, es lo más relevante pues no solo se desagrega el concepto de propiedad plena sobre un bien, sino que se renueva fundamentalmente el concepto tradicional de activo fijo, cuestionando su cualidad de la no liquidez y el criterio de que el activo circulante es más líquido que el activo fijo.

A partir de aplicar la retroversión financiera cualquier activo fijo puede convertirse en efectivo líquido. De ahí que la retroversión financiera, a juicio de esta autora sea el instrumento más fuerte de optimización financiera de la empresa.

Todo lo cual hace debatible la propia relación de liquidez y sus componentes.


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